Disclaimer: Harry Potter y todos sus personajes son propiedad de J.K.Rowling.
Advertencias: Slash.
Dieciocho: Para que ella regrese.
La imagen que ambos espejos mostraban era muy difusa. Se trataba de un hombre joven, a juzgar por la complexión de su cuerpo, pero no era posible distinguir su rostro... a excepción de esas dos marcas ubicadas en la frente, marcas mezcladas que evidenciaban la posible identidad de la imagen.
La marca oscura se reflejaba de un espejo a otro anteponiéndose a la otra: Una pequeña marca en forma de rayo.
Deborah casi estaba segura del significado de la imagen, pero la complexión corporal no podía ser la misma. Harry y Voldemort no podían tener el mismo reflejo.
La mujer revolvió la superficie de ambos espejos usando sus poderes para obtener el mismo resultado una y otra vez.
No lo comprendía.
Entonces sus ojos se posaban en la pluma de oro. Ese era el complemento de los espejos, la herramienta que le daría las respuestas.
Pero la pluma no había comenzado a escribir nada. La energía mágica que se manifestaba se había acumulado en el artefacto y la hacían temblar con violencia, pero no había podido escribir nada.
Tras mas de tres horas de repetir la misma acción una y otra vez, Deborah comprendió que no podía.
Algo le impedía obtener las respuestas a pesar que los tres artefactos mágicos vibraban intentando ser más claros; muy especialmente la pluma.
Los espejos transmitían una perfecta imagen a la pluma, pero el artefacto no era capaz se transmitirlo a su vez. Sin embargo no paraba de vibrar.
Eso era un obstáculo para alguien que había estado trabajando tanto. Y desde luego estaba comenzando a frustrar a Deborah al punto de que la histeria se hacía presente con más notoriedad.
Y es que estaba segura que eso no debería pasar. Ambos artefactos tenían un poder asombroso y no podían ser limitados, a menos que la fuerza que intentasen observar resultara superior a ellos. Pero eso resultaba imposible cuando cada artefacto tenía cientos de años de antigüedad. Lo suficiente para que ningún mago (Aun Lord Voldemort) les superara.
Ni hablar. Tendría que investigar para conocer lo que estaba haciendo mal.
* * *
-La división médica necesita más ingredientes –dijo Ginny cuando por fin encontró a Harry tras dos días de buscarlo y escuchar que había estado peleando con Draco Malfoy –Mi hermano Charlie se ha ofrecido a conseguir la mayoría, pero necesita apoyo.
-Que vayan Fred y George –dijo Harry intentando no mostrarse molesto por cierto rubio que daba ordenes a los magos para "asear" un poco el lugar.
-Ellos están ocupados –respondió la pelirroja viendo a Malfoy también antes de volver a concentrar su mirada en Harry –Tu tía les ha dado una muestra de sangre y están probando.
-Hum –gruñó Harry sin despegar la vista del rubio –Quizá Ron...
-De hecho iba a pedirte que me dejaras ir a mí –dijo ella con un poco de impaciencia –Conozco el terreno en el que mi hermano estará debido a que acompañé a Audiel Malfoy.
Oh, si.... Audiel era quien se encargaba de los ingredientes.
-Audiel tenía más posibilidad de escapar si había problemas –negó Harry y frunció el ceño -¿Por qué tenías que acompañarlo?
-Se necesita un mínimo de dos magos para obtener los ingredientes; es cuestión de seguridad... Uno cubre a otro.
-Audiel te cubría...
-¿Me vas a dejar ir o no? –replicó la muchacha molesta y colocó sus manos en las caderas.
-Esta bien –aceptó Harry -¡Oye, Malfoy! No te atrevas a mover esas escobas.
-¿Escobas? –preguntó el rubio con un gesto de burla que crispó aun más los nervios de Ginny –Creí que era la esquina de los desperdicios.
-Escobas –reiteró Harry –No las muevas de ahí.
El rubio encogió los hombros y caminó hacia otro sitio, esta vez dando ordenes a una ocupada Hermione que levantó la barbilla y pasó de largo hacia la oficina.
