La observó saludar a todos los que habían sido sus compañeros: Susan Bones, Neville, Seamus, Parvati, Ernie, Justin, Hannah, Terry, Mandy, Lavender, Lisa... Pero a pesar de todas las chicas con las que estaba platicando, ella sobresalía, podía distinguir ese brillo en sus ojos y su sonrisa era única. Cuando menos se lo esperaba Hermione lo volteó a ver y lo saludó sin dejar de sonreír.
Harry se sintió un poco tonto al saludarla, así que prefirió acercarse a la mesa, cerca de un grupo de Ravenclaw y Hufflepuff, que estaba abarrotada de golosinas de Honeydukes y cervezas de mantequilla.
Tomó unas cuantas golosinas y se sentó en el borde de la mesa. Se sentía fuera de lugar, no quería estar rodeado de gente, sólo quería ir y estar con Hermione, compartir su último día juntos, pues aún no estaba muy seguro de querer irse con los Weasley.
– ¿qué pasó, amigo? – le preguntó Ron dándole una palmada en la espalda. Harry lo volteó a ver desganado, llevándose un dulce a la boca, pero no dijo nada – ¿porqué no vas con ella? – le preguntó volteando a ver a su amiga, quien platicaba divertida con Mandy y Lisa de Ravenclaw.
Harry negó cabizbajo – prefiero dejarlo así... – dijo con tono serio, recibiendo una mirada sorprendida de Ron.
– pero ¿qué dices?... ¿vas a dejarla así como así¿Sin saber lo que ella siente! – decía Ron entre sorprendido y enojado.
– y ¿quién te dice que quiero saber lo que siente? – le preguntó Harry con tono molesto.
– bueno, a menos que seas idiota¡creo que es algo obvio! – le dijo con tono molesto – ¿por qué no vas con ella? Sólo a hablar – dijo intentando calmarse un poco.
– por que aquí estoy bien... – dijo con tono testarudo.
Ron giró los ojos por tercera vez en el día y negó exasperado – bueno, como tú quieras, pero después, cuando esté subiéndose al avión ese¡no estés llorando! – le advirtió antes de alejarse para reencontrarse con Luna.
Harry observó el campo de Quidditch detenidamente, y no era que en ese momento le interesara más, pero quería distraerse un poco. Pensó en todos sus partidos de Quidditch, en lo bien que se sentía mientras volaba y en lo feliz que se sentía cuando lograba atrapar la Snitch, y luego observaba a sus amigos acercarse a él con unas enormes sonrisas y felicitándolo por su triunfo.
Todavía podía sentir esa sensación que lo envolvía cuando la observaba acercarse a él con una sonrisa enorme, y estaba seguro que sería capaz de jugar todos los días sólo para volver a verla sonreír de esa forma.
– ¡hola! –
Una voz femenina lo hizo salir de sus recuerdos – hola – le dijo sonriendo mientras le ofrecía de los dulces que aún le quedaban en la mano.
Hermione le sonrió y tomó un dulce morado, llevándoselo inmediatamente a la boca, sin darle tiempo a Harry de advertirle.
– ¿estás bien? – le preguntó sonriendo al ver la expresión ácida de Hermione, que intentó asentir, pero inmediatamente comenzó a toser mientras sus mejillas se ponían rojas – ¡ey¡Calma! – le decía Harry sonriendo mientras se bajaba de la mesa, dándole unas palmaditas en la espalda – ¡toma¡Dale un trago! – le dijo ofreciéndole una cerveza de mantequilla.
Hermione agarró la botella que le ofrecía Harry y le dio un largo trago, para, después de unos segundos, suspirar aliviada – ¿qué era eso? – le preguntó sonriendo.
– no estoy muy seguro, pero en una ocasión también cometí el error de comerlo... ¿ya estás mejor? – le preguntó Harry sonriendo, mientras colocaba su mano en la espalda de su amiga, a la altura de su cintura.
Hermione asintió sonriendo un poco nerviosa – ehm... ¿cuándo irás a casa de Ron? – le preguntó mientras se acomodaba un mechón de cabello detrás de la oreja.
Harry la observó embelesado, Hermione se había arreglado el cabello; con ayuda de Lavender y Parvati; hasta dejarlo liso y sedoso.
– no sé... – dijo tardando un poco en reaccionar.
Hermione lo observó un poco preocupada – sí irás¿verdad? – le dijo con tono serio, frunciendo levemente el entrecejo – ¡Harry, por favor¡Tienes que ir! –
– Hermione, no puedo – le dijo Harry con tono serio y Hermione negó exasperada – ¡no me gusta ser una carga! – intentó justificarse – prometo ir a despedirme al aeropuerto – le dijo intentando tranquilizarla, pero Hermione volvió a negar con gesto molesto.
– ¡no se trata de eso, Harry! – dijo enojada – yo quería que compartiéramos estos últimos días juntos... ¡sabes que me voy y no sé cuánto tiempo voy a tardar! – le dijo aún enojada, mientras sus ojos comenzaba a llenarse de lágrimas.
