Disclaimer: Harry Potter y todos sus personajes son propiedad de J.K.Rowling.

Advertencias:  Slash.

Diecisiete: Cuando la Luna Llena llegue

-¿Por qué no habría venido? –preguntó Sirius con algo de fastidio –Se supone que esta reunión era general.

Remus miró a su buen amigo percatándose que estaba molesto con esa situación.  No es que no lo hubiese visto molesto alguna vez por... algo... Lo raro de todo eso es que Debbie había despertado hace unos días y no parecía...

-¿No ha venido a verte? –preguntó Remus finalmente.

-¿Parezco alguien a quien su novia se ha dignado a verlo? –dijo Sirius con un poco de mal humor –Lo curioso es que no la encuentro cuando voy a buscarla... Siempre se "acaba de ir" o esta trabajando en algo "importante". ¿Es que su novio no es importante?

No parecía serlo en esos momentos, pensó Remus frunciendo el ceño.

Si. Era cierto que no le gustaba que ella estuviera cerca de Sirius, pero tampoco le gustaba ver a su amigo así.

Y por más contradictorio que resultara la emoción a su naturaleza, Remus quería que Sirius fuera feliz.

Que ridículo.

-Quizá esta usando la información que obtuvo – reflexionó Remus.

-Que aburrido –murmuró el animago –Ahora la siento más esquiva que antes...

-¿Más esquiva? –preguntó Remus.

-Tener una novia para eso no es divertido –Sirius continuó quejándose. Sin embargo Remus tenía esas últimas palabras alertas en su mente.

Imposible.

*          *            *

-Pareces estar muy tranquilo con todo esto, Malfoy –dijo Ron en cuanto lo vio entrar a la destartalada oficina; seguro buscando a Harry, sin embargo él no estaba.

-No te esfuerces por ser amable, comadreja –siseó Draco tras dirigir una rápida mirada al lugar –Así no tendré que fingir que me agradas.

Ron torció los labios y acomodó los pies sobre la desgastada mesa de madera del escritorio.

-Harry no está –informó el pelirrojo innecesariamente.

-¿En serio? –ironizó Draco.

El muchacho arrugó la nariz. Seguro estuvo a punto de responder algo horrible, pero Hermione entró cargada de documentos que depositó en la orilla del escritorio; miró a Ron de una manera que lo convenció de bajar los pies, hasta que reparó en Draco.

-Harry esta buscándote, Malfoy –dijo al mismo tiempo que encantaba  una pluma que comenzó a escribir rápidamente en un pergamino –Le dije que podías estar aquí...

-No pensé que "unir fuerzas" me hiciera tan *predecible*.

-Esperaba que al menos te hiciera humilde –replicó ella sin ofenderse por el comentario.

-Yo no tengo necesidad de eso –se burló Draco girando su cuerpo hacia la salida -; tampoco tengo necesidad de tolerar su compañía, así que me voy.

La verdad es que no quería ver a Harry tampoco. Con ese pensamiento salió de la oficina. No tenía ninguna razón para esperar y justo en ese momento le era imposible recordar lo que lo guió a la oficina del moreno. Y las ganas de discutir se le habían acabado.

El asunto referente al liderazgo bilateral aun lo tenía tenso; ya había tenido malas experiencias desde un principio. Los roces que él y Harry tuvieron provocaron la creación de la segunda división de combate, en busca de una armonía que no pareció posible en los inicios... Y ahora volvían a estar juntos.

Juntos...

No como compañeros en donde Draco podía burlarse de Harry y divertirse con esa nueva personalidad suya.

Estarían como compañeros de combate.

... le estaban dando una responsabilidad a Draco...

Eso no lo molestaba... El problema radicaba en un Harry empeñado a mostrar  una fuerza omnipotente a los suyos. Una fuerza que le daba derecho a elegir abandonar al mago derribado o que podía negar una mirada compasiva.

Justo lo que Draco no había podido soportar y la razón por la que se había retirado.

