"X... X..."

"¿Quién...¿Quién está allí?"

"Despierta X... despierta..."

"¿Quién...¿Quién me llama?"

"Ya es hora..."

"Esa voz... es... es tan familiar... ¿acaso...?"

Abrió los ojos con dificultad, todo se veía nublado. Burbujas de aire ascendían a través del fluido verdoso que parecía envolverle. En medio de esa marea verde alcanzó a divisar dos siluetas que le observaban.

- ¿Está seguro de esto? – Preguntó uno de los presentes, su voz poseía un timbre juvenil, parecía tratarse de un adolescente.

- Temo que no nos queda otra salida. – Respondió su acompañante, cuya voz denotaba que se trataba de un hombre de edad avanzada.

- Usted dijo que su sistema de Inteligencia Artificial aún es demasiado inestable, que aún necesitan hacerse más pruebas... ¿Qué pasará si sucede algún percance?

- Sé que es arriesgado... Pero desgraciadamente no tenemos otra opción, él es nuestra última esperanza.

- Tal vez... pero aún así, creo que es una decisión precipitada... – La silueta se aproximó, ahora podía distinguirle con claridad: Era un muchacho de baja estatura, su apariencia indicaba que se trataba de un robot, uno bastante antiguo, probablemente de mediados del siglo XXI. Su rostro era casi infantil, pero en sus ojos resaltaba una intensa frialdad. Llevaba una bufanda alrededor del cuello y cargaba consigo un gran escudo, en sus manos sostenía un casco que destacaba por una visera negra... algo en él le resultó muy familiar.

- ¡Es realmente increíble! Demasiado avanzado ...probablemente más que cualquier otro robot que se haya construido... No, quizás él sea la máquina más avanzada sobre la faz de la Tierra... – El muchacho volteó en dirección del anciano. - Si algo sale mal, él podría convertirse en una amenaza mucho mayor que ese androide rojo.

El viejo asintió con pesadumbre.

- El riesgo es muy alto, no tienes porque repetírmelo... Pero ahora que Rock ya no esta, él es el único que puede hacerle frente a ese demonio... – El anciano se aproximó. Al distinguir su silueta en medio del fluido verde, sintió que se le formaba un nudo en la garganta. Allí estaba ese hombre al que tantas veces había visto en la forma de un holograma, tantas preguntas que había deseado hacerle en el pasado, todas ellas aún sin respuesta...

- Realmente desearía que fuera de otro modo... – Dijo con tristeza. - Se suponía que él sería el primero de la nueva generación. Esperaba que el mundo le diera la oportunidad de vivir de una manera diferente, en una era pacífica, sin tener que pasar por el mismo sufrimiento que tú y tus hermanos...

El joven robot colocó una mano sobre el hombro del anciano, la frialdad en su rostro se vio atenuada por una expresión más amable, aunque sólo duro así por unos instantes. Al parecer las palabras del hombre habían logrado conmoverle, por lo menos un poco.

- Para bien o para mal, sólo nos queda esperar lo mejor...

- Sí... tal parece que es todo lo que podemos hacer...

"¿...padre?"

- ¡Capitán X!

- ¿Eh? – La voz de Blues sacó a X de la ensoñación en que se hallaba.

- Los demás miembros del equipo de rescate ya están aquí ¡Démonos prisa!

- Cierto... ¡En marcha! – Gritó el capitán de la unidad 17 mientras corría hacia el telepuerto.

"¿Qué diablos fue esa visión?..."

Capítulo 11: Vorágine

En algún lugar del cuadrante 12F5877, un par de reploids alados observaban espantados una gran explosión a lo lejos.

- ¡Santo cielo¡Eso vino del campamento! – Exclamó Hawk al tiempo que volteaba consternado hacia Vulture.

El hermano mayor no contestó, simplemente permaneció mirando con recelo en dirección de la enorme nube de humo. Hawk intentó comunicarse con Nightshade por la radio. Desgraciadamente la interferencia continuaba, era como si algo estuviera bloqueando las comunicaciones.

- No puedo comunicarme con la capitana. ¿Qué es lo que haremos ahora? – Le preguntó a su hermano, bastante preocupado.

- Vulture seguía mirando hacia el campamento, como si estuviera ponderando la situación.

- ¡Ve a buscar a Nightshade¡Yo iré a investigar! – Respondió tras un par de segundos.

- ¿Estás seguro de ir tú solo? Podría ser peligroso...

- ¡No contradigas las ordenes! – Le contestó toscamente. – ¡Sólo ve!

- E-está bien... – Hawk suspiró con resignación. - Sólo... cuídate...

- No necesito que te preocupes por mí. ¡Ve y adviértele a Nightshade! Habrá que abortar la misión de ser necesario.

- ¡A la orden! – Hawk se dirigió hacia la entrada del túnel, antes de descender, miró a su hermano por última vez. – Buena suerte.

Vulture sólo le miró de reojo. Después de que Hawk se marchara, descendió de la Ride Armor y con la mirada clavada en el cielo, desplegó sus majestuosas alas y se elevó por los aires


La cazadora se había quedado sin habla al observar las marcas en el cuerpo del investigador. Sujetó con fuerza su colgante de plata, por un momento sintió que todo le daba vueltas, parecía estar a punto de desmayarse. Esos surcos de metal fundido sobre la armadura del científico provocaron que esa horrenda imagen regresara a su mente... Aquel valiente guerrero, de los mejores cazadores de la unidad 00, siempre con esa sonrisa confianzuda en el rostro... uno de los más confiables discípulos de Zero, a quien decidió dejar a cargo de la unidad en caso de que algo le sucediera... "¿Cómo pudo terminar de esa manera tan horrible¿quién pudo hacerle algo así?", las preguntas de los azorados miembros de la unidad de fuerzas especiales, tras descubrir el cadáver de su jefe, volvieron a hacer eco en la mente de la reploid.

- ¡Capitana! – La voz del piloto del Centurión la sacó de sus pensamientos.

- ¿Qué sucede? – Preguntó Nightshade.

- ¡Se aproximan! – Respondió Mike, señalando en dirección del río subterráneo.

Las aguas se sacudían violentamente, los tres reploids las observaban expectantes. Mike empezó a cargar poder al máximo en el cañón láser del Centurión. Al cabo de unos segundos, una miríada de tentáculos se levantaron sobre el río.

- ¡Santo cielo! – Exclamó el profesor Cid.

Los tres androides quedaron anonadados tras ver los enormes apéndices danzando sobre las aguas subterráneas, como si se tratara de un grupo de serpientes bailando al compás de una flauta. Casi instantáneamente, los tentáculos se abalanzaron sobre ellos.

- ¡Prepárense! – Gritó Mike, antes de soltar un disparo con el cañón a máxima potencia.

La gran descarga de energía desintegró los tentáculos y provocó una explosión, sacudiendo por completo la caverna. Algunas piedras se desprendieron del techo y cayeron sobre el río, una gran cantidad de vapor envolvió el lugar.

- ¡Cielos! Eso estuvo cerca. – Dijo el profesor con un suspiro. - ¿Qué habrá sido eso?

Nightshade se acercó lentamente al río, observando la enorme cortina de vapor que lo cubría.

- ¡Capitana! – Le llamó Mike. – ¡Debemos salir de aquí! No sé que hayan sido esas cosas, pero aún no estamos a salvo, el disparo sólo debe haberlos aturdido.

Nightshade no respondió, parecía estar en trance, no apartaba su mirada de la neblina.

- Mike... esas marcas en el cuerpo de BOB... – Antes de que Nightshade pudiera terminar la oración, un extraño zumbido resonó a través del túnel.

El vapor finalmente se disipó y de entre las aguas emergió un grupo de extraños seres. Los tres reploids los observaron sorprendidos. Eran casi transparentes, de cuerpos rechonchos con forma de campana, debían tener por lo menos unos 50 centímetros de diámetro, de la parte inferior de sus cuerpos brotaban una serie de pequeños apéndices. A primera vista no parecían más que un grupo de sacos gelatinosos, excepto porque en su interior flotaba una esfera que asemejaba un ojo mecánico, de la parte dorsal del mismo se desprendía un cable transparente que salía de sus cuerpos y se perdía en las aguas del río.

- ¿Pero qué demonios son esas cosas! – Exclamó el profesor Cid, espantado.

Nightshade las miraba fijamente, como si aquellos seres gelatinosos le hubieran hipnotizado. Lentamente, una mueca de odio empezó a formarse en su rostro, mientras llevaba su mano izquierda al mango en su cinturón.

- Son... son... – Tartamudeo mientras lágrimas parecían aglutinarse en sus ojos. Empezó a apretar los dientes con fuerza – Son... ¡SON UNOS DESGRACIADOS! – Les gritó finalmente a todo pulmón. En ese momento los apéndices de las criaturas comenzaron a vibrar, aumentando de tamaño hasta transformarse en enormes tentáculos que inmediatamente lanzaron en contra los cazadores.

- ¡Capitana¡Cuidado! – Gritó Mike, al tiempo que preparaba la ametralladora del Centurión.

- ¡Los aniquilaré! – Gritó Nightshade, sin hacer caso de la advertencia de Mike. Un destello cruzó por los ojos de la cazadora al ver a los tentáculos aproximarse, rápidamente les esquivó de un salto. La hoja láser de su cuchillo de energía los rebanó en cuestión de un segundo, los trozos de los tentáculos cayeron al suelo disolviéndose en un líquido viscoso. Las criaturas emitieron un nuevo zumbido al tiempo que regeneraban sus apéndices. Antes de que pudieran atacar de nuevo a Nightshade, Mike soltó una ráfaga de metralla en contra de ellas, obligándolas a retroceder.

- ¿Capitana, que son esas cosas? – Preguntó Mike, extrañado por la reacción de la líder de unidad.

- No lo sé, pero sean lo que sean estoy segura de algo¡Esas cosas fueron lo que asesinó a Anthon!

- ¿Cómo dice, capitana? – El piloto del Centurión quedó bastante sorprendido.

- ¡Profesor, saque a BOB de aquí! – Gritó Nightshade, al tiempo que preparaba una serie de dardos en su mano derecha. – Nosotros nos ocuparemos de ellas.

- E-entendido... – El profesor tomó sobre sus hombros al maltrecho científico y trató de llevarlo hacia su Ride Armor.

- ¡No¡Espere! – Mike se volteó súbitamente y disparó una granada contra la Ride Armor del científico. Justo a tiempo, ya que en ese instante, un grupo de criaturas apareció alrededor del mecha, listas para lanzarse sobre el anonadado investigador.

- ¡Gracias¡Eso sí que fue oportuno! – Dijo suspirando aliviado.

El resto de los entes voladores arremetieron contra los maverick hunters. Mike intentó alejarlos con una nueva descarga de la ametralladora. Nightshade, por su parte, lanzó una ronda de dardos, logrando impactar algunas de las criaturas. La especialidad de la cazadora era el empleo de dardos venenosos, cuya efectividad no tardó mucho en quedar demostrada. Los dardos liberaron un fluido azul oscuro dentro del cuerpo de las criaturas, los extraños seres se hincharon violentamente, sacudiéndose y emitiendo un horrendo zumbido, para después reventar como si fueran globos de agua. Los cables que habían estado conectados a su parte dorsal fueron retraídos hacia el río y desaparecieron en sus aguas. Un instante después, un nuevo grupo de entes gelatinosos había emergido del río subterráneo.

- ¡Maldición!

Nightshade y Mike trataban de mantener a raya a las criaturas mientras que el profesor Cid se resguardaba detrás de ellos. Al percatarse de la Ride Armor desocupada de Nightshade, trató de arrastrar a BOB hacia allí, pero nuevamente una serie de criaturas rodearon la armadura, comprimiéndola en un santiamén con sus tentáculos. Acto seguido, intentaron atacar a los dos científicos, que esta vez fueron salvados por la capitana.

- ¡Escuchen! Lo mejor será que estemos cerca, así podremos resguardarnos – Les dijo el piloto del Centurión.

- Mike tiene razón¡reagrupémonos! – Ordenó Nightshade.

El científico asintió mientras arrastraba a su maltrecho asistente cerca del Centurión.

- Esto no será nada fácil. – Murmuró Mike sin dejar de disparar.

- ¡Lo sé! – Respondió Nightshade con desazón, al tiempo que lanzaba un par de dardos. Entablar una pelea contra aquellos entes no había sido una buena idea.


Ocho rayos de luz multicolor descendieron sobre el árido terreno, materializándose en la forma de un grupo de reploids, al frente de los cuales iba cierto cazador azul.

- "Lo lamento, es lo más cerca que puedo enviarlos del cuadrante. Algo está interfiriendo con los sensores del satélite, no nos permite analizar el terreno. Tendrán que continuar a pie."

- No te preocupes, Alia, estaremos bien. – Respondió X a través de la radio.

- "El Dr. Koi asegura que el dispositivo que te entregó puede filtrar la interferencia, pero he estado examinando la situación y es muy probable que dentro de la zona muerta nos sea imposible contactarlos." – Dijo la navegadora, preocupada.

- Estoy conciente de ello. – Contestó el cazador azul, con la misma desazón que ella.

- "Por si acaso, voy a enviarte el programa de la armadura Giga. Sé que no tiene un armamento tan eficiente como el de la armadura Force o el de la Blade, pero dado que no estoy segura de brindarles apoyo dentro del cuadrante, los sensores ópticos amplificados en la armadura te permitirán anticiparte al peligro."

