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::::::EL AMOR TIENE FORMAS EXTRAÑAS ::::::::
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CAPÍTULO 1: Caída y olvido
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Era miércoles.
Un día precioso, a decir verdad, uno de esos días en los que el sol entraba a raudales por los ventanales del castillo y hacía que todos los estudiantes se quejaran por estar encerrados en clase en vez de disfrutar el día en los terrenos del colegio.
Ginny Weasley venía caminando tranquilamente por uno de los corredores del colegio, con una inmensa (y exagerada) sonrisa dibujada en su rostro, lo que ciertamente la hacía parecer algo estúpida.
Pero a ella no le importaba, porque que cancelaran la clase de Pociones era un hecho indiscutiblemente histórico. Además de que se había salvado de pasarse dos horas encerrada en una mazmorra lúgubre en donde la luz del sol no entra por ningún agujero, a cambio de poder respirar la brisa fresca en lo más alto de las gradas de Gryffindor y sentir el cosquilleo del sol en la cara.
Dobló por la esquina, deseosa por salir del castillo, pero se dió de bruces con algo. Con alguien, mejor dicho, porque la persona que se había cruzado en su camino había soltado una serie de insultos subidos de tono en menos de diez segundos.
-¡Auch!- Ginny se llevó la mano a la frente, adolorida y todos los libros que llevaba en la mano se desparramaron por el suelo. Levantó la cabeza y se encontró con el objeto de su... dolor.- Hola, huroncito...
Draco Malfoy gruñó, mirándola con odio y quitando de su túnica un polvo inexistente.
-Maldita comadreja...- soltó, irritado.
-¿Tienes problemas visuales últimamente, Malfoy?- preguntó Ginny inocentemente, mientras recogía sus libros del suelo.
-Mi vista está en perfectas condiciones, Weasley- dijo con sorna.- Además, hasta un ciego podría verte a kilómetros con esa cabeza en llamas...
Ginny sonrió. Y Malfoy se irritó aún más, porque se suponía que esto último era un insulto.
-¿Me estás diciendo que me miras?-inquirió la pelirroja.
-¡¿Qué?!- Malfoy puso cara de asco.- ¡Claro que no te miro! ¡Y fuiste tú quien chocó conmigo!
-¿Piensas que lo hice a propósito?- Ginny suspiró.- ¡Ni de broma!
-¿Qué tiene de malo chocar conmigo?
-¿Eh?
-Acabas de decir que "ni de broma" chocarías conmigo...- repitió él, mirándola fijamente.
-¿Para qué alguien querría chocar contigo?- replicó ella, sin comprender a dónde quería llegar el Slytherin.
-Quién sabe... lo que pueden llevar a hacer las hormonas alteradas...- una sonrisa libidinosa se asomó de sus labios.- Quién sabe... lo que es capaz de hacer la gente por tocar mi preciado cuerpo...
-¡Te crees tanta cosa, Malfoy!- se rió Ginny, dando media vuelta. Malfoy parpadeó, sorprendido. ¿Había oído bien? ¿La Weasley ésa acababa de decir que era "poca cosa"? Está bien, era una Weasley lo que significaba que tenía el gusto estropeado (con sólo mencionar el ejemplo de que le gusta el cara rajada es suficiente...) pero era una chica al fin y al cabo... ¿Cómo podía haber una chica que no lo considerara "un ser demasiado perfecto para existir sobre la faz de la tierra"?
-¿Y por qué no te gusto?- preguntó, haciendo gala de la mejor de sus sonrisas.
-¿Oyes lo que me estas preguntando, Malfoy?
-¿Qué? ¿Te gustan las chicas como Potter?- soltó él.
-No, pero tú NO me gustas- respondió Ginny, divertida.- ¿Quieres saber porqué?- Draco asintió en silencio. Ginny se acercó a él y bajó la voz.- Porque eres un maldito cabrón, Malfoy. Por eso. Además, esa túnica te hace parecer muy delgado...
Draco la miró con incredulidad. ¿Cómo se atrevía ella a desacreditar a una túnica de tal calidad?
-¡Esta túnica cuesta cientos de Galleons!- exclamó con indignación.
-Lo que sea... - soltó Ginny, indiferente.- A tí no te favorece... Por cierto... vas atrasado al partido de Quidditch...
Malfoy, haciéndose el disimulado, le echó una mirada de reojo al reloj que estaba en el corredor. La pelirroja estaba en lo cierto, tenía cinco minutos para presentarse en el campo. Mierda.
-¿Y a ti que tanto te preocupa?- inquirió, con la cabeza en alto.
