Disclaimer Harry Potter y todos sus personajes son propiedad de J.K.Rowling.
Advertencias Slash.
ººº
No me preguntes lo que soy capaz de hacer por ti.
Mi amor es tan grande que podría desgarrarme el corazón si con eso garantizo tu seguridad.
Mi amor es tan... grande... que renunciaría a ti aunque eso fuera lo que me hace ver como un desgraciado...
... te amo... tanto...
que te rechazaría de nuevo si con eso centro la atención de mis enemigos en mí.
No me preguntes si te amo... No te lo diré aunque eso pueda detener tu llanto.
... no lo haré...
ººº
Treinta: Una espina en medio del alma.Una caricia.
Era un gesto cuidadoso, pero carecía de ternura.
Harry abrió los ojos y una figura borrosa apareció en frente.
No era él.
El moreno fue conciente de la humedad de su cuerpo y ese bienestar extraño acompañado de un repentino calor. Entonces comprendió que todo había pasado.
-¿Qué hago aquí? –preguntó a su tía -¿Tu me trajiste?
-Justo hace un momento –repuso ella – Elegiste un lugar extraño para reposar.
Harry deslizó la mirada por el lugar, apreciando los detalles de la habitación. No era suya.
-¿Dónde está Malfoy?
Ella limpió el sudor de la frente de su sobrino.
-No puedo ubicarlo –murmuró con tranquilidad –La barrera se ha roto.
Harry frunció el ceño.
Había sentido eso.
-Cada vez noto menos utilidad en tu intervención, tía.
Deborah levantó la mirada hacia los ojos de Harry. Había impotencia ahí, dolor... furia.
-Eso no fue causa mía –ella suspiró –El que hallas mostrado interés por Draco apuntó la atención en él.
-Eso es mentira.
-Fuiste a ayudarlo la noche de Luna llena. No te detuviste por nadie, pero volviste por él. Y todos lo supieron. No me extrañaría que el infiltrado lo supiera también.
-No había manera que lo supieran –protestó Harry.
-Enviaste un aviso de auxilio –ella frunció el ceño –Te he dicho que no se envía un aviso así en condiciones de alta debilidad... Creo que tres de los avisos llegaron a manos de aurores que nada tenían que ver con el liderazgo...
La verdad es que Harry no se había puesto a pensar mucho en el aviso. ¿Qué era lo que había informado?
-¿Habrías preferido que lo dejara morir? –preguntó a su tía.
-Has dejado morir a muchos –susurró ella –Aquel que merezca que te vuelvas hacia la batalla debe ser especial.
¿En serio?
Harry no lo había visto así. Sabía que había cambiado los motivos de su lucha, estaba conciente de que causaría problemas, pero no esperaba que resultara así.
Falló.
-De verdad que no te entiendo –dijo a su tía -¿No querías este cambio en mí?
-Lo quería –aceptó ella.
-¿Entonces cuál es el problema?
-¿Tu le vez problema? –preguntó Debbie con amabilidad.
-¡¡No intentes confundirme!!
-¿Es eso lo que intento?
Harry se mordió el labio inferior ante la impotencia que comenzó a invadirle y se sintió cansado.
-Draco no es tan débil –dijo ella al ver que no agregaba nada más y se levantó -¿Piensas que dejaría a mi ahijado desprotegido?... No, Harry... Solo es cuestión de tiempo para que vuelva. Lo que quiero que veas son las consecuencias de querer aparentar algo que no eres... No tardó en llegar el momento en que mostraras interés por aquello que realmente proteges, sin embargo esperaba una actitud más inteligente de tu parte... Tenemos un infiltrado... y ahora Lord Voldemort sabe de Draco... Si no haces algo ese muchacho terminará igual que Audiel Malfoy o Ginny Weasley. –ella suspiró –A menos que sea lo que estés buscando.
-Draco me interesa –escupió Harry con la mandíbula tensa.
-Es lo que espero que demuestres... Descansa, aun estás muy débil –la mujer salió de la habitación.
º º º
Draco fingió dormir. En realidad estaba algo agotado y el dolor de su cuerpo rogaba por un poco de descanso, pero en una situación así lo mejor era permanecer despierto.
Escuchó perfectamente los movimiento que Zabini hizo por la habitación y las veces que se detuvo, para mirarlo seguramente. También sintió el momento en que lo vistió con una túnica que no era la suya y casi suelta una carcajada por lo ridícula que le resultó la acción. Sin embargo logró reprimirse y mantuvo su expresión tranquila hasta que escuchó el característico sonido de una desaparición y el silencio ser extendió por más de media hora.
Convencido de que su captor tardaría en volver, se atrevió a abrir los ojos y movió su cuerpo con algo de pesadez. Miró con cuidado todo el lugar y apretó los labios al no ver su varita. Seguramente seguía transfigurada en espada. Bueno, era lo de menos. Lo que tenía que hacer ahora era salir de ahí.
El detalle era esa evidente falta de energía (física y mental) que necesitaba.
Draco extendió una mano para mirar con atención su mano derecha; en la uña de su dedo índice se apreciaba una ligera desigualdad.
