Se habían desplazado un poco del lugar, en parte para estar solos, más que nada tenían que saldar una cuenta pendiente entre ellos, entre equidnas de tribus rivales, pero más hondo aún, la venganza de Claws, que después de todo lo que había pasado se había convertido de nuevo en su principal meta. Meta que no tenía sentido si Knuckles no se enteraba de qué iba.
-¿Pero cómo es posible que aún no me recuerdes?- Lanzó otro ataque furioso Claws.
Knuckles lo esquivó, le dio un puñetazo que hizo a la chica dar una voltereta en el aire cayendo su sombrero, se puso en guardia esperando un nuevo ataque de Knuckles, pero él no estaba ni en guardia, estaba derecho a unos pasos de ella, sólo la miraba con su expresión normal, algo seria, ni sorprendido ni furioso, inamovible como una montaña, al menos a los ojos de ella que ahora incluso le parecía realmente tan grande y poderoso como una montaña, esperaba su ataque pero siguió sin moverse.
-¡¿A qué esperas?!- Le gritó de nuevo Claws volviendo a atacar.
Esta vez Claws atacó primero con su brazo metálico, el que tenía aquella fuerza superior. Knuckles lo pudo bloquear pero no reaccionar lo suficientemente rápido como para detener su otro ataque, dejándole una gran herida en un brazo, arañazos profundos que dejaron derramar la misma sangre que tan jubilosa Claws festejaba en las prolongaciones metálicas de sus dedos.
-¿Lo ves? no tienes nada que hacer conmigo, soy más fuerte y ágil que tú.- Fanfarroneó Claws. -Venga, nene, no estás dando lo mejor de ti, incluso nuestro anterior encuentro fue más emocionante.
-Je, ¿tú más fuerte que yo?- Salió su orgullo de guerrero desde lo más profundo de su ser.
-Hombre, por fin hablas... ahora te sacaré los recuerdos a puñetazos si hace falta...- Sacudió sus garras Claws.
-¿Cambiaría algo?
La pregunta pilló por sorpresa a Claws.
-Entonces me recuerdas.
Knuckles no lo afirmó ni lo negó, pero al ver que ella no volvía a atacar, al saber que esperaba una respuesta resopló con fastidio.
-¿Por qué quieres que te recuerde? no tiene sentido.- Hizo un gesto con el brazo bueno quitándole importancia. -Desde pequeño me han enseñado a matar si es necesario para defender mi isla y mi esmeralda, no te creas tan importante, porque he acabado con muchos. A tu hermano... lo tiré por el borde de Angel Island, ¿y qué?
-¡Maldito bastardo!- Aquellas palabras no hicieron más que enfurecer más a Claws.
Intercambiaron unos cuantos golpes más, y aunque Knuckles estaba herido no parecía influirle mucho. La chica recibió un mal golpe y notó que le comenzaba a costar levantarse. Knuckles caminó hasta ella.
-¿Pero sabes qué?- La cogió de un brazo levantándola. -El que era entonces ya no lo soy ahora.
Claws le miró un momento, se soltó del brazo y le dio una patada para alejarle de ella.
-¿Qué me estás contando? tú mismo lo has admitido, nos entrenan desde niños para que aprendamos que debemos atacar para evitar ser atacados, ¿quieres decir que ya no sigues tus propias creencias?
-Simplemente,- Knuckles se levantó y se sacudió. -he crecido.
En ese momento Claws no entendió por qué aquellas palabras le hacían daño, ¿acaso se refería a que ella no había crecido? quizá realmente no lo había hecho, estaba enfrascada en su pasado, en su hermano, en su venganza, en todo aquello que tenía que hacerla más fuerte pero que no le había dejado crecer, seguía igual que entonces, con su misma mentalidad y todo lo que había vivido hasta ahora parecía un sueño de verano.
-Pero yo no puedo evolucionar,- Sonó la voz de Claws más calmada. -porque soy una estrella caída.
Como si de un último brillo se tratase, la energía surgió desde lo más profundo de su alma, dejando todo en manos del destino y de aquel último ataque, estaba dispuesta a todo por acabar de una vez con aquel tema, sentía que en aquellos minutos había crecido más que en toda su vida y que era el momento de finalizar, el momento en el que la estrella fugaz desaparecía en el horizonte. Pero Knuckles no tenía intención de dejar extinguir ninguna luz, respondió al ataque usando sus propios poderes, último ataque en el que las zarpas de Claws se partieron cayendo rotas al suelo. Desde ahí, boca abajo, sabiendo que había perdido, Claws no se sintió tan abatida como esperaba, intentó levantarse consciente de que casi no se tenía en pie.
