Capítulo 9: Separación.
Si cada vez que le decía alguien a Sonic "cálmate" le diesen una moneda, ahora sería rico. Eso pensaba él, que estaba con los nervios destrozados, a punto de sufrir lo que Shadow llamaba "pérdida de control", por eso todos intentaban animarle, calmarle, incluso cuando dio un portazo al salir de la habitación, Amy le siguió.
-Por ponerte así no se va a solucionar nada.- Se cruzó Amy en su camino.
-¡Y quedándome aquí de brazos cruzados tampoco!- Le gritó Sonic.
Amy puso un dedo delante de él, muy seria.
-Ya has visto que Tails está herido pero no se morirá, así que intenta calmarte o tendré que calmarte a mi manera.
Sonic se quedó mirando un momento al dedo de Amy, luego la miró a ella.
-¿Me estás amenazando?- Dio un paso hacia ella intimidante. -¿Y si los médicos se equivocan? ¿y si nos dan falsas esperanzas?- Sonic bajó la cabeza. -¿Y si se muere Tails?
-¡Tails no va a morir! ¿qué te pasa? tú no eres así, nunca pierdes la esperanza.- Amy se mantuvo firme.
-¿No? ¿y cómo soy entonces? no me conoces, nadie me conoce de verdad, no tienes derecho a decir cómo tengo que ser, vivo como quiero y hago lo que me da la gana.
Amy perdió los nervios.
-¡Quizás si hablases más conmigo sabría quién eres! nunca me has dicho nada, tu vida, tus padres. Eres un héroe, compórtate como tal.
Ya no la miraba, girado hacia un lado, con todo eso en su cabeza a punto de estallar, sabía que ella tenía razón, que eso podía pasar, lo supo desde que comenzó a tener compañeros de viaje, que de ir con él podían caer por el camino, aunque nunca imaginó tomarle tanto cariño a sus compañeros, simplemente había vivido a su manera siempre, sin pensar demasiado en nada, intentando ir solo, sin entender por qué se empeñaban en ir con él, ser un héroe era una carga muy pesada para alguien que se negaba a madurar.
-¿Y si dejo de ser un héroe?- Pensó en voz alta Sonic. -¿Y si lo que ahora quiero no es atrapar a Matt sino matarle...?
-¡No digas eso!- Amy sintió una punzada en el corazón. -La gente confía en ti, no puedes fallarles.
-¿Creen en mí?- La mirada del erizo azul atravesó de lado a lado a Amy. -¿Tanto como cuando me acusaron de crímenes que no había cometido? ¿como cuando me condenaron sin preguntarme? ¿esa es toda la confianza que me tienen?
-¿Lo dices por GUN? venga ya, todos sabíamos que eras inocente... yo creo en ti...- Amy le puso una mano en el hombro, acariciándole.
-No necesito tus ataques de fan ahora.- Se la quitó de forma brusca.
-No sabes ni lo que necesitas... tonto... ¡ya me buscarás cuando me necesites! ¡me voy!
Amy salió corriendo, mientras lo hacía Sonic le gritó que ya podía esperar sentada, eso hizo que Amy corriese más lejos aún. No había sido nada fácil de tragar aquella conversación, el erizo azul apoyó la espalda en la pared con los brazos cruzados, respiró hondo manteniendo a raya todo lo malo. Sí, era un héroe, quería serlo, pero no sabía si podría controlarse en el momento en el que se cruzase con Matt. Se abrazó a sí mismo y cerró los ojos.
-Ella cree en mí... al fin y al cabo fue con Tails a sacarme de la prisión...
Entonces se dio cuenta del irónico paralelismo que envolvía su aventura a la de Matt. Miró en la dirección en la que Amy se había ido, sabía que no decía en serio lo de irse, al menos no muy lejos, sólo tenía que esperar y ella volvería, mientras tanto decidió que la espera sería más amena estando junto a Tails. Entró de nuevo en la habitación, era algo cómico ver a Rouge sentada en la otra camilla preguntándole a Knuckles si estaba celoso, no sabía por qué se lo decía, pero la cara del equidna era muy graciosa, y ver que Tails volvía a estar despierto le animaba.
-¿Qué tal te encuentras?- Preguntó Sonic acercándose al pequeño kitsune.
