�¡Hola!

De nuevo otra gran actualización. Chicos, es que cuando le pillo el tranquillo me traduzco los capis a pares... ¡Tres capítulos hoy!

Ginger: todas tus respuestas serán contestadas... jeje, parezco un oráculo. ¡Disfruta!

Barby-Black: Por supuesto que me lo he leído entero en inglés. Y la segunda parte también. No me duraron ni cinco días entre las dos. Y sí, a Harry le pasa de todo. sufre muchíiiiiiiisimo. Pero la historia es tan buena, está tan bien llevada... oh. Personalmente me encanta el estilo. ¡Y es un honor que pienses que lo traduzco bien! Gracias. Y si vas a seguir leyendo¡ya nos veremos!

Lucumbus: muchas gracias wapetón. No, no suspendo por esto. Si suspendo es por que A) el exámen era de ciencia ficción (tú imaginate 60 caras levantándose al unísono al escuchar las preguntas del examen, todas lívidas y con expresiones de horror. De hecho tuvo que cambiar una de las preguntas¡por que no la había dado en clase!) o B) Te enteras 20 minutos antes del examen que entraba un tema más del que te has estudiado y justo la última pregunta es de ese tema... en fin, la creatividad da para mucho, créeme. Me inventé estupendamente como si me lo supiera las responsabilidades civiles, penales y administrativas de la publicidad en menos de tres minutos. Pero no me va a servir de nada...

Lady Kenobi¡Hola wapa! Aquí tienes más capis, para que no se diga. ¡Espero que te gusten! Y gracias por apreciar la traducción. Besiños.

Sandy: (me sonrojo, jo, cuantas cosas bonitas me dices...) Esta historia en inglés ciertamente no está en mis historias favoritas. Has de acceder a ella desde mis AUTORES favoritos. Pinchas en Myth and Legend y listo. Ahí tienes todo lo que han hecho.Y... sí, conozco la historia que me recomiendas. La sigo al dedillo, y Evix es un solete. De vez en cuando se pasa por mis fics también. Jeje, es que aquí ya casi nos conocemos todos. Escribe muy bien todo lo que es la parte de sentimientos y demás. Hace unos personajes muy radicales. Está muy bien.

Celina¿A que sí? Pues aún le queda, aún le queda. anda que no le pasan cosas a Harry, pobriño. ¡Gracias!

Ophelila Darker: no, mujer, no te me mueras. Ya lo que me faltaba, tener una muerte en mi conciencia. Para compensarte aquí tienes tres capis más. ¡Que no se diga!

Stiby: juer, qué estrés. Bueno, pues gracias. Qué rapidito... ¡A ver si la próxima te explayas más, jejeje¡Un besote!


"Las sombras del silencio" de Myth and Legend

Traducción de Lamia Somniurum

Capítulo 17: Caminar hacia la muerte

"Camina en la oscuridad, ve una mentira.

Nada dejas excepto hacerlo y morir.

Y uno para todos y todos para uno,

¿cuál de nosotros caer�?

El camino de la guerra.- Tommy Bones

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El suelo estaba duro bajo su cuerpo extendido. La áspera superficie de roca se clavó en sus costillas cuando abrió los ojos y se atrevió a echar un vistazo a su alrededor. En cada dirección había una espesa y aterciopelada oscuridad. Harry no había visto ninguna noche que hubiera tenido aquella carencia tan absoluta de luz. Forzó sus ojos determinado a encontrar sombras que no hubieran estado allí antes. Tomó aliento silenciosamente y alzó su cabeza tratando de luchar contra el agudo y penetrante dolor que emanaba de su cicatriz y que rascaba a través de su cráneo.

Había un punto de luz titilando y debilitándose mientras miraba. Cada vez, durante breves momentos, se desvanecía brevemente antes de reaparecer y parpadear ante él. Muy lentamente se puso en pie, temblando, cuando unos guijarros salieron despedidos. Extendió las manos frente a él, agitándolas a ciegas mientras hacía avanzar su cuerpo. Su mano izquierda tocó algo frío y húmedo y la retiró antes de acercarla de nuevo tentativamente. La superficie estaba ribeteada de finas líneas cruzándose unas con otras y dando vueltas en enredos de anillos y espirales. Palpó por todas partes hasta que Harry decidió que aquella superficie no tenía un límite distinguible, y que parecía ser algún tipo de pared.

