:*:*:*:*:*:*:*:* EL AMOR TIENE FORMAS EXTRAÑAS *:*:*:*:*:*:*:*:

*[CAPÍTULO 5: TREGUA ]*

*[Los personajes utilizados son propiedad de J.K.Rowling, exceptuando a Aly, Annalisse, Shane y algunos otros que aparecerán a lo largo de la historia...]*

*[Este capítulo va dedicado exclusivamente a KAP DE WEASLEY, por sus tan lindos reviews y porque voy a tomarle prestado su delantal de cocina... ^_____-- ¡gracias por adelantado, Kap! (aunque de todas formas, los derechos sobre las fotos de Draco con delantal son tuyos jejeje) (Así que interesadas, hablar con Kap, ya saben...)]*

:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:

En algunas ocasiones, suceden acontecimientos a lo largo del día que hacen que el humor de una persona cambie drásticamente de un momento a otro. Casi como pasar de las sonrisas a las lágrimas sin ninguna otra gama de sentimientos en el medio. Y Ginny Weasley, con su correspondiente cáracter defensivo y sarcástico, altamente neurótica (calificación que había sido puesta por Aly) y un poco loca (esto era de su propio criterio hacia si misma), no era, definitivamente, la excepción a la regla.

No, más bien, ella entraba de lleno en esta generalización, sintiéndose como pez en el agua. Tampoco era que el día había empezado a las mil maravillas, con los pajaritos cantando en su ventana y el sol radiante iluminando el cielo azul; esos días en que una se levanta llena de optimismo y ganas de hacer las cosas, uno de esos días en que la vida se decide a darnos una tregua y el universo parece estar en paz. Ah, rídiculamente empalagoso.

No, el día había comenzado definitivamente mal. Como si todas esas idiotas del club de fans de Draco Malfoy (que le tenían envidia, por supuesto) se hubieran reunido en un aula vacía para hacerle algún maleficio, con sonrisas malévolas que parecían aún más feas y aterrorizantes bajo la espectral luz de las velas mientras sostenían entre sus manos hebras del cabello de fuego de Ginny que habían conseguido quien sabe dónde y murmuraban en voz baja. Ginny pensó que si era esto, debería ir a felicitarlas por tan buen trabajo. Un momento: No, ella no podía rebajarse a tanto. Sacudió la cabeza, intentando que sus pensamientos no se dispararan en todas las direcciones como bengalas del Dr. Filibuster y la hicieran perder el hilo de sus pensamientos.

Porque su neurósis era peligrosa y contraproducente. Ginny ya había comprobado en más de una ocasión que no era bueno dejar que su cabecita le dijera lo que le diera la gana. Más bien, no era bueno escuchar lo que le decía su cabecita. Porque le daba millones de vueltas al asunto, tenía millones de pensamientos diferentes, y al final quedaba un poco más loca que cuando había empezado a analizar sus pensamientos. Sí, a veces (casi siempre), era mejor dejar que Aly le interpretara los confusos dictados provenientes de las vocecitas que albergaba su mente trastornada.

Volviendo al tema, el día había empezado muy mal: se había despertado con una resaca espantosa, y, como si alguien se estuviera regocijando con su mala suerte, Shane se había quedado con ella para "alegrarle" el despertar. Además, se había saltado (no conscientemente, por supuesto) un exámen importante de Transformaciones, lo que acababa de arruinarle la calificación para el trimestre. Madam Pomfrey no quitó esa mirada de desaprobación y algo acusadora ni siquiera cuando Ginny se estaba yendo de la enfermería y en la sala común de Gryffindor se encontró con Ron que le dio un sermón bastante verborrágico.

Pero las cosas habían empeorado aún más: se había enterado que Ron y Aly tenían una aventura y le molestó que nadie se tomara la molestia de decírselo, Blaise Zabini le había sugerido (o al menos eso entendió ella) que un día lo vería haciendo un estriptís (Ginny no pudo evitar pensar si el espectáculo sería... ejem... en privado) lo que le hacía poner en duda la salud mental de la casa Slytherin en estos últimos días (sólo faltaba que Pansy Parkinson viniera a decirle que quería que fueran amigas...) y por último (lo peor en su propia opinión), Draco Malfoy había tenido una amplia y reveladora visión de sus bragas más viejas e infantiles y McGonagall le había aplicado un castigo muy largo y duro. Ginny detuvo su caminata.

-¿Largo y duro?- murmuró para sí, mientras se sonrojaba.- Oh, malos adjetivos- decidió, sorprendiéndose de cómo su mente perversa le buscaba doble intención a todas las palabras. Y se sonrojó aún más cuando en su cabeza apareció una versión en miniatura de Draco Malfoy (muy mona, por cierto) en interiores negros moviendo la pelvis provocativamente- ¡¡Dios, Ginny!!- Cerró los ojos con fuerza, deseando que la alucinación con forma de Draco echara a correr y desapareciera de su vista. Se golpeó a si misma con el puño.- ¡¡Quítate esas cosas de la cabeza si no quieres convertirte en una pervertida...!!- Ginny respiró profundamente y murmuró.- Si, largo y duro son malos adjetivos si van juntos... Extenso y pesado quedan mejor... sí.

