Capítulo 13: Un nuevo compañero
Aterrizaron, a partir de ahí tenían que seguir a pie, en dirección a la cueva maldita, donde tantas veces había ido Matt a invocar al youko, pero esa vez iba a ser distinta, la serenidad que había mantenido en su interior siempre comenzaba a desaparecer, era como un presentimiento, como si algo obligatoriamente fuese a salir mal, y por una vez en mucho tiempo tuvo miedo.
-¿Qué pasa?- Preguntó Mimi al verle tan pensativo.
-¿Eh? nada... pensaba que ojalá supiese invocar sólo a Andru...- Pero sonrió y le acarició la cabeza removiéndole el pelo.
-¡Ah!- Mimi sacudió la cabeza, se cruzó de brazos. -Estás muy cariñoso últimamente.
-Perdona.- Matt giró la cara un momento.
-No, si no pasa nada, me gusta.- Mimi sonrió. -Es como tener un hermano mayor.
Le había costado tanto decir aquello, fingiendo durante tanto tiempo que no eran nada, que no había ningún tipo de relación en el grupo, que no eran amigos, pero ahora se había atrevido, entendía aquella época de cambios mejor que nadie, y se alegró de ver que Matt la miraba confuso un momento para luego sonreír.
-Dejad de hacer los tontos y vamos.- Les llamó Claws limpiando sus garras metálicas y guardándolas en los bolsillos de su larga chaqueta.
Sabían que les habían estado siguiendo para informar al erizo azul, su plan iba sobre ruedas, aunque no habían encontrado a Amy, si es que aún seguía viva, cosa que tenía muy preocupado a Matt, intentaba que no se le notase, pero era obvio que le importaba. Mimi les miró de reojo.
-Voy a dar una vuelta de reconocimiento, esperadme aquí.- Propuso la pequeña fenec.
Miró a Claws y salió corriendo. Ella parecía entender lo que había querido dar a entender, que les dejaba solos, cosa que Matt no entendió bien, no encontraba necesaria aquella acción aún.
-A lo mejor va a ver si encuentra a Amy...- Pensó en voz alta Matt.
Apretando los puños la equidna maldijo interiormente a la chica rosa, miró a Matt con rabia, intentó serenarse, respiró hondo, no fue capaz de decirle nada, a cambio se acercó mucho a él, cogiéndole desprevenido puso sus manos en la cara de él, le giró hacia ella y le besó. Matt se extrañó mucho, se separó de ella agitando la cabeza.
-¿Qué haces? éste no es el momento ni el lugar.
Pero ella le ignoró, se sacó el abrigo, se le volvió a acercar y haciendo uso de su fuerza se aferró a su cuello sin dejarle escapar, besándole de nuevo, no le dejaba hablar ni moverse, apretándole contra un árbol para cortarle la escapatoria. Matt cerró fuerte los ojos apretando más sus manos en los brazos de ella, los abrió de golpe y usó la fuerza que le había dado el youko para sacársela de encima tirándola violentamente contra el suelo sin ser consciente de su fuerza.
-¡He dicho que basta!- Le gritó.
No se había dado muy fuerte, pero la había rechazado, y eso sí que dolía realmente, se medio reincorporó pero quedó sentada en el suelo, agarrando su brazo bueno que ahora le dolía, no quiso ni mirarle, incluso por un instante le odió, intentaba aguantar, pero no fue capaz, se echó a llorar como no lo había hecho nunca. Matt notó algo desquebrajarse dentro de él, rápidamente se puso a su lado.
-¡Perdona, no quería hacerte daño! aún no soy consciente de la fuerza que tengo, lo siento, de verdad.- Y aunque apoyó una rodilla a su lado no fue capaz de tocarla, acercó su mano hasta ella y volvió atrás.
Pero Claws siguió llorando girándole la cara, pensó que era un idiota porque aún no se había dado cuenta de por qué lloraba, y ella también una idiota por no ser capaz de dejar de llorar.
-Venga, Cal, lo siento, deja de llorar.- No sabía cómo consolarla ni cómo tocarla o cogerla.- No llores...