- Entendido, estoy listo para recibirlo.

La maverick hunter tecleó una serie de comandos en el computador.

- "Inicia la transferencia."

Una serie de números binarios cruzaron a través de los ojos de X.

- Ya tengo el programa, Alia, trataremos de mantenernos en contacto.

- "Buena suerte a todos... Y por favor, X, no te arriesgues."

- ...No lo haré. – X bajó la mirada con pesadumbre, detestaba preocupar a Alia de ese modo. - Cambio y fuera.

X se dirigió al improvisado grupo de rescate, todos ellos hunters de alto nivel.

- Démonos prisa. Los miembros del equipo de investigación pueden estar en serios aprietos.

- ¡Ya oyeron al capitán¡A trabajar! – Añadió Blues.

Los hunters se pusieron en marcha rumbo al cuadrante, con X al frente del grupo.

X pensó nuevamente en la mirada de Alia antes de salir de la base, una mirada realmente intensa, casi pudo sentir como si los ojos de la reploid penetraran hasta lo más profundo de él...

"¡No es momento para pensar en estas cosas!" Se dijo mentalmente, sacudiendo la cabeza.

- ¡Equipo¡Al frente y avancen!

- ¡A la orden, señor!

Los 8 cazadores activaron sus sistemas de aceleración, desplazándose a gran velocidad a través de la llanura.

"Hawk, Nightshade¡resistan! Ya vamos en camino." Pensó X, con su mirada clavada en dirección de la zona muerta.


La lucha contra los extraños seres gelatinosos se había prolongado por varios minutos. La situación no era nada alentadora, las criaturas habían encerrado a los cuatro reploids en un círculo. A pesar de que Nightshade y Mike lograban mantenerlos a raya, cada vez que eliminaban a uno aparecían dos más para suplirlo. La capitana ya había intentado comunicarse con Hawk y con Vulture, así como con los miembros de la expedición en el campamento, pero nuevamente sus esfuerzos habían resultado inútiles.

- Capitana, no tiene caso intentarlo, creo que acabo de descubrir la causa de las interferencias. – Dijo Mike, al mismo tiempo que acribillaba a una de las criaturas con su ametralladora.

- ¿A qué te refieres? - Preguntó Nightshade, esquivando los latigazos de los tentáculos y respondiendo con sus dardos venenosos.

- Hay algo en este lugar, es una especie de campo electromagnético que envuelve a toda la caverna, parece estar interfiriendo con nuestros transmisores. No he podido ubicar su fuente con exactitud, pero parece estar relacionada con estas criaturas, la frecuencia que emiten es muy parecida. Ya ha comenzando a afectar los sensores del Centurión, no puedo analizar qué diablos son estas cosas en realidad.

- ¡Diablos! Eso significa que no podremos pedir refuerzos hasta que las eliminemos. – Dijo el profesor Cid, bastante alterado.

- ¡Hablando de la ironía! – Refunfuñó Nightshade, partiendo un par de entes con su cuchillo.

Los miembros de la expedición estaban demasiado ocupados luchando por sus vidas como para haberlo notado, pero de entre las aguas del río brotó un tentáculo mucho más voluminoso que los demás, en cuyo extremo parpadeaba lo que parecía ser un ojo.


La zona muerta no era el único lugar que se había convertido en zona de combate Al mismo tiempo, a miles de kilómetros del cuadrante donde Nightshade y su grupo se encontraban, otra pelea se desarrollaba en el subsuelo, en un territorio árido y desolado, al que se había vetado el acceso hacía ya bastante tiempo. Las marcas de la lucha podían verse en las paredes del túnel de concreto, a estas alturas el lugar ya amenazaba con derrumbarse, y a pesar de eso ninguno de los combatientes tenía intenciones de ceder.

- ¡Yiargh...¡Maldición! – Nuevamente Zero había sido azotado contra el muro. Apenas tuvo tiempo de esquivar el disparo del robot guardián. La pelea se había tornado más difícil de lo que esperaba. El autómata lo mantenía a raya disparando continuamente ráfagas de energía con el cañón en su pecho. Por si no fuera suficiente, cada vez que lograba aproximarse, el guardián se las ingeniaba para esquivarlo con veloces saltos de un extremo al otro del túnel. A pesar de su tamaño, el guardián era bastante ágil, a cada pequeño descuido del cazador, el robot aprovechaba para sujetarlo con su única pinza y arrojarlo contra un muro. Zero ya se encontraba bastante magullado, numerosas grietas y abolladuras adornaban su armadura.

- Supongo que fue una verdadera estupidez el subestimarlo, no pensé que fuera tan fuerte. – Dijo para sí al tiempo que sujetaba con fuerza el mango de su sable de luz. – ¡Sin embargo no te confíes amigo, la pelea aún no termina!

El guardián respondió al desafío del cazador con un ademán. A pesar de que había recibido menor daño físico que Zero, en realidad no se encontraba en mejores condiciones que el reploid escarlata. Pese a que sus capacidades de combate e inteligencia artificial eran muy superiores a las de muchos mechaniloids, su cuerpo ya empezaba a resentir lo prolongado del combate. Nunca antes había tenido que enfrentar a un adversario verdaderamente peligroso, era la primera vez que tenía que pelear a su máxima capacidad, lo cierto es que sus sistemas ya empezaban a sobrecalentarse, no pasaría mucho antes de que su poder se agotara.

- ¡Prepárate! – Gritó Zero al tiempo que volvía a embestir contra el robot guardián. Éste no tardó en responder con una serie de ráfagas de energía.

"¡Ja! Tal como lo pensé, se está volviendo predecible. Ya tengo analizados sus patrones de ataque, puede ser muy hábil, pero no deja de ser un simple mechaniloid." Pensaba Zero, esquivando los disparos con ayuda de sus impulsores y avanzando hacia el guardián con veloces saltos.

- ¡Kuuenzan! – Tras dar una voltereta, Zero consiguió ubicarse por encima del robot, listo para asestar un golpe. El guardián intentó defenderse lanzando su pinza contra el cazador...

- ¡Twin Dream!

Para sorpresa del robot, el ataque atravesó la imagen de Zero, como si se tratara de una ilusión.

- ¡Caíste en la trampa! – Gritó Zero, al tiempo que apuñalaba al autómata por un costado, para después derribarlo con una patada.

El guardián trató de reincorporarse, pero fue sorprendido por el cazador que le embistió con un potente sablazo, estrellándolo contra el muro. Acto seguido, disparó una serie de ráfagas de energía con su Z-Buster, derribando la fracturada pared y sepultando al autómata bajo los escombros.

- Con eso tendrás.

El reploid rubio dio la espalda a la pila de rocas y se alejó caminando. Apenas había dado unos pasos cuando la pinza del autómata emergió velozmente de entre los escombros, sujetándolo de las piernas y tumbándolo al suelo.

- ¿Qué diablos...!

El maltrecho guardián emergió de entre los escombros, sus ojos amarillos brillaban con intensidad, lo mismo que la boquilla del cañón en su pecho.

- ¡Oh¡Maldita sea...! – Fue lo último que Zero pudo gritar antes de ser impactado por el rayo de energía.


La tensión no había disminuido en el cuartel de los maverick hunters. Lo que había comenzado como una operación de rutina se había transformado en una situación de emergencia. En el centro de mando se respiraba un clima de angustia, en especial en cierta reploid de cabello rubio.

"¡Demonios! Esto simple y sencillamente no funciona."

Alia mantenía la mirada fija en el monitor de su terminal. Las señales del satélite se tornaban cada vez más erráticas, algo muy grave estaba sucediendo en ese cuadrante. No sólo le preocupaba la seguridad de los miembros de la expedición, también la de los integrantes del equipo de rescate, estos estaban a punto de enfrentarse a una situación muy difícil, en especial X...

"En su estado actual no creo que salga bien librado de esta misión... ¡Maldición¿Por qué no pude disuadirlo de participar en esto? Algo terrible está a punto de pasar, de eso estoy segura."

Repentinamente, Alia sintió como alguien colocaba una mano sobre su hombro. Al voltear, se dio cuenta de que se trataba del Dr. Koi, quien le miraba consternado.

- Deberías tranquilizarte, nunca antes te había visto tan alterada.

Alia suspiró con pesadez.

- No puedo evitarlo, doctor, me siento inútil. Desearía hacer algo para ayudar a X y a los otros.

- Lo único que puedes hacer es brindarles tu apoyo como navegante, deberías concentrarte en eso.

La joven volteó en dirección de la terminal.

- Lo sé, pero temo que ni aún así puedo servir de ayuda. – Alia señaló hacia la pantalla. – Mire esto, la interferencia no permite analizar el terreno con los instrumentos del satélite, y por más que he intentado comunicarme con los miembros de la expedición, todo es inútil. Temo que ni aún con ese aparato que le entregó a X podamos brindarles alguna clase de apoyo.

- ¡Je! Deberías tenerme más confianza. – Le replicó sonriendo. - Yo mismo diseñé la tecnología de ese dispositivo en base a mis viejas investigaciones. No sé que es lo que está bloqueando las transmisiones, pero te aseguro que el sensor podrá filtrar la interferencia.

Alia no respondió, simplemente siguió mirando a la pantalla.

- Además, existe otra razón por la cual le di ese sensor al capitán X.

Ese comentario llamó la atención de la navegante.

- ¿A qué se refiere, doctor?

El rostro del científico tomó una expresión grave.

- Esa firma de energía que detectamos hace poco... no me agrada en lo más mínimo. Apareció muy repentinamente y justo ahora que enviamos un grupo a investigar el cuadrante. Es muy extraño que no la hayamos detectado antes...

Alia comprendió a donde se dirigía el científico.

- ¿Cree que tenga algo que ver con lo que causa las señales que detectamos inicialmente?

- Así es, además de que los instrumentos la captaron justo antes de que recibiéramos la llamada de auxilio. No creo que todo esto sea coincidencia, debe haber algo más.

Alia llevó una mano a su barbilla, consternada.

- Tiene razón, hay algo muy extraño en todo esto. Es casi como si alguien o algo tratara de evitar que descubramos qué está pasando en la zona muerta.

- Son sólo suposiciones mías, pero aún así es preocupante, por eso fue que decidí darle ese dispositivo al capitán X. Es cierto, existe riesgo de que el intercomunicador falle, pero si al menos el dispositivo consigue enviarnos información de lo que capte en el cuadrante, tal vez podamos determinar lo que está sucediendo en realidad e idear un plan de apoyo para el equipo de rescate.

Alia asintió, al tiempo que apoyaba una mano sobre su consola y apretaba los puños. No podía evitar preocuparse¿y si de verdad había algo en el cuadrante que estuviera asechando a los cazadores? Se sentía afligida al saberlo y no poder brindarle ayuda a X.

El científico miró el semblante de su antigua alumna, comprendía la impotencia que la invadía en esos momentos. Colocó ambas manos sobre sus hombros, en gesto comprensivo.

- Desearía hacer algo más que sólo quedarme aquí a esperar. – Le dijo ella.

- A veces no podemos hacer otra cosa más que tener fe en aquellos que queremos, y esperar que salgan con bien. – Dijo el doctor con solemnidad. – Debemos confiar en que el capitán X, la capitana Nightshade y los demás miembros de la expedición regresarán a salvo. Debemos mantener las esperanzas y confiar en ellos, ya que si no lo hacemos¿quién más lo hara?

Las palabras del científico parecieron provocar cierto efecto en la navegadora.

- Sí... tal vez tenga razón... - Respondió mientras algo de determinación se formaba en sus ojos.


- ¡Capitán X, miré eso! – Blues señaló hacia una enorme nube de humo que se divisaba en el horizonte.

- ¡Fue cerca de esas coordenadas donde la teniente Alia ubicó la última transmisión de la expedición! – Comentó uno de los cazadores.

El líder de la 17 apretó los dientes, era innegable lo que significaba esa ominosa nube.

- ¡Aceleren¡No podemos perder más tiempo! – Gritó mientras aumentaba la potencia de sus propulsores, los demás hunters le imitaron.


- ¡Ahh¡Maldita sea! – Gritó Nightshade. Uno de los tentáculos había alcanzado a golpearle en la pierna, dejando una profunda marca en uno de sus muslos.

- ¡Esto no pinta nada bien! – Comentó Mike, que seguía intentando mantener a raya a las criaturas con su metralleta. - No se cuanto tiempo más podamos resistir.

- ¡Y qué lo digas! – Decía la capitana, tratando de evitar los mortales latigazos de los tentáculos, algunos ya empezaban a provocar rasguños en su armadura, lo mismo que en la coraza del Centurión. A espaldas de los dos cazadores, se encontraban el profesor Cid y el maltrecho BOB, agazapados contra la pared del pasadizo subterráneo, observando como los hunters eran lentamente acorralados por las criaturas.

- ¡No podremos contra ellos¡Son demasiados! – Dijo Mike.

- En ese caso tendremos que escapar de aquí. ¿No puedes abrirnos camino usando el armamento de esa Ride Armor?

- Si se tratara de eso, podría exterminarlas fácilmente usando el cañón láser del Centurión, pero el último disparo estuvo a punto de provocar un derrumbe. Temo que el túnel se desplome sobre nosotros si vuelvo a utilizarlo.

- Quiza, pero a este paso, tal vez sea nuestra única forma de escapar...

Para sorpresa de los cazadores, un grupo entero de los entes gelatinosos fue acribillado de forma súbita.

