¿No es extraño que nuestro cuerpo reaccione absolutamente al contrario de cómo queremos que lo haga? Y es definitivamente peligroso en las situaciones que te gustaría simplemente echar a correr pero lo único que haces es petrificarte.
Los ojos de Hermione se abrieron lo más posible. Su boca se torció en horror. No podía creer que estaba viendo el rostro del más temido de todos los magos. Aquel que había matado a tantas personas, especialmente a muggles y sangres sucia... y ella era una de ellos... Es cierto que era un horrible insulto para cualquiera que se le llamar así, pero era la verdad. Y Lord Voldemort odiaba a todos aquellos que no fueran de sangre pura. Cuando miraba sus horribles ojos felinos examinar la habitación, y notaba como sus orificios nasales se abrían pausadamente así como respiraba, Hermione tuvo todo un conjunto de pensamientos revolviéndose en su cabeza.
Ese era el rostro de la persona (si se le podía llamar así) que había asesinado a los padres de su mejor amigo. La persona que había matado sin piedad al joven e ingenuo Cedric Diggory. La persona que planeaba calculadoramente el asesinato a sangre fría de Harry y de todos los que estaban de su parte.
Sus manos, temblando incontrolablemente, eran totalmente independientes a ella, no tenía ningún poder sobre ellas, simplemente le era imposible moverlas. Tan solo se trataba de estirar una de sus manos para mover el recipiente. Solo necesitaba agitarlo un poco para que volviera a ser un simple espejo, para que dejara de mostrarle semejante vista, para que dejara de sentir ese miedo que le carcomía los huesos. Pero no podía. Ni siquiera podía apartar la vista de él. Podía sentir como una gota de sudor frío corría por su frente, como sus piernas comenzaban a doblarse. Lo único que podía escuchar era un débil quejido que venía de detrás de ella.
Myrtle estaba aún más blanca que de costumbre.
:S
Voldemort empezó a caminar entre sus Mortífagos. Hermione solo podía ver a Colagusano, bastante encogido; el hombre ancho a su lado había dado un paso atrás en señal de respeto, varios otros hombres inclinaron sus cabezas cuando su amo pasó frente a ellos.
-Colagusano...- musitó Voldemort en una voz dura y fría.
Ante esta orden, el hombrecito se acercó cautelosamente a él.
-Dígame mi amo.
-Mmmm- Voldemort colocó sus dedos en su barbilla en aspecto pensativo.- Aún tenemos aquel espejo ¿no es así?
-¿No dirá el...? Pero amo, es muy peligroso y había decidido que ya...
-¡Tráelo!
Colgausano se encogió aún más temblando, y susurrando algo que vagamente sonaba como: Sí mi amo, en seguida; y desapareció de su vista. Casi inmediatamente volvió. En sus manos llevaba lo que sería el espejo pero estaba cubierto con un manto de seda color negro.
-Descúbrelo.
Colagusano retiró la tela lentamente. Hermione finalmente pudo mover sus manos, pero solo para llevarlas a su boca en sorpresa. El espejo no era uno normal. Estaba adornado con un elegante marco con tallados en oro, pero la parte que reflejaba la imagen estaba dentro de una pequeña cavidad. Lo que estaba allí era líquido, se movía con ondas a medida que Colagusano se lo acercaba a su amo. Era idéntico a la poción que ella misma estaba viendo.
-¡Goyle!- gritó Voldemort, haciendo que el enorme hombre se sobresaltara y caminara hacia él haciendo reverencias y besando el suelo con los dedos mientras lo hacía. -¿Sabes qué es esto Goyle?
El padre de el guardaespaldas de Malfoy que no había regresado a Hogwarts miró fijamente en el espejo.
-Yo... pues mi amo...
-Colagusano,- lo interrumpió su amo al ver que no sabía que decirle- al parecer eres el único mago oscuro bien informado que puede ayudarme. No a todos les interesa estar en contacto con la información que su amo necesita.
Goyle intentó hablar otra vez, dando un paso hacia delante. Pero se vio detenido por la varita de Voldemort, que inauditamente rápido había ido a parar bajo su garganta.
-Debes aprender a decirle la verdad al Señor Oscuro, Goyle. Él lo sabe todo, no tiene ningún punto el querer engañarlo. Solo deja ver tu estupidez y tu incompetencia. Pero en fin... Uno no lo puede tener todo.
