Capítulo 8: Familia.
Silbando en su prisión, Mimi miraba a ningún lugar, sólo podía entonar esa canción que no lograba sacar de su cabeza, "son los niños de la guerra... son los niños de la paz... su futuro está en las armas... y morirán, morirán..." una y otra vez. Esbozó una sonrisa antes de ser alertada por unos sonidos que no pertenecían al lugar, pero por mucho que revisó la estancia no pudo encontrar a nadie. Susurros, oía susurros a su alrededor, sacudió la cabeza, pensó que se estaba volviendo loca de verdad.
-¡¿Quién anda ahí?!- Preguntó algo alterada.
-Shhh, apártate de los barrotes...
Voces, pero no imágenes, su corazón se aceleró, sorprendida y feliz, camuflaje óptico, había reconocido la voz de Matt, su líder había ido a buscarla. Detuvo el camuflaje óptico, Matt y Claws estaban ahí, no entendía cómo habían cambiado sus prioridades, pero en ese momento realmente no importaba, demasiado inquieta para tener paciencia viendo a Claws forzando uno de los barrotes.
-Deja que te eche una mano, hay que salir de aquí rápido.- Dijo Matt.
Y poniéndose al lado de Claws comenzó a tirar junto a ella, su fuerza ahora era prácticamente la misma que la del brazo metálico de la equidna.
-Vaya, estuviste haciendo pesas, ¿eh?- Se burló Claws.
-Un hombre tiene que ser fuerte para proteger a los suyos.- Sonó absurda su risa.
Doblaron el barrote teóricamente perfecto y acto seguido, como una mosca atrapada tras un cristal que acababa de ser liberada, Mimi saltó fuera de su prisión y se enganchó a la cintura de Matt apoyando su frente en el abdomen de su líder, susurró "gracias, gracias" sin parar, con una media voz que no sabía si iba a reír a carcajadas o llorar desesperadamente. Matt miró a Claws con su misma expresión confusa, luego volvió a mirar a la que parecía una pequeña niña, se puso en una posición más firme sonriendo, le puso las manos en los hombros confortándola un poco.
-Tranquila... vamos a casa...- Sonó suave la voz de Matt.
-No creo que vayáis a ningún lado...
El grupo se giró hacia la nueva voz, apoyado en la pared en una actitud altiva estaba Tails. Tenía una pierna cruzada sobre la otra y sus brazos cruzados, una ladeada sonrisa se reflejaba en su infantil rostro, muy seguro de sí mismo.
-¿Y quién nos lo va a impedir?- Matt separó a Mimi de él un momento para activar el camuflaje óptico.
-Me decepcionas...- Tails bajó unas gafas gordas que llevaba sobre su cabeza.
Matt intentó atacarle, pero el kitsune sabía dónde estaba en cada momento. El erizo amarillento desactivó el camuflaje.
-Visión de infrarrojos, ¿eh?- Matt se quedó ante el niño muy decidido.
-Por supuesto.- Tails se sacó las gafas. -Y no te molestes en pedir ayuda por el trasmisor... ¿de verdad pensabas que esto era como una prisión del gobierno? tus hombres cayeron en mis trampas como ratones atraídos por queso.
-¡Matt!- Le llamó Claws, pero se detuvo ante un gesto de éste.
-Ya ves qué miedo... ¿y qué haras ahora, pequeño? ¿llamarás a Sonic corriendo? Así que después de todo el trabajo que has tenido, Sonic se volverá a llevar los méritos...
-...- Tails cayó un momento, luego rió levemente. -Ya me había advertido Amy que podría pasar esto... la verdad es que reconozco que eres bueno en tu campo... pero ya no te servirá eso más...- Como le estaba ignorando un poco casi no le dio tiempo a esquivar un ataque de Matt, que por eso descubrió que era más fuerte de lo que aparentaba y que debía vigilar cada segundo de su conversación. -Sonic no vendrá, ahora mismo está ocupado deshaciendo tu grupo de terroristas, es el fin Matt Fallingstar, todo el daño que has causado será enmendado, pagarás por haber jugado así con el corazón de la gente, eso no está bien...
