Capítulo 8: Una noche agitada

Ya eran casi las diez de la noche y a pesar de la hora había mucha actividad en el cuartel de los maverick hunters. En la oficina de Signas, el comandante supremo y el Dr. Koi discutían el personal que habría de ser enviado a investigar el cuadrante 12F5877.

- Creo que la capitana Nightshade es la más adecuada para dirigir la operación. – Comentó el científico sin apartar la vista del expediente que tenía en la mano.

- No lo sé. Nightshade puede ser muy impulsiva algunas veces, sin mencionar que acaba de recuperarse de una crisis emocional muy severa. ¿No cree que sería más recomendable poner otro oficial al frente?

- ¿Pero qué oficial sugiere usted? Por lo que tengo entendido, todas las demás unidades ya tienen asignado un plan de trabajo para mañana, a excepción de la unidad 14. Supongo que sólo nos queda enviar al capitán Red Wing.

- Eh... tampoco lo considero recomendable. Hay ocasiones en que Red Wing es un tanto... mmm... ¿cómo decirlo?

- ¿Descuidado? – Preguntó el doctor mientras tomaba el expediente de Red Wing.

- En realidad, yo más bien lo definiría de otra manera... – Una gran gota de sudor apareció en la frente de Signas al recordar aquella misión en que Red Wing casi ocasiona la IV Guerra Mundial al ordenarle a su unidad vaporizar una planta nuclear que había sido ocupada por un escuadrón de mavericks, eso con tal de demostrar que podía barrer con un batallón entero en menor tiempo que X. – La palabra que yo estaba buscando era...

- ¿Irracional? – Preguntó el científico con los ojos del tamaño de piedras de molino tras revisar el contenido del fólder.

- Más bien algo que empieza con "E", como "estúpido".

Al mismo tiempo, en la sala de entrenamiento, Blues y Hawk estaban enfrascados en un combate de práctica que más que otra cosa parecía un duelo a muerte.

- ¡Eres un traidor! – Gritó Blues, disparando repetidamente con su ametralladora. Hawk esquivaba las ráfagas gracias a sus propulsores y contraatacaba con su cañón de plasma. Blues apenas podía protegerse con su escudo de energía.

- ¡¿Cómo te atreviste a pedirle a Target que saliera contigo?! – Preguntó furioso.

- No es mi culpa. Yo no sabía que a ti también te gustaba.

- ¡Lo sabías perfectamente! ¡No es justo! ¡Yo la vi primero! Además, ¿cómo es que ella pudo aceptar salir con alguien como tú? ¡Sí te desmayas cada vez que le pides a una chica su teléfono!

- ¡Tal vez porque yo SÍ sé tratarla como un caballero! No soy ningún rufián de visor negro que se la pasa alardeando de sus dizque "proezas" y lanzándole estúpidos piropos a las mujeres.

- ¡¿Qué dijiste?! –El reploid de pañoleta se acercó al fortachón con expresión furiosa.

- ¡Lo qué escuchaste! Yo no soy ningún pelmazo que le dice a las chicas cosas como: "¡Oye mamí! ¿Sabías que tienes las mejores CENSURADO que he visto? ¿No quieres ir a dar una vuelta con el rey del mambo, osease yo? Te aseguro que te divertirás." ¡Bah! ¿Sabes lo denigrante que es para una mujer que le digan algo como eso?

Blues a estas alturas ya estaba hirviendo de rabia.

- Grrrr... ¡¡¡No necesito que nadie me enseñe cómo tratar con las mujeres!!! ¡Muy bien, Hawk! ¡Defiéndete!

- ¡Con gusto!

Ambos cazadores saltaron el uno sobre el otro, levantando una enorme nube de polvo a su alrededor. Los que pasaban por la sala de entrenamiento no se inmutaban por el sonido de disparos, golpes, vidrios quebrándose ni metal siendo doblado. Ya era algo típico en ese lugar, aunque por alguna razón esta vez los ruidos sonaban con mayor intensidad y frecuencia, sin mencionar que venían acompañados de gritos como "¡Muere, maldito bastardo!" o "¡Ya verás, enano del demonio!"

Mientras tanto, en el hangar, los ingenieros de la base trabajaban arduamente para terminar la construcción del "Centurión" en menos de 24 horas. Una grúa levantaba uno de los pesados brazos mientras los técnicos se ponían en posición para anexarlo al resto de la armadura. Douglas supervisaba la operación desde lo alto de una plataforma, a su lado había una computadora en cuya pantalla aparecían los planos de la nueva Ride Armor.

- Muy bien, despacio, bájalo con cuidado... ¡Con cuidado dije!

La grúa colocó el brazo a la altura adecuada para que los técnicos se encargaran de soldarlo.

- ¡Dense prisa, muchachos! Recuerden que tenemos que tenerla lista para mañana antes de las 3 de la tarde. – Dijo Douglas a través de un megáfono.

- ¡Este negrero! – Refunfuñaba uno de los técnicos en voz baja, mientras realizaba las conexiones de los circuitos del brazo con el sistema neuromotor de la armadura. – Nosotros hacemos todo el trabajo pesado y él es quien se va a llevar todo el crédito.

- Yo no entiendo el porqué de esta obsesión por probar al Centurión en batalla. – Comentaba uno de sus compañeros.

- Ya conocen a Douglas, es un tonto sin remedio. Lo más seguro es que el Centurión acabe destruido en su primera misión. – Mencionó el que operaba la grúa.

- ¡Y todo nuestro trabajo se irá a la basura! – Dijeron los dos técnicos al unísono, con cascadas de lágrimas fluyéndoles de los ojos.

- ¡Oigan ustedes! ¡A trabajar! No les pago para que vengan aquí a charlar tranquilamente. – Les reprendió el jefe de ingenieros desde la plataforma.

- ¡Tú ni siquiera nos pagas! – Se quejaron los tres.

No tan lejos de allí, en el laboratorio de la base, un importante experimento se llevaba a cabo.

- Ya están listas las conexiones, inicia la descarga del programa.

- ¡Enterada! Las lecturas indican que el generador ya está a máxima potencia. Libera el pulso eléctrico.

- Muy bien.

Una corriente de electricidad cruzó a través de una serie de cables hasta llegar a un cilindro de cristal, en cuyo interior descansaba el cuerpo de un reploid de armadura dorada.

- ¡Está funcionando! El programa está rompiendo las barreras neuronales. – Exclamó Alia, mirando la pantalla de su computador.

- Si es así, dentro de pronto podremos acceder a su sistema operativo y reactivar su matriz de conciencia. – Comentó Life Saver.

- Sólo espero que así sea. – Alia mantenía la mirada fija en la pantalla, la tensión que sentía era inmensa, no tardó en quebrar el lápiz que traía consigo en una mano. - ¡Vamos! ¡Vamos!...

El líquido en el interior del cilindro donde reposaba Gate comenzó a burbujear. Los párpados del científico empezaban a moverse, como si estuviera despertando.

- Sólo un poco más, sólo un poco más...

De repente, la pantalla del computador se tornó roja mientras aparecía el mensaje "ERROR. ACCESO DENEGADO. SUSPENSI"N DEL SISTEMA".

- ¡Oh, no! ¡Maldición!

El burbujeo en el interior del cilindro cesó, los párpados de Gate dejaron de moverse.

- Hemos fracasado... Apaga el generador, Life Saver. – Ordenó Alia, bastante decepcionada.

- No te deprimas, Alia. Esta vez estuvimos más cerca que las anteriores.

- Sí, claro. – Dijo en forma sarcástica, su mirada denotaba algo de tristeza. - Estuvimos a un 60% de romper sus barreras neuronales. ¡Vaya logro!

- ¿Qué hay de la concentración del virus?

- Eliminamos cerca del 80%. Pero aún así, temo que el virus pueda replicarse de nuevo. – La muchacha suspiró resignada, Life Saver colocó una mano en su hombro.

- No te sientas mal. Hiciste lo mejor que pudiste.

- Lo sé, Life Saver, es sólo que esta vez realmente pensé que lo traeríamos de vuelta. Me duele mucho verlo así. – Respondió mirando hacia el cilindro.

- Comprendo como te sientes, pero no podemos hacer nada más por el momento. No te preocupes, te aseguro que la próxima vez lo lograremos.

- Eso espero, Life Saver, eso espero...

El Dr. Koi entró al laboratorio en ese momento.

- Doctor Koi, que bueno que llega. ¿Cómo le fue en su reunión con el comandante? – Preguntó Life Saver.

- No tan mal, doctor, sólo que me sorprende la "calidad" de los ineptos que el comandante Signas tiene bajo su mando. – Respondió sarcásticamente.

- Se refiere a Red Wing, ¿verdad? No me sorprende. Personalmente, no sé cómo pudieron ascender a un cretino como él al rango de capitán. – Comentó Alia.

