Hola!! Creo que el disclaimer está más que asumido... ¬¬ en fin, unas cosillas antes de pasar a las contestaciones de reviews... estoy loca!!! Que he hecho con este chap TT estaba pensando si borrarlo o no... pero el caso es que quería probar algo nuevo, y me pasé... ey, pero tranquilos, al final del chap me pueden decir que están artos de mis absurdeces y me retire... o tb que cambie el chap... en serio, acepto cualquier cosa. Ahor a si, los revis, y muchos besos a todos!!!:

Yose Malfoy Felton: bueno, me podrás matar con este chap, no se lo k me paso v.v . solo decirte que quiero saber como fue tu boda con Draco... kawaiii!! No estuve invtada Besikos!!!! Sigueme escribiendo y opina!

GinnyForEver: siento mucho que en este chap no declararan sus sentimientos, pero es que resulta que se me ocurrio una lokisima idea (k a dado malos frutos )... pero creo que en el siguiente podras ver a estos muchachos un tanto arregladitos... creo, si se aclara todo.Besotes!!! escribeme y opina!!!

Iraty rowling: si... yo ando mas bien escasa de tiempo, pero de vez en cuando encuentro u sitio libre. Creo que la relacion con sus hermanos no se va a arreglar nada... por ahora. En el proximo chap te enteraras. Beshos!! Escribe!!

Andy-Wm: escribeme a ver si te ha gustado!! Besos ¡!!

Jolteon 11: como ves segui... jeje. Escribeme!! Besos!!

Sthepany weasley:como ya dije, todavia no se van a decir sus sentimientos en voz alta... solo digo que os espereis al siguiente chap ;D Besos!!! Escribeme!!

Camille Potter: gracias... sigueme escribiendo!! Besos!!

Impossibles: gracias!! Me alegra que me escribas de nuevo... jeje al principio no cai n k era OMG, claro que es de madrugada... cuidate!! Escribem y besos!!

Luciana: intente seguir pronto, pero no pude... empece otro fic... pero bueno, spero k te guste este, y escribem a la proxima!!

Yami: ola amiga!!!!! K tal? Bueno, cuando llegues a la segunda parte del chap te daras cuenta pork te pregunto esto: crees que ha sido una tonteria?? Espero que puedas contestarme... me volvi loca en la trama del capitulo ¬¬. Besotes!! Espero k volvamos a encontrarnos en el msger!!!

Cristal- dono: ola!! Encantada de k alguien nuevo me salude... te gustaron?? No spero k te guste este... sinceramente. Besos!!! Escribeme y dime si te gusto!!

Cocojajas: gracias por las alabanzas... me rindo a tus pies!! Jeje... besos y espero k me escribas pronto

Por último comentar varias cosas: una, que el próximo chap no será tan loco y su contenido principal será la Navidad; dos, siento muchísimo la tardanza, de veras, y he hecho esto gracias a que me acorde de vosotros, si es k tengo la cabeza en otra parte... y tres, vale, de acuerdo, este capitulo es muy raro, pero quería salirme de lo común, y no poner solo romance... muy mal hecho por mi parte, lo apuntare en mi libreta de notas ¬¬

Besos, y disculpen a los que no conteste de reviews anteriores!!! Lo siento!!!!

Cleo- lil

7. ¿Tranquilidad? Eso es de gente normal...

- ¿Cómo ha podido pasar esto? ¿Quién se habrá enterado? ¡¡Porque demonios nos están persiguiendo en este momento tres coches de periodistas!!- el rubio que iba al volante del coche tenía una cara un tanto aburrida y cansada.

- Ponte el cinturón...

- ¡Dios cuando vayan a donde están mis amigos! Tierra trágame... – la pelirroja se ponía el cinturón mientras seguía relatando. De pronto, el rubio paró de repente el coche dando un gran frenazo, haciendo que diera la chica un bote en el asiento. Lo miró preocupada y vio como el rubio la miraba serio y fijamente-... estás loco... ¡Qué demonios te pasa ahora a ti!

- Quería que te callases... no paras de replicar de todo, ¿sabes? Yo también tengo amigos y con este problema más líos de los que seguro puedas creer, sobretodo en el trabajo... ¿no crees por un instante que estamos en la misma situación? Deja de lamentarte, nos están persiguiendo dos grupos de periodistas pero yo quiero llegar a mi casa tranquilo y olvidar todo lo que me ha pasado hoy... – la pelirroja se quedó terriblemente callada, hasta que instantes después se desabrochó el cinturón y salió del coche dando un portazo. El rubio atónito se apeó también de él... -¡Dónde vas!

