Disclaimer: HP --JK; Guilmains, Nora,Mark... -- Nigriv y Mahe
Hola! soy Mahe de nuevo (tranquilos que mañana le toca a Nigriv) ¿Qué tal? Espero que todos bien y que estéis disfrutando del fic. Por lo que veo en los reviews, os estáis decantando por Hermione o Mahe (me parece curioso... muy curioso, porque en el foro Mahe caía mal a pesar de todo y aquí os cae bien, jeje) Bueno, reviews:
Kata: ¿quieres saber lo que sigue con desesperación? jejejeje. Pues nada, aquí tienes el capi de hoy en el que se van a descubrir varias cositas... ; )
Celina: tu review es del capi anterior con lo que eso deque estás deseando ver que pasa en Hogsmeade, no sé si es que no leíste aún la pelea o que esperas algo más en la visita a la villa. En fin, que la verdad es lo que tú dices, Mahe se precipitó al contarle pero también es que ella esperaba que al menos la escuchase, no lo esperaba tan tajante. Digamos que la desesperación por hacer algo, le impulsó a contar.
Seika: ¿Odias a Hermione? jeje. Bueno, no es nuestra intención que la odieis pero... la verdad es que se está comportando un poquito mal.
Jarlaxe-Bregan: sabía que a ti te gustaría seguro el capi al ver lo "traviesa" que se ha vuelto Hermione para poder meterte más con ella, jeje.Mira que te gusta poco : D
Marc: ciertamente, nadie la cree, ni nadie la creerá porque no tiene pruebas. Pero habrá que buscar esas pruebas, no? ; )
Bueno, ffnet ha estado dando error toda la tarde pero ahora que por fin funciona, voy a aprovechar para subir el capi de hoy. Como siempre, gracias a todos por vuestro interés y por seguir leyendo el fic aquí en ffnet! ; )
CAPITULO 40: Revelaciones inesperadas
(Por Mahe)
Snape entró en la clase como de costumbre, mirando con aire despectivo a los alumnos. Daba igual si eran de primero o de séptimo, de Gryffindor o de Hufflepuff, mientras no fueran Slytherins los trataba como si fueran torpes hurones pero al ser ésta una clase especial, se encontraban reunidos alumnos de las cuatro casas con lo que se hacía más patente el favoritismo a la casa de la serpiente. Se acercó a la pizarra y con un movimiento de varita, aparecieron los ingredientes para la poción que tenían que practicar ese día.
- Si saben leer, echen un vistazo a la pizarra y les recomiendo que comiencen a preparar sus pociones -dijo fríamente- Esta poción es una de las más complejas que verán en este curso y no me extrañaría nada que ninguno de ustedes la completase. Comiencen. Tienen dos horas y serán evaluados.
Michael miró a Mahe que estaba sentada a su lado, ambos pusieron una expresión de resignación ante las amenazas de Snape y se concentraron en sus calderos. Varios asientos más allá, el trío se miraba con la misma expresión y se dispusieron a realizar el trabajo. Mahe miró la pizarra y leyó los ingredientes: realmente era una poción complicada pero se sentía segura, sabía que podría hacerla. Desde siempre se le habían dado bien las pociones, aunque no sabía por qué, pero se dispuso a preparar los ingredientes y cortar las raíces. Snape paseaba entre los alumnos poniéndolos más nerviosos de lo que ya estaban. Sabía que les atemorizaba y eso era algo que le gustaba provocar porque así les hacía trabajar bajo presión. En la clase, sólo se escuchaban los pasos del profesor y cuando los alumnos soltaban algún utensilio sobre las mesas. Ni una sola voz, ni una sola palabra. El ambiente en la clase de pociones siempre era tenso. Al cabo de un buen rato, pasó por la mesa donde estaba sentada Mahe.
- Mi poción está lista, profesor -dijo la chica.
Snape la miró con incredulidad y se acercó al caldero. La poción estaba terminada y completa. Estaba perfecta y en un tiempo que hasta al mismo profesor le sorprendió. Volvió a mirar a la chica, sacó su varita y con un golpe en el caldero, hizo desaparecer el brebaje.
- Repítala.
Mahe miró el caldero vacío y abrió la boca asombrada por lo que había hecho el profesor. Levantó la mirada y le observó mientras avanzaba por entre las mesas. ¿A qué había venido eso? Sabía que su poción estaba bien. Levantó la mano y carraspeó.
- ¿Algún problema, señorita Guilmain?
- Quería saber qué problema ha encontrado en mi poción porque pienso que estaba correcta.
- Piensa que estaba correcta... oh, ya veo -dijo en un tono de voz seco- ¿quién es el profesor de pociones para decir eso, usted o yo? repítala.
