Hola a todos de nuevo... antes de nada, siento muchísimo haberlos hecho esperar tanto tiempo! En serio, de veras, lo siento. Desde Navidad que no actualizaba vv Pero bueno, eh aquí otro chap que espero que pilléis con ganas, y tb espero k os guste, y si no ya sabeis, dejadme revis porque ya empiezan los últimos capitulos. Reviews:

Anyuly: ola, cuanto tiempo, cierto? Dios, hace un frio . Casi ni podia teclear en el ordenador... por donde tu estas tambien, cierto? Bueno, al lio... spero que te guste este chap, y sipe, no se si alguna vez estos dos se juntaran de verdad. Concretando ciertamente en que ninguno cree que el otro esta enamorado de el mismo... Muchos besos wapa! Y a ves si tenemos otra charla como es de Hp!!

Yose-Malfoy-Felton: sipe, suele pasar que a Ginny, todo lo que quiere le pasa al reves, te entendí perfectamente . Bueno, me encanta que te haya gustado ste capi tb... sipe, a mi me gusto las pintas de los gemelos! De acuerdo, spero k no me cobres sta vez por lo de Draco, eso de prestartelo... la proxima vez que te cases con algun personaje avísamelo!! XDD bueno, de fiestorra ese dia, eh?? jejeje, bueno, tranqui, ya veo k me tienes vigilada para que actualice... Muxos besotes!! Hasta la proxima!!

Rikku: ola wapa!! Yo me lo pase muy bien en nochevieja aunque fuese hace un mes casi... . U pero bueno... Ya mismo los ultimos chapis y podras enterarte de si es niño o niña... Ya lo veras!! Bueno, si te gusto el otro, spero que ste te haya gustado bastante... cuentame mas cosas pronto!! Besocotes!!!

Lady Laura Malfoy: bueno, tendras que sperarte a k se digan algo en serio aunque el rubio da un buen paso en este chap, tu no te preocupes, pronto pasara lo que tiene que pasar... sigue leyendo!!! Besos!!

Iraty rowling: gracias por decirme k mis chaps son perfectos . bueno, la verdad es que ni en la vida real todo sale cmo nosotros nos speramos (mas bien nada sale como nos esperamos)asi que este fic no le sera indiferente, ginny teme lo que draco pueda decirle sobre si tienen ambos un bebe, y mas si se va despues de la boda... pero lee este chap, dira ginny algo para que porfin Draco se entere. Bueno, no por el momento, pero si mas adelante... Muxos besos!!! Y gracias por decirme que la kiers hacer niña! Creo que voy a poner votaciones, pork no se k va a ser... jeje.

LianBlack: bueno, como puedes ver no te contestare tan largo, k va, ni mucho menos. Principalmente porque quiero subir pronto el chap y se me haria muy largo responderte, lo siento. A pesar de todo, animarte para que sigas leyendo. Ya que llegaste hasta aquí, claro. Pronto seran los capis ultimos, mas pronto de lo que te esperas ;) Asi que me encanta que te guste tanto este fic, y seguire pronto con ese k me pediste: Dangerous to know. Veo k te gusto bastante . Bueno, aki enEspaña si tenemos Cartton Network, pero no es el canal donde pasan a Inu, es un canal llamado Buzz. Ademas, justamente se quedaron por los capitulos de los siete espiritus, ya no echaron mas a partir de esos ¡¡ Ke fastidio.... si me lei The boy who loved Lily y esta muy bien. Recién leyendo el comic me di cuenta que se basaba en el. Me encanta ese manga, lo adoro!! .

Espero k pronto actualices Dias de lluvia, me gusto mucho. Siento no haberte mandado reviews en los correspondientes fics, pero ultimamente me fue imposible conectarme con el ordenata.

Bueno, me despido, esperando que te pongas mucho mejor de lo que me parecio estuviste hace un tempecito, y si te vuelves a resfriar no salgas de la cama, testaruda!! K conste que es por tu bien... Muchos besotes, amiga.

Niv Riddle: bueno, muxas gracias por escribirme, y creo sinceramente k tienes razon. Draco no tiene pork enterarse... aunque despues de este chap pienses que yo misma me contradigo. Besotes!