- Yo que sé... pero no me pienso quedar mucho más rato con un psicópata como tú que pensaba matarnos... – se alejaba del coche respondiéndole sin mirarle. Él dio la vuelta y corrió a alcanzarla, mientras una cola de coches se amontonaba detrás del coche negro del rubio, que claramente estaba en medio.

- ¿Qué yo pensaba matarte? No hubiera pegado ese frenazo de no ser por tu culpa... de tus incesantes y mortales chillidos quejándote de todo lo que ha pasado, no fue mi culpa que los de la prensa se enterasen de que nos habíamos prometido y tampoco sé porque demonios nos están persiguiendo como si fuéramos convictos...

- ¿Incesantes quejas? ¡Chillidos mortales! Fue por tu culpa por lo que empezamos de esto... me emborrachaste en la fiesta y al final pasó- su cara se ponía roja de la rabia mientras toda la gente los miraba gritar a distancia de menos de diez centrímetros-... lo que pasó, yo estaba tan feliz con mi vida y tuviste que llegar a esa maldita fiesta...

- Oigan... – un hombre se acercó furioso seguido de una mujer-... acaben sus disputas ¡Llegaré tarde al trabajo!

- ¡¡CÁLLESE!! – el hombre fue empequeñecido por momentos por la mirada de ambos, lo que hizo que suspirara y diera media vuelta mientras la chica negaba furiosa.

- Conque esas llevamos... yo no emborracho a nadie, fuiste tú solita la que después se emborrachó porque le dijeron que nos íbamos a casarnos... ¡por amor de Dios, si ni siquiera lo recuerdas!

- Lo que si recuerdo es que tuviste que hacerme ese inutil trato, tan inútil que tuve que aceptarlo... no podriás haberte quedado callado, no inventarte nada y haberme dejado que viviera mi vida...

- También recordarás que fuiste tú, y solamente tú la que lo aceptaste...y que fuiste tú la que rompió el trato por irte con Potter... en ese trato acordamos nada de relaciones extrapre-matrimoniales...

- Si te refieres a lo del aeropuerto que sepas que no hice nada con él... simple y llanamente estaba saludando a un amigo, pero claro tú lo tomaste como otra cosa y tuve que encontrarte yo con otras compañías... tu empezaste todo esto... – el rubio la miró fijamente a los ojos furioso mientras ella también, acabando por suspirar y pasarse la mano por la cabeza-... siempre tienes que acabar tú última las frases. Eres un demonio rojo- volteó la cabeza y vio como los coches empezaron a pasar por el lado del negro casi rozándole, la chica se dio la vuelta- ¿no vienes? – ella se paró de espaldas.

- Necesito estar sola un rato...

- Pero la prensa... – la chica se dio la vuelta para contestarle pero lo que vio venir detrás del chico hizo que se quedara con la boca abierta, se pegó con la mano en la cabeza.

- Creo que la prensa ya no será un problema...

- ¿Y eso?

- Porque viene por ahí... – justo cuando el rubio se dio la vuelta todas las cámaras se acercaron rápidamente, dio dos pasos para atrás y miró para el sitio dónde había estado la chica, pero no vio a nadie, sino que ya la vio varios metros lejos, corriendo como podía... el chico con la boca abierta corrió también

- Maldito torbellino... ¡espérame!

Conforme llegaban corriendo al final del parque por el cual se estaba realizando la persecución, vieron un gran ferial, con noria enorme incluida. La chica se paró de repente al ver como al mezclarse con la gente perdían de vista a los periodistas... le hablo al rubio a gritos por el consecuente ruido. De pronto dos personas vestidas de negro se aproximaron rápidamente hasta ellos. La pelirroja gritó asustada y echándose hacia atrás chocó con el rubio.

- Qué te pasa a ti ahora...

- Míralos, vienen para acá... – el rubio frunció el ceño arrastrando a la pelirroja de la mano y acercándose hasta la noria. Habló con el maquinista que llevaba la noria y que estaba esperando que se terminara de subir la gente. Terminó de hablar con él y se acercó a la chica... - ¿Qué haces? Salgamos a correr... están al llegar – la pelirroja se impacientaba por segundos.