- Tienes que admitir que cuando toma las cosas con seriedad, es uno de los mejores cazadores de la base, tal vez incluso mejor que X. – Comentó Life Saver.

- Tú lo has dicho, cuando las toma con seriedad, lo cual ocurre sólo una vez cada mil años. – Alia gruñó levemente al recordar la faena por la que tuvo que pasar el día anterior, al tratar de convencer a Red Wing de que fuera a prestar ayuda a la unidad 17.

- Red Wing, por favor. Tú unidad se encuentra en la posición más cercana al campo militar, son los únicos que pueden ir a apoyar a la unidad 17. – Suplicaba Alia con desesperación, los datos que aparecían en su terminal se volvían cada vez más preocupantes. – Si tú no los auxilias, no sé que es lo que pueda sucederles.

El reploid ave rió burlonamente desde el otro lado de la línea.

- Vaya, vaya, vaya. ¿Qué les parece esto? La novia de mi buen amigo, Megaman X, me llama interrumpiendo una importante práctica de tiro con los miembros de mi unidad, sólo para pedirme que vaya a rescatar al papanatas de armadura azul que está en "grave peligro". Así es, muchachos, Megaman X, el invencible bombardero azul, el omnipotente cazador estrella está siendo apaleado por un solo adversario. ¿Pueden creerlo? – Alia pudo escuchar las risas de los otros miembros de la unidad 14 por el transmisor. - Y esperen, esa no es la mejor parte, ahora resulta que su novia quiere que yo vaya a arriesgar mi trasero para sacar el suyo de la lumbre ¿No les parece más gracioso todavía? – Se escucharon más risas. - ¿Qué sucede, Alia? ¿Acaso tu "noviecito" no es capaz de manejar a un solo maverick sin ayuda?

Alia enrojeció de rabia tras escuchar todo aquello.

- ¡Él no es mi novio! ¡Es un cazador que está en peligro y necesita de tu ayuda! Sé que ha habido rencillas entre ustedes en el pasado, ¿pero vas a darle la espalda a uno de tus compañeros cuando te necesita?

El pajarraco volvió a reír

- Lo que le pase a Megaman X no es asunto mío. En lo que a mí respecta, ya es hora de que alguien le de a ese presumido lo que se merece.

Alia enfureció más

- ¡Escúchame bien, pedazo de zopenco! Más te vale que vayas para allá ahora mismo y auxilies a la unidad 17 o te juró que te voy a...

- ¿A qué, Alia? Sinceramente, creo que no estás en condiciones de lanzar amenazas.

- Grrr.... Sólo ve allá y préstales un poco de apoyo, por favor.

- Mmm... ¿Saldrás conmigo después de que termine la misión?

Ahora si que Alia estaba que arrojaba chispas.

- ¡¡¡No saldría contigo ni aunque fueras el último reploid sobre la faz de la Tierra!!!

- Sinceramente, Alia, no sé que le ves al perdedor de X. Yo podría enseñarte lo que es una verdadera "ave de acero", claro, eso si me dejarás... – Dijo con tono pícaro, Alia realmente estaba enardecida.

- ¡Escucha bien, imbécil! ¡Será mejor que te dirijas al campo 47 ahora mismo y te dejes de tonterías! O de lo contrario, yo misma iré a donde te encuentras y después de que te parta el pico tomaré una cuerda y te colgaré de un árbol de los testi... – Alia se percató en ese momento de que todos en el puente de mando, incluyendo a Signas y a Target, la estaban observando mientras le gritaba a Red Wing. La joven se sonrojó y lanzó un largo suspiro de resignación. – Escucha, sólo ve al campo militar, ¿quieres? Velo de esta manera, al menos así X no podrá decir que no te debe una.

Red Wing pareció meditarlo por un momento.

- ...Sí, tal vez tengas razón. No es mala idea, además, quiero ver la expresión de X después de que le restriegue en la cara el hecho de que no pudo con un solo maverick y yo estaba allí para verlo, ja, ja, ja, ja, ja....

El pajarraco siguió riendo burlonamente, Alia sólo pudo suspirar con una enorme gota en la frente.

- Grrr… Pero juro que si ese pajarraco vuelve a coquetearme de nuevo, le daré una patada en el trasero que lo mandará a Saturno... – Alia apretaba el puño mientras uno de los conductos de alimentación en su frente estaba por reventar. El Dr. Koi y Life Saver sólo la miraban extrañados, la joven al notarlo se cruzó de brazos, algo sonrojada. – Bueno, creo que ya entendieron lo que pienso de él, es un cretino.

- Y que lo menciones. – Comentó el Dr. Koi con una gota en la frente. - Después de ver su expediente francamente quedé horrorizado.

- ¿Y quién no lo estaría? – Dijo Alia, todavía cruzada de brazos.

- Por lo menos ya elegimos a los participantes en la expedición de mañana, y afortunadamente, el capitán Red Wing no participará en ella.

- Eso es un alivio, doctor.

- Sólo espero que los integrantes del grupo que designamos se reúnan a tiempo... – El científico lucía algo consternado.

- ¿Qué sucede, Dr. Koi? – Preguntó Life Saver.

- Estoy preocupado por mis asistentes, Glitch y Bounce. Después de todo, yo los envié a explorar las regiones cercanas al cuadrante 12F5877. Espero que no les haya sucedido nada malo.

- Me pregunto si el descubrimiento del que le comunicaron tendrá algo que ver con esas reacciones de energía que hemos estado detectando en la zona muerta. - Preguntó Alia.

- No lo sé, pero espero que no sea así. ¿Quién sabe que esté sucediendo allí? No quisiera que mis asistentes estuvieran en peligro por culpa de un nuevo brote en ese cuadrante.

- ¿Para cuándo se supone que llegarán a la base? – Preguntó Life Saver.

- Se supone deben estar aquí en dos días, eso si no sucede ningún percance.

- Ojalá y no sea así, doctor. – Mencionó el médico con seriedad.

- ¡Teniente! – Target irrumpió en el laboratorio, bastante alegre como siempre. - Ya terminé mi ronda en el puente de mando. – Dijo poniéndose en firmes.

- Muy bien, Target. ¿Podrías hacerme un favor? Necesito que archives esos documentos. – Señaló hacia una pila de papeles sobre la mesa del laboratorio.

- ¡Con gusto, teniente!

Target se dirigió hacia la mesa y comenzó a revisar los papeles. Alia aprovech que su aprendiz había comenzado con el encargo para hablar con el doctor Koi

- Por cierto, doctor, quería preguntarle en qué consiste ese hallazgo del que le informaron sus asistentes.

- No estoy muy seguro, pero según lo que me han dicho, es muy posible que hayan encontrado muestras de la cadena original del virus Nightmare.

- ¡La cadena original! – Exclamó bastante sorprendida. - No puedo creerlo, es la que hemos estado buscando por meses.

- ¿Por qué es tan importante ese descubrimiento, doctor? – Preguntó Target, algo extrañada por la reacción de su superiora.

- Porque fue a partir de esa cadena que se desprendieron todas las demás variantes del Nightmare, o al menos eso es lo que suponemos. – Respondió el científico.

- ¿Cómo es eso? – La principiante parpadeó confundida.

- Te lo explicaré, Target. - El científico encendió la pantalla de una terminal, donde aparecieron una serie de códigos binarios y la imagen de una cadena de DNA. - Como tú sabes, el virus Nightmare es el virus informático más poderoso que existe, es tan poderoso que incluso puede tomar forma física.

En la pantalla apareció la imagen de un Nightmare drone.

- Cuando empezaron a analizarlo se pensó que sería fácil eliminarlo por esta característica, sin necesidad de una vacuna especial, sólo era necesario atacarlo directamente con armas convencionales, sin embargo, las cosas no resultaron como lo esperábamos.

Alia continuó con la explicación.

- Las muestras que analizamos inicialmente pertenecían a una variante de Nightmare cuya principal función consistía en borrar los sistemas de conciencia, DNA e IA, de los reploids que infectaba, reemplazándolos con un programa de control mental. Gate lo diseñó de esa manera para esclavizar a la raza reploid y eliminar a aquellos que se interpusieran en su camino. Esa variante del virus fue borrada junto con el virus Sigma después de que el laboratorio de Gate fuera destruido. Pensamos que ese era el fin del Nightmare, sin embargo, apenas unos días después de la pelea entre X y Gate, detectamos nuevos brotes virales en diversas áreas. En un principio pensamos que se trataba de un virus diferente, pero después de analizar su comportamiento así como los efectos que tenía sobre su entorno, concluimos que de nuevo se trataba del Nightmare.

En la pantalla aparecieron las imágenes de varios Nightmare drones, algunos eran diferentes de los demás en cuanto al diseño de sus armaduras.

- No obstante, esta vez el virus había cambiado, había mutado en un periodo de tiempo bastante corto dando lugar a una familia entera de variantes en sólo un par de días.

Life Saver prosiguió.

