Disclaimer Harry Potter y todos sus personajes son propiedad de J.K.Rowling.
Advertencias Slash.
Nota: Línea dos.
... lo siento...
no era mi intención amarlo más que a ti
... lo siento...
Treinta y seis: Matar o morir (parte uno).
Un camino se abrió entre las sombras dando paso a ese doloroso jadeo que le despertó violentamente.
Dolía respirar y no podía entender por qué, no entendía la razón por la que estaba en una habitación, apenas iluminada, completamente solo.
Oh, si.
Todos se habían ido.
¿Por qué Sirius se había quedado?
No podía... recordarlo...
¡Un momento!
Ella se había negado a asistir a ese encuentro ya que estaba segura que nada pasaría.
Deborah se veía tan segura... tan...
Pero... algo había pasado.
Ese jadeo doloroso que lo había despertado se lo confirmaba.
Ella le estaba avisando que no estaba bien.
Ah, si. Ella finalmente terminó por ir. Pero no lo había llevado.
¿Por qué?
Sirius se levantó pesadamente y miró el sitio. Estaba solitario debido a que todos habían acompañado a Harry.
Harry había convocado a un ataque y todos habían aceptado.
Todos menos ella. Su propia tía.
Pero Deborah había terminado por ir.
Y en opinión de Sirius, debió llevarlo con ella.
Endemoniada mujer. Aun con años y años de relación seguía haciendo lo que se le venía en gana.
Así que Sirius se mantuvo sereno hasta decidir que tendría que intervenir.
La ridícula idea que acababa de ocurrírsele se borró al recordar que solo Harry sabía en donde estaba el sitio a atacar.
Y daba la casualidad que Sirius no lo había seguido a tiempo.
Sin embargo tenía una opresión en el pecho que parecía guiarlo.
Una opresión que le urgía por llegar a un sitio que no conocía.
Algo que le llenaba de la seguridad que sabía exactamente a donde debía ir.
Bien.
Seguiría esa extraña corazonada.
Ya tendría tiempo para preguntar a Deborah lo que estaba ocurriendo.
Ya tendría tiempo de entender todo.
Por el momento debía encontrarla.
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Harry se detuvo en seco.
Se llevó una mano al pecho.
No se había equivocado, fue un sobresalto, un aviso.
Draco. ¿Dónde estaba Draco?
Debería ser capaz de sentirlo. Debería ser capaz de localizarlo.
¡Era su "macho"!
Harry se mordió el labio inferior recordando la brusca manera en que habían roto la barrera natural hace poco. Se sintió idiota. ¿Por qué había llevado a Draco sabiendo eso?
Ahora no importaba eso.
Solo debía encontrarlo.
Encontrarlo y mantenerlo con vida.
... aun si para eso debía perder su propia vida...
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Un peso delicioso se extendió por su cuerpo.
Líquido.
Húmedo.
Cálido.
Mortífero.
Draco estaba desconcertado. En verdad lo estaba.
Pero... Pese a la respiración agonizante y a la humedad de su pecho, no había dolor.
No había dolor. No más del que ya sentía.
Sabía perfectamente la razón. Siempre lo supo, desde que esa guerra inició.
... aun después de verse en una penosa desventaja con su padre...
Pero no se atrevía a abrir los ojos.
Tenía miedo.
Ver la realidad le atemorizaba.
Porque ese jadeo se había escuchado con tanto dolor... tanto sufrimiento... Que no tenía valor para verlo.
No podía.
Y el peso que descansaba sobre su cuerpo le recordaba una vez más esa promesa hecha en su infancia. Justo cuando no podía recordarla por ser tan pequeño, pero tan clara, que a sus 15 años se vio atrapada en ella.
"Yo te protegeré... Como tus padres... -Mejor que tus padres- ... Yo te protegeré y te instruiré..."
Quizá fuera una de las únicas personas que le dolería perder. Y Draco pasó los brazos por esos finos hombros para estrechar el cuerpo ajeno contra el suyo.
Quizá solo ella pudo cometer semejante estupidez.
Ella y él.
Después de todo tenían la misma sangre. Debían compartir el mismo instinto de héroe ridículo.
Solo ellos dos.
Por que los dos eran Potter.
El rubio abrió al fin los ojos.
Una espléndida mata de cabellos negros descansaba en uno de sus hombros. Y debajo de ella alcanzaba a verse el precioso rostro.
Que tranquila.
¿Habría muerto?
Ella levantó la mirada.
