Título: Ephemeral (9/11)
Fandom: Harry Potter
Personajes, pairings: Lily/Snape, los Merodeadores, personajes originales variados
Rating: PG
Disclaimer: Los personajes y situaciones de HP son propiedad de Rowling.
Notas: "En el que Adhi empieza a temblar ante la perspectiva de que, efectivamente, tiene que escribir algo con un mínimo de romanticismo". El resto de las notas, al final.

- 9 -
- Tiene que haber alguien -

People always notice me wherever I go,
they think I'm lucky but they don't really know.
Beauty and brains are all that I've got...
I've got a cold cold bed and a broken heart, a broken heart.
Everybody loves me, everyone but you...

- Qué te pasa, Mary Jane, ¿has tenido un mal día? Coloca el letrero de "No molestar" en la puerta... Has vuelto a perder tu puesto, qué pena... y parece que nunca más querrás volver a bailar...

Declamando dramáticamente, Deby esquivó el desorden de túnicas de gala y paquetes que poblaba el dormitorio de las Slytherin de sexto, hasta apoyarse en la pared, junto a la ventana sobre la que Lily tenía los pies apoyados. Tumbada en la cama, con las piernas en alto sobre la almohada, la pelirroja abrió los ojos para mirarla con cierta curiosidad, los brazos aún cruzados bajo la cabeza.

- ¿Qué te pasa, Mary Jane? - repitió Deby encogiéndose de hombros, y de un salto se sentó en el borde de la cama, resbalando sobre las mantas verdes. - Aparta el trasero, anda.

Lily se deslizó hacia un lado de la cama, y Deby se tendió junto a ella en la misma posición, poniendo los pies en la vidriera. Los pies de Lily, calzados únicamente con unos calcetines azules, tamborilearon en el cristal. Por las zonas transparentes de la ventana podían ver la nieve flotando hacia el suelo. Aunque la mayoría de las dependencias de los Slytherin eran subterráneas, los dormitorios estaban construidos casi a ras del suelo, y sus ventanas daban a un patio al que no se podía acceder de ninguna otra manera. Cuando llegase Enero los elfos domésticos se ocuparían de que el exceso de nieve no tapara cualquier resquicio de luz, pero de momento aquello era sólo la primera nevada del curso.

- ¿Cómo no has ido a Hogsmeade? Spectum se ha comprado una pluma increíble, así, pequeñita y plateada natural - Deby levantó las manos para separar los dedos unos veinte centímetros, y luego se palmoteó las rodillas, enfundadas en un grueso tejido que parecía de peluche. Su postura impidió a Lily encogerse de hombros, y dejó escapar un bufido.

- No me apetecía... - murmuró cansadamente.

- A mí no me engañas, niña - se rió Deby dándole un codazo. - ¿Quién es?

Algunos gritos y carcajadas en el pasillo indicaron que otros Slytherin empezaban a regresar del pueblo. Lily escuchó con atención, aliviada de poder ignorar temporalmente la pregunta de Deby, hasta comprobar que el nivel de ruido no subía como para tener que salir a poner orden. Pasos arriba y abajo de la escalera, un par de llamadas desde el otro extremo de la Sala Común, y de nuevo el silencio cálido del dormitorio. Y otro codazo impaciente de Deby esperando su respuesta.

- ¿Eh? ¿Quién es qué?

- Veamos... no estás estudiando, has hecho todos tus deberes por las noches, no estás arrastrándote por el suelo de los baños vomitando las tripas, y tampoco castigada...

- A veces puedes ser demasiado gráfica - se quejó Lily asqueada.

- ... así que dime, ¿quién es? - continuó Deby tranquilamente. - ¿Un chico? ¿Una chica? ¿Un elfo doméstico con unas orejas increíblemente grandes?

Ambas se echaron a reír hasta que los cristales crujieron bajo los golpes que iban dándoles con los talones. Levantando los pies como si estuviera andando sobre la ventana, Lily subió hasta donde pudo, arqueando la espalda, y cogió aire con cierta dificultad debido a la postura.

- Empiezas a parecerte a Kimberly, adicta a la adivinación... ¿También sabes mis notas de Runas? Porque creo que el último examen fue una masacre...