Fiosol: muxas gracias por dirigirme dos reviews, te contestare los dos a la vez ya que son iguales. Sipe, intento siempre que mi fic lleve de todo, aunque siempre me sale mas el romanticismo . . Bueno, ya veras lo que pasa en este chap... y si se lo dice o nop! Besos, sigue escribiendom porfis.

Cocojajas: ola... stas perdonada por no leerme pronto al igual k tu me perdonas el no haber actualizado pronto, sipe? Bueno, ya veras si se lo dice o no... jeje, surprise. Bueno, muxos besos y scribeme pronto! Saludos Nieves!

De acuerdo, ahora habiendo terminado los reviews algo importante: por favor, enviadme reviews, os ruego k los enviéis porque este es uno de los ultimos capitulos (tranquilos, no es el ultimo) Pero por favor, enviadme muchos reviews, creo que después no se podrá hacer mucho cuando ya lo haya terminado U. No os diré exactamente cual es para que sea una sorpresa cuando os llegue el último. Solo os digo que esta cerquísima ya que es el del mismo día de la boda. ¡No os demoréis y mandádmelos! ¡Os lo ruego! (tranquilos, no es el ultimo) ¡No os demoréis y mandádmelos! ¡Os lo ruego!Por cierto, hay votaciones sobre si quieren niño o niña para el bebé y asi saco nombre. Si alguien tiene en mente nombre, también me lo puede decir (k loca estoy) Lo dicho... ¡reviews!

Besotes

Cleo-lil

10. El verde esmaralda dejó de ser lo que era.

Unas manos se removían intranquilamente. Su cabello rojizo se azotaba a merced de la brisa del viento. Sus ojos soñadores se entrecerraban, viendo el vasto cielo azul oscuro alumbrado por la tibia luz de la luna. Las estrellas se reflejaban en ellos, brillando como bombillitas intermitentes en un océano de irrealidad. Una sonrisa melancólica se apoderaba de su rostro, que corrompido por la tristeza impedía que su alma reluciera como siempre. Su piel se estremecía, acariciada por la fina tela de seda que recubría su torso, mientras sus propios dedos impasibles la recorrían con ansias de aminorar el frío.

Y sus labios granates se enrojecían con el paso del tiempo, con el frío de la noche en contacto con su carnosidad... rotos por el silencio de su corazón ausente.

Una puerta se abrió llamando la atención de la peculiar muchacha, que sin mirar siquiera hacia el lugar, si que anhelaba saber que querían de ella, pues era la única en aquel frío lugar... frío, pero muy hermoso. Sin querer miró de reojo alertada por su presencia. Un frío presentimiento le recorrió todo el cuerpo, mientras un suspiro se dejó ver.

- ¿Se puede saber que haces aquí?- una sonrisa preocupada apareció en la cara del chico que preguntaba, mientras sus manos en los bolsillos, empezaban a removerse sin tranquilidad. Sus pasos, firmes, le llevaron hasta la singular chica-... todos en la fiesta preguntan por ti, y salí a buscarte.

- Diles que me fui porque me duele la cabeza... – seguía de espaldas sentada en un banco de piedra, mientras el chico notaba en su voz cierto resentimiento y frialdad.

- Eres la prometida, esa excusa no te vale a ti... vuelve conmigo.

- Sólo saliste a buscarme por ellos... – el chico estaba justo detrás de ella, mirando su eterna cabellera roja llameante.

Se sentó sonriendo ambiguamente, junto a ella, mientras se quitaba la chaqueta y se la colocaba sobre los hombros suavemente. Miró sus ojos radiantes, que dejaban un rastro de tristeza en un intento desesperado de que él no se diera cuenta. Su brillo natural era opacado por ese brillo sobrenatural que sólo se apoderaban de ésos. Sus ojos grises no dejaron nunca de admirar a esa mujer que estaba sentada a su derecha, cosa que seguramente sólo él sabía. Su mano se apoyó en el banco, mientras se entrelazaba con la delicada mano de la chica.

