AVISO: este fic contiene SLASH (relaciones hombre/hombre, mujer/mujer). ES SUBIDO DE TONO (jaja, hace cuanto que no cambio esto) y la tendencia es homosexual, así que si te ofende en algún punto no lo leas...

DISCLAIMER: Los personajes y escenarios son creación inigualable de J. K. Rowling y aclaro que mi fanfiction no está hecho con fines de lucro. Siempre trato de tener ideas lo más originales posibles, si llega a haber coincidencia con alguna otra creación pido mis debidas disculpas a su autor...

cordialmente,

La Dama Norris.

ATENCI"N! Este capítulo contiene una violación. Sí, exactamente esa que todas esperaban. Bueno, las anteriores también fueron violaciones (jeje!). Pero ésta será violenta y estás en todo tu derecho si no querés leerla...

Reviews!

NiCa: Holaa!! Mi Nica-chan, aún no aprendo a hacerte la dichosa C que haces tu, pero algún día aprenderé ¬¬u... Bueno, la cosa ha ido muy rápida hasta ahora, lamento haberte decepcionado con la tardanza de este otro capitulo pero es que, además de necesitar más tiempo que otros, quise publicar todos los que me faltaban de una vez. Te aseguro que nunca creí poder superar la pareja de Blaise y Ron. Pero ¿qué crees? nn No sé, ya me dirás. Besitos!

Anny Pervert Snape: Yo también te amo!! Hasta el momento no había pensado en la posibilidad de ponerme de novia... jaja! Es broma, es broma, no te asustes, lo mío es también amor platónico, claro. Que mis relatos sean algo slash no significa que su autora también lo sea, verdad? Gracias por lo de "un amor de persona" de verdad me halagas más de lo que deberías ya que tengo una personalidad de mierda, jeje! nn. Pero en fin, uno sobrevive advirtiéndole a la gente con la que se relaciona de su salud mental. Y no soy precisamente de las personas a la que les interese demasiado la opinión ajena sobre temas personales, pero esto muchas veces se vuelve en mi contra. Pero ¿qué es esto? ¿un análisis psicológico o un review? A fin de cuentas ¿qué te importa mi salud mental si lo que lees son mis escritos? (Anna: Hasta que se dio cuenta y se dejó de hablar! ¬¬). Bueno, creo yo que éste capítulo no es para despreciar, pero acepto tomatazos si querés dármelos! (y sé que lo harás si lo deseas, porque lo que más adoro son tus sinceras opiniones!). Es verdad que estuve floja al quitarle sus orejitas a Ronny-Pooh! Pero para cuando me arrepentí ya era tarde, por algo ahora publico los últimos capítulos todos juntos, para darme tiempo a la reflexión y a la concordancia. Pero voy a decirte la verdad, el traje de conejo que tenía en mente para Ron era entero. Por lo que, si se le saca el cuerpo, la capucha con las orejas también tendrá que irse -0- ... pero ya se me ocurrirá algo que compense mi error, te lo aseguro n-n. También creí que la pareja de Blaise y Ron sería difícil de superar. Pero yo estoy conforme con el resultado que tuvo la de Harry y Draco (La Dama ríe con maldad). No te preocupes que B/R van bien encaminados... aunque no te prometo lo mismo con los otros dos... v.v En fin, me gusta hacer sufrir a la gente, pero es q... YO SOY UNA SUFRIDA! (controversia emocional, sin comentarios...). Bueno, bueno, espero que me comentes que te pareció, que me encanta que me escribas... será de Dios (aunque yo no consienta ninguna religión) ¡¡mira que largo se me hizo!! ¡Que mina! Bueno, ejem, ahora si, ya no te distraigo más... que lo disfrutes!

ophelia dakker: Ay! Yo pensaba exactamente como vos antes. ¿Y ahora que hago con Draco y Harry después de estos dos? No te voy a negar que es una de las parejas que más me gustan, sin mencionar que Ron es mi personaje favorito (hasta hace poco lo era Draco, pero ahora los dos compiten por el 1er lugar!). Igualmente, aunque no te importe creo que deberías ver lo que ha salido de poner a Draco y a Harry en una misma cama... te aseguro que éstos dos no son naaaaada fáciles, y me costó bastante! Espero que te guste amiga! Graxias por seguir leyendo!! TT

