3º Capítulo: Una relación entre sombras
-¡Ayayayayayayay! ¡para ya!- Gritaba Sonic.
-Pero mira que eres quejica... ¿acaso Knuckles se ha quejado?- Dijo Tete-chin al curarle la herida de la ceja a Sonic.
Señaló al equidna, sentado con cara de paciencia, vendado de la cabeza a los pies.
-¿Cómo se va a quejar si le has vendado hasta la boca?
Tete-chin sonrió, Knuckles se empezó a quitar algunas vendas.
-Ya me he cansado, pensé que lo de jugar a los médicos era otra cosa...
-Si es que parece que te hayas peleado con Persi...- Comenzó Tete-chin. -por cierto, ¿dónde se habrá metido? ¡Persi, deja mis cortinas en paz!
Persi estaba subida en lo alto de una cortina gritando que se aburría.
-Joder, qué peligro tiene la pantera...- Murmuró Sonic.
Al lado de Sonic se puso Zorro, empezó a tocarle con un dedo el golpe del brazo y a preguntarle si le dolía, Sonic gritó, entonces Zorro se subió sobre la mesa y empezó a reír diciendo que él, Zorro the Hedgehog, era mejor, más rápido, más fuerte, más guapo, y se puso un tanga en la cabeza, con una chaos emerald en la mano gritando "chaos control 69", haciendo movimientos raros, hasta que cayó de la mesa, Knuckles miró de reojo a Sonic.
-¿Cuales eran los motivos que me explicaste por los que debemos estar con esta panda de pirados?
Sonic no respondió, ambos sabían que con la colaboración de ellos sería más fácil encontrar las chaos emeralds, Kewing y los demás ya estaban en ello, y hablando de él, fue el primero en aparecer por la puerta, su firme semblante, decidido, les hizo saber que tenía otra esmeralda. Tete-chin corrió hasta la puerta del Mama-sama HQ a recibirle.
-¿Qué tal?- Preguntó la chica erizo marrón.
-Je, chupado,- Kewing sacudió su katana -aunque... a... aaa... ¡atchús! creo que me he resfriado...
Tete-chin sonrió pícaramente, poniéndose un gorro de cocinera.
-¡Voy a preparar una sopita de pollo para todos para que nadie más se resfríe!
Todos miran en helado terror...
-¿Qué pasa?- Dijo Tete-chin indignada -Ya no me peta la cocina...
-¿Harás algo comestible?- Preguntó Talis desde su espalda.
-¡AH!- Tete-chin se asustó -¿quieres dejar de aparecer de repente?
-Lo que yo no entiendo cómo Mama-sama te deja su HQ...- Sonrió Talis desviando la mirada.
-Si no me lo ha dejado, pero como salió esta mañana con el Eggie Carrie a perseguir a Eggman...
Sonic intentaba hacer mutis por el foro, huyendo de la peña de fans, pero desde su espalda trepó Persi mostrándole las uñas.
-¿Dónde vas, erizo azul? tenías que decirme donde anda mi Sombrita...- Persi se refería a Shadow.
*Glub*
-¡Pero bueeeno!- Dijo una voz a sus espaldas. -Para una vez que vengo, y te pillo acosando a Sonic para encontrar al erizo negro...
La voz tomó forma, una forma de leopardo con alas negras, empezó a crear una bola de energía.
-Muerte a los erizos...- Murmuró.
-¡Quietooo!- Le detuvo Tete-chin -¡Tas loco, Dj!
DjDiablo paró sólo para abrazar y besar a Persi.
-Jo, que envidia...- Dijo Tete-chin recordando a AK47.
Amy vino con Tails de la otra sala.
-¡Veeenga! cuéntalo ya.- Insistía Tails.
Ella no hablaba, hasta que Tete-chin la traqueteó un poco por la solapa para que le explicase eso de que iba por ahí morreándose con otro erizo, Amy miró a Sonic, gesto suficiente para dejarles solos. Sonic se sentó, Amy se quedó apoyada en la pared.
-No habíamos vuelto a hablar de ello desde el hospital...