-...Porque... soy una estrella caída... desde que Matt me ofreció su mano cuando nadie más lo hizo...- Con su voz débil, tambaleante, Claws finalizó la conversación.
Pero no se desplomó en el suelo, Knuckles cogió en brazos aquel cuerpo inconsciente, sin mirarla, cerrando los ojos y pensando en voz alta.
-Puedes estar orgullosa, como estrella has brillado intensamente hasta el final, y de todas formas... tú y yo no somos tan distintos.- La miró. -Hace tiempo, por un momento, yo también fui una estrella fugaz, y en aquel entonces fue Sonic quien me dio su mano y salvó mi vida y mi alma.
Se la llevó sin darse cuenta que desde las ramas más ocultas de un árbol le observaban.
-Vaya, que maduro se ha vuelto.- Sonó la voz de la chica murciélago.
Estaba sentada sobre una rama con su vista fija en el equidna rojo.
-Rouge, por favor, controla esos suspiros, que me estás dando náuseas...- Medio rió Shadow.
Él estaba de pie en la rama a su lado.
-Me encanta que seas tan simpático.- Le giró la cara algo enojada y ruborizada.
-Culpa tuya, no has parado hasta que te he traído a ver cómo estaba el equidna.- Se cruzó de brazos el erizo negro.
-No, culpa de Tete-chin, que se ha puesto a mandarme mensajes diciendo que Sonic y Knuckles se iban ellos solos a "la batalla final"- Rouge apretó un puño delante de ella, furiosa. -¡¿Qué demonios significa para Tete-chin eso de "batalla final"!
Shadow hizo "hum" ocultando su risa.
A medida que Mimi le explicaba lo que sabía, las piezas fueron encajando para Andrew. Una vez acabó esperó un poco a que lo asimilase, aunque claro, ella no sabía cómo debía tomarse el muchacho aquello, engañado por su padre y por aquel que una vez le dijo que le ayudaría, ella lo sabía mejor que nadie, se había preocupado de conocer la historia de todos, al igual que conocía los secretos de Matt y Claws conocía los de Andrew, aunque de él no le costó saberlos, se los confió sin echarles mucha importancia en sus conversaciones, podía ser porque ella no tenía claro lo que quería y se apoyaba en lo que querían los demás.
-¿Y bien?- Dijo al verle pensativo.
Él dirigió sus ojos demoníacos hacia ella, unos ojos amarillos que brillaban en la oscuridad como un depredador, pero al contrario del resto de depredadores, su mirada no era agresiva, tenía una profundidad cálida que evitaba asustar a Mimi.
-¿Qué?- Dijo él intentando no mostrar ninguna emoción.
-Si aún estás aquí (aunque no sea de cuerpo presente exactamente) es porque estás pensando qué hacer.
-¿Qué esperas que diga?- Medio sonrió Andrew. -Si está pasando todo lo que me has contado, si tenemos otra oportunidad para empezar de nuevo, siempre será mejor que quedarme aquí.
-¿Y Matt?- Se impacientó Mimi, tenía que saber la respuesta.
-Aunque me haya engañado, él no tiene toda la culpa, mi padre es muy listo y ha sabido aprovechar la situación.- Andrew se puso en pie e hizo un gesto gracioso. -Me quito el sombrero ante mi padre que ha sido el único ser capaz de engañar a Matt Fallingstar.
Mimi se echó a reír.
-Qué irónico sería ahora que todos nos volviésemos buenos...- Miró hacia un lado Mimi.
-No tanto, realmente ninguno de nosotros estaba contento con lo que tenía. No sé si verdaderamente aquella tía fue la que mató a mi madre, pero no sentí ningún tipo de "paz espiritual" cuando la vencí...- Andrew se removió un poco el flequillo, -Ya sabes el poder que te da el tener el pie sobre el cuello de alguien.
-Con esa frase... has hablado como un auténtico demonio...- Se encogió de hombros Mimi.
Vadeó un poco y apoyó su espalda astral en la pared.
-Será porque soy un demonio... pero a la vez por mis venas corre sangre mortal, y más que sentirme a gusto en el inframundo siento que ahí fuera hay mucho más que ver.
