El número de hechiceros en el mundo es increíblemente bajo en relación la cantidad de personas que existen. Puesto que debes tener cantidades decentes de energía maldita para no solo ver, sinó también exorcizar maldiciones y la gente suele carecer de esa fuerza (esto es fácilmente visto en la escuela de Tokyo; apenas hay 6 estudiantes, quizás 8 si se puede contar a los de última año). Aunque otro factor determinante es la tasa de muerte, porque si hay un dicho conocido es el 'Vives como hechicero y mueres como hechicero' retirarse como en un oficio normal no es una opción, incluso para el más fuerte.
Para Fushiguro Megumi, quien se volvió hechicero a corta edad, siempre tuvo instalado en la mente ese cruel e innegable destino que le esperaba, sin importar si tuviera la capacidad de superar a su Gojo-sensei, portador de los seis ojos y el más fuerte de todos los tiempos. Tarde o temprano, moriría como hechicero y eso estaba sucediendo justo ahora. Exorcizo exitosamente a la maldición de grado especial, e Itadori logro salvar a Kugisaki de las otras maldiciones, o eso le gustaría pensar. Cuando la extensión territorial que lo encerraba se deshace, y el silencio se apodera de su mente, cree que todo ya está hecho. Excepto por el dedo de aspecto grotesco en su mano, que aunque emane cantidades asquerosas de energía maldita, no le importa y lo único que puede hacer su cuerpo exhausto es caer rendido sobre la tierra
Estúpida hermana...
...
El amargo sabor a tierra acaricia sus labios, para su sorpresa y disgusto. Sus sentidos comienzan a despertar al igual que él. La sensación de haber dormido durante días y el dolor de sentir su cuerpo luego de ser brutalmente golpeado, obliga a que sus ojos se abran lentamente. Tarda unos momentos en volver a enfocarse y darse cuenta de la tenue oscuridad que lo rodea y que, aunque su memoria este un poco borrosa, definitivamente este no es el lugar en donde cayó
Inmediatamente se sobresalta para darse cuenta que apenas tiene la fuerza para levantarse ¿La extensión de dominio sigue en pie? Él absolutamente exorcizo a esa maldición y destruyó el territorio, el dedo de Sukuna es la prueba de ello ¿Entonces por qué está varado entre las paredes musgosas de una caverna? Fushiguro no puede explicar pero este lugar es diferente a la extensión de dominio, una intranquilidad proveniente de su instinto. Él se percata de que no hay nada de energía maldita, además del propio dedo
Arrastra sus manos en el suelo y se sienta mientras se toma su cabeza dolorida. Aún está un poco mareado por la pérdida de sangre, necesita reponerse. Escanea el área con sus ojos, confirma que ya no está debajo del puente Yasohachi. Continuar preguntándose en que sitio está parado no servirá de nada, además, debe reencontrarse con Kugisaki e Itadori, el tiene mucha mas experiencia que ellos dos, pero sabe de lo que son capaces, deberían estar bien. Fushiguro confía plenamente en que sus compañeros lograron exorcizar a la maldición porque ya tiene demasiado con lo que preocuparse, y Nitta-san se enojaría si supiera que él se separó de esos dos.
Cuando intenta pararse sobre su pies, los huesos crujen y aprieta los dientes del dolor, algunas de sus costillas se rompieron pero logra pararse seguido de unos tambaleos hasta estabilizarse. La tela del uniforme está tan rasgada como la anterior pelea pero Fushiguro sacude la tierra adherida a su gakuran y comienza a caminar lentamente hacia adelante, donde sea que lo lleve el túnel.
Fushiguro intenta forzar su mente borrosa a recordar, pero todo se apaga cuando cae luego de exorcizar al espíritu maldito. Solo sus lentos y pesados pasados resuenan en las paredes azuladas, un extraña coloración que nunca vió en cualquier caverna al agujero en el que haya entrado. En realidad, es demasiado brillante para una simple caverna. Fushiguro inspecciona con atención las paredes y el techo rocoso, su vista baja con cuidado de no marearse y abre sus ojos con sorpresa al ver la marca de huellas hundidas en el suelo. Dos pares de pisadas, de personas definitivamente, pero el sabe muy bien que las maldiciones pueden tomar diversas formas, incluso de humanoides.