- Será mejor que volvamos dentro... – se levantó lentamente soltando la mano del rubio, mientras éste la miraba extrañado. También se levantó a la par, dispuesto a preguntar el porqué de su reacción.

- Qué te pasa...

- No me ocurre nada... – la chica se paró evitando mirarle, mientras el chico se colocaba a su lado dispuesto a saberlo. De buenas a primeras, dio dos pasos la pelirroja abriendo la puerta que llevaba de la terraza de nuevo a la fiesta dejando la chaqueta a un lado. Lo miró fijamente a los ojos-... disfruta de tu recepción.

- Ginny... - el chico la siguió hacia dentro de la fiesta, pero cuando la iba a parar del brazo se perdió entre la gente. Su cara se contrajo furiosamente, haciendo un deje de desesperación. Escuchó una voz conocida cerca del lugar, y miró por encima buscando su dueña. Vio una cabeza morena y se dirigió hacia ella-... Granger.

- Hermione, puedes llamarme Hermione... – la chica lo miró de reojo mientras se echaba ponche.

- Bueno, pues, Hermione... – sus cejas se elevaron raramente-... esto... ¿sabes tú lo que le pasa a Ginny?

- ¿Acaso tú no lo sabes?- el rubio negaba fuertemente mientras lo miraba curiosamente. Suspiró viéndolo tristemente.-... bueno, tu tendrías que ser el primer interesado en saberlo, pero si quieres saber algo, tendrás que preguntárselo a ella.

Mientras la morena desaparecía, el rubio se quedaba más confuso todavía de lo que estaba, mirando la estela de su traje perderse entre la gente. Se echó la mano a la cabeza, mientras empezaba a dolerle de verdad. Escuchó una risa estridente cerca de ahí, que la reconoció enseguida, yendo a localizarla cuanto antes. Tras sus pasos encontró a una rubia con una fantástico vestido que realzaba sus nada despreciables atributos.

- Pansy... sabía que eras tú... – el rubio la miró mientras ella se daba la vuelta y le plantaba dos enormes besos en la cara. Lo miró a los ojos varios segundos, y con cara aburrida se lo llevó de allí cogido de la mano.

- Espérenme, ahora mismo vuelvo... – sonrió a dos chicos que la saludaron. Se apartó con el rubio en un rincón de la enorme estancia llena de gente. Lo miró fijamente-... bien, ¿qué vas a hacer?

- Qué voy a hacer de qué... – la rubia rodó los ojos después de darle en la frente con la mano.

- Qué vas a hacer después de la boda... ¿te irás?

- Claro, ya se lo dije a ella...

- ¿Y cómo se lo tomó?- elevó una ceja imaginándoselo.

- No muy bien, creo que entristeció... y ahora no me... – paró de hablar mientras abría los ojos dándose cuenta.

- ¿Qué pasó?

- No me habla por eso... – la miró tristemente mientras se echaba una mano a la cara. El rubio se disponía a irse cuando ella lo cogió del brazo.

- No irás a por ella ahora... – el chico asintió y ella lo miró recriminándolo-... si vas lo empeorarás. De todas formas no creo que puedas decirle que te quedas, porque eso es lo único que puedes hacer por arreglarlo, galán.

El chico la miró derrotado dándose cuenta de la situación, y la miró intentando que se le ocurriera algo. La rubia lo miró pensativa, mientras miles de ideas se le pasaban por su cabeza.

- Draco... - lo miró aburrida poniendo una mano en su hombro-... no puedes hacer nada después de lo que piensas hacer, irte así...

- Pero...

- Nada de peros... si no te quedas, no hay nada que puedas hacer ya por ella. Oye, ¿ésa no es la pelirroja? ¿tu pelirroja?

- ¿Qué? – volvió rápidamente la cabeza mirando a la puerta y vio a la chica cogiendo su abrigo para irse de la recepción, el rubio miró a la rubia, le dio un beso en la cara, y salió corriendo entre la gente en busca de la chica, que estaba siendo retada por Hermione.

- Hermione... déjame en paz. Yo me voy de aquí, discúlpame a los demás... – sus ojos se desviaron unos centímetros reparando en alguien que se abría paso entre la gente, y aterrada cogió el bolso rápidamente, cogió la mano de Hermione y se la apretó con gratitud, marchándose mucho antes de que el rubio pudiera llegar hasta ella.