Apretó la espalda contra ella y mantuvo los ojos fijos en la luz que venía de la hoguera y sacó la varita del bolsillo. No parecía haber sufrido grandes daños por el inesperado viaje, pero no se atrevió a iluminarla. Voldemort estaba cerca. Podía sentirlo en la manera en que su cicatriz le ardía y por la pesada y dura sensación del aire. Tenía que salir de allí, tenía que volver al castillo y decirles dónde estaba Snape. No era momento para una confrontación.

El movimiento de una capa en la cercana oscuridad le hizo pegar un respingo y apretarse más contra la pared, decidido a no ser visto. Una luz se reflejó en algo metálico, brillando a lo largo de la fina hoja antes de desvanecerse una vez más. Se oyeron pasos torpes y ahora que Harry escuchaba más atentamente, pudo oír voces murmurando y hablando entre ellos enfadados.

Se acercó unos centímetros a la luz enmascarando sus pasos tras los que la gente que rodeaba el fuego, esperando a que hablaran o andaran antes de moverse un poco más adelante. Finalmente, donde la oscuridad se convertía en sombras grises y oscuras saltando y bailando por las paredes de la caverna de piedra, se detuvo.

Había más mortífagos de los que él hubiera pensado que podían existir. Las capas negras parecían gris oscuro en la luz vacilante y las máscaras eran caras hundidas y desesperadas. Una a una las voces se silenciaron cuando un hombre fue empujado al centro del círculo y obligado a arrodillarse.

Al principio, Harry esperó un rápido castigo, un golpe fuerte o un puñetazo doloroso o dos, pero la multitud encapuchada dio un paso atrás, como si se quisieran alejar de Snape por asco. El aire parecía sobrecogido, y la expectación podía cortarse con un cuchillo. Esperaron con fría paciencia para lo que sabían que iba a venir.

Hubo un movimiento en la oscuridad y el dolor de la cabeza de Harry se intensificó hasta que se obligó a sí mismo a no agarrarse el cráneo. A través de ojos llorosos vio cómo la alta y esquelética figura caminaba lentamente hacia el fuego, mientras que sus seguidores se apartaban y se inclinaban a su paso, algunos incluso se agachaban y besaban el borde de su túnica antes de ponerse en pie de nuevo.

Unos ojos brillantes y rojos se deslizaron por toda la caverna y durante un instante se dilataron las aletas de su nariz, pero la atención de Voldemort se mantuvo en la figura arrodillada que estaba tan cerca del fuego. Se paró a apenas un metro de Snape y sus labios se curvaron en una inmisericorde sonrisa. La risa parecía fuera de contexto, demasiado humana en un lugar de una apariencia tan infernal, pero los mortífagos le siguieron antes de que la risa desapareciera tan abruptamente como había llegado.

¿Cuánto tiempo llevo sospechando que uno de mis hermanos era un espía- preguntó Voldemort al aire en general.¿Cuántas veces he estado frente a vosotros, maldiciendo a Dumbledore y a su "Orden" por descubrir y bloquear mis planes una y otra vez?

Los finos dedos envolvieron la garganta de Snape, hincándole las uñas en su carne amarillenta mientras le obligaba a mirarle a sus ojos brillantes de fría cólera.

Y ahora, cuando por fin me encuentro un paso por delante de ellos, me doy cuenta de que has sido tú todo este tiempo.- su agarre se intensificó apretando sus dedos cada vez más fuerte hasta que escupió.¿Qué les has dicho?

Nada.- masculló Snape con los ojos fieros de ira y dolor.