Conoció a Matt en la calle, se cruzaron un par de veces, una de las veces chocaron y las bolsas de la compra de Amy cayeron al suelo, le ayudó a recogerlas y hablaron un rato, una cosa llevó a la otra y un día acabaron llendo a tomar una hamburguesa, allí le presentó a su grupo, parecían todos tan normales. Ya le había comentado en una ocasión lo de la broma de querer romperle la pierna a Sonic para que no corriese tanto y Amy pudiese atraparle, no era más que otra mentira para engañar a Amy, para que pensase que había sido culpa suya, y aún ahora, después del tiempo que había pasado, aún se culpaba, porque ella les había hablado de Sonic, les había contado cosas que nadie más sabía, pero aquel erizo le había dado tanta confianza, tanta seguridad, incluso en broma se había interesado por ella.
-Ya te lo dije, lo siento, lo siento tanto...- Terminó su relato Amy.
-Pues no deberías, lo hecho, hecho está, no por mucho lamentarte vas a cambiarlo, ya sé que te engañó, al igual que a esos pirados que tiene por seguidores, por eso debo detenerle.- Sonic concluyó, se puso en pie y se dirigió a la puerta.
-¿Eso es todo? ¿no tienes nada más que decirme?- Le llamó Amy. -¿No quieres saber lo que sé de él?
Sonic hizo un gesto con su dedo para que no hiciese ruido, se puso a un lado de la puerta.
-No soy de ese tipo de personas que va buscando los trapos sucios de los demás para poder vencer...- Abrió de golpe la puerta y cayeron al suelo Tete-chin y Arigata.
-¡¿Se puede saber qué hacéis?! ¿por qué siempre que nos quedamos a solas nos espiáis?- Gritó Sonic.
-Para ver en primera fila si os enrolláis, ¿nya?- Dijo Arigata la gata con gesto gracioso.
-Eso, eso, Ari.- Asintió Tete-chin.
-¡Lo que haga o deje de hacer con Amy es cosa mía y de nadie más!- Sonic salió corriendo.
-¿Eso quiere decir que tiene pensado hacer "algo" con Amy?- Preguntó al aire Tete-chin.
-Eso espero...- Concluyó Arigata sonriéndole a Amy.
Amy se puso a reír, agradeciendo el apoyo de sus fans, aunque el sonido de algo rascando una puerta le llamó la atención.
-¡Déjame salir!- Se oía al otro lado. -¡Seré bueno! ¡Y útil! ¡Plisssss!
-¡Ya he dicho que no! Aún estoy enfadada...- Gritó Tete-chin al otro lado.
-¿Y eso?- Preguntó Arigata.
-"Eso" es Lizarman, que lo voy a volver a convertir en SD...
-Pobrecito... ¿y lo tienes ahí encerrado?- Dijo Amy.
En otro lugar, el grupo de Falling Star se había reunido, Matt había dado un discurso en una gran sala a sus seguidores, a los que se encontraban ahí en ese momento, el resto ya estaba "ganando terreno", gente de todas las edades escuchaban atentamente aquellas palabras que parecían absorber sus mentes, tras cada párrafo aplaudían encantados, Matt poseía la musa del habla, lo que él decía iba a misa, miles de seguidores en lo que parecía una secta, en lo que se había convertido en un grupo terrorista bajo la promesa de cambiar las condiciones de vida, todos los ambiciosos se encontraban reunidos ahí, bien formados para el manejo de armas, todos con la estrategia bien aprendida, iban a obtener la salvación liberando al mundo de sus políticos, ellos serían los héroes. Tras acabar el discurso, Matt se retiró a la casa que le hacía de escondite, murmurando lo mucho que odiaba a los héroes, allí se encontraba su centro de operaciones, junto a Claws, Andrew y Mimi.
En su habitación, Mimi the Fenec comprobaba el estado de una de sus armas, parecía una niña, era muy bajita por su raza, cuando engañaron a Amy se hizo pasar por una cría de 8 años cuando en verdad tenía 14. Sonó la puerta, era Andrew.
-Aquí tienes lo que me pediste.- Dijo dándole un silenciador. -¿No sería más fácil pillarse una automática? Es mejor atacar de frente que ir escondiéndose...