- Esta vez se trataba de virus más poderosos que el que habíamos analizado, sin mencionar que no tenían la misma función que el anterior de reemplazar los sistemas operativos de sus víctimas por el programa de control de Gate. Por el contrario, únicamente se dedicaban a borrar sus sistemas de conciencia, transformándolos en mavericks con un comportamiento más salvaje y agresivo que aquellos infectados por el virus Sigma. Conforme pasaba el tiempo, más variantes del virus aparecían, todo ello nos llevo a pensar que la variante que en un comienzo analizamos era sólo una de las múltiples derivaciones que Gate diseñó del virus.

- Tenemos la teoría de que nuestras primeras muestras del Nightmare, así como las demás variantes que han aparecido, provienen de una misma cepa, "la cadena inicial". Seguramente Gate diseñó una muestra primaria del virus, la cual tenía todas las características propias de sus demás derivaciones. Posiblemente, dicha cadena era demasiado peligrosa para ser utilizada, Gate debió haber dudado al momento de emplearla así que seguramente la reformuló y creó una nueva derivación, menos difícil de controlar y más acorde a sus planes de convertirse en soberano del planeta. – Mencionó el Dr. Koi.

- Es muy probable que esa cadena inicial se halla dispersado después de que su laboratorio fuera destruido, y haya engendrado las demás variantes que existen actualmente. Es casi seguro que él lo haya planeado así, como un medio para continuar su venganza en caso de que lo derrotaran. – Dijo Alia, con algo de tristeza mientras desviaba la vista hacia el cilindro.

- ¿Y cómo llegaron a la conclusión de que era necesaria una vacuna para detener al virus? – Preguntó Target.

El Dr. Koi señaló hacia el computador, donde se desplegaba una lista de todas las variantes que hasta el momento se tenían registradas del Nightmare, alrededor de unas ochenta mil.

- El virus toma formas muy diversas y aunque es posible eliminar algunas variantes atacándoles directamente con nuestras armas, la mayoría se reproducen a velocidades tan aceleradas que la única forma de barrer completamente con una cepa sería arrojando bombas de hidrógeno en cada área infectada por ésta, lo cual resultaría fatal para el planeta, que de hecho ya está en muy graves condiciones. El daño que la Tierra sufrió después de la crisis es tan severo que en un año no hemos logrado ni siquiera acelerar su recuperación. Peor aún, ya que existen muchas derivaciones del virus que prefieren reproducirse en zonas donde se concentran recursos naturales, resulta más cómodo para ellas movilizarse en dichas áreas. Si atacamos esas zonas, nos quedaríamos sin reserva alguna y sólo contribuiríamos al objetivo del virus. Por todo esto, una vacuna es la solución más razonable que nos queda, pero para fabricarla necesitamos de la cadena inicial.

- Pero aún no entiendo por qué es tan indispensable encontrar esa cadena para fabricar la vacuna.

Life Saver contestó a la pregunta.

- Verás Target, una de las características principales de la familia de virus engendrados del Sigma es que se replican y mutan a una velocidad increíble. El caso del Nightmare es el peor de todos, ya que mientras el virus Sigma mutaba cada cierto periodo de tiempo, el Nightmare muta cada vez que se transmite de un huésped a otro. Por ello es tan difícil elaborar una vacuna efectiva, pero si logramos descubrir la cadena inicial, es posible que identifiquemos los segmentos principales que comparten todas las variantes de Nightmare.

- Hasta el momento sólo hemos logrado identificar unos cuantos segmentos afines a varias muestras, pero hay variantes cuyas cadenas son enormes, sin mencionar que no todas repiten los mismos segmentos que hemos identificado. Incluso hay cepas en las que ni siquiera aparecen segmentos de nuestra primera muestra. Si ese hallazgo del que hablaron los asistentes del Dr. Koi es efectivamente la cadena inicial, entonces tendríamos las herramientas para analizarla detalladamente y encontrar una vacuna efectiva contra la mayoría de variantes del virus. – Agregó Alia.

- ¡En ese caso esas muestras sí que son importantes! – Exclamó Target.

- Y vaya que lo son. Si lo que sus asistentes dicen tener en su poder es verdad, entonces podría ser nuestra última esperanza para fabricar la vacuna, doctor. – Mencionó la teniente.

- No es sólo por ello por lo que estoy preocupado, sino también por lo que pudiera pasarles si permanecen en ese sector por más tiempo. Hace unas horas traté de entrar en contacto con ellos y no recibí respuesta alguna, lo que me recuerda que tampoco recibí información suya en varios días, eso en verdad me preocupó. Me pregunto qué habrá sucedido para que no se hayan comunicado en todo ese tiempo.

- Probablemente la interferencia se haya debido a la presencia del virus.

- Eso espero, Alia. No quisiera que se tratara de algo más grave... – El científico lucía bastante intranquilo.

- Eso me recuerda, doctor. Necesito que me acompañé a la zona de alta seguridad. Descubrí algo muy extraño al corroborar los análisis del cuerpo de Panther. – Interrumpió Life Saver.

- Creo saber a lo que se refiere. Yo también encontré lecturas muy extrañas. Lo mejor será que las analicemos más detalladamente. – El científico acompañó al médico hacia la puerta blindada al otro lado del laboratorio. Al pasar junto al cilindro de Gate, se percató de los cables conectados a éste. – Veo que siguen trabajando en él. ¿Cómo les fue esta vez, Alia?

La reploid bajó la mirada, realmente no deseaba hablar de ello.

- Nada bien, el programa falló de nuevo. A este paso no sé si lograremos despertarlo. – Respondió desanimada.

- No te deprimas, lo lograras. Todos confiamos en ti. – Dijo el científico, acercándose a ella y colocándole una mano en el hombro de manera comprensiva. Life Saver asintió a sus palabras.

- ¡Es cierto, teniente! ¡Usted es la mejor! ¡Lo logrará! – Agregó Target sonriendo.

La joven oficial sólo pudo sonreír levemente al gesto de los tres reploids. Su mentor, su colega y su subordinada estaban tratando de reanimarla, no quería verse desagradecida con ellos, por lo menos debía levantar un poco el ánimo.

- ¿Por qué no tomas un descanso? Has trabajado mucho el día de hoy.

- Gracias, doctor, pero preferiría ayudarlos con el análisis de Panther.

- No te preocupes por eso, Alia. El doctor tiene razón, has trabajado mucho y mañana será un día muy pesado. Necesitas descansar. – Dijo Life Saver, con su clásico tono grave de médico.

- Bueno... tal vez tengan razón. Quizá no me venga mal descansar un par de horas. Iré a la cafetería. ¿Necesitan que les traiga algo?

- No, gracias Alia. Personalmente, siento aversión por ese lodo oscuro al que el encargado de la cafetería llama café. – Mencionó el Dr. Koi con algo de sinsabor.

- ¡Ja! Sí cree que ese café es malo, debió probar el que Blues preparó la otra vez. Desde entonces, X le tiene prohibido terminantemente acercarse a la cafetera en un radio de 10 metros. – Comentó Alia, riendo ligeramente. - ¿Tú necesitas algo, Life Saver?

- Sólo un par de botellas de agua, Alia. Tú sabes el calor que hace dentro del área de alta seguridad y lo difícil que es para el doctor y para mí mantener la estabilidad de nuestros sistemas de enfriamiento.

- Bien, en ese caso las traeré en un momento. Target, ¿necesitas que te traiga algo?

- No, gracias Teniente. ¡Estoy bieennnnn.....! – La aprendiz de navegante se tropezó con una silla al llevar los papeles hacia el archivero y terminó desparramándolos por el piso. – No se preocupe, teniente, yo los recojo. – Respondió tratando de reunirlos de nuevo, algunos habían caído debajo de la mesa, trató de alcanzarlos, aunque por la prisa golpeó el mueble y tiró un par de matraces de encima de éste. - ¡Oh! No se preocupe, yo lo barro. – Al tomar la escoba, Target dio un giro rápido y el palo de escoba golpeó varios de los instrumentos sobre la mesa, provocando un desastre mayor.

- ¡Oh, por Dios! – Alia se llevó una mano al rostro. – Supongo que pedir a Target ayuda en laboratorio no fue tan buena idea. - Comentó con una gran gota en la frente y una expresión de desencanto en el rostro. El médico y el científico sólo asintieron en silencio con una expresión semejante a la de Alia. – Creo que lo mejor será que me quede a supervisarla, no vaya a ser que ocurra una catástrofe.

- ¡Nada de eso! – Repuso su antiguo maestro con severidad. – Necesitas descansar, ve a relajarte un poco, lo necesitas. El doctor y yo podemos encargarnos de Target.

- Pero doctor...

- Nada de peros, Alia. – Dijo Life Saver aumentando la gravedad en su tono de voz. - Necesitas relajarte. No te preocupes, nosotros la vigilaremos en lo que regre... – Fue interrumpido por el ruido de varios cristales que se rompían en el suelo.