Sigue el rastro con cautela, ignora sus huesos crujir y la poca energía maldita que mantiene está lista para convocar a uno de sus shikigami, quizás una lucha con sus propias manos para aliviar la carga, dependiendo con que se tope. Los sentidos de Megumi se agudizaron, para que el sonido de su respiración entrecortada por el dolor, sea sobrepasado por el eco de un grito atraves de los pasillos.
Prepara sus manos, listas para activar su conjuro. La energía maldita lo envuelve cuando sale corriendo hacia la dirección del ruido, ¡Están peleando! Aprieta sus dientes para evadir los calambres y el dolor de sus huesos fuera de lugar y rotos. Sus piernas son mas pesadas de lo que recuerda pero el sonido de una lucha es inconfundible para un hechicero como él. Itadori, Kugisaki... Él solo piensa en sus dos compañeros y como lo dejo en sus manos.
El sonido de los golpes y cortes se acrecenta cada vez que patea el suelo. Solo un pasillo más y los encontrará. Su corazón late con todas sus fuerzas. Él alcanza la esquina.
"¡Itadori-!"
Fushiguro no sabe que es lo primero en que tiene que concentrarse; en las dos personas desconocidas, vestidas de una manera bastante peculiar para los tipos raros que ha conocido en la escuela de Jujutsu o en la criatura gigante que lo único que puede asemejar es a un Minotauro de la mitología. De nuevo, no siente nada de energía maldita. Piensa en la posibilidad de que aún siga inconciente y esté soñando, un sueño tan extraño como ese tipo con orejas y cola de perro y la chica con un cosplay se guerrera lanzando estocadas a un Minotauro furioso.
Quizás solo sea un sueño...
"¡Idiota, cuidado!" El chico mitad perro, ladra salvajemente
Fushiguro se pregunta si en verdad es un sueño, todo parece tan real. Los huesos rotos, el cansancio, el dedo de Sukuna palpitando en su bolsillo y sus instintos cuando explotan y le dicen que volteé. Otro Minotauro, corriendo hacia su posición, podría reaccionar pero está muy cansado. Aún así sus manos reaccionan por si solas y... "¡Gyokugen!" El perro demonio surge de su propia sombra y lo arrastra fuera del alcance de la criatura. Hostil, suficiente información para saber que debía 'exorcizar' a pesar de este no sienta energía maldita, pero el instinto asesino de la criatura le recuerda mucho a una maldición y él solo sigue sus instintos de hechicero. Retira una espada oscura de sus sombras y junto a Gyokugen estallan desde el suelo a toda velocidad contra el Minotauro. Aún no se encuentra en óptimas condiciones pero no le dieron tiempo de reaccionar a su objetivo cuando el filo de la espada y las múltiples garras lo despedazaron
El metal atravesando la carne y la sangre manchandolo todo, tan real, demasiado para considerarlo un estúpido sueño, pero no se sentía como el cuerpo de una maldición ¿Shikigami o una técnica?. Gyokugen se funde en su sombra y Fushiguro empieza a dudar si está en un sueño o si acaba de realizar una exorcización, no está seguro de nada. No era un espíritu maldito, pero tampoco algo humano. Fushiguro se sobresalta cuando la criatura desaparece en un polvo negro, observando con cuidado, en el mismo lugar de su muerte, hay una piedra brillante ¿Una herramienta maldita? Una extraña coloración se presentaba dentro de la roca. Podía ser como los muñecos voodoo de Kugisaki, algo así.
"¡Oye, tu! ¡Que mierda fue eso!" Fushiguro regresa a la misma voz gruñona. Sus ojos no evitan viajar por la cola y orejas de animal. La chica detrás de él derrotó al otro Minotauro, no son civiles, aunque tampoco puede tomarlos en serio con esa vestimenta y aspecto. En serio, son como aquellos grupos de fans que realizan cosplays sobre sus personajes favoritos. Fushiguro se burla.
Megumi quiere responder, pero inmediatamente cae sobre sus rodillas. Él no está lo suficientemente recuperado y quizás esa invocación dejo sus reservas de energía maldita casi vacías, Gyokugen desaparece. Lucha con su propia mente para no desmayarse. Aprieta sus dedos contra la tierra y fuerza a su cuerpo para que se ponga de pie.
