La prometida de Manta Oyamada.
Shaman King pertenece a Hiroyuki Takei...lo demás es mío.
9.- Gone.
-¿Qué fecha es hoy, chicos? –preguntó Anna apuntando lentamente en una hoja un ejercicio de tarea. Ella, Yoh y Manta, como ya se había hecho costumbre desde algún tiempo, esperaban afuera de la sala de detención que casi diario era visitada por Haruko Kusume. Cuando esto pasaba los tres chicos se ponían a platicar, hacer tarea o cualquier cosa para matar la hora y media de detención, ya que a la chica se le tenía prohibido regresar a su casa sola en caso de que se perdiera, cosa que molestaba mucho al rubio.
-Treinta de Octubre –respondió Oyamada distraído apuntando cifras a toda velocidad en una calculadora.
-¡Entonces mañana es Halloween! –exclamó el shaman de cabellos castaños alegremente- ¿Qué planean hacer mañana?
-Entrenamiento ¬¬
-o.o
-Seguir practicando violín.
-Oye, Haruko me comentó que le estás enseñando a tocar el violín, ¿es eso cierto? –inquirió la itako despegando por un momento su mirada del papel. El chico por toda respuesta emitió un gruñido vago y siguió con lo suyo. Por su parte, Asakura empezó a hablar con gran alegría sobre la Noche de Brujas, deseando hacer algo divertido.
-Me gustaría disfrazarme de algo, por qué no hacemos una fiesta, Anna?
-¬¬ Tus notas no han subido lo suficiente, además de que tu entrenamiento ha sido mediocre últimamente.
-Anna –interrumpió Manta confundido- ¿Cómo demonios sabes lo de las clases de violín?
-Haruko me lo contó hace un par de días.
-o.O ¿Cuándo?
-Creo que no sabes, pero viene a la casa casi diario por dos horas –comentó su amigo sonriendo- Anna, por parte de mi abuelita, está enseñando a Haruko a dominar su Visibilidad Espiritual para que ya no le atemorice tanto como la otra vez y para que pueda controlarla y tener un mejor uso de ella ¿No sabías?
-Ya no me cuenta nada de lo que hace –murmuró el rubio en voz baja.- Solo se limita a pedirme ayuda con el violín y a asistir a la escuela conmigo.
-Eso te pasa por no tratarla como tu prometida –replicó la sacerdotisa a fríamente, cerrando la conversación. Minutos después la puerta del salón de detención se descorrió, y apareció Haruko, quien ya estaba vestida correctamente de acuerdo a las normas del colegio, seguida de cerca por la maestra encargada de la detención.
-Y para la próxima, no intente poner más escarabajos en el café de los profesores, Srita. Kusume –ordenó la mujer alejándose rápidamente, sin notar como Anna e Yoh soltaban una risita burlona al imaginar a sus profesores tomando café con un regalo extra.
-¡Vamos! ¡Si en Halloween es normal! –exclamó la chica quejándose. Manta la contempló calladamente, riendo en silencio al verla enojada de ese modo- "Adorable" –pensó sonrojándose al verla tan distinta de su imagen original; incluso ese día traía dos pequeñas coletas bajas en los pocos cabellos que tenía. El joven sonrió sonrojado, y, segundos después, movió la cabeza enojado consigo mismo, como cada vez que entraba en una de sus luchas internas sobre sus sentimientos hacia su prometida, que lo miraba expectante, haciendo que enrojeciera más.
-Manta, ¿nos vamos o qué? –preguntó como si nada. El chico asintió bajando la cabeza, a la vez que la tomaba del brazo y la empujaba.
-Se nos hace tarde, y entre más tiempo andes suelta quien sabe que harás para Noche de Brujas –masculló. Sus amigos asintieron y echaron a caminar detrás de ellos, sonriendo al ver que Haruko volteaba a verlos levemente y les guiñaba el ojo maliciosamente.
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-¡Halloween! –exclamaba una y otra vez Mannoko Oyamada por toda la mansión Oyamada con singular alegría, a la vez que preparaba sus cosas para la escuela. Curiosamente, sus gritos de alegría fueron superados por los de su hermano.
-¡DIABLOS, SE ME HACE TARDE!
Cinco minutos después, Manta bajaba a toda velocidad las escaleras, colocándose el cinturón de su uniforme conforme bajaba las escaleras, encontrándose con su hermana, quien de repente de dirigía una mirada muy curiosa.