-Nada, Malfoy...- Ginny comenzó a alejarse por el corredor.- Ojalá que te caigas de la escoba... así se te bajan todos esos humos...
-¡Ja! ¡Eso sólo pasa en tus sueños!- respondió él, cargándose la escoba (último modelo, por supuesto) al hombro.
Y en cuanto Ginny desapareció por la esquina, perdió la poca compostura que le quedaba y echó a correr como alma que lleva al viento en dirección al campo de Quidditch.
Zabini iba a gritarle otra vez.
:::::::::::::::::
Ginny se abrió paso entre la masa de estudiantes que estaba reunida en las gradas de Gryffindor, hasta que divisó a una chica rubia y con el pelo muy largo que le hacía señas con la mano.
-¡¡Aly!!- exclamó Ginny al verla. "Aly" era el diminutivo que Ginny le había puesto a Alyssa Pryor, su mejor amiga. Era de su mismo curso y también Gryffindor.
-¿Donde te habías metido?- preguntó la chica, que estaba sentada junto a los hermanos Creevey.- Te guardé un puesto...
-Gracias, Aly- Ginny se dejó caer en el asiento.
-¿Y?- Aly se cruzó de brazos, con la curiosidad reflejada en su cara.- ¿Dónde estabas?
-Ah, eso...- dijo Ginny casi con indiferencia.- Me encontré a Malfoy en el camino. No pongas esa cara, Aly...
-Es que Malfoy y tú se cruzan todos los días...- comentó Aly, echándose para atrás su largo pelo.- Ya se está haciendo costumbre...
Ginny miró a su amiga escéptica.
-Yo no tengo la culpa de que él venga esta colegio, ¿no?
-Vale. No es necesario que te pongas sarcástica.- dijo la rubia.- ¿Y de que hablaron esta vez?
-¡Malfoy y yo no hablamos!- la contradijo Ginny.- Discutimos, como siempre... Es más, hasta le dije que ojalá se cayera de la escoba en el partido...
-¿Caerse? ¿Malfoy?- Aly sacudió la cabeza, divertida.- Estoy de acuerdo en que es un cabrón, pero no te olvides de que también es inteligente...
:::::::::::::::::
-Bien.- Blaise Zabini, el flamante nuevo capitán del equipo de Slytherin, aspiró una bocanada de aire para tranquilizarse.- Malfoy. Tarde, como siempre... ¿Es que tanto te cuesta mirar de vez en cuando el reloj que te regalé el mes pasado?
Draco se encogió de hombros con soberbia, haciéndole ver a Zabini que no tenía ningún tipo de autoridad sobre él.
-Surgieron cosas, Blaise...- dijo vagamente, mientras miraba en derredor.
-¿Ah, si?- dijo receloso.- ¿A quién te detuviste a molestar esta vez?
Malfoy se sintió azorado. ¿Qué mierda le interesaba a Blaise a quien él molestara o no?
-Mis asuntos no son de tu incumbencia...- soltó al fin.- ¿Vamos a jugar o no?
Blaise iba a agregar algo más, pero Madam Hooch reclamaba a los capitanes de ambos equipos para poder comenzar el partido y de mala gana el chico moreno se alejó de Malfoy.
El rubio se unió al resto del equipo, mirando receloso como Zabini y Potter intercambiaban un tenso apretón de manos.
Y empezó el partido, que estuvo calmo durante los primeros minutos, hasta que:
-¡Y sí! ¡¡Tanto para Gryffindor!!
Los simpatizantes de los leones hicieron tronar el estadio. Cientos de banderas de color escarlata cubrían a los estudiantes, dando la impresión de que las gradas se hubieran convertido en una llamativa marea roja que se agitaba sin cesar.
Desde lo alto, Harry Potter sonrió. Y desde el otro extremo del campo, Draco Malfoy le dirigió una mirada (si es que se puede) más fría que el mismo hielo: Slytherin iba perdiendo.
-Mierda...- exclamó el rubio, apartando la mirada de Harry para comenzar a buscar con la vista la ansiada Snitch.- Vamos... vamos... ¿dónde estás?
-¡¡Ooohh!! ¡¡La ha visto!! ¡¡Potter va en dirección a la Snitch!!
Malfoy se volvió al instante. ¿Qué diablos le sucedía hoy? Sin detenerse a pensar, aceleró al máximo con su escoba, deseoso de alcanzar a Harry, quien estaba unos cuantos metros por delante suyo. Dio un rodeo y logró atravesársele a Harry, pero el chico de los ojos esmeralda lo pasó por encima, sin quitar la vista de la brillante pelotita dorada. Malfoy ya iba dar la vuelta cuando una pesada Bludger se le atravesó en el camino. La pelota negra se estrelló con saña contra su cabeza, haciendo que su vista se le nublara notablemente y la cabeza le daba vueltas como si estuviera dentro de una especie de tornado. Todo el estadio hizo un exclamación al ver que Malfoy, semiconsciente, caía con su escoba más de veinte metros en picada: iba a matarse.