Con un rápido movimiento, Voldemort liberó las ataduras de las manos de Snape y agarró su muñeca izquierda, obligando a la palma extendida a acercarse a las llamas. Gotas de sudor se deslizaban por la cara de Severus, pero sus dientes estaban apretados, como si no quisiera darle al Señor Tenebroso la satisfacción de un grito. El hedor de carne quemada llenó el aire haciendo que Harry volviera la cara mientras le daban arcadas.

La propia mano de Voldemort estaba en el fuego, obligando a su víctima a mantenerla dentro del ardiente calor. Snape estaba luchando contra ella, tratando de liberar su mano, pero sus intentos eran desesperados.

¿Qué les has dicho?

Cuando Voldemort no recibió respuesta le empujó a un lado dejando al hombre acunándose su mano carbonizada y llena de ampollas. Los dedos del Lord Tenebroso permanecían intactos, rodeando su varita como garras.

No importa lo que hayas contado. Tus mentiras han caído en demasiados oídos sordos, Severus. Siempre encuentro a aquellos a los que busco. Me temo que has contado tu último secreto. Tu castigo redimirá tu crimen.

Harry se inclinó hacia delante, sus pies se inmovilizaron en aquel momento mientras observaba con horror. Podía ver los labios de Voldemort vocalizando aquellas sílabas mortales, podía ver el comienzo del hechizo resplandeciendo brillantemente verde en la punta de su varita. Harry abrió la boca para gritar, pero las palabras no le salieron. Debería hacer algo, algo que lo parara. Su palma húmeda de sudor, se aferró a su varita cuando trataba de encontrar un hechizo que funcionara. Podía sentir el picor de la transpiración empapando su frente y se encontró desesperado por cerrar sus ojos y no mirar, creer que nada de lo que estaba pasando era real.

Duras manos le agarraron por detrás haciéndole gemir cuando algo agudo se clavó en su cuello y la sangre cálida goteó hasta sus ropas. Sus muñecas estaban apretadas a su espalda obligándole a soltar la varita. Luchó a trompicones, pero el hombre que le tenía cogido era demasiado fuerte y sus hombros protestaron cuando le apretó con sus brazos.

¡Señor!

Voldemort miró en la dirección de la voz y su cara se partió en una sonrisa predadora cuando Harry fue empujado hacia la luz con sus captores tras él.

Creía haber detectado tu presencia, señor Potter, pero lo ignoré por la emoción del momento. ¿Has venido a salvar a tu valioso profesor de Pociones¿A rescatar a vuestro espía?

Harry se mantuvo en silencio. Podía sentir los oscuros ojos de Snape observándole, y por unos momentos no pudo mirarle, pero cuando se arriesgó a dirigir un vistazo no vio enfado ni dolor, sólo un foso insondable de terror.

Te he hecho una pregunta, Potter.

Y yo he decidido no contestarla.- replicó Harry con voz queda y calma cuando miró a los ojos rojos.

Hubo risitas ahogadas entre la asamblea de mortífagos como si no se pudieran creer lo que estaban oyendo. Una figura más pequeña y delgada resopló de incredulidad cuando se quitó la máscara revelando su larga nariz y sus pesados y apagados ojos. Bellatrix Lestrange no dijo nada, pero le dirigió a Harry sonrisa cruel y empalagosa mientras golpeaba su varita contra sus uñas. No estaban pintadas, pero estaban muy bien cuidadas. El efecto lo estropeaban dos profundas laceraciones en cada palma. Se habían curado y cicatrizado ya, pero la piel aún estaba rosa y suave. Una imagen se cruzó en la mente de Harry, de una noche oscura y una hoguera y ella elevando sus manos sanguinolentas hacia él, suplicándole.

La respiración de Voldemort silbó entre sus dientes, los ojos rojos se abrieron cuando las pupilas fueron de lado a lado examinando cada rasgo de la cara de Harry. Durante un momento Harry casi pudo creer que veía temor en aquellos rasgos serpentinos, pero en un segundo, la expresión se había ido y la punta de la varita voló hacia él con una inevitabilidad horrible.

