La sacerdotisa de los cuatro dioses

Capítulo 7: ¡¡¡En marcha! Hacia un nuevo viaje. Mi corazón siempre te recordará.

Es mejor dejarla sola... –dijo Tasuki con cara de tristeza-

Mientras Chikara había ido a la parte de detrás del palacio.

No puedo creerlo... Mi hermana... ¡¡¡Moon! ¡¡¡Moon! –cayó de rodillas llorando- Hermana...

¿¿Qué te pasa? –una figura se acercaba a ella-

Ah... Amiboshi... –se giró hacia él-

No es muy propio de ti llorar. No llores. –se acercó a ella y le secó las lágrimas-

¡¡¡Tu no puedes entenderlo! –Amiboshi la abraza- ¿¿Amiboshi?

Te entiendo, yo también tengo un hermano. Sé como te sientes. Si quieres llorar es mejor desahogarte.

Amiboshi... Gracias.

Amiboshi se separa de ella, la mira a los ojos y se va acercando poco a poco. Pero justo cuando la iba a besar, Chikara aparta su cara.

Lo siento... Pero yo no puedo corresponderte.

Ven conmigo.

¿¿eh?

Yo te protegeré. Protegeré tu sonrisa. Ven conmigo a Kuto.

No puedo... He prometido invocar Suzaku, por eso...

¡¡¡Las promesas se pueden romper!

Pero yo...

No me importa lo que hayas prometido... Por eso no te dejaré de amar. –le coge de las dos muñecas y le da un beso, en ese momento la pulsera que llevaba Chikara en la muñeca se cae al suelo-

(La pulsera... Mi promesa...) –se intenta separar pero no puede-

Se separan y se dan cuenta de que alguien había presenciado la escena.

¿¿Cómo va Tasuki? –dijo Amiboshi-

Tasuki... Yo no... –Chikara se intentaba excusar, pero no le salían las palabras al ver que Tasuki le miraba fijamente-

Siento haberos interrumpido. –se va a ir, pero se queda de espaldas-

¡¡¡Tasuki espera!

No me importa que ella te quiera a ti, te juro que te la quitaré. –Y Amiboshi se va-

Tasuki...

¿¿Le quieres?

No hace falta que me respondas.

Lo he recordado.

¿¿mm?

Nuestra promesa, de cuando éramos niños.

Considérala rota. Para mí ya no significa nada. –se va-

Tasuki... –recoge la pulsera- Se ha roto...

Pasaron unos días y nadie comentó nada, el viaje se había suspendido y Tasuki y Chikara no se hablaban, ni siquiera se miraban. Un día todas las estrellas salieron a dar una vuelta por el pueblo. Todos se pusieron de acuerdo para dejarlos solos y que de una vez por todas se reconciliaran.

Parece que nos hemos quedado solos... –dijo Chikara-

¿¿Estás enfadado?

¿¿Qué sientes?

... –se iba a ir, cuando una zapatilla impactó en su cabeza, se giró hacia Chikara que era la que le había tirado la zapatilla- ¿¿mm?

¿¿Por qué no me dices nada? –con el brazo se secó unas lágrimas que empezaban a caer por su rostro- Me vuelvo loca pensando que te pasa. ¿¿Me odias tanto para no hablarme? ¿¿Qué sientes?

Chikara...

¡¡¡Dime que sientes!

¿¿¡¡¡Porque no me respondes? Tan poco te importo...

No es eso...

¡¡¡Pues dime la verdad! ¡¡¡Yo he sido sincera! ¡¡¡Se sincero!

Yo... –se acercó a ella y con los dedos le secó las lágrimas que le quedaban- Yo...

¿¿Tu que? –le miraba con una mirada muy penetrante- ¿¿Qué?

Yo... –De repente sintió algo- ¡¡¡Cuidado! –la apartó y un rayo pasó justo por donde estaban antes- ¿¿Quién a sido? –miró hacia donde estaba el rayo y vio a Soi y a Nakago-

Es Soi... ¿¿¡¡¡Se puede saber que queréis!

Todas las estrellas y Miaka salieron del escondite y fueron donde estaban.

Vengo a proponerte algo, sacerdotisa. –empezó Nakago-

¿¿El que?