Y siguió caminando por el corredor, sin dirigirse a ningún lugar en particular, enojada con la vida y despotricando contra cualquier cosa que se cruzara en su camino, fuera humano, animal, vegetal, fantasma o mueble. Pero había algo que andaba mal, y que notó recién cuando su enfado disminuyó unos niveles y pudo ver las cosas con más tranquilidad. Todas (y se refería a todos, alumnos desde el primero al último año) las personas que estaban en el corredor sonreían al verla pasar. Pero no era una sonrisa de burla, esa sonrisa que pondría alguien que dice "ja! Te han dado un castigo larg... err, extenso y pesado!", sino una sonrisa amable, a modo de saludo. Y se quedó aún más desconcertada cuando los estudiantes que iban caminando en dirección contraria a ella sonreían al verla y soltaban: "Hola, Ginny" o "¿Cómo estás?" o "¿Qué tal?" o peor "¿Cómo va tu día?"

¿Desde cuando ella, Ginny Weasley, era tan conocida en Hogwarts? ¿Qué había pasado en el tiempo que estuvo en la enfermería? ¿Es que alguien había decidido que Ginny debía gozar así, de golpe y porrazo, las mieles de la fama? ¡Si hasta la saludaban personas que ella ni sabía que existían!

Pero el golpe de efecto llegó mientras Ginny se devanaba los sesos intentando comprender esta extraña situación. El golpe de efecto se materializó en una joven de cabellos pelirrojos (aunque mucho menos rojos que los de la propia Ginny) y ojos verdes rasgados. (no como los suyos, que a veces parecían demasiado redondos...).

-¿Se... te ofrece algo?- titubeó Ginny a la chica que estaba de pie enfrente suyo y la miraba como si Ginny fuera Celestina Warbeck o alguien por el estilo...

-¡Oh, perdona!- la chica sonrió nerviosamente y le tendió su mano a Ginny- Soy Sally- Anne Perks.

-Eh, hola- respondió Ginny, aún sin comprender a que venía todo esto.- Supongo que tú si sabes quien soy yo...

-¡Por dios!- Sally- Anne la miró como si acabara de decir algo obvio.- ¿Cómo no saberlo?- Sally- Anne miró fijamente a Ginny y la tomó de las manos. - Yo... yo sólo quería decirte...- los ojos de la chica se humedecieron, como si estuviera dando un discurso realmente conmevedor. Ginny, a todo esto, estaba contenta de saber que había gente más loca que ella misma.- Gracias, Ginny, gracias... lo tuyo fue... ¡Ay, dios! ¡Aún el día de hoy...!- Sally parpadeó repetidamente, con una sonrisa enorme en la cara.- Te has convertido en una musa inspiradora... en ... una ídola, un modelo a seguir...

-¿Qué?- Ginny apenas alcanzaba a articular palabra, ya que estaba debatiendo si al llamar a San Mungo para que se vinieran a buscar a Sally- Anne le estaba haciendo un bien a la chica.

-¡Ay, Ginny!- Sally- Anne se puso seria de repente.- No todas conservarían esa modestia en tu situación... Muchas estarían... estiradas, vanidosas, pero tú, con ese aire de inocencia...

-¿Inocente, yo?- se rió Ginny, soltando una carcajada.

-Además de tu increíble y sencillamente incomparable capacidad intelectual que te permitió tramar tan icomparable obra...

-¿De qué...- empezó a preguntar Ginny, pero Sally- Anne continuó hablando, como si estuviera poseída por una extraña racha de inspiración.

-Ginny, nadie, pero nadie, podrá encontrar una palabra para agradecerte todo esto.- afirmó la chica, asintiendo lentamente.- Gracias, cariño, por habernos brindado ese espectáculo indescriptible con Draco Malfoy...

¿Era por eso? ¿Todo era por el estriptís de Draco? ¡Por dios! ¿Es que los adolescentes son todos unos pervertidos? Y en su cabeza, el mini-Draco llegó corriendo y volvió a ponerse a bailar, haciéndole tragar sus propias palabras. Sí, los adolescentes vivían con las hormonas alteradas.

-Ah, era eso- soltó Ginny, con indiferencia.

-¿No aceptarías dar una nota para el periódico escolar, verdad?

-¡Claro que no!- se rehusó Ginny. El periódico escolar era, básicamente, un hervidero de chismes. Parvati Patil y Lavender Brown, compañeras de Ron, eran sus editoras en jefe, por lo que si uno quería saber en que andaba la vida sentimental de cada uno de los estudiantes del colegio, no tenía más que comprarlo. Por dos sickles te mantenían al día con las novedades del momento. Y también tenían todo un séquito de reporteras deambulando por el colegio, husmeando por todos los rincones buscando la noticia más candente del momento. Ginny adivinó que Sally debía ser una de ellas.

-Oh, es una pena...- Sally se encogió de hombros.- Habría sido tan lindo tener una exclusiva de ambos protagonistas...

-¿Eh? ¡¿Malfoy les dio una nota?!- preguntó Ginny. Oh, sí, Malfoy se estaba hundiendo cada vez más en el barro él solito. Sin saber porqué, en aquel momento se preguntó si algún día Malfoy volvería a ser el mismo, pero nadie sabía esa respuesta, ni siquiera Hermione.

-¡Si!- la chica aplaudió con entusiasmo, dando saltitos que la hacían parecer estúpida.- Fue tan amable...- Sally metió la mano en el bolsillo de la túnica y extrajo un periódico enrollado.- Toma, te lo obsequio. Nuesta última edición- dijo con orgullo. Ginny tomó el diario.- Si te decides a hablar con nosotras, buscame, ¿si?

-Claaaro...- se despidió Ginny, alejándose unos pasos de allí.- Lo haré cuando vuelva a estar borracha...- murmuró para sí.

Oh, bien. Ahora podría comprobar hasta que punto se habían descontrolado las cosas en Hogwarts. Apuró el paso hasta llegar a las escaleras y se sentó allí, deseosa por abrir el periódico que aferraba en su mano derecha.