Me temo que has elegido el momento equivocado para las heroicidades, Potter. No hay nadie aquí que te defienda ahora. Un estúpido trató de infiltrarse entre nosotros, pero su vida sería un sacrificio vano.- los ojos rojos se deslizaron a Snape.¿Y qué bien haría? Te mataría con el segundo golpe.

Entre la multitud de mortífagos hubo una especie de disturbio, como si alguien estuviera luchando contra sus captores. Un breve sollozo de dolor se escuchó antes que una figura se tambaleara y corriera hacia ellos. Una capa andrajosa lo cubría y estaba encapuchado, pero Harry pudo ver un vestido de algún tipo medio escondido por los jirones de tela y cómo el tejido susurraba suavemente cuando la mujer luchaba contra los grilletes que ataban sus muñecas.

No puedes hacer esto. ¡No te dejaré!

Uno de los mortífagos la golpeó tirándola al suelo con el envés de la mano. Su capucha cayó permitiendo que su pelo blanco cayera en cascada, pero más que una cortina que se deslizara por su espalda, el pelo flotó en el aire, rizándose perezosamente como si estuviera flotando en agua. Sus ojos oscuros estaban llenos de lágrimas y numerosos moratones marcaban su pálida cara, pero había color en sus mejillas y a través de su frente una delgada banda de brillante plata contra su piel.

Trató de ponerse en pie, tambaleándose bajo el brazo del mortífago cuando el aire se revolvió y cambió. Los grilletes explotaron de sus muñecas en una lluvia de chispas y alzó sus manos, sus dedos se curvaron en garras cuando se lanzó hacia Voldemort.

El Señor Oscuro la observó impasible como si tuviera curiosidad de ver qué ocurriría después. Muchos de los mortífagos se adelantaron para agarrarla pero él les indicó que se quedaran quietos, sonriendo cuando a pocos pasos de él la mujer gritó de dolor y cayó sobre sus rodillas. Las lágrimas caían por sus mejillas cuando se agarró el pecho, jadeando y sollozando como si algo le estuviera desgarrando por dentro.

Harry luchó para liberar sus manos de la prisión de los dos que le tenían cautivo, pero con un fuerte empujón le tiraron al suelo, golpeando sus rodillas contra la piedra implacable. La mujer tosió y escupió sangre, maldiciendo y llorando a la vez. Un joven encadenado y sometido, caminó lentamente hacia ella, arrastrando sus grilletes por el suelo. Su frente tenía la misma marca, pero no parecía desafiante. El odio a Voldemort estaba en sus ojos, en la manera en que movía su cuerpo, pero el joven rubio parecía haberse dado cuenta de que no podía luchar y ganar. Se arrodilló junto a la mujer mientras Harry miraba y la calmó suavemente. Le oyó decir:

Es inútil, Shamira.- cuando quitó la sangre de sus labios ella meneó su cabeza sin que sus ojos abandonaran un momento la cara de Voldemort.

Qué invento más útil.- el Lord Oscuro los señaló con una mano fina.- Los Macchavelones suelen contener así a sus criminales. Un hechizo que, cuando ciertos límites son traspasados, causa una presión en torno al corazón y los pulmones. Si la barrera es traspasada persistentemente, el culpable muere.- su varita se apretó bajo la barbilla de Harry obligándole a mirarle a los ojos.- Esos dos han creado más de cincuenta nuevos hechizos para mí desde su llegada. Podría destruirte de muchísimas maneras.

¿Y qué te hace creer que funcionarán- preguntó Harry deseando que su bravuconada no fuera un farol.- No pudiste matarme con una simple maldición cuando era un bebé.

La cara de Voldemort se convirtió en una máscara, rígida e inmóvil. Su varita se hundió en el cuello de Harry haciendo que el chico se estremeciera de dolor cuando la aguda punta amenazó con taladrar su piel.

Estoy seguro de que si todos ellos fallan, Potter, siempre puedo meter tu cabeza en el fuego. Los ojos tardan unos cinco segundos en arder hasta evaporarse y te asfixiarás en cuestión de minutos. Pareces olvidar – la voz de Voldemort se redujo a susurro.- que, a diferencia de mí, aún sigues siendo humano.