-Mejor, dicen que me pondré bien pero que voy a estar una laaarga temporada sin trabajar.- Respondió Tails con voz débil. -Y tengo a Rouge para hacerme compañía.
-Oh, yo no puedo quedarme mucho... hay una esmeralda gigante que tengo que robar...- Se burló Rouge.
-Nonono, es mía.- Volvió a poner morros Knuckles.
-Jajaja, ay, sois malos, no me hagáis reír que duele.- Intentó no reír Tails.
-Mira el niño bonito que no se puede reír.- Rouge se estiró desde su camilla para rozar con los dedos la cara de Tails, éste se ruborizó. -Qué subsceptible estás ante las chicas últimamente...
-Las manos quietas.- Dijo Tete-chin entrando con unos libros en brazos. -¿Es que no tienes suficiente con el equidna?
-Eh, a mí no me metáis en esto.- Knuckles se puso en pie y dio dos pasos alejandose de la chica murciélago.
Sonic señaló los libros que llevaba Tete-chin, ella abrió uno, dijo que eran de Tails, que se los había pedido, pero al mirar un poco dentro del libro le dio un mareo.
-¡Ahhh! ¿qué es esto? todo son números raros, aquí no hay dibujitos...- Se quejó Tete-chin.
-No podré trabajar en mi taller, pero estudiar sí que puedo.- Ocultó su risa Tails.
-¿Es que no puedes leer cuentos como los niños normales?- Sacudió la cabeza Tete-chin.
-Deja que lea lo que quiera.- Sonrió Sonic.
-Si dejar le dejo... ¿y Amy?- Tete-chin miró a un lado y a otro.
-Se ha ido.- Dijo seco Sonic, como si no le echase importancia.
-¿Cómo que se ha ido? ¿a dónde?- Le interrogó Tete-chin.
-¿Cómo quieres que lo sepa? ella sabrá... ¿soy acaso su guardián?- Se burló Sonic.
-No, el guardián es Knuckles, tú eres SU héroe.- Se cruzó de brazos Tete-chin imitándole.
-Pues "el guardián" se va antes de que le vuelvan a meter en líos.- Dijo Knuckles saliendo por la puerta.
-¡Eh, Knux, espera!- Le llamó la atención Tete-chin. -Noa andaba buscándote.
-¡Pues que me encuentre!- Rió Knuckles mientras se iba.
Rouge puso una cara curiosa, parecía algo celosa, Tete-chin le dijo que se volviese a acostar, tenía que descansar, aunque ella se negaba, eso de mostrarse débil no iba con ella.
-Ay... pero si estábamos hablando de Amy...- Se acordó Tete-chin.
Sonic ahora la ignoraba, estaba ojeando uno de los libros de Tails, eso le hizo saber que definitivamente no quería tocar el tema.
Tenían un helicóptero preparado, todo listo para irse, aunque aún les quedaba un buen rato de camino, los tres iban ocultos en la parte trasera de un gran camión, un conductor simpatizante de su grupo se había ofrecido a llevarles, así que se relajaron. Matt no podía evitar pensar en ello, ¿era el final? ¿todo por lo que había luchado hasta ahora había sido en vano? quizás no era que no tuviese las respuestas, era más un problema de preguntas, había pasado demasiado tiempo mintiendo y engañando a todo el muno, usándoles en lo que él llamaba su causa, pobres inocentes, cada uno luchaba por la causa que creía era la verdadera, menos trabajo y más dinero, un mundo mejor, acabar con los políticos curruptos... él sólo buscaba destruir a los héroes y le entraba la risa con sólo pensar en la forma tan simple con la que engañó a todos aquellos ilusos, pero no le hacía tanta gracia cuando pensaba en sus "generales" quizás porque había pasado más tiempo con ellos, conociéndoles, porque lo único que de verdad le pareció real en su vida había sido aquel falso tiempo fingiendo que eran un grupo de amigos normal y corriente, que salían con Amy, que bromeaban y eran felices. Recordó cuando en la prisión Amy le preguntó por qué, recordaba perfectamente su cara, no estaba enfadada, sabía que estaba dolida, que le había hecho daño, y el por qué le hizo creer que eran amigos era verdad, la engañó para conseguir cierta información sobre el erizo... "¿por qué la engañé?" pensó para sí mismo, había otras formas para llegar hasta el erizo, podían atraparle de otra forma, sin embargo quiso tomar ese camino, quiso destruirla, destruirle a él, quiso ¿separarles? por eso hizo pensar que ella era la culpable de lo que le había pasado a Sonic. Aquella vez, Matt se ruborizó, parecía absurdo, todo lo que tenía planeado, pero se ruborizó cuando Amy se le quedó de muy cerca mirando y le dijo:
-Tienes un ojo más claro... te queda muy guapo...
