Doce: Orgullo herido.

"¿Quieres mi poder?"

Un aroma salado inundó la habitación en busca de amortiguar un poco la peste que solo la magia oscura podía emanar.

Una mujer de sedosa cabellera negra volteó hacia la puerta viendo cómo se desvanecía y aparecía la orilla de un lago. En ese lugar había una bestia. Un hombre lobo magnífico y adulto.

Un... amigo.

-Remus... –murmuró ella reconociéndolo y se llevó las manos al pecho en un extraño acto de timidez al encontrarse desnuda. Al bajar la mirada se encontró con el agua helada. Ella estaba dentro del agua.

Del agua emanaba la parte de una bella aleta.

Estaba en su forma de criatura también. Era una sirena.

"¿Qué es lo que quieres de mí?"

Deborah  se relamió los labios y los sintió secos a pesar de toda la humedad que se concentraba en su cuerpo. Dejó caer los brazos y volvió a posar sus ojos dorados en los de la bestia.

-Remus... –repitió de manera acariciante y humilde. Extendió los brazos hacia él y le vio acercarse de manera pesada.

"¿Por qué me has lastimado de esta manera?"

-No fui yo quien eligió –respondió ella viendo las poderosas garras acercarse hasta tomarla por cada costado y extraer su cuerpo del agua.

De un momento a otro se encontró contra ese pecho y apoyó las manos en el suave pelaje del lobo hasta que sintió dolor.

Las garras comenzaron a hundirse en la piel suave haciendo brotar sangre. La sangre de la criatura.

Deborah se mordió los labios para no gritar y levantó la mirada hacia los ojos de la bestia.

-No puedes hacerme esto –murmuró entre jadeos de dolor –Remus... detente.

Pero la bestia continuó apretando.

Entre tanta fuerza Deborah sintió la manera en que las costillas se le pulverizaban y la dolorosa presión en sus pulmones. Intentó hacer emanar la voz sobrenatural que lo calmaría, pero al abrir los labios solo sintió el líquido caliente que le comenzó a ahogar lentamente.

Imposible.

Ella no podía morir ahí. No en los brazos de un aliado.

¡Imposible!

"No puedo respirar"

Podía sentir el aliento del hombre lobo en su mejilla. Tan cálido... tan...

-¡¡Remus!! –exclamó a pesar de toda la sangre y la energía sobrenatural de su cuerpo comenzó a brillar de ese hermoso color dorado.

La energía comenzó a hacer jirones la carne del hombre lobo y
Deborah vio asustada la manera en que lo estaba matando.

No.

¡¡Ella no podía estar haciendo eso!!

¡No era el plan!

"¡Por favor, basta!"

La sangre tiñó el suelo y la piel de ambos hasta que los dos cuerpos cayeron uno contra el otro.

Hacía frió.

Un frío doloroso y húmedo.

-¿Señorita Potter? ¡¡Despierte!!

Deborah abrió los ojos justo cuando sintió que se ahogaba y jaló aire a sus pulmones adoloridos.

Lo primero que notó es que estaba en una habitación y no a la orilla de un lago. Y su única compañía era Charlie Weasley.

La mujer se obligó a respirar con más calma sin dejar de mirar cada detalle del horrible lugar hasta que se percató del débil aroma que se percibía en el exterior.

-No pensé que despertara completamente –comentó Charlie revisándole el pulso –La parte humana esta perfecta.

Deborah fue consciente de las escamas que comenzaban a desvanecerse en su brazo y se tocó la cara sintiendo la aspereza de su piel.

-Solo había debilitado a la criatura –dijo ella tranquilizando a Charlie –Mi parte humana esta en perfectas condiciones.

-Significa que no tendrás que ser atendida por Neville.

-Ya me siento mejor –Deborah frunció un poco el ceño. Se sentía inquieta -¿Sirius ha venido a verme?

-Naturalmente –respondió Charlie.

-¿Y Remus?

