Hola, tanto tiempo! :p Como les dije, acá está el chap seis...o la parte dos, como prefieran ;) . Reviews al final...
Enjoy it! (las quiero!! jeje, hoy estoy sentimental...que cosas)
6. El examen de Pociones
Las tres chicas siguieron charlando un buen rato; Sydney y Amy disfrutaban imaginando qué iba a pasar con Draco y Ginny, o inventando historias al estilo de las novelas muggles. Sin embargo, en un momento ninguna pudo contener los bostezos que las invadían desde hacía un rato: después de todo, la única que había dormido algo –y no más de tres horas– era Ginny.
–¿Qué hora es? –preguntó ésta.
–Las... –dijo Sydney mientras alzaba su muñeca en busca de su reloj...pero no dijo nada. Se quedó mirándolo, como si hubiera algo allí que no era correcto. Amy, impaciente, tomó la muñeca de Syd y observó los pequeños números del mecanismo, mientras sus ojos se abrían en un gesto de sorpresa.
–¡SON LAS OCHO Y MEDIA! –gritó al fin.
–¿QUÉ? –respondió Ginny–. Las...las ocho y...?
–¡Más nos vale que nos apuremos! Dentro de media hora tenemos Transformaciones! McGonagall nos mata...! –exclamó Sydney, a la vez que deshacía el hechizo insonorizador y salía de la cama de Amy, seguida de las otras dos. Como esperaban, ninguna de sus compañeras de cuarto estaba ahí: ya habían bajado a desayunar.
Dos minutos antes de que sonara la campana entraron corriendo al aula de Transformaciones y fueron a sus asientos. La clase transcurrió con normalidad; para alegría de las tres, consiguieron grandes progresos. Al final de la clase todas, incluida Sydney –que no era muy experta en la materia– habían conseguido que a sus saleros les salieran alas, pico y patas, y que incluso ulularan débilmente. Animadas, comenzaron a dirigirse a Cuidado de Criaturas Mágicas.
–Me muero de hambre –comentó Amy cuando salieron del aula.
–Y yo de sueño –protestó Sydney–. ¡Les aseguro que es la última vez que me quedo sin dormir una noche entera! –todas rieron.
De repente, una voz familiar, que hizo que a Ginny se le pusieran los pelos (ya de por sí despeinados) de punta, sonó al final del pasillo:
–¡Mira, Parkinson...–decía siseando aquella voz–...si vuelves a ponerme un dedo encima te juro que mueres! ¿Lo has entendido o quieres que te lo repita?
Momentos después, una aturdida Ginny veía aparecer a la persona a la que más había estado deseando ver, o mejor dicho, sentir...Draco Malfoy se acercaba a paso ligero, junto con un chico de Slytherin al que la pelirroja identificó como Blaise Zabini, y Pansy Parkinson, quien lo seguía de lejos sin atreverse a hablarle nuevamente. Al ver a la menor de los Weasley, la expresión de Mafoy cambió notoriamente, algo que advirtieron los expectantes ojos de Sydney y Amy, pero que (para alivio de Ginny) pareció pasar desapercibido para los demás Slytherin.
Draco cambió la mueca de enfado por una que a Ginny le pareció bastante seductora: una ceja alzada, un brillo especial en la mirada que resaltaba su increíble color gris, una sonrisa cómplice...Luego se rezagó lentamente de los compañeros de su casa, y cuando la pelirroja y él se cruzaron, sin dejar de caminar –ni de mirarse–, susurró de manera que sólo ella pudiera oírlo: "Hace frío, Weasley".
Ginny no pudo evitar sonreír ante el comentario del Slytherin; enseguida entendió que se estaba refiriendo a la capa que en ese momento se encontraba cuidadosamente doblada sobre la cama de la pelirroja, donde la había dejado antes de marchar apresuradamente.
Cuando se alejaron de aquel pasillo, las amigas de la pelirroja estallaron en una mezcla de alegría, nervios, y orgullo:
–¿Has visto cómo la ha mirado?
