La prometida de Manta Oyamada.
Shaman King pertenece a Hiroyuki Takei...lo demás es mío.
14.- Ruta 83.
Toc toc.
Ni siquiera había terminado de tocar en la puerta blanca, y Mannoko Oyamada ya había retirado la mano, temerosa. La niña volvió a acercar el puño cerrado hacia la puerta, no muy segura.
TOC TOC.
Bueno, esta vez si se había pasado, pensó llevándose las manos a la boca. Sí, quería que Haruko se despertara pero tampoco quería que un monstruo le abriera la puerta. La hermana de Manta ya sabía que a la inglesa no le gustaba que la despertaran temprano, sobre todo ahora que habían iniciado las vacaciones de invierno.
-Pero es que lo tengo que hacer! -se dijo a sí misma decidida, y sin tocar a la puerta, giró la perilla rápidamente y unos instantes después ya estaba en el cuarto de Haruko Kusume, asombrada ante el desorden que reinaba en la habitación, aunque lo que más llamaba la atención era la cama, totalmente revuelta, como si todas las sábanas y cobijas se hubieran hecho nudos y se hubieran deshecho a sí mismos. La muchacha de cabello castaño claro observó aquel revoltijo desde todos los ángulos posibles, hasta que notó aliviada que una mano pálida asomaba bajo ese desastre, aunque salía de la parte donde normalmente iban los pies al dormir.
-¿Cómo puedes dormir así? -susurró Mannoko sorprendida tirando de la mano de su futura cuñada, observando que no respondía. De seguro debía andar en el quinto sueño. Finalmente, la niña empezó a remover, con algo de dificultad, una a una las sábanas que se encontraban en la cama (sin contar que algunas no habrían sobrevivido y mejor reposaban en el suelo, haciéndole compañía a unas cuantas revistas de guitarras), hasta encontrar a la adolescente, bocabajo sobre el colchón blanco, totalmente ajena a la realidad.
-Haruko...
--.- Zzzzz...
-¬¬ Haruko, mi madre me pidió que te dijera que ya te arreglaras porque nos va a llevar a comprar los regalos de Navidad...
--.- Zzzzz...
-¡HARUKO! -exclamó Oyamada lo más alto que pudo. Como se lo esperaba, un dormilón ojillo azul se abrió primero, examinando a la dueña de aquel grito, seguido de su gemelo. Después, estirándose perezosamente, la joven de cabello negro se sentó sobre la cama, dejando que sus pies tocaran el suelo. Con una sonrisa adormilada volteó a ver a Mannoko.
-¿Regalos, dices?
-oo Pensé que estabas dormida...
-En parte; ya casi me estaba despertando...-bostezó pasándose una mano por el cabello, revolviéndolo más.
-¿Entonces vamos?
-Seguro...va a ir Manta? -preguntó ya más despierta, tomando sus sábanas y demás para volverlas a arrojar sobre la cama, ante la sorpresa de la chica de cabello claro.
-O.O No, el ya compró sus cosas...Hoy tenía que ir a hacer un proyecto a casa de un amigo.
-Vaya, que precavido. En fin, las acompañaré pero solo iré a ver porque estoy corta de dinero -dijo recordando la apuesta que había hecho con Sojiro, por lo que frunció el ceño a la vez que sacaba de su armario una falda ancha negra y larga que iba a la cadera, así como una blusa y un suéter de cuello alto.-Tengo que sacar de no sé donde cincuenta mil yenes u.u- suspiró con gesto abatido. Mannoko la miró curiosa, por lo que la inglesa le contó brevemente de su apuesta desde el cuarto de baño, justo después de tomar una brevísima ducha.
-...y ahora que me rompí el brazo no puedo entrar a la Guerra de Bandas y perderé mi honor ante ese idiota ¬¬ además de mucho dinero -finalizó deprimida, buscando sus botas militares.
-Que mal! Yo solo tengo 4000 yenes para los regalos, pero como tu los necesitas...
-No Mannoko, así está bien -repuso la chica sonriendo, pasándose el cepillo por la cabellera- Creo que tendré que empezar a aprender a perder, no? -pregunto sonriendo cínicamente- En fin, mejor vayamos a que compren los regalos, eh? No hay porque estar triste n.n es Navidad! -concluyó alegremente, saliendo con su próxima cuñada a reunirse con Keiko Oyamada.
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-¿Qué te parece esta camisa para Manta, Haruko? -preguntó Keiko Oyamada enseñándole a la inglesa una camisa de manga larga que no pareció ser del agrado de la chica, o quizás sus ojos estaban en otro lado y su cabeza fuera de la realidad, demasiado concentrada en la música de sus audífonos.
