Hola UP´s, qué tal? soy Mahe. Como siempre, agradeceros que sigáis ahí al otro lado del ordenador ; ) Respuesta a los reviews.
Stiby: tu review entró ayer justo cuando lancé el capi así que por eso no te contesté. Pensaba "si actualiza o le da al truquillo en la barra del explorador, se encuentracon el capi de hoy" pero creo que no lo viste. La relación de Virginia y Snape es un tanto... rara, sí, pero ¿qué relación no puede ser rara estando Snape por medio? (creo que Guilmain me puede matar ahora mismo)En cuanto a que si se reconcilian, ¿a quién te refieres? a Hermione y Mahe? (dificil veo eso) o Harry y Mahe? ( más quisiera ella) Bueno, ya irás viendo cómo van estos tres...
Parotida: ¿qué tal tu fic? Me alegro que te gustaran los capis aunque no sepas por qué no dejabas review, jeje. Los sentimientos de Snape, muy fuertes, tú lo has dicho. Imagínate para aguantar a semejante hombre, jejeje.
Celina: ¿tenías a Snape como opción para que fuera el padre? que pena no haberlo comentado, hubiera estado genial saber que cosillas te llevaron a pensar eso a parte del pensamiento de Mahe en la clase de pociones. Gracias por venir un ratito a leer a pesar de las ocupaciones. Besos también desde Córdoba.
Kata: te hizo gracia la explicación de lo que es Heineken? jejeje, pues si vieras la de frases hechas y "refranes mágicos" que tenemos! ya te iremos soltando alguno que otro en nuestros comentarios, seguro. ¿Te acordabas del castigo? bueno, sí es verdad que fue un poquito pronto pero... vienen tantas cosas que lo mejor era quitarlo de en medio en seguida, jeje.
Seika: por Merlín,que a una merodeadora le hayamos hecho que le agrade aunque sea un poquitín Snape, es todo un halago : )Pero haces bien en no fiarte mucho (Mahe Guilmain tampoco se fia ; ) ) Por cierto, buena observación con respecto a la poción que inventó en el castigo, sí señorita ; ) No digo nada más que peligra mi cabeza.
Marc: Creo que Snape se quedó bastante más sorprendido de lo que esperaba con respecto a la habilidad de Mahe con las pociones y también con sus pensamientos. Pero nocreas que va a dejar de darle caña a la chica, para nada. Snape es Snape ; )
LaUrYDaRkAnGeL: no te preocupes, que a Mahe Guilmain la queremos más de lo que crees pero quien sabe, hay amores que matan... (que mala soy, jeje)Y en cuanto a que te pareces a ella... entonces también te pareces a mí ; )
En fin, este capi es un poco de transición, para relajar un poquito el ambiente antes de que siga la tormenta así que no os sorprendáis si cuando terminéis de leer os quedáis pensando que dónde está lo interesante. No todo puede ser acción y peleas, no? ; )
CAPITULO 47: Soledad del corazón
(Por Mahe)
Estaba sentada en la sala común. No había nadie ya que todos los alumnos habían ido a ver el partido de Quidditch entre Hufflepuff y Slytherin. Supuestamente, ella debería estar allí también para ver el tipo de juego del equipo de las serpientes para cuando tuviera que enfrentarse a ellos en el próximo partido pero no tenía ni fuerzas, ni ganas. Se había sentado en un sillón cerca de una de las ventanas desde donde contemplaba las montañas que rodeaban Hogwarts y parte del lago mientras el sol se reflejaba en la superficie haciendo brillar la gran extensión de agua como si tuviera pequeñas lucecitas parpadeando encendidas. Se sentía triste y sola, aunque realmente necesitaba esa soledad para poner en orden sus ideas pero ello no significaba que no echara de menos el saber que podía contar con alguien.
Desde la pelea en Hogsmeade con Hermione, la mayoría de los alumnos le habían retirado la palabra y la miraban de forma extraña. La rabia que sintió aquel día y que le llevó a decir a Hermione todo lo que intuía en ella, le había costado caro. Incluso en su propia casa, le habían dado la espalda. Pero, sinceramente, lo prefería así a tener a su alrededor gente siendo hipócrita con ella: la falsedad en las personas era algo que no soportaba. Solo Michael y la pequeña Nora se mantenían cerca, sólo ellos eran sinceros aceptándola tal cual era, no importándole lo que hubiese pasado y realmente eso era algo que agradecía.
Se sentía pequeña en aquel castillo tan grande y rodeada de tanta gente que no quería su compañía. Estaba su madre, sí, pero estaba resentida con ella por haberle ocultado la identidad de su padre y por haberle negado que él lo sabía. Un suspiró escapó de sus labios y cerró los ojos. "No puedo culparla. Habrá sido muy difícil también para ella el no saber como decírmelo" , trató de excusarla pero aún así no podía evitar sentir rencor por lo ocurrido.
Subió las piernas al asiento y se quedó acurrucada mirando por la ventana, apoyando su cabeza de lado en el respaldo del sillón. Sentía un vacío profundo en su interior porque de entre todas las cosas que le afligían, la que más le mortificaba, la cosa que le hacía sentir más hundida era Harry. Le dolía su silencio, su aparente indiferencia. "Mi única razón positiva para venir aquí" recordó que había dicho y sonrió tristemente. Llevaba días, semanas, meses ya, sintiendo por él lo que hubiese querido evitar sentir por todos los medios. Sabía que él la veía solo como a una amiga, aunque a veces había percibido algo diferente pero siempre terminaba pensando que eran imaginaciones suyas. "Mahe, no te engañes. Solo crees ver el reflejo de lo que tú sientes" se decía una y otra vez. Pero después de todo lo que había pasado, ya dudaba de que incluso la viese como amiga. Le hubiese gustado tanto poder acudir a él para desahogarse y contarle lo de su padre que la idea de no haber podido hacerlo le quemaba el alma. Era la única persona con la que realmente se sentía a gusto, con la que quería estar pero no parecía recíproco. Volvió a suspirar y miró de nuevo el lago dejando que su mente se evadiera en los pocos recuerdos buenos que tenía desde que llegó a Inglaterra aunque le hicieran daño, pues esos pocos recuerdos eran con él. La nostalgia le hizo evocar su antigua casa, su vida anterior, sus amistades... Asintió a sus pensamientos y se levantó a por un pergamino y su pluma.