Mimi anotó eso como un "s" en su mente, al final iban a volver a estar todos juntos, con los contactos de Matt podrían irse lejos y empezar una nueva vida, sólo tenía que seguir las indicaciones de Andrew para sacarle de ahí sin que su padre pudiese hacer nada.
No era que se creyese muy listo, pero Matt sabía bien que en un cuerpo a cuerpo con Sonic sólo podría vencerle si no le podía ver llegar, con su camuflaje óptico podía compensar la gran velocidad de Sonic, al menos ya le había dado un par de veces y él casi no había recibido. De una patada, Sonic rodó por el suelo cayendo la mochila donde llevaba las esmeraldas del caos. Matt recogió una del suelo, pero Sonic se la arrebató en un instante con su habitual velocidad.
-¿Realmente piensas que con esas joyas puedes vencerme? ¿qué intentas? ¿comprarme?- Rió Matt.
Sonic jugueteó con la emerald, la alzó delante de él.
-¿Tienes ganas de ver cómo las uso?- La joya comenzó a brillar.
El brillo de la chaos emerald reflejó un poco en el camuflaje óptico de Matt, momento que aprovechó Sonic para echársele encima. Dando un par de vueltas acabaron forcejeando en el suelo, el camuflaje se desactivó.
-¿Crees que puedes vencerme? Soy más fuerte que tú.- Fanfarroneó Matt desde el suelo.
-He vencido robots más fuertes que tú.- Rió Sonic.
Se dieron la vuelta quedando Sonic de espaldas al suelo, que por mucho que lo intentó no pudo sacarse a Matt de encima.
-Qué héroe más patético...- Se burló Matt. -No eres capaz de vencerme y ni siquiera has podido salvar a la chica.
Bajo sus manos, Matt notó un momento de inmovilidad por parte de Sonic, luego volvió a forcejear.
-¿Por qué debería creerte? Los malos nunca dicen la verdad.- Medio sonrió Sonic.
Acercándose mucho, Matt puso su boca casi pegada a la oreja de Sonic, susurrándole.
-Porque es más divertido ver cómo duele la verdad... tenías que haberla visto gritar tu nombre cuando la tiré del helicóptero.
Sonic rápidamente movió la cabeza y le dio un cabezazo apartándole de él, dio un salto hacia atrás y esperó un momento, la culpa la tenía aquella pesadilla que había tenido, pensaba que sólo había sido un sueño, pero las palabras de Matt le hacían pensar lo peor, ¿realmente había sido capaz de hacerle daño? Matt se levantó con la ceja sangrando, pasó dos dedos por delante de la herida y miró un momento la sangre.
-¿Te ensucias las manos? todos los héroes sois iguales.- Se echó a reír de forma histérica.
Sonic no lo entendió, le veía reírse a carcajadas y por ese momento le pareció que estaba loco de verdad, un tipo así no podría tramar nunca nada bueno, y como ya había notado antes, le dolía pensar que le había hecho daño a Amy, sintió tanta rabia, tanta impotencia, que hizo crecer su odio por Matt hasta el punto de pensar que aunque podía vencerle, sin usar las esmeraldas del caos, decidió usarlas, no el Chaos Control, usarlas de verdad, quería machacarle hasta que no quedase nada de él.
-Esto va a ser divertido...- Susurró Matt. -La decadencia de un héroe.
Invocando el poder de las joyas, concentrando su energía, Sonic comenzó a notar sus púas alzarse por el poder, notaba sus manos temblar y batallaba por controlar el caos. Sólo podía pensar en las ganas que tenía de acabar con Matt, por un momento se olvidó del resto del mundo, que Tails aún estaba herido, que no sabía cómo iba Knuckles en su propio combate, olvidó todo lo que habían hecho hasta ahora y todo lo que habían vivido, sólo con su objetivo de borrar del mapa a Matt delante de sus ojos, le veía demasiado tranquilo, ni se había puesto en guardia. Un estallido de luz oscureciéndose, una energía expandiéndose, y Sonic cayó sin haberse transformado, seguía azul, de rodillas en el suelo como si hubiese agotado su energía.
-¿Qué... qué demonios ha pasado?- Apoyó sus manos en el suelo.
-Que ya no eres un héroe...- Se burló Matt.
Sintiendo aquella palabras agujas punzantes, Sonic apretó entre sus dedos la hierba bajo sus manos y pensó con intensidad "Amy..."
Derrapando un poco, Takeshi enderezó en la dirección que Amy le había indicado. Amy sintió algo, una presión en el corazón, había oído la voz de Sonic llamándola.