-Matt, acaba con él ya.- Se impacientó Claws chocando una garra contra la otra como queriendo ser ella la que luchase.
-Con gusto te cederé el puesto, pero primero... me está gustando esta conversación.- Matt sonrió. -Te gustan mucho las palabras, ¿verdad? decir cosas como "corazón" o "libertad" ¿de verdad piensas que mi movimiento acabará aquí? ni aunque detuvieses a todo mi grupo, ni matándome, seguirán cayendo estrellas, siempre habrá gente como yo, y tú mismo te ensucias las manos queriendo detenernos, porque tarde o temprano tendrás que dar ese paso...
-No.- Le cortó Tails manteniéndose firme, miró a Mimi. -Siempre podemos escoger, siempre se puede empezar de nuevo.- Miró a Matt. -Y al parecer incluso a ti hay cosas que sí te importan...
Eso fue lo último, batallaron de nuevo y claramente se veía que Tails no podía con él, era mucho más rápido y fuerte a como le había visto anteriormente, le parecía algo increíble, hasta hacía poco era un erizo normal y corriente, no entendía de dónde había sacado toda esa fuerza, eso no era normal, quizás debió prestar más atención a lo que le contaba Tete-chin a Sonic sobre un trato con un youko. Cada vez que le bloqueaba un movimiento con las colas éstas le hormigueaban y le dolían.
-Estamos perdiendo tiempo.- Se puso en guardia Claws.
-Está bien, acabemos con esto.- Matt paró una patada de Tails agarrándole la pierna y lanzándolo hacia Claws.
Lo único que pudo ver Mimi fue la sangre salpicando sobre ella, cayendo goterones por su faz, aunque quiso gritar "no" no fue capaz más que de murmurarlo. Claws sacó sus metálicos dedos del vientre del niño y los sacudió de sangre.
-Agh... voy a tener que darme otra ducha en cuanto lleguemos...- Se quejó Claws. -Ahora vamos o vendrán más héroes.
-Oh, venga, incluso yo debo reconocer que ha sido un buen adversario, un poco de respeto.- Dijo Matt acercándose.
Tails había dado un grito ensordecedor, pero ahora estaba en silencio, intentando controlar su gimoteo, de rodillas en el suelo con sus brazos alrededor de su vientre, sólo podía pensar en que debía evitar que escapasen, que Sonic le había confiado la misión de custodiar la prisión, pero no pudo evitar el recordar algo que le dijo "pero no te enfrentes a ese erizo directamente, si se diese el caso huye, ya le atraparemos más tarde".
-Tu "hermano mayor" puede estar orgulloso, morirás por su causa como un héroe.- Por una vez, el tono de Matt no fue burlón.
Antes de irse, Tails siguió insistiendo.
-Mimi... siempre se puede escoger...- Pero no se movió de su posición.
La chica se quedó inmóvil ante él un momento, se puso de rodillas a su lado y tomó su cara con las manos, alzándola levemente.
-Yo ya escogí hace tiempo y no me arrepiento de ello.- Vio a Tails abrir un ojo y mirarla. -Es una lástima que seas tan niño aún.
Le dio un beso en la frente y le dejó, cayendo el cuerpo de Tails al suelo como un muñeco roto, pasando todo para él a cámara lenta, dejando caer sus lágrimas ya no de dolor sino de pena por pensar que no iba a volver a ir de aventuras con sus amigos, a reírse en las reuniones, los juegos y las batallas, compartiendo todo, lo último que le pasó por la mente fue la imagen de Sonic de hace años cuando le dijo "¿no tienes familia? bueno, podemos crear nosotros una nueva, siempre quise tener un hermano pequeño" y el pequeño murmuró "Sonikku...". Mimi se puso al lado de Matt y salieron los tres juntos de aquel lugar.
