Hola wapísimas!! Me alegro de que os guste este fik!!! No tengo nada que contar hoy... sólo que tengo frío y me estoy comiendo un yogurt. Besitos y haber qué os parece este capi!!! Q no os kejaréis que es larguillo...
PadmaPatilNaberrie: Bueno la verdad es que antes ponía los capis cada dos semanas, y ahora que tengo tres historias, cada 3, pos la de atracción se acaba ya en ná, sólo le queda un kpi... o... Weno pos sí, menudo putón es la Narcisa, aunque para ella no es más que un juego contra "su mejor amiga". (Cosa d Sly...) Bueno pues sí, cuando escriba de ESO te dedicaré la escena!!!
Synn: Bueno para desastre también estoy yo, así que no pasa nada... Bueno en realidad... sí les pillan xq los gry ya suponían que ellos iban a hacer una fiesta y x joderles pues... eso. No es exactamente que no la avisaron era que no le podían decir toda la verdad. Lo de Lucius se explica más adelante, así que trankila que lo entenderás! Bess!
4. CARTA
Cuando publicamos la tercera carta, la noticia de que Harry Potter no era ninguna farsa fue un boom, la gente empezó a creérselo de verdad, y a esas alturas yo también me lo creía. Tenía ganas de conocer a Evelyn, era ella la que había comenzado todo. No dejaban de lloverme entrevistas de trabajo. Sólo y simplemente porque recibía cartas de una bruja. Ya me podría haber pasado cuando intenté ser reportera en "The Times". Pero bueno, mejor tarde que nunca. Y de todas formas no me iba a cambiar de trabajo. Había empezado en aquél periodicucho. Y era aquél periódico al que iba a llevar a la fama.
Ahora cuando salía a pasear por ahí solía mirar a la gente de manera extraña. Algo en mí me decía que cualquiera de ellos podría ser mago o bruja.
El domingo al atardecer me fui a un parque que había al lado de mi casa. Allí se solían celebrar unas fantásticas fiestas en verano, y yo nunca me las perdía, por nada del mundo. Había un banco en el que siempre me sentaba, se encontraba al lado de un viejo sauce llorón en el que solía jugar cuando era pequeña. Mis padres también habían vivido en el barrio, pero cuando mi hermana y yo nos fuimos de casa, se fueron a vivir a España, a Barcelona. Decían que querían aprovechar lo que les quedaba de vida... ¡nunca entendí a mis padres!
Sonó mi móvil sacándome de mis pensamientos:
- ¿Sí?
- ¡Hola guapa! Soy Rachel... esto que... mira nos haces falta como niñera esta noche, Duncan y yo salimos y la niñera habitual nos ha fallado. ¿Te vienes a cuidar a Jade?
- ¡¡Qué harías sin mí!! Menos mal que tienes una hermana pequeña responsable.
Volví a mi apartamento y cogí las cosas necesarias para pasar allí la noche, ya que cuando me hermana decía "salir" quería decir, no pasar por casa hasta el día siguiente. Rachel era maquilladora profesional y trabajaba en la TV. Su marido Duncan era un hombre de negocios y normalmente solía tener los lunes libres.
Aparecí en su casa a eso de las 20.30 Jade me esperaba en la puerta. Era una chica guapísima, y no lo decía solo porque fuera mi sobrina, realmente me parecía muy guapa. Era mulata (madre blanca, padre negro.) No tenía el pelo muy abultado, aunque sí bastante rizado, algunos amigos míos decían que se parecía a una cantante que se llama Beyoncé. Era igual de delgada que su madre (vamos, como un palo) aunque a diferencia de Rachel, Jade no hacía deporte.
- ¡Tía Sarah!
- ¡¡Hola cosita!! ¿Qué tal el día?
- Bien, he quedado con unos amigos y nos hemos ido por ahí a una pista de skate. He visto a unos tíos...
- ¿De qué habláis? – intervino la voz de Rachel asomándose a la ventana de la cocina.
- De tu tema preferido. – Contesté yo.
- ¿Chicos? – dijo mi hermana sonriendo.
- Sí, y encima skaters.
Las dos sonreímos. Desde renacuajos nos habían gustado los skaters, y desde luego ella se había casado con uno de ellos.
