AVISO: este fic contiene SLASH (relaciones hombre/hombre, mujer/mujer). No es subido de tono (este capítulo) pero la tendencia es homosexual, así que si te ofende en algún punto no lo leas...

DISCLAIMER: Los personajes y escenarios son creación inigualable de J. K. Rowling y aclaro que mi fanfiction no está hecho con fines de lucro. Siempre trato de tener ideas lo más originales posibles, si llega a haber coincidencia con alguna otra creación pido mis debidas disculpas a su autor...

cordialmente, La Dama Norris.

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¡¡Quiero agregar un solo comentario que me quedo del capítulo anterior!! No sé si todos lo saben, por eso lo aclaro. Dean Thomas es un chico de piel negra, no sé si lo habrán notado en la película, ya que Rowling nunca lo aclaró en sus libros. Pero ella misma fue la que le dijo a Columbus en el casting para Dean Thomas, que éste debía ser morocho. Yo me lo imagino de esos negros de ojos penetrantes... una especie de Lenny Kravitz en versión pequeña... •¬â€¢ ¡¡¡Kiero un Deaaann!!!

NO SEAN IMPACIENTES, LA ESCENA DEL CONEJO Y BLAISE ES UNA DE LAS PARTES QUE MAS ME GUSTAN POR ESO LA DEJO PARA EL FINAL... ¡¡PERO VA A LLEGAR!!

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--La apuesta—

Cap 4: "Fase 0: ¡¡LA IRA DE CRABBE!!" (XZ) O "Murmullos en los baños"

Los ojos de Draco se abrieron de par en par, conforme Harry iba llevando el vaso a sus labios.

"Sí, Potter... ya te tengo"

Esbozó una amplia sonrisa...

CAMARA LENTA:

El vaso se alzó en el aire bruscamente y una gota de cerveza de mantequilla se escurrió por el borde. Luego comenzó a inclinarse levemente hacia unos carnosos labios rojos. El vaso iba en camino, el líquido se acercaba a la boca del vaso que estaba en declive cada vez más.

"Sí... sí", decía por dentro Draco con desesperación, mientras apretaba los puños en sus bolsillos y el dedo en el cual llevaba un fino anillo de plata se enrojeció a causa de la presión que éste hacía. Sin embargo, se mantenía erguido y expectante, como si sólo estuviese observando a un chico fulano bebiendo de un vaso cualquiera. Sus ojos claros no parpadearon en ningún momento.

Sí... el vaso estaba por tocar el labio inferior de Harry Potter... Draco ya se imaginaba a la píldora perdiéndose en el paladar, cayendo por la garganta hasta el estómago, donde se disolvería para correr por la sangre y por el resto del cuerpo, haciendo, de a poco, el esperado efecto.

El vaso se detuvo una fracción de milisegundo. Draco se mordió el labio. Harry pasó el dedo índice de la mano libre por las comisuras de su boca antes de llevar nuevamente el vaso hacia esta, deshaciéndose de la estrecha distancia que ahora faltaba.

............

—Eres mío... ♦¬♦

..................

—¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!

Un fornido brazo empujó a Harry con brusquedad, haciéndolo caer al suelo del salón. El vaso voló por los aires hasta caer a unos pocos centímetros de la cabeza de un chico de cuarto año, el cual se apartó alarmado.

Harry tanteó hasta encontrar sus anteojos. Lo siguiente que supo fue que dos brazos lo ayudaban a levantarse.

—Harry, ¿estás bien? —Hermione se había acercado al chico moreno que acababa de incorporarse. Éste asintió.

—Sí, no fue nada —pero no dijo mucho más. Estaba atento a las figuras que ahora veía alejarse por el salón. Una de ellas era Malfoy, llevando (como si tuviese la fuerza para hacerlo) por la túnica a otro chico el doble de alto que él hacia las escaleras.

Harry se incorporó enseguida y se dispuso a ir tras ellos.

—¿Qué se supone que haces? —chilló Hermione que lo seguía agitada.

—Quiero averiguar que es lo que está pasando aquí de una vez por todas... ¿porqué Malfoy se molestó con ese por pegarme?

—Harry, ¿de veras es tan importante?

Harry se sonrojó, pero solo un poco.

—No vas a negarme que la fiesta está muy rara, y todo cuerda con lo que sospechaba Parvati... la que, por cierto, no he visto últimamente...