-Junto con el señor Black.

Oh. Ahí estaba la explicación del violento sueño que le había atacado antes de despertar.

Deborah se tocó el cuello sintiendo un poco de dolor y suspiró.

¿Remus estaba molesto otra vez?

-Muchas gracias, Charlie –dijo con una suave sonrisa –Me has ayudado más de lo que te imaginas...

*          *          *

-El plan no funcionó –dijo un mortífago que levantó la mirada para ver a Voldemort.

A un lado del señor oscuro estaba otro mortífago: el cazador.

-Malfoy esta muerto –continuó el informante provocando la risa del cazador.

-Al contrario – musitó el Lord oscuro con una horrible sonrisa –Todo va de acuerdo al plan.

-¿Quién mató al inútil Malfoy? –preguntó el cazador. Aun con la mascara encima, pareció ser evidente su sonrisa.

-El otro Malfoy.

Voldemort frunció la frente. Eso ya no entraba en sus planes.

-Es una vieja promesa de familia –dijo el cazador con tranquilidad –Ningún Malfoy permitirá que el honor de su hermano sea manchado... Incluso podría matarlo antes de que alguien más lo hiciera.

-Comprendo –siseó Voldemort.

*          *          *

Deborah caminó por encima de escombros y piedras mal puestas. El lugar estaba desierto a comparación de la ultima vez que estuvo ahí, clara señal que lo habían abandonado de manera estrepitosa, quizá urgente.

¿Algún ataque?

La mujer percibió el aroma que la magia oscura emanaba y caminó siguiendo el rastro hasta llegar a un pasillo.

El lugar estaba lleno de sangre coagulada y seca. También había extremidades que habían sido creadas con la magia y lucían muertas en el suelo.

El portador había muerto.

Deborah paseó la mirada por el horrible lugar sin querer imaginar el encuentro hasta que sus ojos dorados se encontraron con la figura de su ahijado.

Draco estaba recargado contra una pared. En sus piernas sostenía un cuerpo muerto, quizá desde hace un día.

Audiel.

Deborah sintió ganas de llorar por la frustración.

El cuerpo de Audiel lucía una expresión tranquila a pesar de toda la sangre seca en torno a su cara y cabello. Tenía una herida en el brazo y dos más en las muñecas, seguramente por donde había salido la sangre que creara esas bestias. En sus mejillas había marcas de lágrimas, pero a pesar de eso lucía tranquilo.

-Lo siento, Draco –musitó Deborah sabiendo que había llegado tarde.

-Tu no debes sentirlo –murmuró Draco con voz apagada –Tu no fuiste quien lo hizo llorar antes de morir.

Un ligero aroma putrefacto había comenzado a mezclarse en el de la magia escasa, pero no sería captado por cualquiera. A excepción de él: Draco Malfoy.

El rubio abrazaba el cuerpo inerte de su primo con una ternura que Deborah admiró. Muy a pesar de que ya estaba muerto, parecía querer protegerlo de todo intruso que intentase dañarlo y continuamente apartaba los cabellos rubios que insistían en arremolinarse en la frente infantil.

Los labios resecos lucían una tonalidad mortífera acompañada de la sangre reseca y las bellas facciones se hacían adornar con las finas cejas y las espesas pestañas en una absoluta expresión de paz.

Audiel había muerto en paz.

Pero Deborah no podía asegurar que su primo compartía esa sensación.

Draco mostraba una expresión tranquila, si. Pero sus bellos ojos azules se veían torturados y ¿molestos?

No parecía entender de razones; muy especialmente la de lo ocurrido a su pequeño primo y Deborah sabía la causa.

La razón de Draco yacía muerta sobre sus piernas.

Desde que decidió unirse a la Orden lo hizo con la sola idea de procurarle un mundo tolerante a Audiel. Probablemente no mostrase mucho entusiasmo ante la idea, pero en el fondo atesoraba ese impulso.