- No se preocupen, yo lo levanto. – Decía Target, tratando de reunir los pedazos con un recogedor.

Alia miró un momento hacia Target, luego hacia los doctores que seguían mirándole gravemente, ocultando el par de gotas que les habían aparecido en la nuca. Alia suspiró, sabía que se iba arrepentir pero finalmente asintió a las palabras de los dos investigadores.

- Sólo háganme un favor y vigilen que Target no vaya a destruir el laboratorio en el proceso. – Les rogó con mirada suplicante.

- Descuida, nosotros nos encargare... – Nuevamente el médico fue interrumpido, esta vez por el sonido de una explosión.

- No se preocupen, ya lo tengo bajo control. – Decía Target, extintor en mano, tratando de apagar un pequeño incendió sobre la mesa del laboratorio.

- ...¿Están seguros de esto? – Preguntó Alia mirando de nuevo a los dos investigadores.

- Absolutamente. – Respondieron al unísono, todavía escondiendo las gotas en sus nucas, que habían aumentado de tamaño.

Alia sólo suspiró con resignación y caminó hacia la puerta del laboratorio, algo desanimada.

"¡Cielos! Mejor me apresuro, si no, Target puede acabar demoliendo el edificio. " Pensó antes de salir corriendo por el pasillo.

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El reloj casi marcaba las once de la noche. La cafetería era el único lugar tranquilo en toda la base, principalmente porque, a diferencia de otras noches, esta vez se hallaba casi vacía. Los únicos que se encontraban en el lugar eran el encargado y un reploid de armadura azul y mirada melancólica.

X mantenía la mirada perdida en la taza de café en su mano, el vapor que emanaba de ella apenas lograba opacar la tristeza en su rostro. Después de que la reunión con Signas terminara a eso de las 2 de la tarde, el capitán de la unidad 17 regresó a las barracas, en un intento por dormir un poco más y acelerar su proceso de auto-reparación. Sin embargo, desde que entró en su cápsula de hibernación hasta que salió de la habitación a las 10 de la noche, el cazador sólo había conseguido dormir 3 horas, y eso a duras penas. Cada vez que cerraba los ojos, horrendas imágenes de destrucción y muerte aparecían frente a él. No sólo se trataba de la pesadilla que había tenido en la mañana, ahora había visiones mucho peores, sueños espantosos en los que el caos y la destrucción imperaban, en los que millones de cadáveres descuartizados gritaban su nombre, imágenes que resultaban poco más que perturbadoras. Incluso los extraños sueños que tenía con Zero eran preferibles a esas horribles pesadillas.

- ¿Qué le pasa, capitán X? Lleva más de 15 minutos contemplando esa taza y generalmente usted es uno de los mayores consumidores de café en la base. – Preguntó el dependiente al otro lado de la barra, sacando al bombardero azul de sus pensamientos.

- No te preocupes, ED, no me sucede nada. Sólo estoy un poco cansado, es todo. – Contestó X, sin apartar la mirada de la taza.

ED-29 era el encargado de la cafetería, se trataba de un reploid de armadura magenta y piel azulada. Portaba un casco con un extraño diseño tubular y tenía un semblante malencarado, sin mencionar una enorme cicatriz que cruzaba su ojo derecho. Por lo general era algo hosco con los clientes, pero le guardaba respeto y estima a X, no es para menos si consideramos que el capitán de la unidad 17 era uno de sus mejores clientes, sin mencionar que lo conocía desde que ingresó a los maverick hunters. Sobra decir que era uno de los pocos reploids de primera generación que quedaban en la base.

- Por cierto, me enteré por Red Wing de lo del maverick. ¿Cómo se encuentra, capitán? Escuché que esta vez le costó bastante trabajo vencerlo. Claro, Red Wing no lo dijo de esa manera, más bien se jactaba de que la habían dado una buena golpiza.

El cazador azul suspiró, ese miserable de Red Wing... ¿Por qué no le sorprendía saber que el pajarraco había esparcido el chisme de su "casi" derrota ante Panther por todo el cuartel?

- Estoy bien, ED. De todas formas, gracias por preocuparte. – Respondió mientras acercaba la taza de café a sus labios.

"Bendita cafeína, no sabes lo mucho que te necesito ahora. Mi amor por ti nunca morirá..." Fueron sus últimos pensamientos antes de darle un sorbo a la taza. Casi instantáneamente una mueca de asco apareció en su rostro, al tiempo que escupía lo que había bebido en una hortera al lado de la barra.

- ¡¿Pero qué significa esto?! ¡Este café es asqueroso! – Exclamó mientras miraba horrorizado el líquido en el recipiente de porcelana. ¡Hasta el café de Blues sabía mejor que esa... cosa!

- ¿Le gusta? Es mi propia receta secreta, yo mismo la inventé. – Comentó el encargado, algo sonriente.

- Pero ED, ¿qué pasó con ese delicioso café colombiano que siempre preparas?

- ¡Ah! Ese. Lo siento mucho, capitán, pero el comandante Signas decidió recortar el presupuesto de la cafetería. ¿No se lo informó? Los miembros del Supremo Consejo de Regencia recortaron el presupuesto para la base de nuevo.

- ¿Otra vez? ¿Y ahora cuál fue la causa?

- Dicen que no están satisfechos con la labor de los maverick hunters en la reconstrucción de la Tierra.

- ¡Dios! No puedo creerlo... – X se llevó una mano al rostro con frustración. - Me pregunto qué habrá en la mente de los miembros del consejo, con esta clase de medidas no nos favorecen en lo más mínimo. Ellos piensan que la labor de reconstrucción es fácil, me pregunto si realmente sabrán el tamaño de la crisis que enfrentamos.

- A mí no me pregunte. – Contestó ED encogiéndose de hombros. – Como sea, la reducción del presupuesto obligó al comandante a reducir los fondos destinados a algunos servicios no indispensables dentro del cuartel, como toallas en los baños, portavasos en las mesas o importar café de otros países para la cafetería.

- ¡Eso es genial! ¡Absolutamente genial! – Respondió el cazador sarcásticamente.

- Así que hasta que vuelvan a aumentar el presupuesto, si es que lo hacen, yo tendré que seguir preparando mis propias recetas secretas con mi propio grano secreto. – El encargado lucía bastante animado con la propuesta.

X bajó la vista a la taza de nuevo, lanzándole una mirada recelosa a su contenido. Definitivamente no quería saber de dónde provenía ese "grano secreto" del que hablaba ED.

- Tontos burócratas... – Refunfuñó. - No se dan cuenta que con esta medida nos están dañando a todos, especialmente a reploids adictos a la cafeína como yo. – Pensó en voz alta, con pequeñas cascadas de lágrimas fluyéndole de los ojos.

- ¡Oh! Capitán, no exagere. Usted no necesita cafeína para sobrevivir, después de todo es un androide.

- Sí, pero un androide con terribles trastornos de sueño y que necesita café para mantenerse despierto. – Respondió X, desanimado. – Y por cierto, precisamente por ser un androide mi sentido del gusto está más desarrollado que el de un ser humano, así que ED, no es por ofenderte, pero este café sabe horrible.

- Mmm... – El encargado se llevó una mano a la barbilla en expresión pensativa. – ¡Ya sé! Tal vez sólo sea cuestión de agregar un poco más de jarabe para la tos a la mezcla.

Sobra decir que la expresión de horror en el rostro de X aumentó dramáticamente.

- ¡Dios mío!... Y todo por culpa de los miembros del consejo. – Se lamentó llevándose una mano al rostro. Permaneció mirando a la taza por varios segundos, cada vez con mayor repugnancia al pensar en todo lo que ED podría haber mezclado con el café. Así fue hasta que una voz femenina lo sacó de sus pensamientos.

- Una taza de café y dos botellas de agua, por favor.

- En seguida, teniente.

X miró hacia su lado, sentada en un banco vecino se encontraba Alia, no se percató del momento en que la cazadora había entrado a la cafetería. La joven suspiró mientras se retiraba el casco-diadema que siempre llevaba consigo, liberando con ello su largo cabello rubio (NA: Esto no es invención mía, Alia en realidad tiene el cabello largo, sólo que siempre lo trae recogido en una especie de tocado en la parte posterior de su casco. Esto no se nota mucho a primera vista). X permaneció mirando embobado como la joven se acomodaba el cabello, lentamente el rubor empezó a subirle al rostro antes de darse a sí mismo una cachetada para sacarse del trance.

"¡Tonto! Deja de mirarla, ¿quieres que todos en la cafetería empiecen a murmurar?... Un momento... ¡pero sí no hay nadie más aquí!"

- ¿Mmm?... - Alia volteó a mirar en dirección de X, extrañada.

- Ah... Ho-hola. – Dijo sonriente, ligeramente sonrojado y con una expresión de "yo no fui" en el rostro.

- Hola. – Respondió Alia, todavía extrañada por lo raro en la expresión del cazador.

