!Hola! Bueno, aquí estoy de nuevo, sé que prometí no volver a tardar tanto en actualizar, pero mis papás me obligaron a ir con ellos de vacaciones (que raro suena ser obligada a salir de vacaciones ) En fin... espero que me disculpen, y sólo me queda decir "¡DISFRUTEN EL FINAL!"
No entendía para qué iban a ese dichoso bosque, podrían pasar la última noche en el jardín de la madriguera, no había necesidad de meterse entre un montón de árboles.
– Hermione... – la llamó al verla sentada en el último escalón que bajaba al jardín. Hermione lo volteó a ver sorprendida – ¿te encuentras bien? – le preguntó preocupado y Hermione asintió.
– sólo estoy pensando un poco – dijo con calma, volviendo a apoyar su cabeza en sus manos.
– oh... bueno... ehm... ¿te dijo Ginny lo del bosque? – le preguntó mientras se paraba a su lado y Hermione lo volteó a ver negando – ah, pues... ¡a Ron se le ocurrió que pasáramos esta última noche en el dichoso bosque! –
– ¿en el bosque! – le preguntó Hermione sorprendida y Harry asintió – pero ¿qué se piensa! –
– no tengo la menor idea... pero ya tiene rato que se fue junto con Ginny y Luna, así que creo que lo mejor es que vayamos¿no crees? – le dijo ofreciéndole una mano para ayudarla a levantarse, Hermione la tomó y se levantó con un tirón que le dio Harry.
– tonto... – le dijo Hermione riendo pues estuvo apunto de caer, Harry le sonrió encogiéndose de hombros y la guió por el camino que le había indicado Ron en la tarde.
– pero ¡qué ocurrencias! – se quejaba Hermione mientras caminaban entre los árboles intentando esquivar las ramas y raíces de estos – pensé que no volvería a pasar por esto cuando saliera del castillo... – dijo con ironía, haciendo reír a Harry.
– bueno, creo que Ron quiere que no te olvides de esos momentos – le dijo Harry sin dejar de sonreír.
Hermione le sonrió negando divertida, y le iba a decir algo, pero se calló.
– ¿estás bien? – le preguntó preocupado al ver la mirada sorprendida de Hermione, y la chica le señaló hacia su lado derecho.
Harry volteó asustado, mientras metía su mano a su bolsillo por si era necesario sacar su varita, pero se quedó igual de sorprendido que su amiga al ver lo que ella señalaba.
Era un claro enorme, no lograban ver su final desde donde estaban, era bordeado por enormes árboles y algunos arbustos llenos de flores, y no sólo eso, había un laguna que crecía a lo largo del claro.
– vaya... – dijo Harry aún sorprendido – Ron no me mencionó esto... – dijo mientras se acercaba.
– ¡Harry, espera! – dijo Hermione nerviosa corriendo hacia él y caminó detrás de él, tomándolo por los hombros.
Harry tomó una mano de Hermione intentando darle seguridad y llegaron hasta la orilla de la laguna.
– ¿seguro que Ron no te habló de esto? – le preguntó Hermione un poco nerviosa, aún aferrada a la mano y el brazo de Harry, que negó.
– nunca lo mencio... – decía pero se detuvo al ver una balsa acercarse a ellos – ¿qué demonios? – preguntó confundido, pero inmediatamente comprendió, a pesar de no ver a Ron, Luna y Ginny; que estaban escondidos a un lado de la laguna entre unos arbustos;, que Ron lo había planeado todo.
– ¿qué es esto?... – preguntó Hermione preocupada, observando todo el entorno, pero ahí no veían a nadie más aparte de ellos.
– no tengo la menor idea... aunque talvez podríamos usar la balsa para pasar al otro lado de la laguna, talvez están por allá... – le dijo intentando hacerla caminar hacia la balsa, pero Hermione se resistió – vamos, es segura, mira, si se empieza a hundir, tú puedes salvarme¡no pasa nada! – le dijo fingiendo seriedad, pero sonrió al ver la mirada preocupada de su amiga – vamos, no pasa nada, traemos nuestras varitas – le dijo palpando su bolsillo, Hermione lo pensó unos segundos, pero al final aceptó la idea de Harry – vamos... – le dijo guiándola hasta la balsa, y la dejó subir a ella primero – ¡cuidado! – dijo tomándola por la cintura y subiendo un pie a la balsa para intentar controlarla, y Hermione se aferró a su cuello – calma, está bien... vamos, siéntate... – le dijo dirigiéndole una sonrisa tranquilizadora, Hermione asintió y con ayuda de Harry se sentó en una de las tablas, que simulaban asientos, de la balsa. Harry empujó la balsa, mojándose el pantalón hasta las rodillas y se subió a esta.
– te mojaste todo – le dijo Hermione sonriendo al ver los zapatos y el pantalón empapados de su amigo.