Eran las 22.00 y Jade y yo estábamos comiéndonos un helado mientras yo le contaba lo de las cartas de Harry Potter.
- Yo no sé si creérmelo. – Me dijo. – Pero últimamente ando muy alerta por si acaso me encuentro con Harry Potter o alguno de los personajes del libro. Me gustaría encontrarme con Ron, porque me parece la polla.
- Ya, ya pero si echamos cuentas Ron a ti te saca... demasiados años. Creo (si mis cálculos no son malos) que Ron me saca un año.
- ¿Qué crees que habrá sido de ellos? ¿En qué trabajarán?
- ¡¡Tengo una idea!! ¿Qué te parece si escribo una carta contigo a Evelyn?
- ¿Quién es Evelyn?
- La bruja que me envía las cartas. Podrás preguntarle lo que quieras, y cuando reciba su lechuza le pondré la carta en la patita y ella dentro de dos semanas nos contestará. ¿Qué te parece?
- Que coges un boli y escribes todas mis preguntas. – Dijo sonriendo mientras iba corriendo a la cocina a dejar su helado.
Después de varios intentos escribimos una carta que era algo así:
Querida Evelyn,
Te escribo esta carta para preguntarte algunas cosas, verás tengo aquí, a mi lado a mi sobrina Jade, que está muy... digamos intrigada por saber algunas cosillas sobre qué paso con Harry Potter y sus amigos. Esperemos que contestes a las preguntas.
1)¿Harry se ha hecho por fin auror? ¿Y Ron?
2)¿Tienen novia?
3)¿La tienda de Fred y George es famosa?
4)¿Draco Malfoy tiene novia? ¿Y algún hermano pequeño?
5)¿Ron y Hermione están juntos?
6)¿Es Hogwarts tan mágico como parece?
7)¿Qué tal están los profesores?
8)¿Lee Jordan tiene novia?
9)En tu primera carta dices que tienes un hijo... ¿quién es?
Creo que eso es todo, espero que no te moleste contestar a todas estas preguntas, pero es que nos hemos puedo a pensar y tenemos muchas ganas de saber las respuestas.
Era martes a la noche, me tumbé en mi cama, no tenía ni ganas de cenar, había tenido muchas entrevistas. Era algo raro, ya que normalmente era yo la que solía entrevistar a la gente y ahora resultaba que era al revés. Me levanté y cogí un libro de los que tenían en la biblioteca, me tumbé en la cama sin ni siquiera mirar la portada y empecé a leer las primeras líneas. Cerré el libro y miré la portada, mirando los dibujos. El señor de los anillos: la comunidad del anillo. ¿Aquél libro también estaría basado en la verdad? Nunca había pensado en eso. Me levanté y miré todos los libros de mi biblioteca, que creerme en ocasiones pensaba que si los vendía me podría hacer más rica que Bill Gathes (el hombre más rico del mundo.) Alcé la vista y miré todos los libros... muchos hablaban de magia. ¿Y si eran ciertos? ¿Cómo podría salir de dudas? Cogí la carta que Jade y yo le habíamos escrito a Evelyn y escribí esta última pregunta. Si ella no lo sabía dudaba mucho que nadie más pudiera saberlo. Me volví a tumbar en la cama. Tenía calor aunque hiciera frío. Me levanté y abrí la ventana. Llovía a mares y la tormenta estaba justo encima de Londres. Un relámpago hizo que hubiera un apagón y tuve que encender unas velas. Estaba cansada, pero no conseguía dormir. Estaba demasiado volcada en mi trabajo. Siempre lo había estado y creo que siempre lo estaría, pocos novios formales había tenido y realmente me parecía siglos que no tenía una cita como dios manda, por que sí que había conocido a chicos con los que me había ido a pasar una loche loca por ahí, pero ninguno había merecido demasiado la pena. Hubo otro relámpago y vi una sombra en la ventana. Chillé. La sombra desapareció.
El viernes a eso de las 14.00 de la tarde recibí la carta de Eve en mi despacho. Até la carta que Jade y yo habíamos escrito y la lechuza desapareció dejándome el pergamino que Evelyn había escrito. Con una bolsita. Sonreí satisfecha.
