Capítulo 9: Nubes de tormenta

- ¡Santo cielo! – Exclamó Alia asombrada.

- No puedo creerlo. Simple y sencillamente no puedo creerlo. – Decía X con los ojos muy abiertos.

- Es sorprendente, aunque supongo que no debí esperar menos de ti. – Comentó Signas.

- ¿Qué quieren que les diga? Soy un genio, ¿no? - Douglas sonreía orgulloso mientras los dos cazadores y el comandante supremo contemplaban asombrados su obra maestra. - Amigos míos, les presento a Centurión.

El blindaje dorado de la nueva Ride Armor resplandecía majestuosamente. El Centurión era indudablemente un arma asombrosa. Su tamaño no difería mucho del de una Ride Armor ordinaria, lo que realmente sorprendía era el armamento y las funciones con que venía equipada:

De entrada la forma de sus piernas, parecidas a las de un ave, le brindaba mayor agilidad para desplazarse en tierra, sin mencionar que contaban con ganchos retráctiles que le permitían adherirse a casi cualquier superficie, incluyendo metal y concreto. Sobre su hombro izquierdo se encontraba montado un cañón láser de largo alcance, mientras que sobre el derecho contaba con una torreta-sensor y un lanzagranadas. Además de ello, el brazo derecho venía equipado con una ametralladora modular que podía desprenderse, una vez agotadas las municiones, para liberar un cuchillo de energía de alta densidad. El blindaje tenía mayor espesor que el de una armadura convencional, lo que garantizaba mayor protección para el piloto, y por si fuera poco, el Centurión poseía en el brazo izquierdo un dispositivo que le permitía generar un escudo de energía semejante al de Blues. Para rematar, la nueva Ride Armor contaba con un par de propulsores ubicados en su parte trasera, mismos que le permitían volar una distancia mayor y permanecer en el aire por más tiempo que otras armaduras del mismo tipo.

- Y eso no es todo, la red neurocinética de la armadura le brinda al piloto mayor facilidad de manejo y mayor velocidad de respuesta en los controles. Ya no tendrán que preocuparse porque la palanca del brazo derecho se quede trabada a mitad de un combate, no señor, esos tiempos han pasado.

Douglas condujo a los tres reploids a lo alto de una plataforma.

- ¿Por qué no la pruebas, X? Verás a que me refiero.

- No lo sé, Douglas. Suena demasiado complicado para mí.

- Claro que no, verás que es lo más sencillo del mundo, casi como andar en bicicleta.

- Bueno, si tú lo dices.

X subió a bordo del Centurión. El panel de control lucía muy diferente al de otras Ride Armors.

- ¿Ahora qué debo hacer?

- Sólo abróchate el cinturón de seguridad y presiona el botón rojo en el centro del panel de control.

X así lo hizo, una especie de esfera de cristal emergió a mitad del tablero. Se escuchó una voz computarizada cuya fuente parecía hallarse en la esfera.

"IDENTIFÍQUESE. DIGA NOMBRE Y FUNCIONES, POR FAVOR."

- Douglas, ¿de qué trata esto? – Preguntó X, confundido.

- Sólo di tu nombre y función dentro de la base. El sensor captará tus patrones de voz y los comparará con los que tiene registrados en su base de datos.

- Está bien, lo haré, aunque no le veo sentido a esto. – X aclaró su garganta. – Megaman X, capitán de la unidad 17, elite de combate.

"IDENTIDAD CONFIRMADA. INICIANDO SISTEMAS"

- Es un mecanismo de seguridad para prevenir que ningún personal desautorizado utilice la armadura. – Explicó Douglas a Alia y Signas.

- Mmm... ¿Por qué sospecho que lo diseñaste de esa manera para evitar que Blues o Hawk la pilotearan? – Comentó Signas

Douglas se cruzó de brazos.

- ¡Jum! No quiero que ninguno de esos dos ponga sus sucias manos encima de mi "beb".

- ¿Sigues enfadado por ese incidente, Douglas? – Preguntó Alia, riendo ligeramente.

- ¡Ja! Como tú no estuviste en él, no lo ves como la gran cosa. – Protestó el jefe de ingenieros, irritado.

- En realidad, aunque no lo creas, ayer estuve a punto de sufrir algo parecido. – Comentó Alia, con sinsabor, al recordar el desastre en el laboratorio que tuvo que recoger la noche anterior por culpa de Target.

- ¡Oye, Douglas! ¿Qué está pasando? – Preguntó X, un poco asustado al ver como una especie de arnés se colocaba alrededor de su torso mientras una serie de cables se enchufaban en su casco. - ¿Y esto?

- Es parte del sistema neuromotor de la armadura, no te preocupes.

Un compartimiento se abrió en el panel de control liberando lo que parecía un par de guantes.

- Esos son los mandos. Sólo introduce tus manos en ellos.

- Realmente no entiendo este sistema.

A pesar de lo extraño que le parecía, el cazador siguió las instrucciones de Douglas e introdujo sus manos en los guantes.

- ¡Vaya! ¡Es sorprendente! – Exclamó X al notar como los dedos de la armadura respondían cuando él movía los suyos. – Lo siento como si fuera una prolongación de mi brazo.

- De hecho lo es. – Explicó Douglas. – La red neuronal lo hace posible, en estos momentos estás controlando la armadura como si se tratara de un miembro más de tu cuerpo. Gracias a este sistema, el Centurión tiene la capacidad de realizar movimientos de alta precisión que difícilmente otra Ride Armor sería capaz de lograr.

- ¡Guau! ¡Es asombroso! – Exclamó Alia, viendo a X levantar una pequeña caja de metal con sólo dos dedos y empezar a hacer malabares con ella.

- ¡No lo puedo creer! Su velocidad de reacción es sorprendente, prácticamente responde a mi pensamiento. – Decía X, mientras movía los mandos de manera que el Centurión atrapará la caja en el aire a apenas unos segundos de que tocará el suelo.

- ¡Fabuloso! – Exclamó Signas.

- Y eso no es todo, el sistema de sensores ubicado en la torreta del hombro derecho permite a la armadura analizar el terreno y mandar la información directamente al cerebro del piloto. De esa manera es posible analizar las condiciones del campo de batalla y enfrentarlas con mayor seguridad, el piloto puede planear su estrategia en sólo cuestión de segundos. Esa torreta está equipada con un poco de todo: Radar, sistema de rayos X, rayos infrarrojos, un barómetro para medir la presión atmosférica, sensores de calor y de humedad, entre otras cosas. De hecho, creo que hasta puedes ver de que color es la ropa interior que Alia trae en este momento.

- ¡Douglas! – La navegante le gritó furiosa, el jefe de ingenieros sólo atinó a sonreír nerviosamente mientras Signas trataba de contener una ligera carcajada.

- En realidad, Alia, creo que sí se puede... – Comentó X, bastante sonrojado.

- X, sólo atrévete a hacerlo y juro que subiré allá y te daré un buen puñetazo, ¿me escuchaste? – Le gritó algo ruborizada.

- No hace falta que me lo repitas. – Respondió el cazador, nervioso. – Oye Douglas, todo esto funciona muy bien, ¿pero cómo me bajo de esta cosa?

- Sólo da la orden: "Desactivar sistema", y será suficiente.

- Como digas. Desactivar sistema.

"ENTERADO. DESACTIVANDO SISTEMAS"

Tras la orden de X, los sistemas de la armadura se desconectaron y el arnés y los cables soltaron su cuerpo. El cazador bajó del Centurión de un salto.

- ¡Vaya! Eso sí que fue interesante. – Comentó a sus compañeros ya estando abajo.

- Debo reconocer que es un arma impresionante, Douglas.

- El Centurión no es sólo un arma, Alia, es toda una pieza maestra de ingeniería. Con algunas ligeras modificaciones aquí y allá, este bebé podría sernos de gran ayuda en el proceso de reconstrucción de la Tierra.

- Estoy de acuerdo contigo. – Afirmó X.

- Douglas, esta vez sí me has impresionado, no creí que pudieras, pero te has superado a ti mismo. Te felicito. – Dijo Signas estrechando la mano del jefe de ingenieros.

- ¡Ja! ¿Qué puedo decir? Ningún trabajo es difícil cuando se tiene el don de la genialidad.

El jefe de ingenieros empezó a reír jocosamente mientras detrás de él aparecía su equipo de técnicos, todos ellos con ojeras del tamaño de suelas de zapato. En ese momento, lo que más deseaban era linchar a Douglas, pero estaban tan cansados que no podían moverse.

