Título: Ephemeral
(5/11)
Fandom: Harry Potter
Personajes, pairings: Lily/Snape,
los Merodeadores, personajes originales variados
Rating: PG
Disclaimer: Los personajes y situaciones de HP son propiedad de
Rowling. Layla es propiedad de Aldery
Notas:
Al final.
- 5 -
- Lunatico
Observa -
Far too many ways to go,
we learn so much but
never know
where to look.
Or when we should stop looking.
Layla dio una ligera patada en la espinilla a Remus y sonrió con la cabeza alzada hacia el techo del Gran Comedor, consciente de que a su lado el Gryffindor había sonreído también. Se sentía curiosamente desconectada, y a la vez inmersa del todo en Hogwarts; no en el sentido metafórico, por mucho que ver a un Gryffindor, una Ravenclaw y una Slytherin pasando el rato juntos fuera extraño, sino físicamente. Sentados los tres en el ancho alfeizar de una de las ventanas ojivales, con la espalda marcando una silueta libre de vaho en el cristal, era lo más cerca que se podía estar de formar parte de las paredes de Hogwarts. Con un suspiro risueño Layla frotó la coronilla contra el cristal, produciendo una especie de curioso "chuick chuick" que hizo que Lily soltase una risita.
¿De qué te ríes- preguntó somnolienta.
- De los ruidos tan raros que hace tu cabezota. - respondió Lily tras pensárselo unos segundos. Los tres volvieron a reír y a quedar en silencio.
Sí, se estaba bien. La chimenea cercana evitaba que el frío de mediados de Noviembre fuera excesivamente molesto. Lo convertía en algo adecuado, idóneo para enmarcar los copos de nieve que caían a cámara lenta en las ventanas y sobre el techo transparente. El cielo tenía miles de matices grises y azules, y Layla de buena gana se hubiera tumbado sobre alguna de las enormes mesas para echar una cabezadita. Hacía rato que en un mutuo acuerdo silencioso los tres habían cerrado los libros sobre sus rodillas para, simplemente, hacer el vago. No querían jugar al snap explosivo que de vez en cuando sonaba en la mesa más lejana, habían terminado la mayor parte de los deberes para toda la semana y los exámenes todavía no estaban tan cerca como para reclamar cada segundo de su tiempo libre... Era delicioso mirar a las musarañas.
Por eso tanto Layla como Remus pegaron un bote cuando Lily tomó impulso y saltó al suelo, con un pequeño traspiés al aterrizar debido a la altura del alfeizar. A regañadientes Layla dejó de mirar al cielo para dirigir la mirada a la algo más terrenal Lily.
¿A dónde vas- bostezó Remus frotándose los ojos, y Layla asintió para dejar claro que tenía la misma pregunta. Lily murmuró algo que no oyeron, porque en ese momento Sirius Black y James Potter irrumpían en el Comedor con gran alboroto, como era su costumbre. Layla les miró un instante antes de volverse de nuevo.
¿Qué dijiste?
Terminando de meter los libros en la mochila, Lily se acercó al alfeizar bajo la atenta mirada de James.
- He dicho... - comenzó, y tomó aire mientras Black y Potter dejaban el grupo que les rodeaba para acercarse. Viéndoles llegar, Lily se apresuró a terminar la frase. - ... que me voy a estudiar con Severus.
- Lily... no tenemos deberes de Defensa - recordó Layla mientras Remus disimulaba su asombro y saludaba con la cabeza a sus amigos. Layla alzó una ceja esperando la respuesta, y Lily se limitó a imitar su gesto.
- Layla... pero sí de Aritmancia - hizo hincapié en el mismo tono suspicaz que había empleado Layla y seguidamente exclamó un "Hasta luego" antes de salir casi corriendo del salón. Apartándose para dejarla paso, James pareció visiblemente decepcionado.
Con un ligero gruñido Sirius se sentó en la mesa frente a ellos, sacudiendo la cabeza y haciendo que gotas de nieve derretida volasen a su alrededor. Layla bufó con disgusto y se deslizó al suelo seguida de Remus. Sirius los observó con los ojos semicerrados antes de hablar.
¿Vienes a echar una partida de gobstones- preguntó sin especificar, pero Layla sabía que ella estaba excluida de la invitación. Y, para su asombro, Remus negó con la cabeza.
Íbamos a jugar al ajedrez. - susurró con su habitual tono tranquilo, cogiendo con naturalidad uno de los tableros de la repisa de la chimenea. Reaccionando rápidamente, Layla le pasó la caja de las fichas. James y Sirius no insistieron más y corrieron a ocupar un lugar en el círculo de jugadores en la parte más bulliciosa del Comedor.
