.Inuyasha... - Miroku lo había encontrado sentado mirando el atardecer. El chico no se movió. El joven monje puso una mano en su hombro y entonces Inuyasha reaccionó y se restregó los ojos con la manga de su haori. ¿Acaso estaría llorando? ... Miroku estaba bastante confundido, pero aprovecharía la debilidad del hanyou para develar el misterio. Debía comprobar sus sospechas.

.Que haces aquí, Miroku... - dijo él un tanto molesto.

Miroku se sentó a su lado, pero no lo miró. Sabía que eso resultaría bastante incomodo para el desdichado chico.

.Sé que te resulta doloroso, pero debemos hablar.

.No tengo ganas de hacerlo.

.Pues es sobre eso mismo. Tu tristeza sólo tiene un nombre (o dos, pero mejor me lo cayo)

.No quiero hablar de ello.

.Mira Inuyasha. No sé que tan malo pueda ser para que la Señorita Aome no este con nosotros. Esta más que decir que nadie creyó su excusa.

.Pues ahí ustedes si creen o no.

.No es tan fácil, amigo.- Miroku se volteó para mirarlo. Nunca lo había visto tan mal al pobre hanyou. – Es por ella¿verdad? La sacerdotisa Kykio tiene que ver en esto.

Inuyasha no respondió. El silencio de él le demostraba lo acertado que estaba. Luego de un largo silencio, el chico habló como reflexionando para sí mismo.

.Es mejor que Aome este en su época... no quiero que algo malo le pase. Moriría si ella...- Luego recordó que Miroku estaba a su lado. El monje lo miraba sorprendido.

.¿Estas diciendo que la sacerdotisa quiere matar a la Señorita?

.Miroku!..- Luego bajó la vista-... Aome... debe estar en su época, es lo mejor.

.Ejem...- tosió el monje, estaba listo para dar un discurso- Entiendo, Inuyasha, pero aquí tenemos otro problema que nos afecta a todos.- Inuyasha lo miró intrigado.- Dada las circunstancias, es importante que te aconseje y diga, amigo mío, que no llegaremos a ninguna parte sin la Señorita Aome. Los fragmentos de la perla son imposibles de encontrar. Si Naraku se apodera de ellos, todos estaremos perdidos. Yo mismo, mi kazaana pronto me consumirá. Así que creo que hay que revisar las prioridades y pensar qué es lo que más nos conviene, aunque esto resulte peligroso.

.¿Es eso! Maldito monje egoísta, Me lo estas reprochando?- Gritó Inuyasha realmente enfadado.

.Lo digo por el bien de la humanidad- dijo él con su típico tono solemne.

.Miroku, eres un... sólo lo dices por que quieres salvar tu vida!- Inuyasha se puso de pie y se arremangó las mangas de su haori con toda la intención de pegarle. El monje se paró rápidamente y trató de arreglar las cosas.

.Calma... calma amigo... sólo quiero que pienses... ¿prefieres que Naraku gane?

Inuyasha lo miró, pero finalmente no lo golpeó. Estaba claro. Odiaba tanto a Naraku que en su mente nunca cupo la posibilidad de que él ganase. Jamas. Pero ahora que Miroku lo decía... ¿qué tal si eso sucediese? Pero... que era más importante¿la vida de Aome o derrotar a Naraku?


...Y eso fue lo que pasó.- Dijo Shippo a una muy interesada Kaede. El chico le había relatado todo a cerca de las sospechas de Miroku y Sango, además de la conclusión que ambos habían sacado de la conversación del monje con Inuyasha.

.No lo puedo creer... - dijo pensativa la sacerdotisa.-... Pero esto ultimo ¿cómo lo sabes? Si fue Miroku quien habló con él... -

.Ah! Es que escuché a Miroku y Sango mientras hablaban... pero eso fue todo lo interesante. Luego Miroku estuvo mucho mucho rato mirando a Sango y finalmente dijo que la quería, pero entonces la conversación se puso aburrida porque hablaron de ellos dos solamente y entonces me fui a dormir.-

Kaede sonrió. El niño no se había dado cuenta de lo que eso realmente significaba. Ya ella como anciana lo sospechaba. Esos dos terminarían juntos.

.Pero... no puedo creer que mi hermana sea la culpable de todo esto.

.Kikyo es realmente mala- Dijo Shippo con rencor, pero luego se dio cuenta de que el comentario podría haber sido muy duro, considerando la cercanía que tenía Kaede con ella.

.Si, es cierto. Mi hermana fue una persona buena, que le gustaba ayudar a los demás. Pero ahora, no la reconozco. Pero ya lo he dicho. Mi hermana murió hace 50 años. Ella no es la misma, no pertenece a nuestro mundo, y aunque tenga la misma apariencia de hace años, ella ha cambiado, para mal.

