,¸¸,øººø ºø,¸ºø,¸¸,øººø,¸ ºø,¸¸,øººø,¸ºø,¸¸,øººø,¸ ºø,¸¸,øººø,¸
El mar se agitaba de un lado al otro de forma repetida, y al parecer, interminable haciendo que el barco avanzara lentamente entre las pequeñas crestas que se formaban en la superficie del agua que casi daba la impresión de ser completamente negra.
Si se miraba hacia la izquierda no podía verse mas que mar, para la derecha la historia era la mima e incluso se repetía si mirabas con atención para adelante o atrás.
En medio del ancho y casi interminable mar que estaba tranquilo esa tarde.
Sirius estaba recargado sobre el timón con una cara de total aburrimiento meciéndose cuando la necesidad obligase al timón a torcerse para algún lado y continuar con el viaje.
James sentado a su lado, osea recargado en la viga de madera que levantaba a timón del piso, tallaba de forma descuidada un pedazo de madera con una navaja de poco filo que usualmente guardaba dentro de una de sus gastadas botas azules de piel de cocodrilo.
Antes de continuar, me permito recordarle al lector que James Potter tiene un gusto pésimo para la ropa.
El resto de la tripulación estaba tirada por ahí en cualquier lugar del barco.
- James… - gruñó Sirius – Estoy aburrido….
Aunque sea imposible de creer, en el barco del Capitán Black a veces se terminaban los quehaceres.
De tan organizado, limpio y bien mantenido que estaba el navío, a veces no había nada que hacer.
El único que parecía no estar muriendo del aburrimiento, era al jovencito que habían mandado de vigía y que para no sufrir de quemaduras que le provocasen cáncer en algún futuro se había llevado una de las sombrillas de la vicealmirante Evans, la menos ridícula claro esta.
Leía tranquilamente uno de los libros que se encontró de pura chiripa en remate en la isla de Jamaica cuando se bajaron para hacer las compras necesarias para emprender el viaje en el cual estaban de momento.
El capitán le había medio explicado que se dirigían para el mediterráneo para de ahí meterse por lo que ahora conocemos como el famoso canal de Suez (y si no lo conocemos la autora recomienda al lector que tome un mapamundi para que pueda localizarlo fácilmente y que se sepa de que se habla) y de ahí tomar el largo camino que los separaba de las islas Filipinas.
Remus supuso que toda esa travesía (que ve tú a saber cuanto les tomaría en completar) era para llegar al punto señalado en su pintoresco e impresionista mapa que tenía, hasta la fecha, guardado en el bolsillo.
Entonces un pensamiento que repentinamente llego a su mente hizo que interrumpiese su amena lectura.
- …. – Remus cerró el libro de golpe y también el paraguas, pensó las cosas un rato y comenzó a bajar rápidamente por el poste del vigía hasta llegar a la cubierta.
Ya sobre esta se acercó rápidamente al capitán que ya estaba completamente dormido de pie sobre el timón.
- Capitán… - Remus le picó las costillas con un dedo para despertarlo – Capitán….
Sirius soltó un ronquido.
- ¬¬U… Em… Capitán… - al no encontrar respuesta - ¡SIRIUS!
El susodicho cayó al piso al haber despertado del susto.
Curiosamente, ninguno de los otros tripulantes despertó.
- ¡¿Qué?!
- Tengo una pregunta…
Sirius miró a Remus aun un poco molesto por despertarlo pero suavizó un poco su tono de voz a pesar de seguir con el ceño fruncido.
- ¿Qué pregunta?
- ¿Qué es lo que vamos a ir a buscar hasta las Islas Filipinas?
- Oh… - la expresión de la cara de Sirius cambió por completo y se puso de pie – Sígueme…
Sirius se fue directamente hacía su camarote y fue seguido de cerca por Remus que cerró la puerta tras de si al entrar siguiendo al apresurado capitán.
Mientras se sentaba en una de las cómodas sillas del camarote, Sirius busco varias cosas en su oficina, al rato volvió con una torre de papeles y libros, los puso sobre el escritorio y saco de una trampa que estaba escondida en el piso un pequeño baúl algo sucio y un poco mohoso.
- Bien… te explicare… - dijo Sirius con aire triunfal mientras se sentaba en su sillón de orejas.
Abrió uno de los gruesos libros que había traído consigo y lo puso frente a Remus.
En las dos páginas que Remus miraba, estaba ilustrado un bello dragón chino de un color verde esmeralda brillante (pa' los amigos, verde perico), sus garras eran de color plateado y sus bigotes relucían, a pesar de ser una pintura, como si estuvieran hechos de oro.
Pero lo que más llamó la atención de Lupin fue una joya roja que tenía el dibujo en la mitad de la frente.
Bueno, al menos eso quiere la autora que le llame la atención.
- Se llama el tercer ojo de Kali… - Sirius dijo con una voz mística y cavernosa – Y según dice la leyenda, hará invulnerable a quien lo posea…
- Oh… ya veo…
- ¡Si! – dijo el capitán con emoción - ¡Y cuando la tenga la haré montar en la proa del barco!
- Y tú te crees esos cuentos chinos, ¿verdad?
- ¡No son cuentos! – renegó Sirius - ¡Es la pura verdad!
- ¿Lo has visto?
- Eh…. No… - Sirius bajó la mirada – ¡Pero yo se que existe!
Levantó la cabeza y miró a Remus con unos ojos llenos de decisión.
Pero nunca falta el cabrón que le baja los ánimos a uno, ¿verdad?
