Buenos días/tardes/noches/madrugada/atardecer (cualquier hora que estéis leyendo.) Esta es la tercera historia que publico aquí y espero que os guste, trata de una periodista muggle que recibe una lechuza en la que le ponen que todo el mundo de Harry Potter es verdad y que Rowling no se inventó nada. Pongo un poco verde a Rowling aquí, pero es por que en la historia hace de boba, estúpida y... bueno que es idiota. Espero que os guste la historia y que disfrutéis con ella. Y ya de paso, podéis leer alguna otra de mis historias: "Atracción" o "Mi amor del bosque prohibido". Y... sin más espero que disfrutéis con ella y que dejéis algún review a esta pobre escritora del 3 al cuarto!!
Bsssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss!!
EL ARTÍCULO DE LA VERDAD
1. CARTA
Miré por la ventana. Un cielo grisáceo tapaba el sol. Estaba en mi despacho, tomando un café y leyendo otra vez el reportaje que acababa de escribir: Las drogas de diseño. Una adolescente que había conocido me había dado la idea y finalmente después de haberme informado lo había escrito, aunque no estaba segura de si le iba gustar a mi jefa. La nueva directora era muy exigente. Después de haber revisado el artículo entero se lo envié en un e-mail. Me levanté y abrí la ventana. Un suave viento agitó mi pelo. Me volví a sentar, aburrida, sin nada que hacer. Dentro de poco tenía que ir a cenar a casa de mi hermana, entonces me acordé de mi sobrinita Jade, tenía 11 años. Ella era la que me había echo leer Harry Potter. En poco más de dos o tres semanas me había leído los siete libros de la colección. Me había convertido en una verdadera fanática. Me asomé a la ventana con intención de cerrarla pero algo me detuvo, fue a lo lejos, una pequeña mancha negra. Miré hacia el suelo, estaba en el décimo piso, así que aquello no podía ser ninguna bomba ni misil ni nada que se le pareciese. Cuando vi lo que era me quedé de piedra y pensé en alguna broma como de la radio o la televisión, una cámara oculta. Una lechuza negra estaba posada sobre mi escritorio, tenía un pergamino atado en una de sus patitas, lo desaté y la lechuza desapareció volando. Me quedé allí quieta, leyendo las primeras líneas de lo que parecía una carta.
Querida Sarah Whisper,
Me llamo Evelyn Sandfor. Sé que eres periodista de "The National News". Y sé que no te creerás esto, pero poco a poco empezarás a entender y publicarás esto. Yo fui a Hogwarts escuela de magia y hechicería, hace ya bastante tiempo. Fui en el mismo año en el que Narcisa Malfoy estudió allí. Sé que esto te sonará estúpido, pero ¿a quién no? ¡La maldita Rowling! Publicó todos nuestros secretos en siete libros que se hicieron famosos en todo el mundo. Poniendo a los Slys del lado malo. Porque hoy en día ¿quién no ha oído hablar de Harry Potter? Pues hablando de verdades, esa estúpida mujer no se inventó nada. Todo es cierto, los mortífagos, el quidditch, la magia... todo. Yo lo que te pido es que publiques las cartas que te iré mandando. Contando la historia de cuando yo estuve en Hogwarts y cuando mi hijo estuvo en Hogwarts. Bueno empecemos por el principio:
Yo Evelyn Sandfor provengo de una familia de mortífagos, sangre pura como cualquier Malfoy. Mis padres y los de Lucius eran amigos de infancia y él y yo éramos muy amigos. Mis primeros años en Hogwarts no son muy importantes, quedé en Slytherin como era de esperar junto con Narcisa Black. Lucius hacía un año que se encontraba en Hogwarts en el mismo curso en el que Bellatrix Black, Snape, Lestrange, Crabble y Goyle. Por desgracia también había en aquél lugar un estúpido grupo de Gryffindor al que todo el mundo adoraba. Potter y su panda. Lily, la madre del famoso Harry, y Rowling eran inseparables. De ahí fue como ella sacó toda su información. Como te decía mis primeros años en Hogwarts fueron monótonos. Eso sí, la aburrida de Joanne Rowling no contó toda la versión de lo ocurrido, sólo contaba el punto de vista Gryffindor en todo este asunto. Bueno, pues yo te contaré el punto de vista Slytherin. Cuando pasé a cuarto curso empezaron a tenerme un respeto. Y los chicos de séptimo se solían girar para mirarme. En el mes de diciembre de aquél curso decidimos quedarnos algunos de mi grupo para montar una fiesta. Una muy buena fiesta. Una inolvidable.