-Señor, mi amo- empezó Colagusano en voz baja- Si me permitiera decirle Señor... Yo sí sé que es esto.
-Estoy conciente de ello Colagusano. Pero solo para que tu inepto compañero aquí, y todas las personas con acceso a esta pequeña habitación puedan saberlo; dime.
-Esto no es un espejo Señor. Es una pizca de poción de visión mi Señor.
-Y hazme el favor de decirme por qué no lo utilizamos más.
-Bueno, Señor. Las pociones de visión son extremadamente inseguras. Son un método de espionaje mágico bastante atrasado.
-Prosigue.
-La razón de que ya no se utilicé sino solo en ocasiones irrelevantes, es que la persona que está viendo a través de él corre el enorme peligro de ser descubierta. Ya que si la persona a la que se mira es un mago o bruja muy poderoso, no le contará ningún trabajo el sentir su presencia.
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Hermione casi se cae sobre su espalda.
"¡No puede ser! ¿Por qué rayos estoy haciendo esto? ¡Quién me manda hacer semejantes estupideces! ¿Magos poderosos? ¡Mira con quien me fui a meter! ¡Simplemente mandará por mí! ¡Moriré!"
^'.´^
-Pero Colagusano- comenzó Voldemort- Eso no tiene nada de malo... de nada sirve solo saber que estas siendo observado.
-Sí mi Señor. El problema es que este poderoso mago puede lanzar hechizos por medio de el espejo, directo hacia la persona que lo mira.
-Tienes mucha razón Colagusano... Espero, Goyle, que hayas aprendido algo. Y por cierto, ¿alguien conoce a la familia Granger?
O.O
Esto fue demasiado para ella. Finalmente sus piernas se vencieron por su peso y, afortunadamente, al caer estiró si brazo haciendo que la poción se derramara bajo sus pies, evaporándose al momento de tocar el suelo.
Myrtle la miró asustada.
-¡Eres la niña más tonta del mundo! ¡Pudiste haberte muerto! ¡Y no hay forma de que te fueras a quedar en MI baño! ¡Lárgate! ¡LARGATE YA!- gritó enfurecida poniéndose de un color plateado que realmente atemorizó a Hermione, quien se levantó tropezándose y corrió torpemente fuera del baño de Myrtle La Llorona.
v_v
Hermione corrió durante mucho tiempo sin saber a dónde ir. Sus mejillas estaba bastante humedecidas con sus lágrimas, que corrían libremente. No tenía punto tratar de secarlas, sino que cuando al fin había contenido su llanto, estas habían brotado de nuevo.
"¿A dónde voy a ir? ¿A quién le puedo pedir ayuda? ¿Es que estoy sola?"
Y entonces viró en una esquina y se encontró frente a una enrome gárgola. Pero no era cualquier gárgola. Era la estatua que Harry le había dicho una vez que llevaba a la oficina del Director. Dumbledore. Sin duda Dumbledore era la persona más indicada para orientarla y decirle qué hacer en tal situación. Caminó lentamente hacia ella. Se acercó tratando de pensar qué hacer. ¿Pero qué hacer? No sabía la contraseña, y no podía solo quedarse ahí parada a esperar que el profesor saliera, o llegara. Aún podía recordar que lo había visto comiendo con los elfos domésticos en las cocinas.
Pero interrumpiendo sus pensamientos, una voz llegó desde atrás de ella.
-¿Señorita Granger? ¿Qué esta haciendo fuera de su cama a estas horas?
Hermione volteó bruscamente al escuchar la voz de la jefa de su casa.
-Profesora MacGonagall. Yo venía a ver al director.
La profesora la miró seriamente.
-¿Para qué lo necesita señorita?
-Yo... eh... quería consultarle algo... en privado. Es muy importante.
MacGonagall cambió su semblante repentinamente.
-¿Ha estado llorando?- le preguntó, casi en un tono maternal.
Hermione se apresuró a secarse las lágrimas que estaba todavía en sus mejillas.
-Espere aquí. Tengo que consultar unas cosas con el profesor Dumbledore y no pueden esperar. Regresaré por usted en un momento.
