Ginny, Sydney y Amy caminaban rápidamente por los pasillos, sin apenas mirar por dónde iban. La noche anterior, pese a haberse acostado temprano, no se habían dormido hasta varias horas después; había pasado una semana de las dos que Ginny debía cumplir castigada con Draco y Harry, y eso daba mucho de que hablar. Obviamente, se habían dormido...y ahora estaban por llegar tarde a Transformaciones.
Por eso, ni Ginny ni sus amigas se dieron cuenta de que venía alguien en sentido contrario. Mejor dicho, sus amigas no se dieron cuenta hasta que fue demasiado tarde para avisar...en un minuto, la pelirroja había ido a parar al suelo, justo encima de...
-¿Pero qué crees que estás haciendo, Weasley?
-Yo....yo....l-lo siento...es que llego tarde a clase y...
-Será mejor que te ahorres las excusas, comadreja. Y haz el favor de quitar tu codo de ahí, porque me estás asfixiando.
-Oh...perdona! No me había dado cuenta...-la chica se paró rápidamente, y un segundo después un chico rubio, de ojos grises y un poco despeinado se encontraba de pie frente a ella.
-La próxima vez...fíjate – por – donde – caminas! –dijo Draco Malfoy, enfatizando mucho cada palabra. Luego desapareció por un pasillo lateral.
Sydney y Amy prorrumpieron en carcajadas.
-Vaya, Ginny...esa sí que es una forma original de llamar la atención de un chico, ¿verdad? –comenzó Amy con lágrimas de risa en los ojos.
-Definitivamente, Gin...eres...una...seductora...n-nata! –completó Sydney, quien tenía graves dificultades para hablar debido al ataque de risa del que era víctima–. Aunque...viendo lo simpático que es –hizo una pausa para respirar– ¡quizás deberías haberlo asfixiado con el codo!
La pelirroja, que en esos momentos tenía el rostro de un color mucho más brillante que su propio pelo, soltó un malhumorado "Cállense ya....no sé por qué son tan mmpghfgpm....!" antes de perderse de vista hacia el aula de la profesora McGonagall.
Más tarde, mientras las tres chicas intentaban casi en vano convertir un salero en una paloma, en la Sala común de Slytherin Malfoy intentaba huir de sus compañeros. Si tenían ese tiempo libre era porque supuestamente debían empezar a prepararse para sus ÉXTASIS; sin embargo, todos pensaban que "aún faltaba mucho para ponerse a estudiar", así que se dedicaban a jugar al ajedrez mágico, hablar o practicar maleficios con algún compañero. Malfoy estaba harto del bullicio y las idioteces de sus compañeros de casa; por eso se había refugiado en un rincón apartado del resto de la sala, tratando de perderse en sus pensamientos y evitar la realidad por un momento. Sin embargo, al poco tiempo de encontrarse allí sintió como unos brazos lo apresaban por la cintura, y una voz chillona decía a su oído:
-¡Drakiiin! Me tienes abandonada, amorcito mío!
-¿CUÁNTAS VECES TENGO QUE DECIRTE –comenzó a gritar el rubio quitándose a Pansy de encima- QUE NO ME DIGAS "AMORCITO MÍO", NI "DRAKIN", NI NINGUNO DE TUS ESTÚPIDOS APODOS?
-Lo....lo siento, Draco....pero es cierto! Últimamente es que no me haces ni caso...bueno, es cierto que las clases empezaron hace muy poco... –dijo Pansy sonrojándose un poco.
-A ver si lo entiendes de una vez, Parkinson –contestó Draco fríamente- no es que últimamente no te haga caso, es que NUNCA te he hecho caso! Estoy deseando que me dejes en paz de una vez y para siempre...
-No hables así, Draco....no querrás herir los sentimientos de la chica, no? – dijo una voz burlona detrás de ellos.
Malfoy levantó la vista y sonrió al chico que había hablado.
-La verdad, Blaise...-replicó con sorna- es que esa era mi intención desde un principio. –Pansy miró indignada a Draco, luego dirigió una mueca de odio al otro, susurró "Traidor" y se marchó ofendida hacia el otro extremo de la sala–. Gracias por la ayuda, Zabini. ¿Qué te trae por aquí?
-No mucho, la verdad...-dijo Blaise sentándose a su lado-. ¿Y tú? ¿Qué haces aquí solo?
-Me tienen harto –respondió sencillamente Malfoy, haciendo un gesto hacia donde se encontraban las demás serpientes–. No hacen más que hablar de los supuestos planes que traman sus padres en Azkaban. Dicen que quieren encontrar a un sustituto de Voldemort...matar a Potter....pobres ilusos. Dudo que alguno de ellos logre salir de aquella prisión.