- Yo me quedo para buscar novia, no por otra cosa. – Dijo Josh Nott. Era castaño claro, alto y con los ojos verdes. Siempre se quejaba de que no ligaba pero era el más ligón de todo Slytherin (iba a mi clase).
- Bueno Nott, di lo que quieras pero te quedas. Cada uno tiene sus razones de querer hacer la fiesta. – Había dicho Lucius mirándome el escote y sonriendo.
Estábamos alrededor del fuego de Slytherin y hacía mucho calor. Narcisa, Bellatrix y yo íbamos en camisón. Cuando Malfoy dijo eso Goyle rió tontamente y le dio un codazo a Crabble. Pero a mí Malfoy me daba igual siempre decía lo mismo, pero luego se quedaba con su grupito sin acercarse a nadie.
- Las razones dan igual, haremos la fiesta y punto, yo traeré licor, he encontrado un montón en una tienducha en las afueras de Hogsmade. Creo que también nos venderán a nosotros. – Malcom Zabini miraba el fuego hipnotizado mientras pronunciaba estas palabras. Su piel era morena, ojos oscuros, brazos fuertes y musculosos. Era adicto al alcohol y fumaba bastante aunque era uno de los Slytherin más inteligentes que conocía. De repente apartó la vista del fuego y dijo - ¿cuántos días faltan para las vacaciones?
- Dos. – Dijo Crabble.
- Bien, así me dará tiempo de ir a Hogsmade, ¿quién va a avisar a Lestrange?
El pobre chaval llevaba en la enfermería dos noches, Sirius y Potter se lo habían encontrado una noche en la que iba solo y le habían pegado una paliza. ¿Eso Rowling lo mencionó en alguna de sus historias? Creo que no. Nosotros queríamos venganza pero sabíamos que teníamos que espera. La venganza iba a ser dulce, muy dulce y cruel.
- ¡¡Yo!! – dijo Bellatrix poniéndose en pie. Todos los chicos la miraron. Zabini y Malfoy sonrieron, sabían de sobra que Lestrange y ella estaban liados, y les parecía una pena porque Bellatrix era realmente muy guapa. Medía 1.70 era morena, y de ojos verdes, tenía la piel suave, pero se solía enfurecer con rapidez. En esas ocasiones solía ser insoportable e indomable, decían que el único que podía calmarla era Lestrange. Y estaba segura de que era verdad.
Toda la sala se quedó en silencio cuando Bellatrix se fue.
- ¿Invitaremos a gente de otras casas? – dijo Narcisa jugando con un mechón de su rubio pelo y mirando a Josh.
- No lo sé. Podríamos decírselo a algunos, pero no quiero que el grupito de Potter aparezca por aquí. ¡Esos desde luego que no! – Dijo Lucius.
Crabble y Goyle se fueron a la cama poco después, y Zabini tampoco tardó. Yo fui la siguiente en irme dejando a Narcisa con Josh y Malfoy. Me levanté y coloqué bien mi camisón. En ese momento se abrió la puerta y entró Bellatrix con una enorme sonrisa en los labios y dijo:
- Me voy a la cama. Estoy muerta... - pasó a mi lado y me susurró – no veas lo que hacerlo cansa...
Yo sonreí y la seguí. Eran las doce de la noche y estaba empezando a cansarme. Era miércoles y el jueves tenía un duro día. Entré en mi cuarto y cerré la puerta, me metí a la cama y cogí mi diario, cada día contaba lo que me pasaba. (Gracias a eso he podido escribir esto.) Oí cómo alguien entraba en mi habitación y encendía las velas.
- Narcisa, sabes que odio la luz. – Ella y yo éramos las únicas chicas de cuarto.
- ¿Tan femenina me ves? – Oír la voz de Lucius me asustó. No me esperaba que viniera, aunque llevaba varias noches diciéndome que vendría a hacerme una visita alguna noche.
- No te veo femenina, pero no sabía que ibas a ser tú.
- Te dije que vendría. – Corrió la cortina y se sentó en el centro de mi cama junto a mí. – Quiero hacerte compañía y ¿qué mejor que esta noche en la que dudo mucho que Narcisa venga a dormir?
- ¿Dónde está pues?
- Se ha ido con Josh.
