Disclaimer: Si te gusta lo que lees la mayoría pertenece a JKR pero el resto es nuestro, no se presta, no se permite que lo utilices por que es de las Guilmains y si te atreves a coger algun hechizo o idea sufrirás las consecuencias... Y te aseguro que somos expertas.

Hola chicos voy rapidito que me encuentgro algo mal. Respondo rr y os dejo leer.

Kata: Tu casi siempre la primera, ayer el rr llegó super rápido. No te enteraste? Lo siento pero esa parte del duelo ya está acabada no esperes ver nada más acerca de esa maldición, así que te explico lo que pasó: Bella le lanzó una maldición negra, esta hacía que tu propia mente te acosara con tu mayor miedo, por eso Sirius lo que ve es a Harry sufriendo y a punto de morir a manos de Voldemort. EL uso del latin, pues algo por el que hacer interesante la cosa. Como ella lanza un maleficio mental es la mente la que tiene que sobreponerse a ella. Es algo así como cuando te resistes a un Imperius. Espero que te sirva de algo, las frases en latin hay que pensarlas enfocadas a la idea del maleficio solo así le encuentras sentido. Nos vemos.

Celina: ¿Seguro que ha sido Ron:D En fin ya lo verás. Ten cuidado con canoas y demás y no te pongas mala que para eso ya lo estoy yo. Veremos a ver si encima de que Mahe esta fuera no os tengo que dejar en la estacada a causa de la fiebre.

Seika: Creo que tu si has apreciado el capôulo¿como es eso que dos de tus frases ya están en el nick? No me dices cuales son... Bueno me alegra que veas así el capitulo por que me costó un "huevo de dragón " hacerlo que el latin para mí resulta un suplicio, pero quería algo original. ¿tu crees que con el aviso de ayer los Sirusianos no se animan? Jo diles que lo hagan please! que no nos comemos a nadie y aun queda mucho de vuestro querido merodeador por saber y me gustaría saber que opinan al menos de lo referente a él.

Marc: Gracias chico hoy has sido más expresivo que otros días así que supongo que te impacto el capi. Espera que a Sirius aún le queda que pasar. Hoy vamos con el otro merodeador.

Sirusianos: Si de verdad leeís ¿por qué os ocultaís? Lo unico que me dice vuestra ausencia es que no os gusta lo que leeís y eso me apena. Os queda mucho que saber de vuestro amado merodeador a ver si un día al menos decís un hola. De todas formas os seguiré saludando puesto que sé que estaís ahí, aunque no tenga el gusto de conoceros.

N/A: Con el capítulo de hoy comenzamos una serie de capítulos que considero muy "mimados" (MIMADÍSIMOS diría mejor) sobre todo por que cuando se escribieron eran parte de un todo que iréis conociendo a su debido tiempo. La verdad que con la batalla que tenemos montada es muy difícil saber que parte nos gusta más (se que a Mahe le pasa lo mismo) pero de todos modos ambas tenemos algunas escenas que nos hacen sentir mucho más. Espero que disfrutéis tanto de ellas como nosotras escribiéndolas porque a pesar de la tensión hasta se nos ponía la sonrisa boba en la cara al leerlas por primera vez! Además tenía tan claro esto (y los siguientes capítulos míos, por que hay uno de Mahe, el de mañana, entre medias) que fue uno de los capítulos que más pronto escribí, antes incluso de saber como iba a terminar realmente el fic.

"Orientame": El capítulo empieza justo después de que Guilmain lanzara aquella maldición a Lestrange y sigue con ella pero ahora se va a entremezclar con otro personaje que teníamos aparcado y... al final del cap´ñitulo hará aparición alguien más al que parece que nadie recordaís y que resulta importante en la historia! Disfrutad.