-¿Eh? O,o
-Yo opino que le encantaría -respondió por parte de la chica Mannoko, quien miró divertida a Haruko. Keiko asintió convencida y minutos después las tres salieron de aquella tienda con algo de dificultad debido a las compras de último tiempo por ser 24 de diciembre, Nochebuena y víspera de Navidad.
-Creo que con esto son todos nuestro regalos -murmuró la madre de Mannoko revisando una pequeña lista. En este punto volteó a ver a la prometida de su hijo- No tienes pensado comprar algo, Haruko? Hay muchas tiendas en este lugar y ahora hay muchas rebajas y ofertas.
-Creo que... -la chica, quien ahora sí había oído a la mujer, se sonrojó ligeramente, tratando de inventar cualquier pretexto menos el decir que debía una fuerte suma de dinero. Justo en ese momento, para su salvación su bolsillo empezó a vibrar fuertemente, por lo que sin perder tiempo sacó su celular- Moshi mo...Anna! ¡Qué sorpresa!
-Lo mismo digo yo -respondió fríamente desde el otro lado de la línea Kyouyama, quien teléfono en mano, se miraba frente al espejo de su habitación en la Pensión Asakura, colocándose su bandana.- Te he estado buscando por todos lados...
-¿Ah si? -preguntó alzando una ceja a modo de sorpresa, siguiendo a las Oyamada, que en ese momento ya habían echado a andar en busca de un buen café y algún pedazo de pastel.
-Necesito que me acompañes a comprar el regalo de Yoh. No he podido hacerlo por falta de tiempo -contestó la sacerdotisa- Tengo que aprovechar ahora que está dormido. No será mucho tiempo.
-Como quieras-respondió la chica de pelo negro sin muchos ánimos- Prefiero acompañarte a seguir andando de compras sin tener dinero. u.ú Solo que estoy en el centro comercial Shonen.
-Bien, te espero en la parada de autobuses en quince minutos.
-Está...
-Click-
Haruko se quedó mirando su teléfono, convencida de que Anna debería tener mucha prisa para no despedirse, aunque resultaba algo extraño que súbitamente le pidiera un favor, cuando se habían visto días antes y podría haberlo pedido, pero quizás su amiga era demasiado orgullosa y ahora estaba realmente desesperada, reflexionó unos instantes, tras los cuales alcanzó a Keiko y a su hija.
-Las veré luego; tengo un compromiso pendiente. Llegaré temprano -avisó atropelladamente, dándose la vuelta antes de que recibiera una respuesta, empezando a caminar a paso vivo, ocupada en escuchar más música y en admirar el ambienta navideño que se respiraba a su alrededor, y que le solía traer recuerdos felices.
Justo tardó quince minutos en llegar a la parada. Habrían sido menos si no se hubiera desorientado al tomar un supuesto atajo que terminó alejándola cinco calles, pero lo había logrado. Tras unos segundos localizó a la itako, quien con rigurosa puntualidad, y envuelta en un grueso abrigo largo rojo y bufanda negra además de botas del mismo color, esperaba en la parada de autobuses.
-Hola -saludaron a un mismo tiempo.
-Y...qué es lo que se supone que vas a comprar? -preguntó Kusume directamente.
-Es una sorpresa, pero no se encuentra en este lugar. Vamos, tendremos que tomar el autobús -indicó, señalando un autobús que acababa de llegar. Haruko asintió y ambas chicas abordaron el vehículo, sentándose en el fondo.
-¿No me vas a decir que regalo es? -insistió la joven de ojos azules.
-No ¬¬ además necesito tu opinión para saber si le gusta o no. -respondió cortantemente la rubia, esperando que su amiga no hiciera más preguntas sospechosas, o de lo contrario arruinaría el plan del día siguiente. Afortunadamente la muchacha guardó silencio y se colocó los audífonos de nuevo en la cabeza, todavía algo deprimida por el hecho de no poderle comprar algo a su prometido, y preguntándose de donde demonios sacaría cincuenta mil yenes. Esos pensamientos acosaban su pobre cabeza una y otra vez, hasta que, vencida por ellos cayó dormida por buen rato que a ella le pareció poco. Esta vez solo bastó con que Anna tocara su hombro.