–¿Y qué me dices de su sonrisa?
–¿Y en cómo se quitó a Parkinson de en medio?
–Y...
–Bueno, bueno, suficiente! –exclamó Ginny al fin–. Sólo ha sido un gesto...
Finalmente, unas horas después, una hambrienta Amy y sus no menos deshauciadas amigas acudieron de muy buena gana al Gran Comedor.
La pelirroja paseó distraídamente su mirada por las cuatro mesas; en su recorrido no se cruzó con la de Draco, que se encontraba charlando animadamente con Blaise, pero sí con unos ojos verdes que la observaban fijamente. Ginny actuó como si no se hubiera dado cuenta de este hecho, y se sentó con sus amigas un poco alejada de su hermano, Hermione y Harry. Aparte del moreno, los otros dos también lanzaban furtivas miradas a la menor de los Weasley; ésta tuvo la preocupante sospecha de que quizás el trío se estuviera dando cuenta de cuál era la verdadera razón del rechazo de Harry...Pero bueno, lo que tenga que venir vendrá, pensó la pelirroja, y se dedicó a disfrutar del almuerzo y de la compañía de las otras dos.
Sin embargo, su tranquilidad se disipó al recordar que después de comer tenían...Pociones. Otra vez. Un incesante hormigueo se apoderó de su estómago, impidiendo que comiera algo más.
–¿Qué pasa, Gin? –susurró Amy, al ver la inquietud que demostraba su amiga.
–Pociones...–respondió Ginny, en voz aún mas baja e intentando no mover demasiado los labios, por si Harry seguía mirando y se enteraba de algo que no debía.– Serpiente...supervisar...clase –fue diciendo lentamente, tapándose ligeramente la boca con la mano, como si se estuviera limpiando, más consciente que nunca de que dos relucientes esmeraldas estaban concentradas en ella.
Sus amigas se limitaron a sonreír, para demostrar que habían entendido, y no dijeron nada más.
Lentamente, las tres se dirigieron hacia el final del aula, hasta sus respectivos asientos. Snape las miraba con indiferencia, aunque Ginny empezó a pensar seriamente en la posibilidad de que el profesor de Pociones las odiara más de lo normal, puesto que siempre las estaba observando y criticando en frente de toda la clase.
A su lado, Draco Malfoy se encontraba de pie, muy elegante, con los brazos cruzados sobre su pecho y un mechón de pelo rebelde cayéndole sutilmente sobre el ojo derecho. Ginny lo observó embobada hasta que el profesor habló, rompiendo el "hechizo".
–Bien –comenzó Snape, alzando su voz por encima de los murmullos de la clase–. He observado que las pociones que me han ido entregando están medianamente aceptables; claro está que hay algunas...excepciones –dijo mirando a Amy, que se encogió en su asiento–. Aún así, he decidido que hoy voy a hacerles un examen escrito para que me demuestren que el nivel de las pociones no se debe a la ayuda de algún compañero. Hagan el favor de sacar un trozo de pergamino limpio, donde escribirán su nombre completo y la casa a la que pertenecen –finalizó con una sonrisa que Ginny encontró perversa.
Gritos de protesta se extendieron por todos los Gryffindor, mientras los Slytherin obedecían en silencio.
–¡Seguro que ya lo sabían! –exclamó Amy, mirando recelosa a las serpientes, que casualmente no parecían en absoluto asombradas por el examen sorpresa.
Una vez que todo el mundo estuvo listo, Snape susurró unas palabras y al instante los pergaminos en blanco se llenaron de preguntas.
–Pueden empezar –gruñó el profesor desde la puerta–. Y más les vale que no hagan trampas, o el señor Malfoy se encargará de castigarlos como se merecen.
Snape se fue del aula, dejando a Draco como vigilante. Éste se puso a pasear entre las mesas, cuidando que nadie copiara.