Presea Lancelot: Ay amiga, espero llegar a tiempo y terminar de leer tus maravillosos escritos! Te prometo que voy a hacerlo! Y sabes que cuando prometo cumplo! Aquí están los últimos capítulos... ¡que nervios! Espero hallan salido como yo me los he imaginado! Los amaneceres de cada uno de los personajes están hechos, de eso no te preocupes, que ningún Gryffindor va a quedarse sin su respectivo: "¿¿Qué mierda hago aquí??" .. jeje! Ojalá lo disfrutes como yo cuando lo escribí! Saludos, La Dama!

Cerdo Volador: La li ho! Bueno, sé que te escribí un mail pero igualmente te contesto aki! Estoy segura que el capis te va a gustar! Sólo date un tiempo para leerlo y después me dices! insisto en que no voy a defraudarte, y te agradezco enormemente que me hallas ayudado en mi depresión... TT Porque cuando el mundo va en contra no hay nada mejor que un review de , jeje!

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--La Apuesta—

Cap 10: Fase 8 "Pasiones Reprimidas" parte 2 (cuaaantas categorías!: Capítulo 10, fase 8 y parte 2... al pedo, pero bue! ¬¬)

Ese era el lugar, estaba seguro. No hacía más de un año que había atrapado a Potter corriendo por aquellos pasillos, paralizándole las piernas brillantemente. No hacía más de un año que habían agarrado infragantes a los integrantes de aquella organización secreta creada por Dumbledore. Recordaba como Granger había comenzado a llorar, la muy zorra, y como todos esos imbéciles habían quedado con el agua al cuello. Pero no, tenían que salirse con la suya, como siempre. Ese viejo mediocre de Dumbledore siempre tenía un AZ bajo la manga.

Cuando llegó frente al cuadro, Barnabás el Chiflado lo miró con ojos mosqueados. El monstruo que lo aporreaba violentamente se detuvo al instante. Como Draco tenía su objetivo bien clarito, no tardó en aparecer sobre la pared una colosal puerta de madera reluciente con las insignias "DM". La contempló un momento bastante impresionado.

"La Sala Multipropósitos... ¡fabuloso invento!"

Abrió la puerta. Ni él mismo estaba seguro de lo que encontraría a continuación. ¿O sí lo estaba?

Chirrido de la puerta que se abre (de esto no me sé la onomatopeya! X )...

Bueno, realmente este cuarto cumplía con los exactos placeres de Draco. Simulaba el interior de un castillo del siglo XIII al estilo gótico, con algunos toques modernos. El característico techo abovedado con nervios de refuerzo de crucería. Las columnas embebidas en piedra que se encontraban en las esquinas de la habitación y sostenían el cielo raso, tenían en su cumbre salientes redondeadas, típico de este arte. El suelo era de un impecable jaspe blanco, y daba la impresión de luminosidad entre aquellas paredes oscuras.

La habitación central se veía rodeada por estrechas galerías o naves laterales, que daban la sensación de iglesia medieval. En las paredes de piedra, podían distinguirse cuadros con imágenes espectrales. Pero el cuadro que más llamó la atención de Draco fue uno que se encontraba al fondo del cuarto, sobre una majestuosa cabeza de Serpiente tallada en mármol con ojos de jade, que escupía agua sobre una pequeña fuente. En este cuadro aparecía una sirena gloriosamente iluminada, contrastada por el mar oscuro y sus demás criaturas opacas.

No había muchos muebles, y es que a Draco no le agradaba tener exceso de accesorios y menos en su habitación. A él le gustaba tener lugares amplios y respetar ese espacio.

Bajó el par de escaleras de la entrada y se acercó al centro de la habitación, donde se encontraban unos sillones victorianos de terciopelo azul frente a una hoguera antigua que ahora comenzaba a crepitar. Y más al fondo estaba la espectacular cama. Esta, además de ser muy amplia, denotaba un respaldo tallado en roble macizo, que simulaba un montón de ramas secas enroscadas. Esta cama no tenia dosel, pero su exquisito arte era realmente impresionante. En los extremos de la parte de los pies, se encontraban las figuras de dos gárgolas pequeñas.