Bueno, ella nunca había sido una chismosa, peeero... quería saber. ¿Había algo de malo en ello? ¿Y si Draco Malfoy había revelado que ella usaba braguitas rosas con corazoncitos?

-¡Ay, mierda!- se horrorizó ante la idea y desenrolló el periódico rápidamente. Ginny hizo una mueca al leer el nombre del diario: "THE DRACO". Contrario a lo que uno podía pensar, el periódico no había recibido ese nombre por el el precioso rubio de Slytherin. No, no venía por ese lugar el asunto. "El chismerío ambulante", como lo llamaba Ginny habitualmente, había sido bautizado con ese nombre en honor al lema del colegio: "los dragones dormidos no deben ser molestados". Pues bien, volviendo al tema, Parvati y Lavender habían considerado lo sucedido merecía algo más que una nota, porque el títular anunciaba: "¡¡The Draco Malfoy & Ginny Weasley special!!" [El especial de Draco Malfoy y Ginny Weasley] y todo, TODO, el diario estaba dedicado a lo sucedido en Hogsmeade.

-¿Y que tal?

Ginny, que estaba muy ocupada leyendo una nota en la que hablaban de su estado alcohólico, levantó la mirada sorprendida al escuchar la voz.

-Esto es un descontrol- respondió Ginny, mirando boquiabierta a un lado y otro del corredor.

-Te has convertido en una celebridad.- dijo Aly, contando minuciosamente los galleons que tenía en la palma de la mano.- Vaya, jamás en mi vida tuve tanto dinero...

-¿Cómo lo conseguiste?- se interesó la pelirroja.

-¿Cómo crees?- Aly sonrió abiertamente.- Vendí las fotos de Draco Malfoy por todo Hogwarts. Cuanta menos ropa tiene en la foto, más alto es el precio... Y como todas las féminas lo prefieren en paños menores, gané fortunas... Me voy a poder comprar un vestido decente para el baile.

Ginny se dio cuenta de que los bolsillos de la túnica también parecían bastante abultados, lo que le hizo suponer que debía tener otros cuantos galleons allí.

-Tu si que sabes hacer las cosas bien...- gruñó Ginny, pasando la hoja del periódico.

-¿Qué hay del castigo?- preguntó Aly, mientras unas chicas de segundo año le hacían señas de que se acercara, probablemente, para comprar más fotos.

-Ayudar a los malditos elfos.- contestó Ginny, con desgano.

-Será fácil... a los elfos no les gusta que se los ayude, así que van a estar mejor si se quedan a un costado y los dejan hacer su trabajo.

-TODA LA SEMANA- recalcó Ginny.

-¿TODA LA SEMANA? - repitió Aly, incrédula.- Nunca supe de un castigo tan largo...

-Siempre hay una primera vez...- murmuró Ginny, sarcástica.- Lástima que me haya tocado a mí.

-Bueno- Aly posó su mano sobre el hombro de su amiga.- Al menos estarás con Malfoy...

-¡Vaya alivio!

:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:

-¿¿Ya te vas??

-Tengo que ir al castigo, ¿recuerdas, Pansy?- dijo Draco amablemente, en un intento por hacer que la chica le soltara la mano, pero Pansy se la presionó aún con más fuerza.

-¡¡Ohhh!!- Pansy hizo pucheros.- Es estúpido que te hayan castigado a tí, cuando fue la Weasley esa quien te emborrachó, Draquito...

-La Weasley no le abrió la boca y le vació las tres botellas, Pansy- acotó Blaise, quien estaba leyendo la última edición de "The Draco" (para quienes estén interesadas, el chico estaba leyendo una nota titulada: "El meneo de Draco Malfoy: ¿Qué efecto nos provocó? Opiniones del cuerpo estudiantil").- Él las tomó por su voluntad. Además, Draco siempre fue de andar bebiendo alcohol...

-Nadie pidió tu opinión- replicó Pansy, irritada. Volvió su mirada hacia Draco y su expresión cambió súbitamente a una empalagosa.- Anda, Draco, deja que la pelirroja haga el trabajo... y tu y yo podemos hacer cosas más interesantes...

-¿Como hacerse la manicura mutuamente?- sugirió Blaise, en tono inocente. Pansy lo fulminó con la mirada.- ¡Ohh... vale, no lo había captado, Pansy! Pero es una pena que quieras desarmar las camas ahora cuando los elfos las arreglaron tan presurosamente...

-Muérete, Blaise.- respondió Pansy, altiva.- Yo sé que te mueres por acostarte conmigo.

-Ah, es que a mí no me gustan las cosas muy "usadas"- terció Blaise aún con su tono de fingida inocencia.

-¡¡¡Zabini!!!- estalló Pansy, dándole un puntapié al sofá donde estaba el moreno.- ¡No me faltes el respeto!

-Oh, bueno. Disculpa, Pansy, pero es que yo no sabía que te tenías algo de respeto hacia ti misma...

-Cierra la boca- ordenó la chica, enfadada.

-Eso no sería muy correcto de mi parte- respondió Draco al fin.- Tengo que ir.

-Mmmp- Pansy le dio un rápido beso en la mejilla al rubio.- Bueno, vete, cariño...

Draco dio media vuelta, pero antes de que saliera de su sala común, la voz de Pansy lo hizo detenerse otra vez.

-¡Hey, Draco! ¿Todavía estás decidido a ir al baile con la Weasley?

-Si- respondió el rubio, con una sonrisa.

-Ah... es que, digo, yo voy a ir con este tonto- señaló a Zabini.- pero si llegas a cambiar de opinión, búscame, ¿si?- le guiñó un ojo.