La profesora dijo la contraseña (»Cocadas») y subió al despacho de su superior.
Hermione se quedó de pie ahí. Dio un paso atrás para recargarse en la pared así como veía a la gárgola cerrase nuevamente.
:&
El pasillo en el que se encontraba no era el más acogedor del castillo. Tenía una gran cantidad de ventanas, pero ninguna tenía vidrios que detuvieran el paso del viento helado. Su piel se estremeció al sentir una ráfaga que entraba con violencia.
¿Había sido una buena idea venir con Dumbledore? Ahora que lo recordaba, también lo había espiado a él, y por tanto ya sabría que había estado haciendo cosas ilegales en el baño de Myrtle. El miedo la invadió por un momento. El solo pensar cómo la regañaría la hizo sentir el impulso de huir, pero Harry siempre les había contado cosas buenas de él, lo comprensivo que era, lo amable que se portaba.... pero después de todo él era un huérfano perseguido por un asesino maniaco... y ella era solo la chica que había ido a provocar a ese mismo seudo-hombre poniendo en peligro su propia vida y las de sus padres.
Una vez más sintió que su piel se enchinaba con el frío. Cuando había ido a la biblioteca no había pretendido regresar a su habitación a estas horas de la noche, ¿o de la madrugada? Qué más daba... estaba oscuro, frío y ella solo tenía puesta su túnica del uniforme. Lo que daría por que su maravilloso sueño se volviera realidad en ese instante. Que su amigo llegara para cubrirla con su abrigo, sus brazos y sus besos. Que el viento se volviera irrelevante al estar fundida con él una vez más... o por primera vez en realidad.
Mientras pensaba esto, no se dio cuenta que había cerrado los ojos, y no se percató de que, en efecto, alguien se acercaba.
-¡Hermione! ¿Qué haces aquí?
Ella abrió los ojos repentinamente, separándose de la pared, intentando disimular sus pensamientos; y se encontró con Blaise que se acercaba a ella.
"Que desilusionante..." pensó sin querer.
-Hola B-Blaise.- el frío que sentía era tanto, que había tartamudeado un poco cuando habló.
-Pero Hermione, esta haciendo un frío terrible aquí. ¿Por qué...?- Blaise miró a la gárgola dándose cuenta que ella estaba ahí para ver al director.
-¿Tú que haces aquí?- preguntó ella para desviar un poco su atención.
-Estuve ayudando al profesor Snape con unos exámenes. Estoy trabajando como su ayudante para obtener algunos créditos extras para ser prefecto.
"¿Créditos extras? ¿Cómo ayudante de Snape? ¿Cómo nunca se me ocurrió eso? MacGonagall estaría gustosa de tomarme como su ayudante, y me ayudaría mucho el año que entra."
-Que bien Blaise, te servirá mu-mucho.
Blaise la miró con algo de compasión y preocupación.
-Te estás helando...- dijo.
Entonces comenzó a quitarse su abrigo para dárselo, pero ella, apenada, empezó a rechazarlo.
-¡Blaise no! ¡Serás tú quien se hele!
-Mejor yo que tú, no será una gran pérdida si falto algunos días por estar enfermo. Pero no soportaría el estar sin ti por tan solo un día.
Blaise se sorprendió a si mismo al escucharse decir eso. No podía creer que se le había insinuado tan obviamente.
Hermione se sonrojó. No sabía que decir.
De repente una loca idea cruzó por la mente de él.
Volvió a ponerse el enorme abrigo y extendió sus brazos como para abrazarla.
-Al parecer estarás mucho tiempo aquí. Si quieres de esta forma podemos taparnos los dos.
Hermione le miró dudosa. No sabía si era una buena idea abrazarse con Blaise de esa manera. Pero después de todo sí tenía bastante frío.
Aún temblando, se acercó a él, quien se puso a su espalda y la rodeó con sus brazos.