- No te he visto desde la mañana.

- Lo sé, he estado ocupada, el laboratorio francamente es un desastre, la cantidad de trabajo que hemos tenido las últimas semanas es terrible. Hasta tuve que pedir a Target que supliera mi turno en el centro de mando.

X parpadeó, ahora comprendía porque al salir de las barracas vio a un par de reploids dirigirse a la enfermería, con varias grietas en sus armaduras y quejándose de que por culpa de la navegante habían acabado atrapados en medio del fuego cruzado.

- ...Y además está el asunto de Gate. – Comentó Alia, llamando la atención de X. El cazador azul se percató de la tristeza en los ojos de la joven.

- Aún no han podido despertarlo, ¿cierto?

- No... y dudo mucho que lo logremos. - La reploid suspiró, la expresión de desolación en su rostro se acentuaba. - Esta vez estuvimos más cerca que en nuestros intentos anteriores, incluso realmente llegué a pensar que lo lograríamos. Hasta imaginé el momento en que él abriría los ojos y saldría de ese cilindro, ya recuperado. No sabes lo frustrante que fue recibir el golpe contra la realidad y darme cuenta de lo lejos que en verdad estuvimos.

Ver a Alia preocuparse de esa manera por Gate hacía sentir a X como si le clavaran una daga de hielo en el pecho, sin embargo, debía entenderla y apoyarla, después de todo, él sabía mejor que nadie lo que era perder a un compañero. Acercó su mano, colocándola encima de la de Alia. La muchacha volteó a mirarle, un tanto sorprendida por su gesto, sin mencionar ruborizada.

- No te preocupes, lo lograrán. – Dijo mirándole a los ojos con decisión. - Ten confianza. Dijiste que esta vez estuvieron más cerca que las anteriores, eso significa que van por buen camino. Sé que lo conseguirán, confío en ti y sé que Gate también lo haría. Te aseguró que él despertará, sólo es cuestión de tiempo. Tú misma me dijiste alguna vez que nunca hay que perder las esperanzas sin antes haber luchado.

Alia no pudo evitar sonreírle, la determinación en los ojos de X le hizo sentir mejor.

- Sí, tienes razón. Supongo que aún es demasiado pronto para darme por vencida.

X también sonrió al ver que había conseguido reanimarla.

- Aquí tiene, teniente. Mi propia mezcla especial, la creé especialmente para usted. – ED llegó con una charola en la que venía la taza de café y las dos botellas que Alia había ordenado.

- Muchas gracias, ED. – Respondió la joven mientras acercaba la taza hacia sus labios.

- Eh... Alia... no creo que sea buena idea... – Dijo X con una expresión de terror en el rostro.

Su advertencia llegó muy tarde, Alia dio un par de sorbos e instantáneamente su rostro se puso blanco, antes de devolver lo que había bebido de vuelta a la taza.

- ¡Dios! ¡Esto es asqueroso! – Exclamó con una enorme expresión de repugnancia.

- Te lo dije... - Murmuró el cazador azul con una gota en la frente.

- ¡¿Pero qué significa esto?! ¡¿Qué clase de café es este?!

- Mi propia receta secreta, teniente. ¿Qué le parece? Buena, ¿no? – ED permanecía sonriendo orgulloso. X y Alia no sabían si esa sonrisa era de cinismo o de qué.

- ED, ¿qué diablos era lo que contenía ese café?

- Alia, créeme que tampoco querrás saberlo... – Intervino X, más asustado todavía.

- Sólo un poco de mi grano secreto y algunos edulcorantes, incluyendo ese extraño líquido aroma lima-limón que encontré en la parte baja de la alacena y que venía con la foto de un hombre calvo cruzado de brazos en la etiqueta.

Alia miró por varios segundos hacia la taza en su mano, la sensación de nauseas se incrementó, dejó el recipiente sobre la barra y lo alejó de ella con una mano.

- Sinceramente, creo que ya bebí suficiente café por el día de hoy.

- Sí, yo también. – Dijo X, imitando su ejemplo. Alia le miró sorprendida, era la primera vez en su vida que escuchaba a X decir que ya no quería más café, aunque no lo culpaba. Con razón el Dr. Koi se había negado a que le llevará del café de la cafetería, cualquiera otra cosa era preferible a beber algo tan repulsivo.

- Y todo por culpa de esos burócratas... – Mencionó el cazador azul con cascadas de lágrimas fluyendo de sus ojos.

- ¿Burócratas? ¿Qué burócratas? – Preguntó la joven, extrañada.

- ¿Qué acaso soy el único enterado del asunto? – Respondió ED con fastidio. - El comandante Signas tuvo que recortar el presupuesto de la cafetería, ello porque los miembros del Consejo de Regencia recortaron el presupuesto de la base, alegando que no están conformes con nuestros resultados en el proceso de reconstrucción.

- ¡¡¿Qué hicieron qué?!! – Alia realmente se puso furiosa al escuchar esas palabras. – ¡Ese grupo de imbéciles! ¡¿Qué se han creído?! ¡¿Cómo se atreven a cortarnos el presupuesto?! ¡¿No se dan cuenta del problema que estamos enfrentando?! Ellos piensan que es sencillo reconstruir la Tierra, pero no han movido ni un solo dedo para ayudarnos, sólo se sientan a observar mientras los maverick hunters y los miembros del Instituto de Investigación hacemos el trabajo. No tienen idea del tamaño de la crisis, no han analizado que tan grave es en realidad y ni siquiera nos han apoyado un poco, todavía se atreven a cortarnos el presupuesto y a exigirnos resultados. ¡Ya quisiera yo verlos recogiendo escombros en el cuadrante 20H9632! ¡Ah! Pero los pobres señores no pueden arriesgarse a hacerlo, no señor, sería muy peligroso, corren el riesgo de fatigarse mucho o de que se les rompa una uña. – Alia apretó los dientes con rabia. Después de escuchar sus palabras, X empezó a reír. - ¿Y tú de qué diablos te ríes? ¡Esto es serio, X! – Le reprendió enfadada.

El cazador trató de recobrar la compostura.

- L-lo sé. – Dijo entre risas. – Es sólo que no puedo evitarlo... ja, ja, ja... Con ese discurso que acabas de dar... ja, ja... sonaste exactamente igual que Bolt Kraken.

- ¿Eh? ¿Cómo Bolt Kraken? – La maverick hunter parpadeó boquiabierta mientras se imaginaba a sí misma vestida con un traje de calamar. - ¡Oh Dios! ¡Qué horrible!

- Es verdad, capitán X. Ahora que lo menciona, recuerdo que el capitán Kraken solía criticar continuamente al consejo. – Comentó el encargado.

- Cierto, en verdad los odiaba. Sobre todo después de que decidieron aprobar esa ley en que se negaba conceder amnistía a los mavericks y se prohibía resucitar a cualquier reploid señalado como tal, así sus sistemas de conciencia estuvieran a salvo. Fue por culpa de esa ley que no pudieron reconstruir a Launcher Octopauld, incluso los miembros del consejo se encargaron personalmente de borrar sus sistemas operativos. Recuerdo lo furioso que se puso Kraken cuando le informaron de lo sucedido, por un momento temí que fuera a hacer algo en contra del consejo.

- Fue una suerte que el comandante Signas consiguiera que se vetara esa ley, aunque es una lástima que no lo lograra hasta mucho después de terminada la guerra de Repliforce, muchos de los reploids sacrificados hubieran sido salvados si se le hubiese vetado antes. – Mencionó el dependiente con tristeza.

– Empiezo a pensar que Kraken tenía razón en las críticas que frecuentemente lanzaba contra ellos. – Murmuró X.

- Sí, definitivamente la tenía. – ED miró en dirección de una de las mesas del fondo, el recuerdo de cuatro reploids jugando cartas con toda una multitud de cazadores a su alrededor llegó a su mente. No pudo evitar suspirar con melancolía. - ¡Ahh!... ¡Qué tiempos aquellos! Ahora que mencionó al capitán Kraken, recordé la época en que él, usted y los capitanes Zero y Dragoon se reunían a jugar póquer aquí en la cafetería.

- ¡Vaya! Eso no lo sabía. – Exclamó Alia.

- Es natural que no lo supieras, Zero y yo nos empezamos a reunir con ellos un par de años antes de que los incidentes en Doppler Town tuvieran lugar. Tú aún no habías ingresado a la organización en ese entonces. – Confesó X.

- Sí, de hecho, apenas me habían activado. Recuerdo que recién comenzaba a trabajar en el Instituto de Investigación cuando nos informaron que el Dr. Doppler había enloquecido y estaba dirigiendo una armada en contra del cuartel de los maverick hunters. Enterarse de eso fue un golpe muy duro para el Dr. Koi, por lo que tengo entendido, ellos dos eran muy buenos amigos.

- Eso había escuchado...