-¡¡¡OYEE!!!- Blaise se puso de pie de un salto.- ¿Eso quiere decir que si Draco se arrepiente yo soy el que se queda plantado?

-¿Sabes, Blaise?- Pansy rió y le dio unos golpecitos en cabeza, como si se tratara de un niño pequeño.- A veces me sorprende tu inteligencia.

-¿Qué tiene Draco que no tenga yo?- preguntó irritado.- ¿Porqué tanto lío con él? Si yo hiciera un estriptís sería capaz de borrar a Draco de la mente de todas...- finalizó con una sonrisa arrogante.

-¿Quieres probar?- lo provocó Pansy, echándose en el sofá negro.- Anda, Blaise, muéstrame tus encantos...

El moreno dejó que sus labios se curvaran en una sonrisa, y entrecerró sus ojos azules. Se encogió de hombros con indiferencia y finalizó:

-¿Sabes, Pansy? Lo haría, pero... ya se lo prometí a la pelirroja...

Pansy se puso lívida y le arrojó un grueso almohadón de color verde que le pasó por un costado. Blaise soltó una carcajada, al ver como Pansy perdía los estribos.

-Vamos, Draco...- dijo el moreno, mientras se abría la roca que ocultaba la sala común de Slytherin.- Te acompaño.

-¡¡¡Ahhh!!!- Pansy golpeó el respaldo del sofá con furia.- Cochina Weasley.- ¿Qué diablos tenía esa enana menudita, con la cara pecosa y el pelo más rojo que la salsa de tomate? ¡Por dios! ¡No iba a quitarle Draco y Blaise! Ellos eran de SU propiedad.

Y no le gustaba compartir.

:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:

Ginny aún permanecía sentada en las escaleras, leyendo "The Draco". Ahora mismo, iba por una nota que decía: "Draco & Ginny: como va la relación?". En el diario había una foto de Draco, en el cual salía con una sonrisa seductora y pose de modelo, y una foto suya, que, ciertamente no la favorecía para nada: aparecía rascándose la nariz. Evidentemente, debía ser obra de las envidiosas que hacían el periódico. Bien, junto a las fotografías había una docena de flechitas azules que se movían por el papel indicando como había avanzado la relación entre ella y el Slytherin. Como era de esperarse, la las tres cuartas partes de lo que decía el artículo era de la propia invención de las autoras.

-Hola, Ginny- Draco Malfoy apareció por detrás de la chica, le puso las manos en los hombros y se inclinó hasta darle un beso en la mejilla.

-¡Eh! ¡Eh! ¡Eh!- Ginny arrojó el periódico a un lado, se puso de pie de un salto y se alejó de Malfoy, sonrojándose.- ¿Qué- que fue eso?- exigió, apuntándolo con el dedo.

-¿Porqué te pones así?- Blaise Zabini se cruzó de brazos mientras miraba a Ginny divertido y ella hacía esfuerzos para no sonrojarse.

-Cállate, Zabini.- gruñó Ginny. Se volvió hacia Draco.- ¿Qué hace él aquí?

-¡¡¡¡¡¡Ahhhh!!!!- exclamó Blaise, llevándose una mano al pecho.- ¡Estoy interrumpiendo su escenita romántica!

-¿Qué escenita romántica, Zabini?- inquirió Ginny, haciéndose la indiferente.- Aquí no pasa nada...

-¿De verdad?- Blaise abrió con fingida inocencia sus ojos azules.- Estás echando chispas, Weasley...

-Eso es porque estoy molesta- replicó Ginny, mirando hacia un costado para no tener que soportar la mirada burlona de Blaise.

-Eso es porque mi amiguito Draco te acaba de dar un BESO...

-¡¡¡¡Mentira!!!!- gritó Ginny, apretando los puños.

-Ya, Blaise- Draco se metió en el medio de ambos jóvenes, dándose cuenta de que la pelirroja se sentía incómoda. Blaise se encogió de hombros.- Vete.

-Como quieras, Draco- dijo Zabini, con cierto desdén.- Nos vemos luego...

Ambos se quedaron en silencio mientras veían como Blaise se alejaba por el corredor, haciéndole sonrisitas a las chicas que se encontraban por ahí.

-¿Estás bien?- preguntó de repente Draco, rompiendo el silencio.

-¿Porqué no habría de estarlo?- terció Ginny, aún con la vista perdida en el corredor. ¿Porqué diablos aún le ardía la mejilla que los labios de Draco habían rozado?

-Parece que lo del beso te incomodó- repuso Draco con calma, mirándola fijamente.

-Me sorprendió, Draco, eso es todo...-respondió Ginny, alisándose la falda del uniforme para no tener que mirar al rubio.- No me puse incómoda...

-Oh, debo haber malinterpretado tus gestos...- se excusó Draco, aunque sabía bien que tenía la razón.- Después de todo, no tienes razones para sentirte incómoda...

-Para nada...

-Porque yo no te atraigo en lo más mínimo...

-Exacto.

-Bueno... - Draco suspiró.- ¿Bajamos?

-Si... creo que será lo mejor.

Comenzaron a descender por los pasillos del castillo, con el silencio como un invitado más entre ellos. Ginny no podía mirar al rubio, y no sabía porqué. Draco parecía muy interesado en mirar los distintos cuadros que estaban sobre las paredes y estaba extrañamente callado. Al fin, después de un cuarto de hora, se encontraron ante una gigantesca puerta de roble.

-¿Es aquí?- preguntó Ginny, en voz baja. Aquel lugar tenía aspecto lúgubre y de no ser porque era Draco, Ginny ya se habría colgado del brazo del chico.

