En la abadía

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Odio la abadía.

La odio porque todos piensan que soy sólo un niño, pero no es cierto.

Mi cuerpo quedó reducido hace años, cuando una fisura en una planta nuclear causó uno de los más grandes desastres nucleares de Rusia. Por eso mi crecimiento se retardó un tercio. Eso quiere decir que para crecer dos años en lo físico, deben pasar tres años, por lo que en realidad soy el mayor de los Demolition Boys. Pero nadie parece notarlo, o no se dan por aludidos. Para ellos soy sólo un niño, y siempre y cuando sea digno de permanecer en el equipo, vale todo. Incluso mi gusto por las armas fue permitido, siempre y cuando fuera aplicado al Beyblade. Es por eso que mi lanzador tiene ésa forma.

Tal vez eso sea lo único rescatable de la abadía. Mi padre era un pacifista, y se horrorizó al descubrir mis gustos. Mamá me trajo aquí, porque cuando mi padre bebía, se volvía todo un guerrero. Un guerrero que no sabía que algunas cosas no pensaban atacarlo, y que no era necesario tirarlas por el aire. Quizás dijo que era pacifista sólo para contradecirme, pero ya no importa. Hace años que no vienen a verme, tal vez se mataron entre sí.

Ser el más petizo de los Demolition Boys no te libra, ni en broma, del entrenamiento. Es lo mismo para todos, excepto para Kai. Dormimos en cuartos separados el uno del otro, aunque hace poco Kai terminó durmiendo con Tala. Para qué iban a ponerlo conmigo, oh claro, porque soy sólo un niño, y los niños no hacen esas cosas. Boris me lo dijo, pero tanto Spencer como yo sabemos lo que le hace a Bryan. Y después anda diciendo que eso sólo nos haría distraer del entrenamiento, en muy bastardo se cree que no sospecho nada, pero me mira con el mismo deseo con el que miraba a Bryan. Y sé lo que va a pasar. Me llamará a su habitación y entonces...

Mejor no pienso en eso.

El sólo hacerlo me da asco. Los muros de la abadía son fríos y oscuros, pero Bryan podría haber caldeado el ambiente con otro, más acorde a su edad. Con Tala, por ejemplo, y yo me quedaría con Kai. O con Spencer, da lo mismo, pero tendría a alguien que no me viera como un niño. Alguien que me hiciera sentir como un hombre.

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Cuando Kai nos dejó, ya se sabía lo que iba a pasar, pero tal vez Boris se entretuvo demasiado con Bryan y no lo notó. Tala se salvó, pero ahora es más frío que antes. Kai le destrozó el corazón, o el poco que aún no era de hielo, y parece estar decidido a no volver a usarlo jamás. Casi se muere, pero estuvieron luchando por salvarlo. Spencer donó sangre hasta que se desmayó. Bryan había desaparecido entre todo el alboroto, y a mí no me llamaban porque mi sangre presentaba algunas anomalías.

¿Dónde estaba Bryan? Boris jamás lo dejaba salir antes de la hora designada para el entrenamiento. Eso si no le había pasado nada. Fui a la habitación de Boris, por medio de un pasadizo que le ví usar una vez, cuando se llevaba a Bryan a la rastra. Sí, estaba allí, y había usado a Bryan de nuevo. Pero alguien le había clavado un puñal en el pecho, tal vez para desahogar años de humillaciones y sufrimientos.

Entonces me detuve. ¿Qué pararía a v de cometer otros asesinatos? Pero ¿asesinar a quién?

Me llevó un segundo responderme.

Kai.

O Ray, era lo mismo. Bryan iba a matarlos. El ver a Boris en medio de su propia sangre fue lo más repugnante que he visto en mi vida, y siempre lo recuerdo, en mis pesadillas.

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Salí de la abadía corriendo, sin que nadie me parara. Los guardias estaban vigilando el laboratorio donde debían estar tratando de salvarle la vida a Tala. Si es que se podía. Corrí en medio de la nieve, esperando encontrarlo, y lo encontré, al asecho, frente al hotel de los Bladebrakers.

Entré al hotel por la puerta trasera, y busqué el cuarto de los Bladebrakers. Tercer piso. Subí las escaleras, el ascensor iba demasiado lento, y golpeé la puerta con desesperación. No quería ver otra muerte más, por más que fuera Kai. O Ray. O cualquier otro.

Pero no estaba ninguno de los Beyluchadores. El que me abrió la puerta fue ése chico con anteojos, Kenny, con cara de sueño.

-¿Qué pasa?- preguntó, medio dormido, pero yo no le di tiempo de reaccionar.