Sus ojos dorados confirmaron a Draco que la herida no había sido tan mortal (aun) y le hicieron notar esa esfera alrededor de ambos cuerpos.
Una esfera que los protegía y que lucía una perforación hecha por el arma de su padre.
Justo la perforación que había atravesado la túnica de ella y la que provocaba esa sangre en el pecho de Draco.
Una perforación en el hombro izquierdo. La parte del cuerpo que su madrina había alcanzado a colocar sobre su pecho para que ese tentáculo no le traspasara el corazón.
Draco jamás vio tanto amor en una mirada tan fría.
El tentáculo serpenteaba en el agujero hecho al hombro, como si aun intentara alcanzar su objetivo. Pero ella lo tenía atascado.
Su esfera lo tenía atascado. Por fuera, pegado a la transparente capa, se veían los otros tentáculos intentando penetrar.
No podían.
Quizá ese que estaba dentro logró herirla antes que la esfera lograra su objetivo, quizá ella había llegado tarde, pese a que llegó a tiempo y su único movimiento fue ese.
Ella y su necedad por salvarlo. Ella y su contradicción.
Deborah volvió a gemir y dejó caer la cabeza en el hombro masculino.
Draco lamentó que fuera ella quien le hubiera salvado. Lamentó que fuera ella quien tuviera que estar pasando por eso.
Porque sabía que no solo le dolía la herida.
-... Lo siento... –musitó.
-No me pidas disculpas... –respondió ella con esa voz adolorida –No soy yo quien las merece... Aun si te salvo la vida de nuevo, no merezco que te disculpes conmigo.
-Mi padre...
-Lo sé... –borbotó ella –y lo siento...
No tanto como él.
Un crujido hizo que Draco levantara la mirada y vio a su padre.
Imponente, aun con heridas en su cuerpo, poderoso y elegante... Y muy, muy enojado.
Pero... tras ese enojo había angustia.
La angustia que Draco comprendía a la perfección ya que estaba preocupado por lo mismo.
La angustia que mostraba aquel que había herido a quien amaba.
-Deborah, ¿por qué? –Lucius tenía el ceño fruncido. Apenas conteniendo su furia -¡Es mi hijo! Y sabes lo que está haciendo... ¿por qué tienes que arriesgar tu vida para salvar la de él?
Draco la escuchó reír.
Débil.
Suave.
-Porque es mi ahijado, Lucius –dijo suavemente. Draco sintió que se incorporaba, pese al dolor, pese a la sangre... Su cuerpo atravesó la esfera hasta estar fuera de ella y lo giró hasta poder ver al rubio –Esa fue mi promesa al aceptar ser su madrina, fue lo que esperabas de mí.
-No solo esperaba eso de ti... –replicó Lucius con desprecio.
Draco se mantuvo quieto.
¿La atacaría?
... ¿aun sabiendo que eso rompería su corazón?... El corazón de su padre. Quizá lo único que había logrado mantener a salvo de ese horrible hechizo que acumulaba brutal poder en magia oscura.
Draco sintió un pinchazo de dolor.
La atacaría.
Porque aun siendo su amor... No podía ponerse por encima de su orgullo.
Después de todo era un Malfoy.
Lo conocía bien... y Lucius a su vez. Pero Draco se había guardado sus planes. Por eso había tenido que morir.
-Eres más poderoso que yo... –susurró ella bajando la cabeza – Como bruja soy una inepta, pero... –lo miró a los ojos – mi criatura te supera... Así que si no quieres morir debes detener esto, Lucius.
-No seas ridícula –espetó él –Estás interfiriendo en mis planes.
-El orgullo no te mantendrá con vida –ella enarcó una ceja – No mantuvo vivo a Severus y no mantendrá vivo a Harry.
-Personas que no me interesan en lo absoluto –aseguró él – y con las que no tengo nada que ver ahora.
Ella sonrió.
-Los humanos son tan... necios e idiotas... Yo prefiero vida a orgullo... aun cuando parezca lo contrario.
Un halo dorado se expandió en forma de viento en el lugar.
Un frío terrible acentuó la tierra y el aire.
De la boca de Lucius comenzó a emanar vaho y frunció el ceño sintiendo que el frío le calaba los huesos.
Al propio Draco le calaba en los huesos.
La herida de su madrina aun sangraba, sin embargo le pareció ver que la sangre se coagulaba...
... no... se estaba congelando...
Una criatura de sangre fría.
Una... sirena.
-No tienes derecho a hacerme esto –siseó Lucius –Yo no detuve la muerte de Lupín, no detengas mi asesinato tampoco.