-Creo que sí- respondió él, dando unos pasos al frente y golpeando la puerta con el puño. Casi al instante, la puerta se abrió y una figura bajita apareció ante ellos.

-Ah, el señor y la señorita del castigo...

-Si- respondió Draco.

Entonces, los ojos del elfo se abrieron tanto que daba la impresión de que irían a salirse de sus órbitas en cualquier momento.

-¡¡El pequeño señor Malfoy!!- exclamó, retrocediendo unos pasos, como si temiera que Draco fuera a darle un puntapié en cualquier momento.

-¿Nos conocemos?- preguntó Draco, arrodillándose frente al elfo, que pareció aún más asustado.

-¡Ay, ay, ay, ay, señorito!- Dobby movió frenéticamente la cabeza de un lado a otro.- Sé que su familia está enojada con Dobby, señor, porque Dobby consiguió la libertad. Pero, señorito, no creí que podía decirle eso a Dobby, que no lo recuerda, cuando Dobby le daba el biberón cuando el señorito era un bebé.

-¿De verdad?- preguntó Draco, que no recordaba a Dobby para nada y se rascaba la nuca confundido. Los ojos del elfo se humedecieron.

-¡¡¡Ah, Dobby es una desgracia!!!- se golpeó la cabeza contra la puerta repetidamente.- Dobby ha deshonrado a su familia, señor, la familia de Dobby.

-¡Oiga, oiga!- Ginny se apresuró a adelantarse y a detener al elfo en su auto-castigo.-Escuche un momento. Draco no lo recuerda porque está amnésico. Perdió la memoria.

-¿Y se ha olvidado de Dobby?- chilló el elfo, retorciéndose las manos.

-Se ha olvidado de todo, Dobby- explicó Ginny, mientras el elfo miraba fijamente a Draco, y a su vez, el rubio lo miraba a él.

-Oh, es una pena- se lamentó.-Adelante, señor y señorita, bienvenidos a la cocina de Hogwarts.

-¿Usted es el Dobby de Harry?- se interesó Ginny, quien había oído a Harry mencionar al elfo en varias ocasiones. Mas bien, mientras Harry hablaba del elfo ella lo miraba embobada y hacía esfuerzos por que la baba no se le cayera de la boca.

Dobby abrió sus grandes ojos aún más.

-¿la señorita conoce a Harry Potter?- exclamó alegre.- Si, Dobby conoce a Harry Potter, señorita. Harry Potter y Dobby son buenos amigos.

-Que bien...- soltó Ginny, entrando en una sala inmensa, casi tan grande como el gran Salón.- Vaya... esto es...

-Impresionante- terminó Draco, quien también miraba alrededor.

-Señorita, su uniforme- dijo Dobby señalando a un lado, donde se encontraban colgados un par de delantales de cocina blancos y almidonados. Ginny tomó uno de ellos y se lo colocó, y Draco la imitó. Pero antes de que el rubio terminara de pasárselo por la cabeza, Dobby dió un chillido estruendoso, pegó un salto y se aferró al delantal de Draco, tirando de él con brusquedad.

-¡¡Señor Malfoy!! ¡¡Señor Malfoy!!- Dobby parecía histérico.- ¿Cómo se está poniendo un delantal, señor Malfoy? ¡¡Quítese eso!! ¡¡Quíteselo!! ¡¡Su padre lo va a castigar!!

-¡¡Oye!!- Draco retrocedió varios pasos, queriéndose sacar al elfo loco de encima.-Sal, Dobby, suéltame...

-¡¡Qué tragedia!! ¡¡El señor Malfoy poniéndose ropa de la servidumbre!!- sollozó el elfo.

-Déjame, Dobby- Malfoy agarró al elfo por una especie de tela que llevaba puesta y lo apartó de su propio cuerpo. El elfo continuó dando patadas en el aire, mientras Draco lo sostenía.- Si no me pongo un delantal voy a ensuciar el uniforme.- A continuación, Draco dejó al elfo en el suelo, que lucía abatido, y se colocó como era debido el delantal blanco.

Ginny pensó que, además del estriptís de Draco, estaba visualizando otro momento histórico: el ver a un Malfoy vestido de cocinero.

-¿Qué tenemos que hacer?- preguntó Ginny, recordando de golpe el castigo.

-Cocinar... señorita... y señor...- anunció Dobby, haciendo un gran esfuerzo por decir la última palabra, como si el que Draco estuviera en la cocina fuera un crímen.- Esas cuatro largas mesas representan a las cuatro de arriba. Así envíamos la comida. La señorita y... el... se...ñor... estarán por allá.- el elfo señaló un costado del lugar, donde había una mesa pequeña y larga de madera. En el otro extremo, cientos de elfos parecían ocupados en la preparación de la cena del día. Dobby comenzó a caminar hacia la mesa y Draco y Ginny fueron tras él.- Corten los ingredientes, y los ponen en ese plato, se..ñor y señorita...

-Está bien -dijo Draco, subiéndose las mangas de su camisa y preparándose para empezar. Pero Dobby dio otro chillido.

-¡¡¡¡Cocinar!!!! ¡¡¡Un Malfoy!!! ¡¡¡Dobby deberá ahogarse en el lago si deja que sus manos delicadas toquen los ingredientes y se ensucien!!!

-No soy de cristal- dijo Draco, escéptico.

-¡¡¡Oh, señor Malfoy!!!- chilló Dobby, tirándose las orejas.- ¡¡¡No lo haga, no lo haga!!! ¡¡Dobby lo hará en su lugar!!

-No quiero.- contestó Draco, frunciendo el ceño.- No soy de cristal, y si me ensucio, luego me doy un baño...

