6º Capítulo: Algo por lo que luchar
El camino estaba despejado, algo normal en aquel lugar, velozmente pasó Tete-chin con su coche, el "Sonikku-chikitín".
-Por Dios... ¿cómo se te ocurre ponerle ese nombre al coche?- Se quejó Sonic por el auricular, literalmente espachurrado sobre el coche.
-¿Qué tiene de malo el nombre?- Contestaba Tete-chin conduciendo, y continuó cantando. -Tete-chin al volante, va para adelante, Tete-chin de viaje, no lleva equipaje, durante la aventura, hará muchas locuras, libre como el viento, con Sonic todo el tiempo...
-¡Ahhh! ¡calla ya!- Sonic se sacó el auricular del oido.
Tete-chin cogió una curva muy cerrada algo más rápido de lo permitido, Sonic se agarró fuerte a la antena del vehículo.
-¡¿No puedes conducir mejor?!- Sonic se asomó por la ventanilla.
-Aquí dentro es seguro, eres tú el que se empeña en ir allí arriba... además, tenemos prisa, ya oíste a Dj, en estos momentos Talis ya habrá encontrado su HQ, y yo puedo saber dónde está él con mi Space Stone, ¿capichi?
-Deja de contarme cuentos...- Comenzó a decir Sonic, pero algo le cortó.
El sonido de algo golpeando fuertemente el cristal delantero del coche antes de un gran frenazo, con Sonic saliendo despedido, cayó de pie, rápidamente miró a todos lados, buscando qué les había golpeado, alguien que les hubiese atacado, un enemigo, pero no vio nada, recordó el camuflaje óptico del zorro rojo, dando dos pasos atrás, pero nada se movía, se dio la vuelta y vio a Tete-chin dando marcha atrás con el coche.
-¡Espera!- Grito Sonic.
Y el coche se detuvo, aunque sin hacerle caso, Tete-chin salió de él, habiendo dejado puestos los 4 intermitentes del coche, se detuvo de golpe al ver cruzarse en su camino otro coche en dirección contraria.
-¡Ay, que le atropella!- Gritó Tete-chin.
Sonic no entendió, se acercó a ella, que caminó un poco más y se agachó.
-Uf... qué suerte...- Cogió algo del suelo. -Has quedado justo entre las cuatro ruedas.
De forma muy curiosa se asomó Sonic, Tete-chin tenía entre las manos un pajarito, algo atontado por el golpe.
-Pobrecito... yo no quería atropellarle...
Al parecer el pajarito intentaba coger un bicho sin darse cuenta del peligro de la carretera, volaba en dirección contraria al Sonikku-chikitín y se dio de cabeza contra el cristal, estaba tan aturdido que no intentó escapar cuando Tete-chin lo cogió.
-Tete-chin... tenemos que buscar a Talis...- Le recordó Sonic mirando el pajarito.
-¿Ahora qué hago? Tendría que llevarle al veterinario... pero hemos de darnos prisa en ir a buscar a Talis, a saber en qué líos se mete mientras nadie le vigila...
Con mucho cuidado, Tete-chin llevó el pajarito dentro de su coche, Sonic también entró, llevó el coche hasta más adelante, aparcando en el arcén, allí salió de nuevo con el pajarito en una mano.
-Yo creo que está bien.- Dijo Sonic observando los movimientos del pajarito.
-¿De verdad lo crees?- A Tete-chin se le iluminaron los ojos.
Suavemente, Tete-chin tocó con un dedo una de las patitas del pájaro, éste apretó sus uñitas en el dedo de la chica erizo, la otra pata no tenía tanta fuerza, pero en un momento la empezó a mover igual de bien que la otra, entonces le dejó sobre un muro, estirando levemente sus alas, ni patitas rotas, ni alas rotas, moviendo mucho la cabeza de un lado a otro, el pajarito se sintió libre y comenzó a revolotear, un par de intentos y salió volando hacia campo abierto. Mirando en esa misma dirección, Sonic se cruzó de brazos.
-Sonikku, por esto luchamos, ¿verdad?- Tete-chin seguía sin mirarle.
