�¡Hola!
Insisto en que los fallos de puntuación y de algunas letras no son míos. De todas formas, disculpad... (esta página va a pedales!)
Laliari¡Me alegro que te guste! Trataré de traducir rapidito. Al fin y al cabo sólo quedan... 10 capítulos... (urg...). ¡Un besote!
Celina: ya te digo, colega. Pero de verdad que aún le pueden pasar muchas cosas a Harry, en serio. Dentro de lo malo aún está bien. Ya verás... Bueno¿y cómo estás? Yo flipando, aún con mis dos sobresalientes. La verdad es que casi no me los merezco. En fin, vosotros lo habéis visto. Estaba más tiempo escribiendo, traduciendo y actualizando esto que estudiando... ¿Cómo te han salido a ti? Espero que todo lo bien del mundo, que tú sí que te lo mereces. ¡Un besazo!
Lady Kenoby: sí, es muy triste. La verdad es que má de lo que pudieras imaginarte¿verdad? Total, con lo malos que son y eso... que les maten, así porque sí... snif... que eran criaturitas del señor también, hombre... qué lástima...
"Las sombras del silencio" de Myth and Legend
Traducción de Lamia Somiorum
Capítulo 20: La noche eterna
"La luz de la luna entra de puntillas en la noche,
las estrellas maldicen la claridad del día.
Pero sé que estás a mi lado,
Mirándome y llena de orgullo."
Pensamientos antes de la batalla.- Tom Tucker (muerto a la edad de 17 años)
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Harry estaba de pie en el centro del campo, escuchando cómo el viento silbaba alrededor de él. El campo burbujeaba bajo sus pies, inundado por la lluvia continua de demasiados días húmedos. Sus ropas se agitaban entorno a él, revolviéndose libremente por el penetrante viento del norte, pero parecía impertérrito por el aire frío.
No tenía una escoba en la mano y no había ninguna Snitch dorada que cazar. Estaba solo en mitad de miles de recuerdos. Podía haber sido su imaginación, o el viento aullando entre las gradas, pero casi podía oir los gritos de las victorias pasadas, la desesperación de los vencidos y el agudo y fantasmal silbato de otra falta criminal.
Se había dado cuenta en las semanas desde que la ceguera había cubierto sus ojos que sería afortunado por volver a volar de nuevo. Ginny parecía vivir en un constante temor de que cogiera su escoba y se estrellara. No era tan estúpido; sabía cuándo tirar la toalla.
Habría partido en unas pocas semanas contra Hufflepuff. Normalmente Harry no hubiera estado preocupado, pero ahora el único puesto en el que encajaba era el de espectador. La capitanía había recaído en Ron, que había tartamudeado y se había atascado con sus propias palabras incapaz de entender la decisión.
Pero Harry…
Yo no puedo, Ron, no puedo volar más, y tampoco ser capitán.
Pero… ¿quién será el buscador?
Tendrás que encontrar a otro.
Había sido tan fácil como eso.
Dennis Crevey era el indicado, y aunque sus habilidades eran discretas alrededor de los bordes, Harry sabía que algunas cosas eran más importantes que ganar. No muchas, pero había algunas. Colin estaba absorbido por la fotografía, haciendo tantas fotografías como podía, quizás en una falsa esperanza de que haciéndolo cristalizara sus recuerdos para siempre y nunca olvidar lo que había perdido. Esto le dio a Dennis la oportunidad de perderse a sí mismo en el juego, y Harry esperó que lo hiciera, sólo durante un tiempo.
El castillo era un foso de desesperación, un frágil tejido de forzada alegría en la superficie ocultando la oscuridad bajo él. Había un miedo terrible. Aquellos que ya habían perdido todo caminaban aturdidos, incapaces de entender, mientras que sus amigos esperaban en silencio a que las sombras de la muerte se abalanzaran sobre ellos.
Por eso él estaba allí afuera, en el frío acerado, tratando de aclarar su mente.
Lavender había vuelto del hospital, trastornada y gritándole cuanto le odiaba a él y a todos. Sus padres, ambos, habían muerto ante sus mismos ojos dejando a una hermana más pequeña en estado comatoso. No tenía hogar excepto la escuela, y no podía soportar estar en la misma habitación que Harry. Trató de que no le dolieran sus mordaces y cargadas palabras, pero lo consiguieron, como gusanos envenenando sus sentimientos. Dean había sido valiente. Enfrentaba cada día con una sonrisa y un encogimiento de hombros, y sollozaba respirando con dificultad por las noches. Parecía como si de algún modo, Voldemort ya hubiera ganado.