-Tú no eres el más indicado para decírmelo.- Le cortó Mimi. -Además, no me digas cómo hacer mi trabajo, aprendí antes a disparar que a andar, soy una "Toy Soldier" ¿recuerdas?
Toy Soldier era el nombre que le daban a los niños de la guerra, Andrew lo sabía pero seguía prefiriendo su método.
En otra habitación, Claws se curaba el costado, la herida parecía no ser muy profunda, volvió a taparla con el parche, había aprendido a cuidar de sí misma, aunque no era muy buena curándose las heridas, siempre había sido su hermano el que se encargaba de eso, pero su hermano no iba a curarla nunca más, nunca volvería a cuidar de ella, y todo por culpa de aquel equidna descendiente de la tribu que casi extermina a sus antepasados, sólo unos pocos pudieron huir al norte. Pero ahora no era el mejor momento para pensar en todo aquello, llevaba demasiado tiempo sin estar con Matt, así se estiró ligeramente los músculos, estaba satisfecha con el rescate, ahora, por fin, estarían juntos. Estaba Matt tumbado en la cama, sin quitarse los zapatos, apoyaba su cabeza en sus propios brazos cruzados, miraba al techo, repasando todo lo que había ocurrido hasta entonces, puso una de sus manos ante su ojo más claro, la miró, intentó fijar su vista, pero cada vez veía más borroso. Del baño salió Claws, con una camisa larga, sin sus garras, sus golpes eran visibles en sus piernas y brazos pero no preocupantes, Matt la miró un momento sonriendo.
-Cal, Cal, Cal... Menuda paliza te ha dado Knuckles...- Rió entredientes Matt.
-¡De eso nada, líder! La paliza se la di yo- Rió ella también.
Matt se levantó, se puso a su lado mirándola de arriba a abajo, luego la abrazó y la besó apasionadamente, apretándola fuertemente, intentando romper su resistencia, que aunque era obvio que Claws era mucho más fuerte que él, le dejaba tomar el mando entre ellos, aunque en esa ocasión el costado le dolía terriblemente, tanto que en uno de los apretones de Matt, Claws no pudo evitar gritar y apartarle poniendo sus propios brazos alrededor de su cintura.
-¿Estás bien?- Preguntó Matt intentando parecer sereno.
-Sólo... sólo es un rasguño- Dijo ella con una par de lágrimas que no terminaban de salir.
-Deberías descansar- Dijo Matt fríamente, retirándose de ella.
Pero no le dio tiempo a salir, Claws se le abalanzó al cuello, mirándole a los ojos.
-No pienso dejarte ir, he esperado ansiosamente este momento...- Confesó Claws.
Matt confesó que él también lo había estado esperando impaciente, volvió a abrazar a Claws, aún enganchada a su cuello, y la besó de nuevo, esta vez fue un beso más suave, tierno, algo completamente distinto a la pasión que habían mantenido hasta entonces. Cuando se separaron, Claws se le quedó mirando con una sonrisa muy tierna, y Matt la miró también, pero dio un bote apartándose de ella dos pasos.
-¡Dios!- Dijo alarmado.
-¡¿Qué pasa?!- Preguntó ella preocupada.
-Estás sangrando...
La camisa de Claws se había teñido de rojo.
-Oh, vaya, espera que iré a mi habitación y...
-No, no, quédate aquí.- Ordenó Matt.
Matt tumbó a Claws en su cama, trajo un pequeño botiquín y se puso a curarle las heridas, la del costado tenía mala pinta, por mucho que Claws insistía que estaba bien. Luego, mientras Matt guardaba las cosas restantes en el pequeño kit, Claws le volvió a mirar tiernamente, en aquel momento se le pasó por la cabeza la imagen de su hermano, pestañeó un par de veces y se encontró con un Matt que ahora dormía a su lado, dejándole sus pectorales y su hombro como almohada. Así, en las altas horas de la madrugada, mientras Matt dormía profundamente, Claws se agarró fuerte a él, rozando con su mejilla el cuerpo de su amante, susurrando algo muy bajito. Tras aquello se durmió.
continuará...
