Título: Ephemeral (7/11)
Fandom: Harry Potter
Personajes, pairings: Lily/Snape, los Merodeadores, personajes originales variados
Rating: PG
Disclaimer: Los personajes y situaciones de HP son propiedad de Rowling.
Notas: Al final, como de costumbre.

- 7 -
- Un consejo -
Could you talk to me honestly?
Because I never heard a word you said,
and I ain't just being mean.
Because all we are is what we're told
and most of that's been lies...

- ¿Sabes esos exámenes a los que llegas con todo aprendido, y de repente no eres capaz de recordar nada?

- No.

Lily levantó la vista y miró a Snape por encima del margen del pergamino, frunciendo el ceño y conteniendo las ganas de hacer una bola con el papel. En la esquina superior derecha la Profesora Rosath había casi dibujado con tinta sangrante una simple A, todavía fresca, subrayando los fallos que Lily había tenido en aquel examen teórico. Sentado en la fila anterior, Snape se volvió poniendo su examen boca abajo, y Lily agitó el suyo indignada.

- ¿Es que nunca te cansas de no tropezar- resopló fastidiada.

- Sabes que no estudiaste nada. Yo te habría puesto una T. - comentó Snape seriamente, y Lily prefirió pensar que era parte de su extraño sentido del humor.

Después de todo, tenía razón. Durante las clases lo había entendido todo casi al vuelo, sin considerar necesario repasar antes. Y de repente, al llegar al examen, las preguntas estaban en un idioma desconocido. Salió de la prueba con la rabia atragantada en la garganta, a punto de emprenderla a patadas contra las paredes...

- Bueno, es un examen teórico... - suspiró dejándolo junto a la pequeña marmita que hervía sobre la mesa.

- Es un simple parcial - asintió Snape mirando de reojo el fuego de la suya y bajándolo un poco con la varita. A su alrededor tanto Gryffindors como Slytherins se pasaban las hojas cabizbajos, compitiendo por ver quién tenía el examen más desastroso. Lily alzó una ceja con curiosidad.

- ¿Qué has sacado tú, Severus- inquirió poniéndose de rodillas en su silla y tratando de alcanzar el pergamino de la mesa de Snape.

- Una O

- No te creo... ¡Accio pergamino- exclamó, y el examen atravesó el escaso metro y medio que separaba ambas filas para aterrizar limpiamente entre los dedos de Lily. Con una sonrisa triunfal lo ojeó sonriente, pero pronto su expresión se convirtió en incredulidad. - ¡Es verdad!

Snape se encogió de hombros.

- ¿Y por qué iba a mentirte exactamente?

Lily leyó las respuestas rápidamente; al contrario que en su examen, el de Snape sólo mostraba la escritura clara y pequeña del muchacho. La única prueba de que estaba corregido era el flamante círculo azul brillante.

- "Se olvidará cualquier recuerdo del sujeto cuya sangre se vierta en la medida de diez gotas"... ¿¿Cuándo hemos estudiado esto? Creo que podría sacárselas a Petunia...

- Jamás lograrías prepararla - sonrió Snape a medias, y Lily miró alternativamente a la definición y a él.

- ¿No- preguntó insegura. La verdad es que ni siquiera aparecían los ingredientes, tan sólo una definición, y ya sonaba muy difícil... Snape negó con la cabeza.

- De todos modos sólo olvidarías algunos momentos y los sentimientos más profundos que tuvieras hacia ella...

- ¡Eso es lo que quiero- exclamó Lily echándose a reír, y Snape volvió a sacudir la cabeza.

- Lo que tú quieres es que desaparezca. Con esta poción seguiría siendo tu hermana.

Mordiéndose los labios pensativa, Lily se balanceó sobre sus rodillas considerando la idea. Finalmente le miró con total seriedad.

- Obviamente el viaje en el tiempo es la mejor opción. - afirmó pellizcándose el labio inferior. Snape asintió con aire distraído, pero de repente su expresión se endureció hasta que dos arrugas concentradas aparecieron en su frente. Lily supo qué pasaba a su espalda antes incluso de volverse.

- ¿Qué es eso, Evans, el examen de Snivellus- preguntó Sirius escurriéndose entre las filas e intentando agarrar el pergamino. Lily se lo pasó al instante a Snape, que lo guardó en su bolsa. En el rostro de Sirius la sonrisa se ensanchó, mientras olisqueaba el caldero humeante de Lily. James y Peter se acercaron también, y ella se sentó correctamente en la banqueta frunciendo el ceño.

Por un momento pareció que Snape dudaba si darles la espalda, pero siguió girado en el asiento, con los dedos crispados sobre la madera. Mientras Sirius y Peter se apoyaban en la mesa sonrientes, James se dirigió a Lily apartándose el pelo de los ojos.

- ¿Vas a ir al partido del sábado- preguntó con los ojos brillantes. Sonriendo ampliamente Lily giró la cabeza para mirarle de soslayo, intentando no apartar la atención de Sirius al mismo tiempo.