Sintió cómo sus ojos se movían y sus pensamientos hicieron una parada. Hermione le había vigilado durante una semana, tomando notas y hablando consigo misma hasta que él le preguntó qué estaba haciendo.
Tus ojos aún perciben lo que tienes alrededor. Se mueven hacia la persona que está hablando, hacia cualquier fuente de ruido o movimiento. Sólo que no puedes verlo. ¡Es increíble!
Su entusiasmo murió cuando le vio la cara y oyó cómo se deshacía del papel y el lías antes de que se acercara y le cogiera la mano un momento.
Lo siento. No quiero que te parezca que eres ningún tipo de experimento. Estamos intentando ayudarte.
El bosque parecía crujir como si fuera doblado por un inmenso temporal, y Harry dio un paso alejándose de él, forzando sus oídos con la esperanza de descifrar alguna amenaza del aire que le rodeaba.
Es un centauro.- dijo Ron quedamente detrás de él.- sólo nos está mirando. No creo que le guste la pinta que tienes.
No les gusta ningún humano.
Cierto.- hubo un momento de silencio.- Harry, sabes que no se ha perdido para siempre¿verdad?
¿Qué?
La ceguera. Vamos a encontrar algún modo para arreglarlo.
Harry respiró muy hondo y cerró los ojos un segundo.
Sí, bueno, no tengo todo el tiempo del mundo¿verdad? Sólo hasta que Voldemort me ataque y me mate. No puedo luchar contra él así.
El silencio fue tenso, y Harry sabía que su amigo no tenía respuesta ante aquellas palabras.
¿Ginny te ha mandado aquí?
No, la estaba buscando. No la he visto en todo el día.- el trazo de preocupación era evidente en la voz de Ron, y Harry sintió que se la pegaba, mandándole estremecimientos por toda la piel.- De todas formas¿por qué estás aquí fuera?
Sólo pensaba.
Vamos.- Ron le tocó el hombro, y con el contacto, la distancia desapareció. Había habido un espacio frío, mil kilómetros vacíos entre la humanidad y él, y ahí estaba su amigo esperándole.
La voz de Ron era grave y arrastraba los pies mientras caminaban de vuelta al castillo. Cuando preguntó qué iba mal, hizo un movimiento de incomodidad que Harry pensó era un encogimiento de hombros.
Muchas cosas. Estoy preocupado por mamá y pap�, que Voldemort les ataque a ellos o a mis hermanos, y que los haya visto por última vez y no saberlo. Estoy preocupado por Ginny, que estúpido porque sé que la escuela es segura y no puede sufrir ningún daño…- se calló cuando el viento rodeó la esquina del castillo y se estampó contra ellos tratando de empujarles y tirarles de los escalones de piedra que llevaban a la puerta.- También estoy preocupado por ti. Cuando fuiste cegado no sabíamos qué pensar. No había nada que decir o hacer excepto intentar ayudarte y estar ahí, pero no nos querías cerca. Nos decíamos a nosotros mismos que volverías de la enfermería pudiendo ver, y no ha ocurrido. Cuando los Dursley…- su voz se tambaleó un segundo.- se fueron, pensé que ya estaba. Pensé que te daría algo, pero no pasó nada. Simplemente volviste con nosotros y ayudaste a mantener a Dean y a todos juntos. Supongo que todavía estoy esperando que te derrumbes.
No lo voy a hacer.- le dijo Harry mientras su mano se deslizaba por la pared sintiendo cada hueco y cada bultito en su superficie mientras se guiaba hacia el pasadizo inferior de las clases.- Los Dursley eran importantes en algunos aspectos, pero no eran mi familia como vosotros lo sois, y por ahora todos estáis a salvo. Y por mis ojos…-se encogió de hombros.- sólo es algo como lo que tengo que vivir, y no voy a dejar de intentar seguir adelante.
Al final encontraron a Ginny fregando el suelo de una de las clases de múltiples usos. Eran en donde se daban las clases que no podían ser alojadas en su clase normal porque el techo estaba roto o las cañerías tenían fugas o cualquier otro problema que tuviera un viejo castillo.
El rasgar de las cerdas del cepillo le dio dentera, pero Harry sonrió al oír sus furiosos murmullos. Ella metió con fuerza el cepillo en el cubo de agua y maldijo cuando se salpicó la ropa.
Mejor que mamá no te oiga decir esas cosas. ¿Dónde has aprendido esa palabra de todas formas- preguntó ron cuando se sentó en un pupitre.
De Harry, por supuesto. No te sientes ahí y échame una mano.
Nunca te he oído decir eso.- murmuró ron salpicando agua en dirección a Harry.