Entré atropellándolo, y cerré la puerta con llave. Kenny se asustó, al parecer no me había reconocido, por lo que se fue alejando a los tumbos. Cuando prendió la luz del velador pude ver que no había nadie, excepto él.

-¿Y los otros? ¿Dónde están?- quise saber, apurado.

-Ray y Kai se fueron, no me dijeron adónde, y Max y Tyson duermen en otra habitación... – respondió, nervioso.

-Llámalos. Bryan los va a matar. A Kai y a Ray- aclaré, ante la interrogativa de Kenny -¡Vamos, apúrate!-

Kenny llamó nervioso al celular de Ray, que le había regalado el Sr. Dickenson cuando entró al equipo. Max y Tyson se la pasaban llamándose, pero Ray lo tenía prendido. Le arrebaté el celular y le vociferé a Kai que Bryan iba a matarlo, y que si era tan estúpido como para dejarse ver, solo o junto con Ray, Bryan los mataría. Me hicieron caso, y se quedaron en un hotel algo alejado de la abadía.

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Pero la noche aún no terminaba.

-¿Y ahora qué hacemos?- preguntó Kenny, nervioso.

-No sé, pero no tengo ganas de volver a la abadía- le dije.

-¿Por qué? ¿Pasó algo?-

-Qué no pasó querrás decir. Uno se suicidó y luchan por salvarle la vida, otro apareció muerto en su cama con elementos fetichistas adecuados para algunos integrantes -menores de dieciocho años- de la abadía, Bryan casi se volvió loco y ya no sé ni por qué vine a avisarles, si están de lo más tranquilos-

Después hubo un largo silencio. Hacía tiempo que quería decir eso, dejar salir algo de mi frustración. Si no lo hacía iba a estallar. Ni siquiera había traído mi Beyblade, para qué, si no lo necesitaba, pero me sentía terriblemente mal el saber que estaba alejado del único motivo de mi existencia. ¿Y por qué todo dependía de ésos trompos modificados, con Pokémons subdesarrollados dentro con aspiraciones a espíritus? ¿No hubiera sido más fácil pegarle un tiro en la cabeza a cada jugador de trompos y listo? Así ésos monstruitos de los trompos iban a ser nuestros, pero no. A veces me sorprendía la imbecilidad de los adultos.

-Y lo peor es que ahora termino encerrado en una habitación con un nerd, que ni siquiera tiene el Pokémon en el trompo, sino en la pantalla- dije, pensando en voz alta.

-¡Oye! ¡No es mi culpa!- dijo Dizzi.

-Ahora hasta un Pokémon agrandado me contesta, esto es genial-

-Ya basta, no peleen- dijo Kenny, y cerró su Laptop –Nos vemos, Dizzi-

Después reinó el silencio. ¿Y ahora qué?

-Oye- la voz de Kenny me sorprendió -¿Quieres hablar conmigo?-

Me di la vuelta, sorprendido.

-Es que creo que necesitas a alguien que te escuche-

Y vaya que lo necesitaba. Nos sentamos en la cama, y le empecé a contar todo lo que me había pasado. Desde el accidente nuclear hasta cómo me trataban como niño. Tenía más de quince años y todos creían que apenas acusaba diez. Descargué quince años de sufrimiento en ésa noche, y terminé llorando en el pecho de Kenny. Ni siquiera sé por qué lo hice. Tal vez porque si no lo hacía, explotaría.

-Sé cómo te sientes, Ian, o al menos en parte- dijo Kenny –A veces creo que nadie me ve como un integrante del equipo, sino sólo como el entrenador, alguien que sólo piensa en las computadoras, el estudio y en el aspecto técnico del Beyblade- me estrechó con más fuerza –Es más, ni siquiera me consideran como alguien a quien amar, sólo como a un niño genio, pero nada más- ahora él empezaba a sollozar –Creen que no me doy cuenta, pero pidieron cuartos separados porque Tyson y Max son pareja, y Ray y Kai también, pero yo... Yo no tengo a nadie que me ame como ellos... –

Calló de inmediato, como si se hubiera dado cuenta de lo que había dicho, pero era tarde. Ya lo había escuchado, y ya sabía lo que iba a hacer. Kenny intentó apartarse, pero yo lo tomé con más fuerza, y lo atraje hacia mi cuerpo. Lo miré a los ojos, o a ésos lentes que siempre llevaba sobre la cabeza y se los saqué con lentitud. Kenny se puso nervioso, pero quería ver sus ojos. Levanté su flequillo y pude verlos.

Eran unos ojos verdes hermosos, como dos esmeraldas. Tenía miedo y estaba lleno de confusión, pero no iba a escapar. Yo no lo dejaría irse.