-¡Ayayayayayayay! ¡para ya!- Gritaba Sonic.
-Pero mira que eres quejica... ¿acaso Knuckles se ha quejado?- Dijo Tete-chin al curarle la herida de la ceja a Sonic.
Señaló al equidna, sentado con cara de paciencia, vendado de la cabeza a los pies.
-¿Cómo se va a quejar si le has vendado hasta la boca?
Tete-chin sonrió, Knuckles se empezó a quitar algunas vendas.
-Ya me he cansado, pensé que lo de jugar a los médicos era otra cosa...
-Si es que parece que te hayas peleado con Persi...- Comenzó Tete-chin. -por cierto, ¿dónde se habrá metido? ¡Persi, deja mis cortinas en paz!
Persi estaba subida en lo alto de una cortina gritando que se aburría.
-Joder, qué peligro tiene la pantera...- Murmuró Sonic.
Al lado de Sonic se puso Zorro, empezó a tocarle con un dedo el golpe del brazo y a preguntarle si le dolía, Sonic gritó, entonces Zorro se subió sobre la mesa y empezó a reír diciendo que él, Zorro the Hedgehog, era mejor, más rápido, más fuerte, más guapo, y se puso un tanga en la cabeza, con una chaos emerald en la mano gritando "chaos control 69", haciendo movimientos raros, hasta que cayó de la mesa, Knuckles miró de reojo a Sonic.
-¿Cuales eran los motivos que me explicaste por los que debemos estar con esta panda de pirados?
Sonic no respondió, ambos sabían que con la colaboración de ellos sería más fácil encontrar las chaos emeralds, Kewing y los demás ya estaban en ello, y hablando de él, fue el primero en aparecer por la puerta, su firme semblante, decidido, les hizo saber que tenía otra esmeralda. Tete-chin corrió hasta la puerta del Mama-sama HQ a recibirle.
-¿Qué tal?- Preguntó la chica erizo marrón.
-Je, chupado,- Kewing sacudió su katana -aunque... a... aaa... ¡atchús! creo que me he resfriado...
Tete-chin sonrió pícaramente, poniéndose un gorro de cocinera.
-¡Voy a preparar una sopita de pollo para todos para que nadie más se resfríe!
Todos miran en helado terror...
-¿Qué pasa?- Dijo Tete-chin indignada -Ya no me peta la cocina...
-¿Harás algo comestible?- Preguntó Talis desde su espalda.
-¡AH!- Tete-chin se asustó -¿quieres dejar de aparecer de repente?
-Lo que yo no entiendo cómo Mama-sama te deja su HQ...- Sonrió Talis desviando la mirada.
-Si no me lo ha dejado, pero como salió esta mañana con el Eggie Carrie a perseguir a Eggman...
Sonic intentaba hacer mutis por el foro, huyendo de la peña de fans, pero desde su espalda trepó Persi mostrándole las uñas.
-¿Dónde vas, erizo azul? tenías que decirme donde anda mi Sombrita...- Persi se refería a Shadow.
*Glub*
-¡Pero bueeeno!- Dijo una voz a sus espaldas. -Para una vez que vengo, y te pillo acosando a Sonic para encontrar al erizo negro...
La voz tomó forma, una forma de leopardo con alas negras, empezó a crear una bola de energía.
-Muerte a los erizos...- Murmuró.
-¡Quietooo!- Le detuvo Tete-chin -¡Tas loco, Dj!
DjDiablo paró sólo para abrazar y besar a Persi.
-Jo, que envidia...- Dijo Tete-chin recordando a AK47.
Amy vino con Tails de la otra sala.
-¡Veeenga! cuéntalo ya.- Insistía Tails.
Ella no hablaba, hasta que Tete-chin la traqueteó un poco por la solapa para que le explicase eso de que iba por ahí morreándose con otro erizo, Amy miró a Sonic, gesto suficiente para dejarles solos. Sonic se sentó, Amy se quedó apoyada en la pared.
-No habíamos vuelto a hablar de ello desde el hospital...