Entonces obviamente no me escuchas lo suficientemente cerca.- hubo un sonido de agua y el fregoteo continuó, esta ves al doble de volumen cuando ron se unió.¿Necesitáis que os ayude- preguntó Harry de pie incómodo en el quicio de la puerta.
No, mejor que no. Hay cristales rotos por todas partes. Es bastante difícil no hacerte daño pudiendo…
Ver.- terminó Harry secamente antes de sentarse con cuidado en una mesa y levantando sus pies del suelo.¿Por qué te han castigado exactamente?
Por consolar a una chica de Ravenclaw que se echó a llorar en Pociones.- su voz se tensó como la rabia reprimida.- No valió la pena perder la vista por él, Harry, no por ese imbécil. (n/tr: el insulto en inglés para Snape es, por antonomasia, "slimy git". Git no sé lo que es porque no viene en ningún diccionario, o sea, que es argot puro. Y Slimy es "escurridizo, rastrero", muy propio para Snape. Pero la traducción es peliaguda, así que "imbécil" u, ocasionalmente, "estúpido" tendrán que valer… no me atrevo a poner "gilipollas" porque es un insulto que no se conoce en algunas zonas de Suramérica… claro que "capullo" le vendría que ni pintado, o "cacho cabrón", que también… Jeje, menuda variedad de "lindezas"¿verdad?)
De otro modo hubiera muerto. Ya le había visto quemarse la mano y no hice nada para pararlo.
Puaj, pues es asqueroso. Está toda roja y llena de llagas. No puede hacer pociones por sí mismo en caso de que tenga que hacerlo.
Por lo menos le queda la mano izquierda.- murmuró Ron.
Hubo un tintineo de cristal cuando Ginny la barrió a un lado y Harry sintió el cosquilleo de algo que le cruzaba por la mente. Todos sus sentidos le decían que estaba en una clase con Ron y Ginny, pero sus ojos no estaban mirando al velo blanco, sino más allá a un lugar que no podía reconocer.
La lluvia estaba cayendo del techo, una astuta cortina plateada que se había colado desde arriba. Volviendo su cabeza ligeramente vio los destrozados restos de un tejado de cristal. Las plantas crecían por todo el interior, el musgo y las parras buscando cada centímetro en el edificio abandonado. Las columnas de mármol se elevaban desde el suelo hasta el techo y durante un momento recordó la opalescente arquitectura de Gringotts… pero este lugar no era el banco de los duendes.
El mosaico de baldosas del suelo era una miríada de colores difuminado por los pasos de los peregrinos y los años de solanas. Estaba cubierto de pedazos de cristal, ninguno más grande que la mano de Harry y todos afilados como hojas de afeitar. Hubo un sonido de algo rompiéndose bajo los pies, y se dio cuenta de que se estaba moviendo hacia delante mientras que al mismo tiempo estaba absolutamente quieto.
Delante de él había un altar de mármol cubierto con una tela vieja y de color burdeos ahora manchada por los años con el ribete de oro deslustrado. No había bancos ni nada donde la congregación se sentara, pero Harry no creyó que le importara a nadie. Este lugar no había sido un lugar de devoción desde hacía centenares de años por la pinta que tenía.
Las tumbas estaban alineadas a cada lado de las paredes. Algunas de ellas tenían estatuas de sus ocupantes adornando la piedra mientras que otras desnudas y sin inscripciones. Una par de ellas habían sido abiertas, sus tapas habían sido echadas a un lado por generaciones de ladrones de tumbas. Otras estaban intactas y Harry podía ver por qué.
Alrededor de ellas la magia brillaba. Brillante oro fluía como metal fundido alrededor de los sellos, saltando y crispándose en su presencia. Las palabras por todo el lado de una de las más cercanas a él decían un nombre, uno que él conocía, estaba seguro de ello. Las letras nadaron frente a sus ojos cuando creyó oír remotamente gritos de alarma y pasos apresurados. En alguna parte arriba hubo un sonido suave y algo pasó por delante de sus ojos, cortándole la mano antes de estrellarse contra el suelo.
El velo volvió a su sitio cuando el pinchazo de dolor rompió dentro de su mente. Pudo oír a dos personas jadeando al unísono y la trémula voz de ron diciendo:
Harry, por favor, lo que sea que estés haciendo, páralo.
¿Qué?
El cristal, todo está en el aire sobre tu cabeza formando una especie de tejado. Por favor, bájalo.