-¿Qué? –preguntó tomando una manzana del frutero. La chica intentó hablar, pero solo pudo abrir y cerrar la boca un par de veces- Oh, ya sé Mannoko, nunca me has visto llegar tarde. Pues bien, siempre hay una primera vez y creo que todo es gracias a la querida Haruko, quien de seguro me apagó el despertador como una de sus bromitas de Halloween ¬¬
-Pero, hermano...
-¡Ya sé! ¡No me he bañado! –exclamó el chico irritado- En cuanto la vea, le voy a...
-No creo que la veas en todo el día –murmuró su madre entrando al comedor donde sus hijos se encontraban, trayendo un montón de papeles consigo que le impedían verlos- Me dijo que la invitaron a una fiesta de disfraces saliendo de la escuela y no va a regresar hasta en la no...-Keiko alzó la mirada impávida, mirando a su hijo del mismo modo que Mannoko- che.
-¿Por qué me miras así? ¿Acaso nunca me habían visto sin bañar? –y dicho esto, el rubio tomó su mochila y salió corriendo de su casa, sin dar tiempo a explicación alguna.
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-Oyamada, llega tar...-el profesor se quedó mudo al ver llegar a uno de sus mejores alumnos a clase. Esto hizo que el prometido de Haruko se enojará más. Ese hombre no era el único que estaba reaccionando de ese modo ¿Qué les había picado ahora a todo el que lo veía? ¿Acaso tenía un grano de bruja en la nariz o qué? El chico murmuró una excusa rápida y se apresuró a ocupar su lugar, pasando una mano por su cara inconscientemente en busca del famoso grano, ya que no había tenido tiempo de verse en el espejo. Dicho sea de paso, el grano no estaba.
-Bien, continuemos la clase a pesar de que los disfraces se están adelantando...-puntualizó el hombre continuando con la lección. El grupo entero soltó una risita y miró por el rabillo de ojo al rubio, quien dirigió a diestra y siniestra miradas de desprecio, incluyendo a Anna, quien lo miró como si nada, para luego sobresaltarse y seguir como siempre, solo que ahora con una expresión pensativa y burlona en su rostro. Sorpresivamente, Yoh no estaba en su lugar de siempre.
Así sucedió con el resto de las clases. Los maestros se sorprendían al ver a un cada vez más enojado Manta, mientras Anna no le decía nada (aunque aún así no podría haberlo dicho, ya que se encontraba algo alejada de él), e Yoh seguía sin aparecer, cosa que al parecer no preocupaba a la rubia.
Finalmente, la campana del recreo se hizo oír, y tanto Oyamada como Kyouyama salieron al patio. Como había sucedido en la mañana, varios estudiantes (por no decir la mayoría) miraban perplejos a Manta, señalándolo y burlándose de él, cosa que enojaba más al rubio, en especial porque la itako no decía nada.
-Parece que piensan que traigo disfraz de Halloween –murmuró enfurruñado.
-Así enojado pareces un demonio –replicó Anna sarcásticamente.
-Gracias ¬¬ Por cierto ¿dónde está Yoh?
-No querrás saber –dijo la muchacha evitando el tema.
-¿Por qué no?
La joven suspiró pesadamente y cerró de golpe el libro que estaba leyendo- Porque si te digo sé que algo va a pasar...supongo que será mejor que lo sepas ahora –finalizó llevándose al chico al edificio escolar, específicamente al baño de hombres. Al llegar ahí, Anna tocó tres veces a la puerta.
-¿Cómo va ese dolor de estómago, Yoh? –preguntó elevando la voz.
-¿Dolor de estómago? No me digas que Haruko hizo galletas otra vez o.o
La rubia negó con la cabeza.
-Sigo igual –dijo la voz de su prometido, sin que se oyese enferma.
-Puedes salir Yoh, no hay nadie. Sólo estamos Manta y yo.
Lentamente, los chicos oyeron como se abría la puerta y el shaman aparecía, ligeramente nervioso.
-Hola, Manta U
-Yoh, ¿qué te pasó? –exclamó el joven retrocediendo sorprendido. Y es que no estaba de más su asombro, ya que su amigo presentaba un súbito cambio de look.
-No te preocupes Manta –rió el shaman- Anna me dio permiso de hacerme esto, como disfraz de hoy, aunque pensé que se quitaría con agua al llegar a la escuela, pero veo que no. Ese gel ha de ser muy poderoso –El rubio asintió preocupado mientras acercaba la mano lentamente a la cabeza de su amigo, ahora decorada espléndidamente con un peinado "punketo", es decir, su cabello había sido recogido en un estilo mohicano y peinado para arriba. Solo hubiera faltado un poco de tinte de color para completar la obra de semejante peinado.