-¿Eh? Bueno...- Sonic la miró un momento y miró hacia la misma dirección que ella. -Por esto y por más, por la libertad, por los sueños, por la gente, hasta por la panda de frikis que tienes.
Tete-chin rió.
-Na, ellos no son tan frikis como yo... anda continuemos, que tenemos mucho que hacer...
Y a toda velocidad prosiguieron su camino.
En uno de los escondites estaba Rouge, recogiendo de nuevo papeles, información para sus superiores, despreocupada, como si fuese invencible, salió dispuesta a entregar su segundo encargo, cuando alguien le cerró el paso, un conocido del grupo, el zorro rojo de ojos amarillos, se fijó en sus heridas, ahora menos profundas.
-Oh, vaya... ¿Qué tal, Andrew?- Fingió Rouge.
-Hola... de maravilla...- No se dignó a sonreír siquiera, sus ojos entrecerrados se posaron sobre Rouge.
-¿Tienes alguna misión para mí?- Rouge sintió su mirada helada atravesándola como si fuese una espada.
-Sí, algo importante... la misión más importante desde que estás en nuestro grupo.- Andrew se encaminó hacia ella.
Por instinto, Rouge dio un par de pasos atrás, sin soltar lo que llevaba con ella, sonrió pícaramente, intentando parecer fuerte.
-Pero la misión no tiene que ver con el grupo... ¿o me equivoco?
-No.- Andrew se detuvo. -Es sobre algo que pasó hace años...¿no lo recuerdas? Matt me consiguió la información... me lo había prometido...
Rouge tragó saliva, ella ya sabía que todo eso le traería problemas.
-No sé de qué me hablas...- Mintió la chica murciélago.
-Si he luchado por Matt todo este tiempo fue porque él dijo que me podía conseguir la información sobre la identidad de la persona que acabó con mi madre...- Andrew miró al suelo y poco a poco fue creciendo una sonrisa maligna en su cara. -Al fin llega mi recompensa...
Sin pensárselo dos veces, Andrew se abalanzó sobre Rouge lanzándole puñetazos, ella dejó caer sus papeles, esquivando y bloqueando con sus patadas, Andrew murmuró un "bien" y le lanzó una bola de fuego, Rouge elevó una mano y gritó "black wave", detuvo el ataque, seguidamente saltó sobre el zorro con una patada giratoria, el niño bloqueó con los brazos, dejándola rebotar, ponerse a su espalda en guardia, mirando a todos lados, quizás alguien más estuviese ahí, Andrew seguía con los brazos en alto.
-No hay nadie más... esto es entre nosotros...
En cierta forma, eso tranquilizó a Rouge, sin perder de vista a Andrew, que de nuevo estaba en pie ante ella.
-No digo que fuese la mejor madre del mundo, pero no merecía morir...- Comenzó a hablar mientras volvía a atacar.
Rouge siguió esquivando, intentando contraatacar.
-¿Acaso haces de juez, jurado y verdugo?- Rió Rouge. -Ya me has condenado sin saber la verdad.
-¿La verdad?- Esto hizo que Andrew se parase un momento para carcajear. -¿A quién le importa eso? Tú estás viva y ella muerta, eso no es justo, no, no, no.
Rouge miró a otro lado, no dejaba de pensar en que no debió aceptar esa misión, ella sabía quién era Andrew, y quién había sido su madre, era verdad que la conocía, la había visto morir, pero por mucho que intentase explicarlo, nadie la había creído nunca, y menos aquel crío que creía ciegamente en lo que su líder explicaba, así lo oía en su cabeza, el pequeño Andrew escuchando ecos del pasado, una y otra vez, recuerdos de su madre, de su padre, de sus amigos de la infancia, el recuerdo de ver a su madre muerta, sintiendo algo que le consumía, confundiéndole algunos flashes de su historia, controlándole poco a poco, cada vez golpeaba más rápido, más fuerte, activó su camuflaje óptico, aunque contra Rouge no fue demasiado efectivo, ella parecía saber dónde estaba en cada momento, ya sólo le quedaba una última carta que jugar, algo que había evitado usar hasta ahora, incluso cuando luchó contra Talis había tenido que contenerse, pero ahora era especial, después de su anterior lucha no tenía tanto poder y desde luego tenía que acabar con ella, volvió a ser visible, se concentró, y eso a Rouge no le pareció bueno, comenzó a despedir una luz rojiza, Rouge intentó protegerse, era la magia de fuego más fuerte que había visto nunca, de nada le sirvió su propia protección, le impactó de lleno, aún así logró ser lo suficiente rápida y fuerte como para salir de aquella columna de fuego, con quemaduras por todos lados, se abrazó a sí misma, con un gran dolor por todo el cuerpo, desplomándose en el suelo. Andrew se acercó a ella, impasible, oyó en su cabeza una voz.