Cuando intentó concentrarse en el cristal, éste dio un tintineo de advertencia, y todo lo que pudo hacer fue alejarlo de él antes de que cayera. Algunos trozos se rompieron en otros más pequeños en el suelo mientras que otros, por pura suerte, cayeron en la papelera de metal y resonaron contra sus lados. Ron y Ginny salieron de debajo de la mesa y cuando Ron fue a buscar una escoba, Ginny cogió la mano sangrante de Harry con la suya.
Creo que estuviste de acuerdo en no volver a hacer magia sin varita nunca más.- murmuró Ron cuando pasaba la escoba por el suelo barriendo los pedazos.
Ni siquiera sabía… aaay… lo que estaba haciendo.
Tienes un pedazo de cristal incrustado. Si no te lo quito se te meterá más.- dijo Ginny, estrujando su piel. Después de un momento o dos sintió que le miraba y paró.
¿Qué pasa- preguntó él.
Na… nada. ¿Estás bien? Pareces un poquito extrañado.
Lo estoy. El sonido del cristal me recordó algo, pero no creo que fuera un recuerdo mío.
Ron debía haber levantado la mirada de su trabajo con la escoba y paró de barrer el suelo antes de ir hacia Harry y agarrarle la barbilla.
Harry¿qué está pasando?
¿De qué estás hablando?
Tus ojos…
Ahora que Ron lo mencionaba, parecía que le dolían y le escocían, como si no hubiera parpadeado durante un buen rato. Aun no veía nada más que el velo blanco, pero cuando parpadeó se movió débilmente y Ron maldijo suavemente.
Son amarillos. Amarillo brillante, como un gato o algo así.
No seas estúpido. Mis ojos son verdes¿verdad- preguntó Harry.
Yo lo veo también.- murmuró Ginny cuando le sacó el pedazo de cristal de la mano.
No sé qué tipo de hechizo te echaron, Harry, pero creo que te está haciendo más que dejarte ciego.
Durante un momento Harry se sintió inseguro de sí mismo. ¿Veía lo mismo que él había creído ver? Sólo durante un segundo cuando se había despertado de aquel sueño sobre Hogsmeade y la señorita Drew, había visto su reflejo en el espejo y había sido diferente, pero fue antes de que le hubieran echado aquel hechizo.
No sé si hay relación entre las dos cosas.
Ron y Ginny terminaron de limpiar la habitación en silencio dejando a Harry moverse a disgusto mientras luchaba con sus propios pensamientos. Nunca había estado en una catedral como esa antes. Los Dursley no habían sido una familia muy religiosa. Celebraban las Navidades y las Pascuas por los regalos y el chocolate más que por creencias y, por costumbre, Harry había hecho lo mismo. Nunca había visto una catedral por dentro. Trató de traer de vuelta la imagen a su mente, pero parecía que no podía traerla. Podía recordad el cristal y las tumbas rotas, pero eso era todo.
Cuando el castigo terminó era casi la hora de la cena, y entraron en el Gran Salón hacia el bajo murmullo de voces de las diferentes casas. Harry se sentó en su sitio habitual y sintió a Ginny que se sentaba junto a él cuando Hermione pasaba una página frente a él. Durante un minuto Harry estaba seguro que de Ron le contaría a Hermione qué había ocurrido, pero para su alivio el chico se quedó callado.
Harry pudo oírle golpear su plato con el cuchillo, moviéndose nervioso cuando lo pensó.
¿Está Dumbledore en la mesa de profesores- preguntó Harry tratando de mantener la voz baja.
No, está casi vacía. Sólo están Flitwick, Sprout y Snape.- contestó Seamus.
¿Estás bien? Pareces un poco raro. Como si te estuvieras volviendo gris o algo así.
No, sólo está viendo los recuerdos de otras personas y sus ojos se vuelven amarillos.
Te has inventado eso.- murmuró Harry respondiendo a la sentencia de Ginny.
Entonces Ron debe haberse lo imaginado también, porque él lo vio.
Los simples cambios en la apariencia pueden ocurrir a menudo cuando la gente esta aprendiendo el proceso de la animagia.- dijo Hermione.- Ayer el pelo de Ron era más marrón que rojo, y casi no tenía pecas.
¿Qué- preguntó Ron dejando el tenedor con un golpe cuando su mano voló a su cara.
Me doy cuenta de las pequeñas cosas. Además el pelo de Harry no me parece gris, más bien una especie de negro azulado.
No me estoy convirtiendo en animago, Hermione. No lo creo ya que no puedo recordar más de un diez por ciento de lo que me dice la profesora McGonagall.- murmuró Harry.
Ya veremos.- replicó ella con calma.- Aunque ver los recuerdos de otras personas, no es normal.- había un punto de preocupación en su voz y Harry la oyó dejar los cubiertos y hurgar en su mochila.- Vamos a ver.