Sonrió ante aquel pensamiento. Bajó la cabeza, estaba sentado con la espalda apoyada en un lado del camión, con Mimi apoyada a un lado y a Claws al otro, dormidas, no estaban cansadas, pero les gustaba estar así junto a él. Lástima para ellas que en ese momento Matt no pudiese dejar de pensar en Amy y sus palabras, querría tenerla ahí con él también, volver a robarle un beso. Sacudió fuerte la cabeza, ¿en qué estaba pensando? ahora no era el momento, tenía que pensar qué hacer, habían pillado a su grupo, sólo quedaban ellos y algunos simpatizantes, murmuró "Amy".
-¿Dices algo?- Se despertó Claws.
-Se me está ocurriendo...- Comenzó Matt. -Ya que se disuelve el grupo, que sea a lo grande...
-¡AHHH!- Se oyó un gran grito. -¡Sonikku es tonto!
La gente de la calle se tapó los oídos ante el gran ruido, pero a Amy eso no le importaba, siguió adelante andando entre la multitud.
-Tranquila, ya verás como pasa.- Arigata le dio una palmadita en la espalda a la chica rosa.
-Ari, gracias por acompañarme, de verdad que a veces no le entiendo.- Puso morros Amy.
Y como había supuesto Sonic, Amy no se había ido muy lejos, fue con Arigata de compras, eso la relajaba y de todas formas había buenas rebajas que aprovechar.
-Bien, intenta no separarte, que te emocionas demasiado comprando y...- Arigata se dio la vuelta, pero Amy ya no estaba.
Rió pensando que eso era normal, a pesar de ello tuvo un mal presentimiento, así que empezó a buscar a Amy, pero ni en la sección de ropa a mitad de precio la encontró, eso sí que le hizo malpensar, aunque vio una de las secciones completamente vacía y supuso que Amy había arrasado con todo en poco tiempo y se había vuelto a casa.
-Nyaaa, cuando se pone a comprar se olvida del resto del mundo...
De manera que decidió volver con los compañeros, se imaginaba a Amy mostrando sus modelitos nuevos a Sonic y él pasando de todo como siempre.
-Ya estoy aquí.- Saludó alegre Arigata. -¿Cómo está Tails?
-No se morirá.- Dijo Tete-chin sin levantar la vista del ordenador.
-Eo, hola, soy yo, que fui con Amy de compras.- Agitó los grazos Arigata.
-¿Eh?- Se giró Tete-chin. -Ah, eres tú.- Sonrió. -Me cansa que me pregunten todo el rato lo mismo, me he activado el "respuesta estandar" mentalmente...
Y mientras reían oyeron un ruido en la ventana, se giraron y vieron a Ash, la dragona azul, enganchada en ella.
-¡Enas, Ashilla!- Dijo Tete-chin abriendo la ventana. -¿Tú no estabas cuidando de la M.E. mientras Knux estaba aquí?
-¡Hola, sí! pero es que mientras volaba vi pasar el helicóptero de los Falling Star...
-Ah... y te lo cargaste...- Interrumpió Tete-chin.
-No, no, escucha.- Intentó continuar Ash.
-Y por cierto que no hablamos mucho de tu vida privada.- Siguió Tete-chin.
-Yo tenía que preguntarle algo a Tete...- Murmuró Arigata.
-¿Me escuchas?- Miró de reojo Ash.
-Sí, habla, pero no me eches esa mirada maliciosa...- Rió Tete-chin.
-Pues que no ataqué al helicóptero porque al acercarme vi por el cristal a Amy.
-¡Ah, eso era! qué despiste... Tete, ¿has visto a Amy?
-¿No estaba de compras contigo?- Preguntó Tete-chin a Arigata.
-Sí, pero nos separamos...- Hizo memoria la gata.
-¿Habéis escuchado lo que acabo de decir?
-Uh... sí...- Dijeron a la vez Arigata y Tete-chin. -Que han secues... ¡Amy!
continuará...