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- ¿Y eso? Por lo que veo, se aproxima una tormenta. – Dijo desde las sombras un reploid de armadura morada, mirando hacia el horizonte. Sus cabellos plateados eran agitados por el viento.

El reploid dio un salto desde el diminuto peñasco en que se encontraba, tenía que buscar un lugar para resguardarse. Desde la crisis de Eurasia, el clima de la Tierra se había deteriorado mucho, el número de huracanes y tormentas que se registraban al mes había aumentado notablemente, así como su intensidad. Por el tamaño de aquellas negras nubes, todo indicaba que esta tormenta en particular abarcaría muchos kilómetros, sin mencionar que las consecuencias serían desastrosas para las zonas afectadas.

- Como sea, yo estaré muy lejos para cuando llegue a este sitio. – Dijo el androide con tono burlón.

- ¿De verdad eso crees? – Preguntó una siniestra voz detrás de él.

- ¡¿Tú?! – El reploid volteó rápidamente hacia el individuo a sus espaldas, la imagen de un científico anciano se reflejaba en el visor de su casco. – Pero yo pensé que estabas...

- ¿Muerto? Ya deberías conocerme a estas alturas. No soy tan fácil de eliminar.

El reploid sólo se cruzó de brazos mientras le daba la espalda al científico.

- ¡Ja! De cualquier forma eso a mí ya no me importa. ¿Qué quieres? Ya te dije que ya no trabajo para ti. Además, tengo un cliente muy importante esperándome, no puedo perder más tiempo.

- Tenías una misión que cumplir. ¿Lo olvidaste?

- ¿Buscar a Zero? Escucha, lo que sea que haya pasado entre tú y ese demonio rojo no es asunto mío. Además, ya no tengo interés alguno en pelear contra los maverick hunters, en lo que a mí respecta, ellos no son mis enemigos. Así que mejor márchate, no tienes nada que hacer aquí.

- ¡Hicimos un trato! – Exclamó Isoc enfadado. – Ya se te olvidó en que condiciones estabas cuando te encontré después de la crisis, ya se te olvido quién fue él que te reconstruyó después de que esos mavericks te dejaran hecho pedazos. ¡¿Quién te dio una nueva oportunidad de vivir?! Dime ingrato, ¿quién te la dio?

El reploid apretaba los dientes mientras escuchaba hablar al científico.

- Sí, es cierto que me devolviste a la vida. – Mencionó el androide con una sonrisa torcida. – Pero también estuviste involucrado con Sigma en todo ese asunto de la crisis, y de no ser por Sigma y por ti, yo no hubiera acabado en esas condiciones. Sigma me castigó porque fallé en mi misión de detener a los hunters antes de que destruyeran la colonia espacial, pero tú no me hubieras reconstruido de no ser porque necesitabas de un espía que te informara de las actividades de Megaman X. Escucha, Isoc, yo no soy la herramienta de nadie, nunca me ha gustado que me consideren un simple peón. Me dijiste que esas almas de pesadilla me ayudarían a volverme más fuerte y así me desquitaría de la derrota sufrida ante X, pero me mentiste, no sólo no pude vencer a X sino que además estuve a punto de ser destruido de nuevo. No creas que tengo interés en volver a pasar por algo como eso. En lo que a mí respecta, ya no tengo ninguna responsabilidad hacia ti.

Isoc apretó el puño con rabia.

- ¡Infeliz! Ya se te olvido lo que eras antes de que Sigma y yo te encontráramos. Eras una vil rata de callejón, una sanguijuela patética y miserable, ni siquiera servías como mercenario. Nosotros te fortalecimos, te hicimos un oponente de cuidado. Que no se te olvide, nos debes más de lo que te imaginas.

El caza-recompensas rió burlonamente.

- Ja, ja, ja... Isoc, en verdad eres patético. Vienes aquí a rogarme que te ayude, como se nota que estás desesperado. Supongo que ahora que Sigma ya no está, no tienes otro medio para persuadirme que el de insultarme, en verdad es lamentable.

Isoc gruñó levemente mientras observaba al mercenario alejarse, lentamente levantó su mano y extendió la palma hacia él...

- No, no, no... – El reploid negó con un dedo. – Yo no haría eso si fuera tú, no vale la pena que lo intentes. Ya retiré el programa de seguro que me implantaste, así que ya no podrás retenerme bajo tus ordenes.

- ¡¿Que hiciste qué?! – El científico rabió.

- Ya te lo dije, yo no soy la herramienta de nadie, pero estoy dispuesto a trabajar por un buen precio. Así que si tienes una buena suma contigo, estaré dispuesto a hacer un trato, digamos unos 900 mil zennies.

- ¡Estás loco! ¿De dónde quieres que saque una cantidad así?

- Así que no la tienes. Lo lamento, pero ya tengo un mejor postor que está dispuesto a pagarme una buena cantidad por un trabajo.

- ¿Quién?

- No puedo revelar su identidad, cuestiones del contrato, tú sabes. En estos momentos ya debe estar esperándome y no quiero hacerle pensar que no me interesa la oferta. Así que como puedes ver, no puedo perder más tiempo contigo. De cualquier forma, fue agradable saludarte. ¡Nos veremos!

El mercenario volvió a caminar, Isoc empezó a concentrar una esfera de energía en su mano, pero antes de que pudiera dispararla, una especie de sierra de energía paso a un lado suyo, rozándolo.

- ¡Vaya que eres terco! – Dijo el androide de cabellera plateada, mientras tomaba el sable doble que como boomerang había regresado a su mano. – Si no tienes el dinero mejor lárgate y déjame en paz, no quiero hacer esperar a mi cliente.

El mercenario se alejó de un salto. Isoc sólo pudo gruñir mientras lo veía marcharse.

- No importa, no lo neschesitamos para el plan. – Dijo una voz sepulcral detrás del científico reploid.

- Tal vez, pero su ayuda nos hubiera sido útil. Dynamo tiene un potencial de combate muy elevado, es natural, ya que yo fui quien lo transformó en lo que es ahora.

- ¿Cómo fue que conocissste a ese merchenarrio?

- ¿Mercenario? ¡Ja! Antes de conocerme, él no era más que un pobre diablo que pasaba su vida vagabundeando por los callejones. Era un matón que trabajaba para un mafioso que empleaba reploids como secuaces. Después de que su jefe fuera capturado y enjuiciado, Dynamo vagó desamparado y sin rumbo fijo hasta que yo lo encontré y lo socorrí. Pude ver el gran potencial que tenía y decidí transformarlo en un luchador de alto nivel. Sabes, es curioso, pero hasta cierto punto eso lo convierte en una especie de hijo adoptivo para mí.

- Supongo que sí... – La bestia jadeó antes de empezar a levitar en el aire. – Como sea, no tenemos tiempo que perder... Apresúrrate y cumple con tu parte del trato, yo harré lo que me corresponde...

- Como quieras.

Después de que la bestia se marchara, Isoc permaneció mirando en dirección del horizonte.

"Es curioso que, tarde o temprano, mis hijos más queridos y virtuosos terminen desarrollando ese carácter rebelde. No sólo Zero y Dynamo, también Bass y King lo tenían..."

El científico contempló las nubes negras que se arremolinaban en el cielo.

- Definitivamente, ésta será una noche interesante. – Dijo antes de emprender su camino.

"Ya que se aproxima una tormenta..."

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- ...Y vaya que está cerca. – Dijo Alia, mirando hacia el cielo nublado.

- Sí, eso parece. – Comentó X.

Los dos oficiales de la unidad 17 estaban en las puertas del hangar, verificando los últimos detalles para la expedición que habría de partir esa noche. Ya se había reunido casi todo el personal, sólo faltaban afinar algunos pormenores, a pesar de ello, todos estaban bastante ajetreados. Signas y el Dr. Koi terminaban de verificar el inventario mientras los técnicos hacían los últimos ajustes al equipo y los pilotos se aseguraban de que las Ride Armors funcionaran adecuadamente. En una esquina del hangar, Douglas le estaba explicando a Mike el correcto funcionamiento del Centurión, mientras que Blues se paseaba por el lugar, tratando de coquetear sin mucho éxito con las chicas que encontraba a su paso.

- Veo que Blues nunca cambia. – Comentó Alia con una ligera risa.

- No, nunca lo hace. –Respondió X con una gota en la nuca.

