Hola, aquí estoy de nuevo. De verdad siento mucho la tardanza, es que además tengo otro fic que estoy escribiendo el séptimo capítulo, a petición del público de HP, y pues para que no digan que soy una floja que no escribo, aquí esta el segundo capítulo, angustiante. Supongo.
Quiero agradecer de verdad a todas aquellas personas que me apoyaron con sus reviews, 14 reviews en un solo capítulo es mucho para mí y de verdad agradezco que les esté gustando la historia, quería saber como me iba a ir escribiendo en el género de anime, y claro con mi serie favorita, Shaman King.
No pretendo aburrirlos mucho con capítulos tan largos como los que tengo en una noche de furia, que la verdad sobrepasan las 20 hojas de Word, es cansado leerlo, pero estoy bastante traumatizada, ya que mi mente retorcida tiene mucho que ofrecerle a ese fic, espero que Uds. gente, algún día lo lean y me digan que es lo que piensan.
También quisiera decirles a todas aquellas personas que me han pedido romance, que sean pacientes, es apenas el segundo capítulo, no sean muy duros conmigo, les prometo que en el tercero habrá algo de romance (HaoxAnna) y muy, muy después pondré el tan ansiando YohxAnna.
También quisiera contestar algunos reviews, porque tengo que agradecerlos de alguna forma, y pues, aparte soy nueva en esto de escribir anime y necesito amigazos que me apoyen, prometo también dejar reviews, es sólo que algunas veces he estado ocupada y sólo leo, pero me he topado con fics que estan geniales.
Ahora, los reviews.
May Sk: ¡Hola! Muchas gracias, por ser el primer review, en verdad te agradezco que hayas opinado respecto a mi fic, se que prefieres el YohxAnna, pero creo que no podré darte el gusto tan rápido, pero si te prometo al final... o algunos flash back con esa pareja. Gracias, y sigue leyendo. Besos. Bye.
Spyka: Gracias por tu review, de verdad. No pensé que la historia te pareciera tanto para llegar a decir preciosa, pero de verdad me halagas. Muchas gracias. Sigue leyendo y prometo no tardar tanto.
Anna Kyoyama I: Gracias! Te prometo hacerlos sufrir un rato, soy experta en eso de hacer sufrir a los personajes. He aquí mi segundo capitulo, espero que continúes leyendo. Gracias, Bye!
Annita-Chan: Muchas gracias por haberlo leído. Sobre el HaoxAnna, ¡Claro! Te prometo que habrá algo… de eso de trata, aunque el final... Todavía es un misterio hasta para mí. Besos. Adiós.
Xris: Hola, muchas gracias por tu review. Se que estoy haciendo sufrir mucho a Yoh y a Anna... Pero, en mis fics, me encanta que haya una trama, una angustia. Espero y sigas leyendo. Te agradezco de nuevo. Besos. Bye!
Anna15: Hola chica!, Muchísimas gracias por leer el fic, que bueno que te guste y me alegra haberte dejado emocionada. Sigue leyendo. Gracias. Besos. Bye!
Leny: Hola. Gracias a ti también por leer mi fic. No te preocupes por Hana, al final del capítulo lo sabrás. Sigue leyendo. Espero que te guste este capítulo. Besos. Adiós.
Sol Himura: Hola! Por favor, no me demandes! Aun no tengo abogado. (No te creas xD) Aquí esta el capítulo para poder seguir libre, que bueno que te guste, me honras mucho, gracias por tu review, me inspira a seguir escribiendo. Lee, por favor. Gracias de nuevo. Besos. Bye!
Annita Kyoyama: Hola, gracias por haberlo leído. Si, Yoh dejará de ser el niño bueno y tranquilo de siempre. Yo creo que nadie le agradaría que raptaran a su hijo, espero que te guste este capítulo y me digas que piensas de Yoh. Gracias, y besos. Adiós.
Anacari: Gracias por tu review, que bueno que te guste. De verdad. Que bueno que me dices para poder leer tus fics, siento la tardanza, pero te prometo leer tus fics pronto. (Cuando acaben mis exámenes). Muchas gracias. Nos vemos. Bye!
Mariah Moriya: Holas! Muchas Gracias por tu reviews. Que gusta que te interese mi fic, sigue leyendo, prometo no decepcionarte. Nos vemos. Adiós. Besitos.
Haru: Gracias!, Que bueno que te guste el HaoxAnna porque tengo pensado darle más créditos al pobre de Hao, los villanos merecen un poco de éxito. ¿No crees? Yoh sufrirá un poco, es lo único que puedo decir. Sigue leyendo aquí esta el segundo capítulo, espero te guste. Sorry por tardar tanto. Bye bye!, Besos.