– ¡pues no te vayas! – le dijo Harry con tono resuelto mientras fruncía el entrecejo.
– que fácil¿verdad¡Yo ya hice mis planes¡Sabes que tengo años organizando todo, mis papás ya me pagaron el viaje!... ¿porqué no puedes simplemente ir a casa de Ron, eh? – preguntó mientras una lágrima corría por su mejilla.
– Herm... – dijo preocupado, pero Hermione ya se había dado media vuelta y alejado de él.
Harry bufó enojado consigo mismo y golpeó la mesa con un puño. ¿Porqué simplemente no le había dicho que sí? Él quería estar con ella aunque fuera esos últimos días, pero no¡tenía que reclamarle por dejarlo!
– ¡muy bien, Harry! – le dijo Ron con tono molesto, varios minutos después de que Hermione se había ido – ¡no se trata de que la hagas llorar¡Se supone que debes hablar con ella y decirle lo mucho que te gusta y que la quieres! – lo reprendió.
– ya, Ron... sé que me equivoqué... – le dijo Harry con tono decaído.
Ron abrió la boca dispuesto a reclamarle, pero al escucharlo se quedó callado – vaya... no me esperaba eso... pensé que ibas a actuar como un niño mimado – le dijo bastante sorprendido – bueno... y ¿porqué no hablas con ella? Pídele disculpas – le dijo intentando animarlo, pero Harry negó – ¡oh, Harry¡Vamos¡Sé que te mueres por correr a sus brazos y decirle cuanto la amas! – le dijo con tono burlesco – está bien, está bien, sólo bromeaba – se corrigió al ver la expresión molesta en el rostro de su amigo – ve con ella... los dos necesitan hablar – le dijo con tono serio – estoy seguro que no les gustaría dejar de verse por quien sabe cuánto tiempo y seguir enojados – le dijo dándole unas palmadas en la espalda – está en los vestidores – le dijo mientras lo hacía caminar.
Y de nuevo tenía razón, él no quería que se fuera, pero menos quería que se fuera estando enojada con él. Prefería poder, por lo menos, despedirse de ella, observarla subirse a su avión con una enorme sonrisa, ansiosa por realizar sus sueños.
Entró a los vestidores y la encontró ahí, tal y como Ron lo había dicho. Se sintió mal al verla llorando, acurrucada en una de las bancas, escondiendo su rostro en sus piernas.
– Hermione... – le habló con tono bajo, mientras se acercaba a ella, pudo notar como se enjugaba las mejillas mientras bajaba las piernas, y lo volteó a ver con los ojos rojos – Hermione, yo... – intentó disculparse, pero Hermione negó cabizbaja.
– no te preocupes... – le dijo con tono bajo mientras otro par de lágrimas escapaba de sus ojos.
– perdón... – le dijo Harry con tono apenado – yo... no quiero que te vayas enojada conmigo... no quiero que te vayas... – le dijo con tono triste.
Hermione lo volteó a ver un poco sorprendida por lo que acababa de decir Harry.
– ni Ron ni yo queremos que te vayas... – le dijo Harry arrepintiéndose de lo que estuvo apunto de confesarle.
– sabes que me tengo que ir... – dijo Hermione volviendo a bajar la mirada – es... es algo que he estado soñando desde hace mucho tiempo – le dijo mientras se volvía a enjugar las mejillas.
– lo sé... y no puedo oponerme... es tu sueño, y espero que lo puedas cumplir – le dijo dedicándole una sonrisa.
Hermione lo volteó a ver y correspondió a su sonrisa mientras se levantaba de la banca y se acercó a él sólo para abrazarlo.
Harry correspondió a su abrazo cerrando los ojos con fuerza, deseaba poder permanecer así siempre, protegiéndola en un abrazo mientras ella se aferraba a su torso. Acarició su cabeza, que ahora descansaba en su hombro, y unía su cabeza a la de ella.
– ¡muy bien¡Amigo, sabía que se lo dirías! – dijo Ron con tono emocionado, interrumpiendo aquel mágico momento entre sus amigos.
Hermione los observó confundida – ¿qué me ibas a decir? – preguntó volteando a ver a Harry.
– que... que a mi también me gustaría pasar este último mes con ustedes – dijo intentando sonar convincente. No era su intención ir y quedarse en casa de su amigo, pero ahora ya se lo había confirmado, no podía mentirle... no de nuevo.
– ¡oh¡Que bien! – dijo Hermione emocionada, volviendo a abrazar a Harry, quien volteó a ver a Ron con una mirada asesina, que era contestada de la misma forma.
Shalalalala qué pasó? Él no se atrevió y no la besará.
Shalalalala qué horror! Qué lastima me da ya que la perderá.
– no¡no te vengas a quejar aquí! – dijo Ron al ver entrar a Harry al compartimiento en el que estaba él esperando a Luna.
La noche anterior, luego de salir de los vestuarios, habían estado fingiendo alegría, sólo para no perturbar a su amiga, pero Ron tenía unos enormes deseos de golpearlo.