- ¡Capitana!

- ¿Hawk?

El novato de la unidad 17 llegó a toda velocidad a bordo de su Ride Armor, disparando rápidamente con sus ametralladoras.

- ¡Justo a tiempo Hawk! – Dijo Mike, al tiempo que se unía al fuego del novato.

La sorpresiva llegada del nuevo adversario descontroló a las criaturas, provocando que fueran presa fácil de los disparos. Las que apenas pudieron escapar de ser acribilladas se replegaron bajo las aguas del río.

- Parece ser que pudimos ahuyentarlas. – Comentó Mike, con la ametralladora del Centurión humeando.

Aprovechando el breve momento de tregua, Nightshade se aproximó a Hawk.

- Hawk¿qué ha sucedido¿Qué haces aquí?

- Capitana, algo terrible pasó en el campamento, Vulture y yo vimos una enorme explosión en esa dirección hace poco. Vine aquí a advertirles cuando noté que los estaban atacando.

La cazadora se mordió el labio.

- ¡Maldita sea¡Como si no tuviéramos suficientes problemas ya!

Hawk miró en dirección del río subterráneo, de momento las aguas se habían tranquilizado.

- Capitana¿qué eran esas cosas?

- No lo sé, pero me alegra que llegaras. De verdad estábamos en aprietos, si no fuera por ti, probablemente nos hubieran hecho pedazos.

Hawk se sonrojó levemente por el comentario, aunque no apartó una mirada recelosa del río.

- ¿Dónde está Vulture?

- Fue a investigar lo que sucedió en el campamento... Espero que esté bien... – Dijo preocupado.

A Nightshade le fascinaba ver la lealtad que Hawk mantenía hacia su hermano, pese a lo mal que éste lo trataba, eso hablaba bien de él. Por supuesto, no tenía tiempo para distraerse con eso, estaba más preocupada por lo que había sucedido en el campamento.

- ¿Capitana Nightshade, cree usted que estas cosas hayan sido las responsables de esa explosión que mencionó Hawk? – Preguntó el profesor Cid.

- No lo sé, pero sinceramente, no me sorprendería. – Respondió ella, bastante irritada. Cierto rencor podía verse en sus ojos. – ¡Debemos regresar a la aeronave de inmediato!

En ese momento todos escucharon un chapoteo. Las aguas del río volvieron a agitarse.

- Están comenzando a reagruparse. – Advirtió Mike. – Y esta vez vienen en mayor número. Algo muy grande se está aproximando, tal vez sean cientos de ellas.

- Y yo que me quejaba por la falta de acción en la base. – Dijo Nightshade, preparando un par de dardos.


- ¿Pero qué diablos pasó aquí! – Vulture no daba crédito a lo que veía. La aeronave literalmente había sido partida en dos y sus restos se hallaban incendiándose. Al acercarse a explorar en busca de sobrevivientes, sólo encontró restos mutilados de cadáveres, calcinados por la explosión.

"¿Qué pudo causar esto!" Se preguntaba mientras examinaba lo que quedaba de la nave. Avanzaba cuidadosamente, con sus sentidos alerta, el macabro suceso le daba muy mala espina. "Será mejor que vaya donde Nightshade, tenemos que abortar la misión, es demasiado peligroso permanecer aquí por más tiempo."

De repente sintió haber pisado algo, al voltear hacia abajo vio el casco de uno de los pilotos medio enterrado en la tierra. Lo recogió y examinó, estaba rodeado por numerosas grietas y en el interior podía sentirse la humedad del fluido rojo oscuro. Su rostro, generalmente inexpresivo, mostró una mueca de desazón. Con cuidado colocó el casco sobre una roca, contemplándolo por algunos segundos, después cerró los ojos y entonó una breve oración. Era lo único que podía hacer por los tripulantes caídos.

Entonces escuchó el sonido de propulsores aproximándose. Al voltearse no tardó en divisar al grupo de cazadores, liderado por X, aproximándose a gran velocidad dejando tras de sí una enorme nube de polvo. Aunque no se sentía a gusto con la presencia del reploid azul, en cierto modo le reconfortaba la llegada de más hunters, después de todo, era casi seguro que lo que atacó el campamento aún rondaba por la zona.

- ¡Maldita sea¡Llegamos tarde! – Gritó Blues tan pronto vio los restos de la aeronave y el humo elevándose en el cielo.

X sólo apretó los dientes, tratando de contener la rabia que le provocaba esa escena.

- ¡De prisa¡Todavía puede haber sobrevivientes! – Gritó mientras aceleraba.

- ¡Capitán X, miré¡Es el capitán Vulture! - Gritó Blues, señalando a una figura cerca de los escombros.

- Vulture... – Murmuró X, con algo de sinsabor.

El nuevo capitán de la unidad de fuerzas especiales no tardó en salirle al encuentro.

- ¡Vulture¿Qué sucedió¿Qué significa todo esto?

- No lo sé. Nightshade, yo y algunos miembros de la expedición salimos a explorar los alrededores cuando la aeronave fue atacada. Yo regresé a investigar, pero aún no he descubierto que fue lo que los atacó.

- ¿Encontraste algún sobreviviente?

- Negativo. La nave está completamente destrozada, al parecer todos sus ocupantes fueron asesinados.

- Ya veo... – Musitó X, bajando la mirada y apretando ambos puños. Al mirarlo, Vulture no tardó en darse cuenta de cual era la causa por la que el hunter azul estaba tan consternado.

- Si acaso es lo que te preocupa, Mike y Hawk no iban a bordo de la aeronave. Nightshade, Mike y un par de investigadores estaban investigando un túnel cuando detectamos la explosión de la aeronave. Le ordené a Hawk que fuera a buscarlos. Ya deben venir en camino.

X se volteó sorprendido hacia Vulture, no sabía si había sido un gesto involuntario de parte del reploid alado, pero sus palabras le habían tranquilizado... al menos de momento.

- ¡Capitán X! – Gritó Blues aproximándose a los dos capitanes.

- ¿Qué sucede?

- He estado tratando de contactar a la base para informar de la situación, pero hay demasiada interferencia, tampoco he podido ubicar por radio a la capitana Nightshade. Es tal como dijo la teniente Alia, hay algo que no está nada bien en este lugar.

- No es sorprendente. – Interrumpió Vulture. - Desde que llegamos hemos estado teniendo problemas con las comunicaciones, no sólo con la base sino también entre nosotros. Mientras estuvimos explorando fuera no pudimos contactar a la aeronave, tampoco pudimos contactar a Nightshade y a los investigadores mientras se hallaban en el túnel. Todo esto me da muy mala espina.

- Es bastante extraño... – Dijo X, con expresión pensativa. – Interferencias en las comunicaciones, esas señales extrañas en el satélite... y este ataque. – X volteó en dirección de los restos de la aeronave, contemplando las llamas que comenzaban a extinguirse. - ¿Estará todo relacionado de algún modo?

- ¡Capitán X! – La voz de uno de los cazadores interrumpió las cavilaciones del hunter azul.

- ¿Qué sucede?

- ¡De prisa! Tiene que ver esto, encontramos algo.

- ¿Qué!

X, Blues y Vulture siguieron consternados al otro cazador. La imagen de los reploids avanzando se reflejaba en la pupila del ojo mecánico del tentáculo, que como culebra al acecho, espiaba a sus futuras víctimas escondiéndose entre las rocas.


Los tres hunters se hallaban en guardia, observando impacientes las aguas del río agitarse. Detrás de ellos se resguardaban el profesor y su asistente.

- ¿Cuántos son, Mike?

- No lo sé, capitana. Los sensores del Centurión se están sobrecargando, estoy recibiendo lecturas de todas direcciones. Algo es seguro, se trata de un enjambre enorme.

Las palabras del cazador provocaron que Hawk apretara con más fuerza los mandos de su Ride Armor.

- No podremos contra tantos. Lo mejor será salir de aquí.

- No consideró recomendable movernos. – Dijo Cid.

- ¿A qué se refiere, profesor? – Preguntó Nightshade.

- Ya he visto antes está conducta en animales así como en algunos tipos de mechaniloid. Nos están asechando, esperan que tomemos la iniciativa para tomarnos por sorpresa. Sólo es necesario que hagamos algún movimiento brusco para que se lancen sobre nosotros.

- El doctor tiene razón capitana. Ahora que lo pienso, hace mucho que esas criaturas pudieron haber atacado. – Comentó Mike.

- Saben que aún con la desventaja numérica somos capaces de devolver el golpe y causarles mucho daño. – Continuó el profesor. - Están esperando a que nos confiemos para iniciar el ataque, de esa manera no perderán a tantos de los suyos.

- Son muy astutas las desgraciadas... – Dijo Nightshade, mirando con recelo hacia las turbulentas aguas del río.

- En ese caso¿qué podemos hacer? – Preguntó Hawk. – Si intentamos escapar es casi seguro que nos harán trizas.

- Hay una solución. – Dijo Mike, suspirando con pesadez. – Pero no es nada agradable...


- ¿Qué sucedió? – Preguntó X al cazador mientras se alejaban de los escombros.

- Encontramos unos surcos enormes en el suelo, no muy lejos del sitio de la aeronave.

El hunter guió a los capitanes y al novato de la 17 hacia una línea de montículos de tierra que rodeaban una serie de enormes zanjas. Daba la impresión de que el suelo hubiera sido escarbado con maquinaria pesada. El resto del equipo de rescate ya se hallaba allí, examinado los surcos.

- ¡Miré! – Dijo el cazador, señalando hacia la tierra removida.

- ¡Cielos¡Son enormes! – Exclamó Blues.

- Es como si algo gigantesco hubiese estado excavando aquí. – Comentó uno de los cazadores.

- ¿Pero qué? En este cuadrante no queda ningún ser vivo o máquina que funcione. – Respondió otro.

- ¿No habrán sido los miembros de la expedición?

- ¡Para nada! – Interrumpió Vulture. – Entre la maquinaria que llevábamos con nosotros, no había ninguna excavadora, esto es obra de algo más.

X miró las marcas en la tierra con desazón, no le quedaba duda de lo que había sucedido. Lo que quiera que hubiese excavado ese lugar, también había atacado la aeronave, y si algo resultaba claro es que se trataba de una criatura realmente enorme. Vulture también observaba la tierra removida sin decir palabra alguna, después de unos minutos, ambos capitanes voltearon a mirarse entre sí.

- Esto no me agrada. – Dijo X. – Quien quiera que haya hecho esto también fue responsable de lo que le pasó a la aeronave.

- De eso no me queda duda. – Agregó Vulture.

Los otros cazadores sintieron un escalofrío al escuchar las palabras de los líderes de unidad. X volteó hacia ellos.

- ¡Ya no podemos perder más tiempo¡Tenemos que ir por Nightshade y por los otros! Si esta cosa puede viajar bajo tierra, entonces es casi seguro que estén en peligro.

- Eso es cierto... – Dijo Vulture. – Pero tampoco podemos dejar a esa cosa libre.

- ¿Qué estás diciendo, Vulture? – Preguntó X volteando de nuevo hacia él.

- El Highwind no era una nave de combate, pero sus defensas estaban diseñadas para resistir los embates más fuertes. Si esa cosa fue capaz de penetrar el campo de fuerza y los blindajes, entonces estamos hablando de un verdadero monstruo. ¡No podemos permitir que algo tan peligroso ande suelto!

- Vulture... – X parpadeó con sorpresa al escucharle hablar.

- Es muy probable que esa criatura, máquina o lo que sea, sea la causante de las señales que detectamos aquí. No sabemos si es capaz extenderse a otros cuadrantes, pero si es así, entonces no podemos dejar que escape de la zona muerta.

- ¡Pero sólo somos un pequeño contingente de rescate! – Replicó uno de los hunters.

– Tú lo has dicho. Vulture, es demasiado peligrosa, no podemos enfrentarla solos. – Añadió X.

- ¡Claro que podemos hacerlo! – Reclamó Vulture. – Somos hunters de primera clase. Con unos cuantos de nosotros debería bastar para rastrearla y exterminarla.

El cazador azul no podía creer lo que Vulture estaba proponiendo, era casi un suicidio.

- Mi misión es recuperar a los sobrevivientes del equipo de exploración, no encabezar una persecución suicida en contra de un enemigo desconocido. – Dijo X con tono firme.

- Pues entonces puedes ir por Nightshade y luego regresar a la base como el cobarde que eres¡porque no te necesito! – El reploid alado señaló a tres de los integrantes del equipo de rescate. - ¡Ustedes tres¡Vendrán conmigo!

Los tres cazadores, que hasta ese momento sólo habían permanecido expectantes ante la discusión de los dos capitanes, se mostraron bastante sorprendidos.

- E... e-estamos bajo las ordenes del capitán X. – Apenas atinó a responder uno de ellos, bastante nervioso.

Vulture se cruzó de brazos.

- Pues en ese caso los relevo del mando de X, ahora están bajo el mío¡así que muévanse! – Les gritó mientras empezaba a caminar en dirección de los surcos.

- Los tres cazadores se miraron perplejos entre sí. "¿Puede hacer eso?" preguntó uno de ellos en voz baja, los otros dos sólo se encogieron de hombros.

- Es un líder de unidad, supongo que puede. – Dijo uno mientras caminaba en dirección del bird of prey. Sus compañeros lo imitaron aunque no estaban del todo convencidos.

Vulture miró de reojo a los hunters que empezaban a seguirlo, pero antes de que pudiera dar un paso más, se percató de que alguien le estaba bloqueando el paso.

