Porque ustedes lo pidieron (bueno, tal vez no, pero tampoco opusieron resistencia) y tras un buen tiempo (28 de septiembre del 2004) he aquí mi 3° final alterno. Siento que me salió muy deficiente: en primera porque -según siento yo- la trama salió muy floja, en segunda porque además de floja salió moralina, (al final sabrán porque) en tercera porque fueron menos diálogos y menos personajes, y en cuarta porque cedí casi inconscientemente al reclamo de mostrar el futuro de algunos ex-alumnos de Hogwarts (no se para que me insistieron tanto en ese detalle si no hay nada que no hayan sospechado antes).

Cambiando de tema, cada final intento basar la atmósfera en una canción. En este fue 'Mediodía' de Café Tacvba. Es algo difícil de conseguir, pero si alguien la tiene...


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Todos los personajes son creación y obra de la señora JK. Que conste...

TUTTO E FINITO
Final 3

Hermione llegó a la Madriguera en el viejo carro de su padre. Se sentía incomoda ya de por si visitando tan seguido a los Weasley como para todavía irrumpir en medio de su hogar por los polvos flu. Por obvias razones, el señor Weasley era el que menos estaba de acuerdo con ese punto de vista («¡Claro que no nos molesta! De hecho si eso te hace sentir mejor podríamos instalar un feletono en la casa para que» «¡Arthur!» «Bueno, ya, como sea»). Aún así, nadie que viviera en esa casa le reprocharía sus visitas continuas. Ni siquiera Harry.

Despues de derrotar a Voldemort, los Weasley habían aceptado a Harry en la Madriguera. Con los gemelos en Diagon desde hace 4 años por lo de su tienda, Ron viviendo a ratos en un departamento cercano al Ministerio de Magia y Ginny con un pie fuera de la casa; lo que menos les caía mal a Arthur y Molly era algo de compañía.

Cuando podía darse una escapada de la Facultad de Medicina, Hermione solía visitar a Potter y a los Weasley a destiempos sin un patrón aparente. Ni siquiera en periodo vacacional era posible saber si se quedaría dos días seguidos o si solo la verían 3 horas en todo el mes.

Como eran justamente vacaciones de verano, ese mismo sábado la Madriguera estaba llena de cabezas rojizas y uno que otro ex-Hogwarts ajeno a la casa, entre ellos Hermione, Luna Lovegood, Penélope Clearwater y Colin Creevey («¡Foto, foto!» «¿Alguien me puede decir como es que Colin encontró a Harry?» «Creo que lo puede oler. Los muggles les dicen 'feromonas'»).

En el patio, Harry jugaba con la hija de Bill haciendo pilares con cubos mágicos cuyas imágenes y letras bailaban y brincaban. A veces Harry lograba hacer una pila alta y a veces se veía francamente superado por su compañera de juegos (y a veces la gravedad les ganaba a ambos). Colin, lógicamente, se regodeo tomando fotos de ambos como el fotógrafo de 'El Quisquilloso' que era hasta que uno de los flashazos segó a Harry; así Luna decidió llevarse a Colin a la sala, donde era "mas inofensivo".

También en el patio, Hermione tomaba el sol observando a Harry jugar. Recostada en dos cajas de madera rotas a modo de silla playera, miraba como Harry, a pesar de las circunstancias jugaba con un dejo de instinto paternal... De repente Hermione se sorprendió a si misma pensando en que tan buen esposo podría ser Harry. Sonrojada, decidió desviar su atención en los pájaros volando alrededor de uno de los subrealistas balcones de la casa Weasley. Parecía como un sueño... o como un cuadro, quizá de Dalí, tomando en cuenta la forma y colores de la Madriguera.

Sin que Hermione se diera cuenta, Ron apareció de la nada, con una camisa de manga corta que dejaba ver las cicatrices que los cerebros le habían dejado en los brazos en quinto año y un par de helados Bertie Bott. Como pudo, el pelirojo arrimo junto a Hermione una caja para usarla de silla sin que se le cayeran los helados.