Si cada vez que le decía alguien a Sonic "cálmate" le diesen una moneda, ahora sería rico. Eso pensaba él, que estaba con los nervios destrozados, a punto de sufrir lo que Shadow llamaba "pérdida de control", por eso todos intentaban animarle, calmarle, incluso cuando dio un portazo al salir de la habitación, Amy le siguió.
-Por ponerte así no se va a solucionar nada.- Se cruzó Amy en su camino.
-¡Y quedándome aquí de brazos cruzados tampoco!- Le gritó Sonic.
Amy puso un dedo delante de él, muy seria.
-Ya has visto que Tails está herido pero no se morirá, así que intenta calmarte o tendré que calmarte a mi manera.
Sonic se quedó mirando un momento al dedo de Amy, luego la miró a ella.
-¿Me estás amenazando?- Dio un paso hacia ella intimidante. -¿Y si los médicos se equivocan? ¿y si nos dan falsas esperanzas?- Sonic bajó la cabeza. -¿Y si se muere Tails?
-¡Tails no va a morir! ¿qué te pasa? tú no eres así, nunca pierdes la esperanza.- Amy se mantuvo firme.
-¿No? ¿y cómo soy entonces? no me conoces, nadie me conoce de verdad, no tienes derecho a decir cómo tengo que ser, vivo como quiero y hago lo que me da la gana.
Amy perdió los nervios.
-¡Quizás si hablases más conmigo sabría quién eres! nunca me has dicho nada, tu vida, tus padres. Eres un héroe, compórtate como tal.
Ya no la miraba, girado hacia un lado, con todo eso en su cabeza a punto de estallar, sabía que ella tenía razón, que eso podía pasar, lo supo desde que comenzó a tener compañeros de viaje, que de ir con él podían caer por el camino, aunque nunca imaginó tomarle tanto cariño a sus compañeros, simplemente había vivido a su manera siempre, sin pensar demasiado en nada, intentando ir solo, sin entender por qué se empeñaban en ir con él, ser un héroe era una carga muy pesada para alguien que se negaba a madurar.
-¿Y si dejo de ser un héroe?- Pensó en voz alta Sonic. -¿Y si lo que ahora quiero no es atrapar a Matt sino matarle...?
-¡No digas eso!- Amy sintió una punzada en el corazón. -La gente confía en ti, no puedes fallarles.
-¿Creen en mí?- La mirada del erizo azul atravesó de lado a lado a Amy. -¿Tanto como cuando me acusaron de crímenes que no había cometido? ¿como cuando me condenaron sin preguntarme? ¿esa es toda la confianza que me tienen?
-¿Lo dices por GUN? venga ya, todos sabíamos que eras inocente... yo creo en ti...- Amy le puso una mano en el hombro, acariciándole.
-No necesito tus ataques de fan ahora.- Se la quitó de forma brusca.
-No sabes ni lo que necesitas... tonto... ¡ya me buscarás cuando me necesites! ¡me voy!
Amy salió corriendo, mientras lo hacía Sonic le gritó que ya podía esperar sentada, eso hizo que Amy corriese más lejos aún. No había sido nada fácil de tragar aquella conversación, el erizo azul apoyó la espalda en la pared con los brazos cruzados, respiró hondo manteniendo a raya todo lo malo. Sí, era un héroe, quería serlo, pero no sabía si podría controlarse en el momento en el que se cruzase con Matt. Se abrazó a sí mismo y cerró los ojos.
-Ella cree en mí... al fin y al cabo fue con Tails a sacarme de la prisión...
Entonces se dio cuenta del irónico paralelismo que envolvía su aventura a la de Matt. Miró en la dirección en la que Amy se había ido, sabía que no decía en serio lo de irse, al menos no muy lejos, sólo tenía que esperar y ella volvería, mientras tanto decidió que la espera sería más amena estando junto a Tails. Entró de nuevo en la habitación, era algo cómico ver a Rouge sentada en la otra camilla preguntándole a Knuckles si estaba celoso, no sabía por qué se lo decía, pero la cara del equidna era muy graciosa, y ver que Tails volvía a estar despierto le animaba.
-¿Qué tal te encuentras?- Preguntó Sonic acercándose al pequeño kitsune.