-Estaba esperando que me pidieses tu regreso.- Fue una voz profunda.
-Lo sé...- Respondió Andrew al aire.
Para aquel ataque, Andrew había invocado los poderes de su padre, el mismo youko con el que había estado hablando Matt en secreto, al invocar aquellos poderes se había comprometido al mismo tiempo con volver a liderar uno de los ejércitos del infierno. Aquello era para él el fin, el fin de la estancia en ese mundo, el fin de la búsqueda de la asesina de su madre, el círculo se cerraba, tenía que dejarlo todo atrás para luchar junto a su padre por el dominio del infierno, disputas entre demonios que realmente a él no le importaban, aunque ahora nada más importaba, pensaba que Matt seguiría luchando por sus creencias, que Claws le seguiría apoyando en todo, y que Mimi encontraría el destino que buscaba. Lentamente se acercó al cuerpo de Rouge, jadeando agotada, entre la consciencia y el sueño eterno, a duras penas se intentaba levantar, notando a Andrew a su lado, de pie, sin moverse, logró apoyar una rodilla, pero cuando se intentaba alejar, Andrew le dio una patada en el estómago, haciéndola voltear, Rouge gritó, quedándose sin fuerzas de nuevo, necesitaba algo más de tiempo para recuperarse, tiempo que no tenía, ya podía sentir el pie de Andrew sobre su garganta, tan rápido como sus doloridas manos se lo permitieron, Rouge agarró la pierna del zorro, intentando evitar lo peor.
-Relájate, no luches más, ya no hay nada por lo que luchar...
-Tu...- Rouge giró un poco la cara, dejando vagamente libre su garganta. -Tu madre me dijo una vez que siempre había algo por lo que luchar...
El flash del recuerdo de su madre pasó por su joven mente, esas palabras las había oído de la boca de su madre, ciertamente diciéndoselo a una joven murciélago blanca.
-¡Cállate!- Andrew apretó más su pie en el cuello de Rouge.
Por el pasillo de la prisión caminaron Claws y Matt, no habían hablado mucho desde su partida, la equidna no se atrevió a preguntar nada sobre aquel asunto de Andrew.
-¿Sabes qué?- Intentó entablar conversación mientras esperaban a pasar el siguiente control, sus subordinados por delante de ellos.
-¿Qué?- Matt no parecía muy animado.
-Nuestras fuentes me informaron de que en el este hemos ganado posiciones, aunque hemos perdido mucho en toda la parte noroeste.
-Ya.- Dijo secamente Matt.
-Según dicen...- Continuó Claws. -hay un erizo marrón con una división de tanques que arrasan todo por donde pasan... por lo que cuentan de él, nos vendría bien aquí...
-¿De verdad?- Siguió caminando.
-Sí, es un especialista en armas, al parecer en verdad no se lleva bien con el héroe, pero le tolera porque es novio de aquella friki de la que te hablé el otro día...
-Ya estamos cerca.- Dijo Matt.
-¿No me estás escuchando?- Claws se puso delante de él con los brazos cruzados.
-¿Qué?- Matt se detuvo, la miró un momento. -Sí que te escucho, hablas del general ese, AK47, ¿verdad?
-Vaya... entonces sí me escuchas... es que parece que no te importa lo que digo, como si realmente no te importase nuestra lucha, últimamente no me cuentas nada...
-Es que hay cosas...- Matt la cogió por la cadera y la atrajo hacia él. -que es mejor que no te cuente.
Tras aquello la besó, suave, delicado, sus labios inseparables, ahora sellados, así no habría más palabras, más desconfianzas.
continuará...