Un camión pipa se encontraba abasteciendo de combustible la aeronave que habría de ser utilizada para transportar al equipo de investigadores. El cazador azul se retiró el casco y se sentó a descansar sobre una caja cerca de allí. Sentir el viento en el rostro le resultaba agradable.

- Sólo espero que la tormenta no afecte las comunicaciones en la base. – Comentó Alia, sentándose a su lado.

- Yo tampoco, de lo contrario tal vez debamos retrasar la expedición hasta mañana. – Dijo X, pasándole a Alia un vaso desechable en el que había servido café de un termo.

- Gracias. – Alia miró por un momento el contenido del recipiente. – No lo trajiste de la cafetería, ¿o sí? – Preguntó con algo de temor.

- No, éste lo preparé yo mismo.

Después de meditarlo un momento, Alia decidió beber un poco.

- ¡Oye! ¡Está bastante bueno!

- ¡Claro! ¿Qué esperabas? – Respondió sonriente mientras se servía un poco a sí mismo.

X miró al firmamento, no le agradaba la apariencia de esas nubes.

- ¿Crees qué llegue a haber complicaciones? – Le preguntó a Alia.

- Espero que no. No podemos retrasar más tiempo esta misión. Acabo de verificar los datos del satélite y esas señales se vuelven preocupantes.

X dio un par de sorbos al café en su vaso.

- Por cierto, hace un momento revisé la lista de los que van a participar en la expedición, noté que Nightshade estará al frente de la misión. Hace tiempo que no hablo con ella. ¿Cómo se encuentra? ¿La has visto últimamente?

Alia bajó la mirada con algo de preocupación.

- La vi hace poco, sinceramente, creo que no se encuentra muy bien que digamos.

El semblante de X reflejó consternación.

- Supongo que aún está de luto.

- Es una forma de decirlo, la muerte de Anthon le afectó demasiado. Ella dice que ya está mejor, pero sinceramente yo no le creo. Se puede ver en sus ojos, está poco más que destrozada.

- Siempre te puedes dar cuenta de que tanto ha envejecido un reploid por lo que sus ojos reflejan. – Dijo X, un poco más para sí que para Alia.

- Supongo que en ese caso, Nightshade debe haber envejecido unos veinte años en sólo veinte días.

- Es una forma de decirlo.

Ambos cazadores bebieron un poco más. En el aire se aspiraba algo de melancolía.

- Realmente lo siento por ellos. La muerte de Anthon nos golpeó a todos de manera intempestiva, nadie imaginaba que algo así iba a suceder, mucho menos Nightshade. En verdad es una lástima, ambos tenían un gran futuro por delante, demasiados planes que se quedaron inconclusos. – Dijo el cazador, con algo de tristeza.

- Aun no entiendo qué clase de monstruo fue capaz de hacerle eso a Anthon. Cuando lo encontraron, estaba irreconocible. ¿Aún no han atrapado al maverick que lo destruyó? – Preguntó Alia.

- No sabemos ni siquiera quien fue. Los testimonios de los otros miembros de la unidad de fuerzas especiales no han servido de mucho. Sólo sabemos que era de tipo antropomórfico y que se trataba de un ser acuático. De cualquier forma, está claro que era extremadamente poderoso si fue capaz de derrotar a Anthon, él era uno de los mejores combatientes dentro de la base, no es para menos si consideramos que era lugarteniente de Zero.

- Sólo espero que lo atrapen pronto, una criatura así no puede permanecer libre por mucho tiempo sin ser un peligro.

- Tú lo has dicho. – El cazador dio un nuevo sorbo. – Realmente lo lamento por Nightshade.

- Yo también, siempre es doloroso perder a un ser querido. Por lo que tengo entendido, ella y Anthon estaban muy enamorados.

- No te lo imaginas, Alia. Con decirte que Anthon nos había pedido ayuda a mí y a otros capitanes para que persuadiéramos a Signas y al Supremo Consejo de Regencia de que les permitieran casarse. Por lo que pude enterarme, ya habían convencido a varios miembros del Consejo y estaban a un paso de lograr su objetivo. ¿Puedes imaginártelo? El primer matrimonio entre reploids, un evento sin precedentes. De no haber sido por esa emboscada, Anthon y Nightshade ahora estarían de luna de miel. En verdad, no puedo evitar sentirme triste por ellos, fue como una especie de jugarreta del destino.

- No sé si haya sido culpa del destino, pero no puedo negar que es muy injusto que algo así sucediera. Honestamente, nunca he entendido por qué a los reploids se nos tiene prohibido el matrimonio.

- Yo tampoco. De hecho, me lo he estado preguntando desde hace algunos años. La excusa que los miembros del Consejo dan es que tienen miedo de que al permitirnos casarnos entre nosotros, haya riesgo de que algunos reploids empiecen a relacionarse con los humanos.

- ¡¿Pero cuál riesgo?! – Exclamó la teniente. – Que suceda algo así es casi insólito.

- No lo creas, Alia, he escuchado que se han llegado a dar casos como ese. Como si los matrimonios interraciales no fueran suficiente para que la gente se escandalice, imagínate un matrimonio entre un humano y un reploid, la sociedad prácticamente armaría una revolución.

- Pero X, no puedes negar que es algo absurdo. Esa excusa es poco más que ridícula. Lo que en realidad sucede es que ese pelmazo del Dr. Andrews es un maldito racista.

- En eso estamos de acuerdo. A mí y al Dr. Cain siempre nos desagradó, más aún después de que se le eligiera como jefe del Supremo Consejo de Regencia. Con decirte que fue él quien presionó al comandante Chrushchev para que le declarara la guerra a la Repliforce. También fue él quien propuso esa estúpida ley en que se prohibía conceder amnistía a los mavericks.

- Es un desgraciado. – Dijo Alia, bebiendo un poco más de café.

- Pero un desgraciado con poder y ante eso no podemos protestar. Es una lástima que el Dr. Cain ya no esté con nosotros, cuando él estaba con vida existía un equilibrio de poder dentro del consejo, desde que falleció, Andrews ha hecho lo que le ha venido en gana, en verdad es un abuso. Desde hace tiempo me he preguntado: Si los reploids tenemos la capacidad de amar, ¿por qué no se nos permite demostrarlo a otros individuos de nuestra raza uniéndonos con ellos en matrimonio?

- Yo te diré porque, X: Porque ese bastardo de Andrews no nos ve como otra cosa que simples máquinas, cree que somos herramientas que no poseen la misma facultad que él para sentir o para pensar. Cree que sólo los humanos como él tienen esa capacidad y los reploids no dejamos de ser seres inferiores ante sus ojos. No sabes como detesto a los de su tipo. – Alia gruñó levemente antes de darle otro sorbo a su vaso.

- Yo también, pero mientras siga siendo jefe del consejo, no nos queda más que esperar a que sus miembros voten para deponerlo de su puesto. Un conocido mío me informó que eso no está muy lejos. Por lo que pude enterarme, una buena parte del consejo está cansada de su liderazgo, más aún con todo este asunto de la crisis.

- Supongo que es por ello que nos han estado recortando el presupuesto. El Dr. Andrews debe estar furioso por el hecho de que los demás miembros del consejo no estén satisfechos con su liderazgo, y trata de usar a los maverick hunters como chivo expiatorio.

- No lo sé, pero lo que me extraña es que Signas no nos haya dicho nada al respecto del último recorte, siempre nos informa cuando algo así sucede. Tal vez debamos preguntarle...

La navegante se retiró la diadema y empezó a acomodarse el cabello.

- Definitivamente. Esa situación se está volviendo preocupante.

X miró a Alia por unos segundos.

- Por cierto... ¿Alguna vez te he comentado lo bien que luces con el cabello suelto?

A la joven le extrañó el comentario.

- ¿Y a qué se debe eso? – Preguntó con una sonrisa algo pícara.

- A nada, simplemente es la verdad. – Mencionó X con algo de rubor en el rostro. Alia le sonrió.

El líder de la unidad 17 desvió la mirada hacia el cielo oscurecido por las nubes. Un par de helicópteros descendieron enfrente del hangar, Signas y el Dr. Koi corrieron a recibirlos.

- Sólo espero que Nightshade se recupere pronto. – Comentó el cazador azul, todavía con gravedad en su tono de voz.

- Yo también, X, yo también. – Dijo la joven mientras se colocaba de nuevo la diadema.

- Por cierto, ¿nunca te ha dado curiosidad saber como se sentiría hacer eso?

- ¿Hacer qué? – Preguntó la navegante confundida.

