Disclaimer: Todos los personajes de InuYasha pertenecen a Rumiko Takahashi.

Alex.- Pese a que por más que escribía y escribía, y anda me dejaba satisfecha, logré subir éstecapítulo. Siento que el rumbo que a comenzado a tomar no es el indicado, pero al igual que los demás lectores, queda a su criterio... de todas formas ojalá y te guste. Me compré dos CD´s de Fernando Delgadillo, un cantante que a Egon y a mi nos gusta mucho (en realidadél es el único que sé le conoce o.O)en uno, al final viene esta frase, la cual quiero que leas, pues se me hizo muy linda yreal. "Soñar es ver la vida de otro modo y es olvidar un poco lo que es. Un sueño es casi nada y más que todo: Más que todo al soñarle... Casi nada después" (José Ángel Buesa) Un beso sis nn

Nota:

Los párrafos en cursivas, son pequeños fragmentos de lo que vendría a ser el diario de Sango o Kagome (Voy a variar de vez en cuando) sería como los pensamientos respecto a la situación pero planteados a futuro, no sé si me entiendan.

De confesiones y traiciones

Por Kuruma Michiyo Chidori (Iya n.n)

Para Sayo Yukishiro

Capítulo 2 "Retrato"

-Ya estoy aquí.- Avisó Inuyasha abriendo las puertas de su aula, y sonriendo tímidamente a una muchacha de larga cabellera negra y tranquila mirada parda.

-Buenas tardes Inuyasha.- Saludó con voz dulce Kikyo Katsuhara. Ésta, al igual que otro chico se hallaban trabajando en sus respectivas pinturas.

¡Hola Inu- Gritó el muchacho de mirada alegre azulada y cabellos oscuros amarrados alborotadamente en una pequeña coleta.- No esperaba que vinieras... ya daba por un hecho que esta tarde Kikyo y yo la pasaríamos sin compañía.- El hombre no parecía muy entusiasmado con la idea, pues la joven era sumamente despectiva y mandona.

-Pues ya ves. ¿Qué pintas ahora- Preguntó, observando con curiosidad por sobre el hombro de su amigo.- Ah... otro atardecer...

-Sabes que para mí es lo mejor.- Miroku parecía muy orgulloso de sus palabras.

-Eres idéntico a Sango, creo que debería presentártela.- Inuyasha se cruzó de brazos recordando lo que siempre le decía la castaña.

¿Hablas de tu amiga, no? la chica misteriosa que tanto mencionas.- El ojiazul sonrió pícaramente.

-Sí, y no, te estás confundiendo con...- Inuyasha dudó, mirando de reojo a Kikyo que se mantenía concentrada en las margaritas de su lienzo.

¿Con?

-Olvídalo.- Inuyasha se dirigió a su respectivo lugar, a lado de la mujer, acomodando el lienzo y tomando un pincel delicadamente.

¿Sabes Inuyasha? Eres todo un nudo de secretos, hasta pareciese que no me tuvieras la confianza de decirme quién es tu novia.- Miroku parecía ofendido, pero el platinado parecía más nervioso al hecho de que Kikyo les miraba con perplejidad, pues desconocía que Inuyasha tuviese una relación formal.

-Yo no tengo novia Miroku.- Musitó entre dientes.

-Como quieras.- El chico suspiró, concentrándose en aquel bello sol de tonalidades amarillas y anaranjadas...

-Por cierto...- Inuyasha mojaba la punta del pincel en la paleta que contenía varios colores, teniendo por elección un azul cielo.¿Creen que sería posible conseguir un lugar en esta clase? Sé de alguien con mucho talento pero sin los recursos para ingresar aquí...

-No creo que sea fácil.- Dijo simplemente el chico, escogiendo entre un anaranjado oscuro o claro.

-Si lo deseas, yo podría hacerme cargo, recuerda que mi abuela es la directora del instituto.- Kikyo pintaba un jardín bastante burdo a la opinión de Miroku, que era el mejor de la clase.

-Te lo agradecería.- Inuyasha sonrió- créeme, ella es realmente talentosa...

¿Ella- Soltaron al unísono Kikyo y Miroku.

-Sí, me refiero a Sango...

¡Ah! Con que por fin conoceré a tu mejor amiga.- Miroku parecía feliz ante la idea.

-Si tanto le deseabas conocer me hubieses dicho antes.- Le reprendió, sacando del bolsillo de su pantalón una cartera roja y lanzándosela al ojiazul.- Andaábrela, ahí hay una foto de ella conmigo...

El ojiazul obedeció, quedando perplejo ante la imagen de aquella chica. Y pese a que no había mucho que verle, pues la imagen se hallaba un tanto alejada y el rostro apenas se lograba contemplar, le parecía una chica muy bella.

¿Ésta es Sango?

-Sí¿no me digas que le ves algo raro- Farfulló, dispuesto a defender a su casi hermana de las palabras despectivas que se podrían avecinar.

-No. No tengo nada que decir, parece buena persona.- Miroku le devolvió la cartera; no tenía intenciones de decir lo que pensaba.

El platinado se mantuvo en silencio... Debía pasar media hora para saber qué se hallaba pintando sin siquiera notarle, para saber que sentimiento transmitía, para saber a quién debía de ir destinada aquella obra como regalo...

-Es muy hermosa ¿Quién es- Miroku parecía maravillado.