CAPITULO 89: La llamada

(Por Nigriv)

Cuando volvió en sí ni siquiera era consciente de lo qué había pasado. Intentó moverse pero su cuerpo le pesaba enormemente y se sentía como si un enervate la hubiera obligado a abandonar la inconsciencia mucho antes de lo que su organismo habría deseado por sí mismo. Súbitamente recordó la batalla, el estado en que se encontraba momentos antes y cómo es que había atacado a Lestrange. Sin hacer ruido giró su cabeza y lo halló tirado también en el suelo, cerca de ella, inconsciente, su cuerpo convulsionado rítmicamente con tal potencia que parecía querer rebotar contra el suelo. Entonces cayó en la cuenta de que había formulado un conjuro maléfico y que había invocado una tortura de tan gran magnitud para él que seguramente por eso, junto al dolor de las repetidas cruciatus, su cuerpo no había aguantado el poder del conjuro y finalmente la había llevado a perder el sentido. Al menos podía alegrarse de que hubiera pasado tras reducir a su enemigo.

En aquel momento también recordó que estaba desarmada y automáticamente abrió su mano realizando un accio para atraer su varita, pero ésta no llegó. Quieta, sin moverse, se preguntó extrañada el por qué no había llegado hasta ella su arma y, recordando la cercanía de su oponente pensó que podía aprovecharse de la varita del hombre. "¡Lumus!" Una pequeña luz le mostró el lugar en que se encontraba; cuidadosamente alargó su mano, la tomó y casi sin moverse, para que si algún enemigo la observaba pensara que estaba muerta, repitió el encantamiento invocador con la varita del mortifago. "Accio varita" murmuró casi sin voz y esta vez su propia encantada llegó a ella volando. Respiró aliviada al tomarla entre sus manos, la de aquel hombre parecía quemar sus palmas al usarla.

El poder de lo antiguo era muy débil en ella y todo su ser estaba extenuado por los daños inflingidos, tenía que recuperar parte de su capacidad como fuese o sería presa fácil para cualquier atacante. Temerosa aún de que la espiasen concentró la poca energía que aún podía reunir en intentar distinguir a quien tenía alrededor. Sintió el sufrimiento del que yacía a escasos pasos de ella y muy lejano, como si estuviera a infinidad de kilómetros de distancia, pudo sentir a su hija; le pareció que estaba bien, al menos sí bastante mejor de lo que estaba ella. Sin embargo no percibió nada más, o no pudo…

Alentada por la ausencia de sensaciones que denotasen la presencia cercana de alguien intentó incorporarse lentamente y, casi a rastras, se desplazó hasta el tronco del árbol cercano, sentándose en su base. Era arriesgado lo que debía de hacer, necesitaba dejar su mente en blanco, al menos durante un minuto, para que eso le permitiera a lo antiguo volver a fluir con normalidad a través de ella. Un minuto en una guerra, demasiado tiempo… pero sin ese minuto podía decir que estaría muerta. Apoyó levemente la espalda en el tronco e intentó acomodarse, tenía que concentrarse en no escuchar el ruido de la batalla y mucho menos, en pensar. Se colocó la varita sobre el pecho, entre sus brazos cruzados, y cerró los ojos. Una, dos, tres respiraciones profundas que aún hicieron que su tórax se resintiera de dolor por las cruciatus soportadas y trató de evadirse del mundo y hasta de sí misma para no pensar, pero había tanto odio en ella que le resultó imposible lograrlo. Generalmente en menos de diez segundos su mente estaba acostumbrada a quedar totalmente en blanco alcanzando así el estado necesario para que lo antiguo retomara su fluir. Segundo intento y ¡nada! Inesperadamente un pensamiento fugaz la asaltó… "¿Acaso llegó?" y acto seguido sintió la energía entrar en ella, tan cálida como siempre, haciéndola estremecerse como si fuera el toque más leve del mejor de los amantes. Aún con los ojos cerrados alzó las cejas sorprendida por el hecho de que un pensamiento hubiera logrado al fin la conexión, pero no le dio mayor importancia, ahora que lo había logrado tenía que aprovecharse, aunque no había logrado evadir los pensamientos lo antiguo se había presentado.