-¡Idiota!- Gritó al fin Claws. -¿Por qué no dejas de pensar en ella? ¿todo este tiempo juntos no ha significado nada para ti?
Claws se abrazó a sí misma bajando la cabeza, siguió llorando. Matt se la quedó mirando, lo había entendido, Amy tenía razón, no se había dado cuenta de lo que pasaba, eso le entristeció, se sintió tan mal en ese momento viéndola llorar, que deseó que nunca más llorase así.
-Lo siento...- Repitió el erizo.
Sabía que por mucho que lo dijese, ella no iba a dejar de llorar, él mejor que nadie sabía que cuando las lágrimas querían salir no había fuerza divina ni demoniaca que lo evitase, así que sólo pudo sentarse a su lado viendo cómo iba disminuyendo la luz del día.
-No sabes todo lo que he hecho por ti...- Pareció más calmada Claws mirando al frente. -¿Para qué perseguimos al youko? tenemos un demonio aquí mismo.- Aunque el enfado aún no se le había pasado.
"No te lo negar" pensó Matt girando un poco la cara.
-He mentido, he engañado, he matado a "inocentes" por ti, me manché las manos de sangre y en ocasiones fue la mía propia la que se derramó.- Puso una de sus manos delante de ella misma. -Sólo quería que siguieses sujetándome... parecías saber lo que necesitaba, que sólo con seguirte conseguiría mi objetivo.- Volvió a poner su mano donde estaba rodeando sus piernas, apoyó la cabeza sobre sus rodillas encogidas. -No me sorprende que este sea el final, por todo lo que hemos hecho arderemos en el infierno y ni siquiera eso me asusta.
-¡Venga ya! no digas eso.- Le cortó Matt.
-¿Por qué no? es la verdad, vi tanta maldad a mi alrededor de pequeña que me hice como ellos en vez de rebelarme, fui una cobarde y ahora pago por ello.
-Eh, no te pongas así, no eres tan mala como quieres aparentar, en el fondo todos somos buenos...- Matt se acercó un poco a ella.
-¡No hables como ella!- Le dio un empujón. -La odio...
Matt se volvió a sentar como estaba, serio, pensativo, la volvió a mirar.
-Amy no saltó del helicóptero, ¿verdad?
-¿Saltar?- Claws rió un poco disimulando una lágrima que aún vagabundeaba por su rostro. -La muy imbécil, aún estando acorralada entre nosotras y el vacío andaba diciendo "no te preocupes, todo saldrá bien", me dio tanta rabia, quise arrancarle con mis garras aquella expresión de su bonita cara...
-¿Cal?- Le llamó la atención al ver que se había callado. -¿La tiraste?
-...No pude...- Claws se puso seria. -Me volví cobarde de nuevo... como cuando murió mi hermano, sólo pude ver cómo Knuckles le lanzaba por el borde de la isla flotante. Sé que mi hermano no iba en son de paz precisamente, pero no hacía falta que le matase, por eso al ver a Amy caer quise ayudarla, pero no llegué a tiempo...
-¿Qué pasó?- Interrogó Matt.
Pero no le dijo nada más, silenció su corazón cerrando los ojos hasta que Matt se levantó. Ya había caído la oscuridad sobre ellos y la brisa comenzaba a colarse por las rendijas del traje de Claws.
-De verdad pensé...- Pensaba en voz alta Claws. -que podíamos ser "algo más", al fin y al cabo tú me salvaste aquella vez... y ahora me quedo sola... otra vez...
Notó su abrigo rodeándola.
-No estás sola, comenzamos esto juntos y lo acabaremos juntos...- Sonó la voz de Matt a su espalda.
Claws se quiso dar la vuelta pero él no la dejó, la rodeó con los brazos cariñosamente.
-Matty... yo...
-Shh... no digas nada, dame tiempo, deja que lo piense, y entonces ya podrás decírlemlo.- Terminó la conversación Matt.