Si vienes conmigo, ningún miembro de Suzaku morirá, pero si decides quedarte, le mataré. –señaló a Tasuki-

No lo hagas Chikara. –dijo Tasuki- Yo te protegeré.

(¿¿Me protegerá? Pero si lo hace... No quiero que se muera...)

¿¿Qué decides?

(No quiero verle morir) Vengo...

Perfecto.

Pero quiero despedirme.

Como quieras.

¡¡¡¿¿Pero porque te vas!

Tasuki... yo...

¡¡¡¡No me sir... –no continuó porque Chikara le había sellado los labios con un tierno beso, después se separó-

No quiero perderte... Yo siempre quiero protegerte... –se fue hacia Nakago- Adiós...

Una luz azul les rodeó y poco después desaparecieron. Ninguno no decidió decir nada por Tasuki, así que se fueron a palacio. Mientras Nakago, Soi y Chikara habían llegado al reino de Kuto y allí les esperaba una persona.

¿¿Dónde estoy? –preguntó Chikara-

En el reino de Kuto, reino del este y con su guardián Seyriu. –dijo la persona que les esperaba-

¡¡¡Tu eres la novia de Tatsuya! –exclamó Chikara muy sorprendida-

Exacto, me llamo Yui y he sido la sacerdotisa de Seyriu. –lo último lo dijo con un tono un poco triste-

¡¡¡Pues encantada de nuevo! ¡¡¡Soy Chikara Miho sacerdotisa de los cuatro dioses! –lo dijo muy alegre y llena de energía- ¡¡¡Yui!

¿¿Qué quieres?

¿¿Me enseñas las estrellas de Seyriu? –la cogió del brazo- ¡¡¡Venga Yui!

(Se parece mucho a...)

¡¡¡Vamos Yui!

Sí... –primero se puso delante de Nakago- Te presento a Nakago y esta de aquí es Soi.

¡¡¡Encantada! Aunque ya os conocía... ¡¡¡Venga enséñame los demás! –se la llevaba a rastras- ¡¡¡Venga Yui!

Bueno... Nakago le voy a enseñar a las estrellas ¿¿Vale?

Como quiera sacerdotisa.

Venga te voy a presentar a los gemelos.

Gemelos... –lo dijo muy triste-

¿¿Miho?

¿¿mm? Ah no pasa nada, jejeje. Pero me llamarás Chikara ¿¿vale?

Vale. –llegaron donde estaban Amiboshi y Suboshi- Mira estos son Amiboshi y Suboshi

¡¡¡Encantada Suboshi! Me llamo Chikara. Bueno esto... yo a Amiboshi ya le conozco –se sonrojó un poquito- ¡¡¡Venga a por otros!

Vaya energía que tiene... –dijo en un susurro Suboshi-

¡¡¡Vamos Yui!

¿¿Puedo acompañaros? –preguntó Amiboshi-

Claro –sonrió Chikara- ¿¿Vienes Suboshi?

Bueno...

¡¡¡Vamos! –fueron hacia donde estaban Tomo y Miboshi-

Mira estos son Miboshi y Tomo.

¡¡¡Encantada soy Chikara, la sacerdotisa!

Encantados –dijeron los dos-

¡¡¡Venga Yui!

Espera Chikara, Tomo, Nakago te estaba llamando.

Ahora mismo voy. –se fue hacia donde estaba Nakago-

¡¡¡Vamos Yui! Aún me falta uno, ¿¿verdad?

(Ah... Es verdad me falta Ashitare... Pero...)

¿¿Yui? –preguntaba intrigada al ver la expresión de Yui- ¿¿Qué pasa?

Chikara será mejor que dejemos la visita aquí –dijo Amiboshi-

¡¡¡Me falta uno! Porfa... –les miró con cara suplicante-

Bueno...

¡¡¡Bien!

Pero Yui... –dijo Suboshi-

No pasará nada, está enjaulado.

¿¿Enjaulado? –fueron hasta donde estaba Ashitare, al entrar Chikara apretó con fuerza el brazo de Yui-

Este es Ashitare, el que te faltaba.

¿¿Quién hay? Grrrrrrrr Siento olor de Suzaku. ¿¿Por qué no me soltáis?

Veo que le habéis enseñado a Ashitare. –dijo Nakago de detrás-

¿¿Por qué no le dejáis libre? –preguntó Chikara-

Porque es como una bestia salvaje, mejor...