Nos quedamos en silencio, mirándonos fijamente. Lucius y yo lo hacíamos desde que éramos pequeños. Nos podíamos mirar durante horas, era algo así como un concurso quién era el más fuerte de los dos. Quién aguantaba más la mirada. Solía ser yo la que perdía, sus ojos eran demasiado para mí. Pero siempre me habían vuelto loca. Pero aquella vez sostuve la mirada y Lucius se fue acercando. Me tumbó en la cama muy despacio con una mano, casi sin rozarme. Dejé caer mi diario que cayó al suelo haciendo bastante ruido. Lucius se acercó a mi mejilla y sopló, luego me dio un beso. Sopló sobre mi pelo y también lo besó. Sopló casi toda mi cara pero sin tocar mis labios. Me estaba poniendo nerviosa y él lo sabía. Finalmente me besó, y pude vengarme, haciéndole rabiar como sólo yo sabía. La puerta se abrió de golpe y se oyeron respiraciones agitadas. Lucius se levantó corrió la cortina y dijo:
- Lo siento Josh, pero yo ya he elegido este cuarto, vete con Narcisa a otro sitio.
Josh lo miró fastidiado, tenía a Narcisa contra la pared y tuvo que soltarla para salir. Malfoy era muy respetado, y ni siquiera Josh se atrevía a levantarle la voz aunque él ligara más que Malfoy. El único al que Malfoy no habría dicho nada sería a Malcom Zabini, pero este pocas veces solía discutir por algo o alguien. Cuando la puerta se hubo cerrado Lucius me volvió a mirar:
- ¿Seguimos?
Aquí termino la parte de hoy. Cada pocos días te enviaré una lechuza explicándotelo todo. Si quieres ponerte en contacto conmigo por cualquier motivo escribe una carta y cuando mi lechuza aparezca átasela a la pata. Espero ver publicado este trocito de vida Slytherin en el periódico de mañana.
Un saludo.
E. Sandfor
Me quedé de piedra. Con la mente en blanco. ¿Harry Potter existía de verdad? ¿Y el guapísimo Draco Malfoy? ¿Y su padre Lucius? Y si Harry Potter existía de verdad... ¿por qué nunca nadie había mencionado nunca a Evelyn en ningún libreo? Bueno, había que reconocer que ella era de la época de los merodeadores, y de esa época no se menciona a mucha gente que asistiera con ellos al colegio. Salí de mi despacho para dirigirme al de la directora.
- Perdone señora Bedland, he recibido esto debería leerlo, parece muy interesante. Aunque... ¿ha leído usted alguna vez Harry Potter?
- Pues... - la directora de aquél periodicucho alzó una ceja. – Sí, la verdad es que mi hija me obligó a leérmelos.
- Pues lea esto. Creo que podría gustarle.
Salí de aquella habitación dejándole el pergamino encima de la mesa. Si ella leía Harry Potter quizá se creería la historia, pero, una introducción a aquel artículo iba a ser difícil. ¿Quién compraría el periódico? La verdad... si Evelyn no mentía aquél periodicucho se haría realmente rico.
Bsssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss!!
EL ARTÍCULO DE LA VERDAD
1. CARTA
Miré por la ventana. Un cielo grisáceo tapaba el sol. Estaba en mi despacho, tomando un café y leyendo otra vez el reportaje que acababa de escribir: Las drogas de diseño. Una adolescente que había conocido me había dado la idea y finalmente después de haberme informado lo había escrito, aunque no estaba segura de si le iba gustar a mi jefa. La nueva directora era muy exigente. Después de haber revisado el artículo entero se lo envié en un e-mail. Me levanté y abrí la ventana. Un suave viento agitó mi pelo. Me volví a sentar, aburrida, sin nada que hacer. Dentro de poco tenía que ir a cenar a casa de mi hermana, entonces me acordé de mi sobrinita Jade, tenía 11 años. Ella era la que me había echo leer Harry Potter. En poco más de dos o tres semanas me había leído los siete libros de la colección. Me había convertido en una verdadera fanática. Me asomé a la ventana con intención de cerrarla pero algo me detuvo, fue a lo lejos, una pequeña mancha negra. Miré hacia el suelo, estaba en el décimo piso, así que aquello no podía ser ninguna bomba ni misil ni nada que se le pareciese. Cuando vi lo que era me quedé de piedra y pensé en alguna broma como de la radio o la televisión, una cámara oculta. Una lechuza negra estaba posada sobre mi escritorio, tenía un pergamino atado en una de sus patitas, lo desaté y la lechuza desapareció volando. Me quedé allí quieta, leyendo las primeras líneas de lo que parecía una carta.