Por que jamás había visto a alguien tan empeñado en hacerse daño.

¿Es que Harry no lo veía?

-Idiota –masculló molesto al momento que recargó su espalda en la sucia pared para mirar a los magos que se habían reunido para practicar.

Inconscientemente buscó una mata de cabellos rubios platinado, pero recordó que ya no estaba ahí y apretó los labios con fastidio.

-¿Y qué vamos a hacer? –se escuchó la inconfundible voz de Harry.

Draco lo miró de reojo y apreció esa frialdad que tanto había odiado. Con tranquilidad volvió a posar sus ojos sobre los magos que entrenaban y sonrió.

-Justo ahora estaba pensando que no era mala idea matarte y ocultar tu cadáver.

-No me digas –Harry dejó escapar una risita y se acercó a un lado del rubio -¿Qué tal si soy yo quien te mata a ti?

-Inténtalo –replicó Draco acomodándose el cabello con una mano.

-Una vez muerto –continuó Harry – podría comprobar  si vale la pena violentar tu cadáver.

Draco soltó una carcajada.

-Tu insistencia por rodear hasta la mínima parte corporal tuya con frialdad me asombra –respondió y lo miró. No te pareces nada al Harry que se me echó en los brazos.

La verdad es que el comentario provocó un molesto pinchazo en el corazón de Harry, uno que lo hartó aun más con la situación.

-Es por que ese Harry ya no existe –dijo el moreno con frialdad.

Draco frunció el ceño.

¿Serían ciertas esas palabras?

-Que pena –Draco bajó la mirada y sonrió –Era justo el Harry que me interesaba.

Harry no respondió.

-Debo irme –anunció Draco con absoluta tranquilidad y enderezó su cuerpo con pereza –Iré a casa más tarde.

-¿Qué? –preguntó Harry como si acabase de despertar.

-Nuestra casa –recordó el rubio con una sonrisa.

*          *            *

-¿Esto funcionará?

La voz de Albus se había vuelto desalentadora. Tanto que Deborah había decidido ignorarla la mayoría de las veces.

Con un optimista pensamiento terminó de acomodar uno de los espejos que había  transportado con ayuda del viejo y sonrió para mirarlo y transmitirle un poro de serenidad.

-Muchas gracias por su ayuda, señor –Dijo ella –Lord Proteo me ha brindado una clave; estoy segura de que nos ayudará mucho.

-La verdad es que no entiendo –murmuró el anciano con cansancio – Harry no se ha puesto en nuestra contra, Debbie, con eso debe bastar.

-Usted sabe más de ello que yo, señor –murmuró Deborah comprendiendo –Lo cuidó cuando era pequeño... Harry desarrolló un humilde carácter y en parte es por usted.

Que ya no lo mostrara no era culpa de Albus.

-¿Qué es lo que te preocupa, Debbie?

-Desde el otro bando se ven las cosas de manera diferente –respondió ella mirando los dos espejos –Quiero ver su mis preocupaciones valen la pena... Quiero saber si mi participación en esta guerra hará la diferencia.

-Harry hace la diferencia –dijo Dumbledore con una seguridad que conmovió a la mujer.

-En ese caso no debe preocuparse –susurró ella tocando las pulidas superficies de los espejos con las manos –Es seguro que ambos instrumentos solo confirmen lo absurdo de mis temores.

Albus no pareció más tranquilo con esas palabras, sin embargo las aceptó y abandonó el lugar, seguro para volver al castillo.

Deborah suspiro y dejó caer ambos brazos, un aroma le alertó de manera brusca y los movió cruzándolos de manera protectora sobre su pecho.

-¿Hay razón para que te muestres a la defensiva, Debbie?

-Dímelo tu, Remus.

El hombre se encogió de hombros en un gesto de indeferencia y enderezó su cuerpo para salir  de entre las sombras y caminar hacia ella. Estando a menos de un metro la miró como si deseara descubrir un importante secreto con solo esa acción. Finalmente poso sus bellos ojos de color miel en uno de los espejos y sonrió.