Ella sonrió y una lágrima resbaló por su mejilla.
La lágrima se congeló.
Lucius vio eso y le chocó en verdad. Verla llorar por otro le chocó.
-No soy nada, Lucius –sollozó ella –He matado lo único que me hacía humana... Ya no soy nada... Esta guerra ha dejado de ser mía y ahora solo debo esperar a recuperar a mis huevos... ¡Pero aun ellos han dejado de pertenecerme!
-Tanto pelear para no recibir nada –espetó él -¿Qué ha quedado de la Deborah que conozco?
-Mi recompensa es distinta a la tuya –ella lo miró directo a los ojos y sonrió de nuevo. Un aroma a sal se esparció por el aire. El mismo aroma que sedujo a Draco y le hizo incorporarse para ver mejor lo que pasaba –Mi naturaleza es distinta también... La Deborah de la que te enamoraste ha muerto...
Lucius apretó los labios.
Sus piernas se extendieron para sacudir el hielo de su cuerpo. La escarcha delgada había amenazado con cubrirlo completamente. El frío le calaba hasta los huesos...
Con calma se inclinó para recuperar una de las espadas. Con ella se cortó ambas muñecas de las que manó sangre para transformarse en letales tentáculos, los cuales se agitaron con impaciencia.
Ella sonrió.
-¿Vas a derramar toda tu sangre para matarme, Lucius...? Aun cuando sea más eficaz que un hechizo mío, no deja de ser sangre... Y no tienes tanta en ese cuerpo...
-¿Por qué no te callas y atacas de una vez?
-Narcissa murió por la misma arrogancia –ella frunció el ceño.
La temperatura bajó aun más.
Draco tuvo que abrazar su cuerpo para soportarla al tiempo que notaba ese aroma salado en su nariz.
Intenso.
Penetrante.
Ella no le ganaría. No como bruja.
Así que la sirena había tomado la situación en sus manos.
Y Lucius no tenía idea de cómo vencer a una sirena, porque jamás había tenido una en su contra.
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Sirius llegó hasta un sitio que sorprendentemente estaba solitario.
Su aparición lo había llevado hasta ahí, hasta el territorio enemigo.
Le quedó claro que la barrera había sido rota, y que su instinto estaba ligado a ese lugar ya que era a donde había aparecido, aun sin tener clara la razón.
Entonces lo miró.
Estaba solitario. Demasiado solitario para lo que habría esperado.
En realidad había aparecido con la varita lista... Habría esperado ver una batalla sangrienta. Pero... no era así.
¿Y por qué había aparecido solo?
El adulto miró el lugar hasta que sus ojos se detuvieron en una figura, recargada en un árbol.
Su corazón se detuvo.
No se equivocó... Se detuvieron los latidos y por un momento creyó que estaría pasmado hasta provocarle la muerte. Pero no fue así. Cuando volvió a latir no hizo con dolor, con pena...
Se sentía... muy...
-... Remus...
No. No había esperado ver eso.
¡¡No!!
Sirius atinó a mover su cuerpo para caer de rodillas junto a su amigo. Sus manos temblorosas tocaron las mejillas solo para descubrir esa frialdad horrenda.
En él no era natural.
Un hombre lobo no es una criatura de sangre fría.
Pero... si no lo era...
... si no lo era...
-¿Re-mus...?
Sirius levantó la cara.
Que bello.
Que tranquilo...
Que... terriblemente... muerto.
¿Ese era el aviso?
¿Eso era lo que lo despertó?
Pero... creyó que se trataría de ella...
Sirius pudo reconocer el reclamo de su corazón al haber pensado en ello.
Lo comprendía. Claro que lo comprendía.
Aun cuando la amaba a ella no había dejado de amarlo a él.
Fue el objetivo, cierto... ¡Siempre fue el objetivo!
... pero jamás lo logró...
Jamás dejó de amarlo.
Y ahora veía a su amor muerto.
Sirius dejó escapar un sollozo de dolor cuando abrazó el cuerpo de Remus.
Su amigo, su colega... su primer amor...
No el único, si, pero si el primero... y el más intenso.
Su primer amor... muerto...
Y dolía. Dolía tanto que se creyó capaz de seguirlo a donde quiera que hubiese ido.
Por un momento Sirius pensó que esa idea no era tan descabellada. Seguir a Remus no era tan descabellado.
Pero el recuerdo de ella le golpeó.
Ella a quien tampoco quería dejar.
Entonces comprendió que había caído en su propio juego.