Querida Sarah Whisper,
Me llamo Evelyn Sandfor. Sé que eres periodista de "The National News". Y sé que no te creerás esto, pero poco a poco empezarás a entender y publicarás esto. Yo fui a Hogwarts escuela de magia y hechicería, hace ya bastante tiempo. Fui en el mismo año en el que Narcisa Malfoy estudió allí. Sé que esto te sonará estúpido, pero ¿a quién no? ¡La maldita Rowling! Publicó todos nuestros secretos en siete libros que se hicieron famosos en todo el mundo. Poniendo a los Slys del lado malo. Porque hoy en día ¿quién no ha oído hablar de Harry Potter? Pues hablando de verdades, esa estúpida mujer no se inventó nada. Todo es cierto, los mortífagos, el quidditch, la magia... todo. Yo lo que te pido es que publiques las cartas que te iré mandando. Contando la historia de cuando yo estuve en Hogwarts y cuando mi hijo estuvo en Hogwarts. Bueno empecemos por el principio:
Yo Evelyn Sandfor provengo de una familia de mortífagos, sangre pura como cualquier Malfoy. Mis padres y los de Lucius eran amigos de infancia y él y yo éramos muy amigos. Mis primeros años en Hogwarts no son muy importantes, quedé en Slytherin como era de esperar junto con Narcisa Black. Lucius hacía un año que se encontraba en Hogwarts en el mismo curso en el que Bellatrix Black, Snape, Lestrange, Crabble y Goyle. Por desgracia también había en aquél lugar un estúpido grupo de Gryffindor al que todo el mundo adoraba. Potter y su panda. Lily, la madre del famoso Harry, y Rowling eran inseparables. De ahí fue como ella sacó toda su información. Como te decía mis primeros años en Hogwarts fueron monótonos. Eso sí, la aburrida de Joanne Rowling no contó toda la versión de lo ocurrido, sólo contaba el punto de vista Gryffindor en todo este asunto. Bueno, pues yo te contaré el punto de vista Slytherin. Cuando pasé a cuarto curso empezaron a tenerme un respeto. Y los chicos de séptimo se solían girar para mirarme. En el mes de diciembre de aquél curso decidimos quedarnos algunos de mi grupo para montar una fiesta. Una muy buena fiesta. Una inolvidable.
- Yo me quedo para buscar novia, no por otra cosa. – Dijo Josh Nott. Era castaño claro, alto y con los ojos verdes. Siempre se quejaba de que no ligaba pero era el más ligón de todo Slytherin (iba a mi clase).
- Bueno Nott, di lo que quieras pero te quedas. Cada uno tiene sus razones de querer hacer la fiesta. – Había dicho Lucius mirándome el escote y sonriendo.
Estábamos alrededor del fuego de Slytherin y hacía mucho calor. Narcisa, Bellatrix y yo íbamos en camisón. Cuando Malfoy dijo eso Goyle rió tontamente y le dio un codazo a Crabble. Pero a mí Malfoy me daba igual siempre decía lo mismo, pero luego se quedaba con su grupito sin acercarse a nadie.
- Las razones dan igual, haremos la fiesta y punto, yo traeré licor, he encontrado un montón en una tienducha en las afueras de Hogsmade. Creo que también nos venderán a nosotros. – Malcom Zabini miraba el fuego hipnotizado mientras pronunciaba estas palabras. Su piel era morena, ojos oscuros, brazos fuertes y musculosos. Era adicto al alcohol y fumaba bastante aunque era uno de los Slytherin más inteligentes que conocía. De repente apartó la vista del fuego y dijo - ¿cuántos días faltan para las vacaciones?
- Dos. – Dijo Crabble.
- Bien, así me dará tiempo de ir a Hogsmade, ¿quién va a avisar a Lestrange?
El pobre chaval llevaba en la enfermería dos noches, Sirius y Potter se lo habían encontrado una noche en la que iba solo y le habían pegado una paliza. ¿Eso Rowling lo mencionó en alguna de sus historias? Creo que no. Nosotros queríamos venganza pero sabíamos que teníamos que espera. La venganza iba a ser dulce, muy dulce y cruel.
- ¡¡Yo!! – dijo Bellatrix poniéndose en pie. Todos los chicos la miraron. Zabini y Malfoy sonrieron, sabían de sobra que Lestrange y ella estaban liados, y les parecía una pena porque Bellatrix era realmente muy guapa. Medía 1.70 era morena, y de ojos verdes, tenía la piel suave, pero se solía enfurecer con rapidez. En esas ocasiones solía ser insoportable e indomable, decían que el único que podía calmarla era Lestrange. Y estaba segura de que era verdad.
Toda la sala se quedó en silencio cuando Bellatrix se fue.
- ¿Invitaremos a gente de otras casas? – dijo Narcisa jugando con un mechón de su rubio pelo y mirando a Josh.
- No lo sé. Podríamos decírselo a algunos, pero no quiero que el grupito de Potter aparezca por aquí. ¡Esos desde luego que no! – Dijo Lucius.