En cuanto Black y Potter les dieron la espalda, y Peter Pettigrew entró y se unió a la partida de gobstones, Layla abandonó su expresión hosca para sentarse en la mesa frente a Remus. El chico colocaba las piezas tranquila y pausadamente, de forma tan simétrica que los peones se pavoneaban unos frente a otros.
- Creí que odiabas ganarme al ajedrez. - bromeó pasando un dedo por el tablero pulido. Remus se puso de rodillas sobre su banco, inclinándose para colocar las piezas marfileñas con las que jugaba Layla.
- Pero eres la única que puede contarme qué pasa con los Slytherin estudiosos. - susurró aprovechando la cercanía. Layla fingió escandalizarse.
¿Trabajas para el Profeta? Nunca creí que los cotilleos te interesasen - murmuró, y respondió a la sonrisa que Remus la dirigió al volver a sentarse. Luego apoyó los codos en la mesa y observó el tablero.
- Tú mueves - anunció él, de nuevo serio. Layla avanzó el peón del rey, como siempre, antes de contestar.
- Bueno, De Valera los ha puesto juntos en Defensa.
- Eso he oído. - con la misma rapidez, Remus movió el caballo y la dirigió una elocuente mirada, aquella que solía significar que, en Hogwarts, todo lo que pasara en una clase se sabía en las demás. Layla asintió.
- Y, por lo visto, ahora estudian juntos... - añadió. Si Lily no había dicho nada más, no era propio de Layla inventárselo o formular hipótesis. Y como dos de los pocos alumnos discretos que había en Hogwarts, esperaron un par de jugadas antes de volver a hablar. ¿Qué crees?
- Que podría traer problemas. - afirmó Remus rascándose la barbilla. Inclinados sobre las piezas sólo parecían embebidos en el juego, pero la verdad es que a Layla la importó más bien poco que uno de los peones de ébano redujera a cenizas una de sus torres con una antorcha en miniatura. ¿Qué pasa con Lily?
- Lo de siempre... Cree que todo el mundo es tan bueno como ella.
¿Lo dices por Snape- en un movimiento reflejo, Remus apagó el pequeño fuego con su varita. Layla negó con vehemencia.
- No. No es precisamente la seguridad de Lily lo que me preocupa...
Remus siguió su mirada, apartada momentáneamente del tablero de ajedrez. Entre el regocijo de los espectadores James había placado a Peter sobre la mesa, y le mantenía inmovilizado contra la superficie de madera, mientras Sirius daba palmadas contando hasta diez.
- Ya. - fue lo unico que dijo Remus.
- Habla con él - Layla intentó imprimir un tono neutro a sus palabras, y aprovechó para poner a salvo la única torre que conservaba.
- Es tu Lily - protestó Remus.
- Lily hace lo que quiere, y no hay nada de peligroso para ella en todo esto - explicó pacientemente. La verdad era que la sola idea de intentar decirle a Severus Snape cómo debía encauzar su vida personal le ponía los pelos de punta. - No me mires así y mueve, Remus. Además, eres un chico.
- Sí, y eso es lo único que tengo en común con él - murmuró con un mohín que a Layla le costó ignorar. - Me odia, es imposible...
- Te odia por añadidura. Ten por seguro que si vas a hablar con él con Black y Potter al lado, lo más probable es que las únicas palabras que intercambiéis sean maleficios.
¿Quien pierda habla- sugirió Remus conciliador. Antes de responder Layla respiró profundamente.
- Supongo que es justo. - admitió apartándose el cabello de la cara. Luego no pudo evitar sonreír con tristeza. - Severus no debe creer su suerte.
¿Crees que es suerte buscar otro motivo para que quieran partirle la cabeza- preguntó Remus mirando hacia la mesa de los gobstones, donde Black, Potter y Pettigrew seguían con sus bravatas, entre un montón de gente cubierta de viscoso líquido morado.
- Creo que no está preparado para que algo le salga bien.
Continuaron jugando. A su alrededor los alumnos iban y venían, el alboroto aumentaba. El cielo perdió aquel color casi irreal que había hechizado a Layla para convertirse en una noche sin estrellas, pero ninguno de los dos dijo nada más. Después de todo, era la apuesta más importante que habían cruzado desde que en segundo curso resolvieron de ese modo quién debía pedir a Filch los apuntes que se habían dejado en un pasillo del cuarto piso. Aquella vez, una Layla inusualmente tímida había vuelto con los pergaminos después de una hora de gruñidos ininterrumpidos por parte del conserje. Cuando faltaban apenas minutos para cenar y Lily ya estaba sentada a la mesa de Slytherin como si nada, la partida terminó entre la impaciencia de algunos Gryffindor de tercero que esperaban poder ocupar sus puestos.
- Jaque mate. Lo siento.
- Layla, por qué me haces esto...
-
Notas:
-
Entradilla: Almost Happy, de K's Choice.
- No son cotillas, sólo
están intrigados xP
- Y nada más.