-¿Qué esperas lograr con esto?

-Aun no lo sé –admitió ella haciendo una caricia ausente sobre su cuello.

-Pero –Remus guardó las manos en algún bolsillo de su desgastada túnica – aun así necesitas hacerlo.

-Esta información pudo costarme mi estabilidad humana –respondió ella dejando claro que no daría marcha atrás.

Remus hizo un ademán afirmativo y caminó hasta el único sofá que se veía en la vieja y abandonada habitación. Se sentó cruzando una pierna sobre la otra y entrelazó las manos para volver a mirarla.

-Hablé con Sirius antes de decidir venir hasta aquí –le dijo con suavidad.

-Oh –dijo Deborah sin estar segura de la manera en que debía reaccionar ante eso.

-Me dijo que no había tenido oportunidad de verte –continuó –Al parecer no ha podido coincidir contigo.

-Y eso parece tenerte molesto –se atrevió a decir ella. ¿No debería ser lo contrario?

-Entre otras cosas –admitió Remus –En la reciente reunión pasada me enteré de curiosidades que me tiene susceptible.

Remus nunca había sido un tipo difícil de entender, pero en esos momentos Deborah se sentía terriblemente desconcertada y vulnerable ante sus palabras.

Tenía la seguridad de que estaba molesto con ella. Y la razón llevaba por nombre Sirius Black. Pero sus palabras parecían tener mucha más profundidad.

-Estas gestando...

-¿Perdón? –musitó ella parpadeando.

-Es evidente que no has experimentado cambios –murmuró viendo directo sobre su vientre –eso deja dos opciones.

La mujer apretó los labios.

-¿Cómo lo supiste?

-Estás evadiendo al procreador...

-Eso puede ser por otra razón –interrumpió ella –Me has agredido mientras estaba inconsciente.

-Como sea... –Remus no le dio real importancia a pesar que un rubor cubrió sus mejillas -... La otra evidencia esta en el hechizo de protección que has colocado en casa de Sirius... Se ha tornado más violento.

La verdad es que Deborah no encontraba la razón por que eso tuviera molesto a Remus. En todo caso el enfado correspondía a Sirius.

-¿Por qué no se lo has dicho? –preguntó él.

-No quiero que mi estado distraiga nuestras acciones.

-Pienso que Sirius necesita "ese" tipo de distracción –contradijo Remus sintiendo un apretón en el corazón –Un hijo lo haría feliz.

-Si –admitió ella frunciendo el ceño –Y lo convencería que la guerra no es impedimento para que dos magos adultos se unan en matrimonio, muy especialmente si están esperando familia... Así que te pediría que apadrinaras la boda o al bebé... No sé qué te dolería menos, Remus...

La sola idea lastimó a Remus. A pesar que solo era una acertada suposición de Deborah, se sintió absolutamente vencido... Sirius amaría a un hijo y sólo ella podía dárselo.

-Deberías hacerlo –dijo con seguridad –Le gustará...

-No si te lastima, Remus.

-¡¡No me vengas con ideas solidarias ahora!! Tu lo quieres... ¡¡No me lo arrebataste por nada!!¡¿Verdad?!

Deborah suspiró. Si lo escuchaba de esa manera podría darle toda la razón a Remus... pero...

-Cada vez que discutimos llego a convencerme que Sirius es un egoísta.

-No digas eso de él...

-Necesito que creas en mí, Remus... No es justo que me culpes por algo que no es culpa mía... Yo solo estaba en el camino... no obligue a nadie a tomarlo.

-Estas haciendo cosas muy raras, Debbie –se justificó el hombre lobo –Has entregado una muestra de tu sangre para que experimenten con ella y justo ahora me parece que no estas gestando de manera humana.

-Mi cuerpo esta saturado de magia oscura y requiero de mas concentración... Lo más saludable para la cría es el huevo –dijo ella encogiendo los hombros.