Ver a su primo crecer... regañarlo por sus imprudencias y su carácter. Robarle un beso o dos si se daba la ocasión.

¿Y ahora?

Audiel le había quitado toda razón para pelear al dejarse morir.

-Lo odio –murmuró Draco sobresaltando a la híbrida.

Deborah no tuvo que preguntar de quien hablaba. Lo sabía de sobra. Y sintió pena por los dos... Una pena que estuvo a punto de arrancarle un sollozo desde lo más profundo de su alma.

Sentía dolor por ellos dos; por ella y su adorable rival; por su amor... por todo.

¿Y qué podía hacer por alguno de ellos?

Nada...

La mujer miró el cuerpo del pequeño Malfoy y se inclinó con silencioso respeto acomodando el cabello platinado. Sus labios besaron los labios muertos del joven impregnados de esa ligera capa de polvo y los residuos de sangre seca.

Sangre especial.

Deborah se apartó intentando no mostrar su turbación  ante el descubrimiento y con la yema de los dedos se tocó los labios.

-Anne murió – dijo Deborah desviando la mirada.

-Si –gruñó Draco –Y por un lado me alegra. No soportaría los reclamos de mi tía por haber matado a su hijo.

La mujer apretó los labios... eso estaba muy mal. Muy especialmente por lo inusual de su reciente descubrimiento.

Sin embargo no tenía tiempo para ser la fría indagadora y abrazó a su ahijado con cariño ignorando la tensión de los músculos que se negaron a liberar el cuerpo muerto de Audiel.

-Déjalo ir, Draco... –susurró ella utilizando ese dulce tono de voz sobrenatural.

-No lo entiendes –dijo el rubio con molestia -, mi primo lloró antes de morir por que comprendió que no había ganado nada. Tanto esfuerzo por estar al lado de ese idiota para que al final no se dignara a confiar un poco en él.

-¿Harry los dejó? –preguntó Deborah levantando la mirada hacia las ensangrentadas paredes y le dolió pensar en la horrible batalla -¿Cambió de base sin esperar?

Draco apretó los labios.

Era cierto que Harry no se había ido por alguna razón, pero de nada sirvió que se quedara si solo fue para hacer que las cosas empeoraran de esa manera.

-Si tan solo le hubiese dedicado un momento... –murmuró Draco dolido -... Mi pequeño Audiel no habría llorado antes de morir ni me habría pedido nada.

-Harry no esta en disposición de  dedicarle momentos a nadie que no sea su enemigo, Draco –replicó Deborah.

-Antes no era así...

-Lo sé –musitó ella y besó la frente del rubio –No lo dejes, Draco...

-Ahora no quiero verlo  -admitió el rubio frunciendo el ceño –Dame tiempo... Necesito recordar por qué acepté tu petición y me impuse a él. Necesito convencerme que lo hago por el bien de mis intereses aunque mi razón de pelear este muerta.

-Tienes otra razón, Draco... es solo que aun no lo sabes.

El muchacho levantó la mirada hacia Deborah sin entender a lo que se refería.

-Toma tu tiempo –dijo ella levantándose –Estoy segura de que recordarás todo lo que te colocó de este lado de la balanza.

-Estamos perdiendo –dijo él convencido.

-Aun no –aseguró la sirena –El movimiento definitivo nos e ha hecho... y estoy por saber de lo que se trata.

La verdad es que Draco tenía razones para dudar de las palabras de su madrina, sin embargo tenía muchas cosas en la cabeza para pensar en más.

Debía obtener las cenizas de su primo.

Después de eso...

... tenía que pensar...

*          *          *

-La segunda división de combate se redujo ayer –informó Ron entrando a la deteriorada oficina que recién habían acondicionado desde el día anterior con todos los mapas, documentos e informes -¿Harry? –preguntó al ver a su amigo distraído.

-¿Los ex Slytherin decidieron que esta guerra es mucho para ellos? –preguntó el moreno con ironía.