- Y de seguro aun sigues creyendo en el ratón de los dientes…
- ¡¿Por qué tienes que ser tan pesimista?! – Sirius se puso de pie y golpeó el escritorio con ambas manos - ¡¿Nunca has tenido un sueño?! ¡¿Algo por lo que harías cualquier cosa?!
- Creo que la autora ha mirado demasiadas veces la película de Hércules que saco Disney…
- Si verdad…
Ambos permanecieron en silencio un rato, hasta que al final se hartaron de ello y uno decidió hablar, Remus se puso de pie.
- Siempre pensé que el dichoso mapita sería para buscar algo que existiera.
- ¡Y quien te dice que no existe! – gritó Sirius con enfado.
- ¿Y quien te dice que si? – Remus se cruzó de brazos y lo miró con altanería.
- ¡Son las mismas posibilidades! – Sirius hizo una pequeña pausa y continuo hablando – Además… se lo prometí.
Sirius se dejó caer en el sillón y medito unos momentos en silencio; Remus pudo ver en el una expresión triste, algo nostálgica como si recordara algún lugar que echaba mucho de menos.
O a alguien.
- Cuando yo era niño, siempre soñé con navegar así como lo habían hecho mi abuelo y su padre antes de el, siempre soñé con eso – suspiró profundamente y miró a Remus a los ojos – Desde que tenía 10 años me quería hacer a la mar, como un soldado de la armada real Británica, así como lo eres tu.
Sirius dejó de hablar para mantenerse por un rato mas inmerso en sus pensamientos, no volvió a hablar tan solo miro a Remus a la cara y le sonrió.
- ¿Qué tiene que ver todo eso con el dichoso "tercer ojo de Kali"?
- Mi abuelo me contaba la historia, el decía que el dragón había bajado de los cielos y mientras paseaba alegremente por la tierra la joya cayó de su frente y fue muerto por sus enemigos al perder su invulnerabilidad – dijo Sirius, para continuar inmediatamente después – En una ocasión me contó que tuvo la oportunidad de ir a esas tierras a buscar el rubí, pero que no fue por que habría dejado sola a mi abuela.
De nueva cuenta el silencio cayó sobre los dos.
- Fue cuando me prometí a mi mismo que buscaría la manera de ir tras ese tesoro…. Ha como diese lugar – abrió la palma de su mano y la miró, la volvió a cerrar como para impedir que el aire que había en esta escapase – Y si la única forma era convirtiéndome en pirata, que así fuera.
- Nunca había oído una historia tan…
- ¿Conmovedora?
- No, la palabra sería ridícula – Remus suspiró y dejó caer los hombros – Pero bueno… yo también tengo un sueño que me gustaría cumplir, así que de cierta forma creo entenderte…
- ¿Ah si? Tú el señor "que te dice que exista" ¿Tienes un sueño? – Sirius se sonrió de lado y le preguntó con su cara simplona - ¿Qué sueño es?
- Es el sueño más común del mundo – dijo Remus – Encontrar a alguien que me quiera como para compartir el resto de su vida conmigo.
Sirius comenzó a reír a carcajadas.
- ¡Ese si es un sueño ridículo!
Remus frunció el entrecejo y lo miro muy molesto, e imitando al capitán, golpeó con fuerza y ambas manos la superficie plana del escritorio.
- ¡No te rías!
- ¿Por qué no? ¡Tú te reíste de mí!
- ¡No lo compares! – Remus lo señaló con un dedo – Yo solo busco a una mujer ¡Tu buscas algo que no existe!
Sirius se quedo callado un momento y miro a Remus intentando contener la risa.
- ¿Tú? ¿Una mujer?
- ¡¿Qué tiene eso de raro?!
- Es que siempre pensé que eras Gay – Sirius se cruzo de brazos muy digno para ver como Remus salía echando lumbre por la boca.
Lupino se fue muy molesto a cualquier otra zona del barco que se encontrara lo suficientemente lejos del camarote del capitán, así que sus pies lo condujeron a la bodega, donde se tumbó sobre los sacos vacíos de harina que estaban regados por el piso.
- Pensé que eras Gay… - Remus arremedó con la voz chillona que usaba siempre que quería imitar a Sirius – El es el que es Gay…
Y con estos pensamientos en mente, Remus se dio la media vuelta para quedar de costado y dormirse un rato sobre los costales vacíos de harina.
Mientras tanto, en su camarote, Sirius sacó su bitácora para escribir algo en ella y al colocarse justamente en la fecha que era, vio como se transparentaban unas letras páginas adelante.
Así que con toda la curiosidad del mundo, se adelantó esas páginas para saciar su curiosidad y saber por que razón escribió en esa fecha.
Al darle vuelta a la página, leyó lo que estaba escrito con letras grandes y rojas:
Baile de mascaras organizado por el Capitán Riddle, 14 de Julio de 1700, 8 pm Creta, Grecia.
Sirius tragó saliva, se había olvidado por completo de eso y hoy era día 10.
,¸¸,øººø ºø,¸ºø,¸¸,øººø,¸ ºø,¸¸,øººø,¸ºø,¸¸,øººø,¸ ºø,¸¸,øººø,¸
Por fin, después de quien sabe cuanto tiempo he podido escribir y publicar esta porquería!
He tenido tarea hasta las trancas y no encontraba un espacio para ponerme a escribir!
En fin, espero que les guste y ya nos veremos pronto con el siguiente episodio!
Lastra.