-Pero Yoh...hay disfraces más fáciles...es decir, ¿quién te hizo esto? –preguntó espantado.
-Haruko.
-¿QUÉ? ¿Qué tu dejaste qué? –exclamó su amigo a punto de romper tímpanos- ¿Cómo dejaste que hiciera semejante monstruosidad en ti?
-Bueno, me dijo que esta cosa está de moda y sería un buen disfraz para Halloween...además –el muchacho miró a su prometida por un segundo, quien se limitó a encogerse de hombros y a taparse los oídos- me dijo que no iba a ser el único peinado así.
-¿¿¿¿QUÉ????
-...
-Pero descuida amigo...si no nos podemos quitar esto nos podemos rapar
-...¬¬
-
-o.o.......x.x
-Manta...estás bien?
-O.O
¡¡¡HAAAAAAAAAAAAARUUUUUUUUUUUKOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!
Justo en ese instante, en el otro extremo de la escuela una chica de grandes ojos azules, rostro pálido y cabellos negros estornudaba tres veces.
-Caray –murmuró Haruko encogiéndose de hombros- Me pregunto quien se estará acordando de mi.
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-Manta, voy a llevar a tu hermana a pedir dulces y de ahí iremos a ver a tu padre a la compañía, ¿seguro qué no quieres venir, cariño? –preguntó tiernamente y con tacto, Keiko.
-No –gruñó desde el interior de la bolsa de estraza con la que se había cubierto la cabeza, haciéndole incluso dos simpáticos agujeros donde iban los ojos.
-Hermano, pareces un fantasma café con esa bolsa –rió la niña colocándose bien las alitas de su disfraz de hada- ¿Por qué no vienes? Podrías recoger muchos dulces.
-Primero destrozaré a un hada morada –gritó enojado empezando a perseguir a su espantada hermana por toda la sala, hasta que Keiko los interrumpió.
-¡Basta! –exclamó- ¡Manta, no es culpa de tu hermana lo que pasó con tu cabeza!
-¬¬ Fue de esa tonta de Haruko.
-Sólo fue una broma de Noche de Brujas –la defendió su madre. Por toda respuesta, el chico se quitó la bolsa, mostrando su nuevo corte de pelo, que había resultado ser diferente al anterior, que era con mechones iguales, pues ahora el rubio mostraba su corte con un estilo nuevo, con cortes disparejos que le daban un toque moderno y lo hacían verse mejor.
-No quedó tan mal –dijeron al unísono madre e hija.
-Además, hace mucho que no cambiabas de peinado, hijo. ¡Y ese se ve tan bien!
-¬¬ Díselo a Haruko. Por su culpa Yoh y yo hicimos una visita obligatoria a la peluquería, donde yo salí muy afectado ¬¬ Como Haruko peinó a Yoh sin que el dijera que no , no le aplicó tanto gel como a mi, que me puso tres botes y medio de esta mezcla tipo cemento cuando estaba dormido ¬¬ Ya verá lo que se siente cuando le... -y terminó la frase haciendo un gesto brusco. Keiko suspiró y se dirigió a la salida, dándole tiempo a su hijo de descargar su enojo.
-Es solo una niña –repuso con la voz ligeramente melancólica.- No tienes la menor idea de lo que ha pasado...bueno, será mejor que ya nos vayamos. –finalizó cerrando la puerta. El rubio se encogió de hombros suspirando enfurruñado, mientras arrojaba su simpática bolsa café a lo lejos y decidía contemplar con aire apático y aburrido la televisión, en donde ningún programa le interesó, ya que lo que hacía era más por no tener que ponerse a pensar en cosas que creía que no le eran importantes.
Finalmente, rendido por el cansancio, el enojo y el aburrimiento, Manta cayó dormido a la mitad de un documental sobre las criaturas mitológicas.
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-Y así terminamos con este sorprendente recorrido por el mundo de la mitología. Muchas gracias por su atención en este programa, esperamos se hayan divertido. ¡Hasta la pró-
Clic.