Cau: Gracias por tu review. Sobre lo romántico, tenme paciencia por favor. Es apenas el segundo capítulo, pero para el tercero prometo poner romance. ¿Va? Muchas gracias y sigue leyendo. Nos vemos. Cuídate, adiós.
Anita Kyouyama Fcc: Hola! Gracias por dejar review! Si, claro. Odio y celos son mis sentimientos favoritos a la hora de escribir un fic, y no te preocupes el romance llega en el tercer capítulo y claro, un Yoh que nadie había conocido. ¿Enojado? Bah, eso es poco. Sigue leyendo y muchas gracias de nuevo. Adiós. Besos.
Ahora si, el fic. Muchas gracias a todos, de verdad…
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Obsesiones
Lo más bello que existe en el mundo, es poder amar con la misma intensidad y ser correspondido, eso te convierte en el ser más dichoso de la tierra… Pero cuando el sentimiento de amar no es el mismo, la obsesión crece con fuerza dentro de ti, y luchas y luchas tratando de conseguir un poco de cariño, pero no puedes… y en lugar de amor consigues despechos, pero la oscuridad en tu interior es tan fuerte que la obsesión te domina, y no importa nadie, sólo tu, y ella…
"Me amarás Anna Kyoyama, aunque tenga que obligarte por la fuerza… Eres mía, Mía…"
Capítulo II
"Al fin, eres mía…"
El sol despertó triste y apagado, las nubes opacaban su brillante aura, y el cielo antes azul brillante era ahora el azul de un triste amanecer.
La rubia no había dejado de llorar, no había dormido y no quería comer nada. El menor de los Asakura no sabía que hacer para devolverle por lo menos aquella frialdad que caracterizaba a su joven esposa; Len Tao, se había ofrecido para ayudarles en la busca de su pequeño hijo.
Mientras tanto, los tirones de cabellos que la rubia se proporcionaba a sí misma, presa de la desesperación y del terror que sentía ante la posibilidad de que Hao dañase a su hijo, las lágrimas derramadas constantemente, que ya notaban la ausencia del pequeño Hana, se sentía débil, se sentía impotente por no poder hacer nada al respecto.
Yoh tampoco estaba en las mejores condiciones, no había llorado, no podía flaquear tanto, tenía que brindarle fuerzas a Anna, tenía que devolverle a seguridad de que muy pronto lo recuperarían y de que su hermano mayor pagaría por todos los daños que les había ocasionado.
Pero era imposible, la itako era muy testaruda y no entendía razones.
· - Annita, tranquilízate, tómalo con calma, Hana estará muy pronto con nosotros, lo vamos a recuperar. – Le susurró mientras besaba su mejilla cariñosamente, ella no se inmutó.
· - ¿Qué dijiste? – Susurró, incapaz de creer la tranquilidad del moreno. - ¿Tomarlo con calma? Es increíble Yoh, ¡Cómo demonios esperas que me tranquilice si ese desquiciado de tu hermano tiene a mi hijo! – Las lágrimas cayeron de nuevo, una y otra vez, esta furiosa, se sentía morir.
· - Estas muy alterada, Anna. Puede ser peligroso para tu salud, te prometo que todo va a estar bien… - Trató de continuar, pero le fue imposible.
· - ¡No va a estar bien, Yoh! ¡Entiéndelo Maldita sea! ¡No se trata de mí, ni de ti, se trata de Hana! ¡Es sólo un niño, no se puede defender! ¡Y tú, estas aquí diciéndome que todo va a estar bien, cuando aquel imbécil puede matar a mi hijo!
· - ¡No hables de él como si no fuera mi hijo! – Anna retrocedió mirándolo sorprendida. Jamás le había gritado de esa manera. El Asakura se arrepintió de pronto. – Annita, yo… lo siento. No quise gritarte de esa manera. Debes entender que estoy tan preocupado como tú, pero por el momento no podemos hacer nada. Len y Horo, me ayudarán a buscarlo. Discúlpame Anna, pero es mejor que no hagamos nada por el momento. – Trató de buscar calor en un abrazo, pero ella se apartó bruscamente, lo miró con decepción y furia.