-Los atacaron –corrigió Ron –De alguna manera el enemigo se enteró de la ubicación de su base.

Harry apretó los labios. Seguramente los aurores se habían visto desorganizados sin su brillante líder y no pudieron resistir.

¿Pero como habían dado con ellos?

Esa base estaba en una ubicación aun más difícil de acceder a la que Harry acababa de abandonar y solo podían llegar tras cruzar un complicado laberinto mágico.

Ojalá Draco hubiese estado  con ellos en vez de estar ahí fastidiándolo. Quizá con su compañía hubieran tenido más oportunidad para escapar.

-¿Cuántos? –preguntó Harry.

-Mas de la mitad perdida –dijo Ron –Si Malfoy no insistiera en permanecer en nuestra división habrían sido menos perdidas.

O quizá Draco sería una de las bajas. Harry se llevó las manos al desordenado cabello intentando ignorar ese pensamiento junto con la ridícula idea de que se alegraba por que no hubiese sido así.

-¿Y el líder que Malfoy dejó?

-Fue el primero –ironizó Ron -¿Crees que Malfoy halla ido hacia allá y por eso no se ha presentado con nosotros?

La verdad es que la idea no le desagradaba a Ron. Que el fastidioso rubio corriera hacia su derrumbado reino intentando recoger los pedazos le enseñaría a no creerse tan omnipotente.

-No –respondió el moreno sorprendiendo a Ron –Ni siquiera debe estar enterado.

Y la verdad Harry dudaba que la noticia fuera a hacer la  diferencia. Justo antes de que Ron, Hermione y él se trasladaran hasta ese lugar se le hizo saber la ubicación.

-Tu y tu nueva base de ineptos pueden pudrirse en el infierno –replicó Draco caminando hacia el cuerpo de Audiel.

Parecía molesto.

No... ¡Parecía rabioso!

Esa rabia que se reflejaba en los hermosos ojos azules pudo hundir a cualquiera, pero Harry logró soportarla hasta que reconoció otra emoción que le dolió.

... Dolor...

Un dolor que jamás había visto en Draci, aun en el momento en que se le informó la desaparición (y muy segura muerte) de su padre.

Un dolor que contagió a Harry y lo que lo obligó a apartar primero la mirada para no ser participe de esa melancolía que había logrado evitar desde hace cuatro años.

-Alguien debería informarle –murmuró Ron regresando a Harry a la realidad -¡No es que me preocupe! –agregó rápidamente –Quizás sus amigos.

-No es algo que un amigo pueda solucionar –murmuró Harry recordándose a sí mismo llorando por un pasillo cuando unos brazos cálidos calmaron el temblor de su cuerpo. Las palabras... el beso en la frente... las noches siguientes...

-¿Entonces quién? –insistió Ron.