- Ah, por favor, esa no adivinaría ni la hora del Big Ben - Deby arrugó la nariz y extendió la mano, tirando de un pelo que se había enganchado en la cremallera de la chaqueta. Lo estiró tanto como pudo hasta que se partió y lanzó los trozos al aire. Lily volvió a caer sobre el colchon, manoteando para alejarlo.

- Entonces adivínalo - desafió, porque sabía que en realidad Deby no podía leer las mentes. Tenía más bien una intuición preocupante, especialmente en lo referido a las relaciones personales... a veces daba miedo. Se arrepintió de haberla retado.

La chica morena frunció el ceño un poco y terminó de subir y bajarse la cremallera, para dejarse oir en un susurro pensativo.

- Si no supiera que ya has mandado a freír espárragos a Potter, pensaría que se había cumplido lo de "el que la sigue la consigue".

- Bah, sólo iría con él si reconociera en público que es profundamente imbécil - gruñó Lily despectivamente, y Deby gorjeó divertida.

- Es un Gryffindor, jamás hará eso... Es una imposibilidad matemática.

- Por eso lo digo - sonrió Lily cogiendo el libro del que Deby había leído los versos, y acariciando distraídamente la piel azul sin abrirlo.

- Bueno, pues pídele a quien sea que vaya contigo - sugirió Deby rascándose el estómago.

El cuero de la encuadernación crepitó cuando Lily arañó el lomo intentando quitar una mancha que parecía azúcar, o los restos de algo de Honeydukes. Para Deby todo parecía siempre tan fácil... Iba a ir al baile con Matias Zaitsev, un Slytherin de séptimo procedente de Durmstrang por el que la mayoría de las chicas de la Casa (y algunos chicos) llevaban dos años suspirando. Lily había estado en la hora de estudio, cuando Deby se limitó a acercarse a Matias, darle un golpecito en el hombro y decirle "¿Vamos al baile?". Sin más.

- Es que no irá al baile... - y no pudo evitar que sonase como un quejido lastimero. Aunque no pudo verlo, en el rostro de Deby apareció una mirada de súbita comprensión.

- Ah... claro... pero igual podrías convencerle - sugirió en un intento por animarla. - Aunque... bueno, siendo muggle...

- ¿Tanto importa? - Lily abrió el libro por la primera página y rozó la rasposa superficie de pergamino con las yemas, notando un agradable cosquilleo a pesar del temor repentino.

- Bueno, si le conozco como creo... - Deby giró la cabeza y la observó críticamente, considerándola por unos segundos. Luego volvió a mirar al techo algo indecisa. - Nadie le conoce muy bien. Tú sólo haz que se entere.

Las hojas produjeron un sonido susurrante mientras Lily las pasaba adelante y atrás sin siquiera mirarlas. Observó a Deby y se preguntó qué hacía allí un sábado por la tarde, pero sabía que la imprevisibilidad era una de las características más agudizadas en su compañera. Estaba allí porque le apetecía en aquel momento, y cuando dejase de encontrarse a gusto se iría a otro sitio. Aparecía, desaparecía e iba de un lado a otro desde primero... Lily había rechazado todas las ideas que Layla propuso para llevársela a Hogsmeade, y había pasado gran parte de la tarde reprendiéndose duramente por no contarle qué sucedía. No quería añadirle preocupaciones, pero era tan difícil...

- No podré hacerlo - suspiró. Deby la golpeó en el brazo.

- ¿Un año gritando a los novatos en los pasillos y te atreves a decirme que no te atreves? - regañó Deby bajando los pies a un lado de la cama para no manchar la colcha.- Igual si no te hubiera visto llamar de todo a Crabbe esta misma mañana podría creérmelo. Tómatelo como si... estuvieras regañándole por algo.

Lily asintió y miró el libro. Primero pensó que había elegido alguna página intermedia entre capítulos, así que pasó un par de hojas, pero nada cambió. El libro estaba en blanco.

- ¿Te has inventado el poema, niña desconcertante? - preguntó sorprendida. Como si hubiese estado esperando la pregunta Deby se sentó en la cama y negó con la cabeza.