- No puedo permitir que hagas esto. – Le dijo X decididamente, Vulture sólo le miró impasible.

- Hazte a un lado. – Le dijo con desdeño.

- Estás cometiendo un error. – Insistió el líder de la 17, sin dejarse amedrentar.

- ¡Hazte a un lado! – Gritó Vulture, al tiempo que le daba un potente manotazo a X en el rostro, tumbándolo al suelo.

- ¡Capitán! – Gritó Blues, mientras corría hacia su líder en compañía del resto de los integrantes del equipo.

– Si no vas a colaborar, entonces no me estorbes. – Agregó el hunter alado con desdén, dándole la espalda al hunter azul, que ya estaba siendo asistido por sus compañeros.

- Capitán X¿se encuentra bien? – Le preguntó Blues mientras le ayudaba a incorporarse.

- Vulture...

X llevó una mano a su labio, notando como el golpe le había hecho sangrar. Apretó los dientes con rabia mientras veía al nuevo capitán de las fuerzas especiales alejarse con tres de sus subordinados. No podía comprender la necedad de Vulture¿qué era lo que trataba de lograr con una empresa tan arriesgada¿Qué no comprendía el peligro en que se hallaban todos? Peor aún¿qué no le importaban la seguridad de Nightshade y de los sobrevivientes de la expedición? ...¿qué no le importaba la seguridad de Hawk?

- ¡MALDITA SEA¡TIENES QUE ESCUCHAR RAZONES, CON UN CARAJO! – Le gritó furioso. - ¡Lo que estás haciendo es una locura¡Maldición!

Todos los maverick hunters voltearon a ver a X, bastante sorprendidos, en especial Blues y Vulture, más que nada porque nadie imaginaba que X fuera capaz maldecir así.

- Escucha Vulture... – Dijo X respirando agitado por el arranque de ira. – Cometes un error, sé que hemos tenido nuestras diferencias en el pasado, sin embargo, ahora tenemos que trabajar juntos o de lo contrario no sobreviviremos. Esta cosa es demasiado peligrosa, tu mismo lo has dicho, si intentas enfrentarla sólo lo único que conseguirás será tu muerte.

Vulture continuaba mirando a X en forma impasible, como si esperara el momento oportuno para hablar.

- ¿Te has puesto a pensar en lo qué sucedería? ...¿Te has puesto a pensar un poco en lo que sentiría Hawk si algo te pasara?

Las palabras de X parecieron irritar al reploid alado.

- ¡Tienes que escuchar...!

- ¡NO¡ESCUCHA TÚ X! – Le interrumpió bruscamente. – Esa cosa mató a la mayor parte de la expedición, esos hombres estaban bajo mi cuidado¡era mi responsabilidad protegerlos!

X se sorprendió al escuchar las palabras de Vulture.

- Un soldado nunca abandona sus armas ni a sus compañeros, y un capitán debe anteponer la seguridad de sus hombres a la suya. Si no lo hace entonces no es más que un fracasado. – Para aumentar el asombro de X, Vulture bajó la mirada con pesadumbre en ese momento. - Yo fallé al permitir que la aeronave y su tripulación fueran destruidos. Mi honor como maverick hunter y como soldado estarían comprometidos si permito que ese asesino siga libre. ¡Por eso tengo que detenerlo a cualquier precio!

La determinación en los ojos de Vulture dejó estupefacto al hunter azul, no imaginaba que alguien como él pudiese albergar ese tipo de emociones. Justo en ese instante llegó a su mente una escena muy familiar...

- No estarás pensando en ir¿o sí? – Le preguntó Alia. X guardó silencio y bajó la mirada, lo cual bastó como respuesta.

- ¡Es una locura! – Le gritó angustiada. – Aún no te has recuperado por completo de tus heridas.

- Alia tiene razón, X, en tu estado actual no es conveniente que vayas. – Agregó Signas.

- ¡Ya lo sé¡Pero tengo ir! – Respondió extasiado. – Hawk y Mike son parte de mi unidad, no puedo abandonarlos.

- Pero X...

- Alia, entiéndelo por favor, ellos son mi responsabilidad, no puedo quedarme aquí sin hacer nada. ¡Tengo que ir!

- Me prometiste que no volverías a arriesgarte innecesariamente.

- Lo sé... pero tiempos desesperados exigen medidas desesperadas... principalmente de un oficial al mando. Como parte de mi unidad, su seguridad es lo más importante para mí, no puedo permanecer aquí sabiendo que sus vidas están en peligro...

Alia le dio la espalda a X, intentando ocultar las lágrimas que empezaban a formarse en sus ojos, lágrimas de rabia e impotencia.

- Supongo que no importa lo que te diga o lo que haga, vas a ir de todos modos. Esa es tu forma de ser, siempre haces las cosas a tu manera... – Le reclamó con voz trémula.

- Alia...

Al recordar la obstinación con la que había actuado en aquel momento, la misma terquedad que en esos momentos mostraba Vulture, X se sintió como un idiota. Más aún al recordar la mirada de Alia... Sin embargo sacudió la cabeza rápidamente, no era el momento para recriminarse.

- Vulture... – Dijo pausadamente. – ...Si en verdad te sientes así, supongo no soy quien para detenerte. Sólo te pido que no te arriesgues innecesariamente, no vale la pena jugarle a ser héroe. Si la situación se pone difícil, quiero que salgas de allí de inmediato.

La expresión impasible regresó al rostro de Vulture, mientras asentía en silencio.

- No te preocupes, no tengo intención alguna de que este lugar se convierta en mi tumba. – El cazador alado le dio la espalda a X.

- Capitán X¿qué es lo que debemos hacer? – Preguntó uno de los cazadores a los que Vulture había señalado para que lo siguieran.

- Acompañen a Vulture y ayúdenlo en lo que necesite, pero tengan cuidado, no cometan ninguna locura.

- No tienes que preocuparte por ellos. No permitiré que les pase nada. – Interrumpió Vulture, sin voltear a verle. – Y por cierto, Hawk, Nightshade y los demás están a unos 15 kilómetros de aquí, rumbo al noreste. Será mejor que te apresures, ya perdimos demasiado tiempo discutiendo, no quisiera que les pasara algo malo.

X nuevamente se sorprendió al oírlo.

- ¡Dense prisa! – Ordenó el cazador alado a sus tres nuevos subordinados. Estos acataron la orden rápidamente, no sin antes despedirse de X con el saludo militar. X miró a los tres alejándose en dirección de las zanjas en la tierra.

- ¿Y ahora qué hacemos, capitán? – Preguntó Blues al cabo de un rato.

El líder de la 17 no respondió. Sólo siguió con la vista fija en dirección de Vulture, al mismo tiempo que pensaba en lo que había sucedido en el cuartel general.

"Realmente Alia tiene razón, siempre busco hacer las cosas a mi manera, y frecuentemente no mido las consecuencias de ello." Meditaba con algo de melancolía. "Casi nunca me preocupo por mi seguridad, casi nunca considero los riesgos... A veces no me detengo a pensar en lo que pasaría si yo llegara a faltar..."

Una ráfaga de viento levantó algo de polvo a los pies de X.

"¿Qué sentirían los demás si algo llegara a sucederme¿Qué sucedería con los maverick hunters si yo no estuviera? ...Tal vez Vulture y yo no seamos tan diferentes como yo creía..."


El ojo mecánico del tentáculo mantenía su vista fija en el cazador azul, analizando cada detalle en él a través de múltiples scanner.

"ALTURA: 1.60 m"

"PESO: 57 kg. "

"ARMADURA: ALEACIÓN DE TITANIUM-X ULTRALIGERO"

"ESQUELETO INTERNO REACTIVO"

"REDUCCIÓN DEL 93 DE DAÑO PRODUCIDO POR IMPACTO"

Un par de burbujas ascendieron a través del líquido viscoso, mientras un par de enormes ojos violeta parpadeaban agitadamente.

"SISTEMA DE ACELERACIÓN AUXILIAR INTEGRADO"

"ARMA PRINCIPAL: CAÑÓN DE PLASMA STANDARD CON AMPLIFICADOR DE ENERGÍA"

"SISTEMA DE ARMAS VARIABLES"

A algunos kilómetros de los restos de la aeronave, en el subsuelo, una extraña criatura lo observaba todo. Envuelta en líquido viscoso, encerrada en lo que parecía ser un capullo en el centro de un cilindro que levemente asemejaba el tallo de una planta. Siete apéndices brotaban del cilindro como si se tratara de ramas, en la punta de cada apéndice se abrían bocas de donde emanaban cientos de tentáculos que, como cableado eléctrico, se extendían por el cuadrante, captando y registrando todo. Por un lado el hunter azul y sus compañeros, por el otro, un río subterráneo y un pequeño grupo de reploids esperando azorados, por un tercer lado, un par de individuos ataviados en batas blancas explorando los cimientos de lo que alguna vez fue una estación de bombeo.

En ese momento el scanner detectó algo interesante en el cazador azul.

"PRESENCIA DE DAÑOS EN EL ESQUELETO INTERNO"

"FISURAS EN EL INTERIOR DEL TORSO"

"0.253 mm DE PROFUNDIDAD"

"EFICIENCIA DE ENERGÍA: 69 "

Más burbujas ascendieron a través del líquido, mientras un extraño zumbido que de algún modo asemejaba una carcajada se escuchaba a través de la caverna. "Las cosas se están poniendo muy divertidas", pensó la criatura.


Los pasos del maltrecho robot resonaban por las paredes del túnel. Avanzaba con paso lento y tambaleándose, como si fuera a desplomarse en cualquier momento, varios de sus circuitos chisporroteaban. Con su única pinza transportaba un bloque de hielo, en cuyo interior se observaba el cuerpo de un reploid cuya expresión de asombro, justo en el momento en que lo habían congelado, casi le daba un aire fotográfico.

Súbitamente el hielo comenzó a cuartearse mientras un extraño brillo dorado emanaba de su interior. Antes de que el mechaniloid pudiera darse cuenta, el cubo de hielo explotó, arrojándolo contra la pared del túnel. Zero cayó de rodillas al suelo, respirando agitado, dirigió su vista al autómata, que en esos momentos intentaba reincorporarse.

- Como ves... – Le dijo jadeando. – No soy... tan fácil... de atrapar...

Finalmente el autómata logró levantarse, no sin dificultad, al tiempo que arrojaba su pinza contra Zero.

- ¡Terminemos con esto! – El cazador detuvo la pinza con sus manos y de un potente tirón jaló al robot guardián hacia sí. El voluminoso autómata no pudo hacer nada contra el hunter carmesí, que brincó hacia él y de un feroz puñetazo lo enterró, literalmente, en la pared.

- ¡Ah! ...¡ah! ...espero que con eso ya hayas tenido suficiente.

Los ojos del robot centellaron una vez más, antes de apagarse por completo. Todos sus movimientos cesaron instantáneamente. En alguna parte en el fondo del túnel, un mensaje de alarma resonaba en la misma computadora que todo este tiempo había seguido de cerca las acciones de Zero y del autómata.

"¡ALERTA¡ALERTA! SEGUNDA LÍNEA DE DEFENSA TRASPASADA. INTEGRIDAD DEL LABORATORIO COMPROMETIDA. PROTOCOLOS DE TERMINACIÓN INICIADOS."

Una serie de códigos cruzaron el monitor a una velocidad increíble. La computadora parecía debatirse ante la situación, el intruso había resultado más fuerte de lo que se había calculado, y ante eso sólo quedaba una salida.

"SOLUCITUD APROBADA. INICIANDO SECUENCIA FINAL."

Una serie de compuertas blindadas empezaron a cerrarse en el cuarto donde se hallaba la computadora, al mismo tiempo que un contador en la pantalla de la terminal empezaba a descender rápidamente. La alarma no paraba de sonar.

Zero se arrodilló, tratando de recobrar el aliento. Al fin había conseguido derrotar al guardián, pero la pelea se había salido de su control. Realmente se encontraba agotado.

- Sólo espero que haya sido la última defensa... Francamente, no estoy en condiciones para más diversiones de este estilo... – Se dijo.

Zero volteó hacia el cuerpo del autómata, que seguía incrustado en la pared. Había algo que todavía le molestaba.

"Hay algo que no cuadra en todo esto..." Pensó, mientras desviaba la mirada hacia los fragmentos de hielo que seguían regados en el piso. "Esta máquina tuvo la oportunidad de aniquilarme en aquel momento, entonces¿por qué no lo hizo? Yo estaba indefenso, no le hubiera costado nada dispararme una carga de plasma y terminar conmigo. ¿Por qué sólo se limitó a congelarme en ese cubo de hielo?"

Zero de nuevo miró al autómata, recordando su aspecto gracioso cuando se lo encontró a mitad del pasadizo. Cualquiera que hubiera visto esa clase de ademanes no se imaginaría al robot como una amenaza seria.

"Ahora que lo pienso, este tipo en realidad nunca trató de eliminarme, parecía que su única meta era dejarme fuera de combate. No creo que lo hayan programado para eliminar a sus adversarios, probablemente sólo para contenerlos."

Zero se reincorporó finalmente, caminó, tambaleándose un poco, hacia el robot derrotado.

"Viéndolo bien, esas ametralladoras que encontré al principio del túnel tampoco representaban una amenaza seria, más bien parecían un intento para disuadir a cualquiera de entrar a este lugar."