-Que bueno que se quedó dormido –murmuró con algo de alivio Haruko apagando en silencio la televisión de la sala, en cuyo sofá permanecía dormido su prometido. La chica lo contempló con ternura por unos breves instantes, colocando una mano en sus mejillas. –Manta...-suspiró sonriendo. En silencio, subió las escaleras en busca de una frazada con la cual tapar al chico. Pero al bajar y encaminarse a la sala, no encontró a Oyamada.
-¿Pero qué...
-Creo que llegaste muy temprano "vampirita" ¿no es así? –preguntó una voz socarrona a sus espaldas. Era Manta, quien la llamaba de ese modo debido al disfraz que la muchacha traía, consistente en una pequeña falda tipo colegiala obscura, con una blusa negra sin mangas ni tirantes, además de unas botas tipo minero que llegaban debajo de la rodillas y unos largos guantes negros. Traía además, su inseparable cinturón de estoperoles gruesos, con los labios pintados de un fuerte rojo y los ojos delineados y pintados con sombra negra (N. de A.: Como el maquillaje que usa Brody Dalle –vocalista de The Distillers - en el video de "Drain the blood" ) haciendo su palidez más nívea, con el pelo revuelto, como si el viento le hubiera soplado en la cara. Para completar el atuendo de "vampirita", usaba una capa amplia negra y unos colmillos artificiales, con uno que otro rastro de sangre falsa en los brazos y hombros. Y si la visión no le fallaba a Manta, había descubierto una nueva perforación en la lengua de Haruko (sin contar unas cuantas en las orejas y una en el ombligo, de las que nadie sabía excepto él, pues la chica se las había mostrado en ocasiones anteriores).
-¿A qué te refieres?
-Los vampiros llegan a la medianoche, pero ¡oh sorpresa! Llegaste a las once de la noche.
-Mejores chiste no había escuchado –replicó ella fríamente. Sin más que decir, le arrojó al joven la frazada- Me voy a mi habitación.
-¿Y esa perforación? –preguntó el rubio todavía enojado, sin saber bien la razón. Quizás porque todo lo que se había juntado ese día.
-¿De qué hablas?
-¬¬ De la de la lengua, la más obvia de todas.
-Me la hice hoy –respondió ella como si nada- saliendo de la escuela. No es la gran cosa, además es mi cuerpo y es mi problema –musitó antes de que el otro la regañara.
-Con que no le vuelvas a hacer nada al mío –estalló el muchacho señalando su cabello, lo que hizo que la chica de cabello obscuro se echara a reír.
-¿Qué no conoces las bromas, Manta? ¡Feliz Halloween! –exclamó divertida.
-¬¬ ¡NO ES DIVERTIDO! –gritó el chico estallando finalmente. Haruko se le quedó viendo con los ojos bien abiertos, expectante, sin decir o hacer nada, ya que en esos instantes su prometido estaba en un estado de furia máxima, y el interrumpirlo podría traer graves consecuencias- Si piensas que todo lo que me has hecho a mis y a mis amigos es gracioso, estás equivocada! NO ERES DIVERTIDA, TUS BROMAS NO SON GRACIOSAS...ERES SOLAMENTE UNA NIÑA MALCRIADA JUGANDO A SER REBELDE! Y sobre todo, la mayoría de tus acciones recae en mi! Haruko...ya deja de seguirme! El que estemos comprometidos no implica que me sigas como mi sombra ¿entiendes? ¡Eso ya me hartó!-finalizó, totalmente faltó de aliento, jadeando a causa de semejantes gritos, sin notar que la cabeza de la chica permanecía baja.
-Así que eso te parece que soy ¿eh? –preguntó en un murmullo- Pues bien, Manta Oyamada, tú tampoco eres la octava maravilla de Asia, sabías?! –exclamó elevando poco a poco la voz- Y sabes que más...NO DEBERÍAS DECIRME QUE HACER SI NUNCA TE HAS PREOCUPADO EN CONOCERME NI SABER NADA DE MI! Solo piensas en mi como tu futura prometida, porque no me conoces de verdad como soy!!!! Incluso Anna o Yoh me conocen más! –chilló dándole la cara, donde sus ojos centelleaban de lágrimas rabiosas y su voz enronquecía- Y sabes qué? YO NUNCA ME IBA A CASAR CONTIGO, NI SIQUIERA TE IBA A CONOCER! Si aún no te has enterado todo esto es un maldito compromiso porque la compañía de mi padre estaba arruinada, y mediante nuestro matrimonio tu padre pretendía absorber las compañías de mi padre porque seguían teniendo prestigio...a qué no te la sabías, eh?! –gritó al ver su cara de genuino desconcierto- Pero todo hubiera seguido normal si mis padres no hubieran muerto hace cuatro meses en ese accidente automovilístico! –gimió llorando a rienda suelta, sus hombros moviéndose convulsivamente al ritmo de sus sollozos- Si no fuera por tus padres...les debo agradecer todo lo que han hecho por mi en este tiempo...y no me importaba tener que casarme si de ese modo les agradecía tantas cosas...solo por eso me quise acercar a ti, para saber que te gustaba, incluso me puse a tocar el violín para agradarte, pero no he podido porque tu no quieres! ¡Por qué es tu culpa Manta Oyamada! ¡Te odio, TE ODIO! –bramó totalmente fuera de sí, alzando un brazo enguantado y atestándole al todavía sorprendido chico una bofetada, cuyo sonido fuerte y hueco hizo retumbar las ventanas de la casa, haciendo que, como por arte de magia, se soltara una tormenta en ese mismo momento.
