6. Despertar... ¿aquí?

Una habitación enorme... sillas de estilo colonial, con decorados en verde al igual que los cojines... una mesa baja donde descansaba el periódico de todos los días, un armario dónde cabrían tres personas en el suelo estiradas... y el suelo, sin embargo, lleno de ropa: tanto de hombre como de mujer. En la mesa apareció nuevamente una bandeja llena de pasteles y una taza de leche...

Una cara blanca como la nieve empezó a desperezarse mientras olía algo delicioso. Sus ojos se abrieron lentamente dando paso a dos iris azules color cielo. La ventana, que no estaba cerrada, la alumbró totalmente por la gran cantidad de luz que entraba. Se dio la vuelta en la cama de mal humor por la luz, y cubriéndose por las mantas dijo algunas palabras ilegibles.

De pronto unos golpes sonoros se escucharon en la habitación, mientras la chica dueña de ojos azules pronunciaba unas palabras desde la cama respondiendo.

- Mamá, déjame ya...

- Draco, ábreme inmediatamente o tiro la puerta abajo... – una voz grave y fuerte se escuchaba detrás de la puerta, mientras dos personas en el interior de la habitación se levantaban a la vez.

El rubio entrecerraba los ojos mientras se sujetaba la cabeza, y después torció la cabeza sorprendido viendo a la pelirroja viéndolo como si del demonio se tratase. La chica levantó levemente la mano y lo señaló temblando horriblemente... hasta que segundos después retrocediendo en la cama se cayó de ésta colgando las piernas en la cama y el resto del cuerpo en el suelo. El chico se asomó viéndola envuelta en mantas, sonriendo le ofreció la mano...

- Que he hecho... – la chica al levantarse empezó a tocarse las manos nerviosamente.

Unos golpes muy fuertes esta vez volvieron a escucharse y ambos jóvenes volvieron la cabeza a la puerta.

- Si mi padre te encuentra aquí no sé de que puede ser capaz de hacer... – el rubio se ponía unos pantalones.

- ¿Y por qué demonios tú si tenías al menos puesto algo y yo estoy desnuda? – la chica lo miró con los brazos en jarras

- ¿Crees que me voy a preocupar ahora por eso? ¡Escóndete!- la pelirroja y el rubio miraron alternativamente a la puerta. El tiempo parecía pararse. Sus ojos se abrieron lentamente mientras el pomo de la puerta giraba lentamente, con ése inusual brillo plateado. El chico de un momento a otro le dio un empujón y la metió de golpe en el armario arrastrando las sábanas con ella. Al caer en mala postura se pegó un golpe en la cabeza que se sobaba con la mano mientras metían ambos las sábanas dentro.

La puerta se abrió rápidamente dando lugar a la furiosa cara del susodicho Lucius Malfoy. El chico cerró la puerta de golpe, con un estruendo. Mientras, la pelirroja en su interior temblaba de frío y se sujetaba la cabeza con las manos por el dolor.

- Draco, que se supone que es esto... – entró precipitadamente mientras el ojigris tragaba saliva. Tiró encima de la cama un grueso periódico en el que aparecía una imagen en portada. En un lado él mismo y en el otro la pelirroja, en dos fotos distintas. El rubio lo cogió enseguida extrañándose. Vio el titular: ''Dos familias de sangre antigua se unen. Espectacular matrimonio Malfoy- Weasley'' La quijada del rubio platino cayó desmesuradamente de su postura normal.

- Para que veas que te la ha jugado esa prometida pobretona... – un golpe se escuchó en el armario acallado por la estruendosa voz del rubio.

- No voy a permitir nunca más que la llames de esa forma... - el chico lo miró fríamente, mirada exacta que le devolvió Malfoy padre.

- Ya no pertenecerás a esta familia... ¡nunca más!- el padre pegó un puñetazo en la mesilla de té haciendo que la taza de leche volcara. El rubio le sonrió fríamente... gustoso de sus palabras- No tienes a nadie... así que no sonrías.

- En eso te equivocas... – el padre sonrió a la par que su hijo.

- Te refieres a Weasley... ¿no? ¿ella? Por favor, no me hagas reír, gente despreciable como esa... o te separas de ella o no volverás aquí nunca más.

- ¿Sabes qué padre? Es más el cariño que ella me ha demostrado en este poco tiempo que el que tu me hayas podido dar en estos veinticuatro años... ya sabes cual es la respuesta- el rubio se sentó en la cama viéndolo malamente. El hombre levantó la cara viéndolo con superioridad y sin decir nada salió de allí ondeando la oscura túnica.