Cortó la cara de Harry con la varita trazando una línea profunda a través de su mejilla y sonriendo cuando la sangre brotó. Harry miró cómo la varita apuntó su cicatriz y la fina vara de madera comenzó a brillar con magia y poder. Cerró los ojos, preparándose para un repentino dolor o, posiblemente el silencio de una muerte rápida. Sintió cómo el sudor corría sobre sus párpados, se sintió a sí mismo deseando poder escapar, poder darse la vuelta y correr o defenderse de alguna manera.

Las palmas de sus manos se calentaron de una manera casi insoportable; le picaban y escocían, pero no podía hacer nada para evitar aquel tormento privado. Parecía que la habitación estaba conteniendo el aliento, pero en aquel silencio creyó oír uno o dos jadeos de respiración contenida.

¡Terra Lacrie!

Harry abrió los ojos al sonido de la voz de la mujer y vio que se había postrado en la fría piedra. Sus puños golpeaban el suelo y alrededor de los puntos de impacto pequeñas grietas se formaban, fisuras que rápidamente se llenaban de una luz azul. Sus labios se curvaron en una sombría sonrisa y sus ojos brillaban triunfantes cuando alrededor de ellos la piedra comenzó a agitarse y temblar.

Muchos mortífagos se adelantaron y pusieron a los cerebrales en pie mientras los otros se escabullían buscando una salida. Voldemort estaba gritando algún tipo de orden, maldiciendo a sus cobardes lacayos cuando el techo empezó a caer, dejando caer pequeños guijarros y después más grandes y más amenazadoras rocas.

Harry se encontró libre y se puso trémulamente en pie. El mortífago que le había cogido la varita la había dejado caer al suelo, así que la recogió antes de correr al lado de Snape.

Tenemos que salir de aquí.- instó tirando del fláccido brazo del profesor, tratando de levantar al hombre, pero Snape parecía aturdido y lánguido, perdido en su propio mundo y apenas consciente de lo que estaba ocurriendo a su alrededor.¡SNAPE- Harry sacudió sus hombros fuertemente sin importarle ganarse un castigo de por vida por ello, sólo por salir de allí lo antes posible.

Tambaleándose bajo su peso, Harry medio caminó medio arrastró al profesor de Pociones hacia lo que esperaba fuera la salida. Los gritos de temor se habían elevado a un nivel terrorífico cuando los mortífagos intentaron hacerse una salida mediante magia. Las luces brillaron y resplandecieron cuando algunos trataron de aparecerse; otros parecían tener otras pretensiones.

Sólo un hombre estaba de pie en mitad del caos indiferente, sus ojos rojos enfocados en su objetivo mientras la punta de su varita permanecía inquebrantable. Harry escuchó el grito de "¡Abeius!" un segundo antes de que dos bolas de luz fueran hacia él. Una se estampó en el hombro de Snape, lanzando al hombre hacia delante antes de desaparecer de la vista mientras la otra trepaba por el brazo de Harry, mandando temblores de dolor artrítico a través de su cuerpo.

Severus gruñó y trastabilló con la cara tan blanca como la de Voldemort. Siguió caminando hacia delante ignorando las piedras que caían y a Harry y se marchó introduciéndose en la oscuridad. Harry se agarraba el hombro con la mano mientras podía ver cómo ribetes oscuros corrían por su piel. El mundo empezó a emborronarse, desenfocándose. Quiso volverse y matar al que le había amenazado. Quería hacer desaparecer a Lord Voldemort de la faz del planeta, ardía con la necesidad de vengarse sobre todos ellos, de hacerles pagar por el dolor que habían causado.

El aire, de repente pareció calentarse y caminó hacia delante, jadeando hacia la pared de piedra desesperadamente. Su estómago le dolió y oyó una voz débilmente, gritando palabras de triunfo. Una luz brillante llenó su visión y le empezó a doler la cabeza. La oscuridad era demasiado profunda para ver por dónde iba y maldijo furioso, aterrorizado por que el próximo hechizo que recibiera fuera el último.

