Lord of the rings no es mío. Pertenece al profesor Tolkien. Esto fue hecho por diversión, no tiene fines lucrativos. Sorry errores ortograficos y gramaticos, no tuve tiempo de corregir.
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La enfermedad no había cedido durante meses, era muy raro, las medicinas que Signi había hecho eran buenas. ¿Por qué su madre seguía enferma? Salio de la habitación sin hacer ruido para ir por agua fresca. Su madre le decía que estaba bien pero en su mirada se le podía ver angustiada. Signi estaba preocupada, Faramir también se encontraba preocupado pero la presión de parte de su padre para partir a la guerra era mayor.
Boromir, bueno él estaba allá afuera protegiendo la ciudad y la tierra media de las fuerzas de Mordor. Estaba enterado de la enfermedad de su madre, pero aunque hubiera querido, no podía hacer nada. Signi era la unica que estaba a cargo de su madre. Ni siquiera Denethor hacia caso a su esposa, cada día se la pasaba encerrado en sus aposentos, con ordenes de no ser molestado.
La joven chica estaba muy deprimida, sus medicinas no podían hacer nada para curar a su madre. Era como si ella se estuviera dejando caer lentamente en el velo de la muerte. Siempre que podía, Signi miraba hacia la entrada de la ciudad, esperando en vano la llegada del peregrino gris. Pensaba esperanzada que aquel mago tuviera la cura pero el tiempo pasaba y Mithrandir no aparecía.
¿Qué era lo que le pasaba a su madre? Signi había oído rumores feos acerca de sus misteriosos ojos dorados. Decían que el color dorado que irradiaban era signo de la muerte y por eso nadie se atrevía a verla directamente. La trataban como a un ser superior, mejor dicho como a un demonio que no se debía hacer enfadar.
Sentía horrible que cuando llegaba a cualquier lugar, las personas bajaran la mirada asustadas. Que muchas otras salian corriendo apenas si la miraban venir. Por eso, su unica compañera era la soledad. Cuando su hermano Faramir se le acercaba para platicar con ella o la auxiliaba en sus clases de arco, ella se sentía bien pero sólo por ese momento. Justo cuando Faramir se iba, una horrible angustia la inundaba.
Suspiró tristemente mientras observaba como la vasija se llenaba de fresca y clara agua. Sin moverse, seguia la luz que cubria la superfie del agua. Tomó aire antes de ver su reflejo en el cristalino liquido. Sus ojos dorados deslumbraban un brillo extraño, Signi se enojó y golpe la superficie del agua.
A veces quisiera no haber tenido estos ojos- dijo tomando la vasija y observando al frente.
Cuando llegó al cuarto de su madre, la encontró dormida. Incluso en sueños, la hermosa Finduilas se veía angustiada. Signi dejó la vasija a un lado de la cama, aprovecharía para poder practicar un poco con el arco. Se dirigio a su cuarto para sacar su ropa de entrenamiento. Aguantó las lagrimas cuando vio que varios guardias desviaban la mirada cuando ella pasaba cerca de ellos.
La zona de entrenamiento estaba sola, era la hora de comida para los novatos que usaban ese lugar. Signi deslizo sus dedos pensativa por las plumas de una flecha. Desde que Ioreth la había corrido de las casas de curación, ella no había no regresado alli. Aún cuando sabía que necesitan voluntarios para cuidar a los heridos.
Tensó el arco mientras recordaba perdidamente, las hierbas medicinas y sus usos. Debía haber alguna planta que ayudará a su madre, seguro que lo habría. Soltó la flecha dando cerca del blanco. Torció la boca enojada, habia estado segura de haber apuntado bien.
Rapidamente tomó otra flecha y disparó sin ver siquiera a donde la dirigía, en esta ocasión si dio al blanco.
Tontos ojos dorados- murmuro, comenzaba a darse cuenta que sus ojos eran muy finos para ver cosas lejanas. Lo malo era que ella se distraía con facilidad a la hora de apuntar.
Miró pensativa el campo de entrenamiento, todo estaba solo. ¿Cómo sería su puntería mientras corria? Camino lentamente hasta un extremo del campo, contando las flechas que tenía en su carcaj. Al detenerse contó los blancos, la cantidad de flechas que tenía era la misma que los blancos.
Volvio a mirar el lugar y sonrio al verlo solitario. Nadie la vería, por lo que se sentiría más segura al disparar. Tensó un poco su arco para comprobar que estuviera listo para la carrera. Sujetó bien su carcaj y luego verifico que su cabello estuviera bien atado para que no la molestara.