Ginny suspiró a l ver que su oportunidad de seguir hablando había acabado. Así que decidió hablar con su hermano y planear esa visita.
* * *
"Artefactos mágicos y hechizos para limitarlos"
Debbie torció los labios tras humedecérselos por novena ocasión. Un libro polvoso siempre le había parecido una fuente inagotable de conocimientos; pero en esos momentos solo era una aglomeración de hojas apolilladas con letras y más letras.
Claro que no esperaba encontrar la solución tan fácil: "Razón por la que el espejo Oesed y Mistick no daban respuesta..." , pero ya había hundido la nariz en el onceavo libro y nada.
Bueno, también era cierto que no esperaba encontrar la respuesta en el primer día en que se metiera a la biblioteca; así que cerró el libro para acomodárselo bajo el brazo y caminó hacia la salida.
Se llevaría ese libro a casa.
-Puedo buscarle más libros del tema –ofreció el anciano, quien había estado al pendiente de lo que pudiera ocupar y se veía más exasperado que ella.
-Muchas gracias –aceptó ella abrazando el libro -, me llevaré este.
Justo al dar dos pasos fuera del edificio Deborah se encontró un pequeño problema. Sirius no la dejaría leer...
Sin embargo ir de nuevo a su casa le resultaba deprimente, así que...
-Al menos merece ese tiempo –se dijo a sí misma.
Remus la había puesto en esa situación, así que no debería enfadarse, ¿verdad?
Convencida de que no tendría tiempo para leer el libro que había sacado. El dulce aroma que Sirius poseía le dio la bienvenida y se sintió invadida por esa flacidez que ablandaba todo su cuerpo, tan solo percibir la presencia de su pareja.
... su pareja...
¿Sirius se sentía realmente unido a ella de esa manera?
Debbie podía asegurar que le entusiasmaba verle... Sentía su ánimo y hasta era capaz de captar su erotismo. Pero no había sido capaz de ver ese exceso de ternura y compañerismo que Sirius dedicaba solo a Remus.
Remus...
La verdad es que Deborah no lo había admitido, no estando plenamente conciente y con voluntad libre; pero llegó a desarrollar un odio arrollador hacía él que solo rivalizaba con el amor que le profesaba a la criatura.
Como ocurría a Remus con ella. Si. Los mismos celos.
Deborah odiaba al hombre gentil que lograba esa sonrisa despreocupada en Sirius y era capaz de arrancar alguna broma. Pero amaba a la violenta criatura que había enfrentado a la sirena demostrando una fuerza aplastante.
Al menos el hombre Lobo consideraba peligrosa a la sirena y deseaba exterminarla para que se mantuviera alejada de aquel a quien había elegido como compañero. Remus no quería lastimarla... Remus prefería sacrificarse por la felicidad de aquel al que amaba y dejaba que la sirena de regodeara con su victoria.
¿Remus la odiaría por que ella hacía lo mismo?
Deborah suspiró llevándose la mano al pecho. Justo en ese momento el ruido de la puerta llamó su atención y en cuestión de segundos se vio atrapada por unos brazos cálidos que le reconfortaron.
-Estoy molesto contigo –dijo Sirius con ese tono juguetón que anunciaba un castigo erótico al que ella no podía resistirse.
-He vuelto a casa –susurró Deborah apoyando la cara en el pecho masculino para aspirar su aroma y se nuevo se sintió capaz de olvidarse de Remus.
-¿Y ese libro?
-Tonterías –repuso ella y levantó la mirada hacia los bellos ojos azules de su consorte –Vamos adentro.
* * *
-¿Por qué teníamos que traer a la gata? –preguntó Ginny apartando una enredadera que estuvo a punto de golpearle la cara –Estamos en misión, no puedes estar cuidando la mascota de alguien más.
-¿Te refieres a esta simpática híbrida cuya dualidad de Nundu podría alejar a un ejercito de mortífagos? –preguntó Charlie con humor tras alcanzar a poner una mano para que la enredadera que su hermana había soltado no le pegara en la nariz.