¡Ve por ahí, ve- le pidió una voz joven, empujándole hacia delante hacia la pared.

Durante un momento la piedra resistió, y entonces le rodeó fluyendo mientras la temperatura cambiaba tan rápidamente que no pudo sentir más que un débil estremecimiento. Oyó el final, el terrorífico sonido de la vieja piedra derrumbándose por fin y entonces no hubo nada.

La nieve crujió bajo él cuando fue lanzado al suelo. Escupió la nieve que le llenaba la boca y escuchó atentamente. Podía oír un sonido quejumbroso a su derecha, maldiciendo e insultando al mundo en una débil y enfadada voz.

¿Profesor?

Harry se arrastró hacia el sonido y sintió que la nieve se hacía ligeramente más cálida cuando algunos copos se derretían entre sus dedos, pero él continuó arrastrándose hasta que encontró a Snape.

¿Está bien?

Maldito seas, Potter.- escupió Snape, la nieve se removió cuando trató de ponerse en pie.¿Por qué me seguiste¡Podías haber muerto!

Si no lo hubiera hecho hubiera muerto usted.

Tan seguro de ti mismo, Potter.- Harry pudo oír la burla en la voz de Snape, pero era sin entusiasmo y cuando se acercó, el profesor se inclinó agarrando el hombro de Harry.

Vamos.- Harry rodeó con un brazo de mala gana a Snape, decidido a aguantar el peso del hombre de vuelta al castillo, quisiera él o no. Podía despreciarle, pero no era capaz de abandonarle para que se desangrara.

Caminaron unos minutos, sin intercambiar nada que no fueran respiraciones doloridas y laboriosas a través de su lucha a través de la nieve. Harry se paró un instante cuando Snape resopló con un sonido raspado y silbó.

¿Eres tan ciego como estúpido, Potter? Nos estás llevando por el camino equivocado.

Durante un momento Harry no dijo nada antes de sacudir su cabeza y gruñó.

Vale, pues vaya usted sólo, señor.

Durante un minuto pensó que Snape podría hacerlo y caminar por sí mismo y dejarle volver solo, pero el hombre pareció alcanzar una decisión y volvió a inclinar su peso más duramente sobre Harry.

La caminata parecía no tener fin. Más de una vez Harry deseó simplemente caer en la nieve y quedarse ahí, dejando enfriar el fuego de su dolor, pero se sentía responsable, en más de un aspecto, de las heridas de Snape, y con cada paso la respiración del hombre se hacía más rasgada y dolorida.

No se morirá encima de mí¿no- Harry era consciente de la vacilación histérica de su garganta y cerró la boca, respirando profundamente con la esperanza de calmarse un poco.

Estás… paseándote… Potter.

Es mejor oírle que escuchar sus jadeos todo el rato.

Creo… que ayudaría… podría ser por ahí…

¡Madre del amor hermoso¿Qué os ha ocurrido- preguntó la impresionante voz de Hagrid cuando la nieve crujía y susurraba bajo sus enormes botas.

Levantó a Snape del suelo con facilidad llevando al hombre y aliviando a Harry del peso muerto.

¿Harry?

Oh, es un poco complicado de explicar. El profesor Snape necesita ayuda.

No creo que sea el único, muchacho, estás sangrando por un montón de sitios. ¿Puedes andar?

Sí, pero no vayas muy deprisa.

Harry caminó inseguro con los puños apretados a los lados. Hagrid se estaba guardando todas sus preguntas pidiéndole a Snape que siguiera despierto. Harry podía oír a Fang corriendo a su alrededor, ladrando levemente para sí. Harry se tropezó con los escalones del Gran Salón y se pilló a sí mismo maldiciendo su brazo herido y que le ardía fieramente.

Podía oír las puertas abrirse y cerrarse en alguna parte del castillo y pasos apresurados. Harry agarró la parte de atrás del abrigo de Hagrid, dejando que le guiara mientras caminaban a través del hall y subían los escalones hacia la enfermería.