-¿¡¡¡¡¡Ah, qué le han hecho, señor Malfoy!!!!?- sollozó el elfo, desesperado.- ¡¡Deshonrará a su familia!! ¡¡No lo haga, joven, no lo haga!!

-Lárgate, Dobby- ordenó Draco, firme. El elfo se tiró al suelo, se aferró a los pantalones de Draco y comenzó a patalear y a llorar ruidosamente.

-¡¡El señor Malfoy quiere hacer mi tarea!!- gritó con su vocecita chillona.- ¡¡Dobby malo, Dobby malo, que deja que su señor haga lo que no le corresponde!!

-¿Tu señor?- Draco enarcó una ceja, dándose cuenta de algo.- ¿Tu eres mi elfo doméstico? ¿Porqué estás en Hogwarts?

-Lo era, señor, Dobby era su elfo doméstico, hasta que Harry Potter liberó a Dobby...- explicó torpemente la criatura.

-Entonces, Dobby, ya no soy tu señor.- replicó Draco con una sonrisa.- Déjame cumplir con el castigo como es debido.- el elfo soltó otro aullido lastimero, hizo una reverencia y se marchó rápidamente, hipando y gritando cosas como que esperaba que el calamar gigante no fuera muy rudo con él.

-¡Esto es una porquería!- gruñó Ginny, mirando a Draco de reojo.- Yo no sé cocinar nada...

-Nos la arreglaremos- la alentó Draco, tomando una de las bolsas que había sobre la mesa y abriéndola. Hizo una mueca.- Verdura.

-Oh, genial- Ginny tomó un cuchillo que habían dejado sobre la mesa.- ¿Y hay que hacerlo "a lo muggle"?

-Eso parece.- Draco dio vuelta la bolsa sobre la mesa y la verdura quedó toda desparramada.

-¿Me quieres decir que diablos hago con esto?- preguntó Ginny exasperada, agitando un manojo de verdura con énfasis. No es que le agradara admitirlo, pero en lo que se refería a materia de cocina, era una completa inútil. Su madre siempre se quejaba de que no podía contar con Ginny cuando tenía mucho trabajo en la cocina. Y Ginny siempre contestaba que para algo estaba el servicio de cómida rápida. Pero su madre siempre quería tener la última palabra alegando que "eso" no era comida decente.

-Mira...- Draco se colocó detrás de Ginny, y puso sus manos sobre las de ella. La pelirroja sintió que el corazón se le aceleraba como si acabase de correr una maratón, pero intentó controlarse.- Con esta mano sostienes el cuchillo así, y con esta otra mantienes la verdura firme, así- Draco hablaba suavemente, y su aliento cálido le hacía cosquillas a Ginny en la oreja.- Entonces...- En ese momento, Ginny fue consciente de cómo el pecho de Draco estaba firme contra su espalda y cómo la voz del chico iba perdiendo intensidad, volviéndose más ronca, mas seductora, un murmullo lejano que le entraba por los oídos hasta metérsele en el alma. Ginny parpadeó repetidamente, intentando que sus pensamientos no se sobrepusieran a la voz del chico. Las manos de Draco se cerraron con más firmeza sobre las suyas, haciéndola estremecerse levemente.- Levantas el cuchillo, así... y cortas la verdura de esta forma, con suavidad, en tiras...- como si fuera un experto en la materia, las manos de Draco comenzaron a moverse con sutileza y al mismo tiempo con rapidez, ejecutando la tarea con una perfección que era inhabitual en un chico. Y Ginny dejaba que el rubio guiara sus manos, como un títere, porque estaba demasiado anonadada y sorprendida para responder.

Giró lentamente la cabeza hacia un lado, y se encontró a escasos centímetros de la cara de Draco. El chico parecía concentrado en su labor, y Ginny tuvo el estúpido impulso de quitarle un mechón de cabello oro pálido que se había deslizado rebelde sobre su frente, pero se contuvo a tiempo.

¡Por dios! ¡No era cosa de andar ordenando el cabello de Malfoy! Aunque... se veía tan suave... tan sedoso... debería sentirse estupendo deslizar sus dedos en aquel cabello de oro...

-¿Soy más interesante que la verdura?- preguntó Draco de repente, deteniéndose.

-¿Eh? ¿Qué?- Ginny parpadeó, volviendo bruscamente a la realidad. Se maldijo a si misma por dejarse llevar por las vocecitas engañosas de su mente.- Este... ¿decías, Draco?

-Te preguntaba si soy más interesante que la verdura- repitió él, casi en un susurro, con una sonrisa amable asomando de sus labios.

-¿Qué... qué quieres decir?- preguntó ella, haciéndose la inocente.

-Me estabas mirando.

-¿Yo?

-¿Te parece que la verdura puede mirarme?- bromeó él, riéndose. Levantó una hoja verde y comenzó a examinarla con atención- No le veo los ojos... pero sí tu dices que me estaba mirando...

-No seas estúpido, ¿quieres?- gruñó ella, con la vista fija en el frente.

-Si, tu, Ginny. Me estabas mirando con mucha atención.

-Ah... te habrá parecido.-respondió ella con nerviosismo. ¿Qué diablos estaba haciendo? ¿Cómo se había quedado mirando a Draco de esa forma?

-Estoy amnésico, sí, pero creo que todavía no llegué al punto en que me declaran loco.

-Cá...- empezó a decir Ginny.