Draco sentía que el aire le golpeaba con fuerza el rostro, pero no lograba que su cuerpo respondiera. ¡Maldición! Veía todo rojo, posiblemente se debía a la tribuna Gryffindor.
Rojo.
¡La Weasley!
¡Ella le había dicho "Ojalá que te caigas de la escoba... así se te bajan todos esos humos..."
¡¡Ella había practicado alguna especie de brujería en él!!
Harry miró hacia atrás. El Slytherin caía como peso muerto. Los jugadores estaban tan anonadados que ni siquiera reaccionaron. A pesar de que la distancia era mucha, Harry viró su escoba y bajó en picada en dirección a Malfoy. Pero su esfuerzo no fue suficiente y el rubio se estrelló de lleno contra el barro. El silencio se apoderó del estadio y todos los estudiantes se miraban unos a otros, entre sorprendidos y asustados.
Malfoy estaba inerte y un hilillo de sangre se colaba entre sus cabellos rubios.
:::::::::::::::::
En aquel lugar, el silencio era sobrecogedor. Si uno prestaba atención se podía oir el zumbido de una mosca que revoloteaba por allí. Draco Malfoy abrió lentamente los ojos, y fue consciente del dolor que se extendía por todo su cuerpo. Intentó enfocar la vista, pero aún veía borroso y la cabeza le daba vueltas.
Y tampoco sabía donde se encontraba. Se llevó la mano a la cabeza y notó que tenía una venda en la frente.
¿Qué había sucedido?
La vista fue aclarándosele de a poco y pudo ver con claridad aquel lugar desconocido. Un puñado de camillas se hallaban extendidas a lo largo de la habitación: posiblemente se tratara de una enfermería o algo así. Una chica pasó por delante de él, sin siquiera mirarlo.
-Oye...- murmuró, y su voz salió ronca como si no la hubiera usado en mucho tiempo. La joven se volteó, sorprendida. Lentamente se acercó a él, mirandolo con desagrado.
-¿Qué quieres?- preguntó, brusca.- Estoy apurada. Tengo que entregarle estos papeles a Madam Pomfrey...
-¿Siempre eres tan desagradable?- replicó Draco, frunciendo el ceño.
-Contigo sí, Malfoy... Hasta luego...
-Espera, espera- la llamó él, y la chica se volteó de mala gana.- ¿Sabes si llevo mucho tiempo aquí?
-Un par de semanas- contestó la joven.
-Me pareció una eternidad...- confesó él, sereno. Sin embargo, aquella chica seguía mirandolo con desagrado.- Siento todo el cuerpo magullado, como si me hubieran dado una buena paliza- sonrió debilmente.
-Fue una caída bastante fea- comentó ella. El la miró sorprendido.- La Bludger te dio de lleno...
-¿La Bludger?- repitió, pensativo. La jovencita asintió, deseosa por marcharse.
-En el partido- explicó al confundido chico.-
-No lo recuerdo... no recuerdo...- confesó- ¿Cómo te llamas?
-¡¡Déjate de bromas!!- la chica soltó una risa sarcástica.
-¿Te conozco?
-¡¡Por supuesto!!- la joven lo miró entornando los ojos, con cierto asomo de bronca.
-Entonces, no te recuerdo
-No bromees...
-¡Es verdad!- insistió él, mirándola con el ceño levemente fruncido, aunque su mirada era diferente: ya no destilaba odio, sino que parecía en extremo sincero.
-Soy Ginny Weasley...-
-Hola, Ginny...- Draco Malfoy le tendió la mano. La chica se la estrechó con cierta desconfianza, como buscando el indicio de la broma.- Perdona que no te recuerde...
-No sería raro...
-Seguro que eramos muy buenos amigos, ¿cierto?
-Díficilmente- sonrió ella, ante la actitud del chico.
-Siempre hay un buen momento para comenzar- dijo él, guiñándole un ojo. Ginny lo miró horrizada.
-¿Realmente tienes amnesia, Malfoy?- exclamó.
-Por lo visto, parece que sí...- suspiró cansadamente.- Sino recordaría a una joven tan hermosa...
A Ginny le entró un ataque de risa histérica.
-¡¡Deja de decir estúpideces!!- pidió secándose las lágrimas.