– ¡no me voy a quejar! – dijo Harry con gesto molesto.
– ¡bien!... si no te importa¿puedes salir? – le preguntó con tono molesto – estoy esperando a mi n-o-v-i-a¡necesito hablar con ella! –
Harry lo observó ofendido, pero sin decir nada, salió del compartimiento. No necesitaba que Ron le echara en cara lo que había pasado, si él no quería decirle a Hermione era su problema, aunque tampoco era que le gustara estar sufriendo por no podérselo decir, pero no podía confesárselo ahora que ella ya se iba, aunque ella le dijera que también lo quería, de nada serviría, ella ya había hecho sus planes.
Se metió al último compartimiento con la esperanza de que ahí no lo llegara a molestar nadie, no tenía ganas de hablar. De cualquier forma, los que realmente le importaban, los vería en unos días, así que no importaba demasiado si los veía o no en ese momento.
¿Qué iba a hacer sin ella?
No paraba de darle vueltas en la cabeza esa pregunta, y no tenía respuesta para ella, nunca había pensado en eso porque estaba acostumbrado a tenerla siempre a su lado, estaba acostumbrado a siempre contar con su apoyo, aunque no se lo pidiera, ella siempre estaba ahí.
Y se sentía vacío cuando creía que la iba a perder, cuando pensaba que podía perderla para siempre.
Flash Back
– ¡silencius! – gritó Hermione, y el hombre se quedó sin voz. Siguió moviendo los labios detrás del agujero de la máscara que tenía sobre la boca, pero no emitió ningún sonido. El otro mortífago lo apartó bruscamente.
– petrificus totalus – gritó Harry cuando el segundo mortífago levantaba su varita. Los brazos y las piernas del hombre se pegaron y cayó de bruces sobre la alfombra que Harry tenía a sus pies, rígido como una tabla e incapaz de moverse.
– bien hecho, Ha... –
Pero el mortífago al que Hermione acababa de dejar mudo dio un repentino latigazo con la varita y un haz de llamas color morado atravesó el pecho de Hermione. La chica soltó un débil "Oh!" de sorpresa, se le doblaron las piernas y se derrumbó.
– HERMIONE –
Harry percibía un zumbido de pánico en el cerebro que le impedía pensar; tenía una mano sobre el hombro de Hermione, que todavía estaba caliente, aunque no se atrevía a mirarla a la cara "no dejes que esté muerta, no dejes que esté muerta, sería mi culpa si está muerta..."
Fin
Se revolvió más el cabello al recordar ese momento, se recogió las piernas y ocultó su rostro en ellas, todavía podía sentir el pánico que se había apoderado de él al creer que Hermione estaba muerta. Y ahora, de nuevo, se sentía desesperado, perdería a Hermione, ella se iría y quien sabe hasta cuando volvería, ni siquiera podría asegurar si ella volvería, y peor aún, quien podía asegurarle que no encontraría, a lo largo de su viaje, algún chico del que se pudiera enamorar.
Y ¿qué pensaba hacer él¿Se iba a quedar toda la vida solo por no haberse atrevido nunca a decirle cuánto la quería, cuánto necesitaba estar a su lado?
– ¡oh! Lo siento, no sabía que estaba ocupado –
Harry levantó la cabeza un poco desconcertado.
– ¿Harry? – dijo la chica que estaba detrás del chico que había abierto la puerta, era Hermione con Terry Bott.
Harry intentó no detenerse mucho en el detalle de que Hermione tomaba al chico de la camisa, a la altura del torso.
– pensé que estarías con Ron... – dijo Hermione un poco sonrojada mientras se separaba de Terry.
– eh... no... bueno, supongo que quieren estar solos – dijo levantándose del asiento.
– gracias – – ¡no! – dijeron al mismo tiempo Terry y Hermione. El chico volteó a ver a Hermione confundido, al igual que Harry.
– Terry... yo... – intentó disculparse Hermione.
Terry le sonrió – bien... nos vemos en la estación... si no, espero que te vaya muy bien en tu viaje – le dijo sonriéndole amistosamente.
– pero... ¿no ibas a ir conmigo? – le preguntó Hermione confundida.
Harry los observó sorprendido¿Hermione lo había invitado a él para que la acompañara a aquel viaje¡Había invitado a un tipo al que apenas y le hablaba y no le había pasado por la mente invitarlo a él o a Ron!
Harry la fulminó con la mirada y sin decir nada salió del compartimiento dejándolos solos y confundidos por su actitud.
"¡sí!... ¡claro, dile lo que sientes¡Aprovecha antes de que se vaya con ese idiota y se ría en tu cara por haberte enamorado de ella!" decía mentalmente mientras caminaba a lo largo del tren con los puños apretados, maldiciendo en voz alta.
– ¡ey, tu! – lo llamó Ron a su espalda – ¡deja de maldecir o te lavaré la boca con jabón! – le dijo con tono divertido, pero al ver la expresión en el rostro de su amigo frunció el entrecejo confundido – oye, ven... – lo llamó indicándole que entrara.
