AVISO: este fic contiene SLASH (relaciones hombre/hombre, mujer/mujer). ES SUBIDO DE TONO (jaja, hace cuanto que no cambio esto) y la tendencia es homosexual, así que si te ofende en algún punto no lo leas...

DISCLAIMER: Los personajes y escenarios son creación inigualable de J. K. Rowling y aclaro que mi fanfiction no está hecho con fines de lucro. Siempre trato de tener ideas lo más originales posibles, si llega a haber coincidencia con alguna otra creación pido mis debidas disculpas a su autor...

cordialmente,

La Dama Norris.

--La Apuesta—

Cap 11, Fase 9: "Las Almas de un nuevo día"

Esa madrugada, la primera en despertar fue Pansy Parkinson. La espalda ya le dolía de reposar en el roble duro, y su cuerpo estaba entumecido por el frío del aula. Estaba sola. ¿Pero dónde...?

Hermione Granger dio un rezongo, de esos que uno emite cuando lo despiertan.

Parkinson se asomó al borde del escritorio, para contemplar a una chica que dormitaba en el suelo.

—¿Estás despierta? —susurró. Las paredes hicieron eco a sus palabras.

Granger se restregó los ojos y bostezó. Luego se sentó en el suelo algo incómoda. Tiritaba, estaba muy pálida y parecía enturbiada.

—¿Do-dónde estoy? —tenía la voz ronca como el ladrido de un perro. ¿Quién podía darse el lujo de conocer a Hermione Granger con una fuerte resaca?

—Estas conmigo, muñequita —Pansy siguió mirándola, esperando su reacción. (Esa actitud de punky reventada que tienes me encanta! n-n)

La Gryffindor permaneció callada unos minutos. La poca luz matinal que entraba por las rendijas de las ventanas selladas, daban una sensación de neblina.

De repente, Hermione se tocó el pecho. Sus ojos se abrieron y brillaron en la oscuridad como dos lucecitas blancas. Y entonces...

—Puaj! —Pansy puso cara de asco —Y bueno, después de todo lo que has tomado!

Hermione permanecía con la cabeza gacha, dejando un mar de vómito debajo. Su melena azabache cubría por completo su rostro, y caía flácida rozando el suelo.

Cuando dejaron de oírse sus arcadas, se levantó tambaleante y se sostuvo del escritorio.

—Oye, ¿estás bien, niña? —Pansy le descubrió los mechones del rostro, para vislumbrar la palidez de éste —Escucha, será mejor que te acuestes en una cama... Valla, te ves peor que mi tía Enriqueta luego de su indigestión de fin de año. ¡Estás hecha una bosta! —Pansy chilló de risa. Pero si eso causaba gracia, Hermione no se enteró. Estaba realmente mal, y se cayó sobre los brazos de su enemiga.

Pansy tendió a Hermione su camisa y corbata para que se vistiera. Pero ésta sólo la miro con expresión incógnita y unas ojeras tremendas. Pansy dio un suspiro. Fue ella misma quien entonces le puso a la morocha las prendas. La ajustada pollera de cuero fue la parte más difícil, puesto que se pegaba a la piel y se quedaba trabada, sin pasarle por las nalgas. Pero no hay nada que la poca paciencia de Pansy Parkinson no pueda remediar...

—¡No lloriquees que no es para tanto!

—¡Pero eso me dolió! —ahora Hermione la miraba cara a cara y se restregaba las piernas que le habían quedado coloradas a causa del tirón.

—Tu boca huele a cloaca...

—Ya... ya lo sé... salgamos de aquí por favor... —se aferró con firmeza a los hombros de Pansy.

"Bueno, por lo menos ahora habla"

El ambiente de aquel recinto era asfixiante, así que salió cuanto antes con su Gryffindor a cuestas. Por los pasillos se filtraba más luz que dentro de ese aula.

—Bien, y ahora dónde se supone que.... ¡Ah! ¡La habitación de Slytherin!