- Casarse. ¿No sería una experiencia interesante? Imagínalo: Poder compartir tu vida con alguien más, poder formar una familia al lado de esa persona... – X puso una mirada algo soñadora. – ¿No crees que sería fantástico?

- Debo reconocer que sería algo romántico... – Respondió ella mientras miraba en la misma dirección que el cazador. De repente, Alia pareció comprender a donde quería llegar X, instantáneamente se sonrojó - ¡Pero X! Tú... tú no estarás...

- ¿Qué sucede, Alia? – Preguntó el cazador confundido.

- No estarás tratando de proponerme algo, ¿o sí? – Le dijo mientras le lanzaba una sonrisa que le produjo a X ligeros escalofríos en la espalda.

- ¡No, claro que no! – Exclamó mientras apartaba la mirada para evitar que ella se percatara del rubor en su rostro. – Sólo era un comentario, eso es todo. – Dijo llevándose una mano a la nuca con nerviosismo.

- Eso pensé. – Respondió Alia, todavía sonriendo, aunque con algo de desencanto en la mirada.

- Bueno, creo que lo mejor será que regresemos al trabajo. – Dijo el cazador colocándose de nuevo el casco. Se levantó rápidamente de la caja, todavía lucía algo nervioso.

- Yo te sigo. – Le dijo Alia. Antes de levantarse lanzó un breve suspiro de resignación.

"Me pregunto si realmente lo habrá dicho de esa manera.... Tal vez sólo me estoy haciendo ilusiones... Aunque no puedo negar que sería interesante si ambos tuviéramos la oportunidad de hacer algo así."

La joven sonrió levemente mientras seguía al líder de la unidad 17. X miró de reojo hacia ella.

"Espero que no lo haya interpretado de esa forma, no quise decirlo con esa intención, aunque..." El cazador sonrió levemente ruborizado. "No puedo negar que sería interesante que algo así sucediera..."

La imagen de Alia en un vestido de novia regresó a su mente, el cazador permaneció sonriendo embelesado por algunos segundos, antes de darse a sí mismo una cachetada, cosa que realmente extrañó a Alia.

"¡Idiota! ¡Deja de pensar en esas cosas! ¿Acaso quieres que ella piense que lo dijiste de esa manera?... Bueno, no se puede negar que sería algo maravilloso... ¡No! ¡¿En qué diablos estoy pensando?!"

X empezó a darse de coscorrones a sí mismo. Alia sólo le observaba sin comprender nada, una gota de sudor le apareció en la frente.

"Bueno, supongo que al final acabaría convirtiéndome en la psiquiatra de un loco peligroso..." Pensó, mientras observaba a X darse de topes contra la pierna de una Ride Armor ante la atónita mirada de los técnicos. "Aunque en realidad, no es un trabajo que considere despreciable en el caso de este loco en particular..." Pensó sonriendo levemente.

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- Tengo las coordenadas en mi memoria interna. Sólo espero encontrarlo allí o al menos hallar una pista que me indique su paradero.

El cazador carmesí abrió la compuerta de la derruida construcción que había estado usando como base de operaciones temporal. El área industrial en que se encontraba había permanecido abandonada por semanas y había resultado útil como refugio, pero ya era hora de partir.

- Vaya que será una tormenta de gran tamaño. – Se dijo Zero, mirando al cielo mientras terminaba los ajustes en su Land Chaser.

"Espero que X y los demás se encuentren a salvo".

Zero ajustó el backpack en su espalda y se colocó el casco. Encendió el Land Chaser, la motocicleta comenzó a levitar en el aire, la tomó del manubrio y salió con ella al exterior de la fábrica. Dio una última mirada al cielo, bajó la visera de su casco, montó sobre el aparato y aceleró.

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Los maverick hunters continuaban con los últimos preparativos para la expedición, mientras las nubes seguían arremolinándose en el firmamento. A lo lejos podía escucharse el sonido de los truenos.

- Sólo espero que nada grave esté sucediendo en el cuadrante 12F5877. – Comentó el Dr. Koi mirando hacia el cielo nublado.

- Ruego porque así sea. – Respondió Signas. – Ese cuadrante forma parte de la zona muerta.

- Si no fuera por ese hecho, no nos estaríamos tomando tantas molestias. – Expresó el científico con desazón.

En el hangar ya todo estaba listo, sólo faltaba reunir al equipo de investigadores. X y Alia se encontraban verificando la lista del personal designado.

- Ya están todos aquí, sólo faltan Nightshade y Hawk. – Dijo Alia.

- Espero lleguen pronto, antes de que la tormenta arrecie.

- Ya les hice el llamado por mi transmisor, ya deben venir en camino.

X miró en dirección de tres de los investigadores. Los tres tenían una apariencia muy curiosa: Aparte de la consagrada bata blanca, llevaban anteojos de fondo de botella, peinado de hongo y un lápiz en la oreja.

- ¿Esos son los investigadores que designó el Dr. Koi?

- Sí, los tres vienen del Instituto de Investigación. De acuerdo con esto, sus nombres son: B1Y-Lee, JMY-Lee y BOB.

- ¿BOB? – Preguntó X extrañado.

Alia se encogió de hombros.

- A mí no me preguntes. Ese es el nombre que aparece en la lista, compruébalo tú mismo.

Alia le pasó la lista a X para que la rectificara. Algunos de los datos allí presentes le extrañaron.

- Mmm... Aquí hay algo raro, ¿no se supone que Nightshade es la capitana de la unidad 28? Aquí la marcan en la unidad 19.

- Han estado reasignando a varios miembros del personal en diversas unidades. – Explicó Alia. – Ahora es Gormiko quien está al mando de la 28. Me sorprende que no te hayas enterado de varios de los movimientos.

- Ya no me entero de nada de lo que sucede en la base. Ni siquiera sabía que habían transferido a Scorpion a la unidad 15. Por cierto, ¿ya designaron al nuevo líder de esa unidad?

- Pusieron como suplente a un oficial de nombre Mad Dog. ¿Lo conoces? Yo no tengo idea de quien es, y eso que hace 7 meses ingresó a la organización.

- ¡Ni siquiera sabía que hubiera un maverick hunter con ese nombre! – Exclamó X. - ¿Qué está pasando en el cuartel? Antes, cuando caminaba por los pasillos, podía saludar con confianza a todos los cazadores que encontraba a mi paso. Ahora ya no reconozco ni a la mitad del personal.

- Hemos tenido muchas bajas, X. Continuamente hay que estar reclutando nuevos miembros.

- Lo sé, pero esto ya es demasiado. Según el último reporte de Signas, el mes pasado cerca de 20 unidades tuvieron que ser renovadas, ya que todas presentaban bajas entre sus integrantes, eso sin mencionar que había unidades enteras reportadas como "aniquiladas" durante los brotes del virus. Esto ya no me gusta nada, Alia. Cada vez escasea más el número de reclutas, y si a eso agregamos los continuos recortes al presupuesto, temo que los maverick hunters entremos en una etapa de crisis de la que no podamos recuperarnos.

Cierta inquietud empezó a formarse en los ojos del cazador azul, Alia lo notó, trato de reanimarle.

- No digas eso, X. Hemos tenido malos momentos, es cierto. De cualquier modo, siempre hemos logrado superarlos. De nuevo lo haremos si es necesario.

- Tenemos que. – Respondió el hunter. – Somos la última esperanza de la Tierra. Si nosotros desaparecemos, no quiero imaginar lo que puede suceder con este planeta ni con sus habitantes.

X mantenía algo de intranquilidad en su mirada mientras observaba la lista en su mano. Alia sólo le observaba, no sabía que decir para levantarle el ánimo. De repente, algo pareció llamar la atención del cazador.

- ¿Alguien llamado Vulture está entre los miembros de la expedición?

- Sí, es un maverick hunter de reciente ingreso. Lo transfirieron directamente del ejército. Según tengo entendido, él es el nuevo jefe de la unidad de fuerzas especiales, al que designaron para sustituir a Anthon.

- Es más que eso, Alia.

- ¿Cómo dices?

X miró hacia el centro del hangar, buscando a alguien en particular de entre los miembros del personal presente. Finalmente logró ubicar a un reploid que se hallaba recargado contra una pared, con los brazos cruzados y expresión pensativa, parecía estar meditando.

- Ese es Vulture. – Le indicó a Alia.

- ¿Es él? – Preguntó ella un tanto extrañada. – Es extraño, se me hace conocido. Su apariencia me es... muy familiar.