- ¿Para ver cómo Hufflepuff os deja clavados en la nieve- respondió imitando el tono de ofrecimiento que había utilizado Potter, y revolviéndose el flequillo exageradamente. Por el rabillo del ojo le pareció que Snape se pasaba la mano por la boca, intentando no sonreír. Sin embargo Sirius se incorporó, cruzándose de brazos.

- ¿Qué es lo que has dicho, Evans- se metió las manos en los bolsillos y empleó un tono lento y amable, como si estuviera hablando con un niño pequeño.

- Que deberías limpiarte las orejas de vez en cuando. - respondió Lily sin poderlo evitar. Peter y James se echaron a reír, y de mutuo acuerdo rodearon a Sirius, dirigiéndose al extremo opuesto de la clase al ver que algunos Gryffindor estaban allí comentando algo que parecía muy divertido. Sirius la observó sin decir una palabra, concentrado, y luego se acarició la barbilla suavemente.

- Creo que a tu poción le falta gracia - comentó, y sacó algo brillante del bolsillo, tan rápido que Lily no pudo evitar que lo echase dentro del caldero. A punto estuvo de sumergir los dedos en el líquido hirviente. En su lugar golpeó a Sirius en las manos, y éste se alejó sin decir una palabra. Una pequeña nube que apestaba a gasolina se elevó poco a poco sobre el fuego.

- Mierda... - gruñó Lily manoteando, pero cuanto más intentaba disipar el humo, más denso se hacía, y sus manos quedaron cubiertas de una sustancia pegajosa, como algodón de azúcar gris. Snape se levantó apagando el fuego de su propia marmita. - ¿Y ahora dónde vas tú?

- A por caldo de brezo. No pienso oler eso el resto de la clase.

Mientras la nubecilla se estabilizaba, tambaleándose sobre la marmita igual que un globo lleno de agua, Lily volvió a sentarse y apoyó la cabeza entre sus manos después de limpiárselas con un pañuelo, decidida a no hacer nada más. Observó a Snape dirigirse a la profesora Rosath, una bruja de piel chocolate y brillantes ojos grises, que asintió levemente indicando uno de los armarios a su espalda. Dos segundos después Snape estaba de vuelta con un bote de líquido blanquecino en las manos. Lo abrió, lo olió y con precisión volcó la tercera parte de su contenido dentro del caldero de Lily. La esfera de humo aceitoso se volvió azul y translúcida, para finalmente disiparse. Cuando Lily volvió a inclinarse sobre la mesa esperaba que algún otro olor hubiera sustituido al de la gasolina.

- No huele a nada - comentó casi metiendo la nariz en la poción.

- No tiene por qué oler a nada - respondió Snape tapando el bote y volviendo a sentarse en su sitio.

La mayor parte de la clase ya había terminado de discutir sus notas y continuaban mezclando ingredientes. Unos cuantos fuegos estaban ya apagados, aunque era imposible saber si se debía a pura vagancia o la poción Congelante en la que estaban trabajando ya estaba preparada. Harta de las dos interminables horas en el aula llena de vapor, Lily dejó pasear su mirada hasta las ventanas, deteniéndose un segundo en James, Sirius y Peter. Pettigrew demostraba su habilidad haciendo girar varios de los largos cucharones que usaban para remover los líquidos, y Potter y Black intentaban hacerle fallar. La exhibición terminó en cuestión de segundos, con un Peter enrojecido haciendo reverencias burlonas a diestro y siniestro. Se oyeron aplausos apagados y Lily bostezó mirando a Snape.

- Tus padres estarán contentos, ¿no- comentó de forma casual, pasando los dedos por la superficie áspera de la mesa. Para su sorpresa, Snape no esquivó la pregunta como era su costumbre.

- ¿Por qué?

Sin saber muy bien si estaba hablándola en serio, Lily le observó atentamente, buscando algún signo de ironía en los ojos negros y ligeramente hundidos de Snape. Apenas le sostuvo la mirada unos segundos antes de desviarla, y Lily se encogió de hombros.

- Has sacado una O. Yo me habría vuelto loca. Además, hoy recibiste carta de casa. ¿No te preguntan por los exámenes? Porque mis padres están muy intrigados con el tema. - añadió rápidamente, intentando ocultar la curiosidad que le acompañaba desde que en el desayuno una lechuza gris, enorme, dejase caer el sobre encima del plato de Snape.

- No. Hay cosas más importantes. - contestó haciendo crujir los nudillos de su mano derecha uno por uno. Lily reprimió un escalofrío.

- Deja de hacer eso, por favor - pidió frotándose las orejas, y Snape se detuvo. - ¿Más importantes? ¿Pasa algo?

Mirándose las manos, Snape tomó aire y habló con rapidez.

- Por lo visto los medimagos que tratan a mi padre ya no pueden hacer nada más, tiene el corazón enfermo y calculan que le quedan seis o siete años de vida.

Lily se llevó la mano a la boca, arrepintiéndose profundamente de haber indagado sobre el tema. No pudo evitar imaginarse a su padre, que solía dar un largo paseo cada mañana y aún se ocupaba de cuidar todas las plantas del jardín, en una situación similar. Sabiendo que en cualquier momento podía quedarse postrado en una cama de hospital para el resto de vida que pudiera quedarle...