-¿Cuándo de lo dirás?

-Pronto... –respondió ella incorporándose y caminó para mirar ambos espejos –Ahora necesito encargarme de esto. Debes tener a Sirius ocupado mientras llega el momento.

-Deberíamos hablar más sobre ello –Remus suspiró.

-Lo haremos –prometió ella –Quizá cuando la Luna te favorezca... así no tendrás que guardarte muchas cosas.

*          *            *

-La verdad es que no veo el problema –dijo Hermione –Ambos son adultos responsables y están peleando por una causa común. Bien podrían hacer a un lado sus diferencias personales y unir fuerza. Apuesto a que eso beneficiaría de sobremanera a la Orden.

-La existencia de dos Divisiones no era tan mala –contradijo Ron -... Quizá si dijeras eso a tu padrino...

-¡Ron! –amonestó la chica.

-La verdad es que la División de Combate jamás debió fragmentarse –concedió Harry.

-No fue culpa nuestra que Malfoy quisiera su propio grupo de aduladores –insistió el pelirrojo.

-Nosotros no somos un grupo de aduladores –regañó Hermione –somos una base de combate.

Harry torció la boca.

-No hay razón para preocuparse –dijo a sus amigos –Iré a casa a descansar... Pienso que deberían hacer lo mismo.

La verdad es que llegar a casa no era una idea atractiva a Harry. Una molesta opresión lo estuvo acompañando desde que recibió la integración de ambas divisiones de Combate. Y aunque Draco jamás había necesitado de otra gtente para verse imponente, a Harry le parecía que se enfrentaba a algo menos fácil de manejar.

No por que Draco fuese manejable.

-Ojalá –murmuró Harry de mal humor.

Pero cuando el rubio se hacía acompañar de "su gente" se mostraba aun más intolerable.

Era eso lo que lo tenia molesto. No se sentía con la paciencia necesaria para soportarlo.

Así que atravesar la puerta de su departamento no le causó demasiado alivio. Mucho menos al percibir ese delicioso aroma desde la cocina.

Con un bufido de fastidio caminó hasta la habitación viendo a aquel que comenzaba a provocarle dolor de cabeza.

-Creí que estabas molesto conmigo –murmuró Harry recargándose en el marco de la puerta. Draco terminó de servir la comida en un plato que Harry jamás había visto (seguro era nuevo).

-Lo estoy –dijo el rubio caminando hacia la mesa en donde acomodó el plato –Por eso he pedido comida solo para mí... ya comerás algo de esas "cosas" que insistes en guardar en el refri... Por cierto, el hechizo de protección que tienes se ha mostrado más violento... el pobre repartidor tuvo que entregarme la comida en la calle.

-Justo lo que mereces –dijo Harry simplemente y se sentó frente al rubio –me extraña que el hechizo se muestre tan benevolente contigo.

Draco se rió. Se trataba de una risa que mezclaba ese tono de burla cuando Harry decía algo que entraba en su calificativo de adorable  o ingenuo.

Harry frunció el ceño. No quería ser adorable o ingenuo. Menos para Draco.

El rubio recargó la barbilla en una mano sin dejar de ver al moreno y sonrió.

-Así que no entiendes la naturaleza del hechizo que te salva el trasero a diario, ¿no, Potter?

-No me interesa.

El rubio volvió a reír. Eso se estaba volviendo molesto para Harry.

-Entonces no te lo diré –dijo con un tono de voz que estremeció a Harry –Ya que no te interesa saber por qué consientes que sea el único que entra al basurero que tienes por casa no me molestaré tampoco en explicarlo... –comenzó a comer con tranquilidad.

Harry apretó los labios.

Lo odiaba.

*          *            *

Tres hombres Lobo.

Preciosos. Fuertes...

...prisioneros...

Voldemort rió al verlos e hizo una señal a su mortífago... El encapuchado avanzó hacia las débiles criaturas y extrajo una generosa porción de sangra para inyectarla en su propio cuerpo.