"Toma esto"
Una mano se posa sobre su visión, delante de él la chica se acercó lo suficiente para tenerla cara a cara. Con una expresión aburrida, tenía un frasco con un líquido rojo en sus manos. Fushiguro salta de su lugar y retrocede mientras intenta ponerse en guardia. Sus pies y manos tiemblan sin control "¿¡Quienes son ustedes!?" Pregunta
La chica estoica parece sorprenderse por un instante, pero su rostro inmaculado vuelve a tener la misma expresión en blanco. El chico con cola es más reactivo y pisa el suelo con ferocidad "¡Estúpido! ¡Estás hecho pedazos y quieres pelear! ¡Deja de joder y acepta la maldita poción!"
Fushiguro está confundido ¿Poción? Como una poción mágica, de recuperar salud. La chica inclina su cabeza, ella espera a que Megumi tome el líquido ¿Que contiene? ¿Es veneno en realidad? ¿Solo quieren jugar con un enemigo herido? Él se rehúsa a aceptar la bebida, pero el mitad perro tiene razón, aún está fatigado de su batalla contra la maldición, no sabe que capacidades tienen estás personas y si podes aguantar en caso de que combatan
Los ojos dorados de la chica se tiñen de preocupación y Fushiguro evidentemente la ve. Él sabe mucho de personas buenas y malas y de los que fingen cualquiera de las dos. Los labios de la chica se abrían y cerraban, palabras en la punta de su lengua que no puede sacar. Cómo él y su estúpida y buena hermana. Fushiguro sigue confundido pero no tiene otra opción, si todo sale mal solo bastará con convocar a ese Shikigami antes de morir envenenado
Utiliza su cuerpo para fundir la espada en sus sombras y estira su mano cuando ella le entrega el frasco cuidadosamente, observa unos segundos el líquido rojo y a la chica que lo mira con curiosidad, como a un bicho extraño... Fushiguro la ignora y lo lleva el líquido a su boca, inmediatamente se arrepiente. tonto ¿Por qué confío en ellos? Un sabor agridulce humedece su lengua y para su propia sorpresa, el líquido trajo efectos inesperados. Una sensación de rejuvenecimiento con la vuelta de su fuerza, excepto por la energía maldita, y ¡Las heridas! Su cabeza ya no palpitaba más, los raspones de su piel desaparecieron y las costillas dejaron de molestarlo. ¿El simplemente sanó? ¿Que diablos era eso?
Sin saber que decir o pensar, baja el frasco y agradece con un suspiro "Gracias..." Baja su cabeza, avergonzado por desconfiar. ¿Alguna herramienta maldita? Es realmente extraño y enrevesado cuando no hay presente energía maldita.
El chico animal gruñe "Más te vale, con esas heridas hubieses muerto si no te encontrábamos" Fushiguro se abstiene de refutarlo, De hecho yo los encontré... "Si puedes defenderte de un Minotauro entonces vete de aquí, tenemos trabajo que hacer"
Así que se llaman Minotauros, Fushiguro piensa para si mismo. Si tienen esa información, seguramente también sepa dónde se encuentran "¿Sabes dónde estamos?" Ambos fruncen el ceño, Fushiguro no quiere levantar demasiadas sospechas "Yo... me perdí" Miente
Otra vez, parece enojarse, pero responde la chica con el estoque "Estamos en el piso 5..." Fushiguro continua dándose cuenta de lo perdido que se encuentra. Algo en su rostro le dijo al chico lobo que no sabía dónde estaba.
"¿¡Ni siquiera sabes eso!?" Gruñe "Tu cerebro está hecho pedazos" Mira con desagrado la cabeza de Fushiguro, este se palpa su frente para detectar un líquido carmesí, su propia sangre y el golpe de la maldición, recuerda. Pero ahora esa herida cerro y supone que debería haberse curado, es muy confuso. "No seguiré con esto, vete por ahí. Aún quedan un par de Minotauros" gira sobre sus talones y mira a la chica "Aiz, larguemonos antes de que alguien mas lo encuentre"
Aiz, la chica mira detenidamente al mitad lobo y se mantiene en el lugar. Él suspira "Está bien, vete a por ellos. Yo me quedaré hasta que la vieja de Riveria llegue" Gruñe
Fushiguro no tiende a ser una damisela en peligro, pero su situación actual no lo deja con muchas opciones. Aún no confía en personas que puedan pelear sin energía maldita, mucho menos si en realidad son personas... Quizás pueda sacarle un poco más de información. La chica llamada Aiz vuelve a mirarlo, los ojos dorados no parecían tener ninguna emoción además de ser una rareza, pero nada comparado con los ojos de Gojo-sensei, 'bonitos ojos azules' no servían para describir el poder que irradiaban esos orbes "Lo siento" Ella se disculpo. La pena en su voz contrasto con su rostro inexpresivo, pero Fushiguro negó con la cabeza y pudo observar una pequeña sonrisa de alivio.