Se dejó invadir por la sensación cálida y reparadora que el poder le transmitía y sintió como todo su ser comenzaba a recuperarse lentamente a la vez que acumulaba algo de fuerza. Por unos momentos se sintió extrañamente segura a pesar de que todo a su alrededor parecía denotar precisamente la vulnerabilidad de su posición. Un poco más de un minuto y la conexión se rompió, mucho antes incluso de que su capacidad apenas alcanzara algo más de la mitad del poder que realmente podía contener. Iba a preguntarse el por qué lo antiguo la rechazaba así cuando algo más explotó dentro de sí misma dándole la respuesta. ODIO… La otra cara de lo antiguo, otra fuerza igualmente potente que ahora comenzaba a irrumpir alarmantemente en ella sin que pudiera evitarlo y fue conciente de que a partir de ese momento tendría que lidiar con él. Ahora su capacidad estaría mermada, había usado lo antiguo para el mal y, peor aún, con toda conciencia de lo que hacía, la marca sería tremenda y sabía que aquello solo era el principio.

Abrió los ojos y volvió a respirar. Al menos lo antiguo se había recuperado lo suficiente para alertarla de la presencia de un nuevo enemigo. Se alzó rápidamente dispuesta a enfrentarlo. No estaba al cien por cien de sus capacidades, lo sabía, pero ahora el odio también la habitaba impulsándola con nuevas ansias de derramar sangre. Pobre de aquel que se atreviera a afrontar.

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- "Uno menos" - Otro caído.

En el único respiro que se le permitía entre la caída de un enemigo y el asalto de otro la miró. Luchaba protegiendo a Hermione que estaba tirada en el suelo y, a pesar de toda la maldad que la rodeaba, del odio que intentaba bloquear a lo antiguo, pudo sentir su energía; bastante más débil que antes, sí, pero intacta. En ese momento una figura, aparentemente joven, permanecía tras de ella atacándola. Temió claro, pero tenía que confiar, sabía que podría afrontarlo: esto era una guerra y ella se había erigido como uno de sus generales, ahora tendría que luchar como tal. Otro encapuchado….

- ¡CRUCIO!. - Le oyó gritar saliendo en ese instante de su desconcentración en la batalla, distraída con su hija, su poder considerablemente mermado, casi ni siente la llegada de uno más.
-Protego- Y desapareció automáticamente.

Nada más reaparecer sintió la energía transformarse y desesperadamente intentó dirigir su mirada allí donde sabía se batían los licántropos. Aún en la distancia distinguió la figura conocida que en ese instante caía al suelo convulsionada. El momento había llegado al fin. Clamó mentalmente a Sirius, no lo localizaba por ningún lado y aunque sabía que podía atraer su atención a través de lo antiguo, dada la situación necesitaba de un contacto visual para lograrlo y no lo hallaba por ningún lado. Angustiada concentró poder al máximo, "¡la transformación ha comenzado!", y lanzó el pensamiento al aire, confiada en que su amigo lo recibiera allí donde sea que estuviera.

- ARGGG

Había vuelto a bajar demasiado la guardia. Una nueva cruciatus la alcanzó, pero afortunadamente no era muy potente, las había sentido más fuertes, nada comparadas con las de Lestrange sin ir más lejos. A pesar del dolor, más intenso debido a su agotamiento que a la destreza de su atacante, siguió atenta a Lupin una fracción de segundo más. No le gustaban esos métodos pero en la guerra elegir entre la vida de un mortifago y socorrer la de un amigo no dejaba elección discutible. Los licántropos cerraban ya círculo junto a Lupin, tenía que acudir deprisa o lo matarían antes de que acabara de metamorfosearse. Recorrida por una nueva punzada de dolor alzó la varita hacia el que intuía demasiado joven e inexperto para enfrentarla… "Es una pena pero tengo que llegar a él."

- AVADA KEDABRA.