Sirius acurrucó a Remus contra su pecho y suspiró.
Dolía, pero Remus no querría que se dejara vencer. Lo sabía.
Años y años ayudándole para que no se dejara vencer se lo confirmaban.
Y no lo haría.
Eso no evitó que llorara unas discretas lágrimas por él y que besara esos labios fríos.
Jamás lo había hecho y lamentaba que la primera vez fuera así. Lamentaba sentir el frío de esos labios que solo le habían dedicado sonrisas amables y alentadoras.
Lo lamentaba.
-Esto es una guerra... –susurró acomodando a Remus de nuevo –Espérame... regresaré por ti.
Ahora debía encontrarla a ella. Debía inmiscuirse y evitar perder a sus seres queridos.
---
Harry se detuvo en seco y se llevó una mano a la frente. Justo sobre su cicatriz.
Dolía.
Dolía mucho.
Con un gruñido miró el área que le rodeaba. Escudriñando cada árbol, cada arbusto, cada leve rastro de niebla.
El pinchazo de su frente se había tornado insoportable. Y agradecía haber desarrollado suficiente resistencia para no desmayarse.
Ya no era ese adolescente al que se le podía sorprender.
Y esa persona lo vería.
Oh, si... lo vería.
Porque él estaba ahí. Lord Voldemort estaba ahí.
¡Podía sentirlo!
Si acababa con él, nada amenazaría a Draco. Si acababa con él de una buena vez, todo habría terminado.
Por fin...
Un ruido discreto llamó su atención y volteó para enfrentar a esa figura tosca e imponente.
Lo recordaba, claro que si... Aun tras esos años no había cambiado a la última vez que pudo verlo.
Seguía siendo horrible.
Malvado y horrible.
-... Harry Potter... –siseó Lord Voldemort con una calma que resultó atemorizante en verdad –Así que por fin has decidido dar el primer paso... Que bien... Eso me ahorra ir a buscarte.
Harry apretó los labios.
-Así que buscabas tu muerte –replicó con odio. Tenía en frente a la persona culpable de todo. –En ese caso me alegra verte, Voldemort...
Ahí estaba la persona que dominó a su tía convirtiéndola en asesina... Quien asesinó a sus padres. El culpable de que viviera con una familia muggle que no lo amaba , el culpable de que su padrino fuese a Azkaban... Quien... Obligó a Hermione a dar información vital y le causó el dolor de ver morir a Ron, aquel que amenazaba a Draco.
¡El culpable de todo estaba ante sus ojos!
Bien.
Solo debía matarlo y todo estaría en orden.
Solo debía matarlo y su corazón estaría en paz.
No necesitaba más, por el momento.
Con la muerte de Lord Voldemort terminaría todo.
-En cierta maneta también me alegra verte –repuso el horrible ser y dejó ver una retorcida sonrisa -... Jamás imaginarás cuánto.
Continuara...
Notas de la autora: Hemos llegado a los 405 reviews. Si alguien me lo hubiera predicho en los primero capítulos no le habría creído.
Este fic ha pasado por muchas etapas. Desde la ternura y la comicidad hasta la crueldad y las razones de cada uno de los personajes. Todo en giros y más giros, algunos que no estaban planeados, otros que sustituyeron la idea original...
El texto se ha topado con infinidad de faltas ortográficas... Me descubrí escribiendo "Granguer" cuando lo correcto es Granger... Mis dedazos son magistrales... el que si me apela es el de "Lipin" y "Lucios", pero me pareció ver que hay más de Remus... Por ahí tenemos un avance ortográfico... aprendí bastantes cosas gracias a ustedes, y cometí otras tantas (atrocidades) por lo mismo.
En lo personal me siento muy agradecida.
Como sea, hemos llegado al capítulo 36, no pensé que fuera tanto... al principio calculaba de 20 a 30 capítulos a lo mucho y ahora me encuentro con que se ha propasado la expectativa, aun no sé si llegue a los 40, pero sigo trabajando. Estos logros son, en su mayoría, por ustedes... Creo que las escritoras tenemos un extraño fetiche por complacer a las lectoras, explorando cada emoción que sea causada a través de sus letras. Si hay algún lector (masculino), agradezco su valentía.
Respecto a este capítulo... me siento complacida al dejarles a su Draco (nuestro Draco). Sé que mi personaje inventado no gusta a la mayoría. A otros tantos les molesta. Sin embargo, aun dentro de planes tan maquiavélicos, queda honor y amistad. Si hay alguien que pueda entender a Deborah Potter, será Draco Malfoy... Y si hay alguien que acepte a (el verdadero) Draco Malfoy, será un Potter.