- Vamos, subiremos a la noria, allí no nos verán... – la chica abrió los ojos anonadada.

- ¿¡Qué!? La noria... ¿estás loco?

- No, vamos... – la arrastró mientras ella se oponía y seguía replicando. Acabó metiéndola dentro y cerrando la puerta.

- Draco... hay algo que no sabes de mí, déjame salir... – cogió la manivela de la puerta pero el chico no la dejó y la cabina se puso en movimiento. El chico le sonrió seductoramente.

- Ya verás como saldrá bien... confía en mí...

- Eso es lo peor que pudiste decirme... – la chica miró de reojo por la ventana. El rubio se acercó mirando completamente por la ventana y a su vez moviendo sin querer toda la cabina.

- Mira, están ahí abajo... creo que no saben que estamos aquí. Oye, esto tiene muy buenas vistas, nunca me había subido en una, sólo las había visto... supongo que tu sí, ¿no?- esperó la respuesta de la chica mientras pegaba totalmente la cara al cristal, disfrutando de su frío cristal. Al no obtener respuesta giró la cabeza observándola, la vio engurruñida en la esquina temblando... - ¿Te ocurre algo? ¿Ginny? ¿Ey? – se fue a su lado lentamente y al tocarla dio un salto enorme y un grito.

- ¡¡Idiota!! – se levantó rápidamente y lo miró con vista asesina- Tengo miedo a las alturas... – le puso el puño justo delante de su nariz

- Y yo que voy a saber... – le apartó el puño mirándola con el ceño levantado.

- Claro que no lo sabías... ¡no me escuchaste!- se volvía su cara roja igual que el pelo.

- Oye, y una cosa... – puso cara pensativa a la vez que se le escapaba una risita-... si tienes fobia a... ¿qué dijiste?

- Las alturas, alcornoque...

- Eso exactamente... – se rio en su cara mientras se levantaba y se colocaba en frente de ella, cara a cara. Le dio con el dedo en la nariz -... pero lo que yo no me explico es como es posible que estés de pie en la cabina, si ni siquiera una persona sin vértigo puede estarlo -la pelirroja abrió los ojos como bolas y torció la cabeza unos centímetros a su derecha, algo le subió por todo su cuerpo empezando por el estómago hasta la cabeza que hizo que se paralizara unos segundos. De pronto se echó las manos a la cabeza y se cayó en el sitio totalmente asustada. El rubio se agachó y al acercarse y tocarla la chica reaccionó dándole un fuerte puñetazo en la cara...

- No me toques inútil... – la chica se tapó la cara temblando, mientras el chico se levantaba noqueado.

- Demonio de chica... eh, que estamos a punto de llegar al suelo. Tenemos que pasar desapercibidos... – el chico se agachó y abrazó a la chica que empezó a dejar de temblar, cuando pasaron de largo y volvió a subir la cabina se separó mientras suspirando se dejó caer en el sillón, haciendo que se tambalease toda la cabina. La pelirroja levantó la cabeza mirándolo asustada.

- No te muevas tan bruscamente... – el chico la miró mal mientras se tocaba la nariz que le dolía bastante. Una sonrisa apareció en su cara y empezó a tambalearse de esquina a esquina del lugar, la chica empezó a temblar fuertemente, y dando un chillido desaparecieron del lugar...

Se escuchó un ruido escandaloso seguido de sonidos lastimeros. El rubio había caído encima de la chica e intentaban ponerse de pie.

- ¿Dónde estamos? – el rubio se levantó sacudiéndose mientras observaba el amplio paisaje, sintiendo de pronto que algo caía entre sus manos y sobre él – Está nevando... al menos sé que no estamos en el hemisferio sur...

- Sí... me suele pasar esto... si no me hubieras asustado no estaríamos así... – la chica se levantó adolorida y miró también a su alrededor – Puede que estemos dentro del país o que simplemente hayamos viajado a Europa o América... – se sacudió despreocupada.

- ¿Simplemente? Eso está bien... puede que estemos en Canadá y no pasa nada...

- No es eso... es que la última vez fuimos a la India... – se reía graciosamente.

- ¿Y qué te pasó? – la chica lo miró extrañada y dudosa.