Aquel golpe hizo que Oyamada se derrumbase en el suelo, su cabeza todavía en estado de shock tras oír todo lo que su prometida le había confesado...tantos pensamientos lo tenían en un estado confuso, que apenas y logro oír los sollozos de la inglesa, y menos puedo sentir como un casette le era arrojado por ella a la cabeza, seguido de una puerta cerrándose.
Así que Haruko, aunque no lo quisiera, se iba a casar con el como una especie de agradecimiento...incluso había sacrificado sus gustos y demás (no con mucho resultado, hay que admitirlo) solo para caerle bien, había puesto todo de su parte para lograr ser una buena prometida, dispuesta a tirar por la borda toda su vida...y él, que ni siquiera se había fijado en eso, simplemente pensaba que ella era una molestia y se limitaba a hacerla a un lado a pesar de sus esfuerzos.
Y ahora Haruko se había ido.
Sin más pensamientos en su cabeza además de los del dolor y de la culpa, Manta terminó de dejarse caer sobre el suelo de la sala, a la vez que una lágrima caía por su cara.
Haruko era todo lo que abarcaba su mente...ya no estaba, y todo por su culpa. El chico se cubrió la cara con las manos dejando que las lágrimas se escaparan por entre sus dedos. Lo lamentaba tanto...ahora que ella se alejaba se daba cuenta de que era muy cierto aquel dicho de que uno no valora lo que tiene hasta que se pierde...y él...si tan solo se hubiera tragado su orgullo y hubiese reconocido que sentía hacia ella algo que nunca había sentido por otra persona a pesar de no conocerla por mucho tiempo...si no hubiera usado ese disfraz de hostilidad y hosquedad hacia ella...si tan solo le hubiera hecho caso a su corazón.
Pero era demasiado tarde.
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Una puerta se abría rechinante de lluvia, siendo iluminada brevemente por un trueno entre aquella obscuridad mezclada con gélidas gotas de lluvia. Apenas y se alcanzaba a ver la menuda figura de una chica casi vestida de negro, mas sobresalía su piel pálida.
-Puedo...¿puedo quedarme?
Continuará...
Neko: Hooola a todos los lectores! O Ah, estoy más que feliz de volver a encontrármelos en este nuevo capítulo, además de que ya volví a mi querido México - aunque extraño Canadá y a los amigos que hicé allá (mis chinos y mis coreanitos y mis canadienses T.T). Lamento no haber actualizado antes, pero estuve ocupada con el curso de metodología para entrar al primer semestre de prepa .. A ver como me va en estos seis semestres. Además tuve unos problemas con la nueva compu y la portátil (siiiiiiiiiiiii!!!! Y para mi solita!!!! O) no tiene unidad A, pero en fin...a responder y muchas gracias por esperar!!!
Loconexion: n-n Me alegra que te gusten los dos géneros que esthe escrito ha manejado, así como la historia en general. Como puedes ver tomodachi, me tarde algo en actualizar, pero espero que este capítulo lo compensé U
Shinjitsu: o Yo también lo extrañé mucho manito!!! Me halaga saber que a los lectores (como vos) esta historia los atrapa al no ser predecible, pero aun asi que tenga cierta secuencia y cosas por el estilo n.n me tarde algo pero ya subí capi! Espero te guste!
Daina-chan: Cui cui...se cortó tu rebién tomodachi, pero aún así agradezco tus comentarios n.n
Bueno, eso es todo! Gracias por su paciencia y comprensión y espero verlos pronto! Chau!!! nn