Dentro del armario una chica tenía apoyada la cabeza en sus brazos mientras pensaba en todo el daño que hacía que ambos estuvieran juntos, fuese como fuese... La puerta se abrió dejando ver al rubio con una cara preocupada.

- ¿Estás bien? – la chica le cogió la mano y se levantó tambaleándose mientras tiritaba saliendo del oscuro y frío armario. Negó con la cabeza contestando al rubio. El chico le dio la vuelta mientras lo miraba extrañada. Le quitó de golpe las sábanas que la envolvían.

- ¡Eh!- la chica se tapó el cuerpo de espaldas mientras se sonrojaba. Lo miró de reojo furiosa, pero cambió radicalmente su cara a una asombrada.

El rubio la cubrió completamente con las sábanas. La chica se dio la vuelta preocupada y fue abrazada fuertemente por el chico. La pelirroja se quedó sorprendida, pero le contestó al abrazo.

- Realmente quería esto pero no quiero separarme de mi madre... – el chico empezó a temblar en los brazos de Ginny-... y por mucho que lo odie, es mi padre...

La chica se apiadó de él, realmente triste, romperían una familia por estar juntos... ¡y cuando sus padres se enterasen, también! El chico la abrazaba fuertemente... hasta que al final la empezó a soltar.

- Creo que si sigo abrazándote, te romperé como un fino cristal...

- No temas... creo que no serás capaz de hacerme eso... – la chica sonrió-... no sé si debemos seguir con esto... hace unos días ya todo quedó aclarado y ahora...

- ¿Has visto la portada del periódico? Es imposible dejarlo como estaba, todo el mundo sabe ya a día de hoy que vamos a casarnos... incluida tu familia.

- Mi... familia- la pelirroja abrazó fuertemente al chico pensando en si sus padres y sus hermanos la recibirían igual que el padre de Draco...

Los dos chicos se separaron, mientras el rubio miraba el reloj.

- Ginny, me tengo que ir... lo siento, pero después hablamos, tengo que buscar a mi madre... seguramente estará en el callejón Diagon. Nos vemos...

- De acuerdo... – la chica vio en sus propios ojos como el chico le soltaba la mano y desaparecía ante ella. Se vistió rápidamente, temerosa de que alguien la viera allí... desapareció inmediatamente teniendo en mente contarle todo a sus padres.

Su cuerpo desapareció en un momento creando una gran luz en las cercanías a un bosque. Corrió con todas fuerzas por llegar cuanto antes a su casa y que no se hubieran levantado aún. Eran sólo las ocho y media de la mañana. Fue aminorando la velocidad conforme se acercaba a la puerta. La abrió lentamente, como siempre, asomó la cabeza esperando recibir un hechizo o un grito de su madre... pero nada. Avanzó dejando el bolso en la mesa de la entrada y siguió recorriendo la estancia. Llegó a la cocina y vio un papel quemado en el fregadero. Una sonrisa ladeada pero preocupada apareció en su cara al acercarse y ver que era el periódico de la mañana. Miró el reloj de la familia y descubrió que estaban fuera, como se imaginaba. Abrió un pequeño armario y sacó un bote de poción verde. Lo destapó a la par que se tapaba la nariz, bebió un trago y mareada volvió a dejarlo en su sitio.

- Espero que así se me quite la resaca... – recogió el bolso y salió de la casa tirando de la puerta. Se apoyó pensando dónde se encontrarían sus padres. Una lucecita se encendió en su cabeza pensando que Ron estaría revolucionando todo en casa de Hermione.

Salió rápidamente hasta los límites del bosque y enseguida desapareció. Un momento después estaba en un callejón cerca de la casa de Hermione. Se dirigió hacia allí y vio a la chica morena que cerraba con las llaves la puerta de su casa. Se acercó a la entrada de fuera y la llamó.

- Hermione... – la chica morena se asustó y dándose la vuelta la vio y suspiró. Bajó corriendo las escaleras.

- Ginny, menos mal que te veo... no sabes lo que se ha armado con todo esto de la prensa. ¿Cómo se te ocurre decir en público que os vais a casar? Estás loca... – la chica la miraba nerviosa mientras la pelirroja negaba fuertemente.

- Hermione, se corrió la voz, alguien que lo sabía lo dijo... y ya ha salido en la prensa. Ahora, lo más importante, ¿y mis padres?

- Fueron a hablar con los Malfoy según dijeron tus hermanos... – la morena empezó a andar saliendo de la puerta de entrada exterior. Cerró mientras la pelirroja la seguía.