-Mejor, dicen que me pondré bien pero que voy a estar una laaarga temporada sin trabajar.- Respondió Tails con voz débil. -Y tengo a Rouge para hacerme compañía.
-Oh, yo no puedo quedarme mucho... hay una esmeralda gigante que tengo que robar...- Se burló Rouge.
-Nonono, es mía.- Volvió a poner morros Knuckles.
-Jajaja, ay, sois malos, no me hagáis reír que duele.- Intentó no reír Tails.
-Mira el niño bonito que no se puede reír.- Rouge se estiró desde su camilla para rozar con los dedos la cara de Tails, éste se ruborizó. -Qué subsceptible estás ante las chicas últimamente...
-Las manos quietas.- Dijo Tete-chin entrando con unos libros en brazos. -¿Es que no tienes suficiente con el equidna?
-Eh, a mí no me metáis en esto.- Knuckles se puso en pie y dio dos pasos alejandose de la chica murciélago.
Sonic señaló los libros que llevaba Tete-chin, ella abrió uno, dijo que eran de Tails, que se los había pedido, pero al mirar un poco dentro del libro le dio un mareo.
-¡Ahhh! ¿qué es esto? todo son números raros, aquí no hay dibujitos...- Se quejó Tete-chin.
-No podré trabajar en mi taller, pero estudiar sí que puedo.- Ocultó su risa Tails.
-¿Es que no puedes leer cuentos como los niños normales?- Sacudió la cabeza Tete-chin.
-Deja que lea lo que quiera.- Sonrió Sonic.
-Si dejar le dejo... ¿y Amy?- Tete-chin miró a un lado y a otro.
-Se ha ido.- Dijo seco Sonic, como si no le echase importancia.
-¿Cómo que se ha ido? ¿a dónde?- Le interrogó Tete-chin.
-¿Cómo quieres que lo sepa? ella sabrá... ¿soy acaso su guardián?- Se burló Sonic.
-No, el guardián es Knuckles, tú eres SU héroe.- Se cruzó de brazos Tete-chin imitándole.
-Pues "el guardián" se va antes de que le vuelvan a meter en líos.- Dijo Knuckles saliendo por la puerta.
-¡Eh, Knux, espera!- Le llamó la atención Tete-chin. -Noa andaba buscándote.
-¡Pues que me encuentre!- Rió Knuckles mientras se iba.
Rouge puso una cara curiosa, parecía algo celosa, Tete-chin le dijo que se volviese a acostar, tenía que descansar, aunque ella se negaba, eso de mostrarse débil no iba con ella.
-Ay... pero si estábamos hablando de Amy...- Se acordó Tete-chin.
Sonic ahora la ignoraba, estaba ojeando uno de los libros de Tails, eso le hizo saber que definitivamente no quería tocar el tema.
Tenían un helicóptero preparado, todo listo para irse, aunque aún les quedaba un buen rato de camino, los tres iban ocultos en la parte trasera de un gran camión, un conductor simpatizante de su grupo se había ofrecido a llevarles, así que se relajaron. Matt no podía evitar pensar en ello, ¿era el final? ¿todo por lo que había luchado hasta ahora había sido en vano? quizás no era que no tuviese las respuestas, era más un problema de preguntas, había pasado demasiado tiempo mintiendo y engañando a todo el muno, usándoles en lo que él llamaba su causa, pobres inocentes, cada uno luchaba por la causa que creía era la verdadera, menos trabajo y más dinero, un mundo mejor, acabar con los políticos curruptos... él sólo buscaba destruir a los héroes y le entraba la risa con sólo pensar en la forma tan simple con la que engañó a todos aquellos ilusos, pero no le hacía tanta gracia cuando pensaba en sus "generales" quizás porque había pasado más tiempo con ellos, conociéndoles, porque lo único que de verdad le pareció real en su vida había sido aquel falso tiempo fingiendo que eran un grupo de amigos normal y corriente, que salían con Amy, que bromeaban y eran felices. Recordó cuando en la prisión Amy le preguntó por qué, recordaba perfectamente su cara, no estaba enfadada, sabía que estaba dolida, que le había hecho daño, y el por qué le hizo creer que eran amigos era verdad, la engañó para conseguir cierta información sobre el erizo... "¿por qué la engañé?" pensó para sí mismo, había otras formas para llegar hasta el erizo, podían atraparle de otra forma, sin embargo quiso tomar ese camino, quiso destruirla, destruirle a él, quiso ¿separarles? por eso hizo pensar que ella era la culpable de lo que le había pasado a Sonic. Aquella vez, Matt se ruborizó, parecía absurdo, todo lo que tenía planeado, pero se ruborizó cuando Amy se le quedó de muy cerca mirando y le dijo:
-Tienes un ojo más claro... te queda muy guapo...