- ¡Ahh!... ¡Qué tiempos! – El encargado volvió a suspirar, interrumpiendo la conversación entre los dos reploids. – Debió haber estado allí teniente, debió haberlos visto. En aquél entonces había cuatro cazadores que destacaban de entre todos los de la base, cuatro valientes capitanes que sobresalían por su valor y capacidad como líderes: Magma Dragoon de la unidad 14, Bolt Kraken de la unidad 6, Zero Omega de la unidad 00 y, por supuesto, Megaman X de la unidad 17. Los cuatro se reunían aquí todos los miércoles en la noche a jugar cartas. Claro que no sólo se dedicaban a jugar, aprovechaban para conversar y discutían sobre diversos temas: Política, economía, ciencia, la situación en el frente, los cambios en la milicia, etc. ¡Y vaya debates que se armaban entre ellos! Era delicioso estar allí presente, nunca escuché conversaciones más fluidas y argumentos tan bien planteados como los que ellos exponían. Inclusive, todos los cazadores jóvenes se reunían en torno a ellos y guardaban el mayor silencio para escuchar a los grandes maestros hablar. – ED lucía cada vez más emocionado conforme hablaba, X y Alia le sonreían con pequeñas gotas en la frente mientras el encargado continuaba con sus recuerdos. – Eran los mejores, sin duda. "La elite de los cuatro", así los llamaban.

- Si mal no recuerdo, tú nos pusiste ese nombre, ED. – Comentó X con una gota en la frente.

- Pensé que tan grandes reploids como ustedes merecían un sobrenombre elegante, pero no me gustaron "Los cuatro grandes" ni "Los cuatro fantásticos" ni "Los cuatro magníficos", así que pensé que "La elite de los cuatro" era el más adecuado para ustedes.

- Supongo... – La gota en la frente del reploid azul aumentó de tamaño.

El encargado prosiguió relatándole a Alia.

- Ojalá y hubiera estado allí, teniente. ¡El capitán X y los otros tres eran sensacionales! ¡Esas discusiones que se armaban entre ellos eran increíbles! Aún lo recuerdo bien, como si fuera ayer: Un par de tazas de café para el capitán X y para Kraken, una botella de agua para el capitán Dragoon y algo de licor para el capitán Zero, se cortaba la baraja, se repartían las cartas y comenzaba el debate. Allí permanecían horas y horas, hasta el amanecer o hasta que el capitán Dragoon descubriera que el capitán Zero había hecho trampa y comenzaran a pelear entre sí.

- ¡Y que lo menciones! – Exclamó X. - Recuerdo que perdí la mitad de mi sueldo en más de una ocasión en esos juegos. Yo nunca me daba cuenta, pero Zero siempre encontraba la forma de mirar mis cartas y las de los demás, sin mencionar que conocía todas las trampas posibles en el póquer y al final siempre nos engañaba a todos. – A Alia le apareció una gota en la nuca mientras escuchaba al reploid azul, ¿por qué eso no le extrañaba de él ni mucho menos de Zero? X prosiguió. – Al final Dragoon siempre era el que lo descubría y entonces se armaba la gresca. Casi siempre la mesa acababa destrozada y Kraken y yo teníamos que correr a detenerlos antes de que se mataran el uno al otro.

- Muy cierto. Recuerdo que tuve que cambiar muchas mesas en aquellos años, la mayoría casi siempre acababa partida por la mitad de un sablazo o reducida a cenizas por una bola de fuego. – Agregó ED.

- ¡Vaya! No sabía que te relacionaras de esa manera con Dragoon y con Kraken. Por la forma tan fría como tú y Kraken se trataban, pensé que estaban enemistados o algo por el estilo. – Comentó la joven rubia al cazador de titanio.

- No, ellos eran mis amigos, o al menos creo que lo eran. Claro, nunca fui tan cercano a ellos como lo fui con Zero. En realidad, casi nunca los veía, nuestras obligaciones con nuestras respectivas unidades nos mantenían ocupados la mayor parte del tiempo. Las pocas veces que pudimos charlar fueron durante las noches en que nos reuníamos a jugar cartas. A ambos los conocí cuando apenas era un novato en la organización. Kraken, Dragoon y el Dr. Cain me apoyaron después de la muerte de Zero al terminar la primer guerra contra Sigma, aunque perdí contacto con ambos durante la segunda. Después de que reconstruyeron a Zero, tuve la oportunidad de volver a verlos, entonces acordamos reunirnos los miércoles a jugar póquer y pasar el rato. Hasta cierto punto mi relación con ambos era buena, aunque Kraken todavía me guardaba algo de rencor por lo sucedido con Octopauld y Dragoon seguía tratándome como un novato... – El cazador suspiró. - ED tiene razón, eran buenos tiempos...

Alia contempló como cierta melancolía empezaba a formarse en los ojos del jefe de la unidad 17.

"Con razón le afectó tanto tener que eliminar a Dragoon y a Kraken. Nunca entendí el porqué, pero ahora lo comprendo."

El pensar en sus antiguos compañeros de armas hizo sentir nostalgia al bombardero azul. ¿Cuánto había pasado desde la última vez que pudo jugar cartas con Dragoon y con Kraken? Ya debían ser casi 6 años.

"Sí, seis años. Seis años han pasado desde la última vez. La última vez que nos reunimos fue un mes antes de que la guerra de Repliforce comenzara. ¿Cuánto ha cambiado desde entonces? En aquél tiempo la situación era muy diferente. No se había registrado una nueva aparición de Sigma desde el incidente Erasure, y aunque el virus seguía causando estragos, las primeras vacunas ya empezaban a tener efectividad. El número de ataques maverick había decrecido, la relación entre la Repliforce y los maverick hunters era armoniosa. Nadie imaginaba que de un día para otro una serie de sublevaciones darían comienzo... Nadie imaginaba que esa guerra estaba por iniciar..."

X empezó a meditar sobre la frase de ED: "...reducida a cenizas". En aquella época el futuro lucía tan diferente, nadie imaginaba el trágico destino que les esperaba a los miembros de la elite de los cuatro. Magma Dragoon, uno de los luchadores más fieros y honorables dentro de los maverick hunters, sería infectado por Sigma y terminaría ayudando al maverick a derribar Sky Lagoon, dando comienzo a la guerra de Repliforce. Más tarde, sería señalado como un traidor y castigado como tal. Después de que la guerra terminara, Bolt Kraken, incapaz de tolerar el grado de militarización fascistoide al que los cazadores habían llegado, presentó su renuncia a los maverick hunters. Posteriormente, durante la crisis de Eurasia, se convertiría en una víctima más del virus. Y en lo que respecta a Zero... de todos los antiguos compañeros de X, Zero era probablemente al que le tocó experimentar las peores desgracias. La muerte de Iris era sólo la punta del iceberg comparado con lo que le esperaba...

"Al final todo acabó de esa manera: Reducido a cenizas. Dragoon está muerto, Kraken también, Zero sigue desaparecido..." El maverick hunter dirigió de nuevo la vista hacia la taza de café, la imagen de su amigo aparecía reflejada en el oscuro líquido. "Zero... De todos los cazadores que conocí durante la primera guerra, tú eres el único amigo que me queda con vida. No sé donde estés, pero por favor, regresa pronto, de verdad me has hecho mucha falta..."

X suspiró. Para sorpresa de Alia, llevó de nuevo la taza de café a sus labios y bebió un poco de su contenido, casi instantáneamente escupió lo que había ingerido.

- ¡Agh! Lo olvidé. – Dijo limpiándose la boca con un gesto de repulsión. Alia no pudo contener una ligera risa, el cazador de titanio estaba tan concentrado en sus propios recuerdos que había bebido de la taza por reflejo.

- ¡Ja! Déjame ayudarte. – Dijo mientras le alcanzaba una servilleta.

- No, no te molestes. – El hunter azul trató de alcanzarla por sí mismo. Al hacerlo, las manos de ambos se tocaron en el aire. Los dos maverick hunters voltearon a verse el uno al otro, bastante ruborizados, casi instantáneamente apartaron las manos, volteándose en direcciones distintas. Ante esa escena, el dependiente sólo pudo sonreír levemente mientras se alejaba al otro lado de la barra para dejarlos solos. Ambos androides permanecieron mirando en direcciones opuestas por algunos minutos, el silencio empezaba a volverse incómodo.

- S-sabes... – La primera en hablar fue Alia. – Nunca me habías hablado sobre eso, sobre tu relación con Dragoon y Kraken ¿Por qué no lo habías hecho?

- No había mucho que decir al respecto. A decir verdad, esa es una de las partes de mi pasado que más alegría me da recordar, pero que al mismo tiempo me trae una enorme tristeza...

Alia volteó en dirección de X, el cazador azul seguía con la mirada perdida en la taza de café, la melancolía en su rostro era cada vez mayor.

- Realmente les apreciabas, ¿no es cierto?

X suspiró.