—Qué detalles tan interesantes —decía Draco mientras se acostaba al lado de Harry sobre la seda blanca. Si uno desde allí miraba el techo, se daba cuenta que no era en realidad tan alto y podía apreciar ampliamente su perfecta arquitectura, la cual simulaba encajes de diferentes formas en fina piedra oscura.

A Draco todo esto lo enloquecía, siempre había deseado una habitación a éste estilo. Las ventanas de arco ojival con tracería gótica, captaban gran cantidad de rayos lunares, permitiendo así una iluminación ideal sin necesidad de apelar a las velas u otras fuentes de luz.

¡Esto era maravilloso, sencillamente excelente! ¿Qué más podía pedir? Por supuesto, en la parte superior de la entrada, sobre la puerta, había un retrato. En él, Draco estaba vestido con una hermosa capa esmeralda bordada en plata y empuñaba su bastón de carey con total petulancia. Más abajo, aferrado a su ropa, estaba inmortalizada la figura de Potter, con las ropas despedazadas y una expresión de sufrimiento, como implorando al Draco de la pintura algo de... ¿atención? ¿piedad?

Miró a Harry con rostro frío.

"¿Crees que te tendré piedad, Potter?", se abalanzó sobre su víctima dopada, manteniéndose sobre él sin siquiera tocarlo.

—Já! ¿Y se supone que tu eres mi boggart? —espetó luego con desprecio. Lo tenía atragantado, como una piedra imposible de tragar. Inmediatamente, aquellas palabras le vinieron a la mente de nuevo... eres un desperdicio de cuerpo y alma... ¿no te da vergüenza existir?... no sé que crees que significas para mi —¿Te parece justo? —su voz ahora sonaba quebrada—. Y pensar que hasta me llegué a creer que te am... ¡Diablos, es de lo más absurdo! ¿Te parece gracioso? ¿Lo crees muy divertido, Potter?

Comenzó a desprender la camisa de Harry muy rápido. Casi no coordinaba el movimiento de sus dedos.

No sabía muy bien por que, pero estaba comenzando a sudar impresionantemente. Y no era excitación lo que sentía... no...

Ahora que tenía a Potter por fin en su poder ya nada podría salvarlo, ni siquiera Dumbledore. Se las pagaría, le pagaría todas juntas. Odio, eso era lo que sentía en ese momento..., odio. Sus ojos centellaban furiosos, conforme arrebataba la camisa una vez desabrochada...

Del respaldo de la cama colgaban dos grilletes de acero, uno de cada lado. Draco apresó las muñecas de Harry en ellos y se tomó unos segundos para saborear aquella imagen. El morocho respiraba agitado, a pesar de estar dormido. Sus brazos colgaban lánguidos, y su pecho se agitaba con cada demanda de aire.

El rubio empezó a buscar con la vista desesperado.

—¿¿DONDE ESTA?? SI ESTE ES EL CUARTO DE MIS SUEÑOS DEBE ESTAR POR AQUÍ!

Efectivamente. En la mesa de noche colonial de al lado de la cama, se encontraba lo que parecía un protector para la lengua de plástico (¿?). Draco se lo colocó en la suya, y sintió el primer ardor. Se relamió los labios varias veces. El ambiente se estaba calentando, así que se sacó la camisa...

—Diga "A" Señor Potter —de golpe, besó los labios de Harry y los forzó a aceptar su lengua hambrienta. Y buscó con ella hasta el más recóndito rincón de esa boca que nunca antes había besado. Pero no se dejó llevar por la pasión, su objetivo era otro. Poco a poco, el plástico de su lengua pareció ablandarse en la boca de Potter con la fricción, provocando un efecto de combustión. Y cuando Draco notó que la boca le ardía y que el plástico iba a derretirse, salió de la boca del morocho, se apartó a buena distancia y se sacó el protector.

—¡Cof! ¡Cof! —comenzó a toser Harry, y luego, una llama de ardiente fuego salió de su boca, como si fuera un dragón. Las lágrimas le brotaron a causa de la irritación del humo que ahora le surgía por las orejas.