¡¡¡¡Es muy cruel! Dejadle libre.

Chikara...

(Tengo miedo... pero lo que hacen no es lo correcto.) Nakago suéltalo.

Tu misma. –abrió la jaula y después cogió el látigo-

(¿¿Un látigo?) Me llamo Chikara, soy la sacerdotisa de los cuatro dioses. Encantada.

Hueles a Suzaku Grrrrrr No me gustas. Nos vas a traicionar. –iba a atacar a Chikara, pero Nakago le dio un latigazo-

¡¡¡Para! –se puso delante de Ashitare- ¡¡¡No le hagas daño! Él es un ser humano (creo...).

Eres muy mentirosa. No dices lo que piensas.

Tienes razón... –se arrodilló a su lado y le cogió del brazo- Tengo miedo...

¡¡¡Todo el mundo lo tiene! ¡¡¡Todos lo sienten! –empujó a Chikara, pero ella no le dejó ir-

Tienes fuerza...

¡¡¡Déjame! –la intentaba tirar, para que así le soltara pero no lo dejaba ir-

¡¡¡Chikara para! –Amiboshi cogió a Ashitare- ¡¡¡No le hagas daño Ashitare!

Yo no tengo fuerza... Soy débil, por mucho que me esfuerce no tengo más fuerza... Es verdad lo que dices, yo tengo mucho miedo, pero te aseguro que por eso no te pienso dejarte de lado, te intentaré aceptar. No es justo que sufras solo, puedes compartir tu sufrimiento... Yo te escucharé... –Ashitare dejo de hacer fuerza- Nakago déjalo libre. –se levantó- ¡¡¡Vamos Yui!

(Es increíble... Es la primera vez que veo que Ashitare se comporta de esa manera...) Chikara...

Paso el día y se hizo de noche.

¡¡¡Yui!

¿¿Qué quieres?

puedo estar contigo.

Claro.

Se fueron a la habitación de Yui.

¿¿Tu eres la mejor amiga de Miaka?

Sí. Pero por un tiempo fui su enemiga...

Quizás fuera por mi culpa.

¿¿Pero que dices? No tiene nada que ver contigo.

Claro que sí. Yo debía invocar Suzaku... Pero me fui a Inglaterra y no pude contactar de ninguna manera con el libro. –Yui la miraba muy confundida- ¿¿Quieres que te cuente mi historia trágica de amor? –Yui asintió- Me fui a Inglaterra y allí me enamoré de un chico... Por otra parte tenía una amiga, éramos inseparables y se suponía que no teníamos secretos, por eso decidí presentarle al chico que me gustaba. Fue mi gran error.

(Esto se parece a lo que nos pasó a nosotras...)

No me di cuenta de que mi supuesta mejor amiga se estaba enamorando del chico y acabó por quitármelo... Aún así cada día me iba sonriendo y diciéndome que éramos las mejores amigas de todas. Luego al acabar los estudios me volví a Japón y desde entonces –se saca un medallón y lo abre (de esos que tienen foto)- No los he olvidado...

Chikara...

¿¿Por qué nunca puedo ser feliz al lado de alguien? –unas lágrimas cayeron por su rostro- Pero aún así no le hecho la culpa...

Te entiendo.

Una persona les observaba.

(Veo que Nakago tenía razón sobre Chikara, es hora de actuar) –se sacó una pechina (o lo que sea lo que lleva Tomo) del bolsillo y entonces...-

¿¿¡¡¡Qué es esto! –unas espinas habían cogido a Chikara- ¡¡¡Yui!

¡¡¡Chikara! –la intentó ayudar pero no pudo-

¡¡¡Ayúdame Yui! –poco a poco sus ojos se fueron cerrando- ¡¡¡Yui! –de repente se levantó y se encontró en su habitación- Ah...

¿¿Chikara que te pasaba? –le decía una chica de pelo azul que estaba a su lado-

¿¿Hikaru?

CONTINUARÁ

Esta vez he ido más rápida y he logrado acabar este capítulo el día siguiente que publiqué el otro, mi propio récord! Yuuuujuuuuuuuu

Me parece que cada vez hago más llorona a Chikara... ¿¿Qué os parece? Bueno pues esta vez me despido es que no tengo nada k comentar T-T

Sayonaraaaa

(Por cierto, este capítulo es más largo k los demás )