- Como te dije, casi nunca hablaba con ellos, pero a pesar de todo les estimaba. Eran grandes cazadores, y también grandes compañeros. Nunca conocí a nadie más leal que ellos. Antes de ser infectado, Dragoon era el más confiable de todos los maverick hunters, tal vez fue por ello que Sigma lo eligió para su plan. Era natural que nadie sospechara que alguien como él podría estar detrás del incidente en Sky Lagoon. – X tomó nuevamente la taza y la acercó a su rostro. - Y en lo que respecta a Kraken, siempre me sorprendió que a pesar del rencor que me guardaba por haber eliminado a Octopauld, me apoyara después de la muerte de Zero. Supongo que ya comprendía lo que era perder a un camarada. – X dio un sorbo a la taza de manera inconsciente, nuevamente la mueca de asco apareció en su cara.

- Lo comprendo, yo también sé lo que es perder a un amigo... – Dijo Alia con ligera nostalgia, ignorando el hecho de que X estaba escupiendo y frotándose la lengua con papel de lija. – Bueno, lo mejor será que me despida. Dejé a Target acomodando unos papeles en el laboratorio y no quiero imaginar la clase de desastre que debe estar armándoles al Dr. Koi y a Life Saver. Será mejor que me apresuré, el lugar ya debe estar clasificado como zona de guerra.

- Síp... como digas... nos veremos... – Respondió el cazador azul, todavía haciendo muecas de desagrado.

La joven se acomodó el cabello, se puso de nuevo la diadema, tomó las dos botellas de agua y se dirigió a la puerta. Antes de salir le lanzó una última sonrisa a X. El cazador respondió con un ademán. X permaneció mirando hacia la puerta por varios segundos después de que Alia se marchara. El encargado se le acercó de nuevo mientras secaba con un pañuelo una taza de café recién lavada.

- ¡Vaya! Primero lo de Zero e Iris y después lo de Anthon y Nightshade. Hace mucho que no veía semillas de romance floreciendo aquí en la base. Realmente le gusta, ¿no es así, capitán X?

- ¿Eh? ¿Cómo dices?

- Realmente le agrada la teniente. Sí le gusta tanto, ¿por qué no la invita a salir?

- No bromees ED. Alia es sólo mi amiga, es todo.

- ¡Ja! Capitán, puedo ser viejo y obsoleto, pero no soy tonto. Usted está enamorado de ella, se nota en sus ojos y en la forma como le sonríe. ¿Por qué no se lo dice? Sinceramente, pienso que ustedes dos pueden llegar a algo serio.

- ED, no quiero ofenderte, ¿pero por qué no nos haces un favor a todos y vas a mejorar tu receta para el café? – Respondió X, algo irritado.

- ¡Oh! Vamos, no puede ser tan malo.

X sujetó a ED de la barbilla, abriéndole la mandíbula y vaciando el café que había sobrado en la taza por su garganta.

- ¡¡¡Oh!!! ¡¡¡Santo Cielo!!! ¡¡¡Esto es asqueroso!!! – Gritó el dependiente mientras corría hacia la cocina a lavarse la boca con jabón y agua.

- ¡Te lo dije! – Gritó X, sonriendo levemente.

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- ¡Maldición! – Exclamó Zero golpeando la mesa, frustrado ante lo inútil que resultaban sus esfuerzos. Por más que trataba, no lograba decodificar el archivo. – Ahh... Supongo que no tiene caso que continúe con esto. No importa que programa utilice, no podré decodificarlo. Ojalá y Alia estuviera aquí, ella es mucho mejor que yo para esto, es una lástima que no pueda pedir su ayuda.

Zero desenchufó el cable en su muñeca que mantenía conectado a la laptop. El análisis de su DNA había terminado.

- ¡Bien! Los archivos que encontré en el laboratorio fueron realmente útiles, mi DNA ya está más estable, sin embargo, aún no consigo eliminar al virus.

Zero revisó de nuevo los archivos con cuidado. La clave para eliminar al virus Zero de su sistema estaba allí, pero aún no lograba identificarla. Desgraciadamente, sus conocimientos técnicos no eran lo bastante amplios como para encontrarla.

"Aún sigo siendo una amenaza. No puedo regresar a la base todavía, si pudiera, le pediría a Alia y a Life Saver que me ayudaran con esto."

El cielo estrellado alcanzaba a apreciarse por un agujero en el techo de metal. El espadachín escarlata miró hacia allá.

"Sólo conozco a una persona que puede ayudarme a solucionar este problema... si tan sólo supiera donde encontrarlo. El único lugar que se me ocurre es..."

Zero revisó el reloj en su muñeca.

- Ya es hora.

El cazador conectó una antena a la laptop, encendió la fuente de poder y tecleó una serie de códigos.

"Nombre de usuario: Zero Omega"

"Password: "

"Login"

"Iniciando sesión en red. Por favor espere."

"Sesión iniciada. Comprobando nombre de usuario y contraseña."

"Bienvenido"

No pasó mucho antes de que un mensaje apareciera en su pantalla.

- "Estaba esperándote. Me tenías preocupado."

- ¡Ja! Viejo, si supieras lo que estamos por enfrentar te preocuparías todavía más.

El cazador tecleó la respuesta.

- "Sé que no te he mantenido al tanto, pero he estado muy ocupado últimamente. Descuida, estoy bien, pero mi DNA sigue inestable. ¿Aún no encuentran la vacuna?"

- "No, pero el equipo del laboratorio sigue trabajando en ello. Hace poco me enteré de una noticia que resulta interesante. Te la comentaré después, tan pronto investigue más al respecto."

- "Por cierto, ¿es seguro que hablemos ahora?"

- "No te preocupes, la frecuencia está protegida, no hay nadie que pueda molestarnos, ni tampoco nadie que pueda enterarse de esta conversación. Tu secreto sigue a salvo."

- "Me alegro."

- "Aún no entiendo por qué tanto misterio, Zero."

- "Por seguridad, nadie debe enterarse de lo que estoy haciendo."

- "¿Por qué no quieres que informe a Alia y a X? Ellos dos podrían ayudarte."

- "¡No! Ellos no deben verse involucrados. Mantenlos fuera, no se te ocurra decirles nada. Te lo advierto, la situación es muy peligrosa, lo menos que quiero es exponerlos a esto."

- "Está bien, como desees. De cualquier forma no les he informado de tu paradero. Sólo espero que sepas lo que estás haciendo."

- "Descuida, lo sé. Sólo déjame pedirte un favor. Necesito que decodifiques un archivo por mí. Usa todos los recursos que tengas, pero por favor, trata de tenerlo listo lo más pronto posible. Y por lo que más quieras, no dejes que nadie se entere de su contenido."

- "Está bien, lo haré, aunque sigo sin entender la razón por la que no quieres que nadie en la base se entere de tus actividades."

- "Es simple: Si alguien se entera, se lo dirá a X y lo más probable es que él trate de buscarme. En mi estado actual soy un peligro para todos, no quisiera pensar en lo que podría suceder si me vuelvo a encontrar con X siendo un maverick, la última vez estuve a punto de nulificarlo. Por eso te pido que lo mantengas alejado, ya llegará el momento en que yo le informe de todo."

- "Está bien, confío en que lo hagas, sólo cuídate por favor."

- "Sabes que siempre lo hago."

- "Sigues tan fanfarrón como siempre, en eso no has cambiado."

- "¿Qué puedo decir? Cuando se tiene personalidad, se tiene personalidad."

- "Supongo."

- "Una última cosa. Necesito que me transfieras las coordenadas de cierto lugar."

- "Como gustes."

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El anciano se encontraba apoyado sobre la consola, con su bata raída y sucia, su rostro manchado por finas líneas de sangre, apenas podía mantenerse en pie. Caminó hacia él, el científico hizo una mueca de espanto, levantó su mano derecha haciéndole una seña para que se alejara. A pesar de la oscuridad, alcanzó a vislumbrar su rostro, ese rostro viejo y cansado, lleno de arrugas, con sus bigotes desordenados, ensuciados por la sangre que escurría desde su frente.

- Por... por favor... ten piedad... – Suplicó débilmente.

- ¿Por qué habría de tener piedad contigo? Tú fuiste quien ocasionó todo esto. ¿Sabes la cantidad de inocentes que han muerto por culpa tuya?

El científico no respondió, estaba aterrado. Realmente le daba lástima verlo así, ¿cómo un viejo en un estado tan miserable pudo causar una tragedia tan grande?

- Todo terminó.

- ¡No!... Espera... te lo suplico...

- Es tu fin.

Levantó su cañón de plasma, listo para darle el tiro de gracia. Antes de disparar, miró a los ojos del anciano, esos ojos llenos de terror, llenos de pánico, llenos de dolor. Ante él se encontraba un ser humano como cualquier otro, un ser humano que se hallaba gritando de miedo ante las puertas de la muerte. ¿Qué estaba haciendo? ¿Acaso iba a eliminarlo sin siquiera una mísera gota de compasión? ¿Qué eso no lo hacía igual o peor que él?