La navegante examinó al reploid con la mirada. Su aspecto en verdad era majestuoso, era alto y de gran musculatura, sin embargo, no sólo era su tamaño lo que le hacía lucir tan imponente, también el diseño de su armadura y la expresión fiera en su rostro.

- Vulture es uno de los integrantes de la serie "Birds of Prey".

Los ojos de la bella androide se abrieron de par en par al escuchar a X.

- ¿Quieres decir que él es...?

- Así es. Es el hermano de Hawk.

Alia miró de nuevo hacia Vulture.

- ¡No puedo creerlo!

- Créelo, Alia.– Dijo una voz femenina detrás de los dos oficiales. - Vulture puede ser nuevo en la unidad de fuerzas especiales, pero yo lo he visto pelear antes y créeme, su fuerza no le pide nada a la de Hawk. Es natural que lo hayan designado como nuevo líder.

- ¿Nightshade?

X y Alia voltearon en dirección de la voz. En la puerta del hangar que comunicaba con el telepuerto se encontraba una hermosa reploid de cabello negro lacio, no muy largo, apenas le llegaba a los hombros. Su piel lucía un tanto blanquecina, mientras que sus ojos poseían un enigmático color púrpura. Su armadura tenía el mismo color que sus cabellos, era algo ligera, un tanto provocativa, sus muslos estaban al descubierto, al igual que sus hombros. En la cintura llevaba atado un cinturón dorado, en el que portaba un látigo y lo que a primera vista parecía el mango de un sable de luz. Alrededor de su cuello se hallaba un colgante hecho de plata con forma de media luna.

- Ha pasado tiempo, Nightshade. – Dijo X, haciendo el saludo militar, Alia le imitó.

- No tanto, X. – Respondió la recién llegada, con el mismo saludo.

- ¿Cómo te encuentras? ¿Estás bien? – Le preguntó Alia, algo preocupada.

- Estoy bien. No tienen porque preocuparse.

- ¿Estás segura de querer participar en esto? – Preguntó X. – Aún estamos a tiempo de buscar un suplente.

- No es necesario, X. No me perdería está misión por nada. De cualquier modo, agradezco tu preocupación, así como la de Alia. Ya estoy mejor, se los aseguro. Sé que armé un gran escándalo hace unos días, pero ya me encuentro bien. Además, estoy segura de que a él no le hubiera gustado que me quedara sentada en mi cuarto a deprimirme mientras hay una tormenta en el exterior. – Dijo mientras tomaba el colgante en su cuello con una mano y lo acariciaba levemente.

Tanto X como Alia pudieron percatarse de la enorme tristeza en sus ojos.

- Bueno, ¡a trabajar se ha dicho! – Dijo con una sonrisa de lo más fingida que pudiera haber. - ¿Dónde está Signas? Necesito que me entregue el reporte del inventario.

- Esta en la puerta del hangar, junto con el Dr. Koi. Ya deben haber terminado el chequeo. – Respondió Alia.

- Aquí tienes, es la lista del personal. – Dijo X, pasándole la lista a Nightshade. – Son un total de doce miembros los que participarán en la expedición, cuatro investigadores, dos pilotos y seis cazadores. Tú estarás al frente, Vulture será tu segundo al mando.

Nightshade examinó la lista por un momento.

- Bien, parece ser que todos ya están aquí, sólo falta Hawk, espero que se apresure. Por cierto, X, Red Wing me comentó lo de tu encuentro con Iron Panther.

- ¿En serio? – Contestó mientras fruncía el ceño levemente. - ¿Y qué fue lo que te dijo?

- Por lo que veo fueron sólo exageraciones, si en verdad Panther te hubiera dejado tan magullado como él lo describió, estarías en terapia intensiva en estos momentos. Aunque dime: ¿Es cierto que la razón por la que el maverick no te mató fue porque te pusiste de rodillas y empezaste suplicar clemencia mientras le besabas los pies?

- No, Nightshade... claro que no... – Respondió mientras todos los conductos de alimentación en su frente empezaban a palpitar. Alia se asustó al ver eso.

- Lo supuse. De cualquier modo, me alegra que estés bien.

- Sí... gracias por preocuparte... – Dijo con una sonrisa más fingida que la de Nightshade. - ¿Me disculpan un momento, chicas?

- Seguro.

- Claro, X.

X corrió detrás de una de las aeronaves que se hallaban en el hangar. Lo que parecía una explosión nuclear a menor escala se alcanzó a divisar por encima de la nave. Un grito iracundo se escuchó resonar por toda la base.

- ¡¡¡CUANDO LE PONGA LAS MANOS ENCIMA A RED WING, JURO QUE SABRÁ QUIEN SOY YO!!!

X regresó a donde se encontraban Alia y Nightshade, las dos se encontraban con los ojos del tamaño de platos soperos.

- Ya regresé, disculpen el sobresalto. – Les dijo sonriente.

- Sí... no te preocupes... – Respondieron las dos al unísono, todavía con la expresión de terror en sus rostros.

- Bueno... creo que mejor voy con Signas a verificar el inventario.... – Dijo Nightshade, nerviosa.

- Sí... eso será lo mejor, Nightshade... – Contestó Alia, tan nerviosa como ella.

- ¿Les sucede algo? – Preguntó X

- ¡No!... para nada X... – Dijeron las dos al unísono con un par de enormes gotas de sudor en la frente. Un par de signos de interrogación aparecieron encima de la cabeza del maverick hunter.

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El Land Chaser corría a toda velocidad a través del desolado paisaje. El cazador carmesí mantenía la mirada fija en el horizonte. Tenía que encontrar a esa persona urgentemente, ese individuo era el único sobre la faz de la Tierra que podía ayudarle en esos tiempos de crisis.

"Si no le encuentro, estaré perdido. Nadie más que él puede ponerle fin a este suplicio. Más me vale hallarlo... ¡Tengo que encontrarlo a como de lugar!"

Las nubes negras seguían arremolinándose a lo lejos.

"Esa tormenta no me gusta en lo más mínimo. Parece que se dirige a la base de los cazadores. Espero que X y los otros tomen las precauciones debidas."

Sin que el hunter carmesí lo supiera, la verdadera tormenta estaba por comenzar en otro sitio.

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- Ya casi está lista.

- Eso espero, el jefe se está empezando a impacientar con nosotros.

El cuarto era bastante oscuro, la única luz era emitida por una siniestra esfera de color morado. Un par de pinzas mecánicas sujetaron la esfera y la depositaron lentamente en lo que parecía una especie de cápsula hexagonal. Una vez sellada, los dos científicos colocaron la cápsula en una estructura muy semejante a un panal de abejas.

- ¿Ya essstá lista...? – Preguntó una siniestra voz siseando detrás de ellos.

- Señor. – Los dos científicos se arrodillaron apenas se percataron de la presencia de la criatura.

- Ya está terminada. – Dijo el alto.

- Ésta es mucho más potente que la que ya habíamos enterrado. Será muy divertido cuando las hagamos detonar, esos maverick hunters no sabrán ni siquiera que los golpeó. – Comentó el regordete, riendo ligeramente.

- Todavía faltan varias por terminar, pero si estos primeros prototipos tienen buenos resultados, no dudo que las demás no nos fallaran. – Mencionó el alto.

- Exschelente... todo va de acuerdo al plan.

- Por cierto, señor, ¿puedo hacer una pregunta? – Cuestionó el alto.

- Hazla...

- ¿Por qué dejo a ese científico encargado de la labor de reconstrucción? Nosotros ya estábamos al 50%. Le aseguro que hubiéramos terminado en poco tiempo.

- Además hay algo en él que no me agrada. – Agregó el regordete.

- ¡Ja! No se preocupen por Issoc. El puede ser un manipulador, pero no se atreverrá a traizssionarme... No si sabe lo que le conviene. Él sabe que aún con eshte cuerpo, soy capaz de destruirlo...

- Sólo espero que mantenga eso presente, señor. Si ese científico se atreve a traicionarlo, juro que yo mismo lo eliminaré con mis propias manos.

- Glitch... Tu lealtad me conmueve, perro no serrá necesario... Por cierto, Bounce, ¿dónde enterrarron la primera bomba?

- No se preocupe, amo. Está escondida en un lugar donde los maverick hunters jamás la hallarán... No hasta que sea demasiado tarde.

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- Ya todo está preparado. ¿Estás segura de esto, Nightshade?

- Claro, Signas. Un poco de acción es lo que me hace falta, hace mucho que no tengo una buena pelea.