Crabble y Goyle se fueron a la cama poco después, y Zabini tampoco tardó. Yo fui la siguiente en irme dejando a Narcisa con Josh y Malfoy. Me levanté y coloqué bien mi camisón. En ese momento se abrió la puerta y entró Bellatrix con una enorme sonrisa en los labios y dijo:
- Me voy a la cama. Estoy muerta... - pasó a mi lado y me susurró – no veas lo que hacerlo cansa...
Yo sonreí y la seguí. Eran las doce de la noche y estaba empezando a cansarme. Era miércoles y el jueves tenía un duro día. Entré en mi cuarto y cerré la puerta, me metí a la cama y cogí mi diario, cada día contaba lo que me pasaba. (Gracias a eso he podido escribir esto.) Oí cómo alguien entraba en mi habitación y encendía las velas.
- Narcisa, sabes que odio la luz. – Ella y yo éramos las únicas chicas de cuarto.
- ¿Tan femenina me ves? – Oír la voz de Lucius me asustó. No me esperaba que viniera, aunque llevaba varias noches diciéndome que vendría a hacerme una visita alguna noche.
- No te veo femenina, pero no sabía que ibas a ser tú.
- Te dije que vendría. – Corrió la cortina y se sentó en el centro de mi cama junto a mí. – Quiero hacerte compañía y ¿qué mejor que esta noche en la que dudo mucho que Narcisa venga a dormir?
- ¿Dónde está pues?
- Se ha ido con Josh.
Nos quedamos en silencio, mirándonos fijamente. Lucius y yo lo hacíamos desde que éramos pequeños. Nos podíamos mirar durante horas, era algo así como un concurso quién era el más fuerte de los dos. Quién aguantaba más la mirada. Solía ser yo la que perdía, sus ojos eran demasiado para mí. Pero siempre me habían vuelto loca. Pero aquella vez sostuve la mirada y Lucius se fue acercando. Me tumbó en la cama muy despacio con una mano, casi sin rozarme. Dejé caer mi diario que cayó al suelo haciendo bastante ruido. Lucius se acercó a mi mejilla y sopló, luego me dio un beso. Sopló sobre mi pelo y también lo besó. Sopló casi toda mi cara pero sin tocar mis labios. Me estaba poniendo nerviosa y él lo sabía. Finalmente me besó, y pude vengarme, haciéndole rabiar como sólo yo sabía. La puerta se abrió de golpe y se oyeron respiraciones agitadas. Lucius se levantó corrió la cortina y dijo:
- Lo siento Josh, pero yo ya he elegido este cuarto, vete con Narcisa a otro sitio.
Josh lo miró fastidiado, tenía a Narcisa contra la pared y tuvo que soltarla para salir. Malfoy era muy respetado, y ni siquiera Josh se atrevía a levantarle la voz aunque él ligara más que Malfoy. El único al que Malfoy no habría dicho nada sería a Malcom Zabini, pero este pocas veces solía discutir por algo o alguien. Cuando la puerta se hubo cerrado Lucius me volvió a mirar:
- ¿Seguimos?
Aquí termino la parte de hoy. Cada pocos días te enviaré una lechuza explicándotelo todo. Si quieres ponerte en contacto conmigo por cualquier motivo escribe una carta y cuando mi lechuza aparezca átasela a la pata. Espero ver publicado este trocito de vida Slytherin en el periódico de mañana.
Un saludo.
E. Sandfor
Me quedé de piedra. Con la mente en blanco. ¿Harry Potter existía de verdad? ¿Y el guapísimo Draco Malfoy? ¿Y su padre Lucius? Y si Harry Potter existía de verdad... ¿por qué nunca nadie había mencionado nunca a Evelyn en ningún libreo? Bueno, había que reconocer que ella era de la época de los merodeadores, y de esa época no se menciona a mucha gente que asistiera con ellos al colegio. Salí de mi despacho para dirigirme al de la directora.
- Perdone señora Bedland, he recibido esto debería leerlo, parece muy interesante. Aunque... ¿ha leído usted alguna vez Harry Potter?
- Pues... - la directora de aquél periodicucho alzó una ceja. – Sí, la verdad es que mi hija me obligó a leérmelos.
- Pues lea esto. Creo que podría gustarle.
Salí de aquella habitación dejándole el pergamino encima de la mesa. Si ella leía Harry Potter quizá se creería la historia, pero, una introducción a aquel artículo iba a ser difícil. ¿Quién compraría el periódico? La verdad... si Evelyn no mentía aquél periodicucho se haría realmente rico.