Jamás habría esperado usar ese recurso en una situación como esa. Siempre pensó que sería tras una tortura en algún calabozo o tras un combate en el que resultara muy mal herido. Pero no tras un ultraje.
El muchacho acercó la mano y mordió la superficie de la uña hasta desprender una escama que brilló con la luz del fuego de la chimenea.
Sujetó la escama entre los dientes mientras recordaba las instrucciones que su madrina le dio al entregársela hace tiempo.
Primero: no tener energía suficiente para escapar por cuenta propia. La energía en exceso podía causar excitación y (en palabras de la sirena) eso no sería muy agradable de ver o experimentar.
Si. Cumplía con eso.
Segundo: No tener un hechizo céntrico de por medio.
Bueno... Blaise no había mencionado nada así que...
Para desaparecerse en condiciones tan lamentables como esa tenía que basarse en un deseo... Algo que guiara la reaparición a un sitió seguro y no la confundiera por la debilidad corporal a reintegrar el cuerpo en un sitio cercano (y no tan recomendable).
Draco torció los labios. Eso podría ser más difícil.
Pero una imagen le confirmó que tenía un deseo.
Una imagen rara... la de un lugar incómodo en donde una persona permanecía quieta.
Harry en su fase final de fiebre.
Si.
Era justo a donde quería llegar.
Con Harry... A esa cueva...
Draco tragó la escama y al instante sintió la energía de la criatura mágica en cada célula de su cuerpo. Su mente se llenó con un solo pensamiento y se concentró para realizar la desaparición.
Por un momento sintió una distorsión de la imagen. Algo que confundía el hechizo y sintió miedo al pensar que Harry ya no estaba ahí.
¿Lo habrían encontrado también?
"No importa" pensó forzando la imagen "Quiero llegar con él... A donde él est
Pero el hechizo estaba muy confundido.
Supo que estaba a salvo cuando unos brazos lo rodearon con ternura y la calidez de unos labios se posaron en su frente.
Una mujer. Sentía el cuerpo de una mujer.
Uno de dos Potter no estaba mal. Ella era uno al final de cuentas.
-Hagan las pruebas pertinentes –murmuró con humor antes de perder el conocimiento.
º º º
Hermione entró a la habitación donde estaba Harry y le dedicó una suave sonrisa antes de acercarse a un lado de la cama y mirar con detenimiento.
-Lo siento... –susurró algo incomoda –No era mi intención ignorar tu mensaje... Era muy difuso, pero debí imaginar que no lo enviarías por nada.
-Supe que no llegó a todos...
-No a los indicados –corrigió ella –Debió desviar su camino por tu debilidad mágica. Aun no sabemos quienes con los tres destinarios restantes... Pero todos saben de tu urgencia y la de Malfoy.
Muchos supieron, pero pocos fueron a su rescate.
Que curioso.
Harry miró a su amiga con detenimiento. Notó algo inusual que no supo definir a la perfección. Algo cargado de una determinación que no había notado desde hace años. También apreció una ausencia que le chocó en absoluto.
-¿Ron?
Hermione entreabrió los labios como si le faltara el aire de repente y volvió a cerrarnos sin apartar la mirada de Harry.
-Él... –Hermione desvió la vista – murió.
Harry clavó los ojos en ella en busca de algún indicio que mostrara que esas palabras eran mentira. A pesar que sabía que Hermione no jugaría con ese tipo de información se atrevió a hacerlo. Y cuando la vio apretar los labios junto con esa lágrima que resbaló de su mejilla, se sintió fatal.
-¿Esa noche?
-Después que lográramos escapar –dijo ella y volvió a mirarlo –Un licántropo nos alcanzó... Ron lo enfrentó... Ese tonto –frunció el ceño –Sabía que no podía hacerle frente, pero lo hizo... –Hermione clavó sus ojos en los de Harry –Ron no perdió la confianza en ti.
-¿Eso es un reclamo?
-No –Hermione cerró sus ojos para limpiarnos de la humedad que se había acumulado en ellos – Solo te lo estoy recordando, Harry. Ron jamás perdió la confianza en ti.
-¿Y tu?
Harry escuchó un sollozo proveniente de su amiga y apretó los labios.
-Lo siento –murmuró ella de nuevo y giró para salir de la habitación – espero que con lo que Malfoy te da baste, porque debo concentrar mis energías en otra persona.
Harry la miró impresionado.
¿Cuántos más lo sabían?
¡Maldición!
-Casi lo olvido –murmuró Hermione deteniéndose en seco -Malfoy llegó hace poco con tu tía.
¿Y por que no había ido a verlo?
Harry apretó las mantas.
-Lo... –la chica bajó la cabeza -... lo violaron... Neville atiende las heridas justo en estos momentos.
Harry sintió una presión dolorosa en el pecho.
¿Todo eso había sido por su culpa?
¿Solo por atreverse a ser como antes?
¿Solo por... admitir lo mucho que amaba a su rival?
Que idiotez.