Mahe le miró con odio. Se lo estaba haciendo aposta pero no se iba a quedar encima de ella. Los alumnos miraban disimuladamente la escena temerosos de que sus pobres pociones fueran a desaparecer también de sus calderos y tuvieran que comenzar otra vez pero alguien estaba disfrutando con la escena: Hermione la miraba de reojo y sonreía. Mientras, Harry seguía concentrado en su caldero. Mahe mantuvo durante un rato la mirada sobre el profesor pero no dijo nada más y se preparó de nuevo. Poco después, volvió a tenerla lista, levantó la cabeza y miró a Snape. Este, nuevamente sorprendido, se volvió a acercar a ella y al igual que había hecho la primera vez, hizo desaparecer el contenido del caldero con un movimiento de la varita. Mahe no podía creer lo que estaba pasando.
- Repítala -dijo Snape de nuevo
- Pero... ¡¿POR QUE?! -levantó la chica la voz totalmente indignada- la he hecho dos veces y ¡usted sabe que estaba correcta!
- ¿La ha hecho dos veces? ¿de veras? -preguntó mirando el caldero- pues yo veo su caldero vacío. No hay rastro de que la haya hecho ni una sola vez.
El rencor que Mahe estaba acumulando en su interior hacia aquel hombre estaba llegando a extremos insospechados. Snape se giró con una sonrisa maliciosa en su rostro dejando a Mahe de nuevo boquiabierta. Haría la poción una tercera vez, sí, pero esta vez el profesor no conseguiría salirse con la suya, la poción se quedaría hecha. Esta vez, Harry sí levantó la cabeza y fijó su vista en la chica: sabía lo que tenía que estar sintiendo al ser el punto de mira de Snape, él lo había sufrido en muchas ocasiones y no era nada agradable. Hermione parecía feliz mientras echaba los ingredientes en el caldero. A duras penas, el resto de los alumnos intentaban terminar sus brebajes los cuales tenían un aspecto tan extraño que no se parecían nada a lo que les había mandado preparar. Snape disfrutaba con la cara de temor que algunos, aún después de tantos años, mostraban cuando le veían acercarse. Mahe volvió a terminar la poción por tercera vez. Cuantas más veces la hacía, más rápido le salía. Se levantó y Snape se giró hacia ella.
- Listo... por tercera vez -dijo la chica cortante
Snape estaba asombrado, realmente la chica tenía dotes para las pociones porque efectivamente volvía a estar correcta pero le gustaba ponerla a prueba y por tercera vez le volvió a hacer lo mismo, dejó el caldero vacío.
- ¿Y su poción, señorita Guilmain? no la veo
Mahe se metió la mano en el bolsillo de la túnica y sacó un vial. Esta vez no la pillaría desprevenida.
- Aquí está profesor Snape -dijo mostrándole el vial- aquí tiene la poción.
La expresión de Snape estaba entre la indignación por el descaro de la chica y la sorpresa por su picardía e inteligencia mientras Mahe trataba de disimular una leve sonrisa de satisfacción al ver al profesor desconcertado. Esta vez había ganado ella la partida pero de pronto, Snape levantó su varita y dijo:
- ¡Evanesco vial!
Y el vial desapareció de entre los dedos de Mahe
- ¿Dónde estaba su poción? -preguntó Snape con un tono inocente. La chica no podía creerlo, ya era demasiado, era totalmente injusto lo que estaba haciendo con ella- Prepare la poción, señorita Guilmain.
- No -contestó rotundamente. Los alumnos levantaron la cabeza al escuchar a la chica responder tan tajantemente al profesor.
- Repita... la poción -volvió a decir el profesor. Se le estaba agotando la paciencia pero a ella no menos.
- ¡No! -volvió a contestar. Snape se acercó a ella amenazante.
- Le he dicho... ¡qué repita la poción!
Mahe le miró a sus fríos ojos negros y sin atisbo de temor y con la sequedad con la que ella podía hablar a veces, le dijo:
- Repítala usted.
Y cogiendo sus cosas, se dirigió hacia la puerta ante el asombro de compañeros y del propio profesor por la osadía demostrada. Hermione chasqueó la lengua, se le había acabado la diversión mientras Harry sonreía disimuladamente al ver el valor y coraje que Mahe había demostrado al encarar a Snape.
- ¡Guilmain, está castigada!
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Mahe subió por las escaleras corriendo a la segunda planta, hacia el despacho de su madre y sin ni siquiera llamar, abrió la puerta ante la sorpresa de ésta.
- ¡Mahe! ¿qué pasa? -preguntó sorprendida- ¿no tenías clase de pociones?