Con su corazón latiendo más relajado sintió la brisa demasiado agradable, ignoraba su alrededor por complacer a su liberada mente con la sensación de estar vivo, que era algo que nunca admitiría, pero por un momento había dudado de su propia inmortalidad, así que el zorro por un momento no quiso oír las riñas que le estaban dando.
-¿Me estás escuchando? ¡Cómo se te ocurre enfrentarte a él tú solo, te lo advertí!
Volvió a la realidad al ser traqueteado, ya veía cómo estaban las cosas, él sentado en el suelo con lo que parecían graves heridas, su armadura destrozada, con Tete-chin a su lado ocultando sus lágrimas intentando estar enfadada con el que tenía por hermano pequeño.
-No es culpa mía.- Se excusó Talis. -Soy un cazador, no puedo evitar estos enfrentamientos...
-Ya veo que te encanta poner a prueba tu inmortalidad... ¡tonterías!- Tete-chin se cruzó de brazos. -Bueno... me alegro de que estés vivo...
-Gracias.- Sonrió Talis.
-Y bueno, al menos has averiguado algo, ¿no?
Sí, había averiguado mucho sobre Andrew, sabían que era hijo de un youko y que estaba en los Falling star porque Matt le había prometido que le ayudaría a encontrar a la asesina de su madre.
-Pobre crío...- Murmuró Tete-chin. -No sabe que ese youko es el que tiene el trato con Matt sobre poder...
Un poco apartados de ellos, Sonic y Amy conversaban sobre la reciente batalla contra el grupo de los Falling star.
-Wow, eso estuvo bien.- Sonic levantó el dedo pulgar guiñando un ojo a Amy.
La chica rosa se ruborizó y comenzó a mover los hombros de forma tonta.
-Gracias...- Dijo feliz. -Hice todo lo que pude, en verdad tú has atrapado a la mayoría.
-Pero no entiendo cómo llegaste aquí a la vez que nosotros.
-Es que lo vi en mis cartas del tarot.- Amy las sacó muy rapido y las barajó como un mago, así que sacó también muy rápido la carta de los enamorados. -Y también me han dicho que te casarás conmigo...
-No empieces...- Sonic medio rió notando una gota de sudor bajarle por la sien, temiendo que empezase de nuevo su persecución.
Algo perturbó aquella pequeña pausa, Sonic se sobresaltó.
-¿Sonikku? ¿lo has sentido?
-¿Qué? ¿tú también? Tails me llama...- Sonic tenía la preocupación escrita en su cara. -Tengo que ir...
Y salió corriendo.
-¡Ey! Amy, ¿dónde va Sonic?- Preguntó Tete-chin al ver salir corriendo a su héroe azul.
-¡Deprisa, algo le ha sucedido a Tails!- Amy estiró del brazo a Tete-chin.
-¿Qué? ¡voy a por el coche, ayuda a Talis!
Parecía bastante cansado, habían tardado mucho en llegar, Knuckles había mentido cuando dijo que podía cargar él solo con Rouge todo el camino, por alguna razón no quería que Keil cargase con ella.
-Eres un egoísta, la quieres para ti solo...- Le volvió a picar Keil.
-¿Es que no lo vas a dejar todavía?
-Con lo divertido que es...- Rió Keil.
-Ya verás, en cuanto lleguemos te daré una paliza.- Sonrió Knuckles.
-Uy... que miedo...- Le miró de reojo Keil.
-Mm... mejor no que puede que te guste y todo... a mí raritos no.- Desvió la mirada de forma graciosa Knuckles.
-¡Ey! ¿Qué va a pensar la "dama" que llevas a tu espalda?
-Está dormida...
-Ya, claro... como antes... ¡mira, una emerald!
Knuckles saltó.
-¡¿Dónde?!
-Pues sí que está dormida...
El equidna dio un resoplido algo avergonzado, había caído en esa tontería como en otra ocasión cayó Rouge.
-Ja, tendrías que ver la cara de Rouge ahora... está muy... dulce...- Keil señaló a Rouge durmiendo aferrada al cuello de Knuckles.
-Keil... no te estarás enamorando de ella...- Intentó ocultar su risa.