Ni siquiera llegó a ver el efecto de su maldición, nada más notar como el rayo comenzaba a salir de su varita se desapareció y en los breves instantes que duró el transporte hasta llegar junto a su amigo todo fue verde en la noche.

- ¡SCUTUM APARECIUM!. - Gritó alzando la varita sobre su cabeza.

Fueron sus primeras palabras nada más aparecerse. Una luz blanca los rodeó al instante, impidiendo al resto de licántropos acercarse más: sabía que no duraría mucho, no con tanto mal concentrado alrededor, teniendo que hacer lo que la había llevado allí y estando su energía deteriorada; pero la marca que le dejaría el conjuro a Lestrange aún no había hecho su aparición y el verdadero poder se renovaría con el uso. Lo antiguo estaba mermado sí, pero aún podía dar mucho de sí. Miró un instante más allá de su protección, los licántropos comenzaban a retroceder ante la presencia de su escudo y se dispersaban para atacar al resto de los integrantes de la Orden.

- Soy yo Lupin, no temas.- le dijo acercándose.

Al ver el cuerpo convulsionado de dolor de su amigo el suyo propio tembló. En todos sus años de aurora había presenciado aquella trasformación en alguna ocasión pero nunca en él, nunca en Remus. Debía de armarse de valor: conocía la lenta agonía del hombre hasta hacerse lobo, el tremendo suplicio que padecería el ser hasta perder totalmente la conciencia humana y sabía también que esto no llegaría a ocurrir en este caso, no bajo los efectos del Wolfbarne. Una pequeña parte de influencia humana habitaría al lobo prolongando así los efectos y el dolor de la transformación, lo que unido a la llamada intensa de su especie sería insoportable. No podría resistirse demasiado tiempo con tanto licántropo instándolo atacar a él también, ni siquiera bajo los efectos del matalobos. No podía permitirlo. Puso sus manos sobre él y cerró los ojos obligándose a olvidar que, al otro lado de su escudo, les acechaba la muerte. De rodillas tras su cabeza, mano izquierda en la coronilla y la varita sobre la sien derecha, se preparó… "Si fallo ahora está condenado."

- Homomorphus.- Nada…-. ¡HOMOMORPHUS!
-Sabes que no funcionará…- le dijo débilmente siendo por primera vez consciente de su presencia.

La entereza de su amigo ante lo inevitable casi la hunde, su voz incluso empezaba a desentonar. De repente sintió tal presión en su pecho que pensó que se ahogaría y acto seguido Remus se estremeció bajo sus manos y en una nueva convulsión, más potente y violenta, el esternón le chasqueó fuertemente y se le agrandó. Ni un solo quejido escapó de su amigo, su cuerpo comenzaba la verdadera transformación. "No pienso darme por vencida¡no!"- pensó cada vez más angustiada.

- ¡HOMOMORPHUS- repitió de nuevo desesperada.
- ¡VETE!. ¡FUERA!. - Fueron sus últimas palabras entendibles, lanzadas a la noche con la desesperación no del que teme por su propia vida, sino por la del amigo, la del ser querido. No lo podía abandonar. "Es ahora o nunca" Sabía que su poder estaba demasiado concentrado en el escudo, eso le quitaba una fuerza que ahora no tenía ni podía permitirse derrochar, observando que definitivamente los licántropos parecían haberse olvidados de ellos, retenidos también por los hechizos que el resto de sus compañeros les lanzaban sin cesar algo más allá ni siquiera se lo pensó un segundo más.

- Scutum Evanesco.

En el preciso instante en que hizo caer su escudo un "paf " la hizo estremecer. El muy maldito la habría estado acechando, vigilando atento, esperando su momento de mayor debilidad… ese precisamente. Sintiendo su presencia junto a ella pensó en su hija, "Mahe" y cerró los ojos suponiendo que le había llegado el momento.