- Bueno, no creo que encuentres mucha acción allí. Por algo se le llama "la zona muerta". Además, es una exploración de rutina, eso es todo.

- Dime Signas, si esto fuera una exploración de rutina, ¿nos estaríamos tomando tantas molestias en los preparativos? – Preguntó la capitana con una mirada inquisitiva.

- Bueno... no... supongo que no. – Contestó el comandante supremo, algo nervioso, tenía que reconocer que Nightshade le había ganado en esa ocasión.

- Signas, sé que no quieres causar pánico, pero todos sabemos que se trata de la zona muerta. Si algo está sucediendo allí, está claro que es algo grave.

- Ojalá no, Nightshade. Ya tengo demasiadas preocupaciones como para repetir la experiencia de hace un año.

- No te preocupes por eso, yo me encargaré de todo.

– Sólo espero que sepas lo que haces.

- Descuida, Signas. Lo sé.

Nightshade sujetó con fuerza el colgante.

"La zona muerta... Eso está a 60 kilómetros del punto donde emboscaron a Anthon. Es muy probable que el maverick que lo asesinó se encuentre escondido allí, es el único lugar donde podría haberse ocultado y la única explicación de porque todavía no lo localizan... Anthon, te prometo que vengaré tu muerte... si llego a encontrar a ese maverick, juro que nada me detendrá hasta hacerlo pagar por lo que te hizo..."

Gotas de lluvia empezaron a caer lentamente. La nave estaba calentando motores, preparándose para partir. Ya le habían abastecido suficiente combustible, el equipo ya estaba a bordo, ya se había verificado que todo estuviera en óptimas condiciones. Lo único que faltaba para iniciar la operación era un miembro del personal.

- ¿Dónde está Hawk? Ya se hizo tarde. – Preguntó X, preocupado.

- No lo sé. Ya llamé varias veces por el transmisor y no he logrado localizarlo. – Respondió Alia. – Envié a Target a que lo buscara, ella debe saber donde encontrarlo.

- Eso espero. Ya no podemos esperar más tiempo. La nave tiene que despegar antes de que la tormenta arrecie. Si no llega en veinte minutos, tendremos que partir sin él. – Comentó Mike.

- Mike, será mejor que te dirijas a tu puesto de una vez. No quiero que tu también te retrases. – Le dijo X.

- Como usted ordene, capitán.

Las luces de la pista de aterrizaje estaban encendidas. X y Alia permanecieron en la puerta del hangar, observando como Mike se dirigía donde el resto de los integrantes del equipo investigador.

- Espero que Hawk llegue pronto. – Dijo el bombardero azul, algo tenso.

- Yo también. - Agregó la navegante.

Alia centró su vista en Nightshade y en la forma como sostenía el colgante en su mano. Después miró hacia X.

"Al menos Anthon sabía lo que Nightshade sentía por él... En cambio, X... él no sabe nada sobre mis sentimientos..."

- X, hay... hay algo que tengo que decirte.

- ¿Qué sucede, Alia?

X volteó a mirarla, por la escasa luz del lugar, no alcanzó a percibir el leve rubor que se había formado en el rostro de la joven.

- Es sólo que no estoy segura de si sea el momento o el lugar adecuados para hacerlo.

X le sonrió.

- Vamos, Alia, sabes que puedes confiar en mí. Puede decírmelo.

- Lo... lo que sucede es que yo... yo...

- ¡¡¡¡Teniente!!!!

- ¡¡AHHHH!! ...¡Target! ¡¿Cuántas veces te he dicho que no hagas eso?! – Le gritó enfadada.

- Pero teniente...

- ¡Nada de peros! Además, se supone que deberías estar buscando a Hawk, ¿qué haces aquí?

- Sobre eso quería hablarle, teniente... Pero como veo que está algo ocupada con el capitán, creo que mejor se lo digo después... ji, ji, ji...

- ¿A qué te refieres con eso? – Preguntó confundida.

- Ehh... Alia...

- ¡¡X!!

La oficial comprendió en ese momento las palabras de Target. Debido al sobresalto causado por el grito de la novata, Alia había dado un salto... ¡para aterrizar justo encima de X! El pobre trataba de sostenerla en sus brazos, lo cual no era sencillo considerando que Alia tenía apoyado el pecho justo encima del rostro del cazador.

- Lo siento, X... – Le dijo ruborizada mientras X la depositaba en el suelo.

- No te preocupes, Alia... - El líder de la unidad 17 estaba más sonrojado que ella.

La aprendiz rió levemente mientras observaba la reacción de sus superiores.

- Target, ¿qué era lo que querías decirme? – Preguntó Alia, todavía nerviosa.

- Ya encontramos a Hawk, Blues llegará con él en un momento.

- ...de hecho aquí estamos... – El novato apareció de la nada entre los dos oficiales, visiblemente enojado.

- ¿Blues?

– Disculpen la demora de Hawk... les estaba preparando una sorpresa... Grrr...

De entre las sombras del hangar emergió un reploid de apariencia majestuosa. Todos los presentes se acercaron a él, quedando mudos al verlo, los únicos que pudieron hablar fueron X y Alia.

- ...¿Hawk?

- Capitán X, teniente Alia, comandante Signas, disculpen la demora.

Hawk vestía una armadura completamente diferente a la que traía normalmente, misma que realzaba su musculatura. Era una armadura imponente, digna de un caballero o de un samurai. El peto y el faldón eran de color rojo, mientras que los guanteletes y las botas eran blancas. Las hombreras tenían forma triangular, eran doradas, lo mismo que los bordes de los guanteletes y las botas. En la punta de los guantes sobresalían tres garras curvas, como las de un ave de rapiña. Al centro del peto se hallaba la insignia de un ave dorada vista desde arriba. Sin embargo, había dos detalles en particular que llamaban la atención: El primero era el casco de Hawk, que tenía la forma de una cabeza de halcón, con el pico a modo de una visera de cristal, el segundo era el par de majestuosas alas doradas que sobresalían de su espalda. Para rematar, Hawk se había pintado un par de franjas rojas por debajo de sus cuencas oculares, las cuales realzaban la determinación en su rostro.

- Vaya, es la primera vez que te veo usando esa armadura. – Comentó Alia, todavía sorprendida.

- Es la armadura de la serie "Birds of Prey". Realmente me hace sentir un poco incómodo. – Respondió el novato, algo ruborizado.

- ¡Te ves fabuloso, Hawk! – Exclamó Target, con estrellas en los ojos.

- ¿De verdad lo crees, Target?

- ¡Por supuesto que sí!

Blues contemplaba desde lejos como Hawk y Target se miraban el uno al otro. Repentinamente comenzó a sentir la enorme necesidad de arrojar algo grande y pesado sobre Hawk, algo muy grande... y de preferencia con un par de toneladas de TNT y Nitroglicerina en el interior.

- ¡Ese... Hawk! ¡Se puso esa armadura sólo para impresionar a Target! – Blues prácticamente rugía al hablar. – Pero me las pagará, juro que me las pagará...

- Hawk, en verdad te ves bien. – Comentó Nightshade.

- Gracias, capitana. Viniendo de usted es un cumplido.

- Hawk, ¿estás seguro de esto? – Preguntó X, algo preocupado. – Yo sé lo que piensas de esa armadura, no tienes que usarla si no quieres...

El novato suspiró levemente, confirmando la inquietud de su superior.

- Lo sé, capitán X. Pero siento que es mi deber usarla. Ésta podría ser una misión peligrosa. Considero que ésta es la mejor forma de estar preparado.

- Así lo espero, Hawk.

- ¡Bah! Pamplinas. – Se quejó Blues. – No entiendo porqué tanta alharaca, sólo se han registrado señales extrañas en un cuadrante, eso sucede todos los días. No es nada fuera de lo normal.

Todos los presentes miraron a Blues con cara de "¡Cállate si no sabes de lo que estás hablando!" El cazador trago saliva, algo nervioso.

- Escucha, Blues, ese cuadrante no es ordinario como tú piensas. El cuadrante 12F5877 forma parte de la zona muerta, por lo tanto, en un lugar así no debería haber reacciones de energía de ningún tipo. – Le replicó Signas con severidad.

- ¿Cómo es eso? – Preguntó Target.

El Dr. Koi procedió a explicar.