-Sonikku...- Pensó en voz alta.
Y se agarró más fuerte a Takeshi deseando llegar lo antes posible.
-¿Pero cómo es posible que aún no me recuerdes?- Lanzó otro ataque furioso Claws.
Knuckles lo esquivó, le dio un puñetazo que hizo a la chica dar una voltereta en el aire cayendo su sombrero, se puso en guardia esperando un nuevo ataque de Knuckles, pero él no estaba ni en guardia, estaba derecho a unos pasos de ella, sólo la miraba con su expresión normal, algo seria, ni sorprendido ni furioso, inamovible como una montaña, al menos a los ojos de ella que ahora incluso le parecía realmente tan grande y poderoso como una montaña, esperaba su ataque pero siguió sin moverse.
-¡¿A qué esperas?!- Le gritó de nuevo Claws volviendo a atacar.
Esta vez Claws atacó primero con su brazo metálico, el que tenía aquella fuerza superior. Knuckles lo pudo bloquear pero no reaccionar lo suficientemente rápido como para detener su otro ataque, dejándole una gran herida en un brazo, arañazos profundos que dejaron derramar la misma sangre que tan jubilosa Claws festejaba en las prolongaciones metálicas de sus dedos.
-¿Lo ves? no tienes nada que hacer conmigo, soy más fuerte y ágil que tú.- Fanfarroneó Claws. -Venga, nene, no estás dando lo mejor de ti, incluso nuestro anterior encuentro fue más emocionante.
-Je, ¿tú más fuerte que yo?- Salió su orgullo de guerrero desde lo más profundo de su ser.
-Hombre, por fin hablas... ahora te sacaré los recuerdos a puñetazos si hace falta...- Sacudió sus garras Claws.
-¿Cambiaría algo?
La pregunta pilló por sorpresa a Claws.
-Entonces me recuerdas.
Knuckles no lo afirmó ni lo negó, pero al ver que ella no volvía a atacar, al saber que esperaba una respuesta resopló con fastidio.
-¿Por qué quieres que te recuerde? no tiene sentido.- Hizo un gesto con el brazo bueno quitándole importancia. -Desde pequeño me han enseñado a matar si es necesario para defender mi isla y mi esmeralda, no te creas tan importante, porque he acabado con muchos. A tu hermano... lo tiré por el borde de Angel Island, ¿y qué?
-¡Maldito bastardo!- Aquellas palabras no hicieron más que enfurecer más a Claws.
Intercambiaron unos cuantos golpes más, y aunque Knuckles estaba herido no parecía influirle mucho. La chica recibió un mal golpe y notó que le comenzaba a costar levantarse. Knuckles caminó hasta ella.
-¿Pero sabes qué?- La cogió de un brazo levantándola. -El que era entonces ya no lo soy ahora.
Claws le miró un momento, se soltó del brazo y le dio una patada para alejarle de ella.
-¿Qué me estás contando? tú mismo lo has admitido, nos entrenan desde niños para que aprendamos que debemos atacar para evitar ser atacados, ¿quieres decir que ya no sigues tus propias creencias?
-Simplemente,- Knuckles se levantó y se sacudió. -he crecido.
En ese momento Claws no entendió por qué aquellas palabras le hacían daño, ¿acaso se refería a que ella no había crecido? quizá realmente no lo había hecho, estaba enfrascada en su pasado, en su hermano, en su venganza, en todo aquello que tenía que hacerla más fuerte pero que no le había dejado crecer, seguía igual que entonces, con su misma mentalidad y todo lo que había vivido hasta ahora parecía un sueño de verano.
-Pero yo no puedo evolucionar,- Sonó la voz de Claws más calmada. -porque soy una estrella caída.
Como si de un último brillo se tratase, la energía surgió desde lo más profundo de su alma, dejando todo en manos del destino y de aquel último ataque, estaba dispuesta a todo por acabar de una vez con aquel tema, sentía que en aquellos minutos había crecido más que en toda su vida y que era el momento de finalizar, el momento en el que la estrella fugaz desaparecía en el horizonte. Pero Knuckles no tenía intención de dejar extinguir ninguna luz, respondió al ataque usando sus propios poderes, último ataque en el que las zarpas de Claws se partieron cayendo rotas al suelo. Desde ahí, boca abajo, sabiendo que había perdido, Claws no se sintió tan abatida como esperaba, intentó levantarse consciente de que casi no se tenía en pie.