Conoció a Matt en la calle, se cruzaron un par de veces, una de las veces chocaron y las bolsas de la compra de Amy cayeron al suelo, le ayudó a recogerlas y hablaron un rato, una cosa llevó a la otra y un día acabaron llendo a tomar una hamburguesa, allí le presentó a su grupo, parecían todos tan normales. Ya le había comentado en una ocasión lo de la broma de querer romperle la pierna a Sonic para que no corriese tanto y Amy pudiese atraparle, no era más que otra mentira para engañar a Amy, para que pensase que había sido culpa suya, y aún ahora, después del tiempo que había pasado, aún se culpaba, porque ella les había hablado de Sonic, les había contado cosas que nadie más sabía, pero aquel erizo le había dado tanta confianza, tanta seguridad, incluso en broma se había interesado por ella.
-Ya te lo dije, lo siento, lo siento tanto...- Terminó su relato Amy.
-Pues no deberías, lo hecho, hecho está, no por mucho lamentarte vas a cambiarlo, ya sé que te engañó, al igual que a esos pirados que tiene por seguidores, por eso debo detenerle.- Sonic concluyó, se puso en pie y se dirigió a la puerta.
-¿Eso es todo? ¿no tienes nada más que decirme?- Le llamó Amy. -¿No quieres saber lo que sé de él?
Sonic hizo un gesto con su dedo para que no hiciese ruido, se puso a un lado de la puerta.
-No soy de ese tipo de personas que va buscando los trapos sucios de los demás para poder vencer...- Abrió de golpe la puerta y cayeron al suelo Tete-chin y Arigata.
-¡¿Se puede saber qué hacéis?! ¿por qué siempre que nos quedamos a solas nos espiáis?- Gritó Sonic.
-Para ver en primera fila si os enrolláis, ¿nya?- Dijo Arigata la gata con gesto gracioso.
-Eso, eso, Ari.- Asintió Tete-chin.
-¡Lo que haga o deje de hacer con Amy es cosa mía y de nadie más!- Sonic salió corriendo.
-¿Eso quiere decir que tiene pensado hacer "algo" con Amy?- Preguntó al aire Tete-chin.
-Eso espero...- Concluyó Arigata sonriéndole a Amy.
Amy se puso a reír, agradeciendo el apoyo de sus fans, aunque el sonido de algo rascando una puerta le llamó la atención.
-¡Déjame salir!- Se oía al otro lado. -¡Seré bueno! ¡Y útil! ¡Plisssss!
-¡Ya he dicho que no! Aún estoy enfadada...- Gritó Tete-chin al otro lado.
-¿Y eso?- Preguntó Arigata.
-"Eso" es Lizarman, que lo voy a volver a convertir en SD...
-Pobrecito... ¿y lo tienes ahí encerrado?- Dijo Amy.
En otro lugar, el grupo de Falling Star se había reunido, Matt había dado un discurso en una gran sala a sus seguidores, a los que se encontraban ahí en ese momento, el resto ya estaba "ganando terreno", gente de todas las edades escuchaban atentamente aquellas palabras que parecían absorber sus mentes, tras cada párrafo aplaudían encantados, Matt poseía la musa del habla, lo que él decía iba a misa, miles de seguidores en lo que parecía una secta, en lo que se había convertido en un grupo terrorista bajo la promesa de cambiar las condiciones de vida, todos los ambiciosos se encontraban reunidos ahí, bien formados para el manejo de armas, todos con la estrategia bien aprendida, iban a obtener la salvación liberando al mundo de sus políticos, ellos serían los héroes. Tras acabar el discurso, Matt se retiró a la casa que le hacía de escondite, murmurando lo mucho que odiaba a los héroes, allí se encontraba su centro de operaciones, junto a Claws, Andrew y Mimi.
En su habitación, Mimi the Fenec comprobaba el estado de una de sus armas, parecía una niña, era muy bajita por su raza, cuando engañaron a Amy se hizo pasar por una cría de 8 años cuando en verdad tenía 14. Sonó la puerta, era Andrew.
-Aquí tienes lo que me pediste.- Dijo dándole un silenciador. -¿No sería más fácil pillarse una automática? Es mejor atacar de frente que ir escondiéndose...