- ¿Y mis hermanos?- la morena se paró en seco.

- Tus hermanos... Ron fue y se reunió con los gemelos en el callejón Diagon. Por lo visto iban a hablar con Draco Malfoy... vamos, iban a buscarlo. Se me escapó tu hermano, pero voy a ir enseguida a por él y detener esta locura... – se ponía los guantes, pensativa.

- Hermione... Draco está en el callejón Diagon- la chica se mordía el labio, intranquila.

- ¿Qué?- la miró preocupada- Dios, esperemos que no lo hayan matado ya... – morena y pelirroja salieron inmediatamente a correr hasta un callejón cercano bastante oscuro.

Aparecieron en el callejón Diagon, concretamente en la puerta de Gringotts.

- Bien, yo tengo que buscar a tu hermano, será mejor que no vayas conmigo, porque si te ve... en fin, tu busca a Malfoy. Después nos veremos... ¡adiós!- la morena salió corriendo seguramente en dirección a la tienda de los gemelos, mientras la pelirroja daba unos cuantos pasos indecisos sin saber dónde buscarlo, decidió que quizá estuviera en alguna taberna buscando a su madre... o en alguna tienda.

Lo que no sabían ninguna de las dos chicas es que tanto sus hermanos como su prometido se encontrarían mucho antes de que los encontraran.

Empezó a llover mientras un rubio intentaba andar lo más rápido posible por protegerse del gran chaparrón que le caería... unos pasos chocando en los charcos alertaron sus sentidos, principalmente porque a cada paso que daba, esa o esas personas, también lo acompañaban en pasos. Se escondió en la esquina de una tienda a tiempo de esquivar... un hechizo.

Un rayo pasó a escasos centímetros de él amarrando a una farola en poderosas cuerdas. Pero un último rayo dirigido de otra parte sí que le dio. Se vio envuelto en estrechas cuerdas y tumbado en un charco, calado hasta los huesos y con un humor que rozaba la ira y el odio. Su varita estaba en el bolsillo interior, la cogió con la mano que le quedaba libre... pronunció el hechizo para terminar con las cuerdas como pudo retorciendo la mano. Lo siguiente que hizo fue mirar a la persona que lo estaba apuntando con la varita desde la esquina de la calle. Ambos chicos estaban empapados de agua mientras se miraban cruelmente a los ojos. Se rió y cerró los ojos. Torció la cabeza y vio con ironía a los dos chicos que estaban mirándole en la misma acera.

- ¿Qué queréis? ¿Matarme?

- Esa propuesta no estaría mal... Malfoy

- Vaya... los hermanos menores Weasley en presencia, que honor... lo siento pero no tengo tiempo para vosotros- el rubio serio dio la vuelta dispuesto a irse.

- Que pena porque nosotros tenemos de sobra, mortífago... – el rubio se paró de repente, sabiendo que desde el principio no iba a salir de aquella sin pelear. Una estaca de hielo llegó a su corazón, algo que nunca le había gustado era esa palabra, y que le hubiesen comparado con su padre diciendo esa palabra desde pequeño, mucho menos... Mirando de reojo al pelirrojo de en frente envió un rayo casi imperceptible, que casi da de lleno en él. Ambos hermanos, al lado del rubio giraron la cabeza asombrados hacia su otro hermano, y después hacia él con caras tremendas...

- Si queréis pelea, os la habéis buscado... – todos levantaron a la vez las varitas.

Una mano blanquecina cerca del cuerpo del rubio paró la repentina énfasis de pelea entre los muchachos... Una chica pelirroja apareció, con el pelo chorreando de agua al igual que el abrigo... El rubio dejó caer el abrigo y se remangó el jersey azul que llevaba debajo, poniéndose de nuevo en combate... la chica ni se había dado cuenta hasta que el rubio se puso a su lado y la superó...

- Esto no puede quedar así, por mucho que sean tus hermanos... – dio un paso hasta que escuchó algo caer pesadamente. La pelirroja con una cara muy seria también había dejado caer su pesado abrigo.

- Este es mi problema... no el tuyo- el rubio la miró sorprendido, viendo como la chica se ponía de nuevo delante de él encarando a sus hermanos- ¿Sabéis qué?- les dijo a los dos pelirrojos mientras se acercaba el otro- Os quiero como todo lo que una hermana puede querer a sus hermanos, pero siempre he odiado esa manía vuestra de sobreprotegerme... soy mayor como para saber qué hacer con mi vida, ¡y con quién pasarla!- a este punto ya estaba gritándoles a los tres.