Estaba claro que, a esas alturas, la idea ya la habían tenido otros anteriormente, pero Pansy albergaba una última esperanza.

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Lumus! —dijo al instante. Había oído algo abajo, estaba seguro.

—¿Podrías apagar esa luz tan molesta? —gruñó alguien más.

—¿¿¿PE-PERO QUE DEMONIOS.....???

—¡SHH! ¡BAJA LA VOZ, IMBÉSIL!

—¿Qué ocurre? —Gaby Montague se sentó rascándose los cabellos revueltos.

—¿Dónde estoy? ¿Eres tú Neville? Pero... ¡AHHH!

—¡Qué histérica eres Brown!

—¿¿QUÉ MIERDA HAGO AQUI??

—¡¡QUE DEJES DE GRITAR, THOMAS!!

—¿Quieren calmarse todos? —ahora hablaba una voz ronca, que se asemejaba bastante a la de su hermano.

—¿G-Ginny? ¿PERO QUÉ...?

—¡Calla Dean!... Hemos caído ¿verdad? Los Slytherin ganaron ésta vez —Ginny se detuvo para bostezar y restregarse los ojos —. Ahora, tómenselo con más calma e intenten dormir, que hoy será un día soleado.

Una cama chilló a causa de que alguien se había levantado de ella con brusquedad.

—¿¿C"MO TE LO TOMAS CON TANTA TRANQUILIDAD?? ¿¿QUÉ NO TE DAS CUENTA LO QUE ACABAN DE HACERNOS?? —los ojos de Dean estaban desorbitados totalmente.

—Y estuvo lindo, ¿verdad que sí, Thomas? —rió estridente Warrington sin poderse contener.

—¡CIERRA LA BOCA TÚ... MALDITO PÉRFIDO!

Pero esto no hizo más que alimentar las risas de Gaby y Warrington.

—¡VÁMONOS DE AQUÍ, LAVENDER, AH-O-RA!

Pero Lavender sólo miró a Dean con inclemencia.

—¡VAMOS!

—Sabes, creo que no tienes la suficiente autoridad como para ordenarme nada... —contestó la chica con firmeza.

Repentino silencio. Gaby y Warrington habían parado de reír al instante, escuchado atentamente la conversación.

—PE-PE.... ¿¿DE QUÉ HABLAS?? ¡¡ESTO ES MUCHO MÁS GRAVE QUE CUALQUIER OTRA COSA!! —Dean pateó la cama con fuerza, y se contuvo de gritar de dolor, ya que estaba descalzo y... ¡en boxers muy bonitos!

—Pues si es tan grave para ti, por lo menos podrías ponerte unos pantalones —continuó discutiendo Lavender.

Gaby Montague comenzó a reír chillonamente.

No conforme con haber sido humillada de esa forma por los Slytherin ¡Tenía la cara para ponerlo en ridículo! ¡A él! ¡A Dean Thomas, la mejor pareja que jamás había tenido Lavender!

(Te parece, Dean?)

—Y dame las gracias por haberte puesto de vuelta el boxer una vez que concluimos, amigo —dijo con sorna Warrintong —. Creí que cuando te despertaras y corrieras despavorido chillando como bebé, te haría falta tener algo puesto... A propósito ¡qué buen culo tienes!

Ginny se tapó el rostro para que no se le notara la risa. Pero no le hacía falta ver a Dean Thomas para saber el color que su cara había adoptado.

—¡Calla sucio! —chilló Gaby sin parar de emitir ricitas agudas. Mariza Reelowcraf estaba despierta, por que ahora se escuchaban sus risas también. Lavender también carcajeó con fuerza, y esto sacó a Dean de las casillas totalmente.

—¿¿QUÉ TE OCURRE?? —gritó dirigiéndose a ella —¿¿AHORA ME VAS A DECIR QUE DISFRUTAS DE LAS BURLAS DE ESTOS HIP"CRITAS??