Harry lo obedeció y entró al compartimiento – ¿y Luna? – preguntó confundido al ver vacío el compartimiento.
– fue a buscar a Terry – le dijo con calma mientras cerraba la puerta, y Harry rechinó los dientes al escuchar aquel nombre – bien, dime ¿porqué estabas como demonio? – le preguntó sin notar la reacción que había tenido su amigo segundos antes.
Harry bufó enojado y refunfuñó un par de veces sin decir nada en concreto mientras se cruzaba de brazos.
– ¡oh, sí, ahora lo entiendo! – dijo Ron con sarcasmo – vamos, Harry¿qué pasó? –
Harry volvió a bufar – Hermione... – dijo con el entrecejo fruncido y, al ver que Ron giró los ojos, agregó – estaba con Terry... ¡buscando un compartimiento para ellos solos! – dijo volviendo a rechinar los dientes.
Ron lo observó con la boca abierta – ?Hermione! – preguntó sorprendido – ?nuestra Hermione! –
Harry se puso aún más furioso al escuchar la expresión de Ron, como si la chica estuviera realizando una hazaña para celebrar – ¡no está bien¡Eso no está bien! – decía enojado, levantando la voz – ¿ella lo invitó a su dichoso viaje¿Te das cuenta¡Lo invitó a él y no fue capaz de invitarnos a nosotros¡Ni siquiera por error! – dijo casi gritando antes de patear la puerta del compartimiento, logrando hacerse daño.
– ¡ey¡Detente! – le dijo Ron tomándolo por los hombros – ¿qué te pasa, eh? – le preguntó zarandeándolo un poco –
– ?que qué me pasa¿Qué no me escuchaste! – decía desesperado – ¡Hermione se va a largar con ese idiota¡Se va a ir y se va a olvidar de mi! – dijo antes de desplomarse sobre el asiento llevándose las manos a la cara.
– ey, Harry, escúchame, ella no se va a olvidar de ti – le aseguró Ron.
– ¡oh, claro¡va a tener mucho tiempo para acordarse de mi mientras se está besuqueando con el tonto de Terry! – decía con tono enojado. ¿Porqué Ron era tan ciego¿No podía darse cuenta de que su amiga andaba con el enclenque ese?
– mira¡si Hermione anda besuqueandose con alguien, es sólo tu culpa! – le dijo Ron con tono serio, recibiendo una mirada confundida de su amigo – ¡no me veas así¡Sabes que es cierto! – lo reprendió – si tan sólo le hubieras dicho lo que sientes por ella¡nada de esto hubiera pasado! – le dijo con tono serio.
– ¡aja¿Entonces tú lo sabías¡Lo sabías y no me lo dijiste! – decía enojado – ¡me dejaste actuar como un tonto¡Seguir creyendo que podía, siquiera, pensar en que ella se fijaría en mi! Pensé que eras mi amigo... – dijo esto último con tono decepcionado e intentó salir del compartimiento, pero Ron lo detuvo.
– ?te quieres esperar¿Qué es toda esa tontería de "pensé que eras mi amigo"? – le preguntó molesto, haciendo una voz chillona – ¡claro que soy tu amigo! Por eso te dije que hablaras con ella, que se lo dijeras, pero ¡no me hiciste caso¡Hermione tiene derecho a hacer su vida, tiene derecho a tener novio! – le decía con tono serio – ¿creíste que iba a estar ahí para siempre¿Cuando tú lo quisieras? – Harry negó cabizbajo – vamos, tenemos que ir a recoger tus cosas... papá me dijo que eso haríamos antes de ir a la casa – le dijo al darse cuenta que el tren aminoraba su marcha, y Harry lo volteó a ver confundido – ¿qué¿pensaste que te iba a permitir quedarte con esos muggles de quinta? – le preguntó con tono burlón, haciendo sonreír a su amigo.
Y por enésima vez, Ron tenía razón. No recordaba alguna época donde Ron tuviera la razón con tanta frecuencia, y eso comenzaba a molestarle, le molestaba por el hecho de que no era lo que él quería. Era un egoísta por que sí esperaba que Hermione siempre estuviera con él, que lo apoyara en todo momento. Siempre había tenido la idea de que Hermione estaría a su lado todo el tiempo.
– ¡Harry, hijo! – lo saludó la señora Weasley mientras lo estrechaba en un abrazo – ¿cómo estas¿Cielo, creciste más este curso? – preguntó asombrada mientras observaba a su hijo – oh, Ginny, hija... – dijo separándose de su hijo para abrazar a la mas pequeña de sus hijos – Hermione, querida¡estás muy guapa! – dijo mientras observaba a Hermione y acarició su cabello, el cual se había vuelto a alaciar, haciendo que la chica se sonrojara y sonriera agradecida por el cumplido.
– bien¡aquí están todos! – dijo el señor Weasley llegando de quien sabe donde – ¿nos vamos? – preguntó observando a sus hijos y a los amigos de sus hijos.