-Hablo en serio, Virginia- la interrumpió él, sereno. Ginny lo miró fijamente, escudriñándo aquellos ojos grises que parecían tan...
sinceros...
transparentes...
dulces...
pero en estos momentos, porque él seguía siendo Malfoy, el cabrón de Slytherin que vivía para complicarle la vida, para buscar formas de humillarla en cuanto la veía.
Pero había que reconocer que incluso así... con esa expresión de "niño perdido" y que parecía gritar "necesito cariño", incluso así, con el pelo cayéndole libremente sobre la frente en lugar de estar rigurosamente aplastado contra su cráneo, incluso así sentado sobre la cama, con el torso desnudo... Malfoy ... lucía... bien.
Bien... si. No estaba mal.
Nada mal, a decir verdad.
Pero era Malfoy, y era un cabrón.
-¿No me darás la oportunidad de ser tu amigo?- preguntó Draco al fin, al ver que ella pasaba demasiado tiempo observándolo en silencio.
-Estás loco...
-No me importa- sonrió él. Y a Ginny le extrañó ver esa sonrisa tan... rara. Una sonrisa normal en la cara de Malfoy, el rey de las sonrisas lascivas y torcidas.
Ginny sonrió también, al tiempo que una idea se le cruzaba por la mente y la hacía mirar a Malfoy con más detenimiento.
Con amnesia, Malfoy estaba indefenso. Y ella podría cobrarse todos los malos ratos que él le había prodigado y además... divertirse un poco.
-Oye, Malfoy...
-Draco- la interrumpió él, amable.
-Bueno, sí, Draco- Ginny se cruzó de brazos.- Hay un baile este viernes...
-¿De verdad?- preguntó él, con interés.
-¿Te gustaría ir conmigo?
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Ginny entró corriendo al dormitorio de chicas de Gryffindor sintiéndose enormemente complacida consigo misma. ¡Por Dios, qué facil había sido!
Encontró a su amiga Aly tendida sobre su cama, leyendo con sumo interés la última entrega de "Corazón de Bruja". Ginny se dejó caer a su lado, con la sonrisa impregnada en la cara.
Aly cerró la revista y la miró con interés.
-¿A qué vienes tan contenta?- preguntó. Ginny se rió.
-¿Adivina con quien voy al baile de Halloween?
-¡¡¡Aaahh!!! ¡No me digas que Harry te lo pidió!- exclamó Aly, batiendo palmas.
-¡No, no es Harry!- negó Ginny, bajando la mirada. Sí, había deseado con toda el alma que fuera Harry, pero él parecía estar interesado en la idiota de Cho.
-¿Neville?- intentó Aly. Otra negativa. Aly pasó a nombrar a todos los chicos de Gryffindor, pasó a una salteada mención de chicos de diferentes casas, hasta que al fin pareció resignarse.- ¡Ah, ya! ¿Con quién vas? ¡Ni que fueras a decirme que te lo pidió Malfoy!
-¡¡Exacto!!- Ginny sonrió abiertamente, ante la cara de desconcierto de su amiga.
-¡Pero Malfoy está inconsciente en la enfermería!-
-Ya no. Acaba de despertarse. Y está amnésico.- explicó Ginny atropelladamente.
-¿Y te pidió ir al baile?- Aly frunció el ceño, confundida.
-No exactamente, porque él no recuerda nada - continuó Ginny, divertida.- Yo se lo pedí.
-¿Te volviste loca?- Aly se incorporó.- ¿Porqué quieres ir al baile con Malfoy?
-Ah, sólo es por diversión... Para humillarlo cuando recupere la memoria y... además Malfoy está guapo, aunque no me gusta para nada...
-¡Pero es Malfoy!- insistió Aly, aún sin comprender claramente las intenciones de su amiga.
-Por eso mismo- terminó Ginny, tranquila.
-Espero que no empiecen a mezclarse los sentimientos, Gin...
-¡Oh, jamás! - Ginny la miró horrorizada.- ¡Cuanto voy a divertirme con el maldito cabrón! Ya lo verás...
:::::::::::::::::
Holasss!!!
¿Cómo están? Espero que bien y que hayan llegado hasta aquí sin dormirse... ¿qué les parece la idea? A mi parecer este cap está bastante flojo, pero mejoraré en el próximo... ^__________^U ¿Qué pasará cuando Draco recupere la memoria?
¡Me encantaría que me dejaran sus comentarios para saber si la idea vale la pena! ¿Sip? ¡Espero sus reviews!
Si les gusta, tendrán el cap 2 pronto...
Si quieren mandarme un mail o agregarme al msn: airileeh@hotmail.com, sino nos leemos (o eso espero)
BesiToS, AiRiLeE!