-Si me enamorase de ella te lo diría.
Knuckles se detuvo de golpe al entrar en la base de Tails, Keil no necesitó preguntar qué le pasaba, miró en la dirección en que lo hacía, era obvio que Tails había tenido trabajo, las trampas estaban todas saltadas, en algunas aún quedaban miembros del Falling Star.
-Tails...- Murmuró Knuckles.
Comenzó a andar más deprisa dentro de la base, Keil fue en otra dirección a averiguar lo que había pasado. Por fin encontró a alguien conocido.
-¿Por qué yo? si me he portado bien... hasta Tete-chin dijo que llevaba una temporada muy buena...
-¡Eh, Lizarman!- Le llamó la atención Knuckles. -¿Qué pasa?
-¿Qué qué pasa? ¿No lo ves? me han puesto a recoger a todos los tipos estos que atrapó Tails... yo tenía que ir a ducharme y tenía que escribir el cap nuevo de mi fanfic...
-Deja tus cosas personales a parte... ¿Qué pasó con Tails?- Le cortó el equidna con voz firme y severa.
-Tails está mal herido, pero tranquilo que está vivo... ¿qué haces tú cargando con Rouge?- Lizarman le miró de reojo. -A Tikal no creo que le haga gracia...
-No empieces con lo de Tikal...
-¿Por? hacéis buena pareja y sois de la misma especie...
-¡¿Tails mal herido?!- Ahora reaccionó Knuckles.
Salió corriendo hacia la enfermería, por el camino y por el traqueteo se despertó Rouge.
-¿Qué pasa tanta prisa?- Bostezó Rouge.
-¡Tails está mal herido!- Medio gritó Knuckles con una voz angustiosa.
Rouge le hizo parar, se bajó de su espalda.
-Creo que ya puedo caminar.- Mintió Rouge. -Adelántate tú.
-Ni hablar, no te pienso dejar atrás, y ya queda poco camino.
Hizo que Rouge pasase su brazo sobre Knux y le ayudó a caminar.
continuará...
Silbando en su prisión, Mimi miraba a ningún lugar, sólo podía entonar esa canción que no lograba sacar de su cabeza, "son los niños de la guerra... son los niños de la paz... su futuro está en las armas... y morirán, morirán..." una y otra vez. Esbozó una sonrisa antes de ser alertada por unos sonidos que no pertenecían al lugar, pero por mucho que revisó la estancia no pudo encontrar a nadie. Susurros, oía susurros a su alrededor, sacudió la cabeza, pensó que se estaba volviendo loca de verdad.
-¡¿Quién anda ahí?!- Preguntó algo alterada.
-Shhh, apártate de los barrotes...
Voces, pero no imágenes, su corazón se aceleró, sorprendida y feliz, camuflaje óptico, había reconocido la voz de Matt, su líder había ido a buscarla. Detuvo el camuflaje óptico, Matt y Claws estaban ahí, no entendía cómo habían cambiado sus prioridades, pero en ese momento realmente no importaba, demasiado inquieta para tener paciencia viendo a Claws forzando uno de los barrotes.
-Deja que te eche una mano, hay que salir de aquí rápido.- Dijo Matt.
Y poniéndose al lado de Claws comenzó a tirar junto a ella, su fuerza ahora era prácticamente la misma que la del brazo metálico de la equidna.
-Vaya, estuviste haciendo pesas, ¿eh?- Se burló Claws.
-Un hombre tiene que ser fuerte para proteger a los suyos.- Sonó absurda su risa.
Doblaron el barrote teóricamente perfecto y acto seguido, como una mosca atrapada tras un cristal que acababa de ser liberada, Mimi saltó fuera de su prisión y se enganchó a la cintura de Matt apoyando su frente en el abdomen de su líder, susurró "gracias, gracias" sin parar, con una media voz que no sabía si iba a reír a carcajadas o llorar desesperadamente. Matt miró a Claws con su misma expresión confusa, luego volvió a mirar a la que parecía una pequeña niña, se puso en una posición más firme sonriendo, le puso las manos en los hombros confortándola un poco.