-...Porque... soy una estrella caída... desde que Matt me ofreció su mano cuando nadie más lo hizo...- Con su voz débil, tambaleante, Claws finalizó la conversación.
Pero no se desplomó en el suelo, Knuckles cogió en brazos aquel cuerpo inconsciente, sin mirarla, cerrando los ojos y pensando en voz alta.
-Puedes estar orgullosa, como estrella has brillado intensamente hasta el final, y de todas formas... tú y yo no somos tan distintos.- La miró. -Hace tiempo, por un momento, yo también fui una estrella fugaz, y en aquel entonces fue Sonic quien me dio su mano y salvó mi vida y mi alma.
Se la llevó sin darse cuenta que desde las ramas más ocultas de un árbol le observaban.
-Vaya, que maduro se ha vuelto.- Sonó la voz de la chica murciélago.
Estaba sentada sobre una rama con su vista fija en el equidna rojo.
-Rouge, por favor, controla esos suspiros, que me estás dando náuseas...- Medio rió Shadow.
Él estaba de pie en la rama a su lado.
-Me encanta que seas tan simpático.- Le giró la cara algo enojada y ruborizada.
-Culpa tuya, no has parado hasta que te he traído a ver cómo estaba el equidna.- Se cruzó de brazos el erizo negro.
-No, culpa de Tete-chin, que se ha puesto a mandarme mensajes diciendo que Sonic y Knuckles se iban ellos solos a "la batalla final"- Rouge apretó un puño delante de ella, furiosa. -¡¿Qué demonios significa para Tete-chin eso de "batalla final"!
Shadow hizo "hum" ocultando su risa.
A medida que Mimi le explicaba lo que sabía, las piezas fueron encajando para Andrew. Una vez acabó esperó un poco a que lo asimilase, aunque claro, ella no sabía cómo debía tomarse el muchacho aquello, engañado por su padre y por aquel que una vez le dijo que le ayudaría, ella lo sabía mejor que nadie, se había preocupado de conocer la historia de todos, al igual que conocía los secretos de Matt y Claws conocía los de Andrew, aunque de él no le costó saberlos, se los confió sin echarles mucha importancia en sus conversaciones, podía ser porque ella no tenía claro lo que quería y se apoyaba en lo que querían los demás.
-¿Y bien?- Dijo al verle pensativo.
Él dirigió sus ojos demoníacos hacia ella, unos ojos amarillos que brillaban en la oscuridad como un depredador, pero al contrario del resto de depredadores, su mirada no era agresiva, tenía una profundidad cálida que evitaba asustar a Mimi.
-¿Qué?- Dijo él intentando no mostrar ninguna emoción.
-Si aún estás aquí (aunque no sea de cuerpo presente exactamente) es porque estás pensando qué hacer.
-¿Qué esperas que diga?- Medio sonrió Andrew. -Si está pasando todo lo que me has contado, si tenemos otra oportunidad para empezar de nuevo, siempre será mejor que quedarme aquí.
-¿Y Matt?- Se impacientó Mimi, tenía que saber la respuesta.
-Aunque me haya engañado, él no tiene toda la culpa, mi padre es muy listo y ha sabido aprovechar la situación.- Andrew se puso en pie e hizo un gesto gracioso. -Me quito el sombrero ante mi padre que ha sido el único ser capaz de engañar a Matt Fallingstar.
Mimi se echó a reír.
-Qué irónico sería ahora que todos nos volviésemos buenos...- Miró hacia un lado Mimi.
-No tanto, realmente ninguno de nosotros estaba contento con lo que tenía. No sé si verdaderamente aquella tía fue la que mató a mi madre, pero no sentí ningún tipo de "paz espiritual" cuando la vencí...- Andrew se removió un poco el flequillo, -Ya sabes el poder que te da el tener el pie sobre el cuello de alguien.
-Con esa frase... has hablado como un auténtico demonio...- Se encogió de hombros Mimi.
Vadeó un poco y apoyó su espalda astral en la pared.
-Será porque soy un demonio... pero a la vez por mis venas corre sangre mortal, y más que sentirme a gusto en el inframundo siento que ahí fuera hay mucho más que ver.
Mimi anotó eso como un "s" en su mente, al final iban a volver a estar todos juntos, con los contactos de Matt podrían irse lejos y empezar una nueva vida, sólo tenía que seguir las indicaciones de Andrew para sacarle de ahí sin que su padre pudiese hacer nada.