· - Bien. Está bien. – Se limpió las lágrimas con la mano y se dio la vuelta decidida. – Si te vas a quedar ahí sentado esperando que dañen a tu hijo para que te decidas a ir por él, esta bien. Pero yo no me voy a quedar de brazos cruzados. – Subió las escaleras, siendo seguida por Yoh. Iba a entrar a su cuarto cuando Yoh la tomó del brazo. – Déjame ir, Yoh.
· - No Anna, es peligroso.
· - Maldición, que me sueltes. No soy una niña. – Forcejeó unos momentos logrando que el moreno la soltara.
· - Annita…
La rubia lo ignoró por completo mientras abría la puerta corrediza y la estrellada furiosa, frente a Yoh. El rey de los Shamanes, simplemente, herido… se deslizó contra la pared derrotado.
Sus ojos morenos comenzaron a brillar. Nunca había discutido con ella, nunca le había gritado, y no le gustaba discutir. La decisión de Anna era tan apresurada, que no sabía si darle la razón o no, era peligroso. Sabía que Anna estaba preocupada por su hijo, él también, pero… por el momento era mejor esperar.
Una lágrima cayó por su mejilla cuando escuchó desde el interior de la habitación como un grito desgarrador y angustiado salía de la garganta de su amada, seguido por muchas cosas rompiéndose, y por sus sollozos. Estaba llorando, ella lloraba.
En el interior la rubia rompía cosas, iracunda, tiraba de sus cabellos, casi haciéndose daño mientras caía de rodillas al suelo, ahogando sollozos compulsivos con el rostro bañado en lágrimas. Los dos lloraban, era tan desesperante.
Yoh reflexionaba mientras ligeras lágrimas le recorrían el rostro hasta llegar al piso. Le dolía, dolía, y mucho. ¿Por qué no moriste? ¿Por qué, Hao? ¿Por qué no me dejas en paz, a mí y a mi familia? Por fin tenía una vida tranquila y llena de lujos, y llegaba Hao a arruinarla.
¿Qué tengo que me odias tanto, Hao Asakura? ¡Eres mi hermano con un demonio!.
De pronto, se vio interrumpido por una presencia se sintió en la mansión Asakura. El Shaman se levantó como el alma que lleva el diablo y bajó las escaleras rápidamente, segundos después Anna también bajaba desesperada, llegando casi al mismo tiempo al jardín.
· - Opacho… - Murmuró la itako con su rosario en las manos, lo apretaba fuertemente, esperanzada. Noticias, eso es lo más que podía esperar.
· - Señorita Anna, Señor Yoh… - Hizo una reverencia. – El señor Hao… - Fue interrumpido por Anna, quién le gritó histérica.
· - ¿¡Dónde está mi hijo!?
· - Señorita Anna… Yo, no tengo permitido decirle en donde se encuentra el pequeño Hana, le pido mil disculpas. – Se disculpó cortésmente el pequeño.
Tuvo que cubrirse ya que los espíritus antes pertenecientes a Hao Asakura, lo atacaron violentamente. La itako estaba inmóvil con la cara trasformada en furia y angustia, en frustración, mientras que el rosario de los 1080 brillaba levitando levemente en las manos de la sacerdotisa.
· - Anna… - La miró con detenimiento. ¿Qué estaba haciendo? Había estado perdiendo el tiempo, tratando de llevarlo con calma, oprimiendo esa sensación tan angustiante de no tener a su primogénito en sus brazos.
Era un idiota. Le había gritado a su Anna, y sin más, la había contradicho. Su pecho ardía, como el mismo fuego, y fue entonces cuando la preocupación y el coraje se apoderaron de él. El pequeño Opacho no tuvo tiempo de protegerse, el filo de la espada estaba a milímetros de su garganta. Tragó con dificultad al observar lo que nunca se imaginó.
Los ojos apacibles del moreno, estaba que chispeaban de odio y de ira. Su rostro desfigurado por el dolor y por la necesidad y el hambre de venganza. Ya había visto una vez esa cara, pero aquella vez, fue en el gemelo del rey Shaman, en su señor, en Hao.
· - Escucha, pequeño imbécil, tienes 5 segundos para decirnos dónde esta Hana, hablas o te mueres. – Estaba aterrado, ese no era el Yoh agradable. Hao había estando metiéndose en terreno peligroso. – Dile a Hao que esto no es con el bebé, es conmigo, que tenga los suficientes huevos para venir y retarme en persona. ¿Has entendido o tengo que deletrearlo?
· - Se… Señor Yoh… - El pequeño estaba con los ojos abiertos al máximo. Lo había amenazado. Quiso hablar pero una voz se lo impidió.