-Tienes razón –dijo Blaise con voz seria.- Mi padre dice que el ministerio no tiene intención de soltarlos. Y los que quedan sueltos...-titubeó un poco, dirigiéndole una mirada de soslayo a Draco-...no creo que logren mucho.
-Eso espero –prosiguió Draco, quien no estaba para nada molesto por la alusión del otro chico refiriéndose a Lucius–. Lo único que me faltaría sería ver a mi padre intentando adueñarse del mundo...sería patético –dijo con una sonrisa irónica–. Por cierto –añadió- ¿Cómo le va a tu padre en el ministerio?
-Muy bien...ha logrado demostrar que no está del lado de los Mortífagos...al principio no le creían, porque sólo somos dos Slytherins los que no tenemos padres en el antiguo círculo de Voldemort. Lo peor es que todos aquí se han enterado de que se relaciona con el Ministerio, ¿o no has notado que casi no me hablan?
Sí, es verdad –corroboró Draco, acordándose del "Traidor" de Pansy–. Lo que me extraña es que me hablen a mí...
Tu padre es mortífago, y el mío colabora con el ministerio...realmente te asombra? Por más que tú odies a tu padre, –dijo rápidamente al ver que el rubio abría la boca para protestar– ellos no lo saben...pero sí saben que es uno de los pocos que ha logrado huir del ministerio y le fue "fiel" a Voldemort hasta que Potter lo derrotó. En cambio el mío no sólo nunca estuvo de su lado, si no que delató a muchos...Afortunadamente no saben qué trabajo realiza exactamente en el ministerio, o de lo contrario ya me habrían matado –concluyó con un suspiro.- Cambiando de tema, ¿cómo te fue estos días como ayudante de Snape?
Bien, supongo –contestó Draco distraídamente.
¿Has aprovechado para vengarte de la comadreja?
¿Eh? ¿Vengarme? ¿De qué?
¿Cómo que de qué? ¿Acaso no estás castigado por su culpa y la de Potter?
Ah....sí, bueno...sí...pero es que...aún no puedo quitar puntos...Además, el castigo tampoco está siendo tan malo...al menos "la parejita" no se dedica a molestarme...
¿"Parejita"? ¿Están juntos? –preguntó Blaise con interés.
Ehh...no lo sé, la verdad...creo que no...yo lo decía por...¿y a ti qué te importa? –saltó de pronto el rubio, mirando fijamente a Zabini.
No, por nada, por nada...-dijo el otro de manera poco convincente dirigiéndole una curiosa mirada a su amigo antes de observar su reloj y añadir: - Me voy a comer. ¿Vienes?
Esa tarde, cuando Draco Malfoy abrió la puerta de la lechucería, para su sorpresa se encontró con que alguien ya estaba allí.
Hola – dijo Ginny con decisión. – He venido antes...pues...porque quería hablar contigo.
¿Conmigo? – respondió el Slytherin escéptico, alzando una ceja. Ginny asintió con la cabeza. – Adelante, supongo...
Yo quería...-la chica se detuvo un momento al comprobar la increíble frialdad que transmitían aquellos ojos...¿estaría haciendo lo correcto?-...agradecerte lo que hiciste por mí, en la clase de Snape, hace una semana.
Lo único que hice –dijo con indiferencia- fue justificarnos a los dos. – Sin una palabra más, tomó el trapo y comenzó a limpiar.
Sí, pero...
Escucha, Weasley –la interrumpió Malfoy- el hecho de que evitara que quiten puntos a tu casa no significa que las cosas hayan cambiado en lo más mínimo...¿entiendes? Así que hazme el favor de dejarme fregar en paz.
Ni siquiera el propio Slytherin entendía por qué se estaba comportando así con ella. Después de todo, no le había hecho nada...sintió un leve remordimiento, pero en seguida lo acalló.
Frega todo lo que quieras –replicó Ginny empleando un tono mucho más duro que hasta entonces–. Yo sólo quería decirte "gracias", pero comprendo que reacciones así ante una palabra que no aparece en tu vocabulario!
En ese momento entró Harry; se detuvo un momento para observar a sus dos compañeros de castigo, que parecían haber discutido, pero no dijo nada. Saludó a Ginny y, tomando una lechuza, comenzó a revisarla.
El tiempo transcurrió rápidamente. Pasadas unas dos horas, Harry se fue a su entrenamiento de quidditch, dejando a Draco y a su amiga solos y dirigiéndole una extraña mirada a la pelirroja, algo que no pasó inadvertido a los fríos ojos del Slytherin.