Sonrió ante aquel pensamiento. Bajó la cabeza, estaba sentado con la espalda apoyada en un lado del camión, con Mimi apoyada a un lado y a Claws al otro, dormidas, no estaban cansadas, pero les gustaba estar así junto a él. Lástima para ellas que en ese momento Matt no pudiese dejar de pensar en Amy y sus palabras, querría tenerla ahí con él también, volver a robarle un beso. Sacudió fuerte la cabeza, ¿en qué estaba pensando? ahora no era el momento, tenía que pensar qué hacer, habían pillado a su grupo, sólo quedaban ellos y algunos simpatizantes, murmuró "Amy".
-¿Dices algo?- Se despertó Claws.
-Se me está ocurriendo...- Comenzó Matt. -Ya que se disuelve el grupo, que sea a lo grande...
-¡AHHH!- Se oyó un gran grito. -¡Sonikku es tonto!
La gente de la calle se tapó los oídos ante el gran ruido, pero a Amy eso no le importaba, siguió adelante andando entre la multitud.
-Tranquila, ya verás como pasa.- Arigata le dio una palmadita en la espalda a la chica rosa.
-Ari, gracias por acompañarme, de verdad que a veces no le entiendo.- Puso morros Amy.
Y como había supuesto Sonic, Amy no se había ido muy lejos, fue con Arigata de compras, eso la relajaba y de todas formas había buenas rebajas que aprovechar.
-Bien, intenta no separarte, que te emocionas demasiado comprando y...- Arigata se dio la vuelta, pero Amy ya no estaba.
Rió pensando que eso era normal, a pesar de ello tuvo un mal presentimiento, así que empezó a buscar a Amy, pero ni en la sección de ropa a mitad de precio la encontró, eso sí que le hizo malpensar, aunque vio una de las secciones completamente vacía y supuso que Amy había arrasado con todo en poco tiempo y se había vuelto a casa.
-Nyaaa, cuando se pone a comprar se olvida del resto del mundo...
De manera que decidió volver con los compañeros, se imaginaba a Amy mostrando sus modelitos nuevos a Sonic y él pasando de todo como siempre.
-Ya estoy aquí.- Saludó alegre Arigata. -¿Cómo está Tails?
-No se morirá.- Dijo Tete-chin sin levantar la vista del ordenador.
-Eo, hola, soy yo, que fui con Amy de compras.- Agitó los grazos Arigata.
-¿Eh?- Se giró Tete-chin. -Ah, eres tú.- Sonrió. -Me cansa que me pregunten todo el rato lo mismo, me he activado el "respuesta estandar" mentalmente...
Y mientras reían oyeron un ruido en la ventana, se giraron y vieron a Ash, la dragona azul, enganchada en ella.
-¡Enas, Ashilla!- Dijo Tete-chin abriendo la ventana. -¿Tú no estabas cuidando de la M.E. mientras Knux estaba aquí?
-¡Hola, sí! pero es que mientras volaba vi pasar el helicóptero de los Falling Star...
-Ah... y te lo cargaste...- Interrumpió Tete-chin.
-No, no, escucha.- Intentó continuar Ash.
-Y por cierto que no hablamos mucho de tu vida privada.- Siguió Tete-chin.
-Yo tenía que preguntarle algo a Tete...- Murmuró Arigata.
-¿Me escuchas?- Miró de reojo Ash.
-Sí, habla, pero no me eches esa mirada maliciosa...- Rió Tete-chin.
-Pues que no ataqué al helicóptero porque al acercarme vi por el cristal a Amy.
-¡Ah, eso era! qué despiste... Tete, ¿has visto a Amy?
-¿No estaba de compras contigo?- Preguntó Tete-chin a Arigata.
-Sí, pero nos separamos...- Hizo memoria la gata.
-¿Habéis escuchado lo que acabo de decir?
-Uh... sí...- Dijeron a la vez Arigata y Tete-chin. -Que han secues... ¡Amy!
continuará...