-Tú no eres el más indicado para decírmelo.- Le cortó Mimi. -Además, no me digas cómo hacer mi trabajo, aprendí antes a disparar que a andar, soy una "Toy Soldier" ¿recuerdas?
Toy Soldier era el nombre que le daban a los niños de la guerra, Andrew lo sabía pero seguía prefiriendo su método.
En otra habitación, Claws se curaba el costado, la herida parecía no ser muy profunda, volvió a taparla con el parche, había aprendido a cuidar de sí misma, aunque no era muy buena curándose las heridas, siempre había sido su hermano el que se encargaba de eso, pero su hermano no iba a curarla nunca más, nunca volvería a cuidar de ella, y todo por culpa de aquel equidna descendiente de la tribu que casi extermina a sus antepasados, sólo unos pocos pudieron huir al norte. Pero ahora no era el mejor momento para pensar en todo aquello, llevaba demasiado tiempo sin estar con Matt, así se estiró ligeramente los músculos, estaba satisfecha con el rescate, ahora, por fin, estarían juntos. Estaba Matt tumbado en la cama, sin quitarse los zapatos, apoyaba su cabeza en sus propios brazos cruzados, miraba al techo, repasando todo lo que había ocurrido hasta entonces, puso una de sus manos ante su ojo más claro, la miró, intentó fijar su vista, pero cada vez veía más borroso. Del baño salió Claws, con una camisa larga, sin sus garras, sus golpes eran visibles en sus piernas y brazos pero no preocupantes, Matt la miró un momento sonriendo.
-Cal, Cal, Cal... Menuda paliza te ha dado Knuckles...- Rió entredientes Matt.
-¡De eso nada, líder! La paliza se la di yo- Rió ella también.
Matt se levantó, se puso a su lado mirándola de arriba a abajo, luego la abrazó y la besó apasionadamente, apretándola fuertemente, intentando romper su resistencia, que aunque era obvio que Claws era mucho más fuerte que él, le dejaba tomar el mando entre ellos, aunque en esa ocasión el costado le dolía terriblemente, tanto que en uno de los apretones de Matt, Claws no pudo evitar gritar y apartarle poniendo sus propios brazos alrededor de su cintura.
-¿Estás bien?- Preguntó Matt intentando parecer sereno.
-Sólo... sólo es un rasguño- Dijo ella con una par de lágrimas que no terminaban de salir.
-Deberías descansar- Dijo Matt fríamente, retirándose de ella.
Pero no le dio tiempo a salir, Claws se le abalanzó al cuello, mirándole a los ojos.
-No pienso dejarte ir, he esperado ansiosamente este momento...- Confesó Claws.
Matt confesó que él también lo había estado esperando impaciente, volvió a abrazar a Claws, aún enganchada a su cuello, y la besó de nuevo, esta vez fue un beso más suave, tierno, algo completamente distinto a la pasión que habían mantenido hasta entonces. Cuando se separaron, Claws se le quedó mirando con una sonrisa muy tierna, y Matt la miró también, pero dio un bote apartándose de ella dos pasos.
-¡Dios!- Dijo alarmado.
-¡¿Qué pasa?!- Preguntó ella preocupada.
-Estás sangrando...
La camisa de Claws se había teñido de rojo.
-Oh, vaya, espera que iré a mi habitación y...
-No, no, quédate aquí.- Ordenó Matt.
Matt tumbó a Claws en su cama, trajo un pequeño botiquín y se puso a curarle las heridas, la del costado tenía mala pinta, por mucho que Claws insistía que estaba bien. Luego, mientras Matt guardaba las cosas restantes en el pequeño kit, Claws le volvió a mirar tiernamente, en aquel momento se le pasó por la cabeza la imagen de su hermano, pestañeó un par de veces y se encontró con un Matt que ahora dormía a su lado, dejándole sus pectorales y su hombro como almohada. Así, en las altas horas de la madrugada, mientras Matt dormía profundamente, Claws se agarró fuerte a él, rozando con su mejilla el cuerpo de su amante, susurrando algo muy bajito. Tras aquello se durmió.
continuará...