- Todos los cuadrantes de la zona muerta se encuentran cerca del sitio donde estaba el laboratorio de Gate, en un radio de 20 a 70 kilómetros. Poco después de la destrucción de su fortaleza, esos cuadrantes se vieron infectados por el virus Nightmare. En todos ellos la concentración del virus llegó a niveles catastróficos, eran brotes incontrolables y amenazaban con extenderse en otras áreas si no se hacía algo...

- ...No quedo otra opción más que usar el Atma Weapon. – Dijo Signas, casi con vergüenza en su tono de voz.

- El... Atma... Weapon... – Target abrió los ojos con terror, parecía saber perfectamente cuales eran las propiedades destructivas de esa temida arma. Todos los hunters lo sabían.

El doctor continuó.

- Después de que el Atma Weapon fuera utilizada, esas zonas quedaron completamente devastadas. No se volvió a registrar señal de energía alguna en ninguno de los cuadrantes afectados... al menos no hasta ahora.

- No sabemos que sea lo que está produciendo esas señales, pero no queremos imaginar lo que sucedería si se tratara de la misma variante de virus que las infectó en un principio. Por temor de que esa variante volviera a reproducirse, se vetó el acceso a dichas áreas. Son seis cuadrantes en total, el 12F5877 fue uno de los que presentó la mayor concentración del virus. Ésta es la primera vez que un grupo de reploids ingresa a ese cuadrante desde que el Atma Weapon fue disparada, por eso es que le estamos dando tanta importancia al asunto.

- Quizá no, Signas. Tal vez ya haya mavericks en el lugar. – Comentó X.

"Yo cuento con eso..." Pensó Nightshade, apretando con más fuerza el colgante.

- Ya hemos perdido demasiado tiempo. – Dijo el Dr. Koi.

– La lluvia ya empieza a arreciar, será mejor que todo el personal de la expedición suba a bordo de la nave.

Los integrantes del equipo obedecieron la orden del comandante supremo. El último en dirigirse a la aeronave fue Hawk, pero antes de entrar, fue recibido por alguien a quien no esperaba ver de nuevo...

- Así que el polluelo finalmente despliega sus alas. Ya era hora de que aparecieras, por un momento pensé que te habías acobardado, aunque en realidad no hay nada de sorprendente en eso.

- ¡Vulture! – Exclamó Hawk al ver a su hermano.

La armadura de Vulture era muy similar a la de Hawk, las diferencias principales eran el color, verde en lugar de rojo, y la forma del casco: el de Vulture tenía la forma de un buitre. Otra diferencia radicaba en el color de sus pieles, la piel de Vulture tendía al naranja, a diferencia de la de Hawk, que tendía al azul.

- Vulture, yo...

- No tienes que explicarme nada, cobarde. Es agradable ver que por fin te empiezas a hacer hombre.

Hawk no respondió a eso. Los miembros de la unidad 17 (Alia, X, Target y Blues) observaban desde atrás, extrañados por la forma tan hosca como Vulture trataba a Hawk.

- No sabía que habías ingresado a los maverick hunters.

- Me transfirieron hace un par de días. Soy el nuevo jefe de la unidad de fuerzas especiales. Por lo que veo, los muchachos de aquí necesitan mucha ayuda, más aún teniendo a alguien como tú entre ellos.

Hawk bajo la mirada.

- ¿Cómo se encuentran Eagle y Kestrel?

- Ellos están bien, ¿qué esperabas? Aunque todos nos sentimos decepcionados, decepcionados de tener un cobarde como tú por hermano.

El novato de la unidad 17 mantenía la cabeza agachada, no tenía el valor para confrontar a su hermano, mucho menos para verlo a los ojos.

- Mírate, Hawk. Sigues siendo el mismo niño asustadizo de siempre. No sabes la vergüenza que me das. ¿Y te haces llamar a ti mismo un "ave de rapiña"? No vales la pena ni como soldado ni como cazador.

Alia ya no soportó ver como Vulture humillaba a Hawk.

- ¡"yeme tú, grandísimo presumido! Para tu información, Hawk es uno de los cazadores más valientes que tenemos en la unidad 17 y...

- ¡Alia, espera! – X le detuvo.

- Pero X...

- Yo me encargo. – Dijo mirando a Vulture con determinación. – Vulture, veo que aún no aceptas el hecho de que tu hermano haya decidido tomar un camino diferente al tuyo. Es una lástima en verdad, ya que si te deshicieras de ese estúpido orgullo, no sólo sabrías perdonar los errores del pasado, sino que te darías cuenta del gran reploid en que se ha convertido Hawk.

- ¡Tú no te metas, X! En el pasado tenía que guardarte respeto ya que estabas un grado por encima del mío, pero ahora ambos somos capitanes y en lo que a mí respecta, tú eres el principal culpable de que mi hermano haya abandonado la milicia de forma tan vergonzosa. ¡Te culpo, Megaman X! Te culpo a ti de haber contaminado la mente de mi hermano con esas estúpidas ideas sobre el pacifismo. Pacifismo ¡Ja! Más bien se trata de cobardía. Quizá ahora tengamos que trabajar juntos, pero cuida tu espalda, X, porque en lo que a mí concierne, a partir de este momento somos enemigos. Tenemos una deuda de honor y ya sabes que yo siempre cobro mis deudas.

Vulture le dio la espalda a X mientras ascendía por la rampa hacia la nave.

"Genial, lo que me faltaba... ¡Otro Red Wing!" Pensó X mientras se cruzaba de brazos. "Sólo que esta vez, no se trata de envidia sino de una rencilla personal, lo que lo hace todavía peor..."

Hawk se acercó a X.

- Capitán, le agradezco que haya tratado de ayudarme, pero Vulture tiene razón, la verdad es que como soldado no sirvo de mucho...

- Pero Hawk...

- Gracias de todas formas. Usted siempre me ha apoyado y eso se lo agradezco de todo corazón. – Hawk hizo el saludo militar antes de despedirse de su jefe y compañeros e ingresar a la nave por la rampa.

X miró la compuerta cerrarse. Los propulsores empezaban a arder con violencia, la aeronave estaba por despegar.

"No tienes que agradecerme nada, Hawk. Después de todo, fuiste tú quien tuvo el valor para tomar esa decisión, y todo lo que has logrado lo has hecho por ti mismo. Yo sólo he estado detrás de ti para apoyarte, pero los méritos son tuyos. Tal vez algún día te des cuenta de ello y entonces puedas ver que, a pesar de todo, eres un gran soldado... Tal vez algún día tu hermano también se de cuenta de ello."

Algunos minutos después, los maverick hunters observaron desde la puerta del hangar a la aeronave despegando.

- Buena suerte, Hawk. – Dijo X con solemnidad.

- Capitán X, ¿podría explicarme por qué Vulture trata tan mal a Hawk? – Preguntó Target afligida.

- Sí, a mí también me extrañó eso. ¿Por qué no nos lo dice, capitán? – Blues también parecía interesado.

- Con gusto se los explicaré, pero primero dirijámonos al centro de mando. Quiero monitorear la posición de la aeronave.

- Es cierto, la tormenta comienza a manifestarse con fuerza. Debemos cerciorarnos de que salgan del cuadrante de la base a salvo. – Agregó Alia.

Los miembros de la unidad 17 salieron en dirección del centro de mando. Los únicos que permanecieron en la puerta del hangar fueron Signas y el Dr. Koi.

- Espero regresen a salvo, y ojalá no encuentren nada de peligro en ese cuadrante.

- Usted lo ha dicho, comandante, ojalá.

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Finalmente llegó a las coordenadas que le habían proporcionado, pero el lugar se encontraba desierto. El sol ya había desaparecido en la distancia, la luna llevaba ya un buen rato de haber emergido entre las montañas.

- Debe estar aquí. No puedo equivocarme. Tiene que ser...

El paisaje a su alrededor era pedregoso. Zero buscaba en medio de las rocas, removiendo algunos de los escombros que le impedían el paso con sus propias manos.

- Tiene que estar por aquí... ¡Lo encontré!

Zero halló lo que parecían ser restos de una excavación de hacía ya varios años. En el lugar aún quedaba parte de la maquinaria utilizada, la cual ya estaba oxidada por el clima tan áspero de la región. En medio de las rocas, el hunter carmesí encontró una especie de conducto de ventilación o algo parecido.

- Espero que este sea lugar. Lo mejor será que baje a explorarlo, tal vez encuentre algo que me sea útil.

Sin que Zero lo notara, una especie de compuerta se abrió a mitad de una roca. Una cámara de vigilancia enfocó su objetivo en el maverick hunter.