El suelo crujió debajo de las botas de la chica cuando repentinamente explotó y desapareció en una estela de viento. Definitivamente no es una persona normal, Fushiguro concluye. Quizás como Maki-senpai ¿Restricción divina? O el caso de Itadori, pero estos dos son muchos más rápidos y siendo justos, si Fushiguro utilizara energía maldita, alcanzaría esa velocidad.
El chico junto a él también observo a Aiz alejarse a toda velocidad y resoplo "Es más rápida..." Susurró con frustración
Fushiguro se levantó del lugar y palpó sus piernas, en perfecto estado para continuar. El chico lobo lo mira "Quedate aquí tonto, Riveria te revisara cuando nos alcance" Megumi no sabe quién es esa tal Riveria, pero aplicando un pensamiento simple ¿Una doctora? O en este caso ¿Sanadora? ¿Curandera? ¿Podría utilizar la técnica inversa? No importa, el sabe mejor que nadie su propio estado, y se encuentra bien.
"No te preocupes, solo dime dónde está la salida" Si es que tiene... Una ligera preocupación lo invade al considerar esa pequeña posibilidad de quedarse encerrado en una cueva sin poder volver a ver la luz del día.
"Escucha, me importa un carajo lo que te pase, pero te quedarás aquí" Vuelve a gruñir, Fushiguro quiere suspirar
"Estoy bien, solo quiero irme de aquí"
"¡Tu no serás quien lo decida!"
Una vez más, insiste y lo refuta pero nunca llega a nada. Está comenzando a ser muy irritante y cuando en verdad piensa en sacar a Gyokugen y apartarlo del camino, alguien los interrumpe.
"¡Bete!" Fushiguro voltea y quizás no debía haberlo hecho, otra vez... Solo un sueño. Una mujer joven vestida con túnica y con un bastón en la mano, aunque las orejas puntiagudas se llevaron toda su atención, él lo ignora todo lo que puede pero no puede dejar de pensar en ello, un mal, mal sueño "¿Donde está Aiz? ¿Y quién es él?" Dice con preocupación
El perro llamado Bete, escupe "Mientras luchabamos contra un Minotauro apareció" Señala a Megumi "Aiz continuó buscando a los monstruos restantes y yo me quedé para cuidar su trasero" No necesita ser cuidado... "¡No importa! Revisalo para que pueda soltarlo, es muy molesto" podría decir lo mismo de ti, piensa Fushiguro.
El hechicero ignora las orejas de perro y puntiagudas, y se centra en los ojos esmeralda y la belleza de la mujer "Tuviste suerte de que Aiz y Bete te hayan salvado" Mira con preocupación la sangre seca de su rostro "Esto no puede volver a ocurrir" Ella reprocha a Bete y este resopla molesto.
"¡Cállate, vieja bruja!" Voltea y comienza a alejarse de ellos. La mujer arruga su rostro del enojo pero se relaja inmediatamente
"Me disculpo por mí compañero, no sabe admitir sus errores y actúa de esa manera tan irrespetuosa" Habla suavemente.
Cuando ella se acerca, al punto de invadir su espacio personal, Fushiguro retrocede por inercia. Confundida, el hechicero se repone "Yo me encuentro bien, tomé una poción" Recuerda el frasco y mira en dirección al suelo, ella también el frasco vacío "Solo quiero saber cómo salir de este lugar" Quiere escapar, librarse de todo esto, es imposible que sea real.
La mujer entrecierra los ojos "¿Al menos sabes dónde te encuentras?" Fushiguro se queda en silencio y ella niega con la cabeza como si supiera la respuesta "Está bien. Si lo que quieres es salir, te guiaremos hasta la salida como compensación" Una mirada de complicidad viaja a su lado y se percata que está va dirijida al chico perro quien gruñe con molestia cuando la detecta.