::::::EL AMOR TIENE FORMAS EXTRAÑAS ::::::::
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CAPÍTULO 1: Caída y olvido
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Era miércoles.
Un día precioso, a decir verdad, uno de esos días en los que el sol entraba a raudales por los ventanales del castillo y hacía que todos los estudiantes se quejaran por estar encerrados en clase en vez de disfrutar el día en los terrenos del colegio.
Ginny Weasley venía caminando tranquilamente por uno de los corredores del colegio, con una inmensa (y exagerada) sonrisa dibujada en su rostro, lo que ciertamente la hacía parecer algo estúpida.
Pero a ella no le importaba, porque que cancelaran la clase de Pociones era un hecho indiscutiblemente histórico. Además de que se había salvado de pasarse dos horas encerrada en una mazmorra lúgubre en donde la luz del sol no entra por ningún agujero, a cambio de poder respirar la brisa fresca en lo más alto de las gradas de Gryffindor y sentir el cosquilleo del sol en la cara.
Dobló por la esquina, deseosa por salir del castillo, pero se dió de bruces con algo. Con alguien, mejor dicho, porque la persona que se había cruzado en su camino había soltado una serie de insultos subidos de tono en menos de diez segundos.
-¡Auch!- Ginny se llevó la mano a la frente, adolorida y todos los libros que llevaba en la mano se desparramaron por el suelo. Levantó la cabeza y se encontró con el objeto de su... dolor.- Hola, huroncito...
Draco Malfoy gruñó, mirándola con odio y quitando de su túnica un polvo inexistente.
-Maldita comadreja...- soltó, irritado.
-¿Tienes problemas visuales últimamente, Malfoy?- preguntó Ginny inocentemente, mientras recogía sus libros del suelo.
-Mi vista está en perfectas condiciones, Weasley- dijo con sorna.- Además, hasta un ciego podría verte a kilómetros con esa cabeza en llamas...
Ginny sonrió. Y Malfoy se irritó aún más, porque se suponía que esto último era un insulto.
-¿Me estás diciendo que me miras?-inquirió la pelirroja.
-¡¿Qué?!- Malfoy puso cara de asco.- ¡Claro que no te miro! ¡Y fuiste tú quien chocó conmigo!
-¿Piensas que lo hice a propósito?- Ginny suspiró.- ¡Ni de broma!
-¿Qué tiene de malo chocar conmigo?
-¿Eh?
-Acabas de decir que "ni de broma" chocarías conmigo...- repitió él, mirándola fijamente.
-¿Para qué alguien querría chocar contigo?- replicó ella, sin comprender a dónde quería llegar el Slytherin.
-Quién sabe... lo que pueden llevar a hacer las hormonas alteradas...- una sonrisa libidinosa se asomó de sus labios.- Quién sabe... lo que es capaz de hacer la gente por tocar mi preciado cuerpo...
-¡Te crees tanta cosa, Malfoy!- se rió Ginny, dando media vuelta. Malfoy parpadeó, sorprendido. ¿Había oído bien? ¿La Weasley ésa acababa de decir que era "poca cosa"? Está bien, era una Weasley lo que significaba que tenía el gusto estropeado (con sólo mencionar el ejemplo de que le gusta el cara rajada es suficiente...) pero era una chica al fin y al cabo... ¿Cómo podía haber una chica que no lo considerara "un ser demasiado perfecto para existir sobre la faz de la tierra"?
-¿Y por qué no te gusto?- preguntó, haciendo gala de la mejor de sus sonrisas.
-¿Oyes lo que me estas preguntando, Malfoy?
-¿Qué? ¿Te gustan las chicas como Potter?- soltó él.
-No, pero tú NO me gustas- respondió Ginny, divertida.- ¿Quieres saber porqué?- Draco asintió en silencio. Ginny se acercó a él y bajó la voz.- Porque eres un maldito cabrón, Malfoy. Por eso. Además, esa túnica te hace parecer muy delgado...
Draco la miró con incredulidad. ¿Cómo se atrevía ella a desacreditar a una túnica de tal calidad?
-¡Esta túnica cuesta cientos de Galleons!- exclamó con indignación.
-Lo que sea... - soltó Ginny, indiferente.- A tí no te favorece... Por cierto... vas atrasado al partido de Quidditch...
Malfoy, haciéndose el disimulado, le echó una mirada de reojo al reloj que estaba en el corredor. La pelirroja estaba en lo cierto, tenía cinco minutos para presentarse en el campo. Mierda.
-¿Y a ti que tanto te preocupa?- inquirió, con la cabeza en alto.