Zero meditó por unos segundos. Si donde se encontraba era en efecto el lugar que había venido a buscar, entonces no le quedaba duda de quién había colocado esos obstáculos.

"...ya no tengo duda alguna de ello. Sólo a él se le ocurriría poner trampas que no eliminarían a los intrusos, pero que innegablemente harían huir o retroceder a cualquier sinvergüenza o ladrón que se atreviera a entrar."

Zero sonrió irónicamente mientras le daba la espalda al cuerpo del guardián y reanudaba su camino.

- Y aún si hubiera alguien lo suficientemente temerario o lo suficientemente hábil para eludir esas ametralladoras y el gas lacrimógeno, dudo mucho que se atrevería a continuar después de enfrentar a semejante recepcionista. – Se dijo en voz alta, sin dejar de sonreír, mientras miraba al robot de reojo. Después de dar unos pasos se detuvo. - ¡Ja! Sólo a un verdadero demente como yo se le ocurriría continuar después de un encuentro así.

Zero soltó una ligera carcajada, cuando un sonido le llamó la atención, uno muy similar al tictac de un reloj digital.

- ¿Pero qué demonios...?

Volteó precipitadamente hacia el robot guardián, sólo para ver como sus sistemas se habían reactivado y una nueva compuerta se había abierto en su pecho, en la que se asomaba un cronometro en reversa.

"T-00:12" Leyó horrorizado en la pantalla del cronometro.

Nuevamente los ojos amarillos del mechaniloid destellaron, al tiempo que emitía lo que parecía ser una carcajada. El hunter carmesí trató de emprender la retirada, pero la perdida de energía y el daño recibido se lo impidieron. Apenas había logrado accionar su sistema de aceleración cuando la cuenta regresiva llegó a cero. La violenta explosión del autómata provocó un derrumbe en el pasadizo. Antes de ser aplastado por los escombros, el cazador pudo decir unas últimas palabras:

- ¡X¡Tu creador es un desgraciado!

Una irónica lección para cualquiera que se atreviera a entrar a ese túnel: El que un individuo sea pacifista, no significa que no esté dispuesto a tomar medidas drásticas cuando la situación lo amerite.


Las explosiones y el sonido de disparos calcinaban el aire, mientras los restos de la ciudad ardían con furia. El siniestro ejército se habría camino destruyendo todo a su paso, llevando como emblema la marca de la calavera. Casas, edificios, personas, todo era consumido lentamente por las llamas, llamas de venganza engendradas desde el corazón de aquel sabio maldito. Súbitamente una serie de rayos multicolor descienden del firmamento, la gente se regocija al saber que sus salvadores han llegado. El paladín azul y sus aliados se muestran más dispuestos que nunca a detener las ambiciones del sabio demente, pero sus esfuerzos son inútiles contra el último de sus heraldos.

Los primeros en caer son el rey destronado y el rebelde negro, que considerados traidores por el sabio, son masacrados sin piedad por el guerrero de armadura color sangre. El hermano del paladín y el emisario de las estrellas intentan confrontarlo, pero su poder los rebasa, el salvaje guerrero termina poniéndolos contra las cuerdas, obligando al paladín a intervenir desesperadamente con tal de salvarlos. La batalla es épica, memorable, pero la balanza se inclina rápidamente en contra del paladín, éste usa su último aliento con tal de detener al guerrero carmesí, que más que otra cosa parece un demonio... pero al final, todo su esfuerzo termina en rotundo fracaso... El paladín azul es espantosamente desmembrado, sus entrañas vuelan por los aires, la sangre fluye a raudales por el suelo, mientras el cráneo del legendario héroe es aplastado entre las garras del último heraldo.

Todo parecía haber terminado, era el fin del mundo seguramente. El cielo se había oscurecido y ominosas nubes púrpura cubrían el firmamento, cuando un brillante rayo de luz iluminó la ciudad. Las nubes se apartaron abriendo camino al recién llegado, que descendiendo lentamente, con su cuerpo envuelto en un brillo azulino y sus majestuosas alas desplegadas al aire, llegaba a la tierra cual ángel salvador. El demonio carmesí lo miró fijamente, sin dejarse amedrentar por su presencia, aunque un leve escalofrío empezaba a recorrer su espalda. Un hijo de la luz, un ser de igual o mayor poder que el último heraldo, había llegado ante el llamado de auxilio de la Tierra, todo el mundo celebró su llegada... Todos excepto el hermano del paladín. Él fue el primero en darse cuenta de que algo no andaba bien con este supuesto emisario del cielo.

Notó en él una extraña naturaleza dual: Venía envuelto en un ropaje extraño, la mitad de su brillante túnica celeste se encontraba seriamente roída y desgastada. Uno de sus ojos, verde cual esmeralda, reflejaba una pureza y una serenidad comparables a las de un santo; pero el otro, rojo y fulgurante, denotaba malicia y crueldad. Una de sus alas, de plumas blancas y brillantes, claramente pertenecía a un emisario divino, pero la otra, negra y de plumas opacas, parecía más bien pertenecer a un desterrado del paraíso. Por si esto no fuera poco, traía consigo una enorme guadaña, dándole no el aire de un redentor, sino el de un mensajero de la muerte.

El demonio rojo miró sonriente a su nuevo adversario, mientras apretaba con fuerza el mango de su enorme espada, sus largos cabellos se alzaban al viento como si fueran culebras. El ángel exterminador lo miró impasible, preparando su guadaña. Ambos oponentes se miraron fijamente, en ese instante la luz en toda la Tierra desapareció y las tinieblas lo inundaron todo. El brillo que emanaba de sus cuerpos era lo único que alumbraba, uno envuelto en un fulgor rojizo, el otro envuelto en un fulgor púrpura. El mundo entero gritó espantado al darse cuenta de lo que esta batalla representaba, de cuales serían las consecuencias. Finalmente, el ángel de la muerte y el demonio carmesí se lanzaron el uno contra el otro, cual par de bólidos. El impacto fue violento y el estadillo se escuchó hasta los confines de la Tierra. Los pilares de una era se cimbraban...

- ¡Capitán X¡Capitán X! – Gritó Blues, sacudiendo ligeramente a su jefe.

- ¿Eh?

- ¿Se encuentra usted bien? – Preguntó uno de los cazadores que los acompañaba.

- Sí... estoy bien... no se preocupen. – Respondió él titubeando.

Todos los miembros del equipo se habían extrañado al ver como X repentinamente había caído en un estado de trance. Después de que Vulture y sus hombres se marcharan, el capitán de la unidad 17 había permanecido mirando hacia la nada por varios minutos, sin responder a los llamados de nadie, como si su mente estuviera perdida en otro lugar. No era algo normal que él presentara ese tipo de comportamiento. X por su parte, también se hallaba confundido, sentía como si hubiera estado soñando despierto, esa extraña sucesión de imágenes que súbitamente habían aparecido en su cabeza no parecían tener ningún sentido... Y sin embargo, algo en toda esa extraña visión no dejaba de inquietarlo, era como si ya lo hubiera vivido antes...

"¿Qué diablos fue todo eso?" Se preguntaba.

- Y bueno, capitán¿qué hacemos ahora? – Preguntó Blues, todavía preocupado por la condición de su jefe.

- Tal vez... tal vez lo mejor sea informar a la base de todo esto.

- ¿Pero cómo? – Preguntó uno de los hunters.

- El aparato del Dr. Koi. – Respondió X, rápidamente.

- ¿Pero usted cree qué funcione? Ya lo intentamos con todas las frecuencias disponibles en nuestros transmisores y no hubo respuesta alguna. Las comunicaciones simplemente no funcionan.

Lo sé, pero es lo único que nos queda. – Dijo X mientras encendía el pequeño aparato colocado en la sien de su casco. El mencionado dispositivo tenía la forma de una caja de metal ovalada de color negro, su tamaño no era mayor al de una caja de fósforos.

En el pasado, X había leído algo sobre el trabajo del Dr. Koi. Mucho antes de dedicarse a la investigación de virus y programas informáticos, el científico había diseñado mecanismos de infiltración y espionaje para uso del ejército y la policía. Entre ellos un sistema de comunicación que aprovechaba ondas electromagnéticas de frecuencia y longitud variables para efectuar la transferencia de datos. De acuerdo con el Dr. Koi, no importaba que tipo de interferencias hubiera en el ambiente, el aparato encontraría la frecuencia y la longitud adecuadas para efectuar la transmisión. Este sistema había resultado tan eficaz que incluso la unidad de fuerzas especiales lo empleó durante la guerra contra la Repliforce para efectuar labores de inteligencia. Al parecer, el artefacto que el Dr. Koi había entregado a X era una versión mucho más avanzada, la cual incluso podía detectar fuentes de perturbaciones electromagnéticas.

- Bueno, por algo debe estar respaldada la fama del Dr. Koi. – Se dijo X, mientras intentaba sintonizar la frecuencia de la base de los maverick hunters.


- ¡Teniente Alia¡Comandante Signas¡Vengan rápido¡Estoy captando algo!

- ¿Qué es Target? – Preguntó Alia aproximándose.

- ¡Es una transmisión del cuadrante 12F5877!

- No... ¡No puede ser...! – Exclamó Alia con los ojos muy abiertos.

- ¡De prisa, Target! Abre un canal de comunicación. – Ordenó el comandante supremo.

- ¡A la orden!

La novata tecleó algunos comandos, unos segundos después, empezó a sonar por los altavoces del centro de mando la voz de alguien, opacada por una frecuente y molesta estática, que no dejaba escucharle con claridad.

- "...llaman... cuartel... maver... unter, repito... ando... cuart... maverick... unter... quí e...ks... hemos... caliz...do... nav...xped... destrucción...tal... extra... no hub... ...vivientes... Nightshade... tripulación... funci... activ... parti... presencia... extrañas marcas... suelo... cercanos... ...mpacto... requeri... Vulture... me dirijo a... locali... ...shade... probablemente ...refuerzos...e copian... ambio..."

Tras esa serie de palabras ininteligibles, la transmisión se cortó. Pese a la estática, todos en el centro de mando pudieron reconocer la voz de X. Se le oía alterado, nadie comprendía que era lo que estaba sucediendo exactamente, pero algo era claro, al parecer la situación en el cuadrante 12F5877 se había tornado bastante difícil.

- Tal vez estén en peligro. – Dijo Alia, preocupada.

- Target, intenta responder al mensaje. – Dijo Signas.

- No puedo, la conexión se cortó por completo. Hay algo aquí que impide reanudarla.

- Espera, Target, déjame ayudarte. – Dijo Alia, tomando asiento en su propia terminal.

Las dos navegadoras empezaron a teclear rápidamente, intentando reanudar la comunicación, pero al cabo de un par de minutos ambas se detuvieron abruptamente. Por sus semblantes, parecía como si hubieran corrido una maratón en sólo 5 minutos.

- Es inútil... – Dijo Alia, exasperada. – Hay demasiada interferencia, es como si hubiera una muralla alrededor del cuadrante que interrumpiera las comunicaciones.

- Esto no tiene ningún sentido. – Comentó el Dr. Koi. – Se supone que el dispositivo puede filtrar cualquier tipo de interferencia de origen natural. Para que la transmisión se haya interrumpido de ese modo...

- ...Significa que la interferencia es artificial, alguien más la debe estar provocando. – Completó Alia.

Maestro y alumna se miraron entre sí seriamente, asintiendo al mismo tiempo. Al parecer, sus sospechas empezaban a confirmarse.

- Esperen, estoy captando otra señal. – Interrumpió Target. – También viene del cuadrante 12F5877... y al parecer de nuevo pertenece al capitán X.

- Debe estarla transmitiendo el sensor en la cámara. – Comentó el científico.

- ¿Cómo es eso? – Preguntó Signas.

El sensor y la cámara envían señales por separado del transmisor, a una frecuencia del espectro mucho más baja. Fue diseñado así para impedir, o por lo menos dificultar, que el enemigo interceptara las comunicaciones en su territorio. – Explicó el Dr. Koi.

- Ya veo... Alia, Target¿creen que puedan poner la transmisión en pantalla?

- ¡Lo intentaremos! – Respondió la teniente, que intentaba mostrarse ecuánime, aunque en su interior la preocupación no disminuía.


- ...¿Me copian¡Cambio! Cuartel maverick hunter, aquí X¡respondan¡Cambio! – X finalmente desistió, fastidiado. Por más que había intentado, no había conseguido concretar la conexión con el cuartel. - ¡Demonios! – Se dijo con frustración.

- Tal parece que el aparato del Dr. Koi tampoco sirvió de mucho. – Dijo Blues, algo decepcionado.

- Sí, así parece...

- ¿Y entonces qué haremos, capitán?

- Sólo nos queda una cosa por hacer: Debemos ir por Nightshade y los demás. Ya perdimos demasiado tiempo. ¡Andando! – Ordenó al tiempo que emprendía la marcha.

- ¡A la orden! – Los demás hunters lo siguieron, pero al cabo de unos pasos, X se detuvo abruptamente.

- ¿Pero qué...¿Qué significa esto!

- ¿Qué sucedió, capitán?

- Es el dispositivo... está captando señales demasiado intensas... ¡Vienen de la misma dirección en que Vulture señaló que se encontraba el grupo de Nightshade!

- ¿Pero qué podrán ser? – Preguntó Blues, confundido.

- No lo sé, pero algo no está nada bien aquí. Estás señales... ninguna corresponde a la firma de energía de los miembros de la expedición... y para poder detectarlas a esta distancia significa que se trata de algo muy grande... ¡Oh¡No!