La tormenta empezaba a aminorar pero lluvia seguía cayendo. Los tres pelirrojos no recibieron sus palabras con gratitud. Una de las pocas veces que se verían a los gemelos serios...

- Ginny, esta vez no es sólo una sobreprotección de hermanos... – la chica se cruzó de brazos-... esta vez nos has decepcionado... te has mezclado con su familia... es casi tan malo como ser un mortífago, teniendo en cuenta que lo es...

- ¿En serio creéis que estar con él es como unirse a Voldemort? ¿Tan poco me creéis capaz de sobrellevar mi vida? No confiáis en mí...

- Ginny, hablamos muy en serio... – la chica bajó la mirada desconsolada. Su hermano George hablaba-... o te separas de él por las buenas o por las malas...

- ¡¿Qué?! – La chica saltó, muy sorprendida de sus palabras- ¿Me obligáis? Mis hermanos... ¿me obligan? ¡Soy mayor de edad! Puedo tomar mis decisiones... y mi decisión... – miró al rubio tristemente. El chico también la miró, pero neutral.

- Hermana, ¿no lo entiendes? Te puede arrastrar hasta el lado oscuro... ¿pretendes unirte a Voldemort, y matarnos?- Ron se puso rojo de rabia al decir las palabras.

- ¡Estúpido niñato pelirrojo! ¿En serio piensas qué yo soy capaz...? – el chico se adelantó dispuesto a ir en busca del chico pelirrojo. Una mano se agarró a la del rubio fuertemente, tirando de él y parándolo. La mano de la chica estaba unida a la suya y entrelazada. De pronto, la chica se adelantó unos pasos fuertemente, y con la mano levantada le pegó una resonante bofetada al pelirrojo...

El cielo gris, la lluvia caía, y otra familia más se destrozaba... porque su amor no era bueno para nada...

- ¿Cómo puedes pensar eso de mí? ¿Mataros? ¡Eres un estúpido Ron! Un grandísimo estúpido... – una finas lágrimas empezaron a caer pero con fiereza se las quitó rápidamente. Su cara no demostraba ni tristeza ni ira, era mas bien como una nostalgia infinita por los años en que, antes de Hogwarts, todo estaba bien con todo...

Los tres muchachos se quedaron viéndola serios, y a la vez melancólicos... en especial, uno arrepentido de sus palabras...

- Ya he tomado una decisión... la única decisión, la más justa, y sobretodo la que yo quería...

- Ginny... creo que es imposible dejarte así como así... has renegado a nosotros... ya no perteneces a nuestra sangre...

- ¡No me importa lo más mínimo! – todos se quedaron sorprendidos al escucharla gritar- ¡No me importa separarme de unos estúpidos hermanos que piensan eso de mí... no me importa! ¡no pienso volver a veros en la vida! ¿Me escuchas Ron?- lo miró cruelmente y también a los dos gemelos- no pienso entrar más en vuestras vidas... y vosotros no tendréis el derecho de meteros en la mía.

El pelirrojo Ron subió la cabeza con orgullo y con los ojos aguados.

- Que sepas que ya no eres nuestra hermana ni nada nuestro...

La pelirroja se dio la vuelta mientras el rubio los miraba con ojos odiosos.

- Saludad a mamá y papá de mi aparte, por favor... – el chico de ojos grises la cubrió en un abrazo y se fueron de allí. Los pelirrojos se dieron la vuelta y desaparecieron del callejón tristemente arrastrando los pies, mirando de vez en cuando hacia atrás.

Cuando llegaron ambos hasta cerca de Gringotts... se refugiaron bajo las grandes columnas. El rubio miraba hacia arriba pensativo... ambos estaban en posiciones iguales, el único problema es que sólo se tenían el uno al otro... y eso no era para nada bueno. La vio encogida en los escalón de bajada. Con todo el pelo rojo mojado cayéndole por la cara. Dio dos pasos y se sentó a su lado, mirando al frente, viendo cómo llovía.

- Lo siento... si no hubiera sido por mi culpa, ahora creo que estarías rodeada de toda tu familia y con el hombre que quieres... – el chico sintió como la chica levantaba levemente la cabeza. Se apartó el pelo de la cara mientras una sonrisa apareció entre las lágrimas.

Su cara era algo indeciso entre una triste y arrugada por las lágrimas y una sonrisa medio desvanecida e irregular. Se le escapó una risa mientras el rubio la miraba sorprendido.