-Nada, Malfoy...- Ginny comenzó a alejarse por el corredor.- Ojalá que te caigas de la escoba... así se te bajan todos esos humos...
-¡Ja! ¡Eso sólo pasa en tus sueños!- respondió él, cargándose la escoba (último modelo, por supuesto) al hombro.
Y en cuanto Ginny desapareció por la esquina, perdió la poca compostura que le quedaba y echó a correr como alma que lleva al viento en dirección al campo de Quidditch.
Zabini iba a gritarle otra vez.
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Ginny se abrió paso entre la masa de estudiantes que estaba reunida en las gradas de Gryffindor, hasta que divisó a una chica rubia y con el pelo muy largo que le hacía señas con la mano.
-¡¡Aly!!- exclamó Ginny al verla. "Aly" era el diminutivo que Ginny le había puesto a Alyssa Pryor, su mejor amiga. Era de su mismo curso y también Gryffindor.
-¿Donde te habías metido?- preguntó la chica, que estaba sentada junto a los hermanos Creevey.- Te guardé un puesto...
-Gracias, Aly- Ginny se dejó caer en el asiento.
-¿Y?- Aly se cruzó de brazos, con la curiosidad reflejada en su cara.- ¿Dónde estabas?
-Ah, eso...- dijo Ginny casi con indiferencia.- Me encontré a Malfoy en el camino. No pongas esa cara, Aly...
-Es que Malfoy y tú se cruzan todos los días...- comentó Aly, echándose para atrás su largo pelo.- Ya se está haciendo costumbre...
Ginny miró a su amiga escéptica.
-Yo no tengo la culpa de que él venga esta colegio, ¿no?
-Vale. No es necesario que te pongas sarcástica.- dijo la rubia.- ¿Y de que hablaron esta vez?
-¡Malfoy y yo no hablamos!- la contradijo Ginny.- Discutimos, como siempre... Es más, hasta le dije que ojalá se cayera de la escoba en el partido...
-¿Caerse? ¿Malfoy?- Aly sacudió la cabeza, divertida.- Estoy de acuerdo en que es un cabrón, pero no te olvides de que también es inteligente...
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-Bien.- Blaise Zabini, el flamante nuevo capitán del equipo de Slytherin, aspiró una bocanada de aire para tranquilizarse.- Malfoy. Tarde, como siempre... ¿Es que tanto te cuesta mirar de vez en cuando el reloj que te regalé el mes pasado?
Draco se encogió de hombros con soberbia, haciéndole ver a Zabini que no tenía ningún tipo de autoridad sobre él.
-Surgieron cosas, Blaise...- dijo vagamente, mientras miraba en derredor.
-¿Ah, si?- dijo receloso.- ¿A quién te detuviste a molestar esta vez?
Malfoy se sintió azorado. ¿Qué mierda le interesaba a Blaise a quien él molestara o no?
-Mis asuntos no son de tu incumbencia...- soltó al fin.- ¿Vamos a jugar o no?
Blaise iba a agregar algo más, pero Madam Hooch reclamaba a los capitanes de ambos equipos para poder comenzar el partido y de mala gana el chico moreno se alejó de Malfoy.
El rubio se unió al resto del equipo, mirando receloso como Zabini y Potter intercambiaban un tenso apretón de manos.
Y empezó el partido, que estuvo calmo durante los primeros minutos, hasta que:
-¡Y sí! ¡¡Tanto para Gryffindor!!
Los simpatizantes de los leones hicieron tronar el estadio. Cientos de banderas de color escarlata cubrían a los estudiantes, dando la impresión de que las gradas se hubieran convertido en una llamativa marea roja que se agitaba sin cesar.
Desde lo alto, Harry Potter sonrió. Y desde el otro extremo del campo, Draco Malfoy le dirigió una mirada (si es que se puede) más fría que el mismo hielo: Slytherin iba perdiendo.
-Mierda...- exclamó el rubio, apartando la mirada de Harry para comenzar a buscar con la vista la ansiada Snitch.- Vamos... vamos... ¿dónde estás?
-¡¡Ooohh!! ¡¡La ha visto!! ¡¡Potter va en dirección a la Snitch!!
Malfoy se volvió al instante. ¿Qué diablos le sucedía hoy? Sin detenerse a pensar, aceleró al máximo con su escoba, deseoso de alcanzar a Harry, quien estaba unos cuantos metros por delante suyo. Dio un rodeo y logró atravesársele a Harry, pero el chico de los ojos esmeralda lo pasó por encima, sin quitar la vista de la brillante pelotita dorada. Malfoy ya iba dar la vuelta cuando una pesada Bludger se le atravesó en el camino. La pelota negra se estrelló con saña contra su cabeza, haciendo que su vista se le nublara notablemente y la cabeza le daba vueltas como si estuviera dentro de una especie de tornado. Todo el estadio hizo un exclamación al ver que Malfoy, semiconsciente, caía con su escoba más de veinte metros en picada: iba a matarse.