- Ginny... – la morena ladeó la cabeza hacia la derecha cansada, asustada momentos después por la rapidez del rubio al pasar.

La pelirroja salió de la estancia, una gran casa para celebraciones de la familia Malfoy en pleno Londres muggle. Cogió carrera y salió de allí dispuesta a escapar de las garras de su prometido. Draco salió de la casa mientras cogía aire, viendo el vestido blanco de la chica agitarse por la cera. Le llevaba un buen camino y debía darse prisa, aunque suponía que no llegaría muy lejos la chica con tacones de aguja...

- Dios, nunca había visto a una mujer soportar tanto corriendo con esos tacones... – el rubio corría tras la pelirroja desde hacía ya rato. Había llegado al centro de la ciudad, dónde no había mucha gente debido al frío que azotaba esa noche a Londres. Estaba a punto de alcanzarla, mientras respiraba apoyado en una farola.

Antes de que se alejara ni dos pasos de la farola en busca de la muchacha, vio a lo lejos como daba un traspié y se paraba. Se acercó con una rapidez inaudita, conforme llegando dándose cuenta que se le había roto un tacón. Se paró a unos cuatro metros de ella, mientras la susodicha se daba la vuelta asustada y con la respiración agitada igual que el chico. En su mano llevaba un tacón roto, mientras un sudor frío la recorría por completo. El chico se acercó y Ginny ya no pudo con la frustración terrible que se apoderaba de ella.

- ¡¡DRACO MALFOY!! ¡¡DÉJAME EN PAZ!! – el rubio se paró con la boca abierta mientras la cara de la chica se torcía en lágrimas, apuntando con su tacón al rubio.

- ¡No ves que no puedo dejarte en paz!

- ¡Por qué! ¡Maldita sea!

- Porque... te quiero- la pelirroja pilló por sorpresa tal declaración y se quedó estancada en el sitio, siendo vista por una par de ojos grises acompañados de una sonrisa dulce. El muchacho de cabello platino se fue acercando sin que ella se diera cuenta, hasta que estaba junto ella, respirando su propio aire.

- Es mentira... sólo dices absurdeces... – se separó de él, apenas se dio cuenta de su presencia, poniendo entre ambos el tacón roto, apenas rozándoselo en el pecho.

- No estoy mintiendo... – la miró suplicándole-... te quiero tanto como tu me quieres a mí- elevó una ceja dispuesto a escuchar lo que ella dijera.

- ¿En serio? Pues yo no te quiero... – lo miró cruelmente mientras la veía helado.

- El que no cree ahora a alguien soy yo y a ti... – la miró dolido, pensando que llevaba razón en sus suposiciones, pero no que iba a decírselo así.

- ¿Qué no?- la chica entrecerró los ojos enfurecida, mirando a su alrededor y dándose cuenta por primera vez que estaban en un puente. Se subió a este, mientras el rubio no hacía ni caso de ayudarla. Ella se puso de pie, mientras se movía su vestido con el viento. El chico cruzó los brazos en el pecho y la miró fríamente- ¿Ves? ¡No quiero a Draco Malfoy!- gritó a todo el que pasara por el sitio.

- No pasa nadie por aquí... – muy tristemente intentaba que no le afectara tanto.

- Draco... yo... – la chica se dio cuenta de su lúgubre reacción e intentaba disculparse pero al moverse se pisó con el tacón que le quedaba el vestido, y al haber desequilibrio y no tener el otro tacón en el zapato resbaló. Pero no resbaló hacia delante, sino para atrás, hacia la caía del puente al río. Una caída de treinta metros -¡¡AH!!

El rubio se dio la vuelta a tiempo y echándose completamente sobre la baranda del puente de piedra, la cogió de la mano fuertemente y sujetándola en el aire.

- ¡Draco! Por Dios... ¡SÚBEME! – miraba la chica aterrada al rubio, que la cogía de la otra mano. El chico la cogió fuertemente de ambas manos y la elevó hasta la cintura, aunque en un arranque de locura le pareció mejor otra cosa.