-Yo lo haré –Harry apretó los labios con fastidio.

~~~~~~~~~~~~

-¿Qué diablos estás haciendo con eso, Potter?

Harry enarcó una ceja intentando no parecer muy avergonzado por llevar cargando todos esos libros de pociones y los acomodó en una de las mesas de la desierta biblioteca.

-Son libros –dijo con lógica.

-¡No me digas! –exclamó Draco con cinismo y tomó uno de los ejemplares para leer la pasta –Pociones –tomó otro -... pociones.... –miró al moreno tras revisar cinco libros más -¿No te parece que "siembras en tierra estéril"?

-¡Solo intento hacer mi tarea! –dijo Harry.

-A eso me refiero –repuso Draco con maldad y le dio unos golpecitos en la cabeza -... "tierra estéril"

-Eres tan insoportable a veces –masculló Harry ruborizado.

-Es mi encanto natural –replicó Draco mirando con interés uno de los tomos –Préstame este, Potter.

-¡Pero lo necesito para hacer mi tarea!

-Te lo regreso en la noche –el rubio ya estaba caminando hacia la salida -¿O es que no piensas entrar a mi habitación esta noche?

Harry volvió a ponerse colorado.

-Y procura no tropezarte con Crabbe –recordó el chico –La última vez me costó convencerlo que una corriente de aire puede ser tan pesada.

-¿En serio? –ironizó Harry -¡¡Y no estoy pesado!!

Draco hizo un último movimiento con la mano antes de desaparecer del campo visual de Harry.

*

-Estoy emocionadísima –dijo Hermione caminando hacia el comedor con un anuario en brazos –En dos semanas más nos graduaremos.

Ron hizo una mueca.

-Has dicho eso... ¿cuántas veces, Harry?

-Muchas –respondió el moreno.

-¡Muchas es poco! –se quejó Ron -¡¡Millones, es la palabra correcta!!

-No digas tonterías, Ron.

-No repitas de nuevo eso –contraatacó el pelirrojo –Te juro que si sigues le tendré miedo a la palabra "graduación".

-¿Y como va tu trabajo de pociones, Harry? –preguntó Hermione ignorando a Ron.

-Progresa –dijo el chico con una sonrisa –Jamás creí que realmente podría aprender.

Claro... Draco era causante de los avances más notables... Lo demás era mera necedad combinada con la curiosidad y el deseo de llamar la atención (aunque este último no lo admitiera).

Hermione se sentó en la mesa y tomó un pan tras acomodar el anuario.

-La verdad es que no pensé que eligieras hacer un trabajo de pociones precisamente –señaló ella –Aunque Snape se ha portado "decentemente" contigo.

Ni odio ni amor.

Eso había dicho Draco la última noche que estuvieron juntos y terminaron destrozando la almohada favorita del rubio solo por intentar obtenerla.

"Se porta contigo de esa manera por el hechizo" había explicado el rubio tras hacer una rabieta al ver las plumas de su invaluable almohada y hacerle  prometer que se la pagaría "No puede sentir odio hacia ti por que se quitó toda emoción que pueda evidenciarlo"

"¿Ni odio ni amor?" preguntó Harry esa vez.

"Dicen que del amor al odio hay un paso... y viceversa... Ridiculeces a mi parecer, pero en un hechizo como ese parece que si es importante".

-Debe estar así por que ya casi nos graduamos –dijo Harry a Hermione –Por fin va a deshacerse de mi.

Triste, ¿no?

Harry suspiró y tomó una tostada para ponerle mermelada.

-Pues no es el único alegre –declaró Ron –Ya deseaba librarme de él también.

-Y eso que no presentaste el último examen por esa extraña enfermedad que te atacó dos minutos antes –ironizó Hermione.

-Si lo presente –replicó Ron.

-Dos días después –dijo ella –Eso te dio oportunidad de estudiar mas... Claro que no lo hiciste, preferiste sacarle la información a Harry.

-Gracias por eso, amigo –Ron sonrió.

Harry correspondió a esa sonrisa.

-Voy a estudiar –dijo el moreno a sus amigos y se levantó.

-Últimamente estudias mucho –señaló Hermione –Ojalá Ron siguiera tu ejemplo.

-No tenemos que echarnos a perder los dos –refutó Ron.

-Ron tiene razón –aceptó Harry –Con uno basta.

*         

-Así que los exámenes ya no son un reto para el gran Harry Potter –se burló Draco viendo al moreno estudiar y le lanzó la nueva almohada que había comprado –Duérmete de una vez, Potter... Se me van a hinchar los ojos de tantas desveladas que me haces pasar.

-Podrías dormirte –dijo Harry.

-No contigo a un lado, Potter –negó el rubio –Soy muy atractivo para confiarme de ti.

Harry arrugó los labios.

-¿Qué vas a hacer cuando te gradúes?

-Pienso heredar toda la fortuna Malfoy, comprar el Ministerio de Magia con ella y hacerme Jefe –respondió Draco.

-Oh –Harry lo miró con el ceño fruncido -¿Se puede hacer eso?

-Si eres asquerosamente rico y carismático como yo, puedes hacer de todo.

-Pero no pasar un simple examen en transfiguraciones –señaló Harry logrando que Draco lo mirara de manera asesina.

-McGonagall me tiene manía –señaló con un dedo levantado -¿Qué piensas hacer tu, Potter?

Harry dudó. No había pensado en eso... No a profundidad.

-Me gustaría... se jugador de quidditch –dijo con tono reservado -, pero creo que o será posible...

-¿Y por qué? Casi eres tan bueno como yo.

-Soy mejor que tu –gruñó Harry.

-Sueñas... ¿Pero por qué piensa que no puedes ser jugador?

-No es lo que los demás quieren de mí.

-Oh –Draco frunció el ceño –"eso"... ¿O sea que vas a ser lo que los demás quieren que seas?

Harry bajó la mirada.

Y la verdad es que Draco estaba muy cerca de sentir lastima por él. A pesar de tener sueños propios se había resignado a cumplir los de los demás solo por que era quien venció a Lord Voldemort una vez y, quien pensaban, podría hacerlo de nuevo.

¿Pero podría realmente?

En todo el tiempo que Draco pudo conocerlo se dio cuenta que ahí no había un auror por más valentía que reuniera.

Harry era valiente y hasta cierto punto poderoso... pero en una guerra se necesitaba más y Draco lo había aprendido al ver a su padre.

¿Harry sacrificaría sus sueños por los demás?

Que tierno.

... que estúpidamente tierno...

-Bueno –susurró Draco –En ese caso yo quiero que te conviertas en mi juguete sexual por tiempo indefinido.

-¡¡Malfoy!! –exclamó Harry escandalizado.

-¡¿Qué?! –el rubio lo miró con la expresión más inocente que pudo reunir y sonrió –Eso es lo que quiero.

Harry lo miró boquiabierto hasta que se recuperó y un delicioso rubor tiñó sus mejillas.

-No puedes hablar en serio –dijo.

-No ahora –concedió Draco –Además no me gusta tener las cosas a medias... Cuando algo es mío me gusta que lo sea TOTALMENTE.

-Idiota –farfulló Harry –Te estas burlando de mi.

-Si –rió Draco –Es lo que estoy haciendo, Potter.