– claro, no podía subirme antes porque estás demasiado pesada y la balsa se atoraba en la tierra... – le dijo con tono burlesco mientras comenzaba a remar.
– tonto – se quejó Hermione y le sacó la lengua.
Harry le sonrió, le gustaría tanto poder observarla detenidamente sin tener que explicarle porqué la observaba de esa forma, como si fuera una diosa, y es que ella lo era, era su diosa, la diosa a la que le gustaría adorar toda su vida, adorarla y amarla.
– ¡pero qué! – dijo sorprendido al sentir que un remo se le escapaba de la mano, intentó alcanzarlo, pero al soltar el otro remo, también fue a parar al agua, alejándose de la balsa al igual que el otro remo – ¡demonios! – se quejó, e intentó atraerlos de nuevo usando su varita, pero no tenía idea de donde se habían metido. Observó a Hermione, quien volteaba a todos lados, con varita en mano, buscando los remos.
– ¿qué vamos a hacer? – le preguntó preocupada.
Harry intentó tranquilizarla, pero ni él sabía qué podían hacer – no te preocupes... algo se nos tiene que ocurrir... somos magos¿no? – dijo intentando sonar seguro.
Hermione asintió nerviosa, y Harry la observó detenidamente, aprovechando que ella observaba a su alrededor – creo que, si no estuviera tan preocupada, esto me parecería hermoso – dijo mientras observaba los arbustos que tenían esas flores tan particularmente bellas.
– bueno, creo que nos serviría calmarnos un poco – dijo Harry intentando tranquilizarla mientras observaba a su alrededor, deseando encontrar a Ron por algún lado y matarlo por aquella "brillante" idea.
Llevaban más de diez minutos ahí, gracias a que no había ni una pequeña corriente o ventisca la balsa no se movía del lugar en el que habían quedado, y ninguno de los dos hablaba ni se volteaba a ver.
– ¿preparada para tu viaje? – le preguntó Harry intentando hacer plática, Hermione lo volteó a ver por fin y asintió aún un poco nerviosa – ¿a qué hora te vas? –
– en la noche... – dijo Hermione volviendo a bajar la mirada, mientras se abrazaba a si misma.
– ¿tienes frío? – le preguntó Harry y Hermione asintió de nuevo – ¿quieres mi camisa? – le preguntó desabotonando los primeros botones de su camisa, pero Hermione negó.
– ¡te vas a congelar! – le dijo con tono preocupado.
– pero... – intentó argumentar Harry, pero Hermione volvió a negar – esta bien, entonces ven... si no te enfermarás y no creo que te gustaría viajar con gripe o algo así – le dijo con calma, mientras le indicaba que se acercara.
Hermione observó el corto camino que los separaba y, algo temblorosa, se acercó a él sin levantarse demasiado para no ocasionar algún accidente. Harry tomó su mano para ayudarla a acercarse a él, pero al sentarse hizo que la balsa se tambaleara, y se aferró al tórax de Harry, ocultando su rostro en el pecho su amigo.
– calma... no te preocupes, todo está bien – le dijo Harry correspondiendo a su abrazo "te quiero... te quiero, Hermione Granger" decía mentalmente, deseoso de poder besarla en ese momento, mientras ella acomodaba su cabeza en su hombro, aún aferrándose a su espalda, y no pudo contenerse y besó su cabello – te voy a extrañar... – le dijo en susurro mientras acariciaba su cabello, y sintió cómo Hermione se aferraba a él.
Shalalalala No hay porqué temer, no te va a comer, ahora bésala.
Shalalalala Sin dudar, no lo evites más, ahora bésala.
– vamos... ¡Harry, despierta!... ¡despierta! – lo llamaba Ron mientras lo zarandeaba.
– Ron... me dormí demasiado tarde ayer y sé que fue tú culpa, por lo menos déjame descansar – le dijo Harry hundiendo su rostro en la almohada.
– Harry... Hermione se fue – le dijo Ron con tono preocupado, haciendo que Harry se levantara de golpe.
– ¿qué dices! – le preguntó completamente pálido – ¿có-cómo que... se... se fue! – preguntó levantándose de un salto de la cama y sin esperar respuesta de su amigo comenzó a cambiarse – ¿no dijo a qué hora salía su avión! – le preguntó a Ron mientras se acomodaba los pantalones.
– Harry, ella... – intentaba explicarle Ron, pero Harry no le hacía caso.
– ¿porqué se fue? Me dijo que se iba a ir hasta en la noche – decía preocupado y, sin esperar a que Ron contestara y con la camisa mal acomodada, salió del cuarto.
– ¡Harry, espera! – lo llamó Ron caminando detrás de él, pero Harry no le hizo caso y siguió con su camino, al pasar por la habitación de Ginny abrió la puerta de golpe y observó el interior, pero ahí sólo estaban Ginny y Luna, no había rastros ni de Hermione ni de sus cosas, así que, sin decir nada, prosiguió con su camino.