- De acuerdo... – aún no estaba arriba la chica, medio aterrada casi de darle una patada si no la subía de una vez-... pero sólo si te casas en serio conmigo.

- ¡¿Qué?! ¡ATENTAS CON MI VIDA PARA QUE ME CASE CONTIGO!- lo miró con unos ojos tan fieros que un sudor frío que le recorrió por todo el cuerpo hizo que le sudaran las manos.- Suéltame entonces... – decía sin creer que lo iba a hacer.

El rubio miró a la chica perplejo colgada de sus brazos que lo miraba ahora fríamente. Al chico sin querer se le escurrió un poco cogiéndola de las puntas de sus manos, finalmente se quedó colgando de una mano mientras el chico la miraba tristemente.

- De acuerdo, te soltaré... – la chica lo miró como si el mundo se le estuviera cayendo encima, su garganta se quedó en el momento ahogada, rota por un frío que se apoderaba de su cuerpo. Veía en unos instantes las imágenes de alguna gente, su enfado con su familia, con sus hermanos, con sus padres...

Flashback

- Vete de aquí inmediatamente... – una cara pelirroja perteneciente a su hermano Ron, que acababa de entrar por la puerta cuando anunció la noticia, la miró con desdicha e ira, remitiéndose las ganas de gritarle.

- Pero... – gruesas lágrimas empezaron a correr por su fina cara viendo como su madre se abrazaba a su padre un poco mareada, rodeada por el resto de sus hijos. La chica que ahora pasaba desapercibida, intentaba por todos los medios esquivar a su hermano y ver como estaba su madre.

- Nada de peros... nos has hecho sufrir demasiado ya, vete de una vez de esta casa. Yo que había venido para disculparme contigo... – la pelirroja lo miró amargamente, retrocedió hasta la puerta antigua de madera de la casa, y abriéndola, miró por última vez a su familia.

Justo cuando la chica de cabello pelirrojo salió de la casa, su misma madre se recuperó un poco viendo enseguida donde estaba su hija, donde estaba la única hija que tenía y que tarde o temprano pensaba darle un nieto. Su mirada recorrió todos los sitios de la parte de la case donde estaban mientras los demás le preguntaban si su estado era bueno.

- Y Ginny, donde está mi querida niña...

- Sí, eso es... quiero decirle que no tiene por que preocuparse... – el padre miró a sus pelirrojos muchachos. Cinco de ellos se miraron curiosos sin saber nada. Uno último con una ceja levantada en señal de enfado, con los brazos cruzados, respondió.

- Se fue... creo que prefiere prescindir de la familia e irse con ese rubio... – todos se quedaron mirándolo callados, sin pronunciar palabra alguna, en un ambiente de hostilidad y tensión... todos viendo al recién llegado pelirrojo que había echado de la casa a la única mujer Weasley de todos los hijos.

Fin Flashback

De las manos pálidas del rubio se resbaló suavemente la pelirroja que abrió la boca asustadiza, viendo su muerte cercana, a pesar de que el rubio no mostrara señal ni expresión de tristeza o sorpresa en su cara. Las cosas ocurrían lentamente, como si cada segundo se volviese un minuto, y cada minuto una hora... y así sucesivamente. Su mano estirada rozó con los dedos del rubio y cayó finalmente mientras el rubio dibujaba una sonrisa en su cara, más que cínica, burlona.

Justo en ese momento la chica se quedó en el aire flotando. Ginny, que miraba su vida pasar en pequeñas diapositivas, logró ver lo que estaba ocurriendo y miró a su alrededor y finalmente hacia abajo. Estaba como a dos metros del puente y bastante lejos de la superficie del río. Miró finalmente al rubio, que estaba apoyado en la baranda del puente viéndola entretenido y sonriendo. Sus ojos grises se entornaron tras una gran sonrisa.

- Me echaste el hechizo antes... súbeme...

- Las palabras... – se apoyó de espaldas a ella.

- ... por favor...

- No, ésas no son, aunque si que podrías empezar así...

- ... gracias...