- Severus, lo... siento - musitó, y Snape la miró con cierta curiosidad mientras ella se esforzaba por decir algo coherente. - Yo... bueno, eso es terrible.

- No, no lo es en absoluto. - fue la respuesta inmediata.

- ¿¿No?

- No - repitió Snape tajantemente, y sólo cuando se puso en pie se dio cuenta Lily que todo el mundo había empezado a recoger. La profesora Rosath pasó taconeando a su lado y el alboroto creció. ¿No era terrible? Bueno, Severus sabría por qué, y Lily pensó que no era tan cotilla como para seguir insistiendo en aquel momento.

- ¿Vienes al Comedor- metió un poco de la poción en un frasco vacío e hizo desvanecerse el resto, tardando un poco más de lo necesario en guardar sus cosas para que Black y compañía salieran de la clase.

- Tengo cosas que hacer - murmuró Snape, y echándose la bolsa a la espalda cogió el frasco de brezo para devolverlo al armario. Por primera vez desde hacía un rato, su respuesta entró en lo que Lily esperaba, así que asintió alegremente.

- Entonces hasta luego - y salió corriendo para alcanzar a las demás Slytherins

Desde su lugar en la segunda fila, Lupin había repartido su atención entre la poción congelante y las distintas escenas que se sucedían varios puestos más atrás. Apenas miró su propio examen, excepto para constatar que había conseguido una E (la nota más alta de Gryffindor en aquel parcial), mientras mantenía la mayor parte de sus sentidos alerta, buscando algo extraño en el comportamiento de Lily o Snape. A primera vista resultaba completamente normal, similar en muchos aspectos a su relación con Layla durante las clases. Aquello era definitivamente extraño.

¿Es que nadie más se daba cuenta? Hasta el año anterior aquellos dos apenas se dirigían la palabra, el menos en horario de clase, y para Remus toda la teoría de Layla sobre que a Snape siempre le había gustado Lily era... ridícula. Pero de repente el mero hecho de que se llevaran bien resultaba alarmante. Snape no se llevaba bien con nadie. Y cuando Colagusano, Canuto y Cornamenta se habían acercado a ellos, creyó por unos horribles minutos que todo iba a precipitarse, con sólo una palabra o un gesto.

No pasó nada, pero había estado cerca. Demasiado cerca. Inspiró tanto aire como le permitieron los pulmones y esperó pacientemente mientras la clase se vaciaba, hasta que Snape terminó de colocar lo que había cogido del armario. Entonces se puso en pie y atravesó el pasillo decidido.

- Snape, ¿puedo hablar contigo- Remus se paró, y Snape se volvió con expresión desconfiada.

- Ya lo estás haciendo, pero si aún te interesa la respuesta es no - respondió, con tal carga de desprecio en su voz que Remus sintió deseos de gritarle "¡Venga! ¡Hace cinco minutos eras humano!". En su lugar le observó continuar el camino hasta la salida antes de jugar su última carta.

- Es sobre Lily.

Funcionó. El propio Remus quedó sorprendido de lo rápido que funcionó, en realidad. En apenas un segundo Snape se volvió, y de dos zancadas se colocó frente a él, a apenas medio metro de distancia.

- ¿Y bien- exigió Snape bajando la voz, aunque en el aula no quedaba nadie que pudiera oírles.

- ¿Crees que lo que estás haciendo va a alguna parte- preguntó Remus sin hacerse de rogar. Snape sonrió con frialdad.

- ¿Eres un guía espiritual o algo así para cuestionarme?

"No, pero Lily es mi amiga, es amiga de Layla, y realmente no creo que esto pueda acabar bien"

- No te cuestiono. Pero quizá deberías tener más cuidado...

- ¿O qué? ¿Esos amigos a los que no eres capaz de controlar a pesar de tu preciosa insignia de prefecto volverán a hacer de las suyas? Llegas seis años tarde, Lunático - interrumpió Snape haciendo énfasis en su apodo. En contra de su voluntad, Lupin se obligó a permanecer allí. Sabía, lo había visto con sus propios ojos, que el Snape que ahora tenía delante no era el mismo con el que Lily había estado un momento antes. Si sólo lograse descubrir cómo...

- Trato de ayudarte - afirmó sinceramente. Pero Snape se rió con aspereza, y se inclinó un poco hacia él.

- No necesito ningún consejo de un animal.

Lupin sacudió la cabeza sin dejar de mirarle.

- Creo que necesitas todos los consejos que este animal sea capaz de dar - afirmó, y tras encogerse de hombros rodeó a Snape y se marchó.

-

Notas:
- Entradilla: Ain't it unusual, de Goo Goo Dolls.
- He mantenido el sistema de notas de OotP en su version original por dos razones: cuando escribí este capítulo aún no había salido en español, y porque cuando salió en español ya me daba pereza mirar la traducción.
- Creo que a estas alturas, si Snape no sabe con certeza que Lupin es un hombre lobo al menos sí se lo imagina. Lo que le dice es una manera de tantearle.