Hola! soy Mahe, la que faltaba por llegar pero aquí estoy. Primero de todo, como no lo he podido hacer antes aunque Nigriv lo haya hecho por mi, quiero agradeceros la buena acogida que habéis hecho del fic así como los reviews que estáis dejando, que nos gustan mucho recibirlos : ) Pero sobre todo, quiero agradeceros vuestras palabras sobre el Prólogo, me alegro mucho de que os gustara y os dejara intrigados, mi trabajito me costó ; ) A partir de ahora, iréis leyendo también capítulos míos según me toque subir a mi o a Nigriv pero os iremos diciendo quien ha escrito cada uno por si queréis dirigiros a alguna concreto de nosotras para lanzarnos algún hechizo (que en algún momento os entrarán ganas, seguro) o para comentarnos que os pareció el capítulo. Este que subo hoy es cortito (por eso os hemos subido dos) pero tal y como dice el título, son los primeros contactos ; )
Recordad que actualizamos a diario aunque veo que está un poquito lento a la hora de cargar los capis pero ya os ha explicado Nigriv el truquillo para poder verlos en cuanto los subimos. En fin, que me alegro mucho de comenzar a subir más a menudo. Espero que sigais disfrutando de la lectura porque ya va a comenzar lo bueno...
CAPITULO 6: Primeros contactos
(Por Mahe)
Mahe se acercó a Hermione y, como a todos, la saludó. Un primer beso en la mejilla izquierda, un segundo beso en la derecha pero... sin saber por qué, se apartó lentamente de ella y le dio el tercer beso pero esta vez sin ni siquiera rozarla. Se retiró y la miró extrañada. No sólo había sido el frío recibimiento de Hermione. Había sido algo más...
- Bueno, pues ya están hechas las presentaciones -dijo Guilmain captando la atención del grupo y las chicas- Molly me dijo que prepararía la habitación de Hermione para que durmierais juntas.
Ambas chicas se volvieron a mirar repentinamente. Por la expresión de sus caras, ninguna esperaba la noticia de que tuvieran que compartir habitación.
- Emmm...Molly no me ha dicho nada -repuso Hermione
- Con las prisas, se le habrá olvidado -dijo Virginia intentando quitarle importancia al notar la tensión que había surgido en el ambiente. Los demás seguían atentamente la conversación curiosos por la reacción que habían tenido las chicas pero la mujer decidió terminar la situación.
- Mahe, ven, te voy a enseñar la casa y donde está tu habitación -dijo Guilmain. La chica asintió, miró al grupo, que estaba un poco más apartado de donde se había colocado Hermione, y dijo:
- Encantada de conoceros
Salió tras su madre y la puerta se cerró.
- Encantada de conoceros -repitió Hermione en voz baja haciendo una mueca.
- ¿Qué te pasa? -preguntó Ginny que se había vuelto a sentar a su lado. Hermione suspiró y sin que los chicos la oyesen le contestó.
- No me gusta.
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Guilmain y Mahe subieron las escaleras y entraron. Era una habitación espaciosa, con dos camas cada una pegada a la pared y una ventana en frente de la puerta. Un gran armario de cuatro puertas de situaba al lado izquierdo de la entrada. No había cuadros ni fotos ni ningún tipo de decoración excepto en la parte que claramente utilizaba Hermione: una foto de sus padres en la mesilla de noche, un libro sobre la historia de los elfos y varios pergaminos sueltos. A los pies de la cama en la que dormiría Mahe, encontró sus maletas y pertenencias. Desde que habían dejado la cocina, madre e hija apenas habían hablado con la excusa de no hacer ruido para no despertar a la sra.Black
- ¿Qué te han parecido? -preguntó Guilmain una vez dentro de la habitación.
- Les acabo de conocer, mamá -respondió Mahe secamente mientras abría su maleta.
- Lo sé pero... Mahe, cariño, tienes que poner de tu parte. Vas a vivir con ellos desde hoy mismo. Intenta ser más sociable, deja que te conozcan. Quítate ese escudo que llevas... Prométeme que lo intentarás, anda -dijo Virginia cogiéndole de las manos y poniendo una expresión infantil para intentar hacerla reír. Mahe la miró y suspiró.
- No me hagas prometerte cosas que sabes que me cuesta trabajo cumplir.
- Pero dime al menos que lo intentarás -insistió. Mahe puso los ojos en blanco y se limitó a asentir porque sería la única forma en que su madre dejara el tema. Se giró y siguió deshaciendo su equipaje.
- Como vas a compartir habitación con Hermione, te podrás hacer buena amiga de ella -propuso de pronto Guilmain. Quería tantear el terreno, conocía bien a su hija y sabía que había dado en el clavo.
- Sí... con Hermione... -dijo incómoda la chica mientras guardaba su ropa en el armario.
- ¿Qué ha pasado? - preguntó Virginia
- ¿Qué ha pasado? - repitió Mahe- Nada
- Mahe...
- Mamá, no ha pasado nada... no sé a qué te refieres -intentó disimular.
- Llevaremos un año sin vernos pero sigues siendo mi hija y hay cosas que te las notaré siempre. Cuéntame, ¿qué ha pasado con Hermione?
- Ya te he dicho que no ha pasado nada -repitió Mahe cada vez más alterada. A veces, su madre podía llegar a exasperarla- Me habrás notado rara pero es por... por la novedad de haber llegado, de conocerlos a todos... conocer a Harry...-se giró de nuevo para que su madre no pudiese verle la cara, no sabía mentir y se le notaba siempre que lo intentaba- ¿Sabes? creo que deberían arreglar la red Flú entre los países, no me ha sentado bien el viaje -miró a su madre intentando ser convincente.
Virginia sabía lo cabezota que podía llegar a ser su hija y si ella no quería contarle nada en ese momento, era inútil insistirle, lo único que conseguiría era que se cerrase aún más. Decidió dejar el tema y se despidió de ella.
- Bueno, venga, descansa un poco. Te llamaré para almorzar, ¿de acuerdo?
Mahe asintió con resignación. Su madre se acercó y le dio un beso.
- Me alegro de que estés aquí -le dijo. La chica sonrió levemente sin decir nada.
Guilmain cerró la puerta tras ella y dejó a Mahe a solas en la habitación que, sentándose en la cama, cerró los ojos y suspiró. Se sentía extraña, las intuiciones eran normales y habituales en ella pero ésta la había desconcertado. Se levantó de nuevo, se acercó a la ventana y miró el cielo azul que le regalaba aquel día del mes de Julio. Un cielo tan similar al que había visto el día de antes desde su propia ventana, pero ahora estaba allí, en una casa diferente, rodeada de gente a la que no conocía, lejos de los suyos, de su entorno. Sólo hacía un par de horas que había dejado todo aquello y ya lo echaba muchísimo de menos. Volvió a cerrar los ojos y una lágrima cayó por su rostro.
Mañana más ; )