– Harry... Harry, ella no quiere que la busquemos – le dijo Ron con tono decaído, haciendo que Harry se parara en seco – lo siento... no tengo idea de por qué se fue, no le explicó nada ni a Ginny ni a Luna, sólo se fue... –
Harry negó pasmado – pero... pero... yo... –
– Harry, no le dijiste nada... ella no tenía ni una razón para quedarse más tiempo... a mi mamá le dijo que quería pasar este último día con sus papás... – le dijo aún con tono triste.
– ¡su casa!... ¡Fue a su casa!... ¡Necesito ir a verla! – dijo con tono desesperado, comenzando a bajar las escaleras.
– Harry, entiéndelo, no quiere que vayamos a verla – le dijo Ron deteniéndolo.
Harry lo observó con gesto desesperado y la respiración agitada. La había perdido... la había perdido para siempre.
– ¡estúpido! – gritó enojado golpeando la pared con los puños, y resbaló por la pared hasta quedar sentado en uno de los escalones, sintiendo las lágrimas abrasar sus ojos.
– vamos, amigo... cálmate... – le decía Ron intentando tranquilizarlo, pero Harry no necesitaba eso, Harry necesitaba salir de ahí.
Se levantó del escalón y bajó, con pasos apresurados, el resto de las escaleras y salió al jardín ignorando los llamados de su amigo. Corrió por el jardín hasta adentrarse en el bosque. Había desperdiciado la oportunidad perfecta, la había desperdiciado y a ella la había dejado ir.
– Hermione... – dijo mientras se detenía bastante cerca de la laguna – Hermione... – repitió cerrando los ojos y se dejó caer sobre la tierra.
Deseaba que por lo menos se hubiera despedido de él, que le hubiera dado la oportunidad de verla por última vez, pero se había ido, se había ido y sólo lo había dejado con un montón de recuerdos...
"Oh Harry, estábamos seguros de que te... Dumbledore estaba tan preocupado..."... "¡Lo has conseguido¡Lo has conseguido!"... "¿Qué has hecho?... Dijiste que no intervendrías"... "No puedo creerlo... ¡hiciste aparecer un patronus capaz de ahuyentar a todos los dementores¡Eso es magia avanzadísima!"... "¡Harry, has estado genial!... ¡alucinante¡De verdad!"... "¡Muy bien, Harry!... ¡lo hiciste, averiguaste el modo, y todo por ti mismo!"... "¡Adiós, Harry!"...
¿Porqué no se había querido dar cuenta¿Porqué no había aceptado que desde ese momento ya no la veía sólo como su mejor amiga?. "¿creíste que iba a estar ahí para siempre¿Cuando tú lo quisieras?". Sí, él había pensado que Hermione estaría siempre a su lado, por eso no se había parado a pensar que ella podría irse, ni siquiera esos últimos días, tenía la esperanza de que ella echara sus planes por la borda y se quedara a su lado, sin que él tuviera que poner de su parte.
– ¡egoísta! – se reprendió molesto – ¡eres un maldito egoísta! Estabas acostumbrado a que ella fuera la que daba, la que se entregaba y arriesgaba sin pedir nada... ¡eres un idiota! – dijo furioso, enterrando los dedos en la tierra.
– opino lo mismo –
Escuchó la voz de su mejor amigo, pero no necesitaba eso, él ya sabía que había hecho mal, sabía que había sido una idiotez quedarse callado tanto tiempo.
– Ginny me dijo que recibió una lechuza de Hermione hace unos minutos... –
Hermione había escrito, eso sólo podía significar algo...
– ¿se fue? – preguntó Harry temiendo por la respuesta.
– no... aún no... creo que ella te lo había dicho¿no?... se va en la noche... – le confirmó Ron – le dijo a Ginny que pasará toda la tarde con sus papás, y le pidió que nos diera sus saludos... – dijo con ironía.
Harry rió burlándose de su propia suerte, había tenido la felicidad frente a sí mismo por casi una década y no había sabido luchar por ella, pero no dejaría que pasara de nuevo.
– ¿a dónde vas? – le preguntó Ron confundido al verlo levantarse.
– ¡tengo que buscarla! – dijo Harry con tono decidido, regresando sobre sus pasos.
– ¿irás a su casa? – le preguntó Ron mientras caminaba al lado de su amigo, y Harry asintió – ¡lo sabía!... ¡Sabía que no te rendirías tan fácilmente! – decía emocionado, dándole unos empujoncitos a Harry – pero... ¡oye¡Tienes una prueba de Quidditch! – dijo con tono preocupado, al recordad que a mitad del verano Harry había recibido una invitación para ir a una prueba para buscador en el equipo de los Appleby Arrows.