Fushiguro no es de aprovecharse de la amabilidad de las personas, aunque no sabe si son realmente personas o alguna grupo de bichos raros. Pero la mujer le presenta arrepentidamente al chico lobo como Bete Loga y a ella misma como Riveria Ljos Alf. Evita pensar en sus nombres y en cualquier otra parte de su cuerpo fuera del pensamiento común. Megumi no confía tan fácilmente, aún está alerta de que puede ser solo una buena extensión de dominio o alguna ilusión. El también se presenta: "Me llamo Fushiguro" Solo con eso basto para sacar una sonrisa de alivio de la mujer.
...
Si, definitivamente es un sueño, Fushiguro al fin logra concluir consigo mismo.
Cómo dijo esa tal Riveria, lideraron el camino por la extraña caverna en silencio. Salvo por algunos insultos de Bete hacia cualquier criatura que se les acercara. Megumi se percata de que no son maldiciones, más allá de que puedan parecerse a una (En general, los espíritus malditos pueden tomar hasta las formas mas impensables, pero Fushiguro se sobresalta cuando ve las figuras inhumanas de pequeños hombres peludos, verdosos o animales gigantes y bestias mitológicas. Fácilmente cualquiera de esas cosas podría ser una maldición), estas carecen de energía maldita, la misma energía que utilizan para alimentarse, sin ella no existirian y por lo tanto; estas criaturas difieren de cualquier espíritu maldito que haya enfrentado. El único punto en común es el hecho de que son extremadamente agresivas e intentarán matarte si te ven, además de que sus cuerpos desaparecen al ¿Morir? No parecen del todo vivos, de hecho, sus cadáveres sueltan una piedra al desaparecer ¿Serán sus verdaderos cuerpos?
Fushiguro piensa demasiado las cosas, al punto que vuelve a la realidad cuando se detienen abruptamente. Sus ojos se iluminan cuando un resplandor se asoma por la cima de unas escaleras en caracol. Megumi capta la mirada de la mujer "Aquí es, la entrada al Calabozo" ¿Dungeon? ¿Es así como llaman este lugar? Está claro que obviaron información intencionalmente porque desconfiaban de él. Fushiguro no los culpa, el mismo estuvo todo el camino en guardia y con sus sentidos en alerta, por si intentaban alguna emboscada o ataque sorpresa
Se alivia de llegar hasta aquí. Él se inclina levemente en una reverencia "Muchas gracias, me ayudaron demasiado" Cuando vuelve a enderezarse, Riveria niega con la cabeza y Bete lo ignora
"No nos agradezcas. Solo compensamos nuestro propio fallo, de nuevo lamentamos lo sucedido" Sus ojos se clavan en el chico lobo, quien se hallaba lejano a cualquiera de los dos "¿Verdad, Bete?" Un tono severo surgió de su voz
Bete afilo su mirada hacia megumi. Logro percatarse del tatuaje de un relámpago en el costado de su rostro "¡Es su culpa por bajar con un vestido de sirvienta!" Gritó con enojo, es gakuran de hecho "La próxima vez ten más cuidado, idiota" Fushiguro acepta sus 'disculpas' con un "Si..." Dudoso. Riveria frota su frente con un suspiro, acostumbrada a este tipo de actitud del lobo, tal parece.
"Él tambien lo lamenta..." Dice apenada, aunque también avergonzada.
Fushiguro observa a Bete regresar por el Calabozo y el mira la cima de las escaleras "Yo... Debo irme" Él menciona
Riveria asiente "Que la sabiduría de los espíritus te guíe en tu camino, Fushiguro"
No sabe cómo responder a esa frase de fantasía. Una sonrisa incómoda y "De acuerdo..." Estará bien, supone. Mientras ella mantiene su postura, Fushiguro gira sobre sus talones y se acerca al primer escalón. La piedra resquebrajada parecía reafirmarse con cada pisada. Una simple vuelta que dirigía hacia la luz ocupo miles de pensamientos en la mente ajetreada del hechicero, Itadori, Kugisaki, Nitta-san, Gojo-sensei, Tsumiki... y ahora en todo lo que había experimentado al despertar en ese oscuro túnel. Con suerte, sus dudas se aclarian al cruzar ese pilar de luz. Solo unos pasos, unos escalones. El pilar dorado que perforaba la oscuridad de la habitación, estaba cada vez más cerca.