Draco no paraba de reír.... ¡Por fin lo hacía! ¡Se estaba burlando de Potter, lo estaba humillando como siempre había querido! Se puso entonces de vuelta el protector bucal, y ahora comenzó a lamerle el pecho abierto y entregado como estaba. Lamía, lamía esa piel delicada del niño de oro.

"¡Te reto a que grites ahora, Potter!"

Chupó los pezones carnosos, los mismos que había divisado tras su remera en la fiesta de Halloween. Y pensar que hacía sólo unas horas habían estado todos tranquilamente reunidos en el Gran Salón... Ja ja! ¡Parecía que hubiesen pasado días!

Continuó tocando esa parte sensible de su enemigo, hasta que el frote hizo efecto en su protector bucal. Y cuando estuvo listo, dio una última y gloriosa lengüetada desde el ombligo hasta la base su cuello, la cual prendió un camino de fuego férvido. Draco se sacó ese aparato de la lengua antes que se consumiese en llamas.

"Quema-Lenguas barato, no dura nada!"

Pero igualmente algo es algo. Se deleitó mirando la profunda quemadura vertical que había dejado marcada en el pecho de Potter. Éste gemía de dolor, pero muy quedamente a causa del embobamiento.

El rubio lo miraba y lo único que más quería era cogérselo hasta dejarlo partido en veinte pedazos. Pero debía tener cierto autocontrol... ¿qué otros artefactos sadomasoquistas habría en esa habitación? Los que él quisiera claro, sólo tenía que desearlos.

Bueno, ese látigo se veía muy bien... Pero ya estaba pasado de moda. A ver, ¿qué otra cosa podía hacerle a ese cuerpo indefenso? Mmm...

Justo donde tenía fija la mirada, apareció una navaja. Era pequeña, muy sutil. ¡Perfecto! La tomó entre sus manos. Ahora se sentó sobre el abdomen de Harry y sintió como a éste se le cortaba el aire. Miró su rostro... ese rostro tan famoso, tan idolatrado. Esa nariz que había inflado sus orificios cada vez que se enfurecía. Los anteojos ridículos de cristales empañados que ocultaban esas traicioneras esmeraldas. Las que tanto lo habían despreciado.

Ahora los orificios nasales de Draco eran los que se inflaban. Sus ojos se habían quedado delirados ante la expectativa de pasar esa navaja por la mejilla rosada. Apretó los labios bien fuerte y se dejó llevar por la perversión que lo invadía. La mejilla se puso tensa, y el filo pudo entonces cortar con más precisión la carne. Lentamente, la sangre comenzó a escurrirse por el cuchillo. Sangre roja, más roja que el fuego que crepitaba... más roja aún que la pasión misma.

Y la probó; de aquel filo Draco probó la sangre enemiga. Era un sabor dulce.. dulce...

—Dulce venganza... —murmuró —Valla que lo es.. —y se relamió los labios. Introdujo el filo en toda su extensión dentro de su boca. Estaba sediento de esa sangre.

Potter emitía resoplos de dolor. Pero no eran más que eso... resoplos. ¡Condenada pastilla que anestesia también al dolor!

Y... oh Dios, algo comenzaba a sonar. Una melodiosa música que inundaba el ambiente con sutileza. La séptima sinfonía de Wolfganga Amadeus Mozart, si sus oídos no lo engañaban. Aunque muggle, no podía negársele sus dotes musicales. La música es magia... y cualquiera capaz de tocarla será un mago también.

(Las cuerdas hacen su entrada dramática).

Siguió mirándolo un momento. Ahora, sin soltar su cuchillo, metió sus dedos índices en el borde del pantalón de su presa. Comenzó a bajarlo lentamente. Y miraba su ingle.. sus piernas... ¡y otra vez esa molesta pasión! Todo hasta un cierto punto! Aprovechó el impulso fogoso para transformarlo inmediatamente en depravación y continuar jugando con aquella cicatriz que había quedado de la quemadura del protector bucal. ¿Qué pasaría si la abriera? El filo tocó apenas la carne viva. ¿Y si le quedase una marca como la de la frente?