Sin duda Hermione ya no sentía ningún frió. Ese abrigo era tan caliente, aunque en esa situación cualquier cosa le habría parecido la más adecuada del mundo. Pero aparte de eso, no podía evitar sentirse algo incómoda de estar tan cerca de Blaise. Él era más alto que ella, y por eso se sentía inmensamente protegida, como si nada la pudiera dañar en ese momento, como si se encontrara en un lugar mucho muy diferente de ese. Mas lo que la inquietaba más que nada, era el hecho de que le costaba mucho trabajo alejar su mente del pensamiento de que sus cuerpos estaban tan cerca uno del otro. Hacía unos momentos había estado deseando con todo su corazón el encontrarse en esta exacta situación con Ron, pero no lo estaba, y aún así se sentía tan bien. Recordó su sueño una vez más. Cuánto deseaba que fuera Ron el que la estuviera abrazando de esa manera.
¬_¬
Todo le parecía tan irreal. Hace unas horas, cuando apenas entraba al despacho de Snape para comenzar el trabajo, Blaise había estado pensando en ella. Se había imaginado que no entraba a ese oscuro y frío lugar, sino a un acogedor dormitorio de las chicas de Gryffindor, donde encontraría a Hermione esperándole, y sin duda no para revisar exámenes. Sin embargo, tanto tiempo metido ahí en ese estupor tan desagradable, había hecho que su mente se bloqueara temporalmente, evitando que se concentrara en otra cosa que no fueran pociones. Y cuando había salido, nada deseaba más que meterse a su cama a descansar los ojos. Pero como por obra del destino, en su camino, se había encontrado con esa chica que turbaba sus sueños y llenaba su imaginación.
Había sido una buena idea la de abrazarla para darle calor. Era cierto que le hubiera dado pulmonía si se hubiera quedado sin su abrigo, pero ahora... el frío no tenía cabida en su cuerpo. Apenas si recordaba algún tiempo donde se hubiera sentido tan acalorado. Sentía como su cara estaba totalmente roja, y sus manos empezaban a sudar. Pero nada importaba, estaba abrazando a la chica que le gustaba, y ella no protestaba.
Por un fugaz momento, se preguntó si Hermione no estaría solo fingiendo estar cómoda entre sus brazos, pero sacudió ese pensamiento de su cabeza remplazándolo con un deseo incontrolable de no fuera así.
Bajó la mirada para examinar su cabello. Se imaginó cómo se vería su rostro, pero pensó que perdía su tiempo tratando de imaginarlo y con una aún más loca idea pasando por su mente, le habló.
-Creo que sería mejor que viraras, tú sabes, para darme la cara. Así te taparía más.
~.~
Hermione había cerrado sus ojos nuevamente. El sueño dominaba su mente por completo. Involuntariamente empezó a sentir como si Blaise realmente fuera Ron. Y entonces escuchó su voz, pero el poder de su imaginación era tanto que lo escuchó como si realmente fuera la voz de Ron.
-Creo que sería mejor que viraras, tú sabes, para darme la cara. Así te taparía más.
Sin pensarlo dos veces, Hermione se volteó lentamente.
Tal vez, una parte de su cerebro si sabía que estaba abrazada de Blaise y no de Ron, porque mantuvo sus ojos cerrados tratando de mantener la imagen de su amigo.
La calidez que sentía aumentó cuando puso sus manos en el pecho de él. Sus brazos estaban a su alrededor, en su cintura. Se sentía tan cómoda, que recargó su cabeza gentilmente contra él. Una sonrisa se esbozó en sus labios.
^-^
Blaise casi estalla cuando sintió la pequeña y adorable cabeza de la chica recargarse contra su pecho. Simplemente estaba a punto de caerse por la tremenda cantidad de sensaciones que corrían por su cuerpo. Encontró bastante difícil mantenerse de pie, pero lo logró al estrecharla de la cintura más fuertemente.
Sus ojos cerrados demostraban que estaba tan relajada. Su piel brillaba en la oscuridad a la luz de la luna. Pero había sido su boca lo que le hizo casi desfallecer. Mirarla le llenaba de ansias y sensaciones difíciles de controlar. Era como si su ser se renovara sin que se diera cuenta. Era como un agradable y sutil arrullo con el que podría sobrevivir por toda la eternidad de tan solo mirarla. Era un consuelo para todo lo que tenía dentro de si que lo hacía sentirse desgraciado. Su rostro se hacía transparente con esa dulce sonrisa suya, podía colmarse de la hermosa personalidad de la chica. Era un dicha incontenible. Hermione soltó un suspiro casi imperceptible que hizo que se sintiera envuelto y aprisionado entre sus brazos. Lo único que podía desear era reconfortarla de todo lo que la aquejara. Esos labios tan pequeños, y ese cuello rodeado de cabello. Por los escasos minutos que duraba ese abrazo, sintió como si esa boca le perteneciera, no podría soportar que le perteneciera a nadie más que a él. Era como una dulce canción, como el significado del amor, como el tiempo atrapado en un instante... era esa boca que tanto amaba. Y no cabía la menor duda de que un beso sería... todo. Ella no parecía estar muy disgustada con la situación, y no podía dejar pasar esta oportunidad. Un enorme cantidad de posibilidades se le ocurrieron.