– Arthur, querido, falta Luna – dijo Molly al darse cuenta de que faltaba su nuera.
– no, mam� ella irá después – dijo Ron un poco sonrojado, pues había estado pidiéndole a lo largo del año, hasta el punto de ruego, que le dejara invitarla.
– oh, muy bien, entonces ¡vamos! – dijo Arthur sonriendo.
Todos asintieron y se encaminaron, empujando los carritos con sus cosas, hacia la salida, siendo guiados por el señor Weasley.
– ?Hermione! – la llamó alguien cuando estaban apunto de salir, haciendo que todos se detuvieran para ver quien le había hablado a la castaña.
Harry frunció el entrecejo, aferrando con fuerza el tubo del carrito, al ver que era Terry el que se acercaba corriendo a Hermione.
– oye... entonces... ¿nos vemos en dos meses? – le preguntó agitadamente, dando la impresión de que había corrido por toda la estación para alcanzarla.
Hermione asintió un poco intimidada por que todas las miradas estuvieran sobre ellos dos.
– muy bien... ¡hasta entonces! – le dijo Terry sonriendo antes de despedirse, con un beso en la mejilla, de Hermione.
– ¿es tu novio? – le preguntó la señora Weasley – es un chico muy guapo –
Hermione se sonrojó de sobremanera – no... – contesto en susurro, bajando la mirada.
– oh bien... bueno, vamos... se nos hará tarde, aún tenemos que ir por las cosas de Harry – dijo Molly apremiándolos.
Se subieron al coche de los Weasley, Ron se encargó de dejar a Hermione junto a Harry, pues se había retrasado un poco fingiendo atarse los cordones de sus zapatos y al ver que su hermana iba a entrar la detuvo tomándola por el tobillo, aprovechando que sus amigos no se habían dado cuenta de eso.
– ¡ey¡Necesito espacio! – se quejó Ron haciendo que su hermana casi aplastara a Hermione contra Harry, que se encogió intentando ignorar la presencia de Hermione.
– ¡vamos, Ron, hazte a un lado! – se quejó Ginny intentando empujar a Ron, pero este se había acomodado de tal forma que no lo pudieran mover de donde estaba, acomodando las jaulas de Hedwig, Pig y Crookshanks entre él y la puerta.
– lo siento, Hedwig, Pig y Crookshanks necesitan su espacio – dijo fingiendo tono serio.
Harry se inclinó hacia adelante, acostándose sobre sus piernas, sólo para dirigirle una mirada asesina a Ron, quien fingía interés en las personas que caminaban en la acera.
El momento es, en esta laguna azul, pero no esperes más, mañana no puedes.
No ha dicho nada y no lo hará si no la besas, ya.
– muy bien, Harry – dijo el señor Weasley deteniendo el coche – te esperamos aquí, algo me dice que no le agrado a tus tíos – dijo observando las tres cabezas que se asomaban por la ventana de la sala.
Harry sonrió y se dispuso a salir del coche.
– ¿quieres que te ayude? – le preguntó Hermione con tono amable, antes de que Harry cerrara la puerta.
– no – dijo Harry sin siquiera observarla y cerró la puerta con fuerza. No, no quería su ayuda¡ya no!
Caminaba hacia la casa cuando escuchó que una puerta se abría y se cerraba, pero no se detuvo para saber quien era.
– ¿qué te pasa, eh? – le preguntó Ron en susurro, con tono molesto – Hermione estaba siendo amable, no tenías porqué actuar como un idiota –
– no, si idiota he sido toda mi vida... – le dijo Harry con tono enojado – pero tengo que acostumbrarme a no depender de ella¿no? Tú lo dijiste¡Hermione no va a estar siempre ahí! –
– oh, claro que no, pero tampoco es para que la trates así... cree que estás enojado con ella – le dijo mientras esperaban a que abrieran la puerta.
– ¡pues que crea lo que le convenga! – dijo aún molesto – ¡Hola! – saludó con tono seco a su tío Vernon, que le acababa de abrir la puerta – Ron, mi tío – dijo sin prestar mucha atención y entró a la casa esquivando a su tío, y Ron entró detrás de él.
– ¡oye¡Ya la oíste antes, ella no anda con Terry! – le dijo Ron mientras entraban a su cuarto.
– ¿no¡Pero si hacen linda pareja! – dijo con sarcasmo mientras aventaba su pocas pertenencias sobre la cama.
– ¡pareces un crío! – le dijo Ron enojado – ¿no que te gustaba tanto? –
– ¡oh, claro que me gusta¡La quiero como a ninguna! Pero si ella se quiere ir a hacer su vida a quien sabe donde, con el idiota ese, pues ¡que lo haga! Después de todo, es su vida¿no! – le preguntó enojado.