-Es...- Dudó, sus ojos no sabían lo que veían, no sabía si notar más la mirada solitaria de la mujer, o aquel rostro tan angelical.- Su nombre es Kagome, es... una prima.- Mintió.

Por un vago instante se sintió basura, se sintió una vil rata al mentir de aquella forma... ¿Una prima¿Qué hubiese dicho Sango ante aquel comentario? El sólo pensarle le volvía loco... Pero no sólo su amiga¡Kagome¿Con qué derecho se refería a ella de aquella forma?

-Pues espero me la presentes.- Sonrió con picardía.

-Mmm...- Profirió por respuesta. En verdad, no deseaba que Miroku, y mucho menos Kikyo conocieran a sus amigos o "novia"... Eran mundos diferentes.

(Sango)

En éste mundo existen dos clases de amigos, los que tienes desde niño, que viven cerca de ti y compartes con ellos todo, podrían ser los que conoces desde infante. Pero por otro lado, los que conoces de fuera, que no les ves tan seguido pero igual te agradan y cuando éstos dos se encuentran.. los conflictos pueden comenzar y no sabes la manera en que debes reaccionar... A quién defender, con quién irte...

A quién elegir...

-Me marcho, que pasen buena noche.- Informó Kikyo mientras recogía sus cosas y salía del aula con paso tranquilo.

-Yo también me voy.- Avisó con rapidez Inuyasha, allegando sus pinturas y lienzos y saliendo de ahí siguiendo a la mujer, dejando a la vista de todos aquel bello cuadro.¡Espera, Kikyo¡Te llevo a tu casa!

Miroku suspiró resignado mientras negaba con al cabeza. Nuevamente le dejaban solo aquellos dos.

-Bueno... yo tendré que cuidar de esto... ¿Cuándo aprenderá que no debe dejar las pinturas aquí- Se dijo Miroku al tiempo que tomaba el retrato de esa joven, metiendo sus cosas a la mochila que pendía de su espalda, y llevando con el brazo desocupado, el cuadro de un melancólico atardecer. No el molestaba cargar con todas esas cosas, no sería la primera vez; y aunque la idea parecía imposible, Miroku Akibahara era más responsable que cualquier otro chico.

ººººººººººººººººº

¡Feliz cumpleaños- Sonrió emocionada Sango mientras abrazaba con fuerzas a su mejor amiga.

¡Gracias- Musitó a su vez una chica de largas hebras oscuras y alegre mirada castaña. Kagome Higurashi lucía especialmente alegre aquella noche.

-Te ves hermosa.- Exclamó embelesada; siempre había admirado le belleza de la muchacha, y en ese momento, lucía radiante un fino vestido negro y la cabellera recogida en un moño aperlado que el hacían ver como un ángel.

-Tú no te quedas atrás.- Kagome parecía apenada con aquel comentario, mas Sango sólo se remitió a sonreír y entregarle su presente.

¿Y... dónde está Inuyasha- Preguntó emocionada mirando por sobre el hombro de la castaña en busca del platinado.

-Ah... este... él me dijo que...- La joven miró al suelo, frotándose las manos inquietamente sintiendo como era que algunos cabellos caían torpemente sobre su frente- no vendría, que lo disculparas por favor.

¡Oh!... ya... ya veo.- Kagome bajó igualmente la mirada, pero de inmediato fingió una sonrisa.- Ni modo¿Qué se le va hacerÉl siempre es así... Entremos que comienza a hacer frío.- Invitó, dándole paso a su amiga para entrar a su hogar, conteniendo en sus ojos una impertinente lágrima de desdicha.

-Perdónalo... él... tenía algo importante que hacer.- Trató de excusarle, posando una mano sobre el hombro de la joven, mas Kagome miraba con ironía dolida a su amiga.

¿Más que el cumpleaños de su noviaÉl lo había prometido, dijo que vendría.-Dijo, dando por finalizada aquella conversación y acercándose hacia una amiga que el llamaba insistentemente.

-Kagome...- Susurró Sango para sí. Tendría que hablar seriamente con Inuyasha.

ººººººººººººººººº

-Creí que estarías ocupado.- Sonrió sucinta Kikyo al tiempo que se aferraba al brazo de Inuyasha mientras caminaban por un solitario parque camino a casa de la mujer.

-Creíste mal.- Inuyasha parecía estar muy interesado en el destello que emanaba de los ojos de aquella joven de larga cabellera fuliginosa. –Nada podría ser más importante que acompañar a una bella dama a su hogar.

Kikyo dejó escapar una risilla ante el comentario del platinado. Jamás se lo hubiese planteado, pero aquel muchacho en verdad le gustaba...

-Mira, parece que hay una fiesta en esa casa- Observó Kikyo, señalando una vivienda cercana al parque. Se podía escuchar la música desde ahí, y claramente se veía como era que la gente entraba y salía continuamente.

Inuyasha desvió al mirada con brusquedad. Había sido presa improvisa de la culpabilidad...

-Kagome...

¿Qué dices-Preguntó con sumo interés.

-Nada, nada... Se está haciendo tarde, mejor será que nos demos prisa.-Invitó, mientras que se acercaba a una acera y el daba la parada a un taxi.

Continuará...

N/A

Hola gente! espero que este capítulo les haya gustado n.n Muchas gracias por sus reviews y su apoyo! No saben lo que significa para mí... ARIGATO!

Cuidense mucho, besos!

Iyari