Pero inexplicablemente el tiempo seguía su transcurso, podía sentir como Lupin seguía transformándose entre sus brazos y, sin saber porqué, ella aún estaba allí. Una ráfaga de aire la sacó de su lapsus y al sonido de otro "paf" lo sintió desaparecer mientras que una redoma caía cerca de su mano. Apenas fueron unos segundos.

- SCUTUM ILLE APARECIUM.

De nuevo una luz los envolvió, esta vez de un blanco azuladomucho más poderosa de lo que fue la suya. Quien fuese que le brindara aquel escudo vería muy mermado su propio poder. Sin saber que hacer alargó la mano, tomó el recipiente, lo abrió y lo olió. Solo entonces comprendió a pesar de casi no poder creérselo pues su poder tan mermado no lo había dejado reconocerlo una vez más. "Severus" suspiró.

El hombre, el amigo que yacía a sus pies, ya no podía denominarse hombre, el proceso estaba demasiado avanzado sí, pero aún no se había completado, aún estaba a tiempo. Sabiéndose protegida soltó su varita, desesperada y poniendo todo su esfuerzo en contenerlo casi volcó totalmente el peso de su cuerpo sobre él. Atenta a sus colmillos abrió sus fauces y por un segundo, mientras volcaba la poción en lo más profundo de su garganta, encontró sus ojos; aún totalmente velados de dorado e inyectados de sangre pudo distinguir un resquicio del marrón normal de su amigo. Una pequeña chispa de luz brilló en ellos y supo que la poca conciencia humana que su amigo mantenía no permitiría al lobo que la dañara. La poción aún tardaría unos minutos en hacer efecto. Se sentó en el suelo cruzando las piernas y retomó su varita atenta. Ahora tenía ante sí a un lobo adulto, bestial, enorme y bastante deforme debido a las modificaciones que la licantropía inflingía, pero al fin y al cabo un animal que podía decirse bello, más por ser quien era y porque parecía observarla casi más atemorizado que amenazador, tan sorprendido tal vez de su presencia como ella misma de su actitud. Le impuso dominancia a través de los ojos y el lobo se sometió; giró sobre sí mismo y sorprendentemente se echó junto a ella. Nunca en su vida supo de cosa igual. Sintió junto a sí al amigo en lugar de a la fiera y alargó su mano hacia él; el tacto del pelo lupino la sobresaltó. Cerró los ojos, respiró profundamente y esperó sin saber que hacer, aprovechando esa seguridad para recuperar algo de su capacidad.

- Inténtalo de nuevo- escuchó retumbar al escudo y su voz le dio la seguridad de saber que ahora su poder sí lograría acelerar el efecto del brebaje. Varita bajo la oreja del animal y mano derecha en el lomo, lo último que halló a ver fue una tremenda mirada humana en los ojos del lobo.
- ¡HOMOMORPHUS!. - Exclamó empleando en el hechizo todo el poder que en ese momento le podía ofrecer.

Varita y mano se le iluminaron inmediatamente, sintió a lo antiguo propagarse a través de ella hasta alcanzarle a él y al instante dejó de sentir pelo bajo su mano y comenzó a sentir piel. Era la primera vez que veía una transformación tan rápida e indolora: junto a ella estaba Lupin, de nuevo en su forma humana, aunque profundamente inconsciente. Una cálida sensación le invadió momentáneamente el corazón llegando incluso a reconfortarla brevemente y su mente formuló una pregunta agradecida… "¿Qué milagro creaste para él Sev?"


Aquellas que querías saber del lobito pues... aquí lo teneís, salvado por quien no se espera pero todo tiene un porque... y lo sabreís, a su debido tiempo claro! Poned atención al capítulo que os advierto oculta mucho para el futuro, y ya me he ido de la lengua.

Apenas son las 4 de la tarde y este es el capítulo de hoy, no espereís otro hasta mañana viernes. Lo he subido ahora por que no me encuentro demasiado bien y esta noche no estaré conectada. Mañana teneís un capítulo de Mahe que lo subiré yo, si es que puedo "ser persona". Cuidaros y hasta mañana!