—¿¿Y qué hay de las tuyas?? —otro repentino silencio —¿¿Qué hay de tus burlas, Dean?? ¿¿PIENSAS QUE ES MAYOR LA HUMILLACION QUE ELLOS ME HACEN PASAR QUE LA QUE TU ME HAS HECHO PASAR??

Miradas asesinas.

—Sabes —la voz de Lavender ahora sonaba quebrada —, por lo menos esta chica de Slytherin me ha tratado mejor en una noche que tú en tres meses de noviazgo...

(N/Norris: No puedo evitar imaginarme a Homero Simpson diciendo "OUCH!" en esta parte) ....

Ese había sido un golpe bajo.

Gaby sonrió. Se sentía, aunque no quisiera admitirlo, sumamente orgullosa. Después de todo, ella no había maltratado a Lavender bajo ningún punto de vista. Había tenido un sexo agradable.

—OK! —dijo Dean en tono indignado —. Si es eso lo que prefieres me iré yo sólo —tomó su jersey del borde de la cama en donde había pasado la noche con Warrington y se lo puso con rapidez. Luego se abrochó la camisa blanca, dejó la varita que había utilizado y que, de seguro, era de Warrington, y se encaminó imperioso hacia la salida, intentando ocultar el dolor que llevaba entre las piernas y lo hacía cojear de forma chistosa. Pero se detuvo en la puerta y antes de marcharse comentó cínico —. Por cierto, Lavender, cuando tus deseos lésbicos se disipen, búscame para hablar, ¿de acuerdo?

Ginny se tapó la boca y Mariza profirió un "Oh!" de falsa impresión.

Lavender apretó fuerte las sábanas con las que se tapaba el busto desnudo. ¡Maldito cretino! ¡Que cara dura! ¡Encima se daba el lujo de burlarse!

—¿Siempre es así? —preguntó extrañado Warrington a Lavender luego de que Dean dio el portazo.

—Por fuera parece tranquilo y todo un ángel, ¿verdad? —contestó ésta, cargada de ira.

—Ya, todos los hombres son iguales —Gaby apoyó la mano en el hombro de Lavender —¿Te vas o te quedas? Por mí puedes hacer lo que quieras, mi parte ya está hecha.

—No tengo idea de qué parte de que me hablas. Pero estoy muy cansada para irme hasta la Torre Gryffindor...

—¡Entonces, buenas noches! —dijo Warrington dando un bostezo y se envolvió en sus sábanas.

—Todavía no puedo creer todo esto... Ginny, avísame cuando te despiertes por la mañana, así nos vamos juntas —dijo Lavender antes de acostarse.

—Sí, claro.

—¡Weasley, deja de limpiarte los mocos con las sábanas! -chilló Mariza.

—¡Estoy resfriada! ¿qué quieres que le haga? ¡Qué tanto te molesta si igualmente ya están sucias, pendeja!

—¡Weasley tenías que ser! ¡MUGRIENTA!

—¿POR QUÉ NO ME CHUPAS BIEN LA...?

(¿Y crees que no lo ha hecho? ¬¬)

—¡GINNY!

—Lo siento, Lavender. Es que las rubias histéricas me sacan de las casillas.

Ginny y Mariza se acostaron dándose la espalda, dispuestas a dormir sin más complicaciones.

—¿Te molesta si te abrazo? —susurró Gaby al oído de Lavender cuando éstas volvieron a acostarse —Es que tengo frío.

Lavender sonrió.

—Después de todo lo que me has hecho es irónico que preguntes algo tan simple como darme un abrazo —contestó inteligentemente.

—Ja ja! Tomaré eso como un sí....

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Había silencio. Demasiado silencio para su gusto. Se acomodó un poco en esa cama tan rara. Sabía que no era la suya. Pero... ¿entonces dónde estaría? Abrió con algo de pudor los ojos. Y quedó totalmente paralizado...