- ¿De qué te ríes? Acaso te has vuelto loca... – la chica empezó a reír locamente mientras lágrimas caían, y se abalanzó sobre el muchacho. Se levantó rápidamente, se sacudió la falda, y suspirando brevemente le alzó la mano a él.

- Me ayudas...

- ¿A qué?

- A no quedarme sola... tú me metiste en esto- lo señalo sonriente- y ahora me acompañarás en el dolor- hizo una pose dramática para reírse nuevamente.

- Estás loca... ahora deberías estar llorando a mares... lo siento de verdad- el muchacho se levantó preocupado porque la chica se había puesto seria.

- No tienes porque... era algo a lo que debía enfrentarme tarde o temprano – lo miró fijamente a los ojos- lo único que has hecho es acelerar el proceso...

Le cogió de la mano y se la acercó al pecho, una sonrisa apareció...

- A partir de ahora haremos el mejor papel de nuestras vidas... una Weasley y un Malfoy juntos, la gente se lo creerá hasta el punto de pensar que somos capaces de tener hijos... – tiró de él sonriente.

- ¿¡Qué?- el chico puso cara de horror.

- Sólo es ficción... – el rubio suspiró-... viviremos juntos, comeremos juntos...

- Claro, como el apartamento es mío... – de repente, mientras el chico resignado era arrastrado por la pelirroja bajo la lluvia, una lechuza se desplazó hasta ellos. La chica se paró observándola... el rubio se colocó a su lado. La carta cayó sobre su cabeza roja, y la cogió el chico, que la leyó en voz alta.- Ginny, te pido que corras del sitio dónde estás porque un montón de periodistas se dirige hacia dónde estáis, seguro, porque el idiota de tu hermano al que encontré les dijo dónde estabais... Ya pagó por ello- el rubio puso una sonrisa diabólica, a lo que la pelirroja siguió leyendo.

- ... dicen que va a ser el matrimonio del año, y seguramente lucharán por conseguir antes la entrevista. Reúnete conmigo mañana en mi casa... estoy segura que hoy no tendrás tiempo. Por otra parte, sólo decirte que me acabo de enterar de que tus padres están hablando con los Malfoy... ¿y qué ha pasado con tus hermanos? Siguen reacios a contarme nada, pero estoy segura de que nada bueno... Besos

Hermione

- Vaya, creo que la prensa puede agobiarnos un poquito... aunque no entiendo porque... tampoco somos tan célebres... – la chica se rascaba la barbilla mirando al rubio.

- Cariño, creo que más que célebres, es más por las familias que hemos unido...

- Creo que tienes razón... – sonrió dándose cuenta. Le sonrió coquetamente mientras lo miraba. El rubio la miró fijamente mientras se acercaban-... ¿sabes? Me ha gustado que me digas así...

- ¿En serio?- el chico puso una pose seductora que hizo reír a la chica, cada vez se iban acercando más, sus cuerpos dejaban atrás el frío que habían pasado antes por la lluvia, sus respiraciones casi se cruzaban, la ojiazul le cogió fuertemente las manos, sus ojos brillaban de forma sobrenatural...

Un ruido de pasos se escuchó, pero que ambos ni siquiera percibieron hasta que en la esquina sonó un fuerte ruido de voces y chapoteos... algo que hizo a la pelirroja despertar y torcer el rostro haciendo que el rubio le diera un apasionado beso en el cuello...

- Ey... me haces cosquillas... – se echó la mano al cuello divertida, con el rubio enojado

De pronto, una masa de gente apareció en el lugar. La pelirroja puso una mueca torcida mientras se iba asustando por cada momento que pasaba... el chico los miró asombrado también, con todas aquellas personas que cada vez crecían más en número, todas frente a sus ojos...

- Creo que éste sería un buen momento para marcharnos...

- Sí... estoy de acuerdo...


Ejem... otra vez aquí... espero que tampoco me matéis por lo tardado, porque en realidad voy a tardar mucho más para el siguiente capítulo si no me enviáis reviews o . Eso es una excusa , la otra... los exámenes y los trabajos de clase. Lo siento mucho pero me es imposible hacer tantas cosas a la vez, aunque lo intento. En este capítulo me perdonaréis que no responda reviews, pero es que sólo tengo unos minutillos para hacerlo y ponerme a estudiar a la de ya... Muxisimas gracias a todo los que me habéis escrito, de verdad, y si nos os gusta este chap por alguna razón ya sabéis que las críticas son bien recibidas, tanto buenas como malas...

Besotes a todos, y espero que queráis que esta historia continúe, porque le estoy tomando muxo cariño ;D

Cleo-lil