El camino estaba despejado, algo normal en aquel lugar, velozmente pasó Tete-chin con su coche, el "Sonikku-chikitín".
-Por Dios... ¿cómo se te ocurre ponerle ese nombre al coche?- Se quejó Sonic por el auricular, literalmente espachurrado sobre el coche.
-¿Qué tiene de malo el nombre?- Contestaba Tete-chin conduciendo, y continuó cantando. -Tete-chin al volante, va para adelante, Tete-chin de viaje, no lleva equipaje, durante la aventura, hará muchas locuras, libre como el viento, con Sonic todo el tiempo...
-¡Ahhh! ¡calla ya!- Sonic se sacó el auricular del oido.
Tete-chin cogió una curva muy cerrada algo más rápido de lo permitido, Sonic se agarró fuerte a la antena del vehículo.
-¡¿No puedes conducir mejor?!- Sonic se asomó por la ventanilla.
-Aquí dentro es seguro, eres tú el que se empeña en ir allí arriba... además, tenemos prisa, ya oíste a Dj, en estos momentos Talis ya habrá encontrado su HQ, y yo puedo saber dónde está él con mi Space Stone, ¿capichi?
-Deja de contarme cuentos...- Comenzó a decir Sonic, pero algo le cortó.
El sonido de algo golpeando fuertemente el cristal delantero del coche antes de un gran frenazo, con Sonic saliendo despedido, cayó de pie, rápidamente miró a todos lados, buscando qué les había golpeado, alguien que les hubiese atacado, un enemigo, pero no vio nada, recordó el camuflaje óptico del zorro rojo, dando dos pasos atrás, pero nada se movía, se dio la vuelta y vio a Tete-chin dando marcha atrás con el coche.
-¡Espera!- Grito Sonic.
Y el coche se detuvo, aunque sin hacerle caso, Tete-chin salió de él, habiendo dejado puestos los 4 intermitentes del coche, se detuvo de golpe al ver cruzarse en su camino otro coche en dirección contraria.
-¡Ay, que le atropella!- Gritó Tete-chin.
Sonic no entendió, se acercó a ella, que caminó un poco más y se agachó.
-Uf... qué suerte...- Cogió algo del suelo. -Has quedado justo entre las cuatro ruedas.
De forma muy curiosa se asomó Sonic, Tete-chin tenía entre las manos un pajarito, algo atontado por el golpe.
-Pobrecito... yo no quería atropellarle...
Al parecer el pajarito intentaba coger un bicho sin darse cuenta del peligro de la carretera, volaba en dirección contraria al Sonikku-chikitín y se dio de cabeza contra el cristal, estaba tan aturdido que no intentó escapar cuando Tete-chin lo cogió.
-Tete-chin... tenemos que buscar a Talis...- Le recordó Sonic mirando el pajarito.
-¿Ahora qué hago? Tendría que llevarle al veterinario... pero hemos de darnos prisa en ir a buscar a Talis, a saber en qué líos se mete mientras nadie le vigila...
Con mucho cuidado, Tete-chin llevó el pajarito dentro de su coche, Sonic también entró, llevó el coche hasta más adelante, aparcando en el arcén, allí salió de nuevo con el pajarito en una mano.
-Yo creo que está bien.- Dijo Sonic observando los movimientos del pajarito.
-¿De verdad lo crees?- A Tete-chin se le iluminaron los ojos.
Suavemente, Tete-chin tocó con un dedo una de las patitas del pájaro, éste apretó sus uñitas en el dedo de la chica erizo, la otra pata no tenía tanta fuerza, pero en un momento la empezó a mover igual de bien que la otra, entonces le dejó sobre un muro, estirando levemente sus alas, ni patitas rotas, ni alas rotas, moviendo mucho la cabeza de un lado a otro, el pajarito se sintió libre y comenzó a revolotear, un par de intentos y salió volando hacia campo abierto. Mirando en esa misma dirección, Sonic se cruzó de brazos.
-Sonikku, por esto luchamos, ¿verdad?- Tete-chin seguía sin mirarle.