Caía, lo estaba viendo, viviendo, la distancia parecía inmensa entre el helicóptero y el suelo, no podía reaccionar, se le cayeron las lágrimas al ver que no era capaz ni de gritar el nombre de su héroe. Apretó los dientes al notar el roce de las ramas de los árboles, pero no sintió nada más, ni dolor, abrió un ojo pero no vio nada, todo estaba oscuro, ella era la única luz hasta que por su lado pasó a toda velocidad un haz azul de luz, se llenó por dentro de alegría y esperanza intentando seguirle, pero cuando se detuvo, Sonic no la miró, miraba al frente, allí esperando estaba Matt. Amy intentó detenerles, pero no la veían, no podían oírla, era todo tan frustrante que quiso gritar, y gritó, tan fuerte que pareció retumbar por entera su visión, cayó de rodillas con un dolor agudo en el brazo, sin poder moverlo, casi sin respirar, sintió otros pequeños golpes, no tan fuertes, pero volvió a gritar con el dolor de su brazo que de nuevo le dolía mucho. Alzó su vista y le vio, su héroe, el erizo azul sonriendo, la tomó en brazos y ella se aferró con su brazo bueno a él con tal fuerza que le pareció real, incluso lloró susurrando su nombre "Sonikku". De repente aquella visión desapareció y con ella Sonic, Amy sintió que caía de los brazos del erizo azul, intentó ponerse derecha gritando.
-No te levantes.- Oyó una voz a su lado acompañada de unas manos que se posaban en sus hombros para recostarla de nuevo.
Aquello comenzaba a parecer real, veía borroso en un principio y no supo contestar las preguntas del que estaba a su lado.
-¿Me oyes? ¿cuántos dedos ves?- Puso dos dedos delante de ella.
-Dos...- Dijo débilmente Amy.
Amy puso su mano sobre el brazo que le dolía, lo tenía entablillado.
-Te has roto el brazo.- Aclaró la voz.
Comenzó a ver más claro, pareció un brillo dorado al principio, y de verdad deseó que fuese Super Sonic, pero a medida que parpadeaba pudo distinguir a un erizo amarillo claro brillante, parecía bastante más mayor que Sonic.
-¿Quién eres?- Susurró Amy.
-Me llamo Takeshi.- Sonrió el erizo dulcemente.
-Yo soy...- Comenzó Amy.
-Amy Rose, lo sé, como para no conocerte...- Rió Takeshi.
Aquel erizo amarillo de ojos verdes se presentó ante ella como el mayor seguidor de Sonic, como un "megafriki".
-Uh... te llevarías bien con Tete-chin...- Murmuró Amy.
-Jaja, conozco su web... pse... no está mal... pero yo soy más friki.
Aquello hizo reír a Amy, cosa que le recordó que le dolía el brazo, no tuvo más remedio que preguntar qué había pasado. Cogió una silla y se sentó a su lado, le explicó que la vio caer, que tuvo suerte de las ramas de los árboles que frenaron su caída, igualmente a parte del brazo roto tenía algunas contusiones por el cuerpo y la cabeza, y rozaduras por un tobillo.
-¿No habría sido mejor llevarme a un hospital?- Interrumpió Amy.
-Estamos en medio de la nada.
En medio del bosque para ser más exactos, no llegaba hasta ahí ninguna ambulancia y el camino era demasiado largo hasta la ciudad más cercana, no habría llegado viva, de todas formas le explicó que él trabajaba en un hospital, que podía estar tranquila. Amy suspiró aliviada, le dio las gracias sonriendo.
-¿Y qué eres? ¿enfermero? ¿médico?- Interrogó al friki.
-Cocinero.
En ese momento se le heló la sangre.
-Eh, tranquila, también ayudo cuando falta personal, soy del voluntariado...
-No sé por qué, eso no me consuela mucho... a saber... ahora que estoy indefensa si te querrás aprovechar de mí... con lo mayor que eres...- Amy le miró con desconfianza haciéndose la víctima.
-Qué dices... no soy tan mayor... acabo de cumplir los 30.
-¡Oh, yo te hacía más joven! ¡eres un viejo! (como Tete-chin)
Takeshi se puso en plan infantil a girar la cabeza de un lado a otro diciendo que no era viejo. Amy rió más despreocupada.
continuará...