-Tranquila... vamos a casa...- Sonó suave la voz de Matt.
-No creo que vayáis a ningún lado...
El grupo se giró hacia la nueva voz, apoyado en la pared en una actitud altiva estaba Tails. Tenía una pierna cruzada sobre la otra y sus brazos cruzados, una ladeada sonrisa se reflejaba en su infantil rostro, muy seguro de sí mismo.
-¿Y quién nos lo va a impedir?- Matt separó a Mimi de él un momento para activar el camuflaje óptico.
-Me decepcionas...- Tails bajó unas gafas gordas que llevaba sobre su cabeza.
Matt intentó atacarle, pero el kitsune sabía dónde estaba en cada momento. El erizo amarillento desactivó el camuflaje.
-Visión de infrarrojos, ¿eh?- Matt se quedó ante el niño muy decidido.
-Por supuesto.- Tails se sacó las gafas. -Y no te molestes en pedir ayuda por el trasmisor... ¿de verdad pensabas que esto era como una prisión del gobierno? tus hombres cayeron en mis trampas como ratones atraídos por queso.
-¡Matt!- Le llamó Claws, pero se detuvo ante un gesto de éste.
-Ya ves qué miedo... ¿y qué haras ahora, pequeño? ¿llamarás a Sonic corriendo? Así que después de todo el trabajo que has tenido, Sonic se volverá a llevar los méritos...
-...- Tails cayó un momento, luego rió levemente. -Ya me había advertido Amy que podría pasar esto... la verdad es que reconozco que eres bueno en tu campo... pero ya no te servirá eso más...- Como le estaba ignorando un poco casi no le dio tiempo a esquivar un ataque de Matt, que por eso descubrió que era más fuerte de lo que aparentaba y que debía vigilar cada segundo de su conversación. -Sonic no vendrá, ahora mismo está ocupado deshaciendo tu grupo de terroristas, es el fin Matt Fallingstar, todo el daño que has causado será enmendado, pagarás por haber jugado así con el corazón de la gente, eso no está bien...
-Matt, acaba con él ya.- Se impacientó Claws chocando una garra contra la otra como queriendo ser ella la que luchase.
-Con gusto te cederé el puesto, pero primero... me está gustando esta conversación.- Matt sonrió. -Te gustan mucho las palabras, ¿verdad? decir cosas como "corazón" o "libertad" ¿de verdad piensas que mi movimiento acabará aquí? ni aunque detuvieses a todo mi grupo, ni matándome, seguirán cayendo estrellas, siempre habrá gente como yo, y tú mismo te ensucias las manos queriendo detenernos, porque tarde o temprano tendrás que dar ese paso...
-No.- Le cortó Tails manteniéndose firme, miró a Mimi. -Siempre podemos escoger, siempre se puede empezar de nuevo.- Miró a Matt. -Y al parecer incluso a ti hay cosas que sí te importan...
Eso fue lo último, batallaron de nuevo y claramente se veía que Tails no podía con él, era mucho más rápido y fuerte a como le había visto anteriormente, le parecía algo increíble, hasta hacía poco era un erizo normal y corriente, no entendía de dónde había sacado toda esa fuerza, eso no era normal, quizás debió prestar más atención a lo que le contaba Tete-chin a Sonic sobre un trato con un youko. Cada vez que le bloqueaba un movimiento con las colas éstas le hormigueaban y le dolían.
-Estamos perdiendo tiempo.- Se puso en guardia Claws.
-Está bien, acabemos con esto.- Matt paró una patada de Tails agarrándole la pierna y lanzándolo hacia Claws.
Lo único que pudo ver Mimi fue la sangre salpicando sobre ella, cayendo goterones por su faz, aunque quiso gritar "no" no fue capaz más que de murmurarlo. Claws sacó sus metálicos dedos del vientre del niño y los sacudió de sangre.
-Agh... voy a tener que darme otra ducha en cuanto lleguemos...- Se quejó Claws. -Ahora vamos o vendrán más héroes.