Draco sentía que el aire le golpeaba con fuerza el rostro, pero no lograba que su cuerpo respondiera. ¡Maldición! Veía todo rojo, posiblemente se debía a la tribuna Gryffindor.
Rojo.
¡La Weasley!
¡Ella le había dicho "Ojalá que te caigas de la escoba... así se te bajan todos esos humos..."
¡¡Ella había practicado alguna especie de brujería en él!!
Harry miró hacia atrás. El Slytherin caía como peso muerto. Los jugadores estaban tan anonadados que ni siquiera reaccionaron. A pesar de que la distancia era mucha, Harry viró su escoba y bajó en picada en dirección a Malfoy. Pero su esfuerzo no fue suficiente y el rubio se estrelló de lleno contra el barro. El silencio se apoderó del estadio y todos los estudiantes se miraban unos a otros, entre sorprendidos y asustados.
Malfoy estaba inerte y un hilillo de sangre se colaba entre sus cabellos rubios.
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En aquel lugar, el silencio era sobrecogedor. Si uno prestaba atención se podía oir el zumbido de una mosca que revoloteaba por allí. Draco Malfoy abrió lentamente los ojos, y fue consciente del dolor que se extendía por todo su cuerpo. Intentó enfocar la vista, pero aún veía borroso y la cabeza le daba vueltas.
Y tampoco sabía donde se encontraba. Se llevó la mano a la cabeza y notó que tenía una venda en la frente.
¿Qué había sucedido?
La vista fue aclarándosele de a poco y pudo ver con claridad aquel lugar desconocido. Un puñado de camillas se hallaban extendidas a lo largo de la habitación: posiblemente se tratara de una enfermería o algo así. Una chica pasó por delante de él, sin siquiera mirarlo.
-Oye...- murmuró, y su voz salió ronca como si no la hubiera usado en mucho tiempo. La joven se volteó, sorprendida. Lentamente se acercó a él, mirandolo con desagrado.
-¿Qué quieres?- preguntó, brusca.- Estoy apurada. Tengo que entregarle estos papeles a Madam Pomfrey...
-¿Siempre eres tan desagradable?- replicó Draco, frunciendo el ceño.
-Contigo sí, Malfoy... Hasta luego...
-Espera, espera- la llamó él, y la chica se volteó de mala gana.- ¿Sabes si llevo mucho tiempo aquí?
-Un par de semanas- contestó la joven.
-Me pareció una eternidad...- confesó él, sereno. Sin embargo, aquella chica seguía mirandolo con desagrado.- Siento todo el cuerpo magullado, como si me hubieran dado una buena paliza- sonrió debilmente.
-Fue una caída bastante fea- comentó ella. El la miró sorprendido.- La Bludger te dio de lleno...
-¿La Bludger?- repitió, pensativo. La jovencita asintió, deseosa por marcharse.
-En el partido- explicó al confundido chico.-
-No lo recuerdo... no recuerdo...- confesó- ¿Cómo te llamas?
-¡¡Déjate de bromas!!- la chica soltó una risa sarcástica.
-¿Te conozco?
-¡¡Por supuesto!!- la joven lo miró entornando los ojos, con cierto asomo de bronca.
-Entonces, no te recuerdo
-No bromees...
-¡Es verdad!- insistió él, mirándola con el ceño levemente fruncido, aunque su mirada era diferente: ya no destilaba odio, sino que parecía en extremo sincero.
-Soy Ginny Weasley...-
-Hola, Ginny...- Draco Malfoy le tendió la mano. La chica se la estrechó con cierta desconfianza, como buscando el indicio de la broma.- Perdona que no te recuerde...
-No sería raro...
-Seguro que eramos muy buenos amigos, ¿cierto?
-Díficilmente- sonrió ella, ante la actitud del chico.
-Siempre hay un buen momento para comenzar- dijo él, guiñándole un ojo. Ginny lo miró horrizada.
-¿Realmente tienes amnesia, Malfoy?- exclamó.
-Por lo visto, parece que sí...- suspiró cansadamente.- Sino recordaría a una joven tan hermosa...
A Ginny le entró un ataque de risa histérica.
-¡¡Deja de decir estúpideces!!- pidió secándose las lágrimas.