Querida Sarah,
Tu carta me hizo mucha ilusión, ya pensaba que no te sentías muy involucrada en este asunto, pero veo que estaba equivocada. Como ves en la pequeña bolsa te he metido un galeón para que te des bien cuenta de que no miento y bueno, contestando a tu pregunta, Rowling no cambió el nombre de ninguno de los personajes, el único personaje a quien cambió el nombre fue a Hermione Granger. Esa chica en realidad se llama Jessica Rowling (¿te suena?) Pues es la hija de nuestra famosa escritora, pero aparte de esto no creo que cambiara ningún otro personaje. Bueno, hoy no tengo mucho tiempo, tengo trabajo con los mortífagos y... bueno ya te enterarás por los periódicos... sigo en el lugar en donde lo dejé.
Bajé a desayunar a la mañana siguiente al gran comedor, Lucius estaba allí con Snape y Nott. Me senté a su lado y le miré a los ojos, esperando a que él me mirara. Pero no lo hizo. Acerqué mi mano a su cara e hice que me mirara:
- ¿Qué pasó anoche?
Se movió bruscamente. Y me dijo en un gruñido:
- Te dije que hablaríamos de ello en otro momento y ahora no es el momento que yo quiero.
- Ah... ¡claro! Aquí todo lo tengo que hacer según tú digas... soy tu fiel esclava... - me acerqué a su oído y le dije - ¿pues sabes qué? Tu esclava está asta los huevos de ser tu segundo plato.
¡Me fui de allí muy mosqueada y cabreadísima! ¿Quién se creía que era para tratarme así? Entendía que estuviera ocupado con su iniciación como mortífago y sus TIMOS, pero yo no le había hecho nada. Mi mente estaba llena de dudas, ¿qué me había querido decir Bellatrix ayer con que era una ingenua? ¿Y... Narcisa? ¿Por qué se había metido en la cama de mi novio? Me vengaría... eso estaba claro. Estaba segura de que ella y Lucius se habían besado. Entré en mi sala común. Me sentía sucia, cansada y desconcertada.
Me di una ducha de agua fría. Me lavé el pelo, y depilé. Oí llamar a la puerta y alguien que entraba. Me quité la toalla de la cabeza y fui a mirar. Me parecía increíble poder tener tanta suerte.
- ¡Hola Josh! – Dije.
- ¡Hola Eve! – Me miró de arriba abajo, ya lo tenía en mis manos, le sonreí.
- ¿Buscas a Narcisa?
- Pues... bueno, en realidad buscaba compañía. – Se acercó a mí.
Le seguí mirando. Yo no pensaba acercarme a él, quería que él se acercara, luego quizá me sentiría culpable, pero de momento prefería estar segura de que Lucius Malfoy se diera cuenta de que yo también le iba a ser infiel.
Nott estaba tan cerca que podía sentir su olor, su respiración. Le miré a los ojos, verdes como las hojas de los árboles en primavera. Se acercó tan bruscamente que no pude ni reaccionar. No sentí nada al besarle. Bueno sí, odio, un profundo odio hacia Malfoy. ¿Cómo podía haber besado a mi mejor amiga? A Narcisa no le reprochaba nada, ya que desde que éramos pequeñas las dos queríamos ser las futuras mujeres de Malfoy, el rubio de ojos grises que estaba forrado. Yo lo conseguí antes que ella, pero no había ganado la victoria. Sólo había conseguido a Malfoy por un tiempo.
Nott me quitó la toalla, mientras besaba todo mi cuerpo. Deseé que alguien entrara y nos viera. Pero por mucho que lo deseé nadie apareció durante toda la mañana por aquella habitación.
Los días pasaron y las vacaciones de navidad se acabaron, Lucius y yo seguíamos sin hablarnos. Estaba segura de que él sabía que me había acostado con Nott. El pobre Josh se había jugado el cuello haciendo eso, ya que aunque Lucius no fuera tan protector como Zabini también era celoso, y lo que era suyo... no podía ser de otro. Aunque había hablado con Malcom y le había convencido para que no dejara que Lucius le hiciera nada a Josh. Le dije que yo se lo había pedido a Josh.
Una noche de finales de enero Lucius vino a hablarme.