-¿Por qué escondes unos ojos tan lindos?- le pregunté, con picardía –Así nunca conseguirás pareja-

Nadie los había visto nunca, salvo yo. Y eso me llenaba de alegría. Hice desaparecer con mis besos las lágrimas de Kenny, quien empezó a relajarse. Nadie lo había besado, pude saberlo cuando tomé su boca con la mía, y sabía bien, no era del todo dulce, pero empezaba a serlo. Lo tenía agarrado de los antebrazos, y no lo iba a dejar apartarse. Los dos lo necesitábamos... Y en especial yo.

Empecé a acariciarlo, dejando libres sus brazos. Fueron directo a mi espalda. Me saqué las botas y las tiré por ahí, no las iba a necesitar. Besé su cuello y le saqué la parte de arriba de su ropa, aún estaba vestido como siempre, sin el pijama. Fue fácil deshacer el nudo de su corbata con un dedo. Me saqué mi camisa y los tiradores, mientras empezaba a besar su pecho. Lo empujé sobre las almohadas, y no nos levantamos de ahí.

Oír a Kenny gemir era excitante, en especial porque sabía que era el primero, y eso no lo iba a poder modificar nadie. ¿Acaso fueron tan tontos como para no haberlo visto antes?

Igual que a mí.

Casi le arranqué la camisa, pero Kenny no se quejó. Empezaba a gemir, y eso me gustaba. Bajé de su boca a su cuello, lamiéndolo, mientras podía sentir cómo Kenny se excitaba más. Empecé a lamer su pecho, para después torturar sus tetillas. Kenny trataba de suprimir sus gritos de placer, pero eso me excitaba más y más. Bajé hasta su ombligo, y pude ver cómo se estremecía cuando pasaba mi lengua sobre él. Temblaba cada vez que lo hacía, y podía ver que su excitación era considerable. Sonreí. Esto iba a ser mejor de lo que esperaba. Le saqué el pantalón de una sola vez, y me llevé sus zapatos en el camino. Subí y tomé su boca de nuevo, explorándola con mi lengua. Ahora había cambiado, pero me seguía gustando. Su excitación era casi tanta como la mía, sólo separados por mis pantalones.

Y entonces me volteó sobre la cama. No lo esperaba, y cuando rompió el beso pude ver que sus ojos eran diferentes, aunque no lo pude sentir por mucho. Empezó a besarme el cuello y bajó por mi costado, haciéndome estremecer. ¿Dónde había aprendido eso un chico tímido e introvertido como Kenny? Pero no me dio tiempo de pensar una respuesta, porque había metido mi miembro en su boca. ¿Cómo y cuándo me había sacado la ropa? Podía sentir su cálida lengua y sus labios sobre mi piel, haciéndome gritar más que yo a él. No podía creerlo.

Mis manos se mezclaban en su pelo, haciéndole ir más y más rápido. Quería más, quería sentirlo por primera vez, y la boca de Kenny me hacía sentir más y más excitado. No sé cuando le empecé a suplicar por más, pero él empezó a ir más despacio, haciéndome temblar cada vez. Mi miembro palpitaba y crecía dentro de la boca de Kenny, y cuando me mordió un poco, no lo soporté más y exploté.

Pero no iba a terminar así, no, ése chico era una caja de sorpresas. Volvió a besarme, y pude sentir el sabor de mi propia esencia. La mezcla de lo dulce de su boca y de lo salado era enloquecedor, pero él no me dejaba terminar con eso.

Metió tres de sus dedos en mi boca y los succioné sin pensarlo. Creía que yo iba a ser el Seme(1), pero me había equivocado. Y por mucho.

Metió un dedo dentro de mí, y gemí con fuerza. Nadie me había invadido de esa manera, y me sentía algo molesto, pero no lo detuve. Luego metió otro dedo, y casi grité. Me mordí el labio cuando introdujo el tercer dedo, sabiendo lo que seguía, y deseándolo casi con más fuerza que él. No sé en qué momento mi boca se abrió para suplicarle por más.

Kenny retiró sus dedos, para dar paso a su miembro. El dolor pronto dejó paso al placer, no podía creerlo, él, el más tímido y retraído de los Blade Brakers lo estaba haciendo conmigo. Hacía estremecer mis entrañas y todo mi cuerpo, haciendo que el placer viajara en ráfagas de electricidad. Se inclinó sobre mí y me besó, mientras yo sentía que en cualquier momento me iba a venir. Yo jadeaba mareado por el placer y perdido en la pasión, sintiendo que Kenny ya no se controlaba. Una parte de mí deseaba que perdiera el control y terminara por devorarme.