- Eh... pues mi hermano me llevó a un parque acuático muggle y me subió al trampolín más grande... menos mal que nadie nos vio... – se rió mientras avanzaba por el lugar.

- Creo que debemos encontrar la salida a esto...

- Sí, esperemos que estemos en América, en Europa no se habla el inglés... – siguieron andando durante rato encendiendo las varitas y realizando un hechizo para encontrar el camino, tropezaron con casi todo, y por fin el hechizo les llevo a un claro del bosque que parecía sacarlos de allí.

- Dios, estás llena de barro... – el rubio le sonrió a la chica de ojos azules

- No me extraña... me he tropezado no sé cuantas veces... – tiró el abrigo a un lado, cubierto de agua y barro -... me quité un peso de encima... pesaba del agua demasiado. Y bien, ¿dónde llegamos? – dio dos pasos adelante mientras reprimía un bostezo.

- No tengo ni idea... – se escuchó un ruido-... pero eso no me deja tranquilo... – a la vez se escucharon más ruidos a su alrededor. El chico puso el brazo delante de ella y con una seña le indicó que se quedaran quietos. Sacó su varita, a lo cual la chica hizo lo mismo, puesto que al llegar la habían guardado.

- Pueden ser animales... – le dijo susurrando.

- Sí, es lo más seguro... pero pueden ser enormes y devorarnos de un bocado. Recuerda que no sabemos dónde estamos... – de pronto todo se quedó tranquilo y sólo se oía el ruido del viento en las hojas, la noche cayendo y todo tranquilo... hasta que de pronto

... hombres, salidos cada uno de un lugar rodeando a la pareja, armados con varitas y apuntando a los dos. Claramente era gente extraña, vestidos con pieles raras, debido al frío que hacía, con un rostro semejante al de la gente asiática: ojos rasgados, no mucho pelo, cara redonda, labios finos, piel clara... pero su rostro reflejaba antipatía. Cada vez se acercaban más a los dos muchachos...

- Parece que hoy no ha sido su día... que caras más deprimentes. Me pregunto a qué parte de Asia habremos llegado... – la chica se puso a pensar.

- Olvídate de eso ahora... van armados y son ocho. A la de tres apuntamos con un hechizo de desarme... y salimos corriendo.

- Pero son gente, a lo mejor no nos quieren hacer nada malo... – la chica cogió la varita con fuerza mientras lo miraba.

- Sí, díselo a ellos, diles que bajen las varitas... – el chico la cogió del brazo fuertemente.

- Déjame... se lo voy a decir

- ¿Tú estás tonta? Nos van a matar como lo hagas...

- Déjame... – dio dos pasos y se acercó a uno de ellos-... perdone, no somos mala gente, sólo estamos aquí por accidente... –el hombre levantó la varita sin escucharlo y envió un hechizo de fuego que esquivó por poco. Se quedó anonadada escuchando de pronto la voz del rubio que la avisaba. Envió a su vez el hechizo de desarme y fue arrastrada por el chico de pelo rubio mientras los hombres se entretenían ayudando a los heridos.

- ¿Ves lo que pasó? Ahora tenemos que correr...

- ¿Otra vez tenemos que internarnos en el bosque? – miró una vez más atrás y vio como desde lejos les seguían-... estupendo, por fin nos habíamos quitado de encima a los periodistas para que ahora nos sigan éstos...

- A mí me gustaría saber porque nos siguen... – el chico siguió corriendo cuando escuchó un quejido seguido de un golpe. Miró atrás asustado viendo a la chica en el suelo. Corrió hasta su lado y vio como se cogía el tobillo mientras apretaba la mandíbula en señal de dolor-... te sacaré de aquí, nos podremos ir pronto ya lo verás...

- Draco...

- Tranquila... te sacaré – escuchó como se acercaban por detrás los hombres hablando en un idioma bastante extraño.

- Draco, escúchame... piensan capturarnos... o algo por el estilo. No me quiero poner dramática, pero si no nos apresaran a los dos, será mejor que me dejes aquí. De todas formas no creo que me hagan nada... en serio- mientras lo decía le había tomado la cara entre sus manos y mirado directamente a los ojos.

- No lo entiendes... no pienso cargar con la culpa de haberte dejado aquí. Tú te vienes conmigo...

- Seré una carga, soy muy pesada y no puedo moverme...