~~~~~~~~~~~~

Draco levantó la mirada del fuego ardiente y con un hechizo reunió las cenizas en un pequeño saco de cuero que había logrado encontrar en el horrible lugar.

No era lo apropiado para un Malfoy, pero pensaba compensárselo a Audiel en cuanto llegara a la Villa y colocara las cenizas en el sitio idóneo.

Estuvo a punto de irse cuando escuchó pasos a sus espaldas.

Volteó con suavidad y lo vio.

Gentil y arrepentido. Casi como hace cuatro años cuando admitió que Draco no era tan malo.

Entonces Draco recordó la razón por la que había aceptado la descabellada idea de su madrina y sonrió con cinismo mientras desviaba la mirada hacia el fuego.

No bastaba.

Una mirada arrepentida no bastaba... aunque fuera real.

-Es tarde –dijo a Harry –Guárdate tu compasión, Potter... No la necesité nunca y no la necesito ahora.

-Estuviste dos días enteros en este lugar –dijo él.

-Por que yo quise –dijo Draco con cinismo –Y si yo quiero me quedaría más. Pero Audiel y yo tenemos que ir a casa, ¿sabes?... No podemos estar en pos de tu culo por siempre... ¡No señor!.. Habiendo tantos buenos culos en el mundo...

-Maldición, Malfoy –se exasperó Harry –Estoy intentando disculparme.

-No de esta manera, Harry –dijo el rubio mirándolo con odio –No me valen los cambios superficiales... y lo sabes...

-Es todo lo que tendrás de mi –expresó el moreno claramente disgustado.

-Pues no lo quiero –insistió Draco –No me gusta tener las cosas a medias... Ahora me voy... Tengo algo más importante a ver tus ridículos intentos por ganar mi simpatía.