- Tenemos que hablar Evelyn. – Cuando decía todo mi nombre quería decir que hablar que hablar muy seriamente. – Me senté en uno de los sillones de la sala común y le miré fijamente, esperando una explicación, una respuesta o cualquier cosa que me sirviese para poder perdonarlo. - Mira, tú y yo nos conocemos desde pequeños y nuestros padres nunca nos obligaron desde un primer momento a comprometernos. Mis padres te adoraban decían que eras una niña encantadora, pero una noche que quedaron con los Black para cenar, decidieron que Narcisa y yo nos casaríamos. No es que prefirieran a la una o a la otra, pero tus padres son más liberales que los míos y no querían obligarte a casarte con alguien a quien quizás tú nunca amarías. Así que decidieron dejarte vía libre. Por desgracia tú y yo acabamos saliendo y... bueno, la misma noche de la fiesta, momentos antes de que te llevara a mi cuarto recibí una carta de mis padres diciéndome que tenía que empezar a salir con Narcisa. Por eso quise disfrutar contigo mi última noche, pero los estúpidos Gryffindor me chafaron todo. Yo te seguiré queriendo igual y si una tarde te sientes sola, podrás venir a mi cuarto y... ya sabes. Pero tú y yo no volveremos a estar juntos nunca más.
La manera en que lo dijo sonó tan fría que dos lágrimas resbalaron por mis mejillas. Odié a mis padres por no haber hablado con los señores Malfoy de que él y yo podríamos comprometernos. Aunque... habían hecho lo mejor, yo tenía que decidir mi vida, no ellos.
- Bien... ¿pero siempre seremos mejores amigos verdad?
- Siempre. – Dijo sonriéndome. Se acercó a mí y me abrazó. Lucius siempre había olido bien, pero aquella vez en especial, cuando le abracé sentí su aroma como si fuera la última vez que nos abrazaríamos. – Te quiero.
- Yo también. Tengo una pregunta que no tiene nada que ver con nosotros... ¿qué fue esa nota que recibiste la noche de la fiesta?
- Se puede decir que... tenemos un espía. ¿Cuándo harás tu iniciación como mortífaga?
- Este verano.
- Bien, pues ya te enterarás de todo lo que tiene que ver con ese tema.
Desde que Lucius y yo lo dejamos de manera oficial, muchos chicos de distintas casas me pidieron para salir, algunos realmente estaban muy buenos, pero la verdad... no estaba en condiciones de estar con nadie. Josh también me sirvió de mucha ayuda, porque aunque él y yo no nos volviéramos a liar, estuvimos inseparables hasta que acabó mi cuarto curso. Aquél verano me fui de vacaciones con los Black a Francia. (Ya que Narcisa y yo teníamos que hacer nuestra iniciación). Un sitio llamado "La Rochelle".
Pasamos los dos meses en una enorme mansión a las afueras de la ciudad.
Teníamos vistas a la playa.
Una tarde Bellatrix, Narcisa y yo nos fuimos a dar una vuelta a una isla cercana a la ciudad, mientras que Sirius se quedaba cuidando a Andrómeda y a su hermano Regulus. Nosotras decidimos ir a aquella isla en barca.
- Bueno niñas, ¿nerviosas por ser mortífagas?
- No mucho. – Dije yo, mientras sacaba mi varita. Y la deslizaba entre mis dedos, jugueteando con ella.
- Yo la verdad, es que no sé si estaré a la altura. – Dijo Narcisa, colocándose bien la coleta que se había hecho.
- ¡No digas chorradas hermanita! Todos las Black somos diamantes con lo que se refiere a las artes oscuras.
- ¿Todos? – dije yo poniendo un tono de ironía en la voz.
- Sirius también. – Dijo Bellatrix amenazadoramente. – Lo que pasa que la casa incorrecta lo eligió. Pero... bueno de momento no os diré nada. Ya lo descubriréis.
Narcisa y yo nos miramos intrigadas. ¿A qué se refería Bella con eso?
Bueno, en mi siguiente carta hablaré de mi iniciación.
Muchos besos,
Evelyn Sandfor
Realmente si yo hubiera sido Eve, publicaría un libro con el que ganaría dinero, ¿cómo era capaz de dejarnos con esa intriga? Miré la moneda de oro que tenía encima de la mesa. ¡Cuánto me habría gustado ser bruja!