-Hablo en serio, Virginia- la interrumpió él, sereno. Ginny lo miró fijamente, escudriñándo aquellos ojos grises que parecían tan...
sinceros...
transparentes...
dulces...
pero en estos momentos, porque él seguía siendo Malfoy, el cabrón de Slytherin que vivía para complicarle la vida, para buscar formas de humillarla en cuanto la veía.
Pero había que reconocer que incluso así... con esa expresión de "niño perdido" y que parecía gritar "necesito cariño", incluso así, con el pelo cayéndole libremente sobre la frente en lugar de estar rigurosamente aplastado contra su cráneo, incluso así sentado sobre la cama, con el torso desnudo... Malfoy ... lucía... bien.
Bien... si. No estaba mal.
Nada mal, a decir verdad.
Pero era Malfoy, y era un cabrón.
-¿No me darás la oportunidad de ser tu amigo?- preguntó Draco al fin, al ver que ella pasaba demasiado tiempo observándolo en silencio.
-Estás loco...
-No me importa- sonrió él. Y a Ginny le extrañó ver esa sonrisa tan... rara. Una sonrisa normal en la cara de Malfoy, el rey de las sonrisas lascivas y torcidas.
Ginny sonrió también, al tiempo que una idea se le cruzaba por la mente y la hacía mirar a Malfoy con más detenimiento.
Con amnesia, Malfoy estaba indefenso. Y ella podría cobrarse todos los malos ratos que él le había prodigado y además... divertirse un poco.
-Oye, Malfoy...
-Draco- la interrumpió él, amable.
-Bueno, sí, Draco- Ginny se cruzó de brazos.- Hay un baile este viernes...
-¿De verdad?- preguntó él, con interés.
-¿Te gustaría ir conmigo?
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Ginny entró corriendo al dormitorio de chicas de Gryffindor sintiéndose enormemente complacida consigo misma. ¡Por Dios, qué facil había sido!
Encontró a su amiga Aly tendida sobre su cama, leyendo con sumo interés la última entrega de "Corazón de Bruja". Ginny se dejó caer a su lado, con la sonrisa impregnada en la cara.
Aly cerró la revista y la miró con interés.
-¿A qué vienes tan contenta?- preguntó. Ginny se rió.
-¿Adivina con quien voy al baile de Halloween?
-¡¡¡Aaahh!!! ¡No me digas que Harry te lo pidió!- exclamó Aly, batiendo palmas.
-¡No, no es Harry!- negó Ginny, bajando la mirada. Sí, había deseado con toda el alma que fuera Harry, pero él parecía estar interesado en la idiota de Cho.
-¿Neville?- intentó Aly. Otra negativa. Aly pasó a nombrar a todos los chicos de Gryffindor, pasó a una salteada mención de chicos de diferentes casas, hasta que al fin pareció resignarse.- ¡Ah, ya! ¿Con quién vas? ¡Ni que fueras a decirme que te lo pidió Malfoy!
-¡¡Exacto!!- Ginny sonrió abiertamente, ante la cara de desconcierto de su amiga.
-¡Pero Malfoy está inconsciente en la enfermería!-
-Ya no. Acaba de despertarse. Y está amnésico.- explicó Ginny atropelladamente.
-¿Y te pidió ir al baile?- Aly frunció el ceño, confundida.
-No exactamente, porque él no recuerda nada - continuó Ginny, divertida.- Yo se lo pedí.
-¿Te volviste loca?- Aly se incorporó.- ¿Porqué quieres ir al baile con Malfoy?
-Ah, sólo es por diversión... Para humillarlo cuando recupere la memoria y... además Malfoy está guapo, aunque no me gusta para nada...
-¡Pero es Malfoy!- insistió Aly, aún sin comprender claramente las intenciones de su amiga.
-Por eso mismo- terminó Ginny, tranquila.
-Espero que no empiecen a mezclarse los sentimientos, Gin...
-¡Oh, jamás! - Ginny la miró horrorizada.- ¡Cuanto voy a divertirme con el maldito cabrón! Ya lo verás...
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Holasss!!!
¿Cómo están? Espero que bien y que hayan llegado hasta aquí sin dormirse... ¿qué les parece la idea? A mi parecer este cap está bastante flojo, pero mejoraré en el próximo... ^__________^U ¿Qué pasará cuando Draco recupere la memoria?
¡Me encantaría que me dejaran sus comentarios para saber si la idea vale la pena! ¿Sip? ¡Espero sus reviews!
Si les gusta, tendrán el cap 2 pronto...
Si quieren mandarme un mail o agregarme al msn: airileeh@hotmail.com, sino nos leemos (o eso espero)
BesiToS, AiRiLeE!