Harry se detuvo por unos segundos, esa era su oportunidad para comenzar a independizarse, era la oportunidad perfecta y era mucho mejor por que no era simplemente un trabajo, si no que haría lo que realmente le gustaba.
– lo sé... – dijo con tono cabizbajo y volvió a retomar su camino a la madriguera.
– ¿qué haces? – le preguntó Ron minutos después, mientras lo observaba revolver entre sus cosas – ¿para qué sacas todo eso? – le preguntó al ver que sacaba su álbum y un pedazo de pergamino – ¡oye¿Me escuchas? – le preguntó un poco molesto, pues Harry no contestaba, sólo se limitaba a seguir con sus cosas.
– sí, Ron... – dijo Harry con tono distraído mientras garabateaba algo sobre el pergamino, le hizo dos dobleces y buscó a su lechuza con la vista – ¡Hedwig! – la llamó asomándose por la ventana, y no tardó en aparecer frente a ellos una lechuza de plumas blancas. Harry le ató la nota y le dio unas indicaciones.
– ¿le enviarás eso a Hermione? – preguntó Ron confundido, pero Harry volvió a ignorarlo y salió del cuarto – ¡oye, Harry¿Me has escuchado un solo segundo? – le preguntó irritado.
Harry asintió haciendo un movimiento con la mano sin preocuparse por voltear a ver a su amigo.
– ¡Ron, dile a tu mamá que se lo pagaré! – dijo mientras tomaba un saquito.
– ¿qué vas a hacer! – le preguntó Ron acercándose a él, pero justo en ese momento Harry había echado el poco contenido que le quedaba al saco a la chimenea.
– ¡a la casa de los Granger! – gritó con claridad antes de meterse en la chimenea y perderse entre la flama verde. Recordó unir los codos a su cuerpo justo cuando sintió un fuerte aguijonazo en el brazo izquierdo, e intentó estirar los brazos al sentir que sus piernas chocaban con algo duro, pero sólo logró golpearse la cabeza con algo acojinado.
Intentó reincorporarse pero sus rodillas le dolían demasiado, así que esperó un poco a que le pasara el dolor. Mientras eso pasaba se limpió las gafas, descubriendo que, aparte de que estás estaban rotas, parecía que su brazo izquierdo había tenido la misma suerte que sus gafas.
Después de unos minutos de estar hincado sobre una alfombra, que parecía realmente cara, se levantó con un poco de esfuerzo, observó a su alrededor, pero el lugar parecía desierto. Caminó por la sala "tengo que arreglar esto" pensó al ver la enorme mancha de hollín que había sobre la alfombra y el piso de la sala, y con un sencillo movimiento de varita todo el rastro de hollín desapareció.
– eh... bien... creo que lo mejor es salir de aquí... – dijo luego de estar varios minutos observando, nervioso, la sala. Esperaba que no se hubiera equivocado, sabía que la clave que había dicho era la correcta, pues el señor Weasley se había encargado de anexar la casa de Hermione a la red flu, pero de lo que no estaba seguro era de que esa fuera la casa, talvez se había desviado al golpearse el brazo, nunca había estado en la casa de su amiga, así que no podía asegurar que estuviera en el lugar correcto.
"tiene que haber algo..." pensó esperanzado, mientras observaba detalladamente el lugar, y lo encontró, justo al pie de la escalera estaban un par de fotos de Hermione. En la mas reciente aparecía con un vestido muggle elegante y el cabello recogido. "se ve hermosa..." se dijo mentalmente, sin apartar la mirada de la foto, pero algo lo alteró, era el sonido de un coche, y estaba seguro de que se había detenido frente a la casa, sus nervios se alteraron al máximo, observó todo su alrededor y fue entonces que pudo ver una nota pegada en el espejo que estaba en el recibidor, era la letra de Hermione.
Mam�, Papá voy a hacer unas compras... Hermione
Si tan sólo no se hubiera detenido tanto tiempo observando la foto habría podido salir de la casa y decirle, a cual fuera de los papás de Hermione que hubiera llegado, que él había llegado en taxi y que buscaba a Hermione. A menos que... talvez aún tenía tiempo de salir y fingir que estaba tocando la puerta.
Se acercó rápidamente a la puerta y la abrió sin pensarlo dos veces, pero su corazón se detuvo al ver a alguien parado frente a esta.
– ¿Harry? – preguntó confundida – pero... tú... ¿cómo?... ¿qué haces aquí? – le preguntó totalmente desconcertada.
Harry la observó detenidamente¿era su imaginación o se veía más hermosa que nunca? Su cabello se lo había recogido con una pinza e iba vestida con unos jeans y una blusa amarillo pálido, era demasiado sencillo para hacerla ver diferente... o talvez era el hecho de darse cuenta que seguía ahí, que aún no la perdía. Sintió unos enormes deseos de besarla, eran aún más grandes que la noche anterior en la laguna, quería tomarla entre sus brazos y besarla, besarla y decirle cuánto la quería.