La última misión de Fushiguro fue de noche y luego apareció dentro de este calabozo bajo tierra. Cuando está a un paso de salir por la gran entrada, cierra sus ojos con molestia, mientras toman un momento para adaptarse a caulquier cambio de iluminación. Sus otros sentidos no esperaron y un bullicio de personas hablando fue lo primero que escucho. Fushiguro se detiene en el lugar cuando siente el suave soplido de una brisa, el frío chocando contra su rostro era refrescante después de tanto tiempo. Retira la mano de su frente, lentamente abre los ojos cuando el inconfundible sol del mediodía ya no puede cegarlo.
Megumi bromeo consigo mismo al creer que todo se arreglaría al cruzar por esa entrada. Él concluye, esto es un sueño. Pellizca su mejilla, nada, prueba otra vez con más fuerza, sin resultados.
Esto es problemático
Su expresión se contrae en una mueca cuando ve más gente con partes de animales, con orejas largas y hombrecillos robustos. Incluso había personas que podría considerar normal, pero todos tenían algo en común; las armas y armaduras, y de acuerdo, otros llevaban tunicas y bastones, como si fueran magos de esos juegos de fantasía, pero es completamente extraño para él. De hecho, ahora que lo piensa, todo esto se parece más una especie de mal videojuego de rol o una película medieval que Itadori tuvo que mirar en su 'entrenamiento'. Y para agregar una cosa más a la lista, la entrada a ese Calabozo está justo debajo de una torre extremadamente alta. Decirle alto no es suficiente, Fushiguro estira su cuello y entrecierra los ojos pero no puede divisar la cima mas allá de las nubes y sospecha que mucho más.
Fushiguro continua lentamente, digiriendo las particularidades de las 'personas' que caminan a su lado cargando piezas de metal o artilugios brillantes. Baja su mirada para no sobresaltarse con cualquier parte inhumana que se cruze en su vista. Megumi acelera el paso cuando escucha comentarios dirigidos a él, ¿A quien más entonces? Algunos se reían de su pésimo aspecto '¿Acaso bajo con ese estúpido traje? Que idiota?' y 'No puedes verte bonito y luchar a la vez, niño' Fushiguro no puede evitar irritarse, quiere responder es un gakuran y lo utiliza siempre para pelear, en cuanto a verse lindo mientras lucha, esa sería Kugisaki, definitivamente los golpearía si los escuchará. Pero se mantiene encorvado y deja que los murmullos viajen hasta que se alejo lo suficiente para que las personas con armaduras disminuyan del camino
Fushiguro mira a su alrededor otra vez, respira hondo mientras ve una calle transitada por carruajes tirados a caballo. Personas vestidas con harapos o trapos viejos, fuera de moda, diría Kugisaki. Las calles de losas de piedra y las casas tradicionales, muy tradicionales y no como las que hay en Japón, sospecha que esa lejos del país . Y aunque no quiera admitirlo, una pequeña posibilidad que mantiene su mente inquieta, alejado de todo, y de todos; Itadori, Kugisaki, Nitta-san, su molesto Gojo-sensei y los senpais de segundo año. Solo se resguarda en un brillo de esperanza estúpida hermana, espero que te encuentres bien.
Fushiguro se pellizca la mejilla, nada, otra vez. El dedo de Sukuna sigue rugiendo en su bolsillo, en algún momento se olvidó de ello. No es un sueño, concluye.
Y... Corte
He aquí la nueva serie de Danmachi de la que hablaba. Creo que aquí podré balancear perfectamente al hechicero y escribir una buena trama o al menos hacer interesante en ver cómo este afecta al mundo de Danmachi.
La línea de tiempo es justo cuando Bell resulta salvado por Aiz, de hecho, está dejo a Bete y Fushiguro solos para ir por el último Minotauro que estaba persiguiendo a Bell. Dejé plantadas unas pequeñas interraciones para que algunos ejecutivos de la Familia Loki conocieran a Fushiguro para luego reencontrarse en un futuro ¿Quien sabe para que?
En fin. ¿Que hará Megumi y como actuará al conocer este nuevo mundo? O ¿Al menos sabes que está en otro mundo? Por lo menos tiene la certeza de que no es un sueño. Pero muestro hechicero no se rendirá fácilmente, tengan por seguro. Si se preguntan si solo Fushiguro llego a ese mundo, les dejaré con la incógnita.
Cómo siempre cualquier comentario y crítica son bienvenidos al igual que los votos que me dan ganas de seguir escribiendo.
Sin nada más que decir, chao.