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Sus pasos retumbaban por el pasillo del segundo piso en dirección al baño de las chicas. Miraba a su alrededor cada tanto, y se asomaba por los corredores adyacentes y las puertas abiertas. Pero, al parecer, no encontró lo que buscaba.

Entró en el baño...

Desde su retrete, Millicent Bullstrode detuvo al instante su llanto. Se secó con el dorso de la manga de su túnica la nariz mojada, y se dispuso a guardar inmune silencio. Los pasos que habían irrumpido su melancolía, ahora se habían detenido. Oyó el sonido oxidado de la canilla que se abría y el ruido del agua al caer. Unas manos entorpecían el fluido del agua, jugando con ella. Se oyó un gemido de placer. Alguien se estaba refrescando en el lavabo.

—¡Ah! ¡Qué calor hacía dentro del Gran Salón! —exclamó Parvati lavándose la cara luego de contemplarse un rato en el rajado espejo —¿Dónde se habrá metido Seamus? Esto no es normal, ¿se habrá ido con Dean? A él tampoco lo he visto —otro rejunte de agua entre las palmas de las manos y a la cara —¡Ah! —otro gemido de placer por sentir la frescura del agua. Sonrió al espejo y se soltó el cabello que llevaba enroscado con un lazo azul y hacía juego con su brillante tutú y su varita de hada —. Hoy que me he puesto bien bonita ¡los chicos escapan! Espero que aún esté ese chico de Hufflepuff fanático de los Chundley Cannons que me cayó tan bien.

Un último SPLASH y poco a poco los pasos se alejaron.

Y la desdichada niña de Slytherin siguió con sus lamentos, ahora intensificados por la auto conversación que acababa de escuchar.

—¡Ella es tan linda! —sollozó —. Y yo..., bueno, no le llego ni a los talones... —dos lágrimas gordas pintaron sus mejillas de luminoso brillo, reposando al fin en su amplio regazo (juajua, pobre Milicent, dejemos de tirarle palos, che!) —. ¿Cómo esperan los demás que cumpla con La Apuesta si no soy capaz de acercármele tres metros?

Se miró los pies totalmente desesperanzada. "¡Tengo pies de trineo, tengo pies de trineo!"

Se tocó el estómago... "¡Estoy hecha un barril!" (al menos se daba cuenta!). Meditó un momento. Esta noche había comido un pirulín de azúcar. Bueno, por gramo el azúcar tiene cuatro calorías, así que un pirlín equivale a..., ¡ah! más los vasos de ponche... el alcohol tiene, por gramo, una caloría... si a eso le agregamos ¡oh, santo dios! ¿Cuánto tenía la grasa? ¿7 calorías? ¡Malditos chips!

Bueno, todo tiene solución, y, para una chica como Millicent, nada queda inconcluso si ella puede arreglarlo. Se dio vuelta y se quedó mirando el interior del inodoro. Sus carnosos dedos índice y medio se deslizaron por su garganta hasta tocar el paladar...

Un estremecimiento. La primer arcada y nada, ¡que bronca!

Otra vez...

Esta arcada fue doble y casi tose, pero nada.

Una vez más...

La tercera es la vencida, dicen, cuando los músculos se tensan y la carne se pone blanca...

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Harry se escurrió tras la puerta del baño de los chicos del tercer piso. Ese baño, a diferencia del otro, estaba más sucio y se notaba que no había sido de uso común por años. Pero ¿es que éste castillo tenía un baño por piso? Se preguntó si habría algún "Martle la Llorona" masculino ahí dentro.

Como Hermione no había querido entrar al baño de hombres, había vuelto al Gran Salón.

—¡¡¡¿QUE MIERDA TE CREES QUE HACES?!!! —escuchó de repente el ronco grito de Draco Malfoy —¿¿ESTÁS ENFERMO?? ¿¿QUÉ TE OCURRE??

—Dra-Draco —decía una estúpida voz que Harry reconoció enseguida como la de Vicent Crabbe. Con razón le había dolido tanto el empujón, ese chico era uno de los más fuertes y grandes de Slytherin. Se pegó un poco más a la pared de loza que dividía el pasillo de entrada al baño con la zona de los lavabos. Cuando oyó de vuelta a Crabbe, inconscientemente, se acarició el hombro donde había recibido el impacto de la caída.

—Escuchame..., yo de verdad creo que esto que estás por hacer es un error, un TREMENDO error...

—A mi me importa tu opinión tanto como la de Neville Longbottom sobre pociones curativas, no sé si me explico con claridad —la voz de Malfoy sonaba amenazante y furiosa.