Esa ironía le gustó tanto que comenzó a reír como un desquiciado.

(Los violines alzan su melodía invitando a los vientos a dar el remate... CHANAN! CHANAN! CHANANANANANAN!)

Con el dedo tocó nuevamente la carne sensible por el fuego, y ahí fue cuando el maldito pendejo sintió dolor de veras. Lo veía claramente en su expresión fruncida, y en el sudor que corría por su rostro.

(Luego de la repetición del comienzo en un tono más arriba, los instrumentos, destacando principalmente las cuerdas y los vientos, amagan con subir a las cumbres...)

—¿Quieres llorar sol mío? —Draco comenzaba a entrar en estado de delirio total, donde sus pupilas se dilataron en deseo retorcido... Apoyó la cabeza contra el pecho de Harry y vio desde muy cerca como la sangre brotaba de la carne débil cuando el filo la atravesaba. Pero fue sumamente leve el corte que hizo. Y así lo fueron los otros que se encaminaban en la cicatriz vertical, mientras iba corrompiendo más la herida, a veces con ayuda de las yemas de los dedos.

(N/Norris: Sí, no sé como ambientar la partitura en la situación, pero de verdad me encantaría poder explicar la escena con la séptima sinfonía de Mozart de fondo... TT... Bueno, si la conocen puede que les sea más fácil comprenderme T0T).

Harry gemía con la poca voz que sus cuerdas vocales le permitían. Cualquiera que lo hubiera oído, habría dicho que no sentía mucho dolor. Pero lo cierto es que estaba aún más pálido que el jaspe que cubría el suelo.

Los dedos del rubio se adentraron en una de los cortes de la herida del pecho... ¿cómo estaría sintiéndolo Potter? Tras la piel, Draco podía sentir la carne palpitante, y la sangre caliente que le mojaba las yemas.

Pero ya era hora. Toda esa sangre ya lo estaba cansando. Quería otra cosa, otro sudor. Quería secreciones más espesas... quería hacerle daño por dentro...

Sus largos y blancos dedos manchados de carmín, ahora bajaban hasta la cintura de Harry, para luego comenzar a frotar el bulto, aún acorazado por la tela del bóxer. Se le escurría la vulgarmente llamada baba por los labios, y al no poder reprimir más esa lujuria, Draco terminó de desvestirlo, dispuesto a pasar a la siguiente etapa. Se abrió desesperado la cremallera. Potter aún respiraba entrecortadamente, pero estaba más agitado y ruborizado. Puso las piernas del Gryffindor sobre sus hombros, su erección estaba sumamente hinchada. Comenzó a hacer la acostumbrada fricción en la entrada..

Dos de sus dedos buscaron algo de saliva en boca de Harry, para luego bajar e introducirse en su ano y presionar con fuerza hasta captar el ritmo perfecto. Metió el tercer dedo... y a la fuerza el cuarto. Ahora Potter no reprimía sus gritos. Ni sus lágrimas... lloraba... ¡estaba llorando, santo Dios!

Se acercó casi sin pensar hacia su mejilla, para probar la sal de aquellas lágrimas que caían. Si lo hubiese pensado un minuto más y se hubiese dado cuenta que esto era un acto romántico, no lo habría hecho. Pero ya estaba tan atrapado en aquellas redes de locura, estaba tan consumido por su propia fogosidad...

Sacó sus dedos del interior del ano de su enemigo y ahora probaba ese nuevo líquido... tomó la navaja. La miró un momento. La sangre en su superficie se estaba secando.

—¿Quieres más? —le preguntó al cuchillo mientras lo meneaba para que brillase con los rayos blancos. Y empezó a zigzaguear con él la superficialmente sus pectorales... y luego su esbelta y sumamente delgada figura. De apoco trazaba líneas y líneas, y sus gemidos excitados se teñían de oscuro dolor. Puso su pecho sangriento contra el de Harry... Éste sollozó una vez más al sentir el peso sobre su herida.

Ahora, la cabeza del pene del rubio comenzó a penetrar impaciente. Se posicionó mejor, erguido frente a su prisionero. Empujaba las piernas de éste hacia su estómago, para poder acceder mejor a su entrada.