Ninguno de los dos dijo nada. De repente, la varita de Ginny cayó de su bolsillo cuando, en puntas de pie, intentaba devolver una lechuza dormida a su sitio. Una vez solucionado el problema del animal, se agachó a recogerla...pero no estaba. Levantando la vista pudo comprobar que Malfoy se le había adelantado y jugueteaba con ella entre sus dedos.
-Dámela, hurón.
-¿Qué has dicho? –contestó el chico con una amplia sonrisa- Es que....parece ser que hay palabras que tampoco entran en tu vocabulario.
La chica pensó un momento y luego, con una mirada de desprecio, dijo:
-Podrías darme mi varita...¿por favor?
-Claro...toma- replicó el rubio dándole la varita a Ginny y sosteniendo su mirada.
-Gra... –comenzó a decir la pelirroja. Sin embargo, se lo pensó mejor, y en lugar de terminar la frase salió de la habitación sin más.
El Slytherin, que no había dejado de sonreír, se quedó mirando fijamente el lugar por donde había salido Ginny. No le caía tan mal esa comadreja, después de todo...y sabía que no había sido justo al contestarle mal cuando ella había tratado de agradecerle lo de Snape. Antes de abandonar la lechucería, se detuvo en la puerta y murmuró "De nada".
Aquella noche, Sydney y Amy charlaron un rato con Ginny y luego se marcharon a dormir, ya que estaban muy cansadas. La menor de los Weasley, sin embargo debía quedarse a terminar los deberes que no había podido hacer a causa del castigo, así que fue a sentarse con su hermano y Hermione, que estaban esperando a que Harry volviera de su entrenamiento.
-¿Qué tal, Gin? –le preguntó su hermano, mirándola atentamente.
-Bien, supongo –contestó Ginny-. Lo único que estoy deseando es que se termine el odioso castigo de McGonagall...
-¿Malfoy te ha hecho algo? –inquirió Hermione.
-No, no es que me haya hecho nada, pero eso no quita que no sea un tonto... –respondió la chica, un poco cansada de que todo el mundo supusiera que el Slytherin sólo quería hacerle daño.
-Hola, chicos –se oyó de pronto la voz de Harry, mientras entraba por el agujero del retrato con su escoba al hombro. Éste se detuvo un momento al ver a la hermana de Ron, y por un instante se sonrojó levemente-. Ah...Hola, Gin –dijo en voz baja.
-Hola, Harry –respondieron los tres al unísono.
Ron y Hermione no parecían en absoluto sorprendidos por la actitud de Harry con Ginny; Ron incluso le sonreía burlonamente a su amigo. La pelirroja se encontraba un tanto sorprendida, pero aún así decidió no hacer preguntas y acabar con sus deberes de una buena vez. Mientras ella escribía, pudo observar de reojo algo que la sorprendió aún más: sus amigos hablaban entre sí en voz muy baja, de manera que no pudiera oírlos, y tanto su hermano como la castaña le dirigían cortas miradas, mientras que Harry, que había vuelto a sonrojarse, parecía haber encontrado algo muy interesante en sus zapatos, y no levantaba para nada la cabeza, aunque se lo oía susurrar.
Cuando Ginny terminó lo que tenía que hacer, comenzó a meter sus libros en la mochila; en ese momento, Ron y Hermione se levantaron apresuradamente y se despidieron de ella y Harry, diciendo que tenían mucho sueño y necesitaban dormir. Luego le susurraron al moreno algo que Ginny pudo escuchar sin que se dieran cuenta; su hermano dijo "¡Ánimos, amigo!" y la castaña "Tú puedes, Harry! Verás cómo todo sale bien." La pelirroja se preguntó de qué estarían hablando; lentamente cerró su bolsa, se la colgó al hombro, susurró "Hasta mañana, Harry" y se dirigió hacia la habitación de las chicas. Sin embargo, antes de que pudiera poner un pie en las escaleras, escuchó la voz del moreno a sus espaldas:
-Oye...Ginny...Espera.
-¿Qué pasa? –preguntó la chica, intentando no parecer muy nerviosa.
-Bueno, yo....esto...¿No quieres dar un paseo por el lago?
-¿Ahora? –contestó, mirando su reloj-. Son las doce, Harry.
-Ya, ya lo sé –respondió el ojiverde-. Es que...necesito hablar contigo. Por favor...
-Está bien –concedió Ginny-. Pero no tardemos mucho, ¿de acuerdo?
-De acuerdo.
Caminaron por el castillo en silencio, sin saber qué decir. La menor de los Weasley sospechaba que todo aquello tenía que ver con lo que sus amigos habían estado susurrando momentos antes en la Sala Común; y si bien por un lado quería saber de una vez de qué se trataba todo ese asunto, por el otro no podía dejar de pensar en cierto rubio de Slytherin...Por más extraño que fuera, no podía evitar sentirse como si lo estuviera "engañando"...Y ese sentimiento no ayudaba en lo más minimo a la pelirroja, que no estaba dispuesta a aceptar que ese hormigueo permanente que le daba cuando estaba cumpliendo castigo en la lechucería y sentía unos ojos grises sobre ella se le estaba yendo de las manos.