"Querida Samantha,
¿Cómo te encuentras? Siento no haberte escrito en todo este tiempo pero sabes lo que ha supuesto para mí llegar aquí y amoldarme a mi nueva vida. Aún así, me acuerdo de ti cada día, amiga.
Quisiera decirte que estoy bien, que me va fantásticamente, que tengo muy buenos amigos y que me siento querida pero... te estaría mintiendo y en cuanto leyeses mis palabras, sé que no me creerías. Me conoces demasiado bien. Todo ha sido difícil desde que llegué. Me estoy enfrentando a cosas que no esperaba, cosas que me están haciendo sentir extraña. He avanzado bastante en la magia antigua y ahora puedo percibir más claramente y evaluar a las personas. Pero eso ha hecho que haya notado en alguien un sentimiento tan negativo que por querer advertir y prevenir a otra persona, le he alejado. He alejado a Harry Potter de mi vida. Ay, Sam, si le conocieras... He intentado con todas mis fuerzas no sentir nada pero no puedo. Desde el primer presentimiento que tuve mientras le tomaba de la mano un día para darle ánimos después de que hubiese visto un recuerdo de sus padres, me di cuenta de que no podría detener lo que despertó en mí. Y ahora, por advertirle que su mejor amiga está albergando algo oscuro en su interior, lógicamente no me ha creído y ha dejado de hablarme. De hecho, prácticamente toda la escuela me ha dado la espalda. Así que aquí estoy, sola, deseando que cada día se haga noche para intentar dormir y no pensar y cuando no lo consigo, deseando que cada noche se haga día para poder verle y, con suerte, cruzar la mirada con él y poder perderme en sus ojos aunque sea un instante.
Tengo muchas más cosas que contarte. Cosas que te dejarían con la boca abierta, secretos revelados después de tantos años que ahora se escapan a la compresión. Realmente, mi vida ha cambiado.
Espero poder escribirte en otro momento contándote que todo ha mejorado. Lo espero de corazón. Cuídate mucho, alma, que yo también lo haré. Besos.
Mahe"
Releyó la carta y temió preocupar demasiado a su amiga pero siempre que escribía lo hacía con el corazón y eso impregnaba a sus palabras la intensidad con la que las sentía. Pero eran muchos años de amistad y la comprendería. Plegó el pergamino y tras un último vistazo al lago, salió de la sala hacia la lechucería.
Los pasillos estaban aún en silencio, los alumnos debían estar todavía en el partido. Mientras andaba resonaban sus pasos por el corredor siendo su única compañía. Llegó a la lechucería y observó las pocas lechuzas que en ese momento había. "Habrán salido a cazar" pensó. En medio del débil ulular, se fue acercando a una de ellas pero de pronto, una lechuza blanca llegó volando hasta posarse en su brazo asustando a la chica momentáneamente. Cuando la lechuza dejó de batir sus alas y Mahe pudo mirarla, sonrió.
- Tu eres Hedwig
La lechuza ululó y se acercó a ella dándole un picotazo cariñoso como muestra de que había acertado.
- Te pediría un favor pero tendrías que ir muy lejos y no creo que a tu dueño le gustase.
Hedwig emitió un sonido de disgusto y Mahe la acarició.
- Lo siento - miró con tristeza a la lechuza- pero no quisiera tener más problemas con él. Demasiado lejos está ya.
Hedwig miró a Mahe con sus ojos ambarinos y volvió a levantar el vuelo. La chica vio como se posó en una de las vigas más altas y sintió que hasta la lechuza se había molestado con ella. Suspiró y se acercó a la que primeramente había visto que ululó contenta de haber sido finalmente la elegida. Ató el pergamino a su pata, le indicó su destino y la llevó hasta la ventana por donde salió volando. La chica se quedó mirando el batir de las alas hasta que la perdió de vista. Entonces, se giró y miró a Hedwig que se había dado la vuelta, dando la espalda. Se acercó a los pequeños contenedores con comida lechucil y la llamó:
- Hedwig, ven -la lechuza ululó pero no le hizo caso- Hedwig... por favor, no te enfades tú también conmigo.
Y como si hubiese notado la tristeza de la chica, desplegó sus alas y voló de nuevo hacia ella. Se volvió a posar en su brazo y Mahe comenzó a darle la comida. Se mantuvo acariciando las blancas plumas durante un rato, gesto que Hedwig agradecía con suaves ululatos. Cuando hubo terminado de darle las chucherías, se despidió.
- Si viene tu dueño, dile que le echo de menos.
Salió de la lechucería y se encaminó hacia su torre. Tenía que haber terminado el partido porque los gritos de los alumnos ya estaban acercándose desde el campo. Aligeró un poco el paso para no tener que cruzarse con nadie pero no lo consiguió...
Ea, pues mañana sabremos a quien se ha encontrado ; ) ¿Alguna opción? jeje. Hasta mañana!