Hermione guardó silencio y salió de la habitación. Justo fuera avanzó hasta uno de los pasillos principales y se recargó en una de las paredes dejando escapar un suspiro.
¿Y ahora qué?
No había logrado su objetivo.
-¿Es cierto lo que dicen?
Hermione levantó la mirada castaña hacia Charlie y la desvió obedeciendo un pinchazo doloroso en su corazón.
-¿Cierto? –preguntó bajo riesgo de sonar estúpida ya que sabía el sentido de la pregunta del pelirrojo.
-Harry y... Malfoy –aclaró Weasley con una nota de comprensión que casi provoca una risa histérica en la morena –No se rumora sobre otra cosa en la base –agregó. Como si ella no lo supiera –Sin embargo nadie esta seguro. Les he dicho que debe haber otra...
-No hay otra explicación –interrumpió ella –Malfoy y Harry han hecho un hechizo de complemento energético.
Era mentira. Pero Charlie no lo sabía y un rubor cubrió sus mejillas.
-¿Pues qué habían pensado? –preguntó ella con algo de falsa burla –Con el hechizo de complemento los líderes tienen más poder bélico, pero es necesario que ambas partes estén a salvo. Así que no me extraña que Harry halla regresado por su complemento energético, aun si este es Malfoy.
-Sé lo que es un hechizo de complemento –protestó Charlie.
-A Harry no le gustará saber que rumoran otra cosa –insinuó ella.
-Me encargaré personalmente –dijo el pelirrojo para alejarse tras despedirse de ella con un ademán.
Hermione suspiró. Con eso bastaría por el momento.
º º º
-Esta listo –anunció Neville –No ha tenido muchas heridas que atender.
-Lo sé –replicó Deborah sin dejar de mirar por la ventana mugrosa –Muchas gracias, Neville.
-¿Imaginas la razón por la que pudieron encontrarlos? –preguntó el rubio regordete.
-Fuga de información –ella giró el cuerpo hacia el muchacho y cruzó los brazos –De cualquier manera fue un movimiento inútil por parte de Lord Voldemort.
Neville dejó ver una mueca ante la mención de ese nombre.
-¿Por qué? Malfoy resultó herido... Es algo que afecta a Harry, ¿no?
-El día que alguien sepa lo que afecta realmente a Harry lo mataré con mis propias manos –declaró ella con frialdad –Vete, Neville.
El muchacho obedeció sin notar la sonrisa que se delineó en los labios de la adulta.
Deborah caminó hasta la cama y se sentó a la orilla para acariciar el cabello platinado de su ahijado.
¿Lo que afectaba a Harry?
¿Lo era finalmente?
-¿Sabes lo que provocará tu muerte, Draco? –susurró ella con suavidad y se inclinó para besar sus labios –Yo sé lo que pasa por tu mente... Sé lo que guarda tu corazón... es por eso que has salido con vida.
Deborah apretó los labios.
Su ahijado era tan... fuerte.
Sería difícil doblegarlo.
Muy difícil.
º º º
Harry decidió salir esa noche desobedeciendo toda recomendación médica. No había recuperado fuerzas, ni su varita, así que sus pasos lo guiaron hasta una de las habitaciones de la base de la que traspasó el umbral con el mismo reparo que demostraba al escuchar de ella.
Desde un principio estuvo en desacuerdo con la creación de esa habitación. Aquella donde se guardaban silenciosos homenajes a los magos caídos... Donde les recordaban. Las paredes mohosas se hacían adornar por alguna fotografía y en el mejor de los casos podía verse la varita mágica junto al nombre del caído.
Era eso lo que estaba buscando.
Harry miró todas las placas hasta que sus ojos se toparon con una insignia vieja rodeada por nombres gravados directamente en la pared.
Weasley.
Aun al paso de los años no habían podido permitirse una pertenencia demasiado cara; mucho menos ahora, donde los costos de la guerra absorbían la mayoría de las ganancias.
Tres varitas rescatadas y una rota.
Harry se acercó para reconocer cada una de ellas.
La varita rota era la de Ron.
Imaginar las circunstancias que provocaron que la varita se rompiera lastimó a Harry. Probablemente el peso de la criatura se centró en esa área del cuerpo, así que debió romperle algunos huesos además de desgarrar su carne sin importarle que aun estuviera con vida.
Entonces Ron apretaría la varita. Siempre hacía eso cuando aun tenía ganas de continuar a salvo y pensaba en un hechizo rápido para salir adelante y llegar con el resto.
Pero esta vez no lo logró.
¿Hermione lo culpaba por eso?
Harry evitó responder a eso y miró las otras varitas. Una de ellas estaba apostillada y maltratada; era la de Bill Weasley.
... y la otra...
Que curioso corte. Era casi una mitad perfecta. Simplemente hermoso.
La varita de Ginny.
El moreno apretó los labios y tomó esa varita para romperla con odio y tirarla al suelo. Después tomó la varita perteneciente a Bill y la guardó en su túnica. No la de Percy... Jamás se había llevado muy bien.
Bien. Ya estaba armado.
Era momento de buscarlo.
Lo encontraría y lo mataría.