Mientras tanto, Ginny se encontraba desesperada, pluma en mano, consciente de que no tenía ni idea de lo que hablaban las preguntas. Respirando profundamente, se decidió a levantar la cabeza, para descubrir con resignación que sus dos amigas, y muchos de los Gryffindor, se encontraban iguales que ella. Desesperada, observó nuevamente su trozo de pergamino.
"1) ¿Qué pasa si a una poción del sueño le agregamos 100 gramos de Alzharea Minustaise?"
"Y qué es la Alzh...bueno, como se diga??", se preguntó Ginny.
"2) Si usted tuviera que elegir uno de estos tres ingredientes para potenciar los efectos de la poción invertidora, cúal sería?
a) Clonumenato stomicum
b) Raíces de Swurgles cortadas en cuartos
c) Fibras del corazón de un dragón verde irlandés"
"¿Poción invertidora? –pensó Ginny- Eso no lo hemos visto!"
Y así durante 50 preguntas...La pelirroja no tenía ni idea...pero no pensaba entregar su pergamino en blanco; no le daría esa satisfacción a Snape. Decidió resolver las preguntas tipo test primero, haciéndolas al azar; empezó con la pregunta 2 y eligió la opción "c", porque le gustaban los dragones. Sin embargo, algo extraño ocurrió entonces; unas frase, escrita en tinta roja, apareció en el pergamino, al lado de la pregunta. La pelirroja observó que la letra era hermosa, muy elegante...y se sorprendió enormemente al ver lo que decía:
"¿Pero qué haces, Weasley? Si agregaras fibras de corazón de dragón a una poción invertidora el caldero explotaría en mil pedazos, y probablemente tú con él...La respuesta correcta es la b."
Luego de que la chica terminara de leerlas, aquellas palabras desaparecieron sin dejar rastro alguno de tinta o algo parecido. Ginny levantó la vista, alarmada, y sus ojos se encontraron con una mirada fría, distante...Draco Malfoy la estaba observando con una ceja alzada. ¿Acaso...? Él se limitó a sonreír brevemente, como si pudiera leer los pensamientos de ella, y señaló su reloj, dándole a entender a la chica que si seguía así no terminaría a tiempo.
La pelirroja se concentró en su examen; se fue hacia la siguiente pregunta de test, y cuando estaba a punto de apoyar su pluma en el pergamino para marcar la opción "a", la "c" se marcó...sola. Ginny volvió a levantar la vista, sin embargo Draco se encontraba mirando hacia otro lado, aparentemente distraído. Cuando la chica miró por tercera vez su examen, tuvo que taparse la boca con las dos manos para no gritar. Estaba hecho. Todas y cada una de las preguntas se encontraban contestadas; lo más sorprendente de todo era que las respuestas estaban escritas con la letra de la pelirroja.
–¿Cómo es posible...? –susurró la menor de los Weasley, aunque sus palabras quedaron ahogadas por la campana. Snape entró segundos después al aula, recogió con un hechizo los exámenes y se fue, conversando con Draco.
Momentos después, Ginny y sus amigas se encontraban cómodamente sentadas en unos confortables sillones de la Sala Común.
–¿Y? ¿Qué tal les salió? –preguntó Sydney.
–Horrible –respondió Amy, enojada–. No sabía ninguna respuesta...todas las preguntas que hice las hice sin fijarme! Mis padres me van a matar...
–¿Y a ti, Gin? No has dicho una palabra desde que salimos del aula...
–Mi examen...yo...no lo hice! –exclamó la pelirroja, sin quitar la vista del fuego que crepitaba en la chimenea.
–¿Qué? –inquirió Amy, preocupada– ¿No has contestado ni una sola pregunta?
–Yo no –asintió Ginny–. Pero el caso es... –dijo luego de una pausa, mirando fijamente a sus amigas– que al finalizar la clase, las cincuenta preguntas se encontraban contestadas! ¡Y yo no escribí ni una palabra!
Sus amigas la miraron confundidas.
–¿Qué quieres decir, Gin?
–¡Malfoy ha hecho el examen por mí!