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El viento soplaba con fuerza, la lluvia seguía cayendo. Dos reploids observaban, desde una ventana en la torre más alta de la base, los relámpagos que surcaban el cielo.

- Esta tormenta es bastante intensa.

- Lo sé. Por lo menos estamos a salvo dentro de la base. Si la tormenta incrementa su magnitud, activaremos los escudos

- Por cierto, te noto algo pálido. ¿Estás bien?

X respondió sin apartar la mirada del horizonte.

- Estoy bien, no te preocupes.

Esa respuesta no pareció satisfacer a Alia.

- Por las lecturas de tu cápsula de hibernación, pude darme cuenta de que no dormiste bien ayer. ¿Hay algo que quieras decirme?

X suspiró, lo que más temía era que le preguntara eso.

- Sigo teniendo pesadillas. – Dijo con sequedad.

La preocupación aumentó en la mirada de Alia.

- ¿Sigues soñando que te conviertes en maverick?

- Es todavía peor que eso... – Respondió con sinsabor.

- X... – Alia se acercó a él y colocó una mano sobre su espalda. – Ya te dije que es imposible que algo así te suceda, tú no eres ningún malvado...

El cazador replicó con gravedad en su tono de voz.

- Le sucedió a Sigma y a Gate, incluso a Zero, y ninguno de ellos era malvado tampoco. ¿Quién dice que no es posible que eso me pase a mi también?

- Pero tú eres diferente de ellos...

- ¿En qué sentido, Alia? – X volteó a mirarle, Alia pudo notar algo de súplica en sus ojos, pasaron algunos segundos antes de que pudiera contestar.

- En muchos, muchos sentidos...

X desvió la mirada hacia el firmamento de nuevo, no se sentía satisfecho con esa respuesta. Alia lo sabía, le abrazó por detrás mientras recargaba su frente sobre su espalda.

- Tú no vas a convertirte en un maverick porque... porque... – Alia hablaba en voz baja, su voz era casi un murmullo, lo que estaba por decir le costaba mucho trabajo. – ...Porque yo no dejaré nunca que algo así te pase. Nunca lo permitiré... Una vez te dije que siempre te apoyaría y eso haré...

- Alia... – X permaneció mirando hacia la ventana, después de un rato bajó la vista hacia las manos de Alia que se encontraban sobre su pecho, las tomó entre las suyas. - ¿Tú me ayudarás si algo así me llega a...?

- Claro... claro que sí... Ya sabes que siempre contarás con mi apoyo, estaré a tu lado siempre...

X sintió como Alia le apretaba con mayor fuerza.

- No importa si algo así sucede o no. Yo te ayudaré... te ayudaré porque... porque...

"...Porque te amo... te amo... y por ello nunca permitiré que sufras el mismo destino que ellos... Yo daré mi vida si es necesario para evitar que sufras el mismo destino que Gate y los otros... Porque te amo, X..."

Alia hubiera deseado decirle esas palabras en aquél momento, pero no se sentía con suficiente fuerza para ello, además, no parecía ser el momento adecuado. X no podía escuchar sus pensamientos, pero a pesar de eso, podía percibir claramente la enorme preocupación que ella sentía por él. Una extraña sensación se formó en su pecho, parecía como un cosquilleo, algo muy cálido. Apretó sus manos con algo de fuerza, se apartó un poco de ella y volteó a mirarle.

- Yo... No sé que decir al respecto, pero agradezco que quieras ayudarme... Conoces los riesgos, lo que podría suceder si algo así me pasara...

- Sí. – Respondió ella, todavía con inquietud en sus ojos. – Pero una vez te dije que no estabas solo, que yo estaba allí para apoyarte, y pienso seguir haciéndolo.

- Gracias, Alia. – La expresión en el rostro de X cambió por una más amable. – No te preocupes por mí, estaré bien.

- ¿Ya fuiste a ver a Life Saver para hablarle sobre...?

- ¿Sobre las pesadillas? Lo fui a ver en la mañana. Después de que me encontraste sentado en el piso de mi cuarto, lo primero que hice fue ir a verlo. Le hizo un escaneo completo a mi sistema y no encontró ningún desperfecto. Me dijo que probablemente se deben a que he estado sometido a mucha presión, que lo único que necesito es descansar.

- ¿Y piensas hacerlo? – Alia lo dijo en un tono de suplica más que de interrogación.

- Lo haré, una vez que terminé esta misión, me tomaré la semana entera si es necesario. – Trató de sonreírle lo más afable que pudo, en un intento por despejar toda preocupación dentro de ella.

Alia no pudo evitar sonreírle también, simplemente no podía evitar hacerlo cada vez que veía esa sonrisa en el rostro de X. En ese simple y sencillo gesto toda la angustia, el desconsuelo, el remordimiento, todos los años de lucha que el cazador había vivido se desvanecían por completo de su rostro. Alia admiraba esa característica de X, desde que le conocía, siempre la había admirado.

- Todavía tenemos que monitorear a la expedición, hasta que lleguen al cuadrante. Vamos.

- Sí.

Los dos androides caminaron hacia un elevador al fondo del pasillo. X la miró de reojo mientras avanzaban.

"Sólo espero... sólo espero que si algún día llegó a convertirme en maverick, no suceda lo mismo que en esa horrenda pesadilla... Si algún día llego a lastimarte a ti o a los otros... juro que ese día yo mismo le pondré fin a mi existencia..."

Fin del capítulo 9

Notas del autor:

¡Hola de nuevo! Supongo que a estas alturas ya se dieron cuenta del porqué del nombre del fanfic. La trama empieza a complicarse cada vez más, sobre todo ahora que la expedición ha partido al cuadrante 12F5877. ¿Qué será lo que está sucediendo allí? Nuevos personajes se añaden a la historia, algunos tendrán un desenlace inesperado. Por cierto, todo ese asunto de Hawk y la serie Birds of Prey lo explicaré en el siguiente capítulo, por el momento les puedo adelantar que tanto su pasado como el de Blues se irán revelando en capítulos posteriores (de algún lugar tuvieron que haber salido, ¿no?)

Como también pudieron darse cuenta, decidí incluir a Dynamo en la trama, él no es precisamente uno de mis personajes favoritos, pero reconozco que tiene carisma. Al respecto de su origen, en realidad se sabe muy poco sobre él, algunos opinan que es la reencarnación de Bass, pero yo en realidad lo dudo, ya que sus personalidades no se parecen en lo más mínimo (de hecho, si se tratara de analizar quien encaja más como reencarnación de Bass, yo más bien me inclinaría por Vile, pero esa es otra historia). En este fanfic lo estoy manejando como una especie de "hermano adoptivo" para Zero (imaginen el rostro del cazador escarlata cuando se entere XD), en el sentido de que él fue transformado en un reploid de combate por Isoc, de manera similar como Protoman lo fue por el Dr. Wily (y a estas alturas, creo que ya es más que evidente que Isoc es la reencarnación del Dr. Wily ¬¬).

Y ya que hablamos de Zero, ¿alguien se imagina que es lo que está buscando? ¿Y quién es ese informante secreto que tiene en la base? Más respuestas en capítulos futuros.

Agradezco a todos los que han leído el fanfic. Si tienen algún comentario o crítica que hacerme, pueden enviarlo a mi correo electrónico:

Quisiera agradecer especialmente a quienes ya me han hecho comentarios: Cascard, engelhope, Green Dream, Karin.EXE, OmegaX, Alia, eva06, Hitokiri.Battousai.Oni (ya te vi, bro XD), Leeveey, Bass HunteR, Tekkaman Zero, y Arken Elf. Espero más gente se anime a enviar sus comentarios, no saben lo satisfactorio que es para un escritor cuando sus lectores le aplauden o le dicen que la está regando fuera de la taza. Por cierto, Karin.EXE me pedía que empezara a incluir escenas románticas entre Alia y X. Quizá las escenas en este capítulo y en el anterior no fueron románticas precisamente (bueno, tal vez la última lo haya sido), pero ya vendrán varias escenas de ese tipo en capítulo futuros. Le pido a ella y a los demás lectores que me tengan algo de paciencia, poco a poco iré mostrando como se va desarrollando el romance entre estos dos personajes (de hecho, tengo pensado incluir un capítulo dedicado sólo a la relación entre ellos dos).

Bueno, me despido, ya les aventé demasiado rollo. Esperen el próximo capítulo.

Have a nice day!

doc.exe

PD: Y si saben de algún otro fanfic en español donde se presente la pareja Alia/X, o de algún fanart, hagan favor de informarme.