Supuso que la enfermera les había visto por la ventana porque empezó a dar instrucciones tan pronto como entraron en la habitación.

Pon al profesor en la cama Hagrid, le veré a él primero. Esa quemadura necesita tratamiento y algunas de esas heridas son…- ella silbó entre sus dientes empatizando con el dolor.-… feas, pero veremos que podemos hacer. Señor Potter, me temo que tendrás que esperar. Siéntate, querido.

Harry estaba de pie en mitad de la sala, sintiéndose medio consciente. No había oído los pasos de Hagrid regresar, y tenía la extraña sensación de que estaba siendo observado para ver qué haría. Cuidadosamente se acercó hacia donde sabía que había una silla, estremeciéndose cuando dio un codazo a una mesa y muchos frasquitos de cristal tintinearon amenazadoramente. Maldijo en voz baja y corrigió su camino, finalmente encontrando la silla. Cuando se sentó oyó a alguien dar un suspiro de incredulidad y varias pisadas apresuradas.

¡Harry- la voz de Ron era alta en la quietud de la enfermería.¡Maldita sea¿Qué ha pasado?

Durante un minuto Harry no dijo nada.

Os lo contaré después.

¿Estás bien¡Por el amor de dios, estás sangrando por todas partes!

Alguien apretó algún tipo de material contra su cara y él pegó un respingo de sorpresa.

¿Harry- la voz de Hermione sonó confusa y sorprendida y la oyó caminar hacia él.- Harry¿qué va mal?

Nada, dejadme sólo.

No, no lo vamos a hacer, Harry.- murmuró Ron tenazmente, y pudo oír la preocupación en la voz de su amigo.¿Qué demonios quieres que hagamos cuando estás herido?

Estoy bien.

Vamos, Potter, vamos a echarte un vistazo.- dijo Madame Pomfrey de repente cogiéndole por el codo izquierdo y ayudándole a subir a una de las camas. Las cortinas sonaron cuando ella las corrió alrededor de él y oyó cómo tranquilizaba a los otros "No parece herido de gravedad, estoy segura de que estará perfectamente." antes de que empezara a trajinar a su lado.- Bien, entonces¿hay algo más que el brazo herido y el corte de tu cara?

Harry tragó.

No, eso es todo.

¿Estás seguro? No pareces muy seguro.

Estoy bien, de verdad.

Madame Pomfrey hizo un sonido incierto y empezó a limpiar sus heridas con un fluido.

Sea cual sea el hechizo que dañó tu brazo ha tenido un efecto congelante en tu cuerpo. Probablemente te sentirás bastante mal los próximos días, con escalofríos y demás. Abrígate y quédate dentro del edificio, y mantén el vendaje seco.

Escuchó sus instrucciones asintiendo a todo en los momentos adecuados. Acababa de terminar cuando creyó sentir un movimiento frente a su cara y oyó un suspiro, antes de que algo le tocara la parte de atrás de su cabeza con cuidado. Una línea de fuego pareció dispararse por toda su espina dorsal haciéndole arquearse de dolor. Madame Pomfrey dijo una palabra que no reconoció y le tumbó, cogiéndole por la barbilla y obligándole a mantener la cara hacia arriba.

¿Cuánto tiempo creías que podrías ocultar que has sido cegado, señor Potter¿Realmente crees que no nos daríamos cuenta? Te he oído chocarte con la mesa y Hagrid dijo que no parecías muy seguro cuando venías para acá.

Harry inclinó la cabeza y no dijo nada. Sus dedos se hincaron en el borde del colchón y fijó los ojos más all�, desesperado por quitar las sombras de la cortina de blanco que había caído frente a sus ojos desde que había sido empujado de la cueva.

¿Qué lo ha causado?

No estoy segura. Lo que quiera que sea ha dañado probablemente tus ojos. En la mayoría de los casos sana en unas pocas semanas.

¿Y si no?

Madame Pomfrey se quedó callada durante un momento antes de suspirar.

Pensaremos en ello en su momento.