-Ya llegamos -avisó levantándose de su asiento. La muchacha, sin decir nada la siguió, dándose cuenta de que eran las únicas en el vehículo. Seguramente debía de ser la última parada, pensó. En eso estaba cuando se dio cuenta de que Anna venía hacia ella, con gesto preocupado.
-¿Pasa algo?
-No lo entiendo, de seguro nos hemos equivocado de ruta, pero no estoy segura.
-¿Cómo? -parpadeó Haruko confundida, echándole una ojeada por las ventanillas al lugar al que habían llegado. No se veía muy agradable, pues la calle se veía maltratada, al igual que los sucias y descuidadas construcciones a su alrededor.
-La tienda de música estaba en la última parada del autobús de la ruta 33, en el centro de Funbari, pero creo que estamos en las afueras del puerto, porque huele mucho a sal, pero no sé como regresar.
-Esta es la ruta 83, te has confundido Anna -dijo la joven señalando un letrero que el camión tenía en un costado, indicando las direcciones. La itako se acercó y leyó.
-No conozco estos lugares; creo que lo mejor será hablarle a Yoh.
-No -refutó la inglesa- Arruinarías su sorpresa; yo iré a hablar con el conductor -dijo avanzando por el pasillo del camión, quien ya llevaba un buen rato detenido, en espera de que sus ocupantes bajaran. Conforme avanzaba, la joven reparó en los largos y castaños cabellos del conductor (¿ o sería conductora?), que le recordaban a algo, aunque no sabía bien qué.
Justo a punto de llegar al asiento del chofer y preguntarle, Haruko se detuvo al oír a Anna exclamar en voz alta.
-¡OH NO!
-¿Qué?
-Los autobuses de Funbari solo tienen 82 rutas -respondió calmadamente la chica, aunque su voz denotaba un poco de miedo.
-...
-Pensé que lo adivinarías más rápido Anna -respondió una voz a espaldas de Haruko, tomando su brazo lentamente. La chica intentó voltear, a pesar de que otra mano ya la había sujetado del cuello, segura de saber quien era esa persona, aunque Anna lo reveló al hablar.
-Hao...-gruñó, frunciendo el entrecejo, tomando de repente un aspecto fiero.
-Veo que te da gusto volver a verme -rió el joven.
-A nadie se le ocurriría semejante estupidez -respondió fríamente, observando como el gemelo de Yoh sujetaba fuertemente a su amiga, envuelto en su típico poncho...de seguro el había sido el conductor del autobús, y los demás pasajeros simples ilusiones, pero por qué no se había dado cuenta a pesar del uniforme de conductor? Y cómo sabía lo que ellas iban a hacer? Eso le recordó duramente que no tenía que bajar la guardia nunca.
-¿Insinúas que el shaman más poderoso es estúpido? -gritó irritado el chico, lastimando más a Kusume al apretar su brazo.- Pues yo creo que cambiará tu opinión tras haber devorado tu insignificante alma -susurró burlonamente- aunque primero tendré que matar a esta -agregó lastimando más a Haruko, jalándola tan bruscamente que el rostro de la chica lo miró fijamente tras unos segundos, desafiando la rabia dibujada en la cara del shaman, quien súbitamente la arrojó hacia el lado opuesto del autobús, con tanta fuerza que salió despedida hacia unos asientos, sin caer en estos.
-Haruko ya no es lo que tu raptaste hace unos meses -replicó Kyouyama tomando su collar de cuentas- Gracias a mi y a la abuela de Yoh ha desarrollado nuevas habilidades y aprendido técnicas para usar y controlar su Visibilidad Espiritual.
-En ese caso no ha aprendido nada de ti ni de esa vieja tonta -murmuró el muchacho avanzando hacia Anna lentamente. La sacerdotisa permaneció en su sitio, sin atacar ni huir, mirando por el rabillo del ojo a Kusume, quien poco a poco se recuperaba de su caída, que la había dejado algo aturdida. Finalmente Hao y ella se encontraban a menos de 10 centímetros de distancia. El shaman tomó la barbilla de la rubia, haciendo que levantara el rostro hacia donde él estaba, aunque los ojos de ella permanecieron clavados en el piso.
-No me he olvidado fácilmente de lo que tú y los demás bastardos me hicieron con ese estúpido rosario. No, Anna, si piensas que con esas cosas puedes derrotarme es que no sabes nada aún, ni eres consciente de mi poder. Solo eres una estúpida que juega a destruirme -gruñó, sus palabras aumentando de velocidad y volumen. Sin que nadie se lo esperara el shaman emitió una llamarada de una de sus manos dispuesto a atacar, cuando oyó una voz a sus espaldas, demasiado cerca de él.