– pues ella se va a ir muy tranquila... ¡ella no será la que esté sufriendo por haber ocultado sus sentimientos! – le decía Ron también enojado mientras observaba a Harry caminar por la habitación – ¡si tú no se lo dices ella nunca lo va a saber! –
– pues ¡que no lo sepa¡Parece que no le afecta en nada! – dijo Harry aún enojado, sin dejar de caminar por la habitación, buscando algo donde pudiera guardar sus cosas, y desesperado pateó la puerta del closet – ¡idiota! – se reprendió al sentir un dolor agudo en su pie.
– ¿quieres terminar de rompértelo? – le preguntó Ron molesto mientras lo hacía sentarse en su cama – ¡si quieres te ayudo y te lo parto en dos! Talvez así te sentirías mejor –
Harry respiraba agitado, observando hacia todos lados, menos hacia su amigo, y pudo ver en la cama el álbum que le había regalado Hermione en su último cumpleaños, con fotos de los tres, y algunas donde salían Luna y Ginny.
– ¿quieres verlo? – le preguntó Ron al darse cuenta de lo que estaba observando Harry, y el moreno negó aún molesto – yo diría que te podría servir... – dijo mientras se sentaba a su lado – quien diría que Colin es tan buen fotógrafo... de algo le sirvió asediarte todo su primer año – dijo con tono divertido, pues la gran mayoría de las fotos habían sido tomadas por él.
Harry no dijo nada, ni siquiera había volteado hacia el álbum, no quería verla sonriendo y abrazándolo como si fueran grandes amigos. Pero lo eran... en ese entonces.
– Hermione se veía muy bonita en el baile... – dijo Ron remarcando el adjetivo que había usado para describir a su amiga – lástima de pareja... se habría visto mucho mejor a mi lado – dijo logrando captar la atención de Harry – ¡ja¡Lo sabía! – dijo con tono burlesco – ¿no que muy resignado a perderla? – le preguntó sonriendo – anda, mete todo esto en... mmm... podrías meterlo en esa caja, no es tanto – dijo señalándole una caja que estaba debajo de su escritorio.
Harry asintió y no tardó en guardar sus cosas en la caja, que al parecer había pertenecido al pequeño televisor que estaba en la cocina. Y salió de su habitación junto con Ron.
– buenas tardes... yo... bueno quisiera... –
Harry se quedó pasmado al verla hablando, nerviosa, con su tío, que flanqueaba la puerta.
– ¡oh¡Aquí están! – dijo Hermione con tono aliviado, al ver a Harry y Ron en las escaleras – ehm... nos esperan – dijo señalando sobre su hombro.
Harry fingió no haberla escuchado y siguió con su camino, mientras Ron negaba exasperado, recibiendo una mirada confundida de su amiga.
– ¿porqué tardaron tanto? – le preguntó Hermione caminando a su lado, pero Harry volvió a ignorarla y aceleró su paso.
– ven – dijo Harry mientras hacía que Ginny se sentara a su lado y cerró la puerta sin siquiera fijarse que Hermione estaba parada frente a ella.
– Harry, querido, Hermione quería entrar – señaló la señora Weasley.
– oh, lo siento, no me fijé – dijo Harry fingiendo tono apenado, y volviendo a abrir la puerta bajó del coche, sin voltear a ver a su amiga.
– ¿qué te hice? – le preguntó Hermione por lo bajo, con tono dolido, haciendo que Harry la volteara a ver por fin.
Observó detenidamente los ojos avellana de su amiga y se sintió mal al ver tristeza en ellos, y se limitó a negar.
Hermione bajó la mirada y, sin decir nada, entró al coche.
– ¿quieres decirme qué fue todo eso? – le preguntó Ron mientras subían sus cosas a su habitación.
– ¡no puedo, Ron, no puedo! – decía molesto – el verla no sólo me recuerda lo mucho que la quiero, si no también el hecho de que se va a ir... ¡se va a ir con ese idiota! –
Ron no dijo nada, entró a su habitación, dejó sus cosas cerca de su cama y esperó a que Harry entrara para cerrar la puerta.
– ya sabes que no son novios¿porqué no te das la oportunidad de disfrutar sus últimos días juntos?... ¡aunque sea como amigos! Harry, te arrepentirás si dejas que todo siga así hasta el día en que ella se vaya, y sabes que muchas cosas pueden suceder mientras ella esté en el extranjero... puede conocer a alguien... – le decía Ron intentando hacer que cambiara su actitud hacia su amiga.
– ¿crees que no sé que puede conocer a alguien?... ¡al principio temía por eso! Y por el hecho de que le puede gustar vivir en algún otro lado, pero ¡ahora está Terry! Y aunque no sean novios ahora¡puede pasar algo entre ellos durante el viaje¿Viste la forma en que le habló cuando se acercó a ella! – le preguntó molesto – Terry es hombre y tanto tiempo junto con ella... – decía, pero se detuvo al escuchar que llamaban a la puerta.
– no te preocupes, no se escucha nada del otro lado – le dijo Ron, al ver su mirada preocupada, intentando tranquilizarlo. Se acercó a la puerta y la abrió sólo lo necesario para ver quien era, y se encontró con la mirada preocupada de su amiga.