—Pero, si tan sólo me escucharas...

—¿Escucharte? Ja! —se oyó un golpe seco y Harry supuso que Draco le había pegado a la pared —. Creo que he visto lo suficiente como para necesitar escuchar lo que tengas que decir ¡Esto no voy a perdonártelo, así que no intentes excusarte...!

—¡¡NO LO ESTOY HACIENDO, DRACO...!!

La voz de Crabbe retumbó en el baño de tal forma que parecía que las paredes hubieran temblado. Se produjo un incómodo silencio, en el cual Harry pegó más la oreja a la pared. Estaba realmente sorprendido, nunca había escuchado a Crabbe gritar y menos dirigiéndose a Malfoy.

Escuchó lentos y seguros pasos que resonaban. Se detuvieron desafiantes.

—Nunca... —Malfoy habló de forma monótona y casi imperceptible, arrastrando las sílabas notoriamente —, nunca- vuelvas - a gritarme - de esa - manera... ¿entendido?

Harry contuvo la risa al imaginar la figura de Malfoy plantada frente al enorme cuerpo de mastodonte de Crabbe, amenazándolo con el dedo en alto. Era realmente absurdo ¿por qué se dejaba dominar?

Porque es un imbécil. Sí, claro, buena respuesta...

Los pasos de Draco siguieron hasta la entrada del pasillo donde estaba Harry, y éste estaba por irse enseguida cuando...

—A veces me impresiona que seas tan inconsciente, Draco... La verdad es que te admiro y odio verte así...

¡PUM!

... ¿eso había sido un golpe?

¡PUMPATAPRUM!

... y eso una caída, estruendosa caída.

Y luego el grito furioso de un Draco Malfoy muuy enojado... Harry se estremeció un poco (sí, Harry Potter, El Niño Que Vivió de Lord Voldemort, se estremeció con aquel grito de su imbécil adversario de Slytherin, ¡imagínense lo que habrá sido!).

—¡CALLATE, CIERRA TU BOCOTA DE THESTRAL —eso debía ser insultante (u.u) —, Y DEJA DE METERTE EN ASUNTOS QUE NO TE INCUMBEN! ¿OISTE BIEN? ¡ESTAS LOGRANDO QUE EMPIECE A ODIARTE, TE ESTAS GANANDO MI DESPRECIO, VICENT CRABBE!

Neeee.... no podía haber sido Malfoy el que halla golpeado así... ¿cómo tumbar a alguien como Crabbe? Era obvio que él se había tirado por cuenta propia (¬¬).

—Pues eres tú quien me está defraudando, Draco —jamás se había oído aquel tono ... ¿sabio? ¿Se podría decir? En la voz de Crabbe. Y tranquilo, muy sereno, como hablándole con infinita paciencia a un niño barullero —. Porque ¿rebajarte a esto? ¿De verdad hace falta llegar hasta éste punto?

Los pasos de Draco volvieron a acercarse a Crabbe con desafío. Pero ésta vez...

¡PAT!

Harry se asomó a penas al borde de la pared. El ruido había sido del impacto del puño de Malfoy contra la palma de Crabbe, el cual ahora lo había atajado.

Esto se ponía interesante.

—Si no entras en razón de una vez, Draco, voy a tener que...

"¡Esos ojos grises tan... perfectos!" (pensamiento de Crabbe).

Draco se apartó entonces lentamente. Sonrió.

—¿Qué? ¿Qué harás, Crabby? —expresión burlona.

Harry no tuvo que esperar demasiado para saber la respuesta y, por gravedad de las circunstancias, todos ya nos imaginamos que ocurrirá a continuación. ¡Qué satisfacción!

"Si no entras en razón por las buenas...", pensó de nuevo Crabbe.

El corpulento chico tomó a Draco por la muñeca, como a un chiquillo malcriado, y lo arrastró hacia su pecho. Éste intentaba soltarse, pero Crabbe lo sostuvo con firmeza y lo apresó contra la pared.

Harry tuvo que morderse el labio para no reír.

Pero entonces...

Se escuchó un traqueteo. La mandíbula de Crabbe estaba temblando débilmente. La luz del baño comenzó a bajar su intensidad alternamente y las puertas comenzaron a moverse despacio como llevadas por una leve brisa. Enseguida, el voluminoso cuerpo de Crabbe salió disparado por el aire y dio contra unos lavabos. Malfoy sonreía y su expresión era desquiciada. Guardó su varita imperioso, y dio a Crabbe la espalda con cierta elegancia.