Continuará...

Rachel: Yo también espero que los siguientes capítulos sean buenos XD. Aquí tienes el siguiente capitulo, mas y más sufrimiento.

María Jonan: Me imagino que muchas pensaron que a Audiel podría matarlo cualquier otro...  Nop, protegemos el honor de los Malfoy. Harry cambiará para bien o para mal, no te preocupes y gracias por tus comentarios.

Duare: A mi me da mas pena Audiel, en verdad me gustaba, snif. Y si, Harry se quedó por ese "algo" que aun no sabe... el respeto ke le tiene a Draco no nace de la noche a la mañana y ya lo verás. Ya cargue en la Orden, espero no ser colgada por las fans de Severus... La otra orden... hum, podría hacerlo también... kiza al próximo fin de semana.

XD:  Ya ya... cada semana no esta mal... además mis niños me agotan las ideas con frustraciones... Besos.

Nitta Black: Mil gracias... Si tienes tiempo de leer las primeras partes del fic te encontrarás con muchas explicaciones a cosas que los personajes mencionan de vez en cuanto... muy especialmente el ataque de hace cuatro años que se repite... Ah, una cosa... Harry no es lo que parece... y ya daremos muestra de ello, ju ju ju ju. ¡Viva Draco! XD

Ayesha: Quien las entiende?... Primero que estorba y luego que pobre XDD.. bueno, en tu caso no "mucho". Me falta una, recuerdas?... el  plan sigue en pie. Besos.

Kendra Duvoa: Amor y odio... Que delicia, no?... Draco hará lo ke mejor sabe hacer... Ya lo verás.

Angel de Luz: No te preocupes... Frente al cuerpo de Audiel y con Draco como testigo, prometo que su muerte no será en vano. Animo. Aun hay un camino por recorrer, enemigos que evitar y planes que no se han revelado pero ke todo mundo conoce (menos nosotras).

Moryn: No pasa nada... Solo habrá enfados... etc etc... Chica, aboga por mi para que no me maten en la Orden... muero de miedo XDDD. (Akiko promete no volverlo a hacer... muy especialmente por que ya lo hizo).

Niky chan: En definitiva Harry quiere a Severus... Sin embargo es algo demasiado fiel e inútil... Ya verás por que. Y Deborah... Bueno, ella no tiene todas las respuestas aunque quisiera.

Youko G: Tienes razón... Pero ya lo será... espero... Besos.

Amaly Malfoy: Remus fue quien intentó matarla, pero algo se lo impidió. No actué por presión. Desde que Audiel apareció tenía decidido que era para morir (aunque suene muy frio), claro, no iba a admitirlo tan fácil, no hasta matarlo yo misma. Draco mata a Audiel por que no quiere que nadie mas lo haga... Lo protege, por decirlo de alguna manera. Y si, la diferencia entre Harry y Voldemort era esa capacidad de amar... ¿Estaremos perdidos?...

Niky: Si le dijo algo... La ubicación de la base... ajem...

Murtilla:  No, Audiel no era el traidor... Recuerdas el momento en que mira a Draco confundido, justo antes ke lo mataran?... pues en ese momento el hechizo donde convoca la imagen de Harry funciona, pero a medias... Así que se comunica con Draco con la clave para la victoria (por decirlo de alguna manera). Deborah ya estará por aquí. Demasiado descanso para ella, verdad?. Respecto a la decisión de Draco... ya lo sabrás...

Aniston:  Salvaje? Bueno, quizá si... Arrrrr y eso no es nada con lo que viene... no tienes nada contra la crueldad de los malos, ¿verdad?... por que esto apenas empieza, en serio. Y alguien ya se te adelantó para consolar a Draco... le diré que te de un espacio... XD  Harry no siempre tendrá razón, pero en estos casos pues desconfía de todo. Veamos ke te parece lo que pasa por este capitulo... No mucha crueldad (física).