– ehm... quería ver si podía hablar con Harry... – dijo con tono bajo.
Ron volteó a ver a su amigo – está un poco cansado... – dijo al verlo acostado en su cama, sabía que no era buen momento para que hablaran.
Hermione asintió – ¡está bien! – dijo levantando la voz y se fue de ahí con pasos apresurados, Ron habría jurado que había visto lágrimas en sus ojos, y por el tono que había usado, podía ser lo más seguro.
– ¿quién era? – le preguntó Harry al verlo sentarse en la otra cama.
– Hermione... – le informó con tono serio.
– ¿se fue? – le preguntó sorprendido y Ron asintió.
– quería hablar contigo... supongo que tú no tienes muchas ganas de hablar con ella¿no? – dijo con tono indiferente.
– creo que no... – dijo antes de acostarse bocabajo, volteando al lado contrario del que estaba Ron. No podría hablar con ella, como le había dicho a Ron, el verla le recordaba que se iba a ir con Terry, y eso le molestaba de sobremanera, y no quería ser egoísta, quería calmarse un poco antes de hablar con ella y disculparse por su actitud.
– ¡ey¡Mamá nos habla para cenar! – le dijo Ron minutos después – vamos, no tienes que hablar con ella, pero tienes que bajar... – le dijo echándole una almohada en la cabeza.
Harry refunfuñó y lo maldijo un par de veces mientras se levantaba.
– ¡oye! No es mi culpa que mamá crea que estás hecho un palo... ¡tienes que comer bien, querido! – le dijo imitando el tono de voz de su mam� haciendo reír a Harry – ¡corre! Que seguro no tarda en venir mi mamá a bajarnos a maldiciones – lo apuró mientras abría la puerta.
Harry asintió levantándose de su cama y salió junto con Ron aún sonriendo, pero su sonrisa se borró al toparse con Hermione, quien salió, seguida por Ginny, de la habitación de esta última.
– ehm... ¿pensamos quedarnos aquí o bajaremos a cenar? – preguntó Ginny, pues se habían quedado parados a medio pasillo.
Harry y Hermione asintieron un poco desorientados y siguieron con su camino, pero Ron detuvo a su hermana.
– ¡oye, quiero cenar! – se quejó Ginny, pero Ron le indicó que bajara la voz – ¿qué te traes? – le preguntó desconfiada, pero hablando en voz baja como se lo había pedido su hermano.
– ey, es un secreto¡eh! No se lo puedes decir ni a Hermione... – le dijo con tono serio y Ginny asintió bastante interesada pues tenía mucho tiempo que su hermano no le confiaba secretos – a Harry le gusta Hermione... – le dijo sonriendo, haciendo que Ginny abriera los ojos sorprendida.
– ¡ey¡Ron! – lo llamó Harry al pie de la escalera.
– ¡ahí vamos! – se apresuró a decir Ginny – ¡no te creo! – dijo emocionada.
– pues créelo, pero el muy burro no hace nada... oye¿a Hermione le gusta Terry? – le preguntó volviendo a ponerse serio, pero sonrió inmediatamente al ver que Ginny negaba.
– él se va a ir con ella porque sí le interesa ayudarla, además¡Terry tiene novia! – le aseguró.
– ¡oh¡Esto es perfecto! – dijo Ron sonriendo mientras caminaban escaleras abajo – sólo hace falta que ella se lo aclare a Harry – dijo con tono determinado.
– oh bueno, ella se lo habría explicado con gusto antes de que se negara a hablar con ella – le dijo Ginny frunciendo el entrecejo.
– pero ¡no se negó! – le aseguró Ron – es sólo que aún estaba muy alterado, yo fui el de la idea de que no hablaran... –
– ¡perfecto¡Y ella llorando por que creía que Harry no quería hablar con ella! –
– cielos... bueno, de cualquier forma haré que Harry hable con ella... – dijo con tono resuelto antes de quedarse callado pues ya habían llegado a la cocina.
– ?piensas esperar más! – le preguntó Ron con tono alterado, mientras caminaban por el jardín de la madriguera, dos mañanas después.
– ¡no es que yo quiera esperar, es sólo que me acerco a ella y me huye! – le explicó Harry con tono triste.
– bueno, y ¿qué esperabas¿Que actuara como si nada¡Fuiste un idiota con ella! – lo regañó Ron – pero ven¡mira! Está ahí con Ginny... – le dijo mientras lo apuraba a caminar.
Harry intentó caminar lo más rápido posible para poder seguirle el paso a Ron y, cuando estaban a unos cuantos metros de las chicas, pudo ver la mirada nerviosa de Hermione.
– no quiere hablar conmigo... – dijo Harry entre dientes.
– patrañas – dijo Ron sin darle importancia – ¡Hola! – dijo con tono alegre al estar a menos de dos metros de ellas.
– Hola – dijo Ginny sonriendo mientras Hermione decía un débil "hola" sin voltear a ver a Harry.