(N/Norris: Reflexión para las lectoras

Hablando enserio ¿cómo se sentirían ustedes si despertasen de repente desnudas, mojadas y en un lugar que se asemeja al interior de una tumba faraónica, o pirámide? Yo moriría de un infarto, más porque mi condición mental y espiritual no me permite ni entrar a una iglesia siquiera. No, no soy hija del demonio no se preocupen... o al menos espero no serlo 0.0... Y si encima tenemos en cuenta el coraje de Ron para este tipo de cosas...)

—Oh, deja de temblar mi conejito —susurró una voz que le puso la piel de gallina.

—AHG! —Ron dio un salto fuera de la cama. Ahora estaba morado, y con las características líneas coléricas de anime sobre el ojo izquierdo.

—¿Quieres calmarte un poco? A ver, vamos a hablar...

—¿Hablar? ¿¿HABLAR?? —Ron tomó atolondrado el bulto que era su ropa. La piel le hervía de ira. Sus ojos azules brillaban enloquecidos. Pero una vez aferrado a su ropa quedó inmóvil. Estaba desnudo, con frío... ¡en medio de una cripta! Sus ojos siguieron escrutando aquellas paredes. Había quedado nuevamente mudo de la impresión, parado en el adobe frío y alerta como si de repente algún hechicero egipcio fuera a desprenderse de la pared.

—Odio verte así —dijo Blaise meloso y se acercó lentamente al borde de la cama.

—Tú... ¡yo sabía! ¡sabía que andabas en algo raro! Tú y todos esos Slytherin son una manga de pirañas retorcidas....

—Ya, ya, olvida eso. Mira como te tiemblan las rodillas ¿no tienes frío?

Ron comenzó a respirar rápidamente y sus ojos se abrieron aún más. Casi sonreía... ¡no podía creerlo!

—¿¿Frío?? ¿Crees que eso es lo único que siento? Mejor dicho, ¿crees que el tener frío es lo que más me importa en éste momento?

El pelirrojo se rascó la cabeza con desesperación y la ropa se le cayó. ¡Pobre, se veía tan adorable! Pero Blaise decidió que lo mejor sería dejar de presionarlo, y esperar a que se le pasase un poco.

—D-dime que hemos hecho..., dime que me has hecho!!! —el pelirrojo no iba a dejar el tema sin dar pelea antes.

Blaise sólo sonrió de la forma más detestable posible.

—Bueno, lo pasado pisado ¿no? Terminemos en paz la velada.

—Depravado... yo me largo! —Ron se agachó para levantar su ropa... pero ¡ahí estaba hace un momento! —Dámela!

Blaise puso cara inocente.

—¿De qué hablas?

—Mi ropa! ¿Dónde la metiste? —intentaba en vano tapar sus partes íntimas.

—Mmm... no recuerdo.

A Ron le lloraban los ojos de furia. Tomó el traje de conejo que había quedado sobre un sillón de mimbre.

—¿Estás seguro que quieres ponerte eso, Weasley? ¿Cómo te lo sacas después?

La mirada de poca paciencia de Ron fue sumamente seductora a los ojos de Blaise.

—El encantamiento surte efecto una vez cada tres días. Mis hermanos han comprado de éstos trajes millones de veces, así que a mi no intentes persuadirme...

—Hum, tienes razón —Blaise se acariciaba el sedoso pelo negro y observaba tranquilamente como la delgada figura de su compañero se teñía nuevamente de blanco...

—Oye... ¿qué diablos le ha ocurrido a éste traje?

Sonrisa.

—Oh, le he hecho unos retoques. Tengo dotes naturales para la costura ¿no crees?

Lo que antes había sido una bola de felpa, ahora era un traje ajustado y muy sexy. Con la desesperación, Ron no se había dado cuenta de que le costaba más que antes meterse en la prenda. Y, de todas formas, mejor eso que estar desnudo...

—Bueno, bueno, quiero verte caminando por los pasillos a ésta hora de la mañana vistiendo así...