- Pociones... -dijo despectivamente tirando sus libros a una de las sillas- mamá ¿sabes lo que me ha hecho ese hombre? me ha obligado a repetir la poción tres veces, ¡TRES VECES! y él sabía perfectamente que la primera vez ya estaba correcta. Por supuesto que lo sabía, lo vi en su cara. -la chica paseaba nerviosa por la habitación mientras su madre la miraba sin saber que decir- Pero ¿quién se ha creído que es ese tipo? -continuó descargando su furia- Amenaza a los alumnos, los intimida y encima es que ¡disfruta con ello! ¡es odioso!
- Mahe, es tu profesor, no puedes hablar así de él -recriminó Guilmain.
- Pero es que ¡es verdad, mamá! –gritó- ¡es odioso, es un prepotente! ¡con esas pintas de murciélago que lleva! es un...
- ¡Mahe! ¡más respeto a tu profesor! -gritó también su madre
- ¿Más respeto? - preguntó extrañada- ¿te parece bien lo que ha hecho?
- ¡No puedes tratarlo así delante mía, Mahe! -respondió sulfurada
- No me lo puedo creer -dijo la chica mirando a su madre como si mirase a un extraño y elevando cada vez más el tono de voz- he venido aquí buscando el apoyo de mi madre, ¡no a la profesora Guilmain!
Virginia se quedó paralizada por las palabras de la chica, realmente la hirieron. Aunque no se lo propusiese, a vecessabía como hacer daño.
- Y es tu madre quien te está hablando -dijo Guilmain con un tono tembloroso de voz por el comentario hiriente de su hija.
- Pues no lo parece -dijo la chica rabiosa apoyándose sobre la mesa- no entiendo porque defiendes a ese tipo después de como se comporta con todos, después de lo que me ha hecho. Es que no entiendo por qué lo defiendes, ¡ni que fuera mi padre!
- ¡Es que es tu padre!
Guilmain se llevó la mano a la boca al darse cuenta de lo que había dicho, del secreto que había revelado. Mahe se quedó paralizada, casi sin respiración, entornó los ojos y miró a su madre.
- ¿Có...cómo? -acertó a decir con un hilo de voz. Virginia la miró, ya lo había dicho y era inútil negarlo ahora, tenía que confirmárselo.
- Todo lo que te conté sobre tu padre tiene un nombre y ese nombre es... Severus Snape.
La chica sintió como se mareaba con la noticia y tanteando donde se encontraba la silla a su espalda, se dejó caer en ella. Estaba pálida y confundida, apenas sentía el aire en sus pulmones. Su madre la miraba fijamente y le embargó una sensación de tristeza por la reacción de su hija y por la rabia contenida por habérselo dicho en aquellas circunstancias y de aquella forma.
- Mahe...
La chica no reaccionaba, sin duda, había sido un duro golpe para ella. Saber que su padre era una de las personas a las que más odiaba en ese momento no era precisamente gratificante y habérselo dicho de esa forma tan directa y sabiendo que ella no estaba pasando por un buen momento porque se encontraba prácticamente sola en todo Hogwarts, se lo hacía más duro. Levantó la vista lentamente hacia su madre. Esta sabía del genio que tenía la chica y temió sus palabras pero Mahe sólo susurró
- ¿Cuándo pensabas decírmelo?
Guilmain calló: que no reaccionase a gritos era lo peor que podía pasar. Eso significaba que la rabia, el rencor y el odio que sentía los estaba guardando en su interior. De pronto, como si despertase de un mal sueño, la chica miró a su alrededor recobrando la consciencia de donde se encontraba, se levantó como pudo y se dirigió hacia la puerta.
- Mahe... ¡espera! -gritó Guilmain- por favor, Mahe, ¡lo siento! no tenía que habértelo dicho así.
La chica estaba de espaldas a ella, con la mano puesta sobre el manillar de la puerta escuchando las palabras de disculpa de su madre pero el daño ya estaba hecho. Sin decir nada, abrió la puerta de golpe y se quedó paralizada al ver quien se acercaba dispuesto a entrar. Era Snape. Se cruzaron las miradas cargadas de resentimiento, cada cual por un motivo distinto. La chica comenzó a sentir el coraje en su interior y, antes de cometer alguna imprudencia, se fue corriendo por el pasillo.
A ver, las apuestas: uummm... casi todos pensabáis que el padre era Sirius! jeje. Pues no, es el murciel... perdón, el profesor Snape; ) Una duda del fic despejada aunque no termina aquí esta relación padre-hija, nada de eso, con lo rencorosa que es Mahe y lo orgulloso que es Snape, pueden saltar chispas : s Hasta mañana!