-No creo que actualmente le teman a un Nundu –repuso la pelirroja con algo de escepticismo -¿Le enseñaste a hacer algo?
-No, esta preciosa ya sabe lo necesario –dijo el hombre con orgullo y se inclinó para acariciar la cabeza del animal que venía corriendo detrás de ellos –Fue entrenado para combate difícil... Claro que ahora debe estar fuera de forma; se la pasa durmiendo o comiendo.
-No puedo creer que estemos hablando de una gata vieja en medio de la nada –refunfuñó Ginny.
-Bien podrías cambiar el tema –dijo él.
La muchacha prefirió no hacer caso a ese ultimo comentario y continuó avanzando por la espesa vegetación selvática. El lugar donde recogerían los ingredientes se había colocado en una zona de difícil acceso a propósito, en donde solo se podía llegar a pie. El brujo que abastecía la división medica era un viejo medimago que dejó el cargo a Neville y ahora recolectaba y cultivaba toda clase de hiervas extrañas que hacían maravillas en los hospitales mágicos.
Pero desde que estalló la guerra se había hecho de los hospitales, crueles blancos de batallas. Razón por la que el viejo mago se mantenía a salvo y en continuo contacto.
Ginny sabía muy bien el camino debido a que había escudado a Audiel Malfoy. En la mayoría de las veces el rubio hacía gala de sarcasmos ligeros en donde dejaba claro que ella no era de su agrado.
Y por supuesto la pelirroja sabía la razón. De hecho era la misma por la que ella no lo soportaba a él: Harry Potter.
¿Pero es que quien lo iba a imaginar?
Desde luego no Ginny.
Tanto procurar estar al lado de Harry para que fuera ese rubio quien se convirtiera en su amante.
Audiel Malfoy había representado un obstáculo que ella no pudo saltar. Y a pesar de su inadecuado carácter y esa frágil apariencia era fuerte.
Muy fuerte.
Lo mejor que pudo pasar es que muriera.
... Bueno... Si tan solo Draco Malfoy no acaparara la atención de Harry como lo estaba haciendo...
Ginny suspiró.
Por fin llegaron a una zona en donde el calor se había tornado insoportable y los mosquitos revoloteaban incansablemente en busca de alimento.
En medio del terreno accidentado se veía una vieja choza rodeada por objetos con hiervas de la apariencia más extraña.
Antes que Ginny se adelantara a tocar la puerta vio que la gata se adelantaba para olisquear la madera podrida y erizaba la piel de su lomo.
-¿Por qué no controlas a ese animal? –preguntó exasperada.
Charlie había mirado a la gata con profundo interés hasta escuchar el primer bufido y apreciar los espasmos que el cuerpo comenzaba a sufrir.
-Es una trampa –murmuró Charlie atrapando la mano de su hermana para colocarla a sus espaldas y mirar el lugar.
Ginny miró también sin percibir nada. A pesar que la gata si parecía detectar algo para recuperar esa horrenda figura de Nundu frente a ambos sin dejar de gruñir amenazadoramente, ella no había detectado nada.
Una trampa.
La ultima vez Audiel lo dijo.
... Alguien había sabido que asistirían hasta ahí. Incluso el rubio propuso llevar más gente o cambiar el sitio de intercambio. Pero la propuesta debió ser escuchada por Harry, y ahora Audiel estaba muerto.
-¿Charlie? –preguntó ella sintiendo la tensión en su cuerpo.
El pelirrojo se enderezó y dio una orden en griego al enorme animal que lanzó una peste desde su boca. Eso mareó a la chica antes de que el mismo Charlie le diera algo que evitara el malestar y vio a la criatura rodearlos de manera protectora.
Pero Ginny seguía sin ver nada. A pesar que agudizaba la vista en busca de algún enemigo no lograba ver nada y comenzaba a pensar que todas esas precauciones eran exageradas. Habría protestado de nueva cuenta si no fuera por que varios magos encapuchados hicieron su aparición de manera tan repentina como la transformación de Candy.