Pero las palabras se perdieron en su garganta, y por una vez su mente se quedó en blanco y no le decía más nada. Estaba allí, en la cocina de Hogwarts con Draco Malfoy, con los brazos de Draco Malfoy rodeándola, con el pecho de Draco Malfoy presionándose contra su espalda, y con los ojos grises de Draco Malfoy clavados sobre los suyos, con expresión indefinida. Y, para empeorar las cosas, la nariz de Draco Malfoy rozaba la suya y el aire parecía haberse esfumado. Draco se humedeció los labios con un gesto autómatico, casi inconsciente, que resultaba terriblemente atractivo.

¡Oh, Dios! Una vocecita empalagosa en la cabeza de Ginny comenzó a gritarle a Ginny que probara aquel pecado... aquellos labios entreabiertos... uff!!! Noooo!! La voz de la razón le dio un golpe a la vocecita empalagosa y volvió a tomar el control de la cabeza de Ginny.

-Ya entendí....- murmuró Ginny, con un hilo de voz.

-Que bueno...- murmuró Draco, sin moverse ni un mílimetro. Ginny pensó que si el chico no se movía y la dejaba respirar, iba a darle un colapso de pulmón.

-Si...

-Entonces, vamos a trabajar...-Draco soltó rápidamente las manos de Ginny y éstas cayeron como plomo, sin el sostén del chico. El Slytherin se movió a un lado y comenzó a cortar enérgicamente la verdura.- ¿De verdad entendiste?- preguntó Draco, al ver que la pelirroja seguía quieta, sin hacer nada.

-¡Si, si!- asintió Ginny, recuperando las fuerzas de algún lugar desconocido. Sonriendo, tomó unas hojas de verdura y comenzó a cortarlas tal como le había indicado Draco.- Mira, ¿a que lo hice bien?

-Aprendes rápido, Ginny- la felicitó Draco, dándole unas palmaditas en cabeza.

-¡Eyy!

-¿Qué pasa?- preguntó el rubio, mientras ponía la verdura ya cortada en el plato que les había indicado Dobby.

-¡Eres un Malfoy! ¿Cómo sabes cocinar? - Ginny entornó los ojos.- ¿Eso no es tarea de la servidumbre?

Draco se rió con ganas y continuó con su tarea.

-Eso es un secreto- dijo en tono misterioso.

-¡Vamos, Draco, dime!- insistió la pelirroja, tirándole del brazo.- ¡¡Vamos!!

-No.

-¡¡¡Dracooo!!!- Ginny le jaló el brazo con más fuerza.- ¡Quiero saber!

-Bueno- Draco detuvo su tarea y se volvió hacia la pelirroja.- ¿Quieres la verdad?

-Si no es mucho pedir de tí...- dijo Ginny con ironía.

-No sé cocinar- reveló, con una sonrisa pícara.

-¿Y QUÉ FUE TODO ESO? ¿EH? ¿ESO DE "CORTAR LA VERDURA ASÍ Y ASÍ"?-exclamó ella, algo sonrojada.

-Me lo inventé.- admitió él, con una sonrisa traviesa.- ¡Vamos, Ginny! Sólo era cortar verdura con un cuchillo, hasta un inútil puede hacerlo...

-¡¡ME ESTÁS LLAMANDO INÚTIL!!

-No lo hago... pero si tu te estás haciendo cargo...- Draco se encogió de hombros con actitud infantil.

-MUÉRETE...

-¿Crees que ya sea mi hora?- preguntó él, sonriendo dulcemente. Ginny lo fulminó con la mirada.- ¿Vas a matarme tu?

-¿ENTONCES TODO ERA UNA EXCUSA PARA MANOSEARME?-gritó, escandalizada.

-No te manoseé- le recordó él, frunciendo el ceño.

-¡¡CREASTE UNA "SITUACIÓN"!!

-¿Una qué?

-¡UNA SITUACIÓN INCÓMODA!

-¿Te pongo incómoda?- preguntó él sorprendido.

-¡¡¡Ah, Malfoy!!! ¡¡No te hagas el "niño pobrecito que no está consciente de sus encantos"!!- gritó ella, presionando su dedo índice sobre el pecho del rubio.

-Yo no...

-¡¡¡¡Sabes muy bien que estás tremendamente bueno!!!!!- soltó Ginny, sin pensar. Al instante se llevó la mano a la boca, con expresión horrorizada.- ¡Ay, mierda!

-Gracias- dijo él, riéndose.- Ud. ha sido la joven número mil en dirigir esa frase a mi humilde persona...

-¡Oh, cállate!- pidió Ginny, avergonzada. Tomó violentamente su verdura y comenzó a cortarla de cualquier forma.

-Pensé que no te gustaba...- dijo Draco, suavemente.

-Decir que estás bueno no quiere decir que me gustes.- dijo Ginny tajantemente.

-Ah... está bien. Pensaba que era lo mismo.

-No lo es. Que yo diga, por ejemplo, que Zabini está bueno no quiere decir que me estoy babeando por él.

-¿También te gusta Blaise?- inquirió Draco, arqueando una ceja dorada.

-¡¡¡¡No!!!- Ginny descargó un golpe violento con el cuchillo, furiosa e incómoda.- Era un ejemplo, Malfoy. ¿Cuán dura es tu cabeza para comprender las cosas? ¡Y no es "TAMBIÉN"! Ya te dije que no me gustas. Ni tú ni el estúpido de Zabini.

-Hace un momento no parecías creer lo mismo...- soltó Draco inocentemente.- Cuando estábamos... eh... con la verdura...

-Yo siempre pensé lo mismo sobre tí. NO te confundas.- dijo Ginny.- Y si a tí, estar entre tanta verdura te hace... este... subir la temperatura... mantente alejado de mi.

-Oh, si, la verdura es tremendamente sexy...- Draco hizo una media sonrisa, deslizando sus dedos por una hoja verde.- Tan... uff!!- se abanicó con la mano, de forma tan cómica que Ginny no pudo más que sonreir.