-No. La estúpida soy yo.
Haruko Kusume, con su collar de cuentas negras brillando poderosamente sobre sus manos y con dos temibles demonios con forma de dragones negros a sus costados, miraba fijamente a Hao, quien por un momento había perdido la sonrisa cínica, cambiándola por unos ojos que destellaban maldad y venganza.
-Creo que deberías saber que los elegidos de Kami cuentan con poderes con los que un shaman común como tú soñaría. Y estos se unen a las habilidades de las sacerdotisas y de los shamanes como yo -dijo tranquilamente, señalando a los dragones que estaban a su lado.
-...-Hao solo la miraba furioso, los dientes rechinando.- Tú no eres shaman ni sacerdotisa.
-No lo era, pero gracias a Anna y a la señora Kino aprendí lo necesario. Además, cuento con mis espíritus acompañantes Antdor y Zor, dos demonios que en su vida pasada fueron los dos dragones más poderosos de los tiempos inmemorables. Y no necesito tener un objeto de posesión, pues pueden materializarse si así lo quiero. -concluyó, mirándolo fríamente, sorprendiéndose de que el chico riera sonoramente.
-Eso es interesante, pero al fin y al cabo no eres más que una tonta e inútil humana, que por más poderes que tenga siempre se doblegará por los sentimientos.
-¿Qué quieres decir? -exclamó Anna.
-Que nunca podrá ser totalmente poderosa si sigue teniendo sentimientos, por lo que yo le daré un mejor uso a sus virtudes matándola y después absorbiendo su alma.
-Quiero verte intentarlo -murmuró la inglesa con una sonrisa en el rostro.
-Oh Haruko -suspiró el shaman con un aire de superioridad fastidioso, acercándose a la inglesa y tomando su mejilla- Deberías aprender que la muerte no es solo cuchillos afilados o torturas insoportables...hay cosas peores que te harán desear no seguir existiendo. Pronto verás que lo único que querrás es que yo te destruya.
-¡Eso nunca!
-Yo no diría eso -dijo el chico del poncho, haciendo un gesto con la mano. En un segundo el autobús en el que estaban desapareció y otro panorama completamente distinto se apareció ante sus ojos.
-NOOOOOOOOOOOOO!!!!
Continuará...
Neko: U Ya, se que le corté en lo más interesante y que por lo mismo este capítulo quedo muy corto, pero creo que vale la pena para lo que sigue, además de que genera suspenso jojojojo O sé que me tarde un poquitín de mo nnU he estado ocupadilla con esos exámenes parciales ¬¬U además de que la semana pasada estuve participando un par de días en los descansos de un Congreso de Pedagogía Sistémica . y me mantuvo entretenida u.u pero ya estoy aquí n.n así que a responder!
Shinjitsu: Sip, Haruko se veía bastante desesperada jiji, pero todo es parte del plan .- Por otra parte, en serio que Reel Big Fish fue a tu cuidad??? Ay ;; que envidia, me hubiera enantado estar ahí para escucharlos tocar y divertirme un buen rato, pero yo también tenía exámenes y ni modo de ir hasta allá u.u pero me conformo con escucharlos a todo volumen y bailar XD pero en fin, los estudios y la familia son lo primero n.n yo también lo quiero y espero hablar pronto con usted nn
Daina-chan: Hola! n.n Bue, yo tampoco reprobé ninguna materia XD aunque creo que bajé media décima o.O pero todo va a estar bien nnU daijoubu que yo aquí le sigo, no importa lo que tenga que hacer, siempre encuentro un huequillo para realizar una de las cosas que mas me gusta nOn
The Chosen Girl : Holap! O.o ¿parkeaa? Palabra rara o,o suena bien, anque no es mucho mi estilo n-nU prefiero decir que ando de flojilla jeje mmm, yo después del cole aparte de las tareas solo me dedico a escribir, a escuchar música y a veces a digujar un poquito, y en los fines pues lo que la familia tenga que hacer, con un poco de Internet y messenger en todo eso XD yo también espero tener mis mangas algún día o.ó aunque yo creo que sería más como escritora que como dibujante o.O mmm yo no soy pálida, más bien mi tez es morena, y si me gusta el delineador negro o,o aunque no tengo y no uso, pero tal vez algún día lo haga XD sie the vines son grandes, en especial el vocalista nOn aquí yo continuó!
Neko: nn Pues esto es lo del día de hoy n.n espero verlos pronto o,o si es que el cole me deja XD nus vemos!