Quien lo hubiera dicho; el imbécil de Malfoy servía para algo después de todo. Pero desde hacía un tiempo Harry notaba algo fuera de lo común en el chico rubio. Tal vez sería su determinación o... su fuerza. No sabía porque dictaba eso su mente. Malfoy nunca había sido más que un parásito arrogante, cualquiera sabía que si no fuera por su contención social y económica, él no era más que un niñito llorón. ¡Si hasta se había acobardado cuando Hermione lo apuntó con la varita en tercer año, por Dios! Pero... algo había cambiado y Harry estaba 100% seguro de eso. Su mirada era más... sombría...

Pero igual le seguía cayendo tan mal como antes, así que si no se apartaba de allí pronto terminaría topándose con él.

Entonces lo oyó decir:

—La próxima vez que quieras agredirme de esa forma vas a pasarla realmente mal, ¿me oíste? Sé muy bien que hacer, no necesito que necios como tú me aconsejen una mierda —guardó su varita para disponerse a dejar el lugar, y Harry salió justo para esconderse tras una estatua al lado de la puerta del baño.

Vio como Malfoy se alejaba ondeando su toga negra. Desde el interior del baño se oían murmullos. Pero Harry no iba a arriesgarse a entrar de vuelta, así que esperó a que Malfoy se alejara para bajar por las escaleras hasta el primer piso, ansioso de contarle a Hermione todo lo que había visto.

En el interior del baño había quedado un ser tristísimo, cuya alma estaba ahora por el suelo y sus ganas de llorar eran incontenibles...

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—Oh, lo siento, Ernie, pero creo que he olvidado mi lazo en el baño —ronroneó Parvati acomodándose el cabello exageradamente y se apartó de los brazos de su compañero —¿me esperarías un momento?

Subió rápidamente las escaleras ondeando su melena castaña más que nunca. Pero disminuyó la velocidad. Se sentía un poco mareada, y si iba muy de prisa posiblemente caería por las escaleras.

Por un momento, Millicent hubiera jurado que el hada más hermosa que jamás hubiera visto acababa de venir para salvarle la noche.

Y no se equivocaba del todo. Bajó la cabeza al fin, rendida por el agotamiento el mal estar físico.

Parvati estuvo unos segundos buscando su lazo bajo los lavatorios antes de percatarse de la presencia de alguien más. Una chica estaba desparramada al final del pasillo entre las cabinas de los retretes.

—Oye —Parvati se agachó al lado de la chica en mal estado —, ¿te encuentras... ? Un momento, ¡yo te conozco! Tu eres de Slytherin, ¿no? Eras una de los chicos de —adoptó un tono burlón — "La Brigada Inquisidorial" el año pasado.

La risa socarrona de Parvati no le hizo a Millicent la menor gracia. Pero no dijo nada, se negó a dejarse llevar por las ganas de romperle la maldita varita estrellada, con la cual la apuntaba continuamente, en la cabeza.

—¡Ya lárgate, no necesito compañía! —gruñó la Slytherin, a pesar de arrepentirse un segundo después.

Pero Parvati continuo firme.

—¡No seas terca! Sólo mírate, mira el estado en el que estás. Déjame que te lleve a tomar un vaso de agua o algo —colocó el brazo grande de Millicent alrededor de su cuello, aunque con pocas esperanzas de poder levantarla.

—¡¡NO!! —Millicent se apartó al instante. Se ruborizó. Ganas no le faltaban, pero, francamente, no dejaría que la vieran siendo llevada por una Gryffindor.

—Bueno, ¡como quieras! ¡Allá tú! —Parvati se paró de un salto, haciendo que su ridículo tutú se zarandease.

Pero luego se dio cuenta que la chica de Slytherin estaba ¿llorando? No, no podía ser. Echó un vistazo. La niña se había acurrucado y estaba llorando con la cara entre las rodillas y abrasando sus piernas.

El corazón de Parvati dio un vuelco. Y aunque sabía que ella no había hecho nada para que la otra chica se sintiese así, se acercó nuevamente a ella apenada.

—Millicent Bullstrode... es así como te llamas, ¿verdad? —Parvati sonrió cuando Millicent levantó la mirada hacia sus ojos. Esta última siempre había creído a Parvati Patil una desagradable egocéntrica e histérica, para no decir maldita chismosa, niña estúpida de Gryffindor. Pero ahora..., bueno, no era que su concepto hacia ella hubiera cambiado mucho, sin embargo le parecía agradable. Se sintió feliz. Aunque no valla a completar su misión para La Apuesta, al menos había tenido un cercano contacto con la Gryffindor. Un contacto que la había hecho sonreír al fin.