- Siempre eres una carga para mí... ¿por qué ahora no debería ayudarte? – cargó con ella y levantándose le dio un beso en la frente. En ese momento los rodearon. Él intentó escabullirse pero no pudo, la pelirroja se bajó y fue empujada por uno de ellos. Cayó al suelo.

El rubio se enfureció y le pegó un puñetazo a el que le había empujado. El cabecilla del grupo le dio un golpe en la cabeza y también cayó al suelo. Se agruparon todos y hablaron entre ellos. Ya preparados, uno cogió a la chica mientras entre dos o tres llevaron al rubio.

Abrió lentamente los ojos mientras veía una sombra borrosa en frente de él... parpadeó varias veces y consiguió que su vista se adaptase a la luz del lugar, justo para que se diera cuenta de que le dolía la parte de atrás de la cabeza lo suficiente como para que sintiera ganas de vomitar. Se sorprendió al escuchar una voz gritar algo ininteligible y aporrear la mesa dónde estaba. Vio delante de él a un hombre robusto de pie, y otro sentado junto a él preguntando cosas en un idioma que no era el suyo. A pesar de ello, no contestaba, ni tan siquiera en su propia lengua...

... lo que propició que el hombre que estaba de pie, bastante nervioso ya, remetiera contra él, cogiéndole del cuello de la camisa y levantándolo del suelo, moviendo la silla en la que estaba sentado, para soltarlo de golpe . El hombre que estaba sentado calmó al otro...

- Déjenme en paz... – el rubio los miró fríamente, capaz de congelarlos. Uno de ellos llamó rápidamente a un hombre que estaba fuera de aquella pequeña habitación. Un hombre delgado, con cara fina y deje de sabiduría entró corriendo, habló algo con el hombre que estaba sentado y después se dirigió a Draco.

- ¿Draco Malfoy? Soy Lin Hangtsu, habló su lengua como puede ver. Está usted en la cárcel mágica mongola en la región de Dariganga. Se sospecha de que usted y la señorita que le acompaña son magos oscuros...

- ¿Qué? Eso no es posible... ¿qué pruebas tienen? – el rubio estaba furioso mientras miraba al hombre fijamente.

- Principalmente el lugar en que aparecieron, es un bosque encantado custodiado por una guardia mongola que se encarga de apresar a magos oscuros que hacen sacrificios y rituales en ese lugar. Como verá, no sólo eso, sino que además descubrimos que una joya que llevaba tenía fuertes influjos tenebrosos...

- Qué me está diciendo...¿qué cosa es ésa?

- Un anillo, que no produce nada más que una presencia oscura sobre aquel que lo lleve, a largo plazo de tiempo... ha sido usted condenado por tales motivos.

- Qué condena... – el rubio lo miró tragando saliva fuertemente.

- Por ahora la cárcel... después la muerte – miró hacia abajo el hombre tocándose el cuello.

- ¡Qué dice! Pero si en Inglaterra...

- Lo siento mucho señor, aquí la justicia cambia un poco...

- Y tanto... – el rubio se quedó paralizado pensando y se le ocurrió algo-... ¿no hay nada que hacer? ¿No puedo llamar a alguien antes?

- Bueno... en la ley se permite... pero no sé. Que sepa que a los magos oscuros se les encometen las penas más duras... son muy buscados aquí, en Mongolia.

- Quiero llamar a alguien, por favor... – el hombre se levantó y se dirigió al otro hombre, hablando con él. Al terminar lo miró.

- Sólo una llamada, por chimenea y vigilada... – el chico asintió. Cuando el hombre se iba a retirar se acordó de algo.

- Y la chica que iba conmigo... – el hombre se dio la vuelta en la puerta.

- Ahora te llevarán con ella, también será interrogada. Cuando terminen con ella podrás llamar por chimenea... – el chico asintió seriamente mientras el hombre que anteriormente lo había levantado brutalmente, ahora se lo llevaba furiosamente de vuelta a la celda. Lo empujó al salir, llevándolo por los pasillos. Entre las celdas pudo ver a todo tipo de magos... todos mirándolo, con cierta y extraña presencia de locura en sus ojos. Aquel lugar estaba por demás sucio, no olía nada bien, y por supuesto quería irse cuanto antes de allí...

- ¿Por qué tienen esa mirada los presos? – el rubio miró de reojo al hombre que lo llevaba. El hombre no lo entendía y le dio un empujón hacia delante para que se callara.

