Título: Ephemeral (4/11)
Fandom: Harry Potter
Personajes, pairings: Lily/Snape, los Merodeadores, personajes originales variados
Rating: PG
Disclaimer: Los personajes y situaciones de HP son propiedad de Rowling.
Notas: Un poco de acercamiento, finalmente .

- 4 -
- Hora de estudio -

Do you cry in the dark?
The light hurts when it hits your face.
You don't want anyone to see you this way.
You only want to be loved and taken away by someone,
so you cry in the dark

Snape se sentó lentamente en uno de los sillones de la Sala Común y esperó a que el cuero verde dejara de crujir acomodándose para disfrutar del silencio. Aunque la Sala Slytherin no llegase al nivel de ruido que casi seguro tendría la de los Gryffindor, le era difícil concentrarse de verdad cuando a su alrededor todo eran conversaciones, risas aisladas o alumnos llamándose de un extremo a otro de la amplia mazmorra. Ni siquiera la Biblioteca podía igualar la calma que se cernía sobre los subterráneos cuando el último alumno quedaba dormido. Entonces podía leer, practicar algún encantamiento o, simplemente, terminar los deberes con tranquilidad.

Separó de un montón sus pergaminos de Aritmancia y los observó frotándose las sienes, echando a un lado apuntes ajenos, abandonados sobre la mesa. Un murmullo apagado rompió la calma durante un segundo, posiblemente alguno de los elfos domésticos, dando media vuelta ante la presencia de un alumno a la hora en que podían adecentar Hogwarts sin ser vistos. Volvió a centrar su atención en los ejercicios que el Profesor Raucus había dictado aquella mañana. A través de las ventanas estrechas se filtraban resplandores difusos, y un viento helado y silencioso. Alargó la mano para alcanzar la manta que alguien había dejado tirada de cualquier manera sobre el sofá contiguo... y el sofá se echó a llorar.

Su primera reacción fue incendiar lo que fuera que había encantado al mueble, pero en el momento que alzaba la varita Lily Evans se incorporó a medias, frotándose los ojos en un intento de hacerse la recién despertada.

- Buenas noches, Severus.... vaya, me he quedado dormida. - alzó los brazos en un bostezo obligado y se echó hacia atrás estirándose levemente, con una vaga sonrisa en la cara. Snape asintió y empezó a separar sus pergaminos de los que seguramente fueran los de Lily. - Aritmancia, ¿eh?

- Sí...

- Ya terminé mi parte del trabajo para De Valera - añadió Lily removiendo sus papeles. - Creo que no está aquí... así que te lo daré mañana porque...

- ¿Por qué llorabas? - preguntó Snape mirando los pergaminos que tenía entre manos. Lily se volvió a frotar las mejillas, que enrojecieron hasta casi alcanzar el color de su pelo.

- Es una tontería... - contestó. Snape se incorporó con los pergaminos en los brazos.

- Olvídalo, sé que no me incumbe.

- No, espera... - Lily se giró y llevándose una mano a la espalda sacó otro arrugado fajo de apuntes con una mueca incómoda. - Son las Pociones de esta semana. No entiendo nada.

- ¿Y por qué no estudias en vez de llorar? - inquirió. Lily ladeó la cabeza como si no hubiera escuchado bien y levantó la cara para mirarle.

- ¿Es que nunca has tenido un mal día?

- La verdad es que no hago distinciones - se limitó a contestar, pasando los pergaminos a la otra mano. Con algo parecido a una carcajada, Lily asintió. Y entonces volvió a sollozar llevándose las manos a la cara. Snape la observó dudoso, sintiendo deseos de echar a correr hacia su habitación. En su lugar buscó en sus bolsillos interiores hasta que encontró un pañuelo. Se lo tendió y ella lo cogió con el mismo silencio, sólo interrumpido por otro par de llantos furiosos, aunque cada uno un poco menos intenso que el anterior.

- Hoy tuve carta de casa - musitó Lily doblando el pañuelo varias veces. - ¿Te importa sentarte? Si tengo que contártelo mirando hacia arriba se añadirá un bonito dolor de cuello a mi lista de cosas malas de hoy...