– Hermione, yo... – "¡no hables!... ¡No hables!... ¡Sólo bésala!" le decía una vocecita en su mente. Harry sacudió la cabeza intentando sacar esos pensamientos y se acercó a Hermione sólo para abrazarla, haciendo que ella dejara caer las bolsas que llevaba en las manos para poder corresponder a su abrazo.
Shalalalala Por favor, escucha la canción, ahora bésala.
Shalalalala Es mejor que te decidas ya, ahora bésala.
Bésala. Bésala. Bésala. Bésala.
– pensé que no te volvería a ver... – le dijo Harry al oído, aún abrazándola – ¿porqué huiste así? – le preguntó rogando que su deseo de tenerla en sus brazos para siempre se hiciera realidad, pero Hermione, al escuchar su pregunta, se separó de él.
– no huí... – dijo por lo bajo mientras recogía las bolsas que había dejado caer minutos antes y Harry se inclinó rápidamente para ayudarla – sólo quería pasar unas cuantas horas con mis papás... no voy a verlos en unos años, lo sabes – dijo sin atreverse a voltearlo a ver – gracias... – dijo cuando terminaron de recoger todas las cosas que se habían caído de las bolsas.
– pero no te despediste... – le dijo Harry con tono triste mientras tomaba las bolsas de los brazos de Hermione.
– lo siento... fue algo inesperado y no quería molestar a nadie... – le dijo con tono apenado mientras entraban a la casa – no han llegado... – dijo al ver su nota aún pegada en el espejo del recibidor.
– no ibas a molestarnos... – le dijo Harry con tono serio, caminando atrás de ella – no volveremos a verte¿cómo iba a molestarnos despedirnos de ti? –
Hermione lo volteó a ver apenada – sí voy a regresar – le dijo un poco insegura.
– has pensado en quedarte a vivir en algún otro lado ¿verdad? – le preguntó Harry aún hablando con tono serio.
Hermione bajó la mirada y asintió – quiero alejarme un poco de la sobreprotección de mis papás... – dijo sin atreverse a voltearlo a ver.
– y de paso quieres alejarte de nosotros... – le dijo un poco molesto – ¿porqué, Hermione¿No hemos sabido ser amigos?... ¿quieres olvidarnos así nada más? –
Hermione negó preocupada – ¡no los quiero olvidar!... y claro que han sabido ser amigos... han sido los mejores que he tenido nunca... pero tengo que irme... – dijo volviendo a bajar la mirada.
– ¡pero te vas a ir y te olvidarás de nosotros! – le dijo con tono dolido – ¡no digas que no nos olvidarás porque eso es mentira¡ Te vas a olvidar de nosotros, nos vas a olvidar y harás tu vida como si nunca hubiéramos estado en ella! –
– ¡no es así!... ¡Nunca los olvidaría! – le aseguró Hermione mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
– entonces ¿porqué no quieres regresar?... ¡no necesitas irte a vivir a otro país para alejarte de la sobreprotección de sus padres ¡Puedes, sólo, mudarte de casa! –
– Harry, no entiendes... – decía Hermione intentando evitar que su barbilla temblara.
– ¡no¡No te entiendo! – gritó enojado antes de dar media vuelta y dirigirse a la puerta, con la que peleó por unos segundos, pues no la podía abrir porque aún tenía las bolsas en los brazos, y, desesperado, golpeó un par de veces la puerta con una de las bolsas antes de dejarla caer al piso y le echó la otra encima, para luego abrir la puerta.
Murmuró un par de cosas in entendibles y escuchó a Hermione llamarlo, antes de azotar la puerta.
– ¡Harry! – lo volvió a llamar Hermione desde la puerta de su casa, pero él no se detuvo a ver qué quería, no quería escucharla, talvez había tenido que llegar ahí para darse cuenta de que ella no era la chica con la que realmente deseaba compartir su vida.
¡Si ella lo quería olvidar, él también la olvidaría! Olvidaría toda su amistad "yo soy Hermione Granger, y ¿ustedes quiénes son?", olvidaría sus atenciones "Hola... te he traído esto¿quieres dar un paseo?", olvidaría su preocupación por él "creo que por el momento nadie debería montar en esa escoba", olvidaría su belleza "y no habría estado de más mencionar lo fea que me encuentras".
¡NO¡Ella no era fea! No era fea y tampoco podría olvidarla, no podía olvidar nada de ella, ni los momentos que había vivido a su lado, tendría que haberse dado cuenta antes, aunque no estaba muy seguro de que hubiera servido de algo pues ella sí quería olvidarlos.