Ron cerró los puños con fuerza. Ahora, cada dedo calzaba perfectamente en el guante y no ocultaba la delgadez de su mano. Ese pompón hacía presión contra sus nalgas y esto lo incomodaba bastante.

—Pues... cualquier cosa es mejor que quedarme aquí.

—¿Ah sí? Y ahora dime, ¿cómo te vuelves? —ante esto, Ron se quedó donde estaba, mirando el rostro de completo regocijo de su enemigo.

—Bu-bueno, supongo que por donde hemos venido. No lo sé, ya me las voy a arreglar..

—Ron —Blaise lo llamó por su nombre —. Antes... quiero decirte algo. Es decir, necesito que sepas algo ¿Te interesa oírlo?

—Bueno, pero apúrate que no tengo todo el d..

Eres hermoso.

Pausa. Las mejillas de Ron se ruborizaron. Esas palabras había sido sumamente sinceras. Nunca le habían dicho algo así.

Blaise sonrió. Había dado en la tecla.

—Mu-muchas gracias —mantenía la cabeza gacha.

—¿Gracias por que? ¿por decir la verdad? —tomó una bata púrpura a los pies de la cama. Cuando se levantó y se corrieron las sábanas, Ron pudo admirar plenamente su físico. Se preguntó si era posible que la frase "no es lo que parece" sea tan simple pero a la vez tan cierta y enfatizara tanto los prejuicios de la gente...

¿Y si Blaise realmente no fuera quien Ron creía? ¿Y si al igual que su cuerpo ocultaba su virtud tras la capa negra del prestigio?

"... ¿de dónde me sale tanta poesía? 0,0"

—Bueno ¿qué no te ibas? —Blaise se ató la soga de la bata y se sentó con los pies tocando el suelo.

—Em... sí, claro. Es sólo que... tengo miedo de perderme.

Esta vez el morocho no pudo ocultar la sonrisa que se le dibujaba plenamente en el rostro. Ahora a su conejo le habían agarrado las ganas del mimito. Pues, dejémoslo que se haga rogar un poco.

—Es lo que yo te decía. Aunque —se levantó y se dirigió a Ron. Lo tomó por la cintura, y el rojo de ese rostro pecoso subió de vuelta —¿es que tienes miedo o... —susurró a su oído —que no quieres irte?

A continuación dio un pequeño besito detrás de su oreja. Algo muy sutil, nada de mordidas ni lamidas.

Ron se apartó un poco. Sus orejas habían tomado el color de su cara.

—Sa-sabes... me niego a creer que pasó lo que pasó anoche. Es decir..., es imposible que esté pasando esto. Simplemente no puede...

—Pues te contaré la verdad del asunto, ¿te parece? —Ron y Blaise se sentaron en la cama. Ron cerró las piernas porque odiaba como el traje remarcaba su bulto viril.

El Slytherin contó con lujo de detalle la operación de La Apuesta y sus objetivos. Cuando acabó, Ron parecía algo anonadado.

—De modo que... ¿todo los Gryffindor han corrido mi misma suerte? —pensó en Harry y Hermione, pero no preguntó temiendo la respuesta. (A Ginny ni la tomó en cuanta, porque directamente su cabeza la descartó que hallan podido incluir a su inocente niña en una treta como aquella)...

(Inocente dices? ¬¬)

—Sí. Bueno, la verdad no todos corrieron la misma suerte. No todos pueden darse el lujo de estar conmigo... Jeje! Sólo bromeaba —agregó al ver la expresión del pelirrojo.

—Ah bueno. Oye, ya me voy —Ron se paró.

—Ey! Espera, ¿no era que tenías miedo de perder el rumbo?

—Ya me empezaba a creer que a alguien le importaba realmente... —murmuró él. Tomó su ropa y se encaminó cabizbajo hacia la puerta.

—Pe-pe —Blaise se quedó unos minutos meditando lo que acababa de oír. Y cayó en la cuenta —. Oye, Weasley... no es lo que crees —se levantó el también. Fue corriendo hasta él y lo tomó por el brazo —R-Ron...