-Oh, venga, incluso yo debo reconocer que ha sido un buen adversario, un poco de respeto.- Dijo Matt acercándose.
Tails había dado un grito ensordecedor, pero ahora estaba en silencio, intentando controlar su gimoteo, de rodillas en el suelo con sus brazos alrededor de su vientre, sólo podía pensar en que debía evitar que escapasen, que Sonic le había confiado la misión de custodiar la prisión, pero no pudo evitar el recordar algo que le dijo "pero no te enfrentes a ese erizo directamente, si se diese el caso huye, ya le atraparemos más tarde".
-Tu "hermano mayor" puede estar orgulloso, morirás por su causa como un héroe.- Por una vez, el tono de Matt no fue burlón.
Antes de irse, Tails siguió insistiendo.
-Mimi... siempre se puede escoger...- Pero no se movió de su posición.
La chica se quedó inmóvil ante él un momento, se puso de rodillas a su lado y tomó su cara con las manos, alzándola levemente.
-Yo ya escogí hace tiempo y no me arrepiento de ello.- Vio a Tails abrir un ojo y mirarla. -Es una lástima que seas tan niño aún.
Le dio un beso en la frente y le dejó, cayendo el cuerpo de Tails al suelo como un muñeco roto, pasando todo para él a cámara lenta, dejando caer sus lágrimas ya no de dolor sino de pena por pensar que no iba a volver a ir de aventuras con sus amigos, a reírse en las reuniones, los juegos y las batallas, compartiendo todo, lo último que le pasó por la mente fue la imagen de Sonic de hace años cuando le dijo "¿no tienes familia? bueno, podemos crear nosotros una nueva, siempre quise tener un hermano pequeño" y el pequeño murmuró "Sonikku...". Mimi se puso al lado de Matt y salieron los tres juntos de aquel lugar.
Con su corazón latiendo más relajado sintió la brisa demasiado agradable, ignoraba su alrededor por complacer a su liberada mente con la sensación de estar vivo, que era algo que nunca admitiría, pero por un momento había dudado de su propia inmortalidad, así que el zorro por un momento no quiso oír las riñas que le estaban dando.
-¿Me estás escuchando? ¡Cómo se te ocurre enfrentarte a él tú solo, te lo advertí!
Volvió a la realidad al ser traqueteado, ya veía cómo estaban las cosas, él sentado en el suelo con lo que parecían graves heridas, su armadura destrozada, con Tete-chin a su lado ocultando sus lágrimas intentando estar enfadada con el que tenía por hermano pequeño.
-No es culpa mía.- Se excusó Talis. -Soy un cazador, no puedo evitar estos enfrentamientos...
-Ya veo que te encanta poner a prueba tu inmortalidad... ¡tonterías!- Tete-chin se cruzó de brazos. -Bueno... me alegro de que estés vivo...
-Gracias.- Sonrió Talis.
-Y bueno, al menos has averiguado algo, ¿no?
Sí, había averiguado mucho sobre Andrew, sabían que era hijo de un youko y que estaba en los Falling star porque Matt le había prometido que le ayudaría a encontrar a la asesina de su madre.
-Pobre crío...- Murmuró Tete-chin. -No sabe que ese youko es el que tiene el trato con Matt sobre poder...
Un poco apartados de ellos, Sonic y Amy conversaban sobre la reciente batalla contra el grupo de los Falling star.
-Wow, eso estuvo bien.- Sonic levantó el dedo pulgar guiñando un ojo a Amy.
La chica rosa se ruborizó y comenzó a mover los hombros de forma tonta.
-Gracias...- Dijo feliz. -Hice todo lo que pude, en verdad tú has atrapado a la mayoría.
-Pero no entiendo cómo llegaste aquí a la vez que nosotros.
-Es que lo vi en mis cartas del tarot.- Amy las sacó muy rapido y las barajó como un mago, así que sacó también muy rápido la carta de los enamorados. -Y también me han dicho que te casarás conmigo...