- Tampoco, aunque vas mejorando... – con su varita la elevó un poco sobre el puente. Ésta elevó los brazos hacia arriba para alcanzar la baranda, pero todavía no era suficiente y aún seguía flotando a escaso un metro de la barandilla.

- Por Dios, súbeme ya, Draco... – su cara denotaba ya tristeza, mezclada con frío, porque el abrigo se le había caído al río, y lo miraba tiritando flotando sobre el aire.

De repente sus ojos se abrieron, dándose cuenta ahora en la posición en la que estaba: flotando en el aire a treinta metros del agua... un escalofrío le recorrió por toda la columna y empezó a temblar violentamente mientras cerraba los ojos fuertemente y se abrazaba a sí misma. Ahora se daba cuenta de la situación, y ni siquiera recordaba haberse subido inconscientemente a lo alto del puente.

El rubio que la había escuchado hablar tristemente estaba pensativo en si dar su brazo a torcer o no. Miró de reojo razonando que no la estaba escuchando protestar en un buen rato... ¿y si le había pasado algo? Se dio la vuelta rápidamente y apoyándose sobre la baranda, la vio acurrucada en el aire, con la cabeza entre sus brazos y temblando. Recordó consciente de que la chica tenía miedo a las alturas, y pensó el porqué no le había pasado nada al subirse a la barra de piedra en un primer momento. Quizá la rabia no le había hecho que pensase bien dónde estaba...

- No me voy a ir otra vez a sabe Dios dónde... – el rubio la elevó con la varita el metro que le faltaba y subiéndola sobre el puente, tuvo el tiempo necesario como para terminar el hechizo y cogerla a tiempo. La cargó mientras le frotaba los brazos para tranquilizarla. Se movía frenéticamente, como temblando, mientras seguía con los brazos en la cabeza.-... Gin... Gin, venga, vamos, ya no estás en el aire, tranquilízate.

La chica abrió los brazos mientras sus ojos lo miraban aterradamente. Hubiera dado toda la fortuna de su familia por no ver esa expresión en su cara, como si la vida se le fuera a ir en unos instantes. Su cara estaba pálida debido al susto, su piel erizada por el frío, y sus pies descalzos sin zapatos. Lo único que pudo hacer por ella fue abrazarla para darle calor.

Pasado un rato, y sin ni siquiera decir nada, el rubio la miró, justo al lado de ella mientras su cabello se mecía por el aire, y las pequeñas gotitas que formaban sus lágrimas, se escondían en el cuello tras atravesar su cara. Aún estaba nerviosa, pero respiraba profundamente, a fin de lograr que su cuerpo dejara de temblar en terribles convulsiones. El rubio sin previo aviso la cogió en brazos y la subió a su espalda.

- Draco, no... – su voz sonaba ahogada y agudizada por el miedo.

- Déjalo, yo tuve la culpa, no debí obligarte a subirte ahí para demostrar nada...

- Fui yo la terca, perdóname... – la pelirroja enlazó sus brazos alrededor de su cuello y apoyó su cabeza en uno de sus hombros, concretamente en el derecho.

Aspiró el suave pero embriagador perfume que llevaba, muy distinto al que solía llevar cierta persona de ojos verdes, que llevaba fragancias fuertes para después del entrenamiento de Quidditch. Aunque ya no amaba al chico del que estuvo enamorada interminables años, no podía dejar de compararlos, y no sabía porque... lo más lógico es que lo quería tanto que no podía evitar evocar el recuerdo de otro amor que le hacía sentir eso mismo en otra época, eso, o simple vanidad. Y prefería pensar en lo primero. Una risa suave se le escapó.

- ¿Te ocurre algo? – el chico la miró de reojo mientras intentaba llegar a una calle de la ciudad que estuviera desierta.

- No, nada... – una suave sonrisa se le dibujó mientras cerraba los ojos y se dejaba llevar por ese perfume, entremezclado con su olor personal, sintiendo la agitación de su respiración que se entrecortaba - Draco...

- Si... – la miró dulcemente.

- ¿Te imaginas que nos casáramos y tuviésemos hijos?- sus ojos aún seguían cerrados pero su alma, encerrada dentro de su ser, gritaba por escuchar lo que pronto diría.