—¡No me toques! —se soltó con brusquedad —. ¿A qué otro Gryffindor te tirarás mañana, mh? Pues ya te he servido una noche, la oferta se acaba ahora, cuando estoy en mis cabales.

Volteó sus orejas dándole al más alto en la cara.

El corazón de Blaise latía con fuerza, pero todavía no daba indicios de desesperación. Típico de él mantener la cordura hasta el último segundo.

—Estás equivocado... si sólo me oyeras...

—Me importa una mier...

—Yo te amo, Ron!

Se detuvo.

—Eso no es cierto, ya deja de mentir!

—¿Por qué no me crees? ¿Porque soy de Slytherin? ¿Porque un par de veces canté: "Weasley es nuestro rey"? ¿Crees imposible que alguien guste de ti?... Ron, por amor de Dios, mírame...

Blaise tomó a Ron por el hombro y lo obligó a mirarlo.

—¿Tienes alguna idea de quién ideó esta apuesta?

—¡Ya te he dicho que no me importa! No tengo tiempo para que sigas burlándote de mí...

Ahora el morocho estaba impaciente. Tomó a Ron por la espalda impidiéndole voltearse y lo besó sin previo aviso.

Jamás escucharán a Ron quejarse de ese beso. Fue pasión pura, la necesidad de hacerlo lo provocó. Y Blaise no lo soltaba, disfrutaba beber de sus labios como si de la fruta más jugosa y fresca se tratara. Sus manos tomaron la cara del pelirrojo y tocaron sus mejillas calientes. Éste le sostenía los fuertes antebrazos, pero aún así no oponía resistencia.

Cuando por fin se apartaron, los ojos de Ron estaban vidriosos. Con el dedo se secó un poco las comisuras de la boca. Luego preguntó con voz lastimera y ronca:

—¿Por qué me haces esto? ¿Por qué disfrutas jugando con mis sentimientos?

—... ¿Por qué no entiendes ni crees en mis palabras? —contestó sin embargo —. Te digo que de verdad me gustas, que toda la apuesta fue una mera excusa para tener la oportunidad de acostarme contigo. Sé que estuve mal y que jugué con tu cuerpo y tu voluntad. Pero mentiría si digiera que me importa luego de la satisfacción que recibí. ¿Soy malo? ¿Perverso? Di lo que quieras, pero esto es lo que dicta mi corazón. Otro de tus grandes defectos, Ron, es que no dejas que la gente te aprecie ni te estime más de lo que tú crees necesario.

Mm! Bueno, eso si demostraba que Blaise lo había analizado y lo conocía bastante.

—Aún así.... debe ser raro que de un día para otro quien menos pensabas te confiese que te ama, más después de haber abusado de ti y de contarte que todo fue parte de un plan — sonrió bobo, como perdido en él—. Pero no puedo ocultar la elocuencia de mis palabras cuando dictan tu nombre. El brillo de mis ojos cuando divisan tu eterna figura a lo lejos...

Era tan poético, tan clásico y sutil. Ron no podía negar que eso le atraía mucho. Si no fuese tan terco, ya habría caído a sus pies.

—Zab... Blaise, escúchame por favor —tomó aire. Blaise levantó las cejas dando a entender que le prestaba toda su atención. Sus ojos lo devoraban enteramente —. ¿Cómo puedes amar a una persona con la que haz hablado sólo un par de veces y que éstas han sido insultos o burlas? ¿Cómo esperas que te crea si tú mismo me confiesas que me has humillado como todos tus compañeros? ¿Qué me hace pensar que haz cambiado?