-De todas formas...- Ginny sonrió para sí.- Te ves muy bien con delantal de cocina...

Draco soltó una carcajada y se ruborizó apenas.

-Lo mismo digo...- murmuró el chico, mirándola de reojo.

-Cállate, Draco- bufó Ginny.

-Es la verdad... Aunque si fuera un poquitito más... ajustado... ¿Puedo ayudarte? Te verías mejor...

Ginny se volteó hacia Draco, con el cuchillo en la mano y una sonrisa enorme en el rostro.

-Cállate, Draco- repitió.- No quiero que me manosees otra vez.

-Está bien. Me quedaré callado.- Draco sonrió.- Si alguna vez necesitas un masaje, pídelo, ¿sí? Lo haré con mucho gusto.

-¿¿¿Te vas a callar???

:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:

HoLa a todos!!!!! ¿Cómo están? Espero que bien. ¿Qué les pareció este cap? Y va otro cap que no empieza el baile... ¡¡¡la tercera es la vencida!!!! El cap que viene definitivamente tenemos fiesta, así que preparen sus vestidos... Y Halloween viene con sorpresas...jejeje... Quiero aclarar una duda que me preguntó una lectora y que quizá otras también la tengan: ¿Porqué Draco es "menos" amable? ¿Recuperó la memoria? Nope, el rubio aún tiene amnesia, pero ya tiene más confianza con Ginny (despues de lo de Hogsmeade no queda mucho por esconder jejeje) y su personalidad va aflorando lentamente... aunque sigue siendo considerado y no busca lastimarla con sus comentarios... ¡¡Y ahora sí!! ¡¡¡¡Con ustedes, los maravillosos reviews!!!! (más bien, las respuestas...)

-KAP DE WEASLEY: ¡¡review laaargo!! ^_^ Me alegra que te guste como va quedando, y gracias por comentarme siempre lo que te parecen los caps, me encanta saber tu opinión. ¿Todavía tienes sueños con lo de Hogsmeade? jejeje... Eso no se olvida fácil jejej Sip, Zabini es muy encantador, ya lo comprobarán más adelante y Draco... le mandé a la memoria de Draco el pasaje de regreso de donde sea que se haya ido así que de un momento a otro regresa... jejeje (yo también lo extraño horrores...) Y Ron quedó muy tierno jejeje...en este capi ni salió =( ¿Qué trama Zabini? ¡Ey! ¿Porqué piensan mal del chico? ¿Porqué tiene que estar pensando un plan malvado contra Ginny? jejeje... Ya lo verán.... ¡¡gracias por el review, besitos!! -JANE- VICIOUS: Bueno, tú eres la que preguntó porqué Draco era menos caballeroso... Esa pregunta la respondí antes... Es que a veces el Draco rebelde se me escapa y me salen las peleítas jejeje Me alegra que te guste el fic y muchas gracias por dejarme un review!! -ANVY SNAPE: ¿Te parece que McGonagall se pasó con el castigo? jejeje Sí ellos se la pasan bien ahí abajo (y si quisieran podrían pasarla aún mejor... O___O *Airilee se reprende a si misma por sus pensamientos "incorrectos"*) ¿Quieres ver el estriptís de Blaise? ¿crees que podrá opacar a Draco? Quizá más adelante lo haga jejejeje.... Lo de Ron y Mione... ya se verá en el próximo cap, ¡¡¡¡muchisimas gracias por tus comentarios!!! -VANESA C.: Gracias por decir que te gusta como va quedando el fic y por tus comentarios ¡¡¡besitos!!! -LUCÍA3: Bueno, aquí tienes la continuación y espero que haya sido de tu agrado, aunque no mostré nada de Ron- Mione (sorryyy!!!) Y sí... en las cocinas pueden pasar muchas cosas... si los elfos se fueran por un momento... jejeje... ¡¡¡Gracias por tus comentarios, espero que me dejes otros ^_____-- !!! -LIPI WEASLEY: ¿Hacer un Ron/Mione? =P Lo pensaré jejeje... En el próximo cap sabrás si irán juntos al baile o no. ¿Qué había debajo de los boxers de Draco? Ejem... *Airilee pone sonrisa tonta* Mejor no digo nada, que van a pensar mal de mi..jejeje Sobre el tema D/G... ¡¡¡Claro que pasará algo!!! jejeje...Quizá en el próx cap tengan un adelanto...jejeje Ya te agregué a la mailing list!! ¡¡¡Gracias x todo, besitos!!! -ARWEN- CHAN: Sip... trataré de actualizar más seguido... pero lo más rápido será un cap por semana... ¿Esta bien? jejeje Cuando llegue a más, lo publicaré antes... Tranquila, el beso llegará ¿yo lo prometí? jejeje Habrá beso... cuando se dé la situación jejeje... ¡¡¡¡Gracias por tu review!!!!!! -LOONY MOONY: Gracias por dejarme tus comentarios. Sí, habrá mas romances, pero a Harry todavía no se con quien irá a quedarse. De Luna no te prometo nada, porque no leí el quinto libro... ¡¡besitos!!

Y eso es todo, lo único que queda por hacer es que pulsen el botoncito que está allá abajo y me escriban unas palabritas para hacerme feliz... ^_____^ (y que escriba más rápido) asi que si quieren el baile: ¡¡¡¡¡REVIEWS!!! Si quieren mandarme un mail, o agregarme al msn para que hablemos: airileeh@hotmail.com, lo de la mailing list sigue en pie, así que quien quiera unirse...

Nos Leemos pronto!!! BeSiToS!!! AiRiLeE!!!