– eh... Ginny, nos habla mamá... quiere que le ayudemos a poner la mesa para la comida – dijo dirigiéndole una mirada urgente a su hermana, que entendió la mentira y se dirigió a su hermano.
– ¡los ayudo! – se apresuró a decir Hermione antes de que comenzaran a caminar, pero ambos pelirrojos negaron.
– no tardaremos nada, pueden quedarse aquí, nosotros venimos en unos minutos – le dijo Ginny con calma, Hermione intentó argumentar, pero Ron la interrumpió.
– Harry no muerde – le dijo con tono burlesco, haciendo que Hermione se sonrojara, antes de tomar a su hermana por la muñeca y alejarse de sus amigos.
Harry la observó apenado y se acercó un poco más a ella – Hermione... – la llamó, pero no obtuvo respuesta – entiendo que estés enojada conmigo, no tenía por qué portarme así contigo – le dijo con tono apenado – es sólo que me molestó el hecho de que hayas invitado a ese... a Terry... – se corrigió al ver la mirada molesta que le había dirigido Hermione – en lugar de habernos invitado a Ron o a mi... – Hermione lo observó sorprendida – lo sé, es bastante egoísta, pero no pude evitar enojarme... – le dijo bajando la mirada.
– los habría invitado, pero ustedes siempre se burlaban de mis proyectos para ayudar a las criaturas mágicas y pensé que no les interesaba – le dijo Hermione con calma – y Terry, a él le había comentado sobre la PEDDO y se mostró bastante interesado, entonces, cuando supe que mis papás habían aceptado que me fuera unos años al extranjero, le dije a Terry y él dijo que hablaría con sus papás, así que, en la fiesta en el campo de Quidditch me dijo que lo habían dejado ir, pero como no pudimos hablar bien, por que quería estar con su novia (ya que ella va apenas a 7°), se nos hizo más fácil hablar en el expreso – le explicó mientras comenzaban a caminar sin rumbo.
– vaya... de verdad lo siento... – se disculpó Harry apenado – fui un idiota... –
Hermione lo volteó a ver negando – ¡no digas eso! – le dijo con tono serio – debí decirles, pero, bueno, ustedes ya tenían planes... Ron conseguiría un empleo de medio tiempo con su papá y tú... tú querías independizarte... no creía que les importara – dijo bajando la mirada, pero Harry la hizo voltearlo a ver.
– puede que Ron y yo seamos unos idiotas muchas veces, pero todo lo que hagas me importa... ¡nos importa! – se corrigió bajando la mirada por unos segundos.
Hermione le dirigió una sonrisa amarga – gracias... – dijo volviendo a caminar.
– ¿a dónde irás primero? – le preguntó Harry intentando retomar la conversación.
– quiero ir a Bulgaria... – dijo con tono bajo, pero Harry sí la alcanzó a escuchar bien.
– ¿a Bulgaria? – preguntó sorprendido – ¿qué hay ahí de interesante? – preguntó con tono serio.
– ¡mucho¡Tienen una historia bastante interesante! – le dijo emocionada – Víktor me ofreció alojamiento... – le decía, pero Harry la interrumpió.
– ?te quedarás con él! – le preguntó sorprendido, de nuevo, y se sintió bastante aliviado al ver que Hermione negaba.
– como estaré viajando por todo el país, no puedo estar en un solo lugar – le explicó con calma – espero poder sacar mi carné... así será más fácil... el señor Weasley me dijo que... – decía volviendo a emocionarse, pero Harry la interrumpió.
– estoy seguro que lo podrás conseguir – le dijo con amabilidad, un gesto distante.
No podía dejar de sentirse acorralado cada que la escuchaba hablar de su viaje, lo decía tan emocionada, el sólo mencionar el asunto hacía que sus ojos brillaran y se llenaran de vida, haciéndolo sentirse celoso de un tonto viaje, pues él no podía hacer que sus ojos brillaran de esa forma.
Había desaprovechado el tiempo, y no sólo se lo recalcaba él mismo, si no que Ron se lo recordaba con cada día que pasaba: "te estás viendo lento"... "no sabes lo que podría pasar si se lo dices"... "Terry pasará con ella más de un año si no hablas"... "te queda un mes"... "aprovecha que está sola"... "¿no que tanto amor¡Dile!"... "olvídalo, me rindo contigo"... "?te queda una semana!"... "eres un... ¡la vas a perder!"...
– ¡muy bien hecho, Harry¡Se va mañana! – lo regañó Ron.
– ¡cállate Ron! – le dijo Harry con tono molesto observándola desde la ventana de la cocina.
– ¿por qué, en lugar de estar aquí paradote, no vas y hablas con ella? – le preguntó Ron con tono serio.
Harry negó, no se atrevía a dejarle saber sus sentimientos para que al día siguiente se fuera y se olvidara de él por estar ayudando a un montón de Elfos que no querían ser ayudados.
– ¡no tienes lucha! – dijo Ron enojado mientras se daba media vuelta para ir a ver qué quería su mamá.