Para alivio de Harry la conversación se desvió de las anormalidades físicas y giró a un terreno más seguro cuando Hermione se puso a leer en silencio.
Defensa Contra las Artes Oscuras parecía ser la asignatura más interesante para toso, desde que la señorita Drew les estaba enseñando algunos de los hechizos de ataque más mortales.
¡Algunos son impresionantes- dijo Seamus con placer.¡convertirían a Quien Tú Sabes en polvo en esto- chasqueó los dedos para empalizar su argumento.
Dean suspiró y dijo cansinamente.
Si fuera tan fácil¿no crees que ya habría sido aplastado a estas horas?
Ya, supongo. Lo siento.
La cena terminó tranquilamente y, uno a uno, fueron subiendo a la sala común. Parecía que cada casa se había vuelto más cerrada y defensiva con sus miembros. Los ravenclaws mantenían la cabeza baja, hablando en voz baja entre ellos mientras los hufflepufs se empeñaban más en el trabajo y se apoyaban unos a otros. Los slytherins se habían vuelto más melancólicos y silenciosos, mirando al resto de la escuela con desdén, y quedaban los leones, que mantenían la frente alta y miraban al mundo con valentía decididos a no dejar ver su dolor.
Hermione cogió un libro en cuanto llegó hojeó sus páginas hasta que encontró lo que estaba buscando:
Aquí est�: "El método de Transformación Avanzada, especialmente en relación a la Animagia, es una rama de magia muy psicológica. Aunque se cree que la habilidad del animago es, en parte, genética y , en parte, debido al ambiente, la teoría del "interruptor" que la activa aún es contemplada y creída. Esto significa que en las bases psicológicas de la mente hay un interruptor neurológico que, una vez que el conocimiento estimula las conexiones neuronales, es activado. En momentos de emergencia el cambio puede ser inmediato y total, pero más frecuentemente hay un gradual "parpadeo" de sus efectos en la persona."
Cerró el libro con un fuerte golpe.
Apuesto a que Ron y Harry habrán conseguido cambiar totalmente al final de año.
¿Tanto- preguntó Dean con una risa en su voz por primera vez en semanas.
Harry sacudió la cabeza tristemente y se sentó en una de las mesas cercanas a la ventana. La lluvia golpeaba los cristales, como un corazón desbocado. Hermione debía haber resuelto el problema de sus ocasionales ojos amarillos, pero aún estaba el tema de los recuerdos que no le pertenecían. ¿La catedral había sido el primero o había visto esos recuerdos antes¿Estaba conectado a Voldemort o eran los ojos de otra persona a través de los que había visto?
Oyó a alguien caminar hasta la ventana y Ginny dijo:
¿Te importa si la abro? Me gusta el sonido de la lluvia.
Adelante.
Sintió cómo su piel tembló cuando el viento frío entró en la habitación, luchando con el dominante calor del fuego. Los demás no se quejaron pero les oyó acercarse al calor de las llamas. Afuera se podía oír la lluvia golpeando las hojas del bosque con un silbido, o jugueteando con el viento en el campo de quidditch. El diluvio golpeaba el suelo con un suave susurro y encontró reconfortante aquel sonido constante.
Se recostó en la silla y cerró los ojos tratando de deshacerse de la tensión de su cuerpo, aclarar su mente como Dumbledore le había enseñado cuando se había tenido que preparar para la oclumancia. Cerca de él podía sentir a Ginny se estremecía y se levantó para coger su capa del respaldo de su silla. Con cuidado tapó los hombros de la chica con su capa y y le frotó los brazos. Ella se estremeció otra vez y un sonido muy débil escapó de sus labios. Se agarró a la capa durante un momento y respiró hondo.
Estoy bien, como el resto. Angustiada y preocupada. ¿No tienes frío?
No.- replicó Harry, tratando de impedir que sus dientes castañetearan.
Se quedó de pie junto a ella, hombro con hombro e inclinándose ligeramente hacia a ventana, sintiendo la lluvia contra su piel y escuchando los sonidos de la tormenta rodeando las montañas. La mano de Ginny se cerró en torno a su muñeca derecha, no supo por qué, si por una muestra de amistad o porque tenía miedo de que se fuera a caer.
Se quedaron allí, en silencio, acompañándose, mientras las voces de sus amigos se difuminaban con sus pensamientos. El aire era una mezcla de olores y era frío, pero se podía encontrar un pequeño espacio de libertad en medio de aquella noche eterna donde los pensamientos y los recuerdos podían perderse en las infinitas sombras del silencio.