-¿Cómo supieron que vendríamos? -murmuró Ginny.
-Me dijiste que la vez pasada fueron sorprendidos también –recordó Charlie.
-No exactamente en este punto –insistió ella –Audiel confundió el rastro cuando nos alejamos ... Un kilómetro más adelante nos topamos con una cuadrilla de mortífagos por accidente. ¡¡No pudieron llegar hasta aquí sin ayuda!!
Y la verdad es que eso era lo grave, pensó Ginny.
¿Cuántos mortífagos sabían la ubicación exacta de la vieja choza donde se guardaban las provisiones médicas?
Aun sabiéndolo había que atravesar un magnífico laberinto que se había creado con la vegetación.
-Después nos preocuparemos por eso –dijo Charlie con la varita al frente –Yo te cubriré, ponte a salvo.
La joven frunció el ceño.
¿Es que todos creían que era incapaz de defenderse?
Antes de que la chica pudiera protestar sintió un empujón que la internó en entre las hiervas del laberinto. Al instante el camino se cubrió y se vio excluida de la peligrosa situación.
Genial...
La muchacha se encontró en un territorio novedoso con esa temperatura sofocante en la que iba a resultar difícil encontrar el camino de regreso a la cabaña del viejo medimago. Le era posible escuchar los rugidos del animal al que Charlie daba ordenes, pero no podía ubicar el camino . Y los gritos aguerridos de voces que no conocía y pronunciaban perfectas maldiciones imperdonables, le confirmaban que en verdad habían caído en una trampa.
Que absurdo.
Ginni intentó tomar el camino de regreso para ayudar a su hermano mayor hasta que se topó con un mago que parecía tan confundido como ella y miraba la vegetación.
-¿Qué haces aquí? –preguntó Ginny acercándose.
-Ordenes de ultima hora –dijo él.
-¿Harry te mandó? –ella parecía impresionada –Nos tendieron una trampa.
-Hum –el muchacho sonrió –Si, es lo que parece. Tu hermano no debió dejarte sola.
-Estoy buscando el camino de regreso –explicó ella –Cuando el hechizo de laberinto detecta un peligro que violenta su territorio confunde aun más las energías.
-Por eso es una suerte que me hallas encontrado Ginny –susurró el chico y con un violento movimiento le abarcó el cuello con una mano.
-¿Seamus? –musitó ella sorprendida al mismo tiempo que un gemido de dolor que escapaba de su lastimada garganta.
-Queremos que vuelvas, Virginia Weasley –musitó él acercando los labios a la mejilla femenina para depositar un beso –Lord Voldemort quiere que vuelvas.
Un pinchazo doloroso provocó que la joven apretara las manos en los hombros varoniles en un vano intento por liberarse.
No lo recordaba así de fuerte.
¿Qué era todo eso?
Sintió perfectamente la manera en que la piel de la mejilla se le desgarraba con algo particularmente filoso y comprendió que el chico la estaba mordiendo. Sintió también que las fuerzas comenzaban a abandonarla con una rapidez poco recomendable e intentó gritar y llamar la atención de su hermano mayor.
No. No podía.
Con desesperación buscó entre sus ropas hasta dar con su varita y la encajó con fuerza en el costado de Seamus. Fue eso lo que la precipitó al suelo mientras escuchaba los chillidos del muchacho.
-¡¡Pequeña perra asquerosa!! –exclamó con desprecio y desclavó la varita de la carne suave, manchada con su sangre.
Ginny lo vio acercarse de nuevo, pero al mismo tiempo una bestia se precipitó a la distancia adecuada para lanzar un zarpazo y arrojar al mago contra la vegetación acompañado de un alarido de dolor.
-Candy... –musitó Ginny viendo al animal. Entre su pelaje podía apreciarse la sangre y tierra, resultado de una horrible desventaja.
-¡¿Ginny?!
Ese era Charlie.
La muchacha sintió los brazos protectores de su hermano y suspiró apoyando la cara en su pecho a la vez que escuchaba a los magos enemigos acercarse.
Era el final, ¿verdad?