- ¡No! ¡No puedo hacerlo! – Se dijo mientras bajaba su arma. – No puedo matarlo, ni siquiera él merece morir de esta manera...

- ¿Por qué no hacerlo? – Dijo un voz detrás de él.

- ¿Qué? ¿Quién dijo eso?

Se volteó hacia el individuo a sus espaldas. Una siniestra figura que portaba una armadura semejante a la suya.

- ¿Por qué no eliminarlo? Después de todo, él fue el responsable de esta catástrofe. Merece pagar por sus crímenes.

- Eso es verdad, pero no de esta manera.

El sujeto rió ligeramente.

- ¡Ja! ¿A qué le tienes miedo? Si es tan fácil eliminar a una basura como él, sólo tienes que hacer esto... – El extraño disparó una ráfaga de plasma en contra del anciano. El disparo atravesó el pecho del científico, manchando todo a su alrededor, incluyendo el rostro de X.

- ¡No! ¡¿Qué has hecho?!

El siniestro sujeto sólo rió ante la reacción de espanto del reploid azul.

- Lo ves, es tan sencillo acabar con estas patéticas basuras humanas. Lo mismo que hice con ese viejo decrépito es muy fácil de repetir con las personas de allá abajo...

Repentinamente, X ya no se encontraba en ese laboratorio derruido, ahora se hallaba en lo alto de un edificio. El sujeto a su lado empezó a disparar contra las personas que caminaban por la calle.

- ¡No! ¡Detente!

Los cadáveres caían uno por uno al suelo mientras la multitud corría espantada. Hombres, mujeres, niños, todos por igual eran masacrados por las ráfagas de plasma que volaban desde el cielo.

- ¡¡¡Ya basta!!! – X disparó contra el asesino en un intento por detenerlo, se escuchó el sonido de un cristal rompiéndose. Cual fue su sorpresa al descubrir que había disparado contra el muro de cristal de un edificio vecino, en donde se apreciaba su reflejo.

- Lo ves, te lo dije: Es extremadamente sencillo acabar con esas basuras. ¿Qué se siente, X? Dime, ¿qué se siente al aplastarles como cucarachas? ¿No sientes un enorme placer hormigueando en tu interior conforme tus víctimas caen acribilladas? ¿No te sientes en la gloria al apreciar como su sangre mancha el suelo?

La imagen reflejada en el cristal comenzó a reír a carcajadas, X le miraba con una expresión de terror en el rostro. De la boquilla de su cañón de plasma emanaba algo de humo, indicando que había sido disparado repetidamente hace poco. X miró hacia la calle. Un grupo de policías había acudido en socorro de las víctimas, pasando por encima de los charcos de sangre que se habían formado en el piso. La multitud seguía agitada.

- ¿Pero quién pudo hacerles esto? – Preguntó un oficial mientras revisaba uno de los cuerpos.

- ¡Fue él! – Gritó una mujer señalando hacia la azotea de un edificio. – ¡Fue ese robot! ¡Él fue el causante!

- Es verdad, todos lo vimos. – Añadió un hombre que a duras penas trataba de ponerse en pie asistido por un par de oficiales.

– Todos estábamos presentes cuando enloqueció y comenzó a dispararle a la gente.

- ¡Fue él!

- ¡Él fue el culpable!

- ¡Todos lo vimos!

- ¡Atrápenlo! ¡No lo dejen escapar!

La muchedumbre empezó a gritar enardecida en torno al edificio donde se hallaba X. El reploid de armadura azul se dejó caer de rodillas al suelo. Podía escuchar los gritos de la gente rodeándole, los lamentos de los heridos agonizantes, el sonido de las sirenas aproximándose a lo lejos.

- ¿Cómo pude...? ¿Cómo pude hacer esto? ¿Qué me está pasando? ¡¿Qué demonios me está pasando?!

X gritaba desesperado mientras se sujetaba la cabeza, sentía como si su cráneo estuviera por estallar, todo a su alrededor se veía borroso, empezó a sentirse mareado. Caminó tambaleándose hacia la orilla del edificio, sin darse cuenta pisó sobre el borde y cayó al vacío.

- ¡¿QUÉ DEMONIOS ME ESTÁ PASANDO?! -– Fueron sus últimas palabras antes de ser consumido por la oscuridad del abismo.

- ¿Qué me está pasando?... – X despertó sobresaltado, respiraba agitadamente, sus pupilas estaban dilatadas. Miró a su alrededor, todo estaba oscuro. – ¿Qué sucedió?... ¿Dónde estoy?... Sáquenme... sáquenme de aquí... quiero salir... ¡Quiero salir!

X golpeaba desesperado la compuerta de cristal de la cápsula de hibernación, se sentía atrapado dentro de un ataúd. Finalmente la compuerta se abrió permitiendo que el cazador saliera, su sobresalto era tal que cayó al suelo una vez estuvo afuera. Permaneció recostado en el piso por varios segundos, su respiración era agitada, su rostro estaba pálido. Después de un rato pudo reincorporarse, se sent en el suelo, apoyado sobre la cápsula de hibernación.

- Otra pesadilla... – Murmuró mientras estrujaba sus cabellos con ambas manos. – Fue otra pesadilla... ¿Por qué...? ¿Por qué me está pasando esto?

Continuó allí sentado por algunos minutos, meditando en medio de la oscuridad del cuarto. Alguien entró a la habitación.

- X, ¿sucede algo? – Preguntó Alia, desde el marco de la puerta.

- No, nada. – Respondió sin moverse de su lugar

- ¡¿Pero qué haces allí?! – Exclamó la joven acercándose a él. - ¿Estás bien? – Preguntó mientras se arrodillaba a su lado.

- Sí, no te preocupes.

Alia ayudó a X a levantarse, una vez que estuvo de pie, el cazador azul se dirigió hacia al puerta, tambaleaba un poco al caminar.

- ¿Seguro que estás bien? - Preguntó la hunter preocupada.

- Sí... No te preocupes... Sólo necesito algo de café. – Respondió sin voltear a mirarle. - ¿Qué hora es?

- Son casi las 6 de la mañana. ¿Por qué?

- Hay una expedición que debe estar lista para esta noche, debemos darnos prisa.

- Pero...

El cazador salió por la puerta, dejando sola en el cuarto a una desconcertada Alia. La navegante se acercó a la cápsula de hibernación y empezó a verificar los datos recabados por el computador, no pudo contener su asombro al enterarse de que a lo largo de la noche, X apenas había conseguido dormir poco más de hora y media. Cada 15 minutos, el cazador despertaba abruptamente, tenía que pasar más de media hora antes de que pudiera conciliar el sueño de nuevo.

- Esto no está nada bien. Me pregunto qué le estará sucediendo. - Alia miró preocupada hacia la puerta del cuarto. – Sólo espero que no se trate de algo grave.

X caminaba por los pasillos de la base con una expresión azorada en el rostro.

"Tal vez deba ir a ver a Life Saver. No quiero volver a pasar otra noche como esta"

Fin del capítulo 8

Notas del autor:

¡Hola de nuevo! Ha pasado tiempo, ¿cierto? Resulta que ahora a las molestias y causas de retraso habitual se suma una nueva: El insoportable de mi "editor" (léase, mi hermano ¬¬#) que no dejó de fastidiarme mientras escribía este capítulo, pero ya me desquite de él (y de que forma)

Como siempre, la clásica aclaración: Bolt Kraken y Launcher Octopauld son los nombres en Japón de Squid Adler y Launch Octopus, respectivamente. Octopus es el maverick al que X y Kraken se refieren en el diálogo que tienen previo al combate, sólo que en América, Octopauld se tradujo como "Octopardo", que fonéticamente hablando es una traducción correcta, pues es como lo pronuncian los japoneses. Según la historia, tanto Kraken como Octopus eran maverick hunters y eran grandes amigos (yo supongo que su relación era similar a la de X y Zero), sin embargo, Octopus se pasó del lado de Sigma después de que éste se transformara en maverick, por lo que X tuvo que destruirlo durante el primer juego.

La muerte de Octopus fue una de las razones por las que Kraken renunció a los maverick hunters, la otra fue que dejó de creer en los ideales de los cazadores. Más tarde, X y Kraken se reencuentran en Megaman X5, ya que Kraken posee el cartucho de energía que es indispensable para activar al Enigma. Supuestamente, Kraken ya había perdonado a X por lo de su amigo fallecido, pero el virus Sigma lo infecta y le hace recordar su rencor, por lo que trata de destruir al cazador azul, sobra decir quien de los dos acabó eliminado (lo cual es triste, ya que se trata de mi maverick favorito de Megaman X5)

No tengo mucho que decir por ahora, sólo que pronto estaré de vacaciones, así que podré escribir y actualizar más rápidamente, o bueno, eso espero, todo depende de si mi hermano (que diga, "editor" ¬¬) me deja.