Apenas se daba cuenta, llevaba horas caminando sin rumbo fijo, ni siquiera se había acordado de que no había desayunado y ya era hora de la cena, pero en esos momentos no le importaba comer o no, eso sí lo podría olvidar por algunas horas más, ahora sólo necesitaba ubicarse y regresar a casa de Hermione, no podía dejarla irse así como así, tenía que recordarle que no los olvidara, que ellos siempre se acordarían de ella, que él siempre se acordaría de ella.
Nada más se había engañado al decir que la olvidaría, sólo había estado discutiendo tontamente consigo mismo, perdiendo el tiempo cuando podría estar con ella.
– ¡sabía que era esta calle! – dijo con tono ansioso mientras se acercaba a la casa de Hermione – ¡por favor, que esté aquí¡Que esté aquí! – repetía nervioso mientras esperaba a que le abrieran la puerta.
– ¿si? – preguntó un hombre alto con gafas cuando abrió la puerta.
– ¿está Hermione? – preguntó nervioso, y sintió que el alma le caía a los pies al ver al señor Granger negar.
– su amigo, el joven Bott, acaba de venir por ella... van rumbo al aeropuerto – le informó el señor Granger.
– ¡gracias! – dijo Harry antes de salir corriendo calle abajo, deseando encontrar algún taxi, el cual encontró al llegar a la avenida principal de la colonia en la que vivían los Granger – ¡por favor¡Al aeropuerto internacional! – dijo con tono urgente.
El taxi tardó más de una hora en llegar, pues, al parecer de Harry, había tomado las rutas con más tráfico de la ciudad. Pagó la tarifa y corrió hacia el interior del aeropuerto.
– Bulgaria... Bulgaria... Bulgaria... – repetía buscando algún vuelo que fuera a ese lugar, y ahí estaba, aún no veía ningún letrero que anunciara el vuelo a Bulgaria, pero había visto a Hermione. Al parecer revisaba que sus papeles estuvieran al corriente y, para su suerte, Terry Bott no estaba con ella, así que se acercó un poco más.
– ¿Harry! – dijo Hermione sorprendida al voltear y encontrarlo detrás de ella – pensé que... creí que tu... – decía sin caber en su sorpresa.
– no creíste que te dejaría ir sin que te despidieras de mi¿no es así? – le preguntó Harry sonriéndole.
– yo... eh... pues... – decía aún sorprendida – ¡gracias! – dijo abalanzándose contra él para abrazarlo.
Harry sonrió aún más y correspondió al abrazo de su amiga – ¿y Terry? – le preguntó cuando se separaron.
– está comprando algunas cosas... dice que no es capaz de viajar sin distraerse con algo – le dijo Hermione aún sonriendo – juraba que encontraría algo de Quidditch por aquí pero yo le dije... que... – decía entusiasmada, pero poco a poco fue borrando su sonrisa al recordar algo.
– ¿te encuentras bien? – le preguntó Harry preocupado.
Hermione no supo si asentir o negar – Harry... tu... ¡Harry, tenías una prueba de Quidditch hoy! – decía preocupada – lo olvidaste ¿verdad? Harry esto era importante¿cómo pudiste olvidarlo? – lo reprendía como sólo ella sabía hacerlo y Harry negó – ¿entonces¿Porqué no fuiste? – le preguntó confundida.
– creo que prefiero despedirme de mi amiga a ir a una tonta prueba – le dijo Harry con calma, recibiendo una mirada sorprendida de su amiga.
– Harry... tu... ¡no es cierto! – decía sin poder creer lo que le acababa de decir Harry.
– mira, olvidemos el asunto, mejor vamos... a ver¿dónde tienes que esperar ese avión? – le preguntó mientras la hacía caminar, Hermione sólo levantó una mano y señaló hacia una sala donde habían varias personas con cara de pocos amigos.
Harry la guió entre la gente y la hizo sentarse en una de las bancas.
Bien, estaba ahí con ella, la tenía justo a su lado, con su mano sosteniendo la suya sobre su pierna, pero no decían nada, deberían estar hablando sobre sus aventuras en el castillo o algo parecido, pero no decían nada.
– Harry... en verdad tu... bueno¿faltaste a tu prueba para venir a despedirte? – le preguntó Hermione aún sin poder creerlo, pero Harry negó – oh sí... estaba segura que talvez me había confundido de fecha... – decía un poco decepcionada.
– yo no dije que no hubiera sido hoy la prueba – le dijo Harry sonriendo con tranquilidad, recibiendo una mirada confundida de su amiga.
– entonces ¿sí te presentaste? – le preguntó sin saber si emocionarse o no, pero se confundió aún más al ver que Harry negaba – ¿entonces porqué no fuiste? –
Harry le sonrió – falté porque tenía que venir – le dijo con calma.
– ¿a despedirte? – le preguntó Hermione aún confundida, pero Harry volvió a negar.