Blaise se arrodilló. Un par de veces pareció que iba a hablar pero no lo hizo. Hasta que encontró las palabras correctas que dictaba su pasión fogosa:

—El amor llega sin avisar y te pega. Hasta que reaccionas pasa un tiempo. Pero cuando lo haces te sientes la persona más feliz del mundo. Me gusta tu forma de moverte, de hablar, de ocultar tus errores, de enojarte, el sonrojo que toma tu rostro cuando sonríes, el fulgor de tus ojos azules. Tienes una fortaleza, un vigor tan tuyo y puro. Eres desprolijo y no te importa ocultarlo, a pesar de ser algo sensible, eres como eres y al que le gusta bien y al que no que se joda ¿o no es así como piensas?... No sé que serás para los Slytherin y la verdad no me importa. Pero ten fe que para mí realmente eres realmente un rey... "Weasley es mi rey" —le besó la mano. Y sus ojos realmente brillaron cuando levanto el rostro hacia esos zafiros.

Aunque lo negara, lo que más quería Ron era abrazar a ese chico como una niña que busca amparo en brazos de su padre... ¿Sería posible que Blaise lo entendiera, que de verdad se interesara por él?

Todas éstas conjeturas llevaban tiempo, y a Zabbini no le gustaba nada que lo hicieran esperar.

—No pienses que te amo —susurró cuando lo tomó por las caderas y lo apoyó contra la pared —. Siéntelo.

Volvió a unir sus labios que no aguantaban estar separados mucho tiempo. Y Ron se dejó llevar por esas manos que acariciaban su espalda con la misma pasión con la que esa boca lo besaba. Dejó que su espíritu se entregase... después de todo, el mundo se venía a la mierda. El odio que corría por las venas de la madre Gea en algún momento lo heriría. Pero si no aprovechaba ciertas oportunidades que la vida le otorgaba, nunca encontraría una compañía ni un amor verdadero. Y aunque Blaise no fuera quien él de verdad amaba (porque todos sabemos quien es la dueña de su corazón), él demostraba tal candidez y tal sinceridad que Ron no podía negarse en lo más mínimo...

Ahora esas manos bajaban a su colita de pompón. Que bien se sentía. Notaba como cada caricia atravesaba la felpa y dejaba marcas imborrables en su piel.

¿Sería ésta la oportunidad para que Ron conociese sus verdaderos sentimientos? ¿Sería Blaise su persona ideal?

El morocho disfrutaba acariciar el terciopelo, era casi tan suave como su piel. Frisaba partes del traje, transmitiéndole calor. Se sentía en el paraíso nuevamente....

"Dios mío! Santo Cupido que me has oído! Esto es realmente lo que necesitaba! ¿Cabrá la pasión que yo siento por este ser en tus infinitos papeleos del amor? Desbordo de alegría, no puedo aún creer que una persona sea capaz de hacerme sentir así... Te amo bichito mío"

(N/Norris: Bichito???¬¬)

—¿Qué me dices de un baño?

—¿Qué? —Ron apenas había salido del ensueño de ese beso.

—¿Sabes lo que es un baño? Nunca te has bañado...

—Cierra el pico, sé lo que es! Sólo que me resulta algo extraño. ¿A qué te refieres exactamente?

Blaise hizo un pase con la varita. La zona del suelo que estaba peculiarmente desierta, se abrió en dos mitades para presentar una espectacular tina humeante y acogedora.

"¿Cuántas veces en tu vida te meterás a una pileta como ésta?", pensaba el pobre conejo. Algo dentro suyo se negaba a caer en la tentación. "¿Vas a dejar que continúe abusando de ti? ¿Vas a sucumbir a su voluntad sólo porque el te lo pide?". Pero ese agua burbujeaba atractivamente. No le faltaban las ganas de relajar su cuerpo...

Blaise se acercó al borde de la bañera y metió los pies. Profirió un suspiro de placer.

Ya, Ron, ¡no vas a morirte por un estúpido baño!

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o-o-o El Manto de Norris o-o-o

Bueno sé que no es el último capítulo pero estas escenas ya están sumamente decididas así que no titubeo en publicarlas... no puedo aguantarme a leer sus comentarios!!

No termina más, eh? Pero ya falta poco, el final está en el horno!

Cordialmente, La Dama.