- Porque son tratados a un plan de recuperación de conducta... se vuelven locos la mayoría cuando llevan un tiempo aquí... – el hombre delgado de antes apareció a su lado, contestando a su pregunta.

- ¿Qué hace usted aquí?

- Tengo que estar con vosotros en todo momento... soy traductor oficial. Para un encargo que tengo de vez en cuando...

- Espero que no le hayan hecho nada a Ginny... – lo miró con duda.

- ¿La chica? No, no lo creo... por cierto, deben estar encadenados en todo momento – dijo esto último a la par que el otro hombre, robusto como él sólo, abría la puerta de la celda y lo metía dentro. En una de sus esquinas pudo ver a alguien echo un ovillo, y temblando ligeramente.

- Ginny... contéstame – la chica se movió y saliendo de las sombras se arrojó contra el chico.

- Draco... ¿dónde estamos? – se dejó caer al suelo cansada. El chico la miró seriamente.

- En Mongolia...

- Demonios... otra vez en Asia – la pelirroja se mordió el labio mientras al chico le salió una sonrisa- Dios, aquí hace un frío tremendo... ¿cuándo nos soltarán?- lo miró esperanzada.

- Dudo mucho que nos suelten... creen que somos magos oscuros y nos piensan condenar.

- ¿¡Qué!? – la chica abrió los ojos de par en par mientras abría la boca repetidas veces sin pronunciar palabra- Pe- pero...

- Tranquila, podremos avisar a alguien de Inglaterra... y aunque no podamos, siempre podríamos salir de aquí con tu poder...

- Sí, eso creo... sólo que necesito estar relajada y tranquila, y también libre... – le enseñó las esposas. Mientras alguien llegó y abrió la celda- Creo que vienen a por mí...

- Sí, piensan interrogarte... ten cuidado con el grandullón éste, no sé que podría hacerte, y yo no estoy en plan de protegerte si no estás a mi lado... – la chica le guiñó un ojo y se levantó para irse. El hombre le dio un empujón mientras ella lo miraba asustada.

El pasillo se hizo eterno mientras miraba alternativamente al hombre que iba detrás de ella, y que por cierto, no paraba de mirarla. Llegaron a una habitación pequeña dónde estaban dos hombres, uno sentado y el otro de pie. En cuanto llegaron, la chica y el hombre corpulento, el hombre delgado que había estado de pie se acercó a ella y le indicó que se sentara.

- Bien, señorita Weasley, no tenemos pruebas de que usted sea una bruja oscura, pero tenemos suficientes pruebas para condenar a su compañero, y si usted lo acompañaba...

- Pero él no es ningún mago oscuro... ¡qué pruebas tienen!

- Llevaba un objeto tenebroso... además del lugar en el que estaban... si usted culpa a su compañero, tal vez puedan dejarla libre – la chica o miró con la boca abierta, y torciendo la cabeza dejó de hablar. El hombre sentado habló algunas palabras que escuchó el traductor y se las dijo-... tiene que cooperar, decirnos algo que pueda hacernos condenarlo...

- No, no lo haré... nunca – la chica miró fríamente al hombre que estaba sentado en la mesa quee frunció el ceño contrariado. El mismo dijo algunas palabras dirigidas al traductor y éste se fue.

- Suerte pequeña... – al cerrarse la puerta, el hombre corpulento con una sonrisa maquiavélica cogió del cuello a la chica y la levantó hacia arriba, mientras con la otra mano estrujaba la cara de la chica. La dejó caer mientras ésta respiraba entrecortadamente, intentando recuperar el aliento. Cuando el hombre pasó una mano perversamente por su cara, tan sólo acariciándola, la chica puso una cara de asco... la cual incitó a que el hombre se enfureciera, y justo cuando iba a hacerle algo...

... la chica no pudo más, cerrando sus ojos fuertemente, evitando mirarlo, esperando que ese hombre no hiciera nada de lo que ella se pudiera sentir mal después... y en su mente apareció la idea de que el hombre se alejara de ella y la dejara en paz. Dicho y hecho... o en este caso, pensado y hecho.

El hombre se tambaleó, mientras miraba alrededor extrañado y asustado, y fue arrastrado de repente hacia atrás, con tal fuerza que impactó directamente sobre el hombre que estaba sentado. La chica abrió primero un ojo, y al ver a los dos hombres en el suelo se sonrió... llegando enseguida dos o tres hombres más, incluido entre ellos el traductor.