– a verte... – le dijo mientras se acomodaba en su asiento y Hermione frunció el entrecejo aún más confundida – vine a verte y a decirte que... que yo... no... no quiero que te vayas... no quiero que te vayas por que no sabría qué hacer sin ti... – le decía mientras tomaba sus manos y Hermione lo observaba nerviosa.
– Harry, yo... – decía con la respiración agitada, pero Harry la detuvo.
– no quiero perderte, Hermione... yo te... te... – decía poniéndose nervioso, pero no entendía por qué no podía terminar su frase, por qué no le podía decir lo que sentía por ella.
Y entonces entendió, al ver sus ojos y poder ver su alma a través de ellos. Se acercó lentamente a ella y, cerrando los ojos y acariciando su mejilla, rozó sus labios con los de ella y sintió cómo se estremeció Hermione al sentir su caricia – te amo... no te vayas... – le dijo entre suaves caricias que le hacía con sus labios, antes de besarla, aún acariciando su mejilla y entrelazó sus dedos con los de ella, y sintió cómo Hermione comenzaba a corresponder a sus caricias y a su beso.
– te amo... – le repitió a Hermione cuando se separaron, recibiendo una caricia de ella en la mejilla.
Hermione sonrió mientras deslizaba su mano, de la mejilla de Harry, a su cuello, para terminar abrazándolo.
– no te vayas... – le volvió a pedir mientras la abrazaba acariciando su cabello.
– Harry... – le dijo separándose de él con gesto preocupado.
– ven conmigo... quédate a vivir conmigo... y déjame demostrarte cuánto te amo... – le decía volviendo a tomar sus manos.
– Harry, yo... –
– si interfiero con tus planes ¡me voy contigo!... Hermione, de verdad te amo, te amo desde hace tiempo, pero no me atrevía a decírtelo – le decía Harry con tono urgente.
– Harry, no me has dejado hablar – le dijo Hermione con tono serio.
– lo siento... es sólo que no quiero que pienses que es algo que me acabo de inventar... no ¡llevó años queriéndotelo decir! Bueno, ahora que si tu no sientes nada por mi... si yo no... – decía bajando la mirada, pero Hermione lo detuvo poniendo su dedo índice sobre sus labios.
– sigues sin dejarme hablar... – le dijo mientras bajaba su mano.
– lo siento... es sólo que te amo y tu viaje me ha hecho comprender que estaría perdido si no estuvieras conmigo, si... –
– ¡yo también te amo! – le dijo Hermione un poco desesperada por que Harry no la dejara hablar, pero sonrió al ver la mirada sorprendida del chico de ojos verdes.
– ¿lo... lo dices enserio? – le preguntó con los ojos completamente abiertos y Hermione asintió sin dejar de sonreír.
– también te amo, Harry... y sí... me gustaría vivir contigo – le dijo sonrojándose un poco, y enseguida sintió los brazos de Harry rodear su cintura.
– te amo, Hermione Granger – le dijo sonriendo ampliamente, antes de volverla a besar.
– ¡Harry!... ¿Dónde te habías metido?... ¡Mi mamá casi me mata! – fue lo primero que escuchó de su mejor amigo, al caer en la sala de la madriguera – ¡desapareciste dos días!... ¡Dos días!... ¡Le tuve que decir todo a mi mam� Casi me mata por haberte dejado ir solo... creo que no tardaba en poner a medio mundo mágico a buscarte – le dijo enojado mientras lo ayudaba a levantarse – supongo que no pudiste hablar con ella... – le dijo cambiando su tono enojado por uno apenado.
Harry negó – nada de eso... yo... – intentó decir, pero en ese momento la sala se llenó de hollín – ¿estás bien? – preguntó mientras intentaba acercarse a ella.
– ¿quién es? – preguntó Ron desconfiado.
– ¿que tan pronto me has olvidado? – preguntó la voz de Hermione proveniente del montón de polvo que inundaba parte de la habitación – ¡y decías que yo me iba a olvidar de ustedes! – dijo mientras salía de la cortina de polvo, y al encontrarse con el pelirrojo lo abrazó inmediatamente.
– He-Hermione... – dijo Ron sorprendido mientras correspondía a su abrazo – entonces tu... ¿ustedes?... ¿que no podían siquiera enviarme una lechuza! – les preguntó molesto.
– lo siento, Ron, estábamos un poco ocupados buscando un lugar dónde vivir... además de que nos costó un poco de trabajo vender todos los boletos que ya tenía Hermione – le explicó Harry sonriendo.
Ron abrió la boca sorprendido – ustedes... van... ¿van a vivir juntos! – preguntó pasmado y Harry y Hermione asintieron.
– y no sólo eso – dijo Harry sin dejar de sonreír.
– ¿qué? – preguntó Ron observándolos confundido y Hermione le mostró su mano, en la cual había un anillo de compromiso – ¿de dónde sacaste ese anillo? – le preguntó sin entender.