Y la sensación que Harry tuvo luego no se la desearía ni al peor de sus enemigos. Fue una impresión de desgarre total. Algo que penetraba voluptuosamente y que no se apiadaba de la condición de su cuerpo. No respetaba sus tiempos de disfrute ni sus límites físicos. Al instante el pene comenzó a aflojar, pero... Si la primera envestida había sido horrorosa, las siguientes fueron aún más dolorosas y lo peor, CONTINUAS.

Los ojos de Draco estaban ocultos en una gris tempestad. Su cabeza formulaba pensamientos para estimular su impiedad. Las envestidas eras marcadas y violentas, y cada vez el rubio desquiciado parecía tomar mayor envión.

No paraba, no iba a ceder... iba a deformarle su... estrella.

—¡¡¡AAAAHHH!!! —Harry lloraba, y ahora se lo oía con claridad. Pero no era de esos llantos soportables, como los de otras personas cuando hacen el amor. Estos eran sollozos de insatisfacción y de dolor puro. De total impotencia... de total vergüenza....

Era una carnicería por donde se lo mirase. Draco ni siquiera se había molestado en excitarlo para una penetración más placentera... Sus ojos estaban cegados por el goce al daño, por cobrar venganza y aplacar ese rencor que nunca sanó, que nunca cerró esa profunda herida en su alma.

—Mierda! —Harry estaba recuperando el habla. Su voz era lastimera y suplicante —... Po-por favor... basta....!!

El vaivén se hizo más lento.

—Por favor... por favor... m-me duele —la voz ya era un susurro sin fuerzas. Hablaba como en sueños, sosteniendo una concepción pobre de la realidad, pero respetando lo que su cuerpo sentía y con esa sinceridad demostrándolo. Una de sus manos cerró su puño haciendo sonar las cadenas que lo apresaban. Entonces, Draco se detuvo en seco. Sus ojos aún estaban neblinosos, pero su cabeza se había detenido como las tuercas de un reloj oxidado. Harry lanzó todo el aire que había estado reteniendo.—.....gra-gracias...

(La sinfonía da su último remate... Silencio)

Recién en ese momento, Draco se dio cuenta de lo que había hecho. Salió del interior de Harry despacio. Toda esa mierda que llevaba reprimida había sido volcada en aquel cuerpo que ahora suplicaba que lo dejasen en paz.

Liberó las muñecas de Harry, y este se las restregó, todavía sin abrir los ojos. Draco no cedió a sus lágrimas... pero no podría soportarlo mucho más...

El esperma brotaba humillantemente desde su miembro y desde el ano de Potter. Esa era una situación denigrante... esa era la degradación máxima a la que el ser humano puede sucumbir... Se tapó la cara con las manos... Nunca admitiría que lo que había hecho era una atrocidad... Pero por lo menos la culpa lo obligaba a disculparse...

Pero no podía, no tenía valor alguno para mirar a ese chico del cual había abusado tan brutalmente. A puesto a que ningún Slytherin hubiera hecho eso jamás. Lo reconfortó a penas la idea de que su señor estaría orgulloso... ¿o no lo estaría? Con él nunca se sabía. Pero esto iba más allá de Voldemort, más allá de la fama de Harry Potter.

Sin poder negarse al llanto, Draco se acurrucó a un costado de la cama solo con su conciencia. Que no vieran su cara... ¡Que nadie viera su rostro apenado!

Todo se iba por la borda: la lujuria, la pasión, la perversión. Ya nada de eso tenía sentido, ya había roto los parámetros del disfrute mínimo entre una pareja...

Por fin, lo invadió la culpa y su alma le permitió susurrar:

—A quien quiero engañar... si aún dormido... tú me tienes como quieres...

Entre esas paredes oscuras se escuchaba sólo el rumiar del agua de la fuente y un canto celestial que las sirenas del cuadro habían comenzado. Muy agudo y sereno...

En esa cama cubierta en sangre y amor desperdiciado, suspiraba un navegante que descubrió el alivio en las costas luego de luchar contra una vehemente tempestad... una gris tempestad...

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Sin comentarios que aplaquen la poesía a la que me he remontado...

Cordialmente, La Dama Norris.