Una vez que llegaron a orillas del lago se sentaron entre unas piedras azules, siempre en silencio, hasta que Ginny decidió empezar la conversación :
-¿Y bien? ¿De qué querías hablarme?
-Escucha, Ginny –dijo suavemente Harry- Yo...quiero que te cuides de Malfoy. –La mención de aquel apellido hizo que un escalofrío recorriera a la chica de pies a cabeza.
-¿A qué viene eso? ¿Por qué me hablas de Malfoy ahora?
-Hoy cuando iba a entrenar me crucé con Lupin, y me dijo que había estado hablando con Dumbledore y que había conseguido que me cambiaran el castigo...-explicó el moreno.
-¿Cómo que te cambiaron el castigo?
-A partir de mañana ya no voy a ir a la lechucería –dijo Harry mirándola fijamente a los ojos-. Voy a ayudar a Lupin a capturar a unos boggarts que se han soltado por el castillo. Tú vas a estar sola con Malfoy, y yo...yo no quiero que te haga daño, Gin. Me importas demasiado –concluyó, acercándose lentamente a la pelirroja.
-No...no tienes por qué preocuparte, Harry –contestó Ginny, alejando su rostro del de su amigo.- Sé cuidarme sola. Y ahora...-añadió, viendo que el chico no pensaba dejar de mirarla y volvía a acercarse-. ¿Qué te parece si entramos? Tengo frío... –dicho esto, se puso de pie, pero su acompañante no dio señas de moverse.
-Ginny –dijo firmemente Harry-. Todavía no te he dicho lo más importante.
-¿Qué? –preguntó la pelirroja, insegura de querer saber la respuesta. Toda esa situación la incomodaba mucho. Ella se daba cuenta de que su amigo deseaba algo más que eso, pero...ella no. Sobre eso sí que estaba segura. Tal vez, pensó, si todo esto me lo hubiera dicho el curso pasado...
-Te quiero, Ginny –dijo Harry al fin, haciendo que los pensamientos de la chica se detuvieran por completo. Ahora sí que estaba en un apuro.
-Escucha, Harry –contestó Ginny, sin saber muy bien lo que iba a decir-. Yo...no puedo. Lo siento. Tú...eres muy buen amigo, pero sólo eso, yo...yo... –la pelirroja tenía una frase rondando su cabeza, pero no podía decirla...no debía decirla, eso no era verdad...¿o si?- Yo quiero a...otro. –No bien terminó de decir eso un gesto de sorpresa apareció en su rostro. ¡Lo había dicho! Había estado a punto de confesarle a Harry que a ella en realidad le gustaba..."él". Eso no podía ser, no podía estar pensando en Malfoy ahora que Harry se le había declarado, no podía rechazar a su amor de tantos años sólo porque....
-Está bien –replicó rápidamente el moreno, sin poder reprimir una nota de dolor en su voz-. Está bien. Lo entiendo –dijo, y sin más se dirigió al castillo.
Ginny lo siguió unos minutos después. Y cuando apoyó su cabeza en la almohada ya sabía que no podría dormir en toda la noche. Sabía, ahora mejor que nunca, que la terrible certeza de que le gustaba Draco Malfoy se había apoderado de ella. Ya no podría negárselo a sí misma...ni a los demás tampoco. Con el tiempo se darían cuenta. Y no iba a ser nada fácil.
Bueno, ahí estaba el capítulo 3...espero que les haya gustado!! Por cierto, si no les importa, voy a tratar de extorsionarlas un poquito...si me dejan varios reviews les prometo que para este fin de semana tienen el cap 4 arriba! ¿Qué les parece? ;) :p
En fin, voy a contestar un par de rr:
Rosa E. Landeros Martnez: Bueno, supongo que después de este cap. Ya sabes qué siente Harry por Gin, no? ;D Me alegro mucho de que te guste el fic...nos leemos!
Ginevra-Malfoy 17: jajaja tranquila!!! No me vas a tener que matar...yo creo que Harry y Ginny como que no van a llegar a mucho :P Siento muchísimo no haber pasado por tu fic todavía! Es que apenas tengo tiempo para actualizar el mío, así que...Pero te juro que en cuento pueda te dejo un rr!
Bueno, muchisisisismas gracias a tods aquellos que leen este fic, y acuérdense de dejar rr!! Nos leemos!!
Salu2,
..Lucky..