-¿Eh? Bueno...- Sonic la miró un momento y miró hacia la misma dirección que ella. -Por esto y por más, por la libertad, por los sueños, por la gente, hasta por la panda de frikis que tienes.
Tete-chin rió.
-Na, ellos no son tan frikis como yo... anda continuemos, que tenemos mucho que hacer...
Y a toda velocidad prosiguieron su camino.
En uno de los escondites estaba Rouge, recogiendo de nuevo papeles, información para sus superiores, despreocupada, como si fuese invencible, salió dispuesta a entregar su segundo encargo, cuando alguien le cerró el paso, un conocido del grupo, el zorro rojo de ojos amarillos, se fijó en sus heridas, ahora menos profundas.
-Oh, vaya... ¿Qué tal, Andrew?- Fingió Rouge.
-Hola... de maravilla...- No se dignó a sonreír siquiera, sus ojos entrecerrados se posaron sobre Rouge.
-¿Tienes alguna misión para mí?- Rouge sintió su mirada helada atravesándola como si fuese una espada.
-Sí, algo importante... la misión más importante desde que estás en nuestro grupo.- Andrew se encaminó hacia ella.
Por instinto, Rouge dio un par de pasos atrás, sin soltar lo que llevaba con ella, sonrió pícaramente, intentando parecer fuerte.
-Pero la misión no tiene que ver con el grupo... ¿o me equivoco?
-No.- Andrew se detuvo. -Es sobre algo que pasó hace años...¿no lo recuerdas? Matt me consiguió la información... me lo había prometido...
Rouge tragó saliva, ella ya sabía que todo eso le traería problemas.
-No sé de qué me hablas...- Mintió la chica murciélago.
-Si he luchado por Matt todo este tiempo fue porque él dijo que me podía conseguir la información sobre la identidad de la persona que acabó con mi madre...- Andrew miró al suelo y poco a poco fue creciendo una sonrisa maligna en su cara. -Al fin llega mi recompensa...
Sin pensárselo dos veces, Andrew se abalanzó sobre Rouge lanzándole puñetazos, ella dejó caer sus papeles, esquivando y bloqueando con sus patadas, Andrew murmuró un "bien" y le lanzó una bola de fuego, Rouge elevó una mano y gritó "black wave", detuvo el ataque, seguidamente saltó sobre el zorro con una patada giratoria, el niño bloqueó con los brazos, dejándola rebotar, ponerse a su espalda en guardia, mirando a todos lados, quizás alguien más estuviese ahí, Andrew seguía con los brazos en alto.
-No hay nadie más... esto es entre nosotros...
En cierta forma, eso tranquilizó a Rouge, sin perder de vista a Andrew, que de nuevo estaba en pie ante ella.
-No digo que fuese la mejor madre del mundo, pero no merecía morir...- Comenzó a hablar mientras volvía a atacar.
Rouge siguió esquivando, intentando contraatacar.
-¿Acaso haces de juez, jurado y verdugo?- Rió Rouge. -Ya me has condenado sin saber la verdad.
-¿La verdad?- Esto hizo que Andrew se parase un momento para carcajear. -¿A quién le importa eso? Tú estás viva y ella muerta, eso no es justo, no, no, no.
Rouge miró a otro lado, no dejaba de pensar en que no debió aceptar esa misión, ella sabía quién era Andrew, y quién había sido su madre, era verdad que la conocía, la había visto morir, pero por mucho que intentase explicarlo, nadie la había creído nunca, y menos aquel crío que creía ciegamente en lo que su líder explicaba, así lo oía en su cabeza, el pequeño Andrew escuchando ecos del pasado, una y otra vez, recuerdos de su madre, de su padre, de sus amigos de la infancia, el recuerdo de ver a su madre muerta, sintiendo algo que le consumía, confundiéndole algunos flashes de su historia, controlándole poco a poco, cada vez golpeaba más rápido, más fuerte, activó su camuflaje óptico, aunque contra Rouge no fue demasiado efectivo, ella parecía saber dónde estaba en cada momento, ya sólo le quedaba una última carta que jugar, algo que había evitado usar hasta ahora, incluso cuando luchó contra Talis había tenido que contenerse, pero ahora era especial, después de su anterior lucha no tenía tanto poder y desde luego tenía que acabar con ella, volvió a ser visible, se concentró, y eso a Rouge no le pareció bueno, comenzó a despedir una luz rojiza, Rouge intentó protegerse, era la magia de fuego más fuerte que había visto nunca, de nada le sirvió su propia protección, le impactó de lleno, aún así logró ser lo suficiente rápida y fuerte como para salir de aquella columna de fuego, con quemaduras por todos lados, se abrazó a sí misma, con un gran dolor por todo el cuerpo, desplomándose en el suelo. Andrew se acercó a ella, impasible, oyó en su cabeza una voz.