- Está escrito - y cuando Lily se lo acercó a la cara hasta ponerse bizca se lo quitó de las manos abriendo una página al azar. - Emborrachémonos, puedes llevarme a la bahía, y pediremos un deseo, pero ¿sabes lo que son las estrellas? Bolas de fuego ardiendo en el espacio negro, cayendo al otro lado del horizonte y explotando en la cara de Dios...

- ¿No te lo estás inventando? - Lily pensó un segundo si estaría tomándole el pelo, pero Deby siguió leyendo, interrumpiéndose a veces para pasar a otra página y comenzar un poema absolutamente distinto, sin un sólo error o balbuceo. - Explícamelo, venga.

Los ojos de Deby brillaron al darse cuenta de que Lily estaba realmente intrigada. Volvió a pasarle el libro y cruzó las piernas sobre las mantas.

- ¿Te acuerdas de Orion Nubelle? - y entonces Lily asintió empezando a atar cabos.

- ¿Aquel Hufflepuff tan creativo?

- ¡Es un genio! - exclamó Deby dando un pequeño bote y moviendo las manos expresivamente. - Ha puesto un taller pequeño un poco antes de llegar a las Tres Escobas, y todas las cosas que vende las hace él. ¡Ni siquiera las tienen en Zonko! Los libros estos sólo los puede leer aquel a quien se lo hayan regalado. ¿No es genial?

- Muy bonito - sonrió Lily. Sonó la campana de la cena, y Deby se deslizó hasta el suelo lanzando el libro sobre su cama. Algo a desgana Lily la imitó, calzándose los zapatos y empezando a recogerse el pelo. Mientras se dirigían a la puerta, Deby se volvió.

- Oye, si quieres hablo yo directamente con Lucius - ofreció, empezando a bajar las escaleras hacia la Sala Común de espaldas. Lily la miró confusa.

- ¿Con quién?

- Con Malfoy, sorda. Te referías a él, ¿no? - repitió Deby, exasperada y divertida a partes iguales.

- Sí... claro, sí - asintió Lily rápidamente, y Deby alzó una ceja extrañada, atravesando la Sala Común aún de espaldas hasta que un niño de primero se paró junto a la puerta y chocó contra su espalda. Lily aprovechó para añadir: - Pero tú no le digas nada.

- Un poco más de cuidado, ¿vale? - sonrió al niño girando y se volvió de nuevo a Lily. - Vale, estaré calladita. Pero díselo.

Salieron a los pasillos helados de las mazmorras y Lily se arrepintió de no haberse llevado la chaqueta. El calor excesivo de la habitación le había embotado el cerebro, y ahora incluso le dolía la cabeza. O quizá era de tanto pensar. Igual Deby tenía razón y cada segundo sopesando pros y contras era una oportunidad que se iba. En el vestíbulo se unieron a la masa de alumnos de las demás casas camino del Comedor; Gryffindor y Ravenclaw por la escalinata principal, Hufflepuff del pasillo cercano, y algunos rezagados que acababan de llegar de Hogsmeade y entraban cubiertos de nieve por las grandes puertas.

Perdió a Deby de vista, y localizó a Layla haciéndola señas sentada en la ancha barandilla de mármol del primer descansillo, esperando a que pasase la manada de estudiantes hambrientos. Oyó gritar a Deby a su espalda, aunque entre el murmullo de las doscientas voces sólo era una más.

- ¡¡Pero díselo eh!

No pudo evitar asentir.

- De acuerdo, se lo diré - suspiró acercándose a la escalera y susurrándose a sí misma. - Venga Lily, de algo hay que morir... ¿por qué no de vergüenza?

Notas
- Entradilla: Everybody loves me but you, de Juliana Hatfield
- "Qué te pasa, Mary Jane?...", de Mary Jane, de Alanis Morissette. El 95 de las veces en que en mis fics se lea algo medianamente poético, son letras de canciones.
- Alguien debería obligar a Rowling a escribir un libro detallando las habitaciones de Hogwarts. Es insano vivir sin ventilación, así que eso de los cuartos subterráneos me lo suelo saltar a la torera v.v
- Un estudiante de intercambio! suenan las alarmas
- "Emborrachémonos, puedes llevarme a la bahía...", de Down, de Something Corporate. Os remito a la segunda nota.
- Orion Nubelle es propiedad de Deira (nuestro universo particular se amplía!)
- A Lily le gusta Snaaaapeeee canturrea