- ¿Qué ha pasado? – preguntó el hombre asustado. Uno de los guardias se volvió a ella y miró sus manos, negando a la vez al traductor.

- Yo no he sido, estoy atada... además, ¿cómo una simple mujer como yo va a poder derribar a dos hombres desarmada de varita? – el hombre miró a la chica envalentonada, mientras los guardias se la llevaban de allí.

- Dile a tu amigo que podrán hacer una llamada... enseguida se os avisará – ella asintió contenta.

Una hora pasó... y la celda seguía en total silencio. La pelirroja se había quedado dormida sobre el regazo del muchacho y él miraba a un punto en el infinito esperando que alguien les avisase que podían llamar de una vez... Su mente volvió a la realidad escuchando unos pasos que se pararon en la celda. El chico se iba a levantar, intentando dejar a la pelirroja en buena postura descansando...

- No hace falta que te levantes... - el chico se paró perplejo, volviendo a la posición, mientras la chica lo abrazaba como si durmiera en una cama-... parece ser que al jefe no le ha gustado nada la actitud de tu amiga, y parece ser que ha adelantado el juicio... no creo posible que puedas llamar a nadie...

- Pero si está en la ley... ¡tengo derecho! – el rubio se exaltó moviendo a la pelirroja, que se acurrucó más en su regazo. Al final se acabó despertando cuando el chico dio un puñetazo en la pared en la que estaba apoyado. La pelirroja de ojos azules se desperezó y se sobresaltó al ver al hombre allí parado. Se levantó rápidamente.

- ¿Nos van a dejar ya llamar? – el hombre negó con la cabeza y ella denotó en su rostro la tristeza y el desasosiego.

- Al jefe no le ha gustado tu actitud... mañana os juzgan- la eplirroja se enfureció, apretando con fuerza los barrotes. Se tranquilizó.

- Pareces una persona razonable... –se puso en una pose pensativa-... y todos sabéis a ciencia cierta que no somos ningunos magos tenebrosos, el problema aquí es que somos extranjeros y por esa regla de tres queréis deshaceros de nosotros, no os preocupa lo más mínimo nuestra condición, si tenemos familia o si vamos a realizar un futuro... creo que directamente os da igual. Lo único que queréis es una vida relajada en un país alejado de la mano de dios, sobrellevado por unos pocos que no sólo se preocupan de sus propios intereses... ¿sabes? No sois tan distintos de las personas del resto del mundo, interesadas por sus cosas, nunca pensando en los demás, siempre al corriente de loo que les beneficia... - lo miró fijamente-... creó que podréis cargar con la culpa de haber juzgado y condenado a unas personas que eran inocentes.

El hombre se quedó mirándola mientras se recogía seriamente las gafas y hablaba algo para sí mismo en otra lengua. La pelirroja sonrió al rubio bastante tranquila mientras éste negaba, contradictoriamente... intentando que se callara.

- No creo que pueda ayudaros a llamar hoy, pero mañana después del juicio lo intentaré... – ella sonriendo dio un salto y se dio la vuelta-... y ten por seguro que seré vuestra defensa en el juicio...

Olor a justicia, manos culpables e inocentes que habían pasado por aquel lugar, aquel sitio destinado para los juzgados.

Olor a condena, aquel lugar que había servido de pañuelo de lágrimas para los que habían sufrido escuchando la sentencia, para aquellos que habían gritado sin ser escuchados, para aquellos que no tuvieron tanta suerte...

Olor a día, ¿ a qué huele el día? Ese día olía a oportunidad, defensa, remordimiento, juicio... olía frenéticamente al juicio que se llevaría a cabo.

Una pareja de muchacho entró al lugar, todo en silencio, la luz del sol se colaba entre las ventanas, un suave murmullo a viento y la garganta del juez que se aclaraba. Dijo algunas palabras extrañas.

- Ha dicho qué quien se presenta... decid vuestros nombres en alto...

- Draco Malfoy

- Ginny Weasley

- Yo, Lin Hangtsu, me presento como traductor... y defensor- algunos susurros se escucharon en el jurado-... para la absolución e indulgencia contra el cargo de magia oscura, contra Malfoy y Weasley.