- No sé... quizás podríamos formar una buena pareja y familia- esa respuesta hizo que la chica se revolviera y levantara la cabeza, quedando sumamente callada. Claramente no esperaba eso.

Momentos más tarde, el rubio la bajó, todavía ella con la mirada perdida. Miró a ambos lados de la oscura y desierta calle, y seguro, sacó la varita al frente apareciendo inmediatamente el autobús Noctambulo. Subieron ambos, saludaron al muchacho y pasaron el viaje sin dirigirse la palabra. Llegaron en un santiamén a la casa de Hermione, donde se alojaba ahora. Pasaron hasta la puerta, y colocándose uno enfrente del otro, se quedaron mirando a los ojos. Como la despedida de dos adolescentes que habían quedado durante toda la tarde para dar un paseo.

- Draco, yo... siento mucho todo lo que pasó...

- No tiene importancia, yo lo siento más, fue por mi culpa... – la miró mientras ella agachaba la cabeza-... ¿y tu familia y tú? ¿te reconciliaste ya con ellos?

- Eh... no exactamente- una sonrisa irónica le hizo ladear la boca.

Unos minutos de silencio.

De pronto, unas pequeñas gotitas que caían precipitadamente fueron convirtiéndose en algo más. Pasaron a formar gruesos copos de nieve que, debido a la excesiva atención de la pelirroja, el rubio pudo ver a sus espaldas. Ginny salió del pequeño tejadillo que cubría la puerta de la casa, aún descalza, pero con un brillo inaudito de ilusión en sus ojos. El rubio la vio correr desde la puerta hasta el jardín, como si fuese una pequeña niña. Se dio cuenta de que no llevaba zapatos y justamente salió corriendo detrás de ella preocupado.

- ¡Idiota, no corras descalza con el frío que hace!- cuando la agarró del vestido, la chica se resbaló cayendo torpemente al suelo, y seguidamente el rubio. La pelirroja lo miró alegremente mientras se sobaba la cabeza, y a poco espacio de ella el chico que la miraba contrariado. Ella se levantó y le ofreció la mano con superioridad.

- ¿Pasas adentro?- enseguida puso una cara seria nada propia de los pelirrojos de su familia-... tengo que contarte algo. Además, si vuelves a la fiesta sin mí sería sospechoso... – elevó una ceja graciosamente.

- Puedes decírmelo aquí... – el rubio se veía recio a seguirla por mucho que quisiera, era como si ella estuviese jugando con él. Ahora se enfadaba y al siguiente momento le sonreía.

- De acuerdo... entonces, el día antes de la boda, te lo diré... – su cara sin señal de felicidad por ningún rincón, sino más bien de seriedad absoluta lo miró, para pasar a una cara suplicante-... por favor, tengo que decírtelo, no faltes.

- De todas formas es mi boda, no faltaría... – la vio que, mientras el reía, se buscaba algo entre la ropa. Al fin logró sacarse algo.

- Eh... te quiero dar esto, si no lo quieres lo entiendo... – le mostró un anillo con un rubí rojo engarzado en plata y diversas pequeñas esmeraldas. Se lo puso en la mano derecha y le cerró el puño.

- Rojo tu vivo cabello como los rubíes, verdes esmeraldas como verdes... ojos- la miró amargamente mientras se le hacía un nudo en la garganta. Ella lo miró sorprendida con una sonrisa amable.

- ¡Oh! No, no, no. Roja la sangre Weasley, como buena Gryffindor, verde la sangre Malfoy, como buen Slytherin. Unidos por el lazo plateado... – sus manos frías y tibias a la vez tocaron su rostro mientras se ponía de puntillas para acercársele. Con la otra mano le rodeó el cuello... para quitarle la bufanda. Se la rodeó al cuello y lanzándole un beso al aire se despidió corriendo por la nieve.

- Eres... una estúpida. Pero eres mía aunque no lo quieras, porque tienes mi alma al igual que yo tengo la tuya... – miró el anillo entre una sonrisa irónica, viéndole un nuevo significado al verde esmeralda. Y es que desde que hicieron el pacto, ése verde ya había dejado de ser lo que era.