Cualquiera que sea el caso, espero que me acompañen hasta que este fic llegue a su fin.
Gracias.
Cocojadas: No, Como me crees capaz de matar a Draco también?, tengo estima por mi vida. Sin embargo debo admitir que aun faltan muchas cosas por aclarar. Sobre tu sugerencia... la tengo muy en cuenta, no te preocupes y recibirá lo que merece. Y si se puede ser más diabólico, lo verás al final. Mil besos, que estés bien.
Pupi-chan: Ya ya... A Draco no le pasará nada. Asi que ya puedes respirar.
Gala Snape: La sangre no es de Lucius, pero tampoco es de Draco, besos.
Duare: No, no, a Draco no le vas a llorar, tranquila, aun en esta situación tiene suerte, y mucha. Y ya llegó Debbie, enfrentará al cazador, como prometió.
Diabolik: Que mejor mate a Potter?.... hum... lo pensaré... Y Sirius ya esta enterado, medianamente enterado...
Canuto Frambuesa: No es Harry, pero no es Draco... XD No morirá, no te preocupes.
Gaby Kinomoto: "Si no hay Harry no hay Draco" (y viceversa) Necesito hacer un estudio de esto. ¿Será verdad?... Sip, el fic esta por acabar, creo que dos o tres capítulos más. Pero no te apures, ya ando pensando en otro.
Aniston: Las actualizaciones se me han estado haciendo difíciles, muy especialmente en la etapa dura de mi fractura, pero he vuelto con un buen ritmo, asi que estamos en paz. Espero que te encuentres mejor, personalmente sé que es horrible estar encamada. Y lo de Remus... digamos que es un giro que me han invitado a hacer y que me ha complacido. Debbie ya esta con Draco, así que las cosas estarán mejor. Mil besos.
Velia: Respuesta en el cap. Y mil gracias, me anima.
Canuto Frambuesa (oh, otro!): No no, no esta muerto. Ah!, eres muy inteligente, paso lo que has pensado! Besos.
Devil Ladi Hitokiri: Por qué mate a Remus....? Ains... Soy victima de las circunstancias!!! Y Harry no llega a salvar a Draco...
Karen, empiezas a preocuparme XD. Draco no muere, vuelve a sonreír.
Diana: Aquí esta el siguiente capítulo, como vez muchas podemos respirar de nuevo.
SouYu Jumonji: La verdad a mi también me gustó mucho el capítulo. Y Lucius... que preciosidad de hombre!! Justo ahora veo que no dejo sorpresas para la línea original... tsk... Bueno... el jadeo no es de Harry, ya tendrá tiempo de jadear más adelante, ju ju ju ju. Quiero agradecer el señalamiento hecho. Creo que no hay más errores ortográficos con respecto a esa palabra, espero que sea lo común, dedazos y esas cosas... Mil gracias y espero que estés bien.
Cerdo Volador: Si, ella ama a Remus. Y no o he matado XD. Aunque aun podría hacerlo... Aquí esta la actualización, disfruta.
Juno Malfoy: Sin amenazas, que aun puedo matarlo XD. Y gracias por ayudarme a escribir, me es difícil hacerlo sola, ya sabes, más con el tiempo.
Amaly Malfoy: Te explicaré lo de Lucius ya que lo otro esta resuelto. Bueno, para empezar solo ha tenido un hijo, así que debe enseñarle todo lo que compete a su familia, de acuerdo con lo que he leído, es un hombre orgulloso de su familia, y no hay nada que le guste más que ser aquello por lo que la comunidad mágica se siente inferior. Claro, en esta historia ser gay no es de lo más común (pese a que hay bastantes), así que eso derrumbaría la superioridad de su familia. Las razones de Lucius siempre se veían influidas por su familia, ponerla en lo alto, y en cierta manera fue lo mejor que él mismo dominara a Audiel ya que sabía que Draco protegería su honor (aunque no fuera el plan). Ahora Lucius esta decidido a mantener el honor ante la vida. Ama a su hijo, pero no soporta la humillación.
Oh, Harry no es enemigo de Debbie aun cuando Debbie este haciendo tantas cosas en su contra, así que puedo decir con absoluta seguridad que no habrá combate entre ellos. Y mi cumpleaños fue el 2 de enero, muchas gracias por acordarte.
Narcissa: los lincks están en mi profile.
Ayesha: Debbie no se saldrá con la suya, no te apures XD. Y no me mates XD.