-Fue Seamus... –suspiró Ginny.
Charlie frunció el ceño.
Los mortifagos aparecieron de nueva cuenta provocando que Candy se pusiera a la defensiva de nuevo. Sin embargo Charlie estaba seguro que la desventaja numérica les costaría la vida y solo abrazó a su hermana pequeña esperando lo peor.
Con lo que Charlie no contaba era con ese instinto maternal del Nundu y de pronto se encontró cubierto por una cuidadosa cámara formada por el vientre de la criatura y provista de una seguridad que lo abrumó.
Zabini salió de entre las hiervas y rió al ver ese espectáculo. La Nundu había cubierto a los magos, pero eso no le garantizaría nada.
-Quémenla –ordenó a su gente –Tarde o temprano el fuego alcanzará el centro.
El fuego comenzó a consumir el suave pelaje del animal... Zabini llegó a admirar la determinación de la bestia para no moverse a pesar de los alaridos de dolor que emitía y esperó hasta que todo se tornó silencioso y solo se escuchó el crepitar del fuego.
-Vámonos –dijo al ver que la carne comenzaba a quemarse desprendiendo un olor nauseabundo justo al tiempo que la respiración en el enorme cuerpo se detuvo y la sangre seguía brotando.
-Finnigan debe estar herido, señor -dijo uno de los magos.
-Es su problema –espetó Zabini –Nosotros ya cumplimos con nuestra parte... Que se preocupe por salir vivo él solo.
Continuará...
Gala Anape: Anda, tu si que lees los capitulos rápido. En lo personal espero que sea Harry el primero en explotar. A Draco no le conviene tanto. Y Sirius... Creo que le dara un ataque... He aquí la actualizacion...
Amaly Malfoy: Aquí tienes tu traidor!!!! Hermione no sabe, asi ke habrías quedado en las mismas XDDD.... Remus madurará, no te preocupes... muchos madurarán en esta historia. El hechizo se explicara en capitulos futuros... Crees ke Harry se quedara con la duda también?... tsk tsk... no... Lo de hace 4 años continuara, no te preocupes. Y de Lucius.... vale, no es mi suegro... es mi complice... muahahahaha... Besos.
Kendra Duvoa: Debbie tiene miedo de muchas cosas justo ahora, pero el bebe estará bien... estará en perfectas manos...
Souyu Jumonji: Gracias por dejar mensaje... me animó bastante. Bien, vamos por partes... A mi tampoco me gusta la pareja Harry y Severus... el hacer un fic al respecto fue por prueba personal... Claro, aun asi no pensaba dejarlos juntos... desde un principio iban a separarse. Harry es adorable, si, en eso coincido. Lucius el cazador?... Anda!!! Quien te dijo??? XDD... La bomba estara interesante, al menos en mi cabecita termina de manera muy conveniente XD, solo hay que tener paciencia. Mil besos y espero que este capitulo te guste.
Moryn: Draco volvió por que es mejor fastidiar al enemigo desde el punto más vulnerable... Pronto verás más de eso. Eso si... Sigue molesto... y mucho!!!, pero hay un detalle del que te olvidas llamado Ultima-palabra-de-Audiel. Besos!!
Murtilla: Voldemort es todo un caso... Debo decir que me alegra hacerle planteado un plan "inteligente", ju ju ju...
Gaby Kinomoto: Que bueno que te gusto.
Haruka: Ke milagro, niña!... no digas mis secretos, vale???
Sakura Corazon: Hola!!! Remus aceptará, recapacitará y actuará, no te preocupes. El escudo protector se explicará mas adelante, no se parece al caso de la mama de Harry por que aquí se implica magia oscura (cortesía de Deborah Potter) pero se asemeja un poco en la razón... Deborah protege a su consorte de esa manera. Ron también madurará... siempre y cuando no tenga a un Malfoy al frente XDDD. Sobre tu capitulo... muchísima suerte con él. Besos.
Ayesha: Ya ya... Sirius no tendrá mas abstinencia, promesa. Y Remus no será padrino... n.n