-Pronto será Luna Llena –dijo el mortifago con respeto.

-Si –aceptó Voldemort.

-¿Quiere que vaya por el hombre Lobo que se me escapó, Mi lord? –preguntó el cazador, quien miraba la escena en silencio y recibía una mirada evaluadora del mortífago.

-Creo que Lady Meer nos debe una debida explicación al respecto –negó el mago oscuro –Mientras tanto utilizaremos a estas criaturas... Para la siguiente Luna Llena déjenlas libres... Vamos a verles en acción.

El cazador hizo un ademán afirmativo.

-Muy pronto volverás a casa, hijo... –musitó con fría voz y una sonrisa surcó sus pálidos labios –Pronto las cosas retomarán su curso...

Continuará.

Gala Snape: Espero que te halla servido lo que escribí, gracias por dejar mensaje.

Murtilla: Si, peleando... Aunque estoy intentando entrar a un tipo de pelea más... "útil" para nuestros nobles propósitos, ju ju ju ju... Deborah tendrá resultados muy pronto... es cuestión de tiempo y Audiel, también sabremos lo que pasó... aunque en teoría todo esta resuelto. No he jugado ninguno de los juegos que mencionas, imagino que son interesantes, pero no los conozco... si tengo tiempo buscare un poco de ellos, gracias.

Kendra Duvoa: Respuestas muy pronto, no te desanimes (yo no lo hago XD). Besos y gracias por todo.

Ayesha: Creo que te pareces un poco a Remus... a veces te gusta y a veces la odias.... ke contradictorio... Lucius vivo?... No lo sé.

Little My: Yo sentí que si tarde... bueno, es que tenía un ritmo semanal, pero últimamente me he retrasado. Debbie tiene un plan a futuro... por el bien de la orden!!, si señor!!!... Pronto verán que su papel no es nada facil... De hecho para mi no es fácil rezagarla tanto, pero creo que lo logro un poco. Draco y Harry se saludarán, no te preocupes... Es una pelea inteligente, con frases inteligentes y reacciones inteligentes... el que estalle primero pierde... ¿ves?, jajaja... Sip, la acción comienza... Ataques mas salvajes... mas matanzas... mas sangre, etc etc etc... Y respecto a los besos compartidos por Harry y Draco... Labios, querida... Labios, cuello, pecho... abdomen... ¿No te parece cruel que el ataque sucediera justo en "esa" noche?

Laury Potter: Mil gracias. Aquí tienes el siguiente capitulo, espero que el próximo no demore mas de la semana. Besos.

Moryn: Si, será una bomba, pero aun no estoy segura a quien le explotará primero...  ¿Tu a quien le apuestas? ¿Harry o Draco?

Beka de Kerry: Muchas gracias por leer mi fic, me agrada la idea de que te vayas adentrando a este mundo, animo y besos.

Amaly Malfoy: Anda, yo no juego con nadie... Quizá un poco con los personajes XD Tienes razón... Ahora que Draco y Harry están juntos en una relación mas notoria conocerán mucho del otro... muy especialmente Draco de Harry. Y de Lucius también tienes razón... Desaparecido no significa muerto... ¿qué le habrá pasado a mi suegro? Snif. Ciertamente Audiel no era un Malfoy muy admirable... de hecho así quería que fuera... También es cierto que es más fácil de dominar, así que respiraré en paz en lo que a Draco concierne... a menos que ese lazo Malfoy lo lleve a su perdición antes que alguien lo evite. Sé que el lemon ha dejado mucho que desear en este fic... de hecho yo misma no encuentro dónde ponerlo aunque en ocasiones pasadas ya se planeó... Pero lo habrá, no te desanimes... Neville el traidor? Hummm.... No sé, preguntémosle a Hermione... ella todo lo sabe. Besos.

Diabolik: Draco recuperara su osito, no te preocupes!... solo debo mover un poco de orgullo y necedad, ju ju ju. Gracias.