.Lo malo es que ahora no sabemos qué hacer- dijo Shippo, como si realmente creyera que era su responsabilidad traer de vuelta a Aome. Luego miró a la anciana buscando una respuesta- ¿Qué cree usted, señora Kaede, que debemos hacer? Aome esta en peligro, pero Naraku podría salirse con la suya...

.Mmm... esto esta un poco complicado... pero no hay porque desesperarse. No entiendo porque Inuyasha se tomó tan a pecho las palabras de mi hermana.

.Es que el tonto esta enamorado de Aome, aunque no lo quiere asumir, entonces por eso se preocupó mucho.

.Puede ser... Inuyasha es un chico demasiado inmaduro.

.Inuyasha es un torpe- Dijo Shippo con rabia. Lo responsabilizaba por la ausencia de Aome.


Ni siquiera pudo concentrarse en el examen que le había tocado rendir. Claro, tampoco había estudiado mucho, dado el modo en que la dejó Inuyasha. Había llorado hasta cansarse. Nunca había llorado tanto en su vida. Y ahora, caminando a paso lento por las calles de la ciudad, aun no entendía la actitud del chico-bestia. Suspiró cansada. Tampoco podía olvidar aquellos besos. Fueron tan desesperados, tan apasionados, que podía sentir aun los labios del hanyou sobre los suyos. Se detuvo para pasarse los dedos sobre sus labios. Es verdad. Había sido su primer beso. ¿Qué podría significar eso para él? Suspiró nuevamente y siguió caminando. Extrañaba a sus amigos de la época antigua: Shippo, Sango, el monje Miroku, la anciana Kaede... había sido egoísta al marcharse sin despedirse de ellos. No debían pagar por los problemas de ella. Miró y se dio cuenta que había llegado a casa. Su cabeza giró para ver el poso. Arggg! El poso, mientras estuviera ahí, era una tentación atravesarlo. ¿Y que tal si iba sólo por un rato a saludar a sus amigos?

Vio la luz del cielo y respiró profundamente. Había sido casi un mes desde que se había marchado. Sentada en un costado del poso, se había detenido para reflexionar si era apropiado volver a verlos, aunque fuera sólo a saludarlos. Pero en su interior tenía más miedo de ver a Inuyasha. Después de lo que había pasado,... no quería verlo. Se levantó finalmente y caminó a paso lento por el bosque. Cuan no sería su sorpresa cuando vio una pareja afirmada en un árbol, besándose. Y que esa pareja eran dos personas que ella conocía muy bien. ¿Sango y Miroku? ...

.Anciana Kaede- Dijo bien bajito Aome. Inconscientemente no quería delatar su presencia en el Sengoku. La anciana que se encontraba tomando té, la vio y se alegró por completo.

.Aome... Aome...- Le dijo mientras se levantaba y la recibía entre sus brazos.

.Anciana Kaede...- Fue lo único que alcanzo a decir, porque la pena y las lagrimas no la dejaron hablar.

.Aome... Aome esta aquí, Aome esta aquí! - les gritó Shippo a Sango y Miroku que se acercaban a la aldea.


.Aome?- Dijo Sango mirando a Miroku.

.Sí, sí, ella llegó hace un rato. Ahora esta conversando con la anciana Kaede. Ella ya le contó todo, acerca de Kikyo.

.Pero... ¿Cómo lo supo?

.Esteee... -Shippo miró a otro lado.

.¿Tu le dijiste?- Preguntó Sango sorprendida. Pero... si todo son conjeturas nuestras... no sabemos si eso sea verdad.

Shippo... otra vez abriste de más la boca- Le dijo Miroku.

.Hola amigos- les dijo Aome, con una sonrisa cómplice. Ya se había tranquilizado y se encontraba bebiendo un té ofrecido por la anciana Kaede.

.Creímos que nunca más te volveríamos a ver- le dijo Sango sentándose a su lado.

.Es cierto.- Aseguró Miroku.

.Pues, vine a saludarlos. Fui muy egoísta al irme sin despedirme de ustedes.

.Entonces... ¿no vienes a quedarte, Aome?- Le dijo Shippo casi poniéndose a llorar. Sango y Miroku la miraron también confundidos.

.Mi primera intención fue esa, es cierto. - Les dijo Aome- Pero ahora, después de lo que me contó la anciana Kaede...

.Aome... nada esta confirmado aún. –Le dijo Sango.

.No importa- dijo Aome levantándose- Debo averiguar qué pasa. Por eso les pido, que no digan nada. Sé lo que estoy haciendo.- Les dijo con voz firme.

.¿Le preguntarás a Inuyasha? Él ha estado muy triste, Aome. Háblale y estará mejor- Le dijo Shippo.

.No te preocupes Shippo.- En ese instante Aome salió de la cabaña dejando a todos pensativos, pero estaban alegres, sabían que las cosas podían mejorar entre esos dos. Pero lo que nadie sospechó, fue que Aome no tenía la intención de aclarar aquel asunto con Inuyasha, sino que con la propia Kikyo...

Continuara...