No era que se creyese muy listo, pero Matt sabía bien que en un cuerpo a cuerpo con Sonic sólo podría vencerle si no le podía ver llegar, con su camuflaje óptico podía compensar la gran velocidad de Sonic, al menos ya le había dado un par de veces y él casi no había recibido. De una patada, Sonic rodó por el suelo cayendo la mochila donde llevaba las esmeraldas del caos. Matt recogió una del suelo, pero Sonic se la arrebató en un instante con su habitual velocidad.
-¿Realmente piensas que con esas joyas puedes vencerme? ¿qué intentas? ¿comprarme?- Rió Matt.
Sonic jugueteó con la emerald, la alzó delante de él.
-¿Tienes ganas de ver cómo las uso?- La joya comenzó a brillar.
El brillo de la chaos emerald reflejó un poco en el camuflaje óptico de Matt, momento que aprovechó Sonic para echársele encima. Dando un par de vueltas acabaron forcejeando en el suelo, el camuflaje se desactivó.
-¿Crees que puedes vencerme? Soy más fuerte que tú.- Fanfarroneó Matt desde el suelo.
-He vencido robots más fuertes que tú.- Rió Sonic.
Se dieron la vuelta quedando Sonic de espaldas al suelo, que por mucho que lo intentó no pudo sacarse a Matt de encima.
-Qué héroe más patético...- Se burló Matt. -No eres capaz de vencerme y ni siquiera has podido salvar a la chica.
Bajo sus manos, Matt notó un momento de inmovilidad por parte de Sonic, luego volvió a forcejear.
-¿Por qué debería creerte? Los malos nunca dicen la verdad.- Medio sonrió Sonic.
Acercándose mucho, Matt puso su boca casi pegada a la oreja de Sonic, susurrándole.
-Porque es más divertido ver cómo duele la verdad... tenías que haberla visto gritar tu nombre cuando la tiré del helicóptero.
Sonic rápidamente movió la cabeza y le dio un cabezazo apartándole de él, dio un salto hacia atrás y esperó un momento, la culpa la tenía aquella pesadilla que había tenido, pensaba que sólo había sido un sueño, pero las palabras de Matt le hacían pensar lo peor, ¿realmente había sido capaz de hacerle daño? Matt se levantó con la ceja sangrando, pasó dos dedos por delante de la herida y miró un momento la sangre.
-¿Te ensucias las manos? todos los héroes sois iguales.- Se echó a reír de forma histérica.
Sonic no lo entendió, le veía reírse a carcajadas y por ese momento le pareció que estaba loco de verdad, un tipo así no podría tramar nunca nada bueno, y como ya había notado antes, le dolía pensar que le había hecho daño a Amy, sintió tanta rabia, tanta impotencia, que hizo crecer su odio por Matt hasta el punto de pensar que aunque podía vencerle, sin usar las esmeraldas del caos, decidió usarlas, no el Chaos Control, usarlas de verdad, quería machacarle hasta que no quedase nada de él.
-Esto va a ser divertido...- Susurró Matt. -La decadencia de un héroe.
Invocando el poder de las joyas, concentrando su energía, Sonic comenzó a notar sus púas alzarse por el poder, notaba sus manos temblar y batallaba por controlar el caos. Sólo podía pensar en las ganas que tenía de acabar con Matt, por un momento se olvidó del resto del mundo, que Tails aún estaba herido, que no sabía cómo iba Knuckles en su propio combate, olvidó todo lo que habían hecho hasta ahora y todo lo que habían vivido, sólo con su objetivo de borrar del mapa a Matt delante de sus ojos, le veía demasiado tranquilo, ni se había puesto en guardia. Un estallido de luz oscureciéndose, una energía expandiéndose, y Sonic cayó sin haberse transformado, seguía azul, de rodillas en el suelo como si hubiese agotado su energía.
-¿Qué... qué demonios ha pasado?- Apoyó sus manos en el suelo.
-Que ya no eres un héroe...- Se burló Matt.
Sintiendo aquella palabras agujas punzantes, Sonic apretó entre sus dedos la hierba bajo sus manos y pensó con intensidad "Amy..."
Derrapando un poco, Takeshi enderezó en la dirección que Amy le había indicado. Amy sintió algo, una presión en el corazón, había oído la voz de Sonic llamándola.
-Sonikku...- Pensó en voz alta.
Y se agarró más fuerte a Takeshi deseando llegar lo antes posible.