Parvati notó como las facciones de la otra chica cambiaban notoriamente. El rostro redondo parecía iluminarse y la amplia sonrisa denotaba hoyuelos muy bonitos. Sus ojos eran de azul intenso, y el rimel negro corrido de esa forma gótica bajo sus párpados inferiores le quedaba muy bien. Ahora que la veía con claridad y que había apartado las diferencias Gryffindor-Slytherin de su cabeza, Millicent Bullstrode no era tan fea como parecía serlo.

Luego de varias insistencias, Milllicent comenzó a contare a Parvati la causa de su abatimiento. Después de todo, ¿qué más daba? La Apuesta ya la tenía perdida. Sí, le habló sobre La Apuesta, sobre el trato que los Slytherin habían hecho, y sobre lo mal que se sentía la chica de ser como era.

—¡Soy un desastre! ¡Un asco! ¿Quién podría siquiera fijarse en mí? Es una locura..., no hay nada que hacerle —las lágrimas de Milicent bajaron una vez más, ahora teñidas por un rimel negro —El suicidio es mi única salida, ya que hasta mis compañeros me desprecian...

—¡No digas estupideces! Sabes —comentó Parvati con sinceridad —. Yo... realmente no creo que seas fea.

Los ojos de la Slytherin se abrieron como si lo que acabara de escuchar fuera lo más impresionante de toda su vida. Sintió que su pecho se exaltaba dolorosamente. Otras dos lágrimas.

—No hablarás enserio...

—¡Claro que lo hago! —Parvati tomó una mano de Millicent —. No deberías ser tan ruda contigo misma. Creo que no es para tanto. Los que no te aprecian es porque no saben ver la belleza interna —dudaba que una Slytherin tuviera mucha belleza interna (¡Pero no contemos eso!).

Se miraron un rato. Hasta que la chica más alta sonrió lastimeramente y susurró:

—¡Gracias!

Parvati no contestó. Parecía estar meditando algo.

—Muchas veces me he sentido igual que tú. Es muy feo. Y creo que esta noche no tengo nada que perder...

Millicent no entendía de que hablaba la chica de pelo oscuro. Levantó una ceja extrañada premeditando a lo que Parvati quería llegar.

—Quiero decir —Parvati suspiró —... ¿tienes todavía la pastilla que ibas a usar para drogarme?

Silencio. Un asentimiento impactado por parte de la Slytherin. Esta metió una mano en el bolsillo y sacó una píldora turquesa del tamaño de un poroto. Parvati la agarró y tomó enseguida con ayuda de un poco de agua de la canilla. Sonrió.

—Bueno, ahora solo queda esperar...

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—¿Qué Crabbe hizo QUÉ?

—Sí, se que suena increíble pero así fue. Sin embargo... —Harry contó a Hermione la increíble actuación de Malfoy.

—Yo también lo he notado muy extraño últimamente. Yo evito cruzármelo inconscientemente. Es decir, siempre he evitado cruzármelo, un encuentro con él siempre es desagradable. Pero, ahora creo que hasta llega a intimidarme ciertas veces.

Hermione había dicho la exactas palabras que corrían en la mente de Harry. Pero éste, ya fuera por su orgullo o, simplemente por no querer atender demasiado el tema, contestó:

—Yo sólo espero que ésta noche no espere pasarse de listo ese cretino...

(¡Qué lástima por ti, Harry!--)

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UUUUFFFSSS!!! Espero que me halla sacado algunas parejas de encima.. ¡ya quiero llegar a las más importantes! A veces los Slytherin dan más pena que los Gryffindor. ¡Pobre Crabbe! No es justo que Malfoy lo deje así ¿qué no le importan los sentimientos ajenos? (de más está decir que no! ¬¬). Bueno, a Millicent no la quise dejar al suicidio. Já! Y ustedes que creían que no iba a salirse con la suya! Déjenme un reviewsito, pleaseee!! Necesito saber que opinan!!

Desde ayer que quiero subir este capitulo pero parece que habia un error en la pag!! u.u....

Me falta algo?? A ver, nada creo, de ultima sera para la próxima....!!

Dejenme un Revieww!!!!

Florchiss.....