X inmediatamente activó sus propulsores, ante la sorpresa de los otros cazadores.

- ¡De prisa¡No hay tiempo que perder!

- ¡Espérenos, capitán! – Le gritó Blues, al tiempo que él y los demás miembros del equipo de rescate accionaban los propulsores en sus botas, tratando de darle alcance, todavía confundidos por su violenta reacción.


- ¡No lo hagas, Mike! – Exclamó Hawk.

- ¡No puedes hablar en serio! – Le dijo Nightshade.

- Nunca antes había hablado más en serio. Lo lamento, realmente no quisiera hacerlo, pero es la única manera.

- Pero Mike, lo que usted propone es un suicidio seguro. – Le dijo Cid, espantado. – Usted mismo dijo que este lugar está a punto de derrumbarse. Si esos seres no lo eliminan, seguramente esta caverna lo hará.

- Lo sé... – Dijo Mike, bajando la mirada con pesadumbre. – Pero desgraciadamente, es la única forma en que ustedes podrán salir con vida de aquí.

- ¡Pero eso no significa que tu tengas que sacrificar la tuya! – Le gritó Hawk, su mirada parecía la de un niño al que sus padres acababan de comunicar la muerte de un ser querido, como una mascota, un familiar... o un amigo. Mike le sonrió con tristeza.

- Hawk, si algo he aprendido del capitán X durante los años que he estado en la unidad 17, es que un maverick hunter siempre debe estar dispuesto a sacrificar su vida por la seguridad de otros.

- ¡Pero Mike...!

- Hawk, es lo que debo hacer, no hay marcha atrás...

- ¡Eso no es cierto¡Debe haber otra salida! – Le gritaba el novato desconsolado. El piloto del Centurión le miró melancólicamente, aunque sin dejar de sonreír, luego volteó en dirección del río.

Nightshade y Hawk observaron como empezaba a preparar la ametralladora y el lanzagranadas de la Ride Armor, al mismo tiempo que activaba el escudo de energía. La expresión en su cara era extraña: La palidez de su rostro era equivalente a la de un condenado a muerte a punto de enfrentar al pelotón de fusilamiento, mientras que sus ojos irradiaban una increíble valentía.

- "No me importa si tengo que encarar a la muerte de frente. No me importa si ésta me mira a los ojos y me sonríe. Nada me daría más gusto que morir, si con ello logro salvar la vida de mis compañeros. Ese debería ser el lema de todo maverick hunter." – Dijo Mike con solemnidad, al tiempo que regresaba su mirada hacia Hawk. – Eso fue lo que dijo el capitán Zero en su discurso de bienvenida el día que yo ingresé a la organización. Tú seguro lo conociste Hawk, era un gran líder, quizá tan bueno como el capitán X.

Hawk asintió en silencio.

- Esas palabras se quedaron grabadas en mi memoria. De toda la información en mi banco de datos, quizá ese discurso sea lo más importante, y el capitán X me lo confirmó varias veces con su valentía y coraje. – La determinación en los ojos de Mike se acentuó. - No importaba cual fuera el riesgo, él siempre anteponía el bienestar de otros al suyo, aún si estuviera en desventaja, siempre encaraba de frente el peligro con tal de salvar a los demás.

Mike miró de nuevo hacia el río, esta vez con expresión aguerrida.

- Por esa razón tengo que hacer esto. Desgraciadamente, esta armadura es lo único que puede salvarlos, y yo fui elegido para pilotearla, eso me da una responsabilidad. Es mi deber, trata de entenderlo Hawk, por favor.

- Pero... Mike...

- Hawk... – Nightshade interrumpió a Hawk, en su expresión se veía una tristeza similar a la del novato. – Él ha tomado su decisión, no podemos hacer nada para disuadirlo, sólo nos queda seguir con su plan.

Hawk apretó los dientes y bajó la mirada, apenas conteniendo el deseo de llorar. Mike le miró de reojo, tratando de ocultar su propia melancolía.

- Será mejor que iniciemos con esto... – Dijo el profesor Cid con desazón. – El río se está agitando cada vez más. Esas cosas deben estarse impacientando.

- Capitana...

- ¿Sí, Mike?

- Sólo le pido que me haga un favor.

- Él que sea, Mike.

- Dígale a Douglas que el Centurión es una maravilla, la mejor Ride Armor que he piloteado en toda mi vida, sin duda debe estar orgulloso de ella... Es una pena que no pueda devolvérsela, dígale que me siento muy mal de que su "bebé" no haya sobrevivido a la prueba de fuego.

Nightshade sonrió con tristeza, sin apartar su ojos del cazador de la 17..

- No te preocupes, Mike, yo se lo diré.


- ¡Maldición! Esas señales se vuelven más erráticas. – Comentaba X, sin dejar de avanzar.

- No lo entiendo, capitán¿hacia dónde nos dirigimos¿Y por qué tanta prisa? – Preguntó Blues.

- Tal parece ser que Nightshade y su grupo accidentalmente encontraron al asesino que está buscando Vulture. – Respondió X.

- ¡No puede ser!

- ¡Demonios!

- ¡Debemos apresurarnos¡Antes de que sea demasiado tarde! – Urgía el cazador azul a sus hombres, sin saber de la criatura en el subterráneo que no había parado de seguir sus movimientos. Esta ya tenía planes para él, planes verdaderamente macabros... Aunque tampoco era la única que seguía de cerca las actividades del líder de la 17, había más gente monitoreándole, mas las intenciones eran bastante distintas de una persona a otra...


- No lo entiendo, teniente... Parece que el capitán X y los otros están moviéndose¿pero hacía dónde se dirigen? – Se preguntaba Target, observando la pantalla.

- No lo sé... pero parecen ir siguiendo la fuente de esas señales. – Comentó Alia.

Finalmente las dos navegadoras consiguieron poner la transmisión en el monitor principal del centro de mando. Las mismas imágenes que la cámara de X captaba en el cuadrante, las mismas que se reproducían en la base de los cazadores. La transmisión no era perfecta, la imagen se descomponía constantemente y no había sonido ni forma de devolver la comunicación. Y aunque al parecer, X y los demás miembros de su equipo estaban a salvo, la situación permanecía tensa.

- Esto no me gusta en lo más mínimo. – Le comentaba el Dr. Koi a Signas. – Algo en esas señales debe haber perturbado mucho al capitán X, tengo un mal presentimiento sobre esto.

- Yo también, todo esto se sale cada vez más de nuestro control. – Signas miró intranquilo hacia una de las terminales, donde se reproducían las señales de energía que el dispositivo que traía X había detectado. - ¿Usted cree que estén relacionadas con las que originalmente detectamos en ese cuadrante?

- No lo sé... pero esperemos que los integrantes de la expedición estén a salvo.

Por su parte, las dos navegadoras trabajaban desesperadamente, intentando corregir los problemas en la transmisión.

"...esto no puede estar sucediendo de nuevo..." Se decía Alia mentalmente, sin apartar la mirada de los datos en su terminal. Aunque podía observar la situación de X en el monitor, no había nada que pudiera hacer para ayudarle. Se hallaba sufriendo un deja vu, recordó el incidente en el campo militar, en el cual X estuvo a punto de morir, sin que ella pudiera hacer algo al respecto...

"De nuevo estoy aquí sentada y no puedo brindarle ningún apoyo... �¿Por qué siempre sucede lo mismo! Me siento tan inútil..." Sin embargo, las palabras que el Dr. Koi le dijera antes no habían abandonado su mente. Rápidamente sacudió la cabeza, alejando todo pensamiento fatalista, su mirada nunca antes había mostrado tanta fiereza.

"¡Ya es suficiente de todas estas ridiculeces!" Pensaba. "Ya es hora de que deje de sentir autocompasión y empiece a actuar, el Dr. Koi tiene razón, lo que en este momento X necesita es de mis habilidades como navegante. Ya me he lamentado demasiado... Él necesita mi apoyo y debo dárselo, no importa qué... pero para ello, necesito concentrarme en romper está maldita interferencia de una vez por todas."

Sus ojos brillaban con intensidad al tiempo que tecleaba en la terminal, esta vez más decidida que nunca.

- Target, si queremos brindarle apoyo a X y al equipo de rescate, debemos reestablecer las comunicaciones cuanto antes. ¡No pierdas tiempo!

- A... a la orden, teniente.

"X, no me importa lo que esté sucediendo en ese cuadrante, no voy a permitir que nada ni nadie te dañe. Yo te protegeré, así sea lo último que haga..."

Lo que Alia no sabía, ni imaginaba, era que Target se hallaba tan angustiada como ella por lo que estaba sucediendo en la zona muerta, aunque sus motivos eran diferentes...

"No... ¡No!"

La aprendiz miraba espantada la información en el monitor, había reconocido a primera vista la firma de energía que el dispositivo del Dr. Koi estaba registrando.

"P-pero es imposible..." Pensaba aterrada. "Esto... tiene que ser una c-coincidencia... n-no puede ser que ese prototipo aún siga con vida."


Contrario a los maverick hunters, los otros individuos que seguían de cerca la pista de X se hallaban bastante complacidos. Un insecto mecánico sobrevolaba el cuadrante, su pequeña cámara captaba todo con detalle, dando una vista panorámica de lo que sucedía...

- Debo deshirlo, tu... "protegidou" se ha mostrado bastante eficazzzz... – Masculló la bestia, observando la imagen en la pantalla.

- ¡Je! Te lo dije. Sólo es cuestión de tiempo para que se deshaga de los cazadores.

- Hhhh... Aún asssíiiii... la interrvencsioun de X era algo no previsto...

- Tal vez... Pero yo no me preocuparía mucho por ello... Aún si consiguiera derrotarlo, te aseguro que no saldrá nada bien librado del combate.

Isoc miró hacia el monitor, donde se apreciaba la borrosa imagen del cazador azul y su grupo. Si bien, los problemas con la interferencia en la guarida de la bestia eran idénticos a los de la base de los cazadores, y las imágenes captadas por el insecto se distorsionaban continuamente, ello no parecía importarle mucho a sus espectadores.

- Como te dije antes. – Continuó. - Hydra es alguien verdaderamente excepcional, él se encargará de aniquilar a todos esos molestos maverick hunters, uno por uno, sólo hay que darle tiempo.

- Eshperro, por tu bien, Isoc, que tengas razón. No quisierra que esa molestia azul se enterrarra de mis planes antes de tiempo...

La criatura no paraba de mirar con desprecio al líder de la 17, sus ojos inyectados parecían hincharse más cada vez que los posaba sobre él. Jadeaba y se relamía por dentro, imaginando el tortuoso castigo que le había preparado y el momento en que habría de ejecutarse. El anciano reploid, por su parte, prefería ignorar los jadeos de su acompañante, mantenía la mirada en el monitor sin voltear hacia el monstruo a su lado, después de todo, ya tenía sus propios planes en mente.

- Por cierto, me sorprende la tecnología que haz implementado en este lugar. Normalmente la interferencia provocada por Hydra bloquearía cualquier intento de transmisión dentro o fuera de ese cuadrante. Debes poseer tecnología muy avanzada.

La bestia volteó irritada hacia Isoc, los comentarios del científico no parecían hacerle gracia.

- No te hagas el tonto conmigo, Isssoc... Sé muy bien que reconoces eshta tecnología. Es la misma que tú y ese científico, Gate, usaban en sus transmizcionesss... Por algo fue que los maverrick hunterrs no los descubrieron sino hasta mucho después de haberse iniciado la crisis del Nightmare...

Isoc sonrió despreocupadamente. A pesar de su imponente y grotesco aspecto, la bestia en realidad no le inspiraba temor alguno.

- Me sorprende lo mucho que has investigado en tan poco tiempo. Por todo lo que sabes sobre las guerras maverick, pareciera que llevas despierto mucho más tiempo que sólo un par de semanas.

- ...hhhh... ¿Y qué te hace pensar que no lo he estado?

Las palabras de la criatura sorprendieron a Isoc. Al notar la expresión en el rostro del científico, la bestia procedió a explicar, sonriendo maliciosamente.

- Gate... Él tenía un excelente bancou de inforrrmación...

- ¿Qué...¿Quieres decir...¿Quieres decir que lo que provocó esa falla generalizada en el laboratorio, no fue el ataque de Sigma, sino tú?

- Así esss...

La criatura le dio la espalda al anonadado reploid, apartándose un poco de él.

- Mi conchienchia renació en el momento en que ese maldito atacó su laboratorio... hhhh... Su inmunda presencia fue suficiente para desperrtarmeee... – La bestia miró de reojo al reploid anciano. - Despertarme de la prisión donde túu me colocaste, Isssoc.

Una gota de sudor artificial pareció resbalar por la frente del científico, que se veía bastante nervioso en ese momento.

- Desgraciadamente. – Prosiguió la criatura. – Mi cuerpou había sido destruido, necesitaba recobrar mis fuerzas... Asssí que, tras alimentarme de toda la información que contenían sus terminales, incluyendo tus arrchivous clasificados y los de Gate, aproveche el ataque de Sijjma para provocar la descarga... Después de eso, permanecí hibernando, hasta el momento de estar listo para ejecutar mi venganzzaaa...

- Ya veo... – Fue lo único que Isoc pudo decir, aún no salía de su asombro.

- Y eshe día está muy pronto...