-No empieces...- Sonic medio rió notando una gota de sudor bajarle por la sien, temiendo que empezase de nuevo su persecución.
Algo perturbó aquella pequeña pausa, Sonic se sobresaltó.
-¿Sonikku? ¿lo has sentido?
-¿Qué? ¿tú también? Tails me llama...- Sonic tenía la preocupación escrita en su cara. -Tengo que ir...
Y salió corriendo.
-¡Ey! Amy, ¿dónde va Sonic?- Preguntó Tete-chin al ver salir corriendo a su héroe azul.
-¡Deprisa, algo le ha sucedido a Tails!- Amy estiró del brazo a Tete-chin.
-¿Qué? ¡voy a por el coche, ayuda a Talis!
Parecía bastante cansado, habían tardado mucho en llegar, Knuckles había mentido cuando dijo que podía cargar él solo con Rouge todo el camino, por alguna razón no quería que Keil cargase con ella.
-Eres un egoísta, la quieres para ti solo...- Le volvió a picar Keil.
-¿Es que no lo vas a dejar todavía?
-Con lo divertido que es...- Rió Keil.
-Ya verás, en cuanto lleguemos te daré una paliza.- Sonrió Knuckles.
-Uy... que miedo...- Le miró de reojo Keil.
-Mm... mejor no que puede que te guste y todo... a mí raritos no.- Desvió la mirada de forma graciosa Knuckles.
-¡Ey! ¿Qué va a pensar la "dama" que llevas a tu espalda?
-Está dormida...
-Ya, claro... como antes... ¡mira, una emerald!
Knuckles saltó.
-¡¿Dónde?!
-Pues sí que está dormida...
El equidna dio un resoplido algo avergonzado, había caído en esa tontería como en otra ocasión cayó Rouge.
-Ja, tendrías que ver la cara de Rouge ahora... está muy... dulce...- Keil señaló a Rouge durmiendo aferrada al cuello de Knuckles.
-Keil... no te estarás enamorando de ella...- Intentó ocultar su risa.
-Si me enamorase de ella te lo diría.
Knuckles se detuvo de golpe al entrar en la base de Tails, Keil no necesitó preguntar qué le pasaba, miró en la dirección en que lo hacía, era obvio que Tails había tenido trabajo, las trampas estaban todas saltadas, en algunas aún quedaban miembros del Falling Star.
-Tails...- Murmuró Knuckles.
Comenzó a andar más deprisa dentro de la base, Keil fue en otra dirección a averiguar lo que había pasado. Por fin encontró a alguien conocido.
-¿Por qué yo? si me he portado bien... hasta Tete-chin dijo que llevaba una temporada muy buena...
-¡Eh, Lizarman!- Le llamó la atención Knuckles. -¿Qué pasa?
-¿Qué qué pasa? ¿No lo ves? me han puesto a recoger a todos los tipos estos que atrapó Tails... yo tenía que ir a ducharme y tenía que escribir el cap nuevo de mi fanfic...
-Deja tus cosas personales a parte... ¿Qué pasó con Tails?- Le cortó el equidna con voz firme y severa.
-Tails está mal herido, pero tranquilo que está vivo... ¿qué haces tú cargando con Rouge?- Lizarman le miró de reojo. -A Tikal no creo que le haga gracia...
-No empieces con lo de Tikal...
-¿Por? hacéis buena pareja y sois de la misma especie...
-¡¿Tails mal herido?!- Ahora reaccionó Knuckles.
Salió corriendo hacia la enfermería, por el camino y por el traqueteo se despertó Rouge.
-¿Qué pasa tanta prisa?- Bostezó Rouge.
-¡Tails está mal herido!- Medio gritó Knuckles con una voz angustiosa.
Rouge le hizo parar, se bajó de su espalda.
-Creo que ya puedo caminar.- Mintió Rouge. -Adelántate tú.
-Ni hablar, no te pienso dejar atrás, y ya queda poco camino.
Hizo que Rouge pasase su brazo sobre Knux y le ayudó a caminar.
continuará...