Tal vez si la besaba ella se daría cuenta de que él era el hombre adecuado para ella, tal vez si la besaba se sentiría tan feliz como él y le devolvería el beso, tal vez si la besaba el mundo cobraría sentido de una vez por todas y nada les importaría más que el uno al otro.
Temblando levemente, la tomó de los hombros y la separó gentilmente de si. Sus ojos estaban cerrados, y era obvio que se sentía complacida por la expresión de su cara.
Se veía tan bella de esa manera, tan apacible, tan tranquila, tan irresistible.
Blaise inclinó su cabeza hacia la de ella. Se detuvo a unos centímetros de su boca. Pero reanudo su camino hacia ella después de pensar en las malas posibilidades y desecharlos como si nunca se le hubieran ocurrido.
Sus labios se rozaron. Una ráfaga de éxtasis lo invadió. Sus labios eran justo como se los había imaginado tantas veces. Tan increíblemente perfectos. Parecían hechos a la medida de su boca.
@_@
Hermione sintió como Ron la apartaba de su lado con gentileza. ¿Era posible que su sueño se fuera a cumplir tan al pie de la letra? ¿Era posible que fuera a besarla? Besarla... sonaba tan bien. Soltó un suspiro lleno de esperanzas, deseos e ilusiones que tal vez, solo tal vez, se fueran a volver realidad en un momento.
Podía sentir sus manos fuertes sujetándola y solo podía imaginar su rostro apacible y su cabello rojo frente a ella.
Y entonces sintió como su boca se unía a la suya.
Se sintió algo extraña. Se sentía muy diferente a como había sido en su sueño. Pero trató de tranquilizarse pensando que esta era la vida real, que realmente estaba siendo besada por Ron, por su Ron.
No estaba cómoda del todo, pero no iba a reclamar nada porque tenía la esperanza de que mejorara. Entonces sintió que él trataba de separar sus labios para abrirle la boca, para hacer del beso algo más profundo.
Pero ella no quería. ¿Pero por qué? ¿Por qué no podía entregarse a su más anhelado deseo? ¿Por qué no?
Sin previo aviso, sus bocas se separaron, pero él siguió besándola. Cubrió su mejilla con besos que primero se sentían llenos de ternura y terminaron llenos de desesperación para proseguir en su cuello.
Sin poder resistirlo más, abrió los ojos para ver por qué se comportaba se esa manera que la hacía sentir tan incómoda.
Pero casi se desmaya cuando, en vez del brillante cabello rojo de su amigo, se encontró con el largo cabello negro de Blaise.
Soltando un gritito lo empujó hacia atrás. Lo miró con desprecio notando que sin duda él estaba disfrutándolo mucho. Pero entonces su mente se hizo conciente de que había sido él el que la había envuelto en sus brazos, que su imaginación le había jugado una mala pasada haciéndole creer que su sueño sí se estaba volviendo realidad.
Un sutil ruido del algo arrastrándose en el suelo la hizo mirar a su derecha. Una rayo de luna le permitía ver al pergamino del mapa del merodeador posándose en el suelo. Una mano temblorosa se dejaba ver entre la oscuridad.
Hermione se cubrió la boca con las manos. En parte asqueada de haberse besado con eso otro chico, y en parte temerosa de haber sido descubierta.
La persona que había dejado caer le mapa se volvió, y corrió dando vuelta a la esquina, y la luz de luna le dejó ver un instante esos cabellos rojos agitándose con el viento.
OoO
Hermione estaba en cuclillas frente a la gárgola. Su mente estaba terriblemente confundida y revuelta. No podía encontrar una explicación razonable que darse a si misma, y eso la hacía estar conciente de que tampoco iba a poder darle una a Ron.