–Mira Herm, te guardé un helado de tu sabor favorito
–¿Limón?. ¿Que no es TU sabor favorito?
–Ay, este... –Ron se sonrojó mas de la cuenta
–Bueno, –dijo Hermione tratando de tranquilizar a Ron– al menos me guardaste uno
–Sobre todo con ese Colin rondando por la cocina ¿Quien lo invitó?
–Bueno, pues... –Hermione respondió en voz baja mientras hacia garabatos en la tierra con los pies– yo invité a Luna y pues, como son novios, creo que quiso venir también.
–¿Con cámara? Que casualidad. Digo, no dejamos que Harry estuviera en San Mungo justamente para que nadie lo molestara, y ahora resulta que tu se lo entregas en charola de plata a su paparazzi de cabecera.
–Ni te preocupes, no creo que Luna vaya a publicar fotos de Harry en 'El Quisquilloso'. Y fuera de eso, lo mas amarillista en Inglaterra es 'El Profeta'.
–¿Y que hay de Collin?
–No creo que se quede a dormir. No queda ni una cama.
–Lo acabo de ver acariciando el sillón de la sala.
–Tal vez deba pasar la noche aquí. Tu sabes, por el bien de Harry.
–...y el de todos nosotros.

Hermione tuvo de repente el impulso de mirar hacia el centro del patio, donde Harry seguía acompañando a la hija de Bill.
–No le quitas los ojos de encima desde que llegaste, –dijo Ron– ¿qué te pasa?
–Cada vez que lo veo... es que parece mentira
–Sigues sin estar de acuerdo con la decisión que tomo Harry, supongo
–Es que...
–Sabes perfectamente que lo hizo porque era la última forma de acabar con Ya-Sabes-Quien
–Y tu sabes que hay millones de maneras de matar a la gente

Ron se le quedo viendo a Hermione algo preocupado
–Definitivamente estudiar medicina te esta quitando la sensibilidad
–Ron, estoy hablando en serio. Independientemente de que este haciendo o no con mi vida, sabes que hacer ese hechizo no fue lo mejor para él
–¿Y que hubiera sido mejor? Algo como, no se... ¿Tirar a El Que No Debe Ser Nombrado de un barranco como si fuera villano de Disney?
–La profecía decía que...
–Que uno de ellos viviría y el otro no, y así fue
–¡Si, pero ESO no es vivir!

El grito de Hermione asustó a la hija de Bill, que se puso a llorar. Harry empezó a gritar y a mecerse de un lado a otro. Ron se llevó una mano a la cara
–¿Ves? Ya asustaste a los dos
–Yo me encargo de la niña de Bill, tu lleva a Harry a su cuarto
Hermione fue hacia allá y se llevó a la bebé en brazos. Tras ella, Ron se agachó para limpiarle la saliva a Harry y levantarlo. Paso a paso, Harry se tambaleaba, como si estuviera aprendiendo a caminar. Cuando ambos pasaron frente a Hermione, ella no tuvo otra que bajar la mirada. No aguantaba ver a Harry así. No era posible que su amigo, el mago que logró hacer un Patronus primero que otros mas de su generación, el jugador de quidditch mas joven en décadas en Hogwarts, tuviera ahora retraso mental solo por cumplir una profecía.

–Estúpido hechizo
Mordiéndose un labio y con los ojos vidriosos, Hermione le dejó a Bill a su hija y después fue al patio, aún vacío, intentando aguantarse cualquier sentimiento. Quizá no era lo suficientemente frívola para dejar de pensar en eso. O quizá nunca le cerraría en el alma esa cicatriz.


Ahora si: ahí les va lo moralino:
Es raro que llevara varios días pensando en este final y que justamente el día que lo termino de escribir muriera Terri Schiavo, la muchacha que llevó años en coma mental, a la cual decidieron MATAR dejándola sin comida. Y perdón por ser repetitivo, pero parece mentira. Ya de por si hoy en día la 'dignidad humana' tiene muy poco de humana como para que encima le quieran quitar lo de dignidad.