-Estaba esperando que me pidieses tu regreso.- Fue una voz profunda.
-Lo sé...- Respondió Andrew al aire.
Para aquel ataque, Andrew había invocado los poderes de su padre, el mismo youko con el que había estado hablando Matt en secreto, al invocar aquellos poderes se había comprometido al mismo tiempo con volver a liderar uno de los ejércitos del infierno. Aquello era para él el fin, el fin de la estancia en ese mundo, el fin de la búsqueda de la asesina de su madre, el círculo se cerraba, tenía que dejarlo todo atrás para luchar junto a su padre por el dominio del infierno, disputas entre demonios que realmente a él no le importaban, aunque ahora nada más importaba, pensaba que Matt seguiría luchando por sus creencias, que Claws le seguiría apoyando en todo, y que Mimi encontraría el destino que buscaba. Lentamente se acercó al cuerpo de Rouge, jadeando agotada, entre la consciencia y el sueño eterno, a duras penas se intentaba levantar, notando a Andrew a su lado, de pie, sin moverse, logró apoyar una rodilla, pero cuando se intentaba alejar, Andrew le dio una patada en el estómago, haciéndola voltear, Rouge gritó, quedándose sin fuerzas de nuevo, necesitaba algo más de tiempo para recuperarse, tiempo que no tenía, ya podía sentir el pie de Andrew sobre su garganta, tan rápido como sus doloridas manos se lo permitieron, Rouge agarró la pierna del zorro, intentando evitar lo peor.
-Relájate, no luches más, ya no hay nada por lo que luchar...
-Tu...- Rouge giró un poco la cara, dejando vagamente libre su garganta. -Tu madre me dijo una vez que siempre había algo por lo que luchar...
El flash del recuerdo de su madre pasó por su joven mente, esas palabras las había oído de la boca de su madre, ciertamente diciéndoselo a una joven murciélago blanca.
-¡Cállate!- Andrew apretó más su pie en el cuello de Rouge.
Por el pasillo de la prisión caminaron Claws y Matt, no habían hablado mucho desde su partida, la equidna no se atrevió a preguntar nada sobre aquel asunto de Andrew.
-¿Sabes qué?- Intentó entablar conversación mientras esperaban a pasar el siguiente control, sus subordinados por delante de ellos.
-¿Qué?- Matt no parecía muy animado.
-Nuestras fuentes me informaron de que en el este hemos ganado posiciones, aunque hemos perdido mucho en toda la parte noroeste.
-Ya.- Dijo secamente Matt.
-Según dicen...- Continuó Claws. -hay un erizo marrón con una división de tanques que arrasan todo por donde pasan... por lo que cuentan de él, nos vendría bien aquí...
-¿De verdad?- Siguió caminando.
-Sí, es un especialista en armas, al parecer en verdad no se lleva bien con el héroe, pero le tolera porque es novio de aquella friki de la que te hablé el otro día...
-Ya estamos cerca.- Dijo Matt.
-¿No me estás escuchando?- Claws se puso delante de él con los brazos cruzados.
-¿Qué?- Matt se detuvo, la miró un momento. -Sí que te escucho, hablas del general ese, AK47, ¿verdad?
-Vaya... entonces sí me escuchas... es que parece que no te importa lo que digo, como si realmente no te importase nuestra lucha, últimamente no me cuentas nada...
-Es que hay cosas...- Matt la cogió por la cadera y la atrajo hacia él. -que es mejor que no te cuente.
Tras aquello la besó, suave, delicado, sus labios inseparables, ahora sellados, así no habría más palabras, más desconfianzas.
continuará...