–¿¡¿QUÉÉÉ?!? –gritaron sus amigas al unísono, abriendo mucho los ojos y riendo.
–No se preocupen...¡Yo tampoco lo entiendo! Levanté la vista un par de veces, y cuando la bajé hacia mi pergamino...El examen estaba hecho! ¡Entero!
–¿Y cómo sabes que fue Malfoy? –preguntó Sydney con interés.
–¡Vaya pregunta, Syd! –exclamó Amy, como si la respuesta fuera obvia–. Es imposible que haya sido otro, porqueee....¡Están enamorados! ¡Están enamorados...! –canturreó muy contenta, dirigiendo con los brazos a una orquesta invisible.
–¡Eso no es cierto! –dijo Ginny, cruzándose de brazos.
–Ohhh, sí! ¡Sí que lo es! Muy, muuuy cierto –siguió Sydney, poniendo cara de niña buena.
–Así que eso era, ¿no? –dijo de repente una voz detrás de ellas, haciendo que las tres pegaran un grito de sorpresa. Ginny cerró los ojos un momento, angustiada. No podía ser que hubiera escuchado todo...¿Por qué tenía que pasarle esto a ella?
–¿Y bien, Ginny? –siguió la voz–. ¿No vas a decirme nada?
La pelirroja se dio vuelta lentamente, hasta que sus mirada se encontró con dos brillantes esmeraldas que la miraban impacientes. La chica no dijo nada. No sabía qué decir. Sus amigas la observaban asustadas, preguntándose qué podían hacer para ayudarla.
–Entonces...¿Es cierto? ¿Estás enamorada del imbécil de Draco Malfoy? – gritó el chico a una Ginny inmóvil y asustada.
–Escucha, Harry, yo...–comenzó la pelirroja en voz baja.
–¿Sabes una cosa? –la interrumpió el moreno, fuera de sí– No quiero saberlo. Ahórrate las explicaciones, ¿quieres? No necesito que me cuentes como los irresistibles encantos de Draco Malfoy te han seducido irremediablemente. Déjalo, es mejor que... –siguió el chico, antes de que una segunda voz interrumpiera su discurso.
–¿¡¿QUÉ?!? Mal...Mal...Malfoy? –susurró la segunda voz-. GINEVRA WEASLEY! EXPLÍCAME QUÉ ESTÁ PASANDO AQUÍ...¡AHORA MISMO!
Ginny la reconoció al instante, y fue entonces cuando empezó a desear que todo eso fuera una horrible pesadilla. Quería despertar, huir de todo aquello...Pero parecía que, por una vez, la suerte no estaba de su lado. Y mientras todos la miraban expectantes, esperando que hablara, comprendió con espanto que esta vez...no iba a despertar.
Bueeeeeno! Qué tal?? De todo corazón, espero que les haya gustado aunque sea un poquito! Contesto rr:
Lara-lm: Jejeje....sí, la verdad es que Harry estaba un poco ves, la buena nueva no le afectó positivamente!! Pero tranquila, por ahora no está en mis planes que Harry se tire por una ventana o algo parecido :p! Gracias por los rr! :D
zoesimitis: Estás en lo cierto..las cosas no van a ser PARA NADA color de rosa!! Esa es una de las cosas que más me gusta de la pareja Draco/Ginny...Que no sólo tienen los típicos problemas de dos personas normales que se enamoran, si no que el suyo es un amor especialmente difícil..en fin! A ver como la sigo.. ;)
Rosy: Si, la jugada de Draco fue inteligente! Eso es algo que admiro en él...Cuando quiere, puede conseguir todo lo que se propone!! Aunque ahora la pregunta es...¿Podrá con Harry? Uy, uy, uy...espero que estos dos no se maten XDD
Luthien: Jajaja, siento muchisimo que no pudieras dejar rr!!!! Me alegro de que te guste el fic!
En fin....les mando un abrazo gigante! Nos vemos..dentro de una semana, espero!! Besos,
ThE LuCkY OnE
"I walk this empty street on the boulevard of broken dreams..." (Green Day)