Llegué al orgasmo antes que él, pero me siguió embistiendo con más fuerza hasta que explotó. Se dejó caer sobre mí, respirando con agitación, pero sonriendo. Yo necesitaba aire, y no lo noté sino hasta que fue demasiado evidente.

Kenny estaba llorando. Me alarmé, pensando que había resultado herido, pero no era así. Lloraba de felicidad. Jamás había tenido un placer tan grande como ése, y jamás había pensado que llegaría. Lo abracé, aún con nuestros cuerpos cubiertos de sudor, hasta que se tranquilizó.

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Pero yo debí volver a la abadía. Nos dimos un baño juntos, donde abundaron los besos y las caricias, hasta que esta vez yo lo hice mío, de pie, en medio del vapor. Encontré a Bryan con un ataque de hipotermia detrás del árbol en donde lo había visto y lo llevé a la abadía, donde Tala había vuelto a la vida, pero definitivamente ya no tendría corazón. Pero daba igual. Ésa había sido la mejor noche de mi vida, y con seguridad la de Kenny.

Quizás algún día le declare mi amor.

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(1) Seme es la parte fuerte de la relación, algo así como el dominante. Uke es la parte débil, el dominado, en esta caso, Ian.

AJÁ!!! No se lo esperaban, eh!!! Pues sí, un Yaoi con Kenny como Seme. Eso sí que nunca se vio por aquí. Pues bien, aquí lo tienen. Se podría ponerle un FIN grande, pero no sé si sigo... No, tal vez sea sólo con Ray. Desde ya aclaro que él no tiene la culpa de ser tan lindo, como para atraer al corazón frío de Kai, así que no se va a morir... Pero dije lo mismo de Tala cuando empecé a escribir este fic...

Bueno, hete aquí la gran pregunta: ¿sigo este fin con Kai? Él si estuvo en la abadía. ¿Sigo el fic con otro personaje? Cuál, díganlo ustedes, pero la pregunta ya está planteada.

Y lo que más me sorprendió fue que el capítulo con más rewieews hasta ahora de toda la historia fuera el de Segei. COmo nadie lo ponía, creí que a nadie le iba a gustar (y me costó escribirlo, le puse muchas cosas que me imaginé) Así que fue una agradable sorpresa!!!

Aika: Tengo varias parejas favoritas, y Yuri/Kai es una de ellas. Hay otras que me gustaría explorar, porque según me han dicho, un Yuri/Kyo estaría bueno... ¿Kai un traidor?... La verdad no sé qué posición tomar con respecto a eso. ¿Dramático? Vaya, pude hacer algo que no era fantástico y lo hice bien! Directo, eso sí, eso quería hacer. Y sí, le puse mucho sentimiento a la historia porque quería que saliera bien, y por lo visto salió bien! Si, es algo difícil hacerlo, pero vale la pena. El final se va a poder "ver" en el capìtulo 6, más dos capìtulos de yapa. Ahì se revelan todas las incògnitas... de este fic, al menos eso creo. Muchas gracias por tu rewiew!

Galy: ¿En serio es tan bueno? Lo empecé como capítulo único, pero como me insistieron, seguí. Y me salió esto. Y sí, Sergei nunca sobresale, y como de mí pueden esperar cualquier cosamenos que respete a rajatabla los argumentos de las series... Lo hice así. ¿Con Boris? Hummmmm... Me estás dando ideas "interesantes" Así que quizás ya sepas qué pareja será la principal. El tema sería quién es el seme (me lo imagino más a Boris) Lo de Tala fue algo que salió así nomás, estuvo planeado pero luego se le agrergaron más detalles. Gastaron mucha plata en Yiri, no pueden dejarlo morirse así nomás sin haber "rendido" lo suficiente. Voy a escribor por cada uno de ellos y el final va a ser de Kai. El epílogo va a ser de una pareja que ya confirmó oficialmente, con papeles y todo (hubo boda!!!) Quizás escriba cómo fue y qué pasó en ela... Hum... Más ideas interesantes!!! Gracias por tu rewew!

Kaitt/Ji-chAn: En seiro uno de los mejores! Danke! (se me pegó después de leer Atchum Kinder!) Cierto, a Sergei nadie lo ponbe de prota, hasta a Kane lo pusieron de protagonista y cuando Serrgei sale, si sale, nunca tiene demasiado protagonismo. ¿Con Iván? OO Eh... Creo que habría algunos problemas en su relación... Por lo del tamaño y eso, pero el amor no tiene edad. Sos la primera que me dice que Boris es tierno. GRacias por tu rewiew!

Chus

Nakoruru