– ¿Hermione?... – la llamó una voz desde el otro lado de la habitación – pero... ¿qué haces aquí?... ahorita deberías estar en Bulgaria – decía Ginny un poco confundida, pero sin esperar respuesta corrió hacia su amiga, que aún tenía la mano en el aire, y la abrazó – ¿pospusiste tu viaje?... – le preguntaba sonriendo emocionada.
Hermione negó – no me voy a ir... – dijo también sonriendo, mientras correspondía al abrazo de su amiga.
– ¿por qué¡tenías siglos planeando esto! – dijo Ginny confundida, aunque no podía ocultar su felicidad – ¡oh, cuando lo sepa Harry! Sufrió mucho cuando supo que te habías ido sin despedirte – le dijo pues aún no se daba cuenta de que Harry estaba atrás de Hermione.
– lo sé... – le dijo Hermione sonriendo aún más – me lo dijo hace dos días... – dijo mientras se separaba de Ginny, y dio un par de pasos hacia atrás deteniéndose al sentir los brazos de Harry rodearla.
– qué... – dijo Ginny sorprendida – ustedes... Harry... ¡oh, qué gusto me da! – soltó emocionada antes de abrazar a sus dos amigos.
– queríamos pedirles algo... – dijo Harry adoptando un tono serio, pero sin poder borrar la alegría de sus ojos, y Ron y Ginny los observaron seriamente.
– bueno, Harry y yo estamos... bueno... – dijo Hermione mostrando su mano de nuevo.
– ¡bien¡Si quieres presumirnos tu anillo nada más dilo! Es muy bonito, pero no tiene nada de especial, estoy seguro que ya había visto uno así antes – dijo Ron con tono cansado – ¡ey! – se quejó al sentir un golpe en la parte de atrás de la cabeza.
– ¡si serás bruto!... ¡no es un simple anillo¡Es un anillo de compromiso! – le dijo Ginny con tono molesto, pero inmediatamente volvió a sonreír sorprendida – ¡es un anillo de compromiso¿Hermione, ustedes¡Ustedes están...! – decía emocionada y Hermione se limitó a asentir – ¡oh, felicidades! – gritó antes de lanzarse sobre ellos de nuevo.
– ¡ey¡Déjalos!... ¡Son mis mejores amigos¡Yo también los quiero felicitar! – se quejó Ron con tono celoso, mientras hacía que Ginny se separara de ellos – ¿porqué no me lo dijeron, eh? – preguntó fingiendo tono molesto antes de abrazarlos.
– bien... y ¿qué era lo que querían pedirnos? – les preguntó Ginny minutos después.
– pues, queríamos saber si quieren ser nuestros testigos... – les dijo Hermione sonriendo, mientras caminaban por el jardín de la madriguera.
– ¿testigos?... – preguntó Ron confundido – ¡ey! No vayan a querer hacer sus cosas frente a nosotros... yo ya tuve suficiente con ver como se ponía de idiotizado Harry... – decía con gesto molesto, haciendo reír a sus amigos.
– ¡no seas tonto! – le dijo Hermione sin dejar de reír.
– ¡ella habla de ser testigos para su boda! – le dijo Ginny también riendo.
– oh, bueno... eso... bueno, si es eso, entonces sí – dijo Ron sonriendo algo apenado.
– bueno... si no les importa... – dijo Harry separando a Hermione de sus amigos, quienes le enviaron miradas confundidas.
– ¿qué tramas, eh? – le preguntó Hermione sonriendo, mientras Harry la guiaba hacia el bosque.
– quiero estar solo contigo – le dijo mientras la abrazaba, caminando con dificultad por las ramas y las raíces de los árboles – te amo... – le dijo antes de besarla – quisiera poder llenar todos esos momentos en que pude haberte besado... – le decía aún abrazándola.
– ¿porqué no nos olvidamos de lo que pudo haber pasado y llenas todos estos momentos que tenemos por delante?... – le dijo Hermione sonriendo, antes de besarlo – te amo... – le dijo antes de aferrarse a su espalda.
– no dejaré que te separes de mi... no soportaría, siquiera pensar, que puedo perderte... me ha pasado tantas veces que aún no sé porqué no hice esto antes... – le decía mientras acariciaba su cabello.
– vamos... olvida lo que no pasó... disfrutemos esto¿esta bien? – le dijo Hermione reincorporándose para mirarlo a los ojos – lo único que me importa es que ahora estamos juntos... – le dijo Hermione sonriéndole.
– y no dejaré que nada nos separe – le aseguró Harry antes de volverla a besar.
FIN
¡Espero que lo hayan disfrutado! A mi me encantó escribirlo, más porque me acordé de muchos momentos en los libros de la jefa: Rowling, en donde uno se puede dar cuenta de cómo poco a poco Harry está cayendo en las redes de Hermione :p jajajaja