Había besado a Blaise Zabini. No podía creerlo. Sonaba como una estupidez completa, pero era verdad.
Después de ver a Ron, se había visto invadida por la ira. Había corrido a Blaise gritándole y reprochándole, con lágrimas rodando de nuevo por sus mejillas. No podía creer que hubiera hecho tantas tonterías en una sola noche. Tantas...
Bajó la cabeza. Se sentía infinitamente miserable. No había nada más malo que lo que acababa de sucederle. Primero se mete con fuerzas malignas que no es capaz de controlar, y luego va y desprestigia en frente de el chico que más amaba en el mundo con ese otro... Con eso otro que se había aprovechado de ella. ¿Pero realmente se había aprovechado? Él no tenía la culpa de que ella hubiera estado con la mente en un lugar tan lejano, un lugar que se veía tan real. No podía culparlo por haber pensado que ella realmente quería besarlo. Se había relajado tanto... se había dejado llevar... seguramente Blaise la había encontrado de lo más dócil. Y claro, como se suele decir, el que calla otorga, y ella seguramente habría estado con una cara que era bastante obvio que quería decir que no había otra cosa que deseara más que un beso.
No era que Blaise no le gustara, ya que era un chico realmente guapo. Era más alto que ella, incluso más que Ron y eso ya era mucho, sin embargo esto no se notaba mucho ya que no era muy flaco, pero tampoco era gordo para nada. A pesar de que no jugaba Quidditch, era magnífico volando en su escoba. Casi nadie lo sabía, pero su padre era un volador profesional, que todos los años participa en la carrera anual de escobas, un famoso evento donde los competidores volaban de Kopparberg a Arjeplog, una distancia de 500 km, una ruta que atravesaba una reserva de dragones en donde la mayoría de los magos se veían obligados a salir de la carrera. Su padre era realmente bueno, y ya era un participante obligado, y Blaise estaba ya entrenándose para entrar a la competencia cuando cumpliera 18 años. Y todo ese entrenamiento le había dado una condición física envidiable. Su rostro era bastante agradable de ver por sus facciones delicadas pero varoniles a la vez. Su cabello negro siempre estaba increíblemente brillante y lo usaba algo largo, aunque no para recogerlo con una cola de caballo o algo así, era lo suficiente largo en la parte de atrás para que le cubriera la nuca. Y sus ojos oscuros eran tan profundos y sinceros... Pero él no era Ron. Y eso le bastaba a Hermione para descartarlo de la lista de posibles chicos que le gustaran... Aunque esa lista solo estuviera compuesta de una sola persona... una persona que acababa de verla besarse con otro...
L
Uuuuuu.... espero que a todos los que me habían dicho que les gustaba Blaise me digan qué piensan de esto... Debo admitir que la parte de Volddie no me salió de mucho miedo que digamos... pero en fin. Pero por eso el título: gente del lado oscuro y oscuros pasillos... juar juar. En el próximo capítulo verán la primera visita de Hermione a la oficina del Director, así como el destino de las predicciones de la Trelawney, porque de plano sería el colmo que todo se quedara igual después de semejante shock para Roncito.
Reviews!
Almendra: Gracias por preguntar, mi PC esta ya bien! Que nunca estoy en Internet? Hace unas semanas habría estado totalmente ofendida por esta blasfemia pero ahora... Se podrán dar cuenta de mi carga de trabajo al ver cuánto me tardé en subir este capítulo. Para subir tus caps acá solo tienes que registrarte!
Lora chang: Claro que lo leeré! Pero no te enojes si me tardo ya que tengo montones de cosas que hacer!
Airhead14: Gracias! Y... ya pronto...
caty Radcliffe: Gracias por leer, quién te la recomendó por cierto? Dale las gracias a ella por mí! Me alegra que te guste que mi historia se centre en Hermione.
Gracias a todos y me gustaría también pedirles paciencia ya que mi tiempo libre se ha visto reducido enormemente! Ahora, no os desilusionéis, ya que tengo una super sorpresa para todos... Pero tampoco se olviden de leer H: QD y OST de una boda. ;)
Pues nos vemos a la próxima! Y dejen review!!!
Atte:
SaRaGeN J
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