· - Es interesante. Muy interesante. Me impresionas de verdad, hermanito. Pero, ¿No crees que has sido muy duro con el pobre de Opacho? – Ese cinismo, esa tranquilidad que desquiciaba, era perfecta en Hao.
· - Hao… - Murmuraron al unísono la pareja.
· - Hola. – Sonrió simpáticamente, aunque precisamente se estaba burlando de ellos.
El nombrado estaba sentado sobre una rama de un árbol, como acostumbraba. Llevaba unas ropas parecidas a la de su derrota, solo que la capa era de un rojo casi ensangrentado, y sus pantalones negros, sin camisa dejando ver sus pectorales perfectos.
Eso no importaba, no importaba su presencia en esos momentos, lo que de verdad les angustiaba era que un bebé rubio estaba en sus brazos. Anna suspiró. Estaba ileso, su bebé estaba bien.
· - Por fin apareces… Hijo de perra. – Sarcasmo y Majaderías. Eso si que era nuevo en Yoh. – Aunque después de todo, estabas muerto. ¿No es así?
· - Muerto o no, tengo a tu hijo. Vaya chiquitín, es simpático.
· - Dame a mi hijo, Hao. – La voz dura y fría de Anna se hizo presente, y los ojos de Hao se iluminaron.
· - No. – Sonrió. Y eso ocasionó que los demonios de Anna se pusieran en posición de ataque y que Yoh posesionara a Harusame. – Vamos. ¿Por qué la violencia? No veo la necesidad de usarla.
· - Te lo repito, dame a mi hijo. Y márchate antes de que te mate, y créeme que esta vez me voy a cerciorar de que estés bien muerto. – Yoh le habló duramente.
· - ¿Lo quieres, Annita? – Murmuró divertido el mayor de los Asakura centrando su atención en la rubia itako, ignorando a su hermano, mientras agarraba al bebe por el cuello de su pequeño pijama, dejándolo colgando en su mano. Esto ocasionó que Anna e Yoh se pusieran más alertas, pero al parecer su hijo estaba divirtiéndose de lo lindo, reía con gran inocencia.
· - No te atrevas… no te atrevas a soltarlo. – Dijo Yoh, que no cabía en sí de coraje.
· - Hagamos una tregua. Te devuelvo a tu hijo y tú me das algo a cambio…
El moreno lo miró incrédulo y después miró a la sacerdotisa, quien con la mirada desesperada le asintió.
· - Trato hecho, deja al bebé en el suelo… y después te daremos lo que quieras. – Murmuró Yoh, precavido ante cualquier acción que su hermano tratara de usar en su contra.
· - Bien. Ahí lo tienes. – Una sonrisa macabra apareció en su rostro.
Todo pasó tan rápido que ni Anna ni siquiera Yoh, pudieron hacer algo a tiempo. Sin delicadeza alguna lanzó al pequeño niño por los aires, quien reía y reía extasiado por la diversión, Yoh fue el primero en actuar y corrió tan duro como sus piernas podían darle, atrapando al pequeño en cuestión de segundos.
Lo que nadie sabía es que esos míseros segundos sería aprovechados por Hao, quien desapareció repentinamente.
Anna se percató de eso, demasiado tarde. Observó con detenimiento cada lugar a su alrededor. ¿Dónde estaba? ¿Se habría ido? ¿Por qué? Su mente no dio más espacio para preguntas, ya que una voz la sacó de trance, erizando su piel, deteniendo su corazón, mientras su rostro se aterraba.
· - Tienen a Hana, ahora me llevo lo que me pertenece. – Yoh apenas se percató de su presencia y se volvió hacia su esposa que estaba de espaldas a su hermano, horrorizada.
No hubo tiempo de reaccionar, los ojos de Anna se nublaron ante el golpe que atestó directo a su nuca y unos fuertes brazos la sostuvieron antes de caer al suelo. Yoh deshizo la posesión dejando al bebé al cuidado de Amidamaru, y corrió como si la vida se le fuera en ello hacia su hermano que cargaba en brazos a su esposa.
Hao sonrió retorcidamente y dijo.
· - Lo siento hermanito, un trato es un trato, además… nunca dije qué era lo que me llevaría. – Observó a su pequeño amigo, que miraba boquiabierto la escena. - Vámonos Opacho. – Y desapareció, así. De la nada. Yoh llego demasiado tarde, sólo alcanzó a tocar los sedosos cabellos de la rubia antes de que ésta desapareciera. Y cayó al suelo.