Titubeando unos segundos Snape finalmente obedeció, con la sensación de que no tenía otra alternativa. Lily se apoyó en el brazo del sofá y se rascó los pómulos y la nariz hinchada.

- Mucho mejor... - susurró, y no dijo nada más. Snape la miró interrogante. A la mayoría de los alumnos les parecía algo positivo recibir cartas de casa, a menos que...

- ¿Le ha... pasado algo a alguien? - Lily negó con la cabeza y algunos mechones de cabello se la pegaron a las mejillas húmedas. Se los apartó con fastidio.

- Dicen que tienen muchas ganas de verme en Navidad. - continuó tras tomar aire, y lo hizo con un tono lleno de burla que sugería que aquello no la había hecho la menor gracia. - "Los tres estamos deseando que vengas", dicen. Adorablemente hogareño, ¿verdad?

Entornó los ojos esperando una respuesta y Snape se removió en el sillón.

- Pues... ¿qué sucede? - se atrevió a preguntar. Lily se echó a reír desacompasadamente.

- Que me conocen bien poco si creen que me voy a tragar eso de que Petunia tiene ganas de verme. Al menos de verme viva...

Dejó el pañuelo sobre la mesa y lo volvió a coger, doblándolo y desdoblándolo con rapidez, y cuando pareció cansarse del tacto de la tela cogió uno de sus pergaminos y repitió el proceso.

- Puedo... prestarte un libro sobre eso. - Snape tomó aire y observó su reacción. El único cambio visible fue una ligera sonrisa, pero al menos carente por completo de la artificialidad de la anterior. Perezosamente Lily se incorporó en el sofá y luego se balanceó inclinándose hacia él.

- ¿Sobre hermanas que te odian? - preguntó, y luego volvió a mirar el papel doblado entre sus dedos riéndose para sí.

- Pociones más bien... - respondió Snape rascándose las cejas, en cierto modo aliviado porque se lo tomara a broma.

- Si seguimos así este año tendrán que ponerte mis notas...

- Espero que no - respondió, y deseó no haberlo dicho en alto. - Lo siento.

- Yo siento haber empapado tu pañuelo. - sonrió Lily extendiéndolo sobre la mesa. Acto seguido sacó su varita de la manga de la túnica y dio un ligero golpe en la tela. - Estium... Petunia tendría que lavarlo, con toda su "normalidad"...

- ¿Tu hermana también es muggle? - preguntó Snape sólo para asegurarse. Lily asintió distraídamente pasando el dedo por el pañuelo.

- Ahá...

- ¿Cómo es... tener una familia muggle? - dejó los pergaminos sobre la mesa y se limpió las manos, algo manchadas de tinta, con el pañuelo seco y caliente. La pregunta no sonaba tan estúpida cuando la había pensado. Lily le miró desconcertada y se puso parcialmente seria.

- ¿Cómo es tener una mágica? - se encogió de hombros, pero Snape no respondió. - Oh, vale, olvidaba que eres del tipo "chico misterioso".

- No hay nada que contar.

- Eso es que lo hay - Lily frunció el ceño y puso una expresión de concentración absoluta. - Mírame a los ojos.

Guiado por el desconcierto, Snape obedeció. Con los ojos entrecerrados y aún hinchados por el llanto apenas podía verse más que un tenue resplandor verdoso cada vez que su iris coincidía con el reflejo del fuego. ¿Cuánto tiempo había estado llorando tumbada en aquel sofá?

- ¿Qué haces?

- Leerte la mente - respondió ella totalmente seria.

- No me lo creo - murmuró Snape. Aunque empezaba a dudarlo, al menos hasta que el rostro de Lily se ensanchó en una sonrisa divertida.

- Igual soy una gran adivinadora y no lo sabes. ¿Por qué no das Adivinación?

- Tú tampoco - respondió automáticamente, recordando que estaba apuntada a casi todas las demás optativas. Lily enarcó una ceja y Snape se apresuró a apartar la mirada. - Es una asignatura estúpida.