Suspiró un poco cerrando los ojos, tenía que darse prisa, pronto los novatos regresarían a entrenar. Abrio los ojos revisando de nueva cuenta que no hubiera nadie alrededor. Luego, comenzó a correr. El sonido de flechas cortar el aire, era lo unico que le llegaba a sus oídos. Sujetaba fuertemente el arco y lo tensaba apenas la flecha tocaba la delicada cuerda. Se detuvo bruscamente levantando un nubecilla de polvo, en el ultimo blanco, su cabello se había deslizado hacia sus ojos y tuvo que disparar sin ver a donde iba la flecha.
Se tumbo de rodillas al suelo respirando entrecortadamente, sus brazos le dolían, nunca antes había disparado flechas tan rapido. Se quitó el cabello de su cara para observar el resultado de su prueba. A excepción de la ultima flecha, todas habían dado al blanco, aunque realmente no en medio del blanco. Sólo habían caido en la madera casi afuera de esta.
Signi escuchó ruido, los novatos regresaban a entrenar. Dejó el arco y el carcaj a un lado y salió corriendo, no quería que nadie la viera. Además, los mismos novatos saldrían huyendo apenas si la vieran. Llegó exhausta a su habitación, se tumbó en su cama, pensando en los ojos dorados que tenía. Eran perfectos para ver cosas lejanas y disparar con el arco pero para relacionarse con los demás eran una horrible carga. Se quedó dormida mientras pensaba en eso.
La noche comenzaba a caer sobre la ciudad blanca, cuando Signi despertó. Sus brazos le dolían por su aventura con el arco. Se restregó los ojos adormilada, pronto sería la hora de la cena y no estaba lista. Se levantó preocupada cuando recordo que no había ido a ver a su madre.
Rapidamente se cambio de ropa y salio corriendo a la habitación de su madre. Pero ella no se encontraba allí.
¿Madre?- pregunto preocupada Signi, no era posible que su madre estuviera bien para dar un paseo. Salió corriendo y vio a un guardia que hacía ronda. -¡Disculpa!- grito, el guardia volteó a verla y dio un paso hacia atrás. Signi se quedó callada un momento, esos ojos dorados que tenía eran una molestia.
¿Has visto a mi madre?- pregunto desviando la mirada del guardia, él respondio negativamente y luego salio lo más aprisa que pudo. Signi se mordió el labio asustada. ¿Hacia donde habria ido su madre? Lo unico que le venía a la mente eran las habitaciones de su padre. O en la habitación que tenia reservada su padre para estar solo y pensar en la situación de Gondor. Usualmente nadie entraba a excepcion de su madre.
Signi corrio hacia los aposentos de su padre para poder buscar a su madre, pero tenía un poco de miedo, desde que su padre estaba recluido. Cada que la veía, gruñia y la miraba con desprecio, Sabía que algo extraño estaba pasando pero no podía preguntar, aunque lo hiciera, nadie sabría la respuesta.
Abrio despacio la puerta del aposento de su padre, él no estaba alli, entró sin hacer ruido. Sin tocar nada recorrió la habitación, su madre no estaba alli. Su corazón latio rapidamente de miedo al pensar que su madre estuviera en la habitación especial de su padre. Pero en ese momento se le ocurrio otra cosa, faltaba poco tiempo para la cena, posiblemente su madre estaría en el comedor.
Salio del cuarto de su padre, rezando que su madre realmente estuviera en el comedor. Al entrar al comedor suspiró largamente, su madre estaba sentada en la mesa, a un lado estaba Faramir.
¡Madre!- grito Signi corriendo hacia ella -¿Qué haces fuera de la cama? Me has preocupado- agregó abrazandose a ella. Faramir asintió.
Eso mismo le preguntaba, la encontré caminando por el palacio. La traje aquí para cenar pero luego la llevaremos a su habitación para que descanse- dijo el joven, Signi sonrio mientras abrazaba con más fuerza a su madre.
Vamos, vamos, sólo me sentí bien un rato y quise salir a pasear un poco- contesto Finduilas revolviendo el cabello de Signi. –No se preocupen, descansaré despues de la cena- agregó sonriendo.
Faramir sonrio,los sirviente entraron con la cena lista. Signi se soltó de su madre para poder tomar asiento pero al hacerlo, creyó ver una extraña sombra que cubria el rostro de su madre. Fue tan rapido, que no supo si habia sido su imaginación o no. Sintio un horrible escalofrio al recordar los rumores de sus ojos dorados y el significado de su brillo singular, según la gente, era el brillo de la muerte.
XXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXEl dolor de la muerte de un ser querido, es un dolor muy fuerte. Carcome toda tu alma, no logras asimilar el hecho que esa persona ya no estará a tu lado. Que no podrás ver su sonrisa, o escuchar su voz en las noches antes de irte a acostar. Eso pensaba Signi.
Ella había estado alli junto a su padre, sus hermanos estaban allá afuera protegiendo al reino y la tierra media del terror de Mordor. Ella había visto como los dulces ojos de su madre se habían apagado en un suspiro. Había visto la muerte de su madre adoptiva con sus propios ojos.
Aún sabiendo que había estado alli, que lo habia visto morir frente a ella. No lograba asimilar el hecho que su madre estaba muerta. No creia que ya nunca más volvería a escucharla, que nunca más su madre le cubriria sus escapadas a las practicas de arco. Simplemente se negaba a creer que aquella mujer que la recogio cuando un bebé había muerto.
Tampoco absorta esta es su meditaciones, que ni siquiera se habia dado cuenta que su padre ya no le hablaba. Que ni quería verla. Simplemente había olvidado que tenía una hija adoptiva despues de la muerte de su esposa. La mujer que más amaba en el mundo.
La noticia de la muerte de la señora Finduilas, esposa del Senescal de Gondor había golpeado cruelmente a todos. Los habitantes de la ciudad blanca lloraban por su señora, las mujeres le lloraban y hacían hermosas coronas de flores para su tumba. Los hombres se quitaban sus sombreros, o yelmos en caso de los soldados, para mostrar su pena. Boromir y Faramir se enteraron apenas la noticia salio de la ciudad. Dejando a cargo a un subordinado de confianza, corrieron para verificar lo que habían escuchado.
Al ver la tumba de su madre se quedaron estaticos, no sólo por haber comprobado que su adorada madre estaba muerta. Signi estaba acurrucada a un lado de la tumba, sin moverse, con los ojos rojos de tanto llanto. Según un guardia, Signi no había comido o dormido desde el entierro de su madre. Ni siquiera se había movido de alli. Ver a la chiquilla en ese estado les rompio el corazón.
Boromir se agachó y le hablo lentamente, un nudo se le formó en la garganta cuando ella volteo a verlo. Sus ojos dorados ya no brillaban como antes, se habían apagado y la tristeza los inundaba. Boromir le acomodó su cabello, luego la abrazó cuidadosamente.
Vamos a casa- le dijo, Signi se abrazó a los fuertes brazos de su hermano y lloró. Faramir los siguió de cerca con la cabeza baja, llorando sin hacer ruido. Boromir no lloraba pero por dentro sabía que si lo estaba haciendo, lloraba junto a sus hermanos, la perdida de su madre.
XXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXBoromir no tenía mucho tiempo para llorar o lamentarse la perdida de su madre. Aunque estaba dolido por dentro, sabía que su pueblo lo necesitaba en ese momento. Ya no era un niño, ya era todo un hombre que tenía obligaciones.
O eso intentaba pensar cada vez que las lagrimas amenazaban con salir al recordar los ojos llenos de tristeza de Signi.
Faramir, siendo más joven y de menor categoría en el ejercito, podía lamentarse por la muerte de su madre. De paso, también intentaba animar a su hermana, pero los intentos siempre fallaban. La chiquilla, casi no comía o dormia, y cada vez que sus hermanos intentaban verla a la cara, ella desviaba la mirada.
Pronto llegó una noticia, los orcos comenzaban a ser más numerosos y se rumoreaba que había algunos atacan en el reino de Rohan. Alguien tenía que ir a verificar eso y reforzar los lazos que tenían con el reino vecino. El indicado era Boromir por ser el hijo mayor del Senescal.
Los consejeros de Gondor, el senescal y sus hijos se reunieron para discutir ese problema. No podían dejar que uno de sus capitanes se fuera al reino vecino y dejar las tropas sin supervisión.
Sugiero que Faramir me cubra hasta mi retorno. Estoy seguro que lo hará bien- opinó Boromir mientras los consejeros intentaban llegar a una conclusión. Denethor suspiró enojado.
No quedará de otra. No creo que Faramir logre controlar a una simple tropa sin cometer errores pero es mejor a que él controle el ejercito a que cometa errores con nuestros aliados- comento bruscamente viendo friamente a su vastago. Faramir se mordio los labios de impotencia, los consejeros le dieron la razón al Senescal. Boromir iría a Rohan mientras que Faramir se quedaría para liderar el ejercito de Gondor.
La asamblea termino, dejando a los hermanos solos en la sala. Boromir continuo sentado, luego le hizo una seña a su hermano apenas vio que estaban completamente solos.
?Lo has visto! Nuestro padre no confía en mí, cree que meteré la pata con nuestros aliados. Asi que prefiere que meta la pata con nuestro ejercito- vociferó Faramir, tirando una silla de coraje. Boromir se cruzo de brazos avergonzado.
Tu sabes que nuestro padre te quiere- dijo Boromir sin ver a su hermano menor.
No lo demuestra mucho- comentó Faramir acomodando su cabello que se había desaliñado por el coraje. Luego se quedó callado –Boromir, si mi padre no me demuestra que me ama, y eso que soy su propia sangre...-
¿Qué estás insinuando? – preguntó Boromir intrigado, Faramir volteo a verlo seriamente.
¿Cómo trata nuestro padre a Signi ahora que madre está muerta?- hablo el joven, con un tono de voz sombrio y triste. Ninguno de los dos hablo.
Mi padre la quiere, él mismo le puso nombre y la acepto en palacio- justifico Boromir.
Es cierto, pero... ¿Cómo la trata ahora? Ahora que lo pienso, ya no le dirige la palabra. Ya no los veo juntos, es como si uno y otro hubieran olvidado que son padre e hija- dijo Faramir. Boromir suspiro trstemente, lo que decía su hermano era verdad. Denethor y su hija adoptiva Signi se habían olvidado mutuamente.
Creo que lo mejor será que Signi salga un poco. Los horribles rumores que creo Ioreth de los ojos dorados de nuestra hermana le han causado problemas. No necesito verlo, lo sé, ya que ni ella misma nos mira directamente a los ojos- comentó Boromir.
¿Y a dónde crees que sea bueno mandarla? Además no es buena epoca para hacer viajes de placer. Muchos menos me arriesgaría a mandar a Signi con alguien desconocido- hablo Faramir angustiado, mandar a su hermana lejos sin nadie conocido no le agradaba la idea. Boromir se levantó de la silla.
Rohan- dijo Boromir, su hermano se quedó callado simplemente viéndolo.
¿Estás seguro? Digo, se dice que haya también hay orcos atacando el lugar y se rumorea que Theoden se está haciendo viejo. Que ha cambiado- dijo Faramir apenas las palabras volvieron a sus labios.
Es lo unico que se me ocurre, conozco un poco al hijo y sobrino del rey de Rohan, Théodred y Éomer. Puede ser que ellos nos ayuden en esta empresa, no deseo ver más a nuestra hermana triste, extraño el brillo de sus ojos dorados- hablo Boromir . busquemos a nuestra hermana, tendrá que juntar sus cosas lo más pronto posible. Hay que llegar lo más pronto posible a Rohan.
Faramir asintió, no esta seguro aun si eso era buena idea, pero realmente extrañaba el brillo dorado de los ojos de su hermana. Ya no quería verla más triste. Los hermanos se dispusieron a buscar a Signi, no tardaron mucho. Al salir de palacio se dirigieron al arbol blanco, Signi estaba parada frente a él.
Signi- hablo Boromir, ella volteo un poco a verlo. Luego siguió mirando el arbol, Boromir se le acercó cautelosamente. –hermana, saldremos de viaje-
¿Un viaje?- hablo Signi sin siquiera verlo -¿a donde?
Iremos a Rohan- dijo Boromir- Tú y yo- Signi volteo a verla incrédula.
Nunca he salido de los limites de Gondor- hablo.
Y ahora es tu oportunidad, vamos, te ayudaremos a recoger tus cosas, tengo asuntos que arreglar en Rohan y es menester llegar lo más pronto posible- dijo Boromir dándole la mano. Signi miro la mano detenidamente.
Hey Signi, un día me dijiste que querías ser capitan de las fuerzas de Gondor ¿verdad?- intervino Faramir viendo el arbol blanco. Signi dijo un leve si. –Si vas a Rohan, podrás entrenar el arco y espada sin que nadie te moleste. Cuando estés lista, podrás ser capitana de nuestras fuerzas- Signi sonrio poco a poco.
¿Es en serio?- preguntó mirando por primera vez a los ojos de sus hermanos. un resplandor brillo en sus dorados ojos. Boromir y Faramir asintieron.
Seguro, sólo tienes que ser fuerte y confiar en ti misma- dijo Boromir, Signi sonrio y tomó la mano de su hermano.
¿Qué estamos esperando? Tenemos que hacer el equipaje, es urgente que Boromir llegue a Rohan- hablo Signi, sus hermanos sonrieron.
XXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXPor fin publique xDDD pero ahora con la compu de mi hermano puedo escribir sin tantos problemas. Creo que ahora lo hice largo... y triste. ¿En serio yo escribi eso? Bueno, el caso, ya estuvo esto y ya trabajo en el siguiente capitulo. Por fin pondre lo que tenía planeado desde hace mucho (risa maléfica) mujujujuju. Creo que este fic sera Angst... caray, nunca había escrito algo asi y toy emocionada nUn.
Gracias a Sauron kutzab por leer mi fic y fastidiarme pa que publicara. Tmb a Dragón 44 por dejar review. Eso da animos pa seguir dando lata.