· - Lo siento, señor Yoh. – y se desvaneció, junto a su amo. Maldito enano. Y tenía el descaro de despedirse y disculparse.
Y ahí, tirado en el suelo, lleno de tierra y con un raspón ocasionado por el impacto de la caída en su mejilla, gritó. Gritó de impotencia mientras las lágrimas rabiosas surcaban sus mejillas.
Maldita sea… Anna. Se la llevó… él se la llevó.
Y entonces el atardecer llegó, junto con un viento frío… anunciando la desgracia al mundo de los vivos y no vivos. El pequeño Hana, de apenas un año y medio de vida, momentos antes feliz, lloró. Comenzó a llorar cuando sintió el dolor de su padre en carne propia.
El espíritu acompañante del gran Rey Shaman, se sintió débil, por no haber podido hacer nada. Fue muy fácil, demasiado fácil, y todo pasó tan rápido. Habían recuperado al pequeño, pero ahora Anna estaba en las manos de ese desgraciado, de ese asesino. Quien sabe qué planes tendría para ella.
· - Amo Yoh… - Murmuró Amidamaru con la cabeza agachada y la mirada fija en sus manos. Qué impotencia sentía en esos momentos. Su amo, Yoh. Nunca lo había visto llorar… Nunca.
En otro lugar, lejano a la mansión Asakura, los largos y sedosos cabellos masculinos se mecían suavemente mientras contemplaban ese atardecer que por fin le sonreía a su destino, tanta calma, tanta tranquilidad y la sonrisa en sus labios, era imborrable.
Las olas del mar se azotaban furiosas contra el acantilado, pero para él todo era calma, apaciblemente, estaba recargado en el marco de la ventana de un lugar completamente alejado de la sociedad, contemplando de vez en cuando el paisaje tan hermoso que se dibujaba a su alrededor.
Pero nada era más bello, que aquel cuerpo delgado e inerte que reposaba entre las sábanas, con las manos posadas sobre su vientre plano y sencillo, los cabellos desparramados entre la almohada de plumas, el semblante tranquilo, sus labios sonrosados y ligeramente abiertos, exhalando el aire fresco del ambiente.
Ella era un ángel, con el carácter de un demonio. Sonrió mientras se acercaba al lecho de su amada rubia, se acostó al lado de aquel cuerpo tan delicado y se abrazo a ella, reposando su cabeza entre su cuello, respirando su mismo aliento, mientras acariciaba sus cabellos platinados. Ah, cómo había ansiado tocarla de esa manera.
Se sonrió así mismo, mientras suspiraba cerrando aquellas piedras marrones a las que llamaba ojos y se dijo, y le dijo. – Al fin, eres mía… - Sus susurros fueron apagados por el viento, mientras su corazón latía con fuerza, emocionado, esperando el amanecer, donde ella despertara abriendo sus ojos azabaches, y sería suya, la acariciaría como nunca, borraría cada huello que su hermano hubo dejado sobre ella, y la marcaría como suya.
Entonces, no habría necesidad de matar a su hermano, porque de algo estaba seguro… Ella llegaría a amarlo, y su hermano moriría… Moriría de amor. Volvió a sonreír mientras se perdía en sus sueños, ya no más pesadillas, ahora estaba al lado de la mujer que amaba.
· - Eres mía… Mía. – La abrazó con fuerza mientras se perdía en su último murmullo que fue apagado por la oscuridad. Durmió, por primera vez, durmió seguro, y feliz porque ya no habría mas pesadillas, ya no aclamaría consuelos, ya no. Ya no más.
Continuar
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Segundo capítulo, he cumplido. Espero que les guste y mucho, porque a mi me gusto mucho.
Se que hice sufrir un poco a Yoh, pero supongo que ahora quieren un poco de Hao, es que, bueno ustedes dirán, Yoh siempre le sale bien todo y pues, ya era hora de que algo de angustia llegara a su vida.
Hana, tiene un año y medio, por si se dará cuenta, porque en el capítulo anterior puse que se salía de la cuna, y quería poner una edad suficientemente apta para ser un pequeño, pero no tanto como para no poder caminar, o al menos gatear un poco.
Am, que más, que más. Ah, sí. Creo que a los amantes de Hao y de Anna, ya saben que ya se acerca lo bueno, el romance… Aunque no prometo que todo sea color de rosa.
Me despido. Toda suya.
Anne M. Riddle.
PD. Dejen muchos reviews. ¡Por favor! (No se crean, dejen sólo si lo creen conveniente, Bah, como quieran, sólo pido un poco de apoyo.)
¡Bye bye!