- Ah claro, prefieres la magia... ¿lógica? Perdona que te lo diga pero ese es un punto de vista muy muggle - sonrió cuando Snape volvió a mirarla incrédulo. - Apuesto a que te gusta Pociones porque no necesita ningún poder mágico incomprensible.

- Sí se necesita. Y no me gusta especialmente. Hoy no es tu día de adivinar cosas - sacudió la cabeza y Lily subió los pies al sofá, tapándose con la manta.

- Siempre sacas buenas notas - bostezó haciéndose un ovillo. Snape se encogió de hombros.

- Eso no tiene nada que ver.

- Qué cosas... - Lily se giró y buscó algo en lo que parecía un cojín excepcionalmente arrugado, y resultó ser su túnica, sacando una caja de aspecto familiar. La abrió y ágilmente sujetó a la rana de chocolate que intentó saltar hacia la mesa. - ¿Quieres?

- Gracias - aceptó Snape.

Durante un segundo Lily se quedó mirando la rana, la partió por la mitad y le tendió uno de los trozos. Sin embargo su expresión al mirar el inmóvil pedazo de chocolate era tan chocante que Snape se limitó a cogerlo y sostenerlo entre los dedos.

- ¿Pasa algo? - inquirió alzando las cejas, pero la negación automática de Lily no le tranquilizó. Hizo girar su mitad y llegó a una conclusión. - Es alguna clase de broma, ¿no?

- ¿Qué? - Lily pareció reaccionar y sacudió la cabeza con tanta fuerza que la mayor parte del pelo que se había colocado tras las orejas volvió a alborotarse y a caerle sobre la cara. Se lo apartó con un resoplido y pensó su respuesta. - No... ¡no! No es eso, es sólo que...

- ¿Sólo qué? - preguntó Snape, aunque cuando Lily dio un pequeño mordisco a la cabeza de la rana con aire pensativo, la teoría de la broma perdió fuerza. Lily enrojeció y tragó con cierta dificultad.

- No pensé que te gustara el chocolate. - respondió de un tirón.

Snape se comió su parte en silencio y Lily hizo lo mismo durante unos minutos, antes de limpiarse las manos en las rodillas.

- ¿Te has enfadado? - murmuró rascándose las palmas de las manos concienzudamente. Se inclinó hacia delante hasta casi arrodillarse entre el sofá y la mesa, mientras Snape giraba lentamente para mirarla.

- No... - respondió con tranquilidad. - Pero eres una adivina patética.

Con un suspiro Lily se echó a reír, poniéndose en pie de un salto y recogiendo la túnica y los pergaminos.

- ¿No te vas a dormir? - preguntó rodeando el sillón en su camino hacia la puerta. Como única respuesta, Snape le mostró su montón de apuntes. Lily se echó la túnica sobre los hombros y se estiró bostezando sonoramente antes de rascarse la frente. - Gracias.

- ¿Por qué?

- Por comerte la mitad de la rana. La verdad es que estaba envenenada y seguramente mañana nos encuentren muertos y putrefactos en nuestras camas. - comentó echando a andar, y Snape sonrió a medias oculto tras sus hojas de Aritmancia. Lily llegó a la puerta arrastrando los pies antes de volverse intrigada. - Severus, si llevamos seis años juntos en clase... ¿por qué nunca habíamos mantenido una conversación civilizada?

Se quedó en la puerta esperando la respuesta, pasando el peso del cuerpo de una pierna a otra rápidamente. Sabía que Snape la había oído porque al escuchar la pregunta se detuvo varios segundos antes de continuar buscando en sus apuntes. El chico carraspeó suavemente y extendió la tarea en la mesa despejada.

- Será que nunca has tenido un mal día. - estiró el cuello y se asomó por encima del sofá antes de ponerse a escribir. - Buenas noches.

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Notas:
- Entradilla: Cry in the dark, de Juliana Hatfield.
- No hay mucho más que añadir... quería dejar constancia de lo mucho que le importa a Lily su familia, Petunia incluida, y de que aunque Snape se encuentra obviamente incómodo se preocupa y esas cosas... UUUUU He hecho lo que he podido xP