- ¿En serio? ...no me digas. –Isoc empezó a acercarse lentamente a la bestia, que seguía de espaldas. Lentamente introdujo una mano en su bata.

- Síiii... Una vez que destruya a X, ya nada se interpondrra en mi caminou... Entonces podré completar mi misión original.

- ¡Ja! Me esperaba que dijeras eso.

Isoc había extraído de su bata lo que parecía una jeringa, ya se preparaba a inyectar a la criatura cuando un tentáculo los sujetó súbitamente de la cintura. Sin voltear a mirarlo, la bestia lo azotó violentamente contra la pared. Isoc ni siquiera se había repuesto del golpe, cuando otro de sus tentáculos se acercó peligrosamente a su rostro, con la punta ya transformada en una enorme aguja.

- Serra mejor que no vuelvas a intentar algo como esso... – Le dijo.

- S-sí. – Musitó el científico, soltando la jeringa.

Apenas lo hubiera hecho, la bestia lo jaló furiosamente hacia él, acercándolo a su rostro.

- ¡PORRQUE SI LO VUELVES A HACERR, TE HARÉ TRIZASSS! – Le gritó con los ojos inyectados de sangre, para después estrellarlo contra el suelo.

Isoc aceptó el castigo sin defenderse y a duras penas trató de reincorporarse, no era prudente oponer resistencia. La bestia aún mantenía su tentáculo alrededor de su cuerpo, cualquier movimiento en falso y la criatura le proporcionaría un choque eléctrico... o algo peor.

- ¡Que te quede claro, Isoc! – Le decía la bestia mientras lo observaba levantarse. – Yo no soy como Sigma o como otrro de tus títerres... A mí nadie me manipula... así que si instentasss traicionarme, te irrá muy mal. – Y para amedrentarle más, todavía añadió. - No olvides que la obra maestra de tu vida me la debes a mí, yo te di las herramientas que necesitabasss para terminarla... Es másss, si no fuera por mí, ni siquierra estaríash vivo en estos momentos...

Habiéndose reincorporado, Isoc miró al monstruo con algo de desdén, aunque mantenía la cabeza gacha.

- Sí, lo recordaré...

La bestia retiró el tentáculo que lo envolvía y le dio la espalda de nuevo.

- Issoc, serrá mejor que te deshagas de todas esas ilusiones de conquista mundial... Todo eso passsó a la historia junto con tu cuerpo humano... No lo olvides, deshde que aceptaste a la semilla del abismo dentro de tu cuerpo, te convertiste en uno de nossotrosss... Como tal, debesss cumplir con tu misión...

- Eso ya lo sé. – Mascullaba el reploid anciano, con la cabeza gacha y apretando los puños, difícilmente ocultando su enojo. Después de algunos segundos en silencio, regresó su vista hacia la criatura.

- Por cierto, hay algo que me tiene intrigado.

- ¿De qué se trrata...?

- Ese virus con el que infectaste a X... ¿Qué es exactamente? Porque está claro que no se trata de ninguna de las variantes del virus Zero o el Sigma, tampoco del Nightmare.

La bestia sonrió malignamente...

- No... porrr supuesto que no... tú y yo sabemos que ese rreploid es la única máquina en todo este planeta que no puede ssser infectada por ninguna variante del virrus Progeny... Él es el único completamente inmune a convertirse en lo que ahorra llaman maverrick...

- Pero entonces¿qué es ese virus que le implantaste¿Cuál es el propósito de infectarlo con algo así?

La sonrisa en la deforme boca de la bestia se amplió, gozaba con pensar en lo que pronto sucedería.

- Ese virrus es un regalo especial que tengo para X... Tú sabesss bien que él ha sido el único, aparte de Duo, que ha conseguido derrotarme... Mi orgullo no me permitirría vivir sabiendou que he sido venzzzido por una máquina tan insignificante, oriunda de un planeta tan primitivo como esste... Debo destruirlo, y debo hacerlo de una forma por demás dolorosa...

Isoc escuchaba atentamente, las palabras del monstruo cada vez le llamaban más la atención.

- La mejor forma de destruir a cualquier enemigo es deshde adentrou, y ese es el propósito del virrus... Este ya ha comenzado a actuar, poco a poco empezará a introducirzze en la mente de X, sacando a flote sus temores más ocultos, sus recuerrrdos más profundos y oscuroussss... dañando lentamente su memoria y su mente, destruyendo su programa de inteligencia artificial y alterando su percepción de la realidad... Llegará un momento en que ya no sabrrra que es real o que es alucinassion, al mismo tiempo que su mente y su conciencia se desvanecen... al final, serrá víctima de sus más profundos temores, y quedará sumido en el terror absoluto... antes de que el virusss lo borre por completo, dejándolo convertido en poco más que un cascaron vacío, un vegetal sin mente... incapazzz de hacerr nada para detenerme... Esa será su mayor humillación... ja, ja, ja...

La bestia soltó una carcajada, complacida por su plan. Isoc le dio la espalda, al tiempo que se acercaba a la pantalla.

- Tal vez te estás precipitando. – Dijo en voz baja. - No creo que algo tan insignificante como un virus bomba de tiempo pueda destruir a X. Necesitarás algo con mucho más poder que eso...

Probablemente el semblante de Isoc nunca reflejó tanta seriedad como en aquellos momentos, mientras pensaba para sí.

"Después de todo, no creo que estés del todo conciente de que tan peligroso puede ser ese pedazo de chatarra azul causa problemas..."

Isoc empezó a recordar el momento más aterrador de su vida anterior: El momento en el que se enfrentó a la muerte cara a cara. Nunca olvidaría esos horribles ojos...

La explosión lo había dejado completamente aturdido. Aún se sorprendía de haber conseguido escapar de la nave antes de que estallara. Apenas logró divisar la puerta del pasadizo de escape, corrió hacia ella a toda velocidad, ni siquiera había recobrado completamente el sentido, sólo sabía que debía escapar de las garras de ese androide azul. No tuvo tiempo de llegar a la puerta, ya que esta voló en pedazos por causa de una descarga de plasma. Al regresar su vista hacia el humo, observó la silueta del androide, la nefasta máquina que Light había construido a fin de equiparar a su prodigioso demonio asesino... Apenas le alcanzó a ver por unos segundos, ya que la silueta desapareció en el humo.

El anciano retrocedió unos pasos, tratando de ubicar al robot con la vista.

- ¿Dónde estás maldito¿Dónde te encuentras! – Le gritó para amedrentarlo.

En ese instante escuchó una corriente de aire pasar detrás suyo. Al voltearse a mirar, recibió un tremendo puñetazo en la mandíbula, lanzado desde un costado suyo.

- Ese golpe fue por mi hermano Rock…

El científico tosió un poco al tiempo que escupía la sangre que se aglomeraba en su garganta, su amargo sabor le provocaba la sensación de estarse asfixiando. El golpe no sólo le había dejado en el suelo, sino que también le había tumbado todos los dientes naturales que le quedaban. Con dificultad, levantó su vista hacia el androide, su aspecto en verdad era temible, la oscuridad del laboratorio le daba un aire todavía más macabro. Trató de levantarse y emprender la huida, pero el robot le jaló por la bata y lo volteó hacia él, para después estrellarle el puño en la boca del estómago, sacándole todo el aire del vientre y forzándole a lanzar un nuevo escupitajo de sangre.

- Y eso fue por Protoman... – Prosiguió el androide con frialdad, mientras el anciano caía a sus pies, adolorido, apenas logrando mantenerse consciente.

Lo que más le extrañaba al científico era la voz del androide, era completamente distinta a la de la primera vez que le había escuchado. En aquella ocasión poseía una extraña calidez, un timbre que parecía denotar humanidad, algo que la hacía sonar como si se tratara de la voz de un verdadero ser humano y no de una simple imitación... Ahora sonaba fría y metalizada, como la de cualquier otra máquina...

El viejo ni siquiera tuvo tiempo de meditar sobre ello, ya que, aún estando en el suelo, el androide le dio un puntapié, rompiéndole las costillas. El científico lanzó un sonoro alarido, pero el robot se mostraba indiferente a su dolor.

- Por Bass... – Dijo, mientras sujetaba al anciano y lo reincorporaba, torciéndole un brazo en el proceso, casi al punto de rompérselo también. – Por King...

Nuevamente lo giró de un tirón, conectándole otro puñetazo, esta vez rompiéndole la nariz.

- Por Duo...

El científico a duras penas trataba de mantenerse en pie, cuando el androide lo sujetó por los hombros y lo miró fijamente a los ojos. Ahí, el anciano pudo contemplar la visión más aterradora que jamás hubiera visto, dibujada justo en los ojos de esa máquina, que por momentos casi parecía una persona.

- Y esto... ¡Es por mí! – Gritó furiosamente el androide azul, antes de conectarle un cabezazo al científico.

El intenso dolor que el anciano experimentó en ese momento era inconmensurable, perdió el sentido temporalmente y retrocedió tambaleándose hasta caer de espaldas justo frente a una terminal de computadora. Apenas recobró el sentido miró al androide azul, que seguía parado frente a él, sin moverse, mirándolo con una frialdad inconcebible. Trató de incorporarse apoyándose en la consola, con su bata raída y sucia, su rostro manchado por finas líneas de sangre, apenas podía mantenerse en pie.

Entonces el androide azul comenzó a caminar hacia él, el científico hizo una mueca de espanto, levantó su mano derecha haciéndole una seña para que se alejara. A pesar de la oscuridad, el viejo alcanzó a vislumbrar el rostro del robot, ese rostro casi humano, adornado por esos insensibles ojos propios de una máquina. Esos aterradores ojos... Esas aterradoras pupilas color sangre... Ni siquiera los ojos de Zero le habían provocado un terror tan intenso... Pensó entonces en lo similares y a la vez distintos que eran Zero y el androide azul, el rostro de Zero también era frío e insensible, y su mirada era la propia de un asesino, pero a pesar de eso, por lo menos en su rostro podían percibirse los desvaríos propios de un desquiciado. En cambio, en la mirada de X no había nada... No sólo en su mirada, su rostro entero era un témpano de hielo, de él no escapaban emoción ni sentimiento alguno, era un vacío absoluto, un vacío espantoso... El vacío propio de la muerte.

- Por... por favor... ten piedad... – Suplicó débilmente.

- ¿Piedad...? – Preguntó X, con su voz mecanizada. - ¿Por qué habría de tener piedad contigo? Tú fuiste quien ocasionó todo esto. ¿Sabes la cantidad de inocentes que han muerto por culpa tuya?

El científico no respondió, estaba aterrado. ¿Cómo una máquina que por momentos parecía un ser de carne y hueso podía al mismo tiempo mostrarse tan insensible y tan espantosa al mismo tiempo? Era como si en vez crear a una criatura que emulara en todo aspecto al ser humano, Light hubiera diseñado a un monstruo alejado de toda condición humana...

- No... ¡NO! ...Tú no eres un salvador como el te describió... no eres un ángel como ese tonto de Duo decía... tú eres la muerte... ¡eres la encarnación de la misma muerte!

- Todo terminó. – X levantó su cañón de plasma, sin inmutarse por los desvaríos del científico.

- ¡No!... ¡Espera!... ¡te lo suplico!... – Gritó él desesperado. No era la primera vez que se había visto amenazado de esa manera, hubo una ocasión en la que Rock también había intentado dispararle. Sin embargo, aquella vez no sintió temor alguno, ya que sabía que, sin importar lo que Rock dijera, no se atrevería a lastimarlo. Después de todo, el científico sabía leer el rostro de sus enemigos, en especial los ojos, los ojos de Rock denotaban una calidez e inocencia propias de un niño, aún si disparaba, su programación y las tres leyes actuarían en ese momento, y el daño sería mínimo, sin ninguna herida fatal... En cambio, los ojos de X carecían por completo de esa calidez, carecían de emociones en los absoluto, eso lo volvía completamente impredecible, una verdadera incógnita, lo que hacía peor la situación para Wily, ya que el comportamiento X no estaba regido por ninguna de las leyes de la robótica... Nada le impediría asesinarlo.

- Es tu fin...

- ¡NOOOOOOO!... – El alarido del científico resonó en toda la fortaleza, junto con el estallido de la explosión de plasma...

...Lo que más aterraba a Isoc de aquel recuerdo eran los ojos de X, esos espantosos ojos, completamente fríos y carentes de emoción alguna. El sólo pensar en ellos todavía le provocaba escalofríos...

Isoc miraba las imágenes del cazador azul en la pantalla, al parecer, mientras la bestia y Isoc discutían, el grupo de rescate se había topado con una desagradable comitiva de bienvenida.

"Definitivamente no sabes que tan peligroso y aterrador es él... Si lo supieras, no dejarías su destrucción encomendada a un insignificante virus... El único que podría destruir a un ser tan espantoso sería otro igual de espantoso... Alguien tan demoníaco como Zero..."


- OK... ¡Ahora¡Háganlo ahora! – Gritó Mike al tiempo que lanzaba una granada contra el río subterráneo. Tras la explosión, las criaturas emergieron del río, algo desorientadas. Mike entonces llamó su atención con una lluvia de metralla y de granadas.

¡Es ahora o nunca¡Hawk, llévate a BOB y al profesor Cid! – Ordenó la capitana arrojando un par de dardos.

- ¡A la orden!

Hawk se apresuró a tomar con los brazos de su Ride Armor a Cid y a su maltrecho asistente, al tiempo que él y Nightshade emprendían la retirada a toda velocidad. Algunos de los seres gelatinosos los detectaron en su intento de escape e inmediatamente se lanzaron sobre de ellos.

- ¡No¡No lo harán! – Apenas detectó que un grupo de criaturas cambiaba de blanco, Mike les cortó el camino arrojándoles un par de granadas. A pesar de que logró eliminar a la mayoría, unas cuantas sobrevivientes continuaron en persecución de los cuatro reploids.

- ¡No permitiré que salgan de este lugar! – Decía el piloto del Centurión, que inmediatamente empezó a cargar poder en el cañón láser de la armadura.

Mientras escapaban, Nightshade alcanzó a divisar a las criaturas que se habían separado de su grupo e iban tras de ellos.

- ¡Oh¡oh! Parece que tenemos compañía. – Dijo, al tiempo que les lanzaba una serie de dardos.

Hawk trató de apoyarla disparándoles con su propio cañón de plasma, sin dejar de avanzar lo más rápido que los propulsores de la Ride Armor le permitían. A pesar de que lograron eliminar a unas cuantas, las que quedaban extendieron sus tentáculos y comenzaron a lanzarles violentos latigazos.

- ¡No lo lograremos! – Decía el profesor Cid, aterrado.

- ¡Claro que sí! No pienso dejar que estas malditas nos asesinen. – Decía la cazadora, sin dejar de lanzar dardos.

A pesar de ser veloz por naturaleza, Nightshade no podía competir con una Ride Armor y rápidamente quedó rezagada. En eso, un tentáculo alcanzó a sujetar su pierna y la tumbó al suelo.

- ¡Maldición! – Gritó.

- ¡Capitana! – Antes de que los entes voladores le dieran alcance, Hawk detuvo la Ride Armor y saltó de ella, extendiendo sus alas y volando hacia las criaturas, aniquilándolas con su cañón de plasma.

- Gracias Hawk, eso estuvo muy cerca. – Dijo la capitana mientras el novato le ayudaba a levantarse.

- Ahí vienen más. – Dijo Hawk, mirando hacia el túnel. – Son demasiadas para Mike, no podrá solo contra ellas... – Dijo lamentándose.

- Tienes toda la razón, Hawk... – Aprovechando que el novato había desviado la mirada, Nightshade preparó un dardo en su mano derecha. – Hawk, quiero pedirte un favor.

- ¿Qué pasa capitana?

- Quiero que le entregues a Douglas el mensaje de Mike... y que me despidas de Hanzo y Galdford... y de X, Alia y los demás.

- ¿Pero por qué me pide eso, capi...? – Hawk ni siquiera había terminado de voltear hacia ella cuando Nightshade le clavó el dardo en el cuello.

- ¿Ca... �¡Capitana! – El novato gritó desesperado al tiempo que sus pupilas se dilataban. Miró asombrado a la cazadora, que le sonreía con tristeza, antes de desplomarse inconsciente al suelo.

El profesor Cid, que acababa de descender de la Ride Armor, quedó anonadado al ver lo sucedido.

- P-pero, capitana... ¿Por qué...?

Nightshade no le dio tiempo de formular la pregunta, inmediatamente corrió hacia los entes gelatinosos que ya se acercaban y les arrojó una serie de dardos, para después brincar sobre ellos y rebanarles con su cuchillo de energía.

- ¡Profesor, no hay tiempo¡Tomé la Ride Armor y llévese a BOB y a Hawk de aquí! Hawk está bien, lo inyecté con un tranquilizante, despertará en unos minutos.

- ¿P...p-pero y usted?

- Yo me quedaré a apoyar a Mike¡salgan de aquí mientras puedan! – Les ordenaba ella, batallando con los tentáculos.

El asombrado profesor, que ya no sabía que decir u opinar, sólo se limitó a acatar la orden. Rápidamente trepó a la cabina del mecha, y tras sujetar a BOB y a Hawk en los brazos, se apresuró a salir del lugar. Una vez se fue, Nightshade, empezó a abrirse camino a través de la caverna, en dirección de Mike.

"Anthon, estos desgraciados fueron los responsables de tu muerte. ¡No permitiré que ninguno de ellos salga de aquí con vida! Los eliminaré a todos... y después moriré. Me uniré contigo en el otro mundo, Anthon, no volverán a separarnos de nuevo, nunca más..."

Esos eran los pensamientos de la reploid, al tiempo que reventaba y rebanaba a cada criatura que hallaba a su paso.

Por su parte, el piloto del Centurión se hallaba en bastantes aprietos. La marejada de seres gelatinosos que se aglomeraba a su alrededor era incontenible, las granadas le habían ayudado a mantenerlas a raya, pero estas ya se habían agotado. Apenas si podía defenderse con la metralleta y el escudo de energía.

- ¡Sólo un poco más...¡Sólo un poco más...! – Se decía mientras verificaba la carga de energía en el cañón láser.

Los tentáculos no paraban de dejar su marca en la armadura, incluso el propio piloto había recibido un latigazo, dejándole una marca en medio rostro.

- Ya casi lo tengo... – Repetía, soportando el dolor.

Justo en ese momento, las municiones de la ametralladora se agotaron.

- ¡Oh no!

Las criaturas aprovecharon para sujetar la armadura, listas para comprimirla, cuando una serie de dardos las golpeó, dejándolas convertidas en un charco de gelatina.

- ¿Necesitas ayuda, Mike?

- ¿Capitana? – El cazador se sorprendió al ver a la oficial. - ¿Pero qué hace usted...?

- ¡No pierdas tiempo en preguntas necias! – Le dijo, sin cesar el ataque. – ¡Sólo concéntrate en el plan!

- E-entiendo... – Dijo Mike, al tiempo que separaba la ametralladora del brazo del Centurión, liberando el cuchillo de energía y regresando al ruedo.

- ¡El cañón ya está listo! – Dijo tras un par de segundos.

- ¡Entonces no esperes más¡Dispara!

- ¡A la orden!

Nightshade se acercó a la Ride Armor, sin parar de lanzar dardos.

- Mike, lamento no poder cumplir con mi palabra.

- No importa, capitana, me da gusto morir peleando al lado de alguien como usted.

- A mí también, Mike, a mí también.

Tras mutilar a un par de entes, Mike apuntó el cañón hacia la zona del río de donde parecían emerger, de la boquilla del arma emanaba un intenso brillo.

- ¡Ahora verán mal nacidos!

El disparo del arma fue tan feroz como un relámpago, toda la caverna se estremeció. Inmediatamente después el túnel se desplomó por completo, las rocas no tardaron en aplastar a los extraños entes. El profesor Cid apenas tuvo tiempo de salir por el mismo hueco por donde habían entrado.

Una vez afuera, depositó a BOB y a Hawk en el suelo, para después bajar de la Ride Armor. Caminó lentamente hacia la entrada del túnel, nunca antes había sentido tanta pesadumbre.

- ¡Oh! Capitana Nightshade... No... – Se lamentó.

- ¡Ah! ...¿Qué...¿Qué me paso...? – Hawk empezó a recobrar el conocimiento, no tardó mucho en recordar lo sucedido. - ¡Oh, no¡Mike¡La capitana Nightshade!

Hawk se apresuró a levantarse y corrió hacia el profesor Cid, que no apartaba su mirada del túnel.

- Profesor¿qué sucedió con Mike y con la capitana?

- Lo... lo lamento mucho, Hawk... De verdad lo lamento... – Respondió el científico con aflicción.

Esa respuesta bastó para que el novato cayera de rodillas al suelo, con el rostro completamente pálido.

- No... ¡Maldición¡No!...�¡MALDICIÓN! – Gritó, a la vez que golpeaba el suelo con los puños, dejando marcados un par de pequeños cráteres.

Hawk recordó aquel momento en el campo Midgar, el que marcó su salida de los Birds of Prey.

"Nuevamente fallé... le fallé a mis superiores, tal como en aquella ocasión que les falle a mis hermanos..." Pensaba con dolor. "Si tan sólo no hubiera dejado escapar a ese maverick, el comandante Beef seguiría con vida... Y ahora he fallado de nuevo, permití que Mike y la capitana Nightshade murieran... Les fallé a ellos, así como a Vulture y al capitán X... Fue mi culpa."

- Fue... fue mi culpa... – Se dijo bajando la mirada, al tiempo que comenzaba a llorar. – Si tan solo... si tan solo fuera un mejor cazador... si tan solo fuera un mejor soldado... todo es mi culpa... Vulture tiene razón... ¡Soy un cobarde!


Poco a poco, la muerte empezaba a arremolinarse en el cuadrante 12F5877, absorbiendo todo a su paso, como una vorágine. Sin embargo, lo peor apenas estaba por comenzar... ya que el ángel de la muerte está a punto de despertar, y la verdadera pesadilla comenzará entonces...

...Una figura encadenada a una cruz de concreto y acero, con la mirada perdida y el rostro pálido... y una enorme guadaña atravesando su pecho.

...Una figura partida en dos y tumbada en el suelo, las piernas y el abdomen tiradas por un lado... el resto del torso completamente carbonizado.

...Una sombra envuelta en una maltrecha capucha, el viento desprendiendo algunas plumas de sus alas negras, sus ojos rojos brillando en la oscuridad como los de un depredador...

La sombra voltea a vernos con una sonrisa maliciosa, su rostro nos es familiar...

- La oscuridad se acerca...

Fin del capítulo 11

Notas del escritor:

Bien, después de meses, años, décadas, siglos y milenios sin actualizar, finalmente he terminado este capítulo. Sé que en estos momentos muchos de los lectores deben estar deseando asesinarme por la enorme demora, pero créanme que todo tiene explicación. Sé que a algunos puede parecer una mala excusa, pero desgraciadamente mis responsabilidades, tanto escolares como familiares, han aumentado mucho en los últimos meses, razón por la cual he tenido que dejar todos mis proyectos en "stand-by". Pero no se preocupen, que no tengo pensado dejar nada de lo que empecé inconcluso, y así me tomen cien años más, pienso terminar esta historia.

Por otra parte, aprovecho para aclarar un par de puntos que, sin duda, pueden llegar a provocar confusión en algunos lectores en los próximos capítulos. Primero que nada: X NO es el megaman original (Rock). Esto lo aclaro pues mucha gente cree (de manera errónea) que X es Rock, cosa que no sólo NUNCA se ha dicho, sino que además, dada la información OFICIAL presentada por Capcom, resulta MUY POCO PROBABLE que así sea, pues toda la evidencia apunta a que se trata de dos personajes completamente distintos. El otro punto que quería aclarar viene relacionado con el anterior, y se trata del personaje de Blues, que como pueden imaginar, no es el Protoman original de la serie clásica, de hecho, su verdadero nombre es Breakman YY (pero no lo llamen así, ya que como notaron en el capítulo anterior, detesta ese nombre). Por si lo sospechaban, en efecto, este personaje fue diseñado basándome en Protoman¿la razón? En primera, quería hacerle un pequeño homenaje a este personaje de la serie clásica, que aparte de ser (junto con Duo, King y Bass) uno de mis favoritos, también se le podría considerar como el origen de todo, al ser el primer robot diseñado por los doctores Light y Wily. En segunda, simplemente me pareció que sería gracioso ver al "Protoman" del siglo XXII como el hermano menor del "Megaman" del siglo XXII. Y bueno, si analizan detenidamente sus personalidades, podrán darse cuenta de que, realmente, X no se parece mucho a Rock (Rock siempre fue alegre y entusiasta, X en cambio, es un melancólico de primera ) del mismo modo como YY no se parece mucho a Protoman (YY es casi "el alma de la fiesta", Protoman en cambio, siempre fue muy serio y retraído).

Otro punto a aclarar es sobre uno de los flash back que aparecen a lo largo del capítulo, y que seguro al leerlo muchos de ustedes han de haber pensado "¿y este de cuál fumó?" ...Aunque viéndolo bien, todos los flash back de este episodio están algo fumados, pero eso no es lo importante. Lo importante es que hay uno en particular que se destaca de entre los demás, en cuanto a la forma como la narrativa se presenta. Bueno, ese pequeño flash back originalmente no iba a incluirse en este capítulo, pero es un pequeño servicio de publicidad gratuita voluntaria para mi hermano, el Hittokiri Battousai Oni, que recientemente comenzó a escribir un fanfic de Megaman con un concepto muy particular (y que seguro a algunos fans del RPG como a mí les encantará) y que espero puedan ver pronto por la red. Ya yo les avisaré cuando mi hermano lo termine (si es que se decide a terminarlo), pero por ahora sólo les digo que estén al pendiente.

Como pudieron notar, este ha sido el capítulo más largo de todo el fanfic y también el más conflictivo (tuve que rescribirlo como unas tres veces antes de quedar satisfecho con él). Espero que lo hayan disfrutado. Como pueden ver, aquí he dejado varios puntos clave, tanto sobre el rumbo que la historia está por tomar, como sobre la identidad de la bestia, que supongo a estas alturas, ya varios han de haber imaginado quién... o mejor dicho, qué es este sujeto en realidad (y si no, jueguen el penúltimo juego de la serie clásica de Megaman y se darán cuenta de lo que estoy hablando).

Como no tengo más que comentar, me despido por el momento, deseándoles lo mejor y esperando que aún sigan interesados en leer esta humilde historia escrita por un sociopata con tendencias maníaco-depresivas y una terrible adicción por la Coca... Cola. Esperen la próxima actualización, que ojalá y no tome